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EL MAESTRO
EL MAESTRO
Íbamos escribiendo en la pizarra
los nombres de las cosas. Y los niños
los iban escribiendo en su mirada.
De pronto, levantaban
los ojos, y advertíamos
que ya eran hombres los que nos miraban.
Alfaro, Rafael. Los pájaros regresan a la tarde. Madrid; Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, 1995.
NO VER NO OÍR NO HABLAR
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XXXV)
MENTIRA
xxxxxxxxxxxxxxxPara María de Andrés
Es mentira el mar si me asomo
al poema de sus aguas y
en ellas no hallo a Héctor, María.
Es mentira su espuma sin zarpazo
en la cresta de tanta ola sin hache
que sólo viene a ser verdad de un adiós.
VERDAD
xxxxxxxxxxxxxxxPara Héctor de María
Es verdad el mar si me asomo
al poema de sus aguas y
en ellas hallo a María, Héctor.
Es verdad su espuma con zarpazo
en la cresta de tanta ola con hache
que sólo viene a ser mentira de un adiós.
Marín Albalate, Antonio. Poemas de cuerpo presente. Murcia; sinisbnedicion.es, 2014.
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XXXIV)
Dice Alberto Chessa, entre otras cosas, en el prólogo del libro:
«La fuerza de atracción que experimentan dos cuerpos dotados de masa -afirma Newton- es directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa. ¿Ah, sí? Pues entonces nos hemos equivocado de libro. Porque lo que Vicente Velasco Montoya sostiene en este es que la gravedad es «el origen de toda palabra», algo que el lector sólo descubrirá al alcanzar la última página, pero que este prólogo ha decidido en consecuencia anticiparlo en tanto que «todo estuvo escrito desde el final». Principio de gravedad es como un palimpsesto que contuviera las trazas de un discurso verdaderamente germinal, una suerte de puesta en limpio de una jam session de vagidos y balbuceos en busca de la raíz de las cosas. Para ese viaje el poeta ha cargado las alforjas con una buena provisión de sospechas y entredichos: si asoma algún método de indagación, ese no puede ser otro que el de la duda («la sed de las dudas eternas»); y ya se sabe que el que empieza desconfiando acaba en los brazos plantígrados del desengaño, más aún cuando se encara a cualquier expresión rotunda (venga este campanudo alejandrino como ejemplo: «Amor -vaya lenguaje decadente-, te adoro»). La actitud del poeta, de resultas de tamaño desafío, hace que recordemos la gravitas que late en esta gravedad, pues poco postureo frívolo o volandero vamos a encontrar en estos diecinueve poemas (numerados, por cierto, según la costumbre romana).
xx(…)El nombre de cualquier barco (Costa Concordia, es un decir) cuando se escribe en tinta de agua se translitera como Titanic. Sabemos bien que si zozobra la nave, no hay dios que salve a todo el pasaje y la tripulación, pero nos seguimos embarcando porque necesitamos no saber lo que sabemos para poder vivir o, al menos, sobrevivir; para acallar la suspicacia de que, a la hora de la verdad, no haya «botes salvavidas suficientes para tanto miedo», o para que uno sea libre -¡allá él!- de imaginarse a sí mismo «niño en un bote salvavidas».
xx(…)Quizá la clave de bóveda de todo el libro se esconda (asomándose) en un verso del poema «XVIII», ese envite por distinguir «El ser humano del ser humano».
xx(…)»Los dioses lo destruyen todo. Todo lo que ven», rabia el autor. Y sí, eso ya lo sabíamos (y quien no lo sepa, ojalá -si Dios quiere- que despierte a tiempo). Lo que no teníamos tan claro es que, de haber un único dios verdadero, según Velasco Montoya, se llamaría Ludópata: «Frío y duro enfermo del juego del azar»…»
Y aquí dejo algunos poemas del libro.
xxxxxIV
No. No soy un iluminado.
Nunca me han hablado las estrellas
cuando he mirado al claro cielo nocturno.
Soy yo el que habla con ellas
ofreciéndoles mi simpatía y soledad.
