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Archive for enero 2020

FAIRY

 

FAIRY

xxxPor Hélène .se .conjuraron .las .savias .ornamentales
en las sombras vírgenes y las claridades impasibles en el
silencio astral. El ardor del verano .le fue confiado a unos
cuantos .pájaros .mudos, y la indolencia requerida a una
barca .de .lutos .inapreciable .por .ensenadas de amores
muertos y de perfumes abatidos.
xxx— Después .el momento del canto de las leñadoras al
rumor .del .torrente .bajo .la .ruina .de .los .bosques, del
cascabeleo del ganado al eco de los valles, y de los gritos
de las estepas. —
xxxPor la infancia .de .Hélène .tiritaron .los .pelajes y las
sombras, — y el pecho .de los pobres, y las leyendas del
cielo.
xxxY .sus .ojos .y .su .danza, .superiores xincluso .a .los
esplendores preciosos, a .los .fríos .influjos, al placer del
decorado y de la hora únicos.

 

 

 

Rimbaud, Arthur. Illuminations (Trad. Xoán Abeleira). Madrid; Bartleby editores, 2013.

 

EPIDERMIS, EPÍLOGO

 

EPIDERMIS, EPÍLOGO

«Llename de marcas» le dije, en un rapto,
y ahora no puedo mirarme en el espejo,
con lo que me gusta verme llorar
(me consta que es una práctica
más común de lo que parece).

 

 

 

Varas, Valentina. De todas las cosas que nunca entendí siempre vas a ser mi favorita. Cáceres; Ed. Liliputienses, 2018.

 

LOS POETAS NO SON GENTE DE FIAR 3

 

ELEONORA FINKELSTEIN

ABISINIA

Aquí vine a fracasar
algunos dicen
que prematuramente.
Pero no es así.
Si vas a fracasar, lo mejor
es que sea lo antes posible.

Y a otra cosa.

 

 

 

 

LUIS EDUARDO GARCÍA

TESTAMENTO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Daniel, Diana, León y Carlos Vicente

Si muero accidentalmente por bala
o acaso
«HOMBRE JOVEN POR GRANADA DESTRUIDO»
dejo listas mis Obras Completas en la carpeta «Poesía»

la contraseña es «poeta judío alemán
rumano
nacido en lo que ahora es Ucrania».

Favor de dejar la pornografía en orden.

 

 

 

 

VÍCTOR LÓPEZ ZUMELZU

FOTOGRAFÍAS

Quedarse a solas en el cuarto de tu chica
cuando ella ya se ha ido
no es precisamente una de las mejores ideas.

Estás ahí en medio de la habitación tirado
observando en la pared fotografías de otros chicos
que posiblemente al igual que tú
estuvieron en esta cama y piensas en algún día de estos
cuando concluya el verano tal vez

Tú también habrás de estar allí adosado
con los ojos detenidos en un punto
que ya no te pertenece

 

 

 

 

BRENDA RÍOS

PRESTACIONES

La mayor aspiración de mi familia,
de mi generación,
de mis amigos
es tener un buen empleo.
Cualquier empleo.
Una plaza fija.
Vacaciones pagadas, prestaciones, café ilimitado, clips metálicos,
fotocopiadora en un cuarto aparte,
persianas de plástico [tiras de algo blanco que permanece]:
qué belleza el pvc fracturado.
No podemos aspirar a más porque no hay más.
Lo sé, lo sabe mi familia, mis amigos, mi generación entera.

Y heme aquí, convertida en una gran empleada,
subida en el autobús del gran sueño de tantos,
dispuesta a gritar cuando los objetos se acercan al borde de la mesa.

 

 

 

 

ELENA ROMÁN

DINÁMICO

Vengo del sur y no toco las palmas,
vivo en el centro pero a un lado.
Ahora que al fin tengo sitio
no sé dónde guardar las cosas
que antes no me cabían:
objetos descatalogados cuya costumbre
era estorbar y que hoy
quisiera destrozar los cajones
en un canto a la libertad dinámico.
De momento, soy feliz
en esta casa que han tenido que pintar
para que no huela a los muertos que la habitaron.

 

EPIGRAMAS. MARCIAL. LIBRO II.

 

III

Sexto, nada debes, nada debes, Sexto, lo reconozco.
xxPues sólo debe, Sexto, aquel que puede pagar.

 

 

 

 

V

Que me muera, Deciano, si no quisiera pasar
xxtodos los días y todas las noches contigo.
Pero son dos mil los pasos que nos separan:
xxéstos se hacen cuatro mil, cuando tengo que volver.
A menudo no estás en casa, y estando a menudo dices que no:
xxa menudo sólo tienes tiempo o para los pleitos o para ti.
No lamento, sin embargo, andar dos mil pasos para verte;
xxpero sí lamento andar cuatro mil pasos para no verte.

 

 

 

 

VII

Declamas con gracia, pleiteas, Ático, con gracia,
xxescribes historias graciosas, poemas graciosos,
compones mimos con gracia, epigramas con gracia,
xxgracioso gramático eres, gracioso astrólogo,
y cantas con gracia, y bailas, Ático, con gracia,
xxeres gracioso con la lira, gracioso con la pelota.
Aunque nada haces bien, todo lo haces con gracia,
xx¿Quieres que te diga qué eres? Eres un gran figurón.

 

 

 

 

XI

Que ves a Selio con la frente sombría, Rufo,
que desgasta a horas tardías el pórtico con sus pasos,
que su rostro ceñudo calla alguna cosa funesta,
que su nariz indecente casi toca la tierra,
que golpea su pecho con la diestra y se mesa la cabellera:
no llora la muerte de un amigo o un hermano,
viven sus dos hijos y ruego que vivan,
sana está su esposa y su ajuar y sus esclavos,
no le han arruinado ni el campesino, ni el granjero.
¿Cuál es, pues, la causa de su tristeza? Cena en casa.

 

 

 

 

XXV

Nunca das, siempre prometes, Gala, a quien te ruega.
xxSi siempre mientes, te lo ruego, Gala, di que no.

 

 

 

 

XLI

«Ríe, si sabes, muchacha, ríe»,
había dicho, creo, el poeta peligno.
Pero no lo decía a todas las muchachas.
Y aunque lo hubiera dicho a todas las muchachas,
no te lo dijo a ti: tú no eres una muchacha,
y tienes, Maximina, tres dientes,
pero completamente del color de la pez y del boj.
Por tanto, si crees en el espejo y en mí,
debes temer la risa del mismo modo
que al viento teme Espanio y a la mano Prisco,
que la empolvada Fabula teme la lluvia,
que la albayaldada Sabela teme el sol.
Adopta un gesto más severo
que la esposa de Príamo y su nuera mayor.
Los mimos del ridículo Filistión
y los banquetes demasiado ligeros,
evítalos, y todo lo que con amable procacidad
distiende los labios en una risa franca.
Te conviene sentarte junto a una madre triste
que llora al marido o a su piadoso hermano
y dedicarte sólo a las Musas trágicas.
Y tú sigue mi consejo
llora, si sabes, muchacha, llora.

