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DEL AMOR

CANTIGA DE AMIGO

Y por qué no apareces.
Y por qué no apareces ahora que tengo la lengua pegada
a los pulmones,
ahora que devoro con fruición gramos de hambre
y me ruedan los ojos
ventana abajo
hasta los adoquines.
Y por qué no te vistes de esta tarde fantástica
de luz atenuada
y apareces.
Que tengo un ruiseñor de incertidumbre piándome los dedos.
Que tengo melaza en las pestañas y rabeles en la boca del estómago.
Que se me clavan las puntas de la estrella adentro y se me desnorta
la brújula uterina.
Que vuelvo a tener miedo de la muerte.
Que vuelvo a tener miedo de la muerte.
Que de alacrán y ausencia vuelvo a bailar con el hueco que acoge
todo hueco.
Dónde estás, meu amigo, dónde estás,
meu amigo salvaje y lleno de desprendimientos,
meu amigo tan lleno de vidrieras góticas tan lleno de salmos
voladores
tan de presencia pura.
Meu, meu amigo.
Y dónde te has guardado tu caricia de arcángel, tu devastación de
pan de oro.
Y por qué no apareces
si tú no eres pábilo vacilante
si tú no eres
una de las argucias de la noche.
Que eres de sol, amigo, que eres de hiedra polifónica,
que eres suave y planeta, que eres muérdago.
Ay, meu amigo, ay estas manos con hijos del subsuelo, ay este albor
de Iseo
la de las manos blancas.
Ay, ay, meu amigo, esta pobreza.
Ay, meu amigo, este animal de verte. Esta rosa de verte. Esta
palpitación.
Y por qué no apareces, meu amigo.

PORQUE HAY que amar
lo visto
para verlo.

ENSAYO SOBRE EL ENTENDIMIENTO HUMANO

Es una ciudadela inexpugnable.
Donde ella finaliza
principia mi esperanza.
Ignoro de ordinario la extensión de su límite.
Hasta que no la rozas
no la siento,
es algo que no existe
hasta tu tacto.

Tan solo en tu caricia
logro tener noticia de mi piel.

NOLI ME TANGERE

Que sí, que ya lo sé, que la contemplación
es el modo de amor más delicado, que es un ciervo
que abreva en el secreto
e inventa su silueta en la distancia.
Que esa distancia hace el amor posible, para que tú seas tú,
tú único, tú irrepetible,
tú mi corazón no proyectado,
tú tú mismo y yo mirándote y haciéndome
más yo, más pura, más temblando.
Pero ahora permite que te toque
solo por una vez. Quiero tocarte,
que lo humano es de carne, que es penumbra
este mundo, un escenario ambiguo
por el que andar a golpes, tropezando
con muebles, palpando luz a oscuras.
Permite que te toque, sé realidad pulsada,
que mis lágrimas
humedecen tu sombra con un calor real,
son llaves para arcones escondidos.
Toquémonos, si quieres, huidizos y espectrales,
así, como fantasmas:
que nuestra levedad sea la certeza;
pero toquémonos.
Te suplico presencia, porque la simple idea es, a la postre,
la tristeza final de lo escindido,
una sofisticada blusa de nostalgia.
Sé piel para mis brazos de escasez infinita.
Quiero rozar tu pecho
que enhebra la belleza
en el dolor.
Dame en rotundidad tu estar-ahí,
tu aparecer volumen ofrecido,
hombre cierto de humanidad entera.
Quédate ahora muy quieto, que preciso
poder acariciar
tu música intangible,
hallar las cicatrices de tu infancia
—dónde están, cuáles son—
y besarlas ahora, y estrechar tu futuro como a un niño
que de mí nacerá. Déjame descubrir
en tu espalda el desierto que s también laberinto.
Deja de ser por una vez ausencia
que sabe dar la mano,
retirada sutil de un dios discreto,
velo que no se rasga.
Toca, toca hasta el fondo.
Haz real esta vida
de la que nada ha de quedar
y todo.

EN TU ROSTRO, hijo mío,
mi muerte ha descendido a contemplarme.
Sólo en él puedo amarla.

SIEMPRE hay algo
quemándose
en lo más profundo del invierno.

Palomo Pinel, Carmen. En tu espalda el desierto. Soria; Ediciones de la Excma. Diputación de Soria -Poesía- Departamento de Cultura, 2023.

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