Soy el que les descubre la inercia de los cuerpos,
su algoritmo, su cadencia, su claroscuro.
Las alecciono sobre aquellos primeros objetos
que caen en la bolsa negra de la muerte.
Los zapatos, el último jersey y la ropa interior.
Aquí tiene sus objetos personales. Si quiere
podemos hacernos cargo nosotros mismos.
Palabra de enfermero. Te están echando.
Tu dolor sobra allí. Es inapropiado. Fin.
Y llegados a este punto en concreto
sus años luz de sabiduría colisionan.
Siempre van a recuperación.
Suspenso en condición humana.
Me pregunto si serán capaces de discernir
que una misma muerte es un crisol de imágenes
donde todo aparece y se desvanece fácilmente
con la misma realidad.
La muerte siempre es diferente y por ello siempre
resulta igualmente ignominiosa. Es un virus mutante.
Una pandemia de recuerdos.
La muerte es la distancia exacta,
al milímetro,
que nos aleja constantemente de las estrellas.
xxxxxVI
(SACRAMENTO TERAPÉUTICO)
xxxxxxxxxxxxxxxA Guillermo Vivero Salmerón
¿Por qué no vamos directamente
al origen del asunto?
¿Por qué no limpia la herida
desde la propia herida?
¿Por qué hablar de nuestra infancia?
¿Por qué cuestionarme el haber ido a la guerra
si ella misma es el juego en el que siempre
nos hemos imaginado vencedores desde niños?
¿Por qué no conjurarnos en el dolor, en mi dolor?
Porque si vamos a seguir hablando usted,
señor terapeuta, va a sufrir igual que yo.
Post Scriptum:
Y si alguno de los dos debe desaparecer
en esta fría estación de sentimientos,
y si usted sigue con su sonrisa burlona,
y si seguimos mordiendo el aire
como si nada ocurriese,
le voy a recitar mis vidas completas,
se las voy a dejar encima de su escritorio
y cuando vaya a leerlas con descuido
explotarán entre sus manos, y sólo usted,
repito, sólo usted, habrá tenido la culpa
de pasar a engrosar el número de bajas
en esta batalla por la que desgraciadamente
nos hemos equivocado de órbita para colisionar
en un cúmulo estelar de divanes para imbéciles.
xxxxxVII
(DIMENSIÓN PROUST)
xxxxxxxxxxxxxxxxxA Juan de Dios García
Un buen amigo poeta contó los pájaros
de mi cabeza mientras yo releía a
Hans Magnus Enzensberger y él torturaba
a sus alumnos con el Conde Lucanor.
Era un día en el que se alejaban las cosas
como repelidas por un equivocado magnetismo
y yo me sentía un astronauta en pleno vuelo
espacial. Traje blanco, gravedad cero,
respiración pausada, rodeado del vacío
como una tortuga que atraviesa la autopista
ajena a la distancia, al tiempo, a las ruedas
que el azar nos arroja como único destino.
¿Y qué destino es este, amigo mío?
Nos desplazamos por el arcén del espacio
inmutable a lo largo de las dimensiones
conocidas. Primera, segunda, tercera y el tiempo muerto.
Las restantes son nuestra memoria, el recuerdo
que vuelve a nosotros tan vívido, tan limpio,
sus sabores, toda una orgía de Marcel Proust.
Aquel francés sí fue un verdadero astronauta.
Posiblemente a la hora de morir en su habitación
se manifestaran los nenúfares más cilíndricos
que una aurora boreal pueda ser capaz de fabricar.
Posiblemente hubiese merecido morir en el Titanic
para yacer así hoy día como arqueología submarina,
objeto precioso de ladrones y funcionarios.
El mismo destino, al fin y al cabo.
Él mismo.
Pero, querido amigo, ¿cuál es el destino?
Tú allí haciendo maldecir a veinte jóvenes
el nombre sagrado de toda la literatura.
Y yo aquí con mis pájaros. Extraños seres.
Los pájaros. Vuelan pero no son ingrávidos.
Los pájaros, como yo, observan hasta el horizonte
pero nunca llegan a alcanzar el horizonte deseado.