 

 

 

 

XLVIII

Un tabernero, un carnicero, un baño,
un barbero, un tablero, unos dados,
y unos pocos libros de mi elección:
un solo compañero no demasiado rudo
y un joven fuerte y por mucho tiempo imberbe
y una joven querida para mi joven:
dame estas cosas, Rufo, incluso en Butuntos,
y guárdate para ti las termas neronianas.

 

 

 

 

LI

Aunque a menudo no tienes en tu arca más que un solo denario,
xxy éste está más gastado, Hilo, que tu culo,
no se lo llevarán ni el panadero, ni el tabernero,
xxsino alguien orgulloso de su desmesurado pene.
Tu vientre miserable presencia los festines de tu culo
xxe, infeliz, siempre pasa hambre, mientras el otro traga.

 

 

 

 

LVIII

Pulcramente vestido, Zoilo, te ríes de mis prendas raídas.
xxEstán en verdad raídas, Zoilo, pero son mías.

 

 

 

Marcial, Marco Valerio. Epigramas (Trad. María Ohannesian). Barcelona; Ed. Plaza & Janés, 2001.

 

VALENTINA VARAS

 

LOS CHICOS, MI ABUELA Y VIVIR SOLA

un chico de la plata con el que salí
una vez y con el que ‘me besé’
sin ganas en una emboscada
en mi propio auto me puso
like en una foto que acabo
de subir a instagram.

me borró de facebook
según niki le rompí el corazón
no entiendo cómo pude haberle roto
algo más que un entusiasmo recién nacido
le pediría a él que me lo explique,
va a creer que me importa y yo solo quiero saber;
no sé si a todos les pasa eso de querer
saber todo todo el tiempo,
me resulta agotador pero es lo más
humano que tengo y no
quiero cambiarlo.

sentada en el balcón veo mi cuarto
desde afuera y no siento que sea mío,
es como si alguien me hubiera invitado
a este departamento y yo estuviera
visitándolo y recorriéndolo por primera vez,
como si me estuviera sentando
en metros descubiertos por primera vez.

quiero preguntarle a la dueña de casa
qué se siente vivir acá y cómo es y si a veces
es solitario y por dónde sale el sol, si
el agua de la ducha sale con buena presión,
si desayuna en la cama o en el living
o parada en la cocina para no hacer migas.

mi ex novio me dice en una nota de voz
de dos minutos quince segundos
que escucho con siete horas de delay
quiere ser mi novio y yo me abstengo
de decirle la verdad, de explicarle
que en realidad yo ya no quiero casarme
no con él, con alguien que apenas conozco.

sé que es una estupidez: te veo
bajar en la lista del chat de facebook
y me da ansiedad, no quiero que te vayas,
no quiero que te pierdas en la multitud,
entre personas que fueron conmigo al colegio
y compañeros de la facultad
me da culpa borrarlos aunque ya no
me acuerde de sus caras.

toda me da culpa y ansiedad,
culpa y ansiedad,
enjuagar y repetir
culpa y ansiedad.

hoy maté a mi abuela:
guardé una foto que mandó
mi tía la grupo de whatsapp
de mi familia paterna,
la guardé porque creo
que se va a morir pronto y no
voy a poder compartir una foto
más nueva de ella o no voy a poder
acordármela bien.

cuando vamos a almorzar pide caipirinha,
le agrega agua, me pasa mi sueldo de nieta
por abajo de la mesa y me pregunta si soy vegana
mientras como una hamburguesa con queso
y le explico qué es el veganismo y todas las veces dice
‘ahh, menos mal’.

menos mal que se lo puedo seguir
explicando, pero en el momento me irrita
y al instante me siento mal porque no sé
cuántas veces más se lo voy a poder explicar
pienso que todo es un indicio,
todo es un diagnóstico y me da terror
que la vida se vaya convirtiendo lentamente
en datos que entran en formatos cada vez más pocket:
un recibo, una receta, una factura, un telegrama,
una foto de mi abuela en la pantalla
de mi teléfono contaminada
con la notificación del like del chico de la plata
al que le rompí el corazón.

 

 

 

 

ALGUIEN VIVE AHÍ

tengo que ordenar
mi casa tengo que
hacer listas
tachar
secar
guardar
aguantar
avanzar
estar y
quedarme

juegos de llaves
juegos de almas
juegos de sábanas

me confunde que exista un fuego
más fuego que el fuego
las ventanas están sucias
y no puedo saber si es
lo de adentro o lo de afuera

cuando estoy mal te hablo
para estar un poco peor

tengo que ordenar mi casa
tengo una casa que ordenar
tengo una casa
y tengo esto

puedo no salir de la cama en todo el día
y puedo no peinarme nunca más
hasta puedo ser pobre
en la comuna catorce
tener olor a varón
en la almohada de al lado
puedo estar cuatro horas quieta y desenchufada
como una heladera nueva
que nunca voy a llenar

tengo que ordenar mi casa
doce agujeros nuevos en la pared
y otros tantos adentro mío
pero tengo que ordenar mi casa

hay fútbol en el living,
sopa en la cocina
un trapo rejilla en el baño
y aunque todo sea igual
a lo que hay en una casa
esta no es mi casa
pero la tengo que ordenar

tengo que ordenar mi casa
tengo que ordenar mi cabeza
tengo que tener más ganas de vivir sola
que de morirme con vos

 

 

 

 

FORMOL

desde los asientos del colectivo
que miran a la popa
la ciudad se rebobina
y me acerca a vos.

las heras se convierte en santa fe
pero santa fe no se convierte en las heras.
lost in translation o lost in transit:
los atajos de mi imaginación
llevan a tardes que nunca existieron.

vivo acá hace once meses,
y duermo todos los días
con la ventana abierta,
con ruido blanco de contrafrente.
hoy te pedí perdón
y escuché sirenas a lo lejos,
las noté también
en una canción
de tame impala:
yes, i’m changing.

si rebobino del todo
puedo sentir tu pija dura
entre mis piernas
el día que dijiste
que no mi ibas a coger
para que tuviera una razón para volver.

hay una intimidad de oro
que guardo en formol:
la noche que pasamos
yendo de una cama a la otra,
los paisajes del entrepiso.

te levantaste y pensé que eras perfecto
de una forma que jamás me había interesado.

 

 

 

 

TODO RIESGO

La destrucción total
también es una forma de magia:
había algo y ahora no hay nada.

 

 

 

 

POLÍGRAFO O ESTETOSCOPIO

Quiero saber a qué huele tu nuca a la mañana
si dormís de costado, boca abajo o boca arriba
si hablás dormido
si te despertás con legañas en los ojos
si frotás los pies contra las sábanas para inducir el sueño
si bruxás
en qué lado de la cama dormís
si roncás, si babeás
si respirás fuerte cuando estás concentrado
quiero saaber en qué pensás en la ducha
si te ponés primero el shampoo o el jabón
por dónde empieza tu recorrido en el supermercado
cómo pronunciás peceto, pizza, aceto, emoji, sundae, Fibertel
cuál es tu palabra favorita
quiero saber cuánto mide tu dedo del medio
por dónde me llegan tus remeras
si te ponés primero la media izquierda o la derecha
si usás boxer, slip o el otro que no me acuerdo cómo se llama
quiero que me expliques la diferencia
quiero saber si hablás en el cine
si te gusta que te chupen las orejas
si sos goofy o regular
si sabés chiflar
si podés enrollar la lengua
si cantás en el auto o caminando solo por la calle
si escribís en cursiva o en imprenta
si te costó aprender a escribir con pluma
si usabas mucho el papel secante
si te gustaba el nombre de la tinta azul real lavable
si lloraste en el último mes
quiero saber el apellido de tu mamá
los nombres de tus hermanos y de tus primos
cuál es tu comida casera favorita
cuáles son tus golosinas favoritas
qué canción ponés cuando no sabés qué escuchar
quiero saber si tuviste un amigo imaginario
si hiciste algo que nunca le contaste a nadie
quién es la primera persona a la que le contás lo que te pasa
si te hablás a vos mismo
si te querés a vos mismo
quiero saber si preferís jardín con pasto y sin parrilla
o patio con baldosas y parrilla
si sos más de lo salado o de lo dulce
si te tienta más un asado o un plato de pastas
si te sentís nieto de inmigrantes o si eso ya fue
quiero saber cuándo dejaste de creer en papá noel y cómo
cuándo entendiste lo que es el sexo
cuándo fue la última vez que tuviste mucho miedo
cuántas veces lloraste de felicidad
quiero saber si te gustan los bebés
si querés tener mascotas
si te tirás de bomba o de cabeza
si te gusta meterte al mar
si te gusta más la playa, la ciudad o el bosque
quiero saber si te angustia la vejez
si te preocupa la plata
si te importa el calentamiento global
o lo que pasa en alguna parte del mundo que está peor que nosotros
quiero saber a quién votaste en cada elección
qué noticiero ponés para ver cuántos grados hace o qué pasó en ese atentado
quiero saber dónde estabas el 11 de septiembre de 2001
el 20 de diciembre de 2001
dónde vas a estar el 21 de mayo de 2017
y el 22
y el 23
y el 24
y el 25
y el 26
y el 27
y el 28.

 

 

 

 

NOCHE-NOCHE

Llegamos a casa y no había luz,
lo podría haber anticipado:
las dos últimas cuadras
de la caminata fueron a oscuras.

Solo podía ver su nariz, sus pómulos
y el brillo de los tres años
de atraso o superávit de juventud
que tiene a favor y de la pátina de
humedad que trae enero:
36 grados a las 10 de la noche
y viento caliente en el mejor de los casos.

En la escalera de servicio
seis pisos y una sola luz a modo simbólico,
un cuidado mínimo:
ese artefacto de plástico con
un foco de luz blanca fría es
toda la diferencia entre
estar en los detalles,
estar en un detalle
y no estar.

Esa noche no caminamos
uno al lado del otro,
aunque sus pasos eran mucho
más largos que los míos
quedé un metro adelante;
me lo marcó tres veces en seis cuadras.

El living había conservado un aire
fresco y algo artificial;
por las ventanas cerradas
que dan al este, al tren
y después al río,
entraba una luz tenue
un poco naranja.

—¿Viste que en verano no se hace de noche-noche?
—¿Qué querés decir?
Nunca nos entendimos la primera vez en nada.
—Eso, que el cielo no se pone negro-negro en verano.

Los edificios apagados formaban una especie de
anfiteatro deshabitado, polígonos asimétricos
superpuestos, una cantidad incierta de capas
de distintos grises antes del horizonte.

Mi casa es más linda cuando está él,
más segura por lo menos;
pensé que quizás el corte de luz
traería una situación de mayor inseguridad
porque no funcionan las alarmas
aunque da igual porque mi casa no tiene.

Tal vez me gustaría
que viva acá pero cuando se va
todo queda dado vuelta:
los almohadones del sillón sobre la alfombra,
vasos sucios en el piso,
a veces derrotados,
cables enredados,
aires prendidos
y el mismo disco en loop.
¿Se (me) desordena todo
porque viene
o
porque se va?

Si viviera acá, ¿encontraríamos
el orden o quedarían
los tablones del parquet,
dispuestos en diagonal,
paralelos a ninguna pared,
cubiertos para siempre por sus zapatillas
y sus medias
y su mochila
y mi ropa
y la manta de polar bordó
que usamos para dormir la siesta del último invierno?

Me pregunto cómo serán
las camas de las parejas de Hollywood,
«No creo que muchos compartan la cama
ni ninguna otra cosa,
excepto hijos
y contratos».

Nosotros tampoco tenemos
un gran patrimonio: recuerdos
de la semana perfecta
y helado a las dos de la mañana.

Ocupando todo el ancho del colchón
con sus piernas largas y peludas
y el pote de telgopor encajado entre ellas,
el torso dorado, fibroso pero relajado;
parecía un gigante en la cama
de una plaza del otro cuarto,
donde está el aire acondicionado;
volvió la luz.

Buenos Aires, cómplice,
simulaba estar vacía,
todavía a oscuras:
cayó una intimidad
total y efímera
sobre la ciudad,
no:
sobre nosotros.

 

 

 

 

LOS INVITADOS

Puedo imaginar con muchísima claridad
una secuencia en la que yo te echo de
mi vida como si fuera una casa:
«Me parece mejor que te vayas»
mientras te acompaño a la puerta.

Hay más gente, es una fiesta
o por lo menos una reunión,
más de veinte personas,
menos de treinta,
y nadie se da cuenta
de lo que está pasando.

Si no agarro el picaporte
con todas mis fuerzas,
con ambas manos, antes
de que se forme la primera
lágrima va a ser imposible
completar esta tarea, techos altos
y el eco de todo lo que dicen todos
tapa mi suplicio agotado:
«Andate ahora y por favor
no hagas un escándalo,
que ya bastante hay adentro mío
queriendo irse con vos.»