Esos pájaros, rara avis de la creación humana,
se conforman la mayor de las tardes con una magdalena
mientras observan en el firmamento naufragar un navío
sin botes salvavidas suficientes para tanto miedo.
xxxxxX
(UN HOMBRE QUE HABLABA CON LOS ZAPATOS)
xxxxxxxxxxxxxxxxxA José María Velasco Aparicio,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmi padre.
Si alguna vez he de buscar el verdadero centro
de la metafísica, la fuerza universal que,
dicen, lo rige todo, observaré con detenimiento
a ese hombre que sigiloso se acerca a una
estantería repleta de zapatos, los acaricia,
intercala sus posiciones, sus orientaciones
con respecto al Sol, los arcanos y las profecías.
Y esperaré, ansioso como un niño, que les hable,
les murmure unas frases antiquísimas, desveladas,
mágicas. Y que todo para él vuelva a tener sentido.
Nunca se compartirán aquellos secretos
porque es un ser pretérito. El pasado es su tierra,
la frontera última entre mi infancia y el recuerdo.
Un testamento repleto de algoritmos y pisadas.
Velasco Montoya, Vicente. Principio de gravedad. Cartagena; Ed. Balduqe, 2015.
AMY
Hoy hace cuatro años que murió Amy Winehouse. Siempre que me acuerdo de ella me viene a la mente este magnífico poema que en su momento le dedicó Andrés García Cerdán.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLick your lips as I soak my feet
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx-Amy Winehouse-
Despertadme a las siete, por favor. Dejaré
que mi cuerpo se pierda una vez más
por las calles de un sueño que me llama
desde hace tiempo –voy desnuda y descalza
por el centro herido de una avenida,
es de noche y los taxis se detienen
en esquinas llenas de posters y contendedores de basura,
un gran árbol de flores blancas me da cobijo
bajo su sombra, dentro de su luz.
Es blanco nuclear
el rincón que mi cuerpo busca ahora,
cuando agonizo,
en el momento de perder las riendas
por el fuego y el éxtasis de Londres.
Mi cuerpo quiere el frágil desencanto
del edificio que está siempre a punto de derrumbarse.
Mi boca prefiere el oscuro lenguaje de los márgenes,
la profundidad de la voz del viento
en este infierno
donde, al menos, la radio está siempre encendida
y siempre suena a soul y a blues.
Dejadme dormir
un poco. Despertadme cuando el ruido
de la apisonadora haya acabado,
cuando hayan acabado este horrible estornudo de realidad
y este miserable puritanismo histérico
que convierte los huesos de los hombres
en papel de periódico
con que se envuelve el pescado podrido.
Despertadme cuando el presentador
de las miserias de este mundo haya reventado.
Con todas mis fuerzas deseo
que les exploten en la boca todos
sus putos reality shows
a esas sanguijuelas hijas de puta,
que han olvidado el lenguaje
y que han olvidado la verdadera cara de los ángeles.
Dejadme dormir. Solo un rato
dormir. Quiero lamerme los labios, ver en sueños
un mar de whisky de verdad,
entender hasta dónde,
hasta dónde se puede caminar en la tierra,
hasta dónde puedo pisar sin hundirme en el fango,
hasta dónde, sin que mis pies de estrellas
se claven en la mierda de los otros.
Esto es algo que se aprende:
el paraíso solo puede ser artificial.
En esa lejanía artificial
encontré las únicas ropas pulcras
y los únicos ojos transparentes del mundo.
Nada hay –nada hubo– bajo el cielo
digno de la pena absoluta
de ver bufar a los incrédulos,
a los tristes de corazón, a los estúpidos.
Y dejadme deciros
bajo este gran árbol de flores blancas
que os están enterrando vivos
y que, si alguna vez os preguntaran qué significa vivir,
os miraríais, unos a otros, atónitos y ridículos,
levemente idiotas,
y que no haríais nada: tan solo dejar de miraros,
devolver vuestros ojos a la televisión,
asistir como cerdos al momento
en que el mismo presentador hijo de perra,
en muy breves instantes,
estará hablando con desprecio, sin lenguaje