Tengo que concederte
que siempre que te fuiste
tuviste la decencia,
el mínimo respeto,
de no volver
sin invitación.

Algo similar pero opuesto
a la delicadeza,
una interpretación
pobre y conveniente
del querer.

Voy a estar acá
los próximos quince segundos
viendo cómo todo,
que al final no era tanto,
se desarma, se encoge y
se desintegra, y los invitados
lo confunden con cenizas
de sus cigarrillos;
les pedí que no fumaran,
y a vos, que nos cuidáramos.

 

 

 

 

DESVELOS

Llegaste a las tres y media
de la mañana, entraste a oscuras
a mi cuarto, me encontraste
durmiendo vestida de civil
en la cama sin abrir
envuelta con la esquina de la colcha
de lino turquesa y me sacaste
las medias, una primero y la otra
después, te acostaste al lado mío
y solo pude pedirte que por favor
no prendieras la luz
todo lo demás ya
lo habías hecho
sin que yo dijera nada.

Tengo que dejar de llorar
para llegar al supermercado
antes de que cierre
hasta quién sabe cuándo,
quién sabe cuántas horas
tendrá esta noche.

 

 

 

 

RAVENSBURGER DE 1000 PIEZAS

Lo único que quiero
y lo único que voy a querer
por un tiempo es que
me abraces un ratito
y ese ratito va a ser
insuficiente y voy a
querer otro ratito más
y así
hasta que un día
sin darnos cuenta
estemos durmiendo
juntos todas las noches
trenzados, encastrados;
un rompecabezas terminado
interrumpido solamente,
diariamente, por la vida,
las obligaciones, lo amigos
la familia, los trabajos:
el paisaje que completa
la figura de la felicidad,
pero por ahora solo hay
una pieza, un pedacito
en el que estoy yo
en un plano lejano,
nada protagónico,
cerca del punto de fuga,
diciendo que te extraño.

 

 

 

 

CORAL

Hoy muy enojada
le dije al chico que me gusta
que me gusta.

Entiendo que la furia nocturna del mar
no es ira sino libertad;
a veces cuando estoy sola en mi casa
como ahora
yo también quiero gritar
porque estoy harta de portarme bien
y ser correcta y ubicada.

Sé que quizás no sabe que lloré
cuando recibí su mensaje por
mi cumpleaños, tirada en mi cama
mientras todos bailaban abajo
en mi fiesta, en mi casa.

No se imagina que no pude borrar las fotos
de la semana en el DF y que a veces las miro
como una película de amor que nunca llegó
al cine porque no tenía final feliz,
que hago zoom en nuestras caras
y se me llenan los ojos de lágrimas
hasta que solo veo manchas.

Que también lloré hoy cuando le pedí que
por favor ocupe un papel muy, muy chiquito
en mi vida mientras corría en la cinta
y escuchaba la misma canción
repetida no sé cuántas veces.

Que voy a llorar ahora,
cuando intente dormir,
con el mar escandaloso,
el único que me entiende,
que sabe que ser fuertes
y poderosos y empujar
también significa estar siempre
un poco más solos.

 

 

 

 

RESILIENCIA

Solo quedan los ácaros
en los libros usados
que compramos juntos.

 

 

 

Varas, Valentina. De todas las cosas que nunca entendí siempre vas a ser mi favorita. Cáceres; Ed. Liliputienses, 2018.

 

EPIGRAMAS. MARCIAL. LIBRO I.

 

XXXVIII

El librito que recitas, Fidentino, es mío:
xxpero cuando recitas mal, comienza a ser tuyo.

 

 

 

 

LXIV

Eres bella, lo sabemos, y joven, es verdad,
y rica, ¿quién podría negarlo?
Pero cuando te alabas, Fabula, en exceso,
no eres ni rica, ni bella, ni joven.

 

 

 

 

LXXII

¿Piensas que eres poeta gracias a mis versos,
Fidentino, y deseas que como tal te consideren?
Así, Egle se cree con dientes
cuando ha comprado huesos y marfil;
así Licoris, más negra que una mora madura,
se agrada maquillada de blanco.
Y tú, de la misma manera que eres poeta,
tendrás melena, siendo calvo.

 

 

 

 

LXXIII

No había en toda la ciudad, Ceciliano, nadie que quisiera
xxtocar gratis a tu mujer, mientras se podía:
pero ahora, que has puesto guardianes, es enorme
xxel tropel de folladores: eres un hombre ingenioso.

 

 

 

 

LXXIV

Era tu amante: tú, Paula, sin embargo, podías negarlo.
xxAhora es tu marido: ¿acaso puedes, Paula, negarlo?

 

 

 

 

LXXXVII

Para no apestar, Fescennia, al vino de ayer,
xxdevoras con avidez pastillas de Cosmo.
Este desayuno te frota los dientes, pero de nada sirve
xxcuando un eructo te sube desde el fondo del estómago.
¿No huele más la fetidez mezclada con aromas
xxy no llega más lejos el doble olor de tu aliento?
Estos fraudes demasiado conocidos y estas astucias descubiertas
xxabandónalas ya y sé simplemente borracha.

 

 

 

 

XCI

Como no publicas tus versos, criticas, Lelio, los míos.
xxO no critiques los míos o publica los tuyos.

 

 

 

Marcial, Marco Valerio. Epigramas (Trad. María Ohannesian). Barcelona; Ed. Plaza & Janés, 2001.

 

HOY, ‘POETAS EN LA BORIA’ EN LA CAFETERÍA ÍTACA DE MURCIA

Si les apetece, esta tarde pueden acercarse a la cafetería Ítaca de Murcia a escuchar a Luis Sánchez Martín, Álvaro Bellido y Anabel Úbeda.
Allí nos vemos.

 

DESORDENADA BIBLIOTECA

 

xxxNi el más ordenado ha puesto jamás orden en los libros, porque ya digo que si son buenos viven su vida por los anaqueles y si son malos se mueren solos, se can solos de la estantería, los huele un momento la gata, los aspira la aspiradora y desaparecen en el Panteón de Hombres ilustres de la Mediocridad.
(…)Siempre estoy leyendo un libro que no es el que debiera, pero el que debiera no lo encuentro y, además, resulta que me gusta más éste (…).
xxxA los libros, como a los gatos, hay que renunciar a domesticarlos.

 

 

 

Umbral, Francisco. Un ser de lejanías. Barcelona; Ed. Planeta, 2001.

 

PLANETA CLANDESTINO #220

 

Pocos saben que tengo otra hermana.
El azar nos separó al nacer.
Yo mamaba la leche de mi madre
mientras ella se secaba al sol.
Cuando perforaron mis orejas
ella recibió la ablación del clítoris.
Follé con hombres y sufrí por todos;
a manos de uno solo se quebró ella.
Me separé, lloré, abandoné mis sueños.
Ella murió unas cuantas veces
bajo piedras, ácido, sida y malaria.
Su cuerpo se deshizo y se recompuso.
En una o dos ocasiones fue feliz de morir.
Mi hija creció; mi hermana murió en el parto.
Años después parió una niña y se la quitaron.
Yo veo mi cuerpo envejecer; ella no tiene espejo.
Me pongo cremas antiarrugas
pero toda ella es un surco.
Yo hago listas de lo que le duele:
pero ella es la que administra su dolor.

 

 

 

 

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Cristina Morano

Las gatas buscan atalayas
desde las que contemplar el mundo.

Ellas dormitan sabiéndose a salvo;
yo me amurallo tras un libro.

Dice el poeta Rigo que la última
coraza es la lealtad.

Las hembras nos comprendemos:
el mundo es un peligro a nuestra disposición.

 

 

 

 

Tuvimos muchos hijos la intensidad y yo.
Los llamamos errores.
Ahora me siguen como niños de la calle.

Adóptanos, lloran. Danos tus apellidos.
Reconócenos. No nos abandones.

Y yo les digo: ¿no hicisteis vosotros
también daño? ¿No me desgarrasteis
al salir? ¿No me alejasteis de la inocencia?

Nos gritamos de una acera a otra.
Desde el pasado llegan multitudes a observarnos.

 

 

 

 

Cuando joven fui sierva
de los primeros besos, los que se dan
como rito de entrada en una nueva religión.

Tantos dioses. tanto fervor.
Tantas camas como altares.
Tantos cuerpos bellos como cristos.

Las manos pulsando espaldas
con la fe de una beata
que toca el órgano en la iglesia.

En el día del juicio, se sabrá la verdad:
yo fui una diosa sin perro
una perra sin dios.

 

 

 

 

Había un placer frenético
en tirarlo todo por la borda:

cuando veía salir del baño
a mis amantes, cubiertos
por los albornoces de mis novios.

Cuando era la graciosa de las fiestas
segando dignidad y cosechando resacas.
De cada droga pedía ración doble.

Yo sólo quería bailar con el caos
dejar de temer las regañinas
más terribles en mi voz que en la de otros.

Quería venganza por haber comprendido
al fin que ningún libro de instrucciones
iba a guiarme por los atajos.

Y lo quemaba todo, y disfrutaba al verlo arder;
sólo comprendía que seguía habiendo un juicio
cuando el fuego llegaba a los bajos de mi falda

y me condenaba a bailar con pasos ridículos.
Todos reían convencidos de que aquel
era el momento culminante de mi gran actuación.

Ahora, de vez en cuando, visito en el asilo
a la suicida que fui. Le llevo fotos de mi hija
y me da recuerdos para amigos que ya no veo.

Gracias a aquella, soy esta:
la que conoce el precio de los peajes.

 

 

 

 

Mi hermana me llama.
Yo llamo a mi hermana.
Envejecemos: cada día
un insomnio renovado
otra mala digestión.

Tarea ineludible
para cambiar el mundo:
darle a mi hermana
una buena noticia diaria.
Las niñas que fuimos
merecen su merienda.

 

 

 

 

He hecho todo
lo que se esperaba
de mí
pero en un momento
y en un orden
distintos
a los que se esperaba.

Esa ha sido
mi rebeldía
mi condena
mi victoria.

Coger atajos.
Perder el camino.
Aprender que las moras
crecen en las zarzas.

 

 

 

 

Hay un lugar entre la impotencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxy el heroísmo.

Entre el pozo y la cera derretida
xxxxxxxxxxxxxxxxxpor la cercanía del sol.

Entre el desengaño y la otra mejilla.

Hay un lugar. Cada día lo bautizo
xxxxxxxxxxxxxxxxxcon mi nombre.

 

 

 

 

A mi madre le enseñaron
el más triste aprendizaje:
sentirse culpable
xxxxxxxxxxde su alegría.

Con su letra esforzada
ella copiaba las penas
diez veces, cien veces, mil.
La risa era un borrón
xxxxxxxxxxen el cuaderno.

Madre, en este caso honrarte
será desaprenderte:
cantaré siempre a dos voces.

 

 

 

 

La que yo imaginaba ser
elegía a los hombres
por lo que soñaba que eran.

Y rodábamos juntos
películas de fantasmas.
Nadie resultaba quien parecía.

Todos fuimos mayordomos
de las apariencias, asesinos
de nuestro yo verdadero.

El final feliz bebía
solo en el bar de al lado.

 

 

 

 

Después de que los hijos
nos despierten por las noches
nosotras nos quedamos
más solas que a la luz del sol.

Entre sábanas revueltas buscamos
referentes: ¿pero quién, quienes?

¿Nuestras madres abnegadas?
¿Las satisfechas de las películas
las diligentes de los anuncios
las despreocupadas amigas sin hijos?

Espiamos a las madres que murieron
a las madres que no fuimos
a las madres que soñamos ser.

Pero al mirar a las otras solo vemos
sus ojeras acolchadas
como camas de catálogo.

Al resto lo oculta un pudor milenario
la higiénica sonrisa que proclama:
toma este lazo de terciopelo
y amordázate. Ofrece tu mejor perfil
y cuenta con él la misma historia.
No existes en ninguna mitología.
No nos traiciones.

 

 

 

 

Esos días en que mi hija
no me habla
o me habla poco
o emite sonidos displicentes

—además de recordar
que crecer tiene sus reglas
y que el rechazo funciona
puntual como un mecanismo—

me sirven para hacer un truco:
lo tomo como equilibrio
como un justo trato
para saldar todas las veces
que de una u otra forma le fallé.

Si hago arqueología de nuestra historia
llego al primer error: prometerle
que la protegería de todo.

Bien puede una madre
pasar de defensor a atacante
cuando intenta jugar
el partido de su vida.

 

 

 

Pérez Cañamares, Ana. Será ser mujer. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2019.

 

REPITIENDO RUMBOS EQUIVOCADOS

 

EN MEMORIA DE UN JOCKEY MUERTO

miraba hacia
abajo
intentando tranquilizar al caballo
cuando se encabritó,
y la parte superior de la verja
se introdujo por debajo del
casco de protección
del jockey
y le partió el cráneo.

yo había apostado por ese caballo,
el nº 9. se lo llevaron de vuelta
a los establos y al jockey
lo trasladaron en
ambulancia.
unos minutos después el locutor
del hipódromo anunció al público
que el jockey había
muerto.
pero la gente siguió
apostando.
lo que sí recuerdo, no obstante,
es que
diez minutos después del
anuncio
vi a un hombre meterse
un perrito caliente entero en
la boca, se vio
la mostaza, el panecillo, la salsa,
la salchicha y todo lo demás entrando,
y luego se cerró la boca sobre
todo ello
y masticó,
parpadeando
engullendo.

seguía con vida
el hombre del perrito caliente
mientras merodeaban las hienas
y la pantalla de resultados
destellaba.

 

 

 

 

REPITE

es un
viejo poema:
aquí sentado
de nuevo
a las 3 de la madrugada
después de haber escrito
unos cuantos,
todos los pitillos
fumados,
las numerosas hojas
por el
suelo,
hasta el
último
vaso
de vino.

ahora mover
el cuerpo
hasta la
cama.

pensando,
qué destino tan llevadero
me ha tocado en suerte,
lo
acepto:

vino y
poemas.

es así
como
los antiguos
poetas
chinos
eran capaces de
reír
y sobrellevar
la muerte y la
vida

por su
propio
bien

y por
el nuestro.

 

 

 

 

SU ÚNICO HIJO

resistir solo tiene
sentido
si sales
ganando
algo
al
final.
pero resistir
sencillamente por
resistir
es el desgraciado
empeño
de millones.

recuerdo
aquella vez
que enterré a mi
amor
y regresaba
después del
funeral con
su único hijo;
en vez de reconocer
el hecho
de la vida adulta
de rechazo y soledad
y la muerte de su madre
solo
hablaba
de la pasta
que
estaba ganando
ahora.

pensaba que
había resistido
pero no
era
así.
en su vida
no le
quedaba
nada
que perder.

era como un
pedazo de
carne
en una
carnicería.

y pensar
que ella
hablaba de
él con cariño
casi
todas las noches
antes
de dormirnos.

 

 

 

 

EL RUMBO EQUIVOCADO

transatlánticos de lujo
que surcan el agua
atestados de indolentes
y ricos
que pasan de un lugar a otro
con los corazones extintos
y las entrañas vacías
cual pavos en Navidad
el inmenso cielo azul en lo alto
desperdiciado
toda esa agua
desperdiciada
todos esos
dedos, cabezas, dedos de los pies, nalgas
ojos, orejas, piernas, pies
dormidos en sus
camarotes de
tarjeta American Express.

es como una tumba flotante
rumbo a ninguna parte.

esos son los muertos flotantes.
sin embargo, los muertos no son feos
aunque los casi muertos desde luego
lo son
sin lugar a dudas
lo son.

¿cuándo ríen?
¿qué piensan del
amor?

¿qué
hacen
en mitad de tanta agua?
¿y adónde quieren
ir?

 

 

 

 

«EXIJO UN POCO DE RESPETO»

lo más raro
después de vivir con una
mujer
varios
años

es que
por
muchos logros
milagrosos
que alcances

no
se
impresiona.

por ejemplo
podrías
dar
un salto
de 20 metros
y

apenas
se daría
cuenta.

pero si
algún otro
se levanta un par
de centímetros
del suelo

esa misma
mujer
aplaudiría
con entusiasmo
como si
fuera algo de lo más
especial.

a veces
en el momento
más amargo
uno se da cuenta de que
por muchos
años que
haya vivido con
la misma
mujer

siempre
ha
vivido
solo.

 

 

 

 

ORDEÑA UNA VACA Y TENDRÁS LECHE

en buena medida he dejado de idolatrar
a estas alturas a otros escritores
pasados o presentes
pero durante mucho tiempo fui
adicto a los escritores.
me parece que leí todos los
libros de D.H.
Lawrence, y aquellas estupendas
fotos:
se veía a D.H.
ordeñando
una vaca.
y estaban
Frieda y A.
Huxley
y todos los
demás.

antes creía
que escribir era algo
mágico que
hacía gente
mágica.
no pensaba que sería
así.
pensaba que sería
natural
sencillo
como
preparar tostadas o
bajar esquiando una
colina.

qué fácil parecía todo
desde lejos,
joder.

 

 

 

 

NADIE ES UNA ISLA

uso servicio de aparcamiento en el hipódromo, solo son
3 pavos más que el aparcamiento preferente.
por lo general llego tarde y
puedo dejar el vehículo ahí a la entrada:
solo hace falta un plan razonable
y sesudo
para seguir atravesando el
fuego.

los aparcacoches me ven todos los días y saben que soy un
cliente habitual, un apostador comprometido y de
confianza.
pero procuro conversar
lo mínimo,
mi único reconocimiento de
su destreza y su prontitud
son los 2 pavos diarios
que le paso al que me trae el coche
cuando me dispongo a marcharme
por lo general
cuando los están
llevando a los cajones
para la última
carrera.

ahora, de un tiempo a esta parte, los chicos
me preguntan
por los extraños cigarrillos en el salpicadero
del coche
y les digo que
son pitillos eral dinesh
de la India
liados y hechos de
hoja de betel.

una tarde
tras un día excelente
en el que había sacado 425 pavos
el aparcacoches me trajo el coche
señaló el salpicadero con un gesto
de cabeza y preguntó: —eh, ¿le importa
si pruebo uno de esos?

—para nada —dije—. y toma, invita
a tus colegas. —y
le pasé un
paquete.

luego tardé unos minutos en abrocharme el
cinturón de seguridad, ponerme las gafas
para conducir, ajustar el retrovisor, encender
la radio.
y cuando miré antes
de irme
había 3 o 4 aparcacoches
sentados en el largo
banco amarillo, cada cual fumando un
eral dinesh.
«¡a ver si os colocáis, cabrones!», les grité
y todos a una
me dijeron adiós con la mano,
entre risas.

doblé a la derecha,
en busca de la salida, y caí en la cuenta de que
hay pequeños momentos más
importantes incluso que apostar a los
caballos.

 

 

 

 

¿EN POS DE QUÉ?

río abajo, las uvas prensadas
el verano ha terminado
de nuevo
y los amantes
de
la mayoría de las cosas ya
no pueden encontrar nada que
amar.

mis 5 orgullosos gatos andan
por la casa
escuchando la lluvia fría
y dura

incluso ahora que el oto ha pasado
otra vez

ahora que Navidades y Años
Nuevos
esas plagas gemelas
me esperan
pacientemente.

mi mujer
duerme en el cuarto
de arriba
su pequeño cuerpo
de niña
anhela el
buen
sueño.

río abajo, las uvas prensadas
esta época es
la
cuchilla
grande y
triste

por favor por favor
por favor
que lo inevitable
tenga

por fin tanto
sentido
y sea tan
hermoso

como
mis
5 orgullosos gatos
que ahora duermen y
ya no escuchan
la
lluvia fría y
dura.

 

 

 

 

EL LATIDO DEL VINO

este es otro poema acerca de las 2 de la madrugada y cómo sigo ante la
máquina escuchando la radio y fumándome un buen
puro.
joder, no sé, a veces me siento igual que Van Gogh o Faulkner o,
pongamos por caso, Stravinski, mientras tomo vino a sorbos y tecleo
y fumo y no hay magia más delicada que esta.
hay críticos que dicen que escribo lo mismo una y otra vez.
bueno, a veces los hago y a veces no, pero cuando lo hago la
razón es que parece lo idóneo, es como hacer el amor y
si supieras lo bien que sienta me perdonarías
porque los dos sabemos lo veleidosa que puede ser la felicidad.
así que me hago el loco y digo otra vez que
son las 2 de la madrugada
y que soy
Cézanne
Chopin
Céline
Chinaski
abarcándolo todo:
los jirones de humo de puro
otro vaso de vino
las chicas hermosas
los criminales y los asesinos
los locos solitarios
los obreros,
esta máquina aquí,
la radio que suena,
lo repetiré todo de nuevo
y lo repetiré por siempre
hasta que lo mágico que me ocurre a mí
te ocurra a ti.

 

 

 

Bukowski, Charles. La noche desquiciada de pasos (Trad. Eduardo Iriarte). Madrid; Ed. Visor, 2014.

 

RUIDO DE VENENOS

 

LA MADRE MUERTA

Otra vez huérfana.
¿qué madre me aliviará ahora
tu ausencia?
Otra vez me crece dentro
el monstruo del silencio devorando todo
lo que no te dije.
Conozco la asfixia de ese animal,
cómo aprieta mi garganta y me hace
nudos en las manos.
Pero nuevamente llegué tarde.
La muerte siempre me coge fuera.
¿Qué hacía yo mientras tanto?
¿A quién amaría yo como tú me enseñaste
mientras enlutecías por dentro?

El vértigo de la muerte te alcanzó,
brutal, como una sombra que se adelanta
a la persona.

¿Cómo pude yo imaginar tu cuerpo,
como una tierra de muertos
devorando ferozmente tus órganos
con una bulimia implacable?

¿Cómo pude yo saber que el lodo de la muerte
enfangaba tus pulmones, el hígado,
toda la belleza limpia de tus entrañas?
¿Cómo pude yo sospechar que la tierra
se arrancaba un trozo de sí
para hacerte un sitio a solas?

Ese Dios no te merece.

Eras la más sabia congregadora
de amor, como una metástasis de calor,
pariéndonos a diario en la tierra común
que soñabas para vivirnos juntos y para siempre.

Sé que te has puesto dormida y en paz.
Que te volviste pequeñita y leve,
un puñadito de ceniza. Una pizca.
Después de tu estertor
yo te habría besado la frente
y retirado el pelo de la cara.
Yo te amaba.
Yo te amaba.

Dime qué clase de morfina
me aliviará tu hueco de hielo.
Te has muerto tan resuelta
como hacías tu vida y la de todos.

Yo te quería desde el interior de mi hueso
porque fuiste la mujer más fuerte y tierna
que acogió mi lomo leve.
Sin ti, el mundo es menos vivible.
Vuelvo a la orfandad.
Otra vez te mueres, madre,
y ahora sé que será para siempre.

Para siempre es sólo la muerte.

 

 

 

 

A LOS TRES AÑOS Y MIEDO

Eva improvisa un castillo de arena
con una fiambrera.
Ahora todo le vale.
Prepara viajes a sus muñecos
en los zapatos monovolumen de su padre
o en el número veintisiete que ya le va quedando justo.

Yo la ayudo en su arquitectura de flan pétreo
y le traigo conchitas.
Le incrusto ventanas, ventanitas,
puertas, balcones, terrazas…

Eva, fácil y desbordada,
me dice:
Ya, mamá, ya…
que se te va a escapar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxla princesa.

 

 

 

 

ÁNGEL NO EXTERMINADOR

Sé que estaré herida para siempre
en esta guerra sin muertos
que es vivir y vivirte
interrumpida, semanal, mensual,
según contrato,
y apareces siendo otra.
No crezcas a escondidas,
¿no ves que muero gota a gota?
Ocurre ahora.

Tu infancia se acelera
como un vértigo de pájaros ciegos
y yo no tengo cielo.
Los dañados en esta guerra de la vida
estamos mutilados para siempre
y no somos cielo de nadie.

Ten piedad, hija mía,
en esta guerra civil
de sangre contra la misma sangre.

Crece,
pero sin que yo me dé cuenta.

 

 

 

 

EL HUNDIMIENTO

Fue el instante de la lucidez antes de
la muerte. La rama verde.
Un instante: el amor, la vida, el embalse,
aquella cama silvestre ajena al desastre:
no íbamos a morir.
Y tú te hundiste dentro de mí
y los dos nos hundimos en el agua,
ahogándose en una cotidianeidad paliativa
hasta la muerte. La muerte inexorable,
la muerte paladeando lujuriosa
la membrana impermeable y nutricia
de nuestra familia.
Un huevo huero.
xxxxxxxxxxxxxxxxNada.

Hoy he vuelto a hacer el amor urgente
de la adolescencia. Él se ha hundido en mí
como un agua limpia disolviendo todos los coágulos.
Parecían medusas muertas.

Y ahora tú y yo somos dos extraños.

Y ahora nuestra vida no es más
que un tema de conversación.

Ni eso.

 

 

 

 

TERCERA PLANTA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxBaja a mi habitación.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEstuve pensando en ti.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxY estuve a punto de seducirme
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxa mí mismo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLeonard Cohen

Sube a mi habitación, amor,
sabes que allí está la verdad.

Una mujer y un hombre
que comparten mucho más
que el miedo a la muerte.

Sube a mi habitación, amor,
no sea que la muerte se acerque
y nos coja
rezándole a otro Dios.

Un hombre encuentra
a una mujer desnuda
sobre la cama.

Ven aquí, amor,
vamos a matarnos de mentira.

 

 

 

 

JUEGO DE NIÑOS

¿A qué estás jugando ahora?
¿Qué soliloquio mantienen tus muñecas?
¿De qué hablan Epi y Blas?

¿Se aman tus padres?

 

 

 

 

ESTAFA

Escucho a Nick Drake
en una compañía de seguros
y te has venido a mis dedos
como una nube dorada.
Me acuerdo de cuando hablábamos
de nuestra música: te brillaban los ojos.
Eso era verdad.

Entonces eras una presencia exótica
con una maleza hermosa de cabello rubio
y largos huesos como hilos transparentes.

Ocupabas la estancia en la que estuvieras
con tu resplandor estético y tu misterio.
Era imposible no verte en mi cama.

Los secretos de tu vida eran intrascendentes,
insignificante tu procedencia o sexualidad,
tus amantes. Tu homoerotismo.
Eras joven y hermoso: habría sido criminal
no enamorarse de ti.

Luego ocurrió.

Ocurrieron tus amantes ilustres…

Allá donde ibas, dejabas
un estanque de polvos.
¿Te llamarán ahora tus insignes?
¿Ya se olvidaron de ti?

Ven aquí, ve, ven a mí,
quítate el disfraz y confiesa que
eres una mentira,
que nunca exististe,

que me quieres.

 

 

 

 

CEMENTO

Somos la placenta de la tierra,
el rumor del útero primigenio,
somos la sangre del sistema límbico
y un ruido de heroínas en los tiempos.

Somos el silencio de los libros,
las páginas en blanco de la historia,
la costilla de menos,
el rostro escondido,
las costureras silentes de la historia.
Somos un grito que no se oye
y una nana de seda para los niños.

Somos el alimento del mundo,
la mano derecha y la mano izquierda,
el corazón abierto
y los ojos saturados tantas veces.

Somos el estiércol,
pero del estiércol también nace
la vida.

 

 

 

 

POESÍA PARA UN LUNES

Vuelve el lunes tras el hiato;
vuelve con los ojos llenos de sueño
y con menos sueños posibles,
vuelve funcionarial, rutinario,
como la tormenta tras el rayo,
como un matrimonio.

¿Dónde están las buenas noticias?

El lunes huele a detergente,
a vacío,
a comida congelada.

Los lunes nunca hacemos el amor.

Lunes, tediosa palabra de orden
depurativo y famélico.

No hay poesía los lunes. Ni pescado fresco.

Es lunes, pero te quiero
y eso me salva del mundo.

 

 

 

 

LLUVIA ÁCIDA

Hubo un hombre con el que
hablaba de política y bebía vino.
A la segunda botella
subíamos a la habitación
sin política ni vino.
Sin ganas.
Y comenzábamos a follar.

Ese tío
follaba despiadado y bestial
y sudaba gotas como golpes.

Córrete ya.
xxxxxxxxCórrete ya.

Iba deprisa
y el sudor me golpeaba
los ojos,
la piel,
mi pelo.

Córrete ya.
xxxxxxxxCórrete ya.

Me quemó la piel.

 

 

 

Vaz, Eva. Ruido de venenos. Huelva; Ed. Crecida, 2013.

 

HOY, PRESENTACIÓN DEL NUEVO LIBRO DE DAVID SARRIÓN GALDÓN EN MURCIA

Esta tarde, en la ‘Librería Circular’, a las 19:00 h., estará David Sarrión Galdón presentando el tercer título de la editorial La estética del fracaso: ‘Alpha Centauri (En Otoño)’.

Ver a David siempre es un lujo, así que no se pierdan la presentación esta tarde.

 

Allí nos vemos.

 

APOSTADORES TODOS

 

APOSTADORES TODOS

a veces te levantas de la cama por la mañana y piensas,
«no voy a soportarlo», pero te ríes para tus adentros
recordando todas las veces que te has sentido así, y
vas al baño, te adecentas, ves esa cara
en el espejo, ay dios ay dios ay dios, pero te peinas de todos modos,
te pones ropa de calle, das de comer a los gatos, recoges el
periódico de los horrores, lo dejas en la mesita del centro, das un beso
de despedida a tu mujer y luego te pones al volante y sales a la vida en sí,
como millones de personas más te lanzas al ruedo otra vez.

ahora estás en la autopista sorteando el tráfico,
te mueves hacia algo y al mismo tiempo hacia nada mientras enciendes la radio
de un manotazo y suena Mozart, que ya es algo, y de alguna manera
sobrellevarás los días lentos y los días ajetreados, los días
aburridos y los días odiosos y los días excepcionales, todos tan deliciosos
y tan decepcionantes al mismo tiempo porque
somos todos tan parecidos y tan diferentes.

encuentras la salida, cruzas la parte más peligrosa
de la ciudad, te sientes fugazmente de maravilla mientras Mozart se abre
paso hasta tu cerebro y se descuelga por tus huesos y te sale
por los zapatos.

ha sido una pelea dura que merecía la pena librar
mientras todos seguimos adelante
apostando por otro día.

 

 

 

Bukowski, Charles. La noche desquiciada de pasos (Trad. Eduardo Iriarte). Madrid; Ed. Visor, 2014.

 

DOS POEMAS DE ‘RUIDO DE VENENOS’, DE EVA VAZ

 

ENTELEQUIA

Hubo magia. Eso dicen,
pero yo estaba fuera,
en el día siguiente:

el 7 de enero.

En mí habita el horror de los regalos.
La muñeca sin párpados,
la caja vacía,
las pilas descargadas.
Estoy en la fractura de las muñecas rotas.
En mí, el caramelo envenenado,
la barba postiza.

Soy lo que sobra,
lo que no se recicla, lo que se amontona,
la basura:
una mujer, no joven.
Nadie.
El despojo de este país,
otro olvido,
un tumor social.

En realidad no existo: soy una invención
basada en hechos reales.

De mí habla la mitad de un telediario,
titulares, cifras, porcentajes.

Pero soy un número goloso,
venid a lamerme, perritos,
chupad mis lamentos,
jugad con ellos entre ministros.

Os dejo la desesperación:
haced un buen caldo con mis miserias.

Sois unos cabrones.

 

 

 

 

EL PLACER Y EL SIMULACRO

Todos te prometen
un éxtasis único
y acabas masturbándote
a escondidas.

 

 

 

Vaz, Eva. Ruido de venenos. Huelva; Ed. Crecida, 2013.

 

TIGRES BLANCOS

 

Mi amigo el doctor Soberón me lleva a un circo de Ventas (él ha sido médico de circo toda su vida) a ver 16 tigres blancos, cosa que no existía, o eso creía yo. Amo los tigres como Borges, pero no los exploto tanto. Efectivamente, son unos deslumbrantes ejemplares blancos con rayas negras. Sin duda proceden de Alaska o, al menos, del norte de Canadá. Son como reyes bárbaros y armónicos o como esclavos bellísimos, criaturas de furia y armiño. Se podría hacer un poema a cada uno de estos animales, como Rilke se lo hizo a una pantera de zoo (y era ella la que nos veía a nosotros entre rejas). No me gustan, empero, los grandes animales encerrados. Ni los pequeños. A mi gata no le pongo ni una cinta al cuello. Los bichos son naturaleza y hay que dejarles naturales. Lo que nos dan es un pedazo de universo vivo. ¿Por qué complicar eso?

 

 

 

Umbral, Francisco. Un ser de lejanías. Barcelona; Ed. Planeta, 2001.

 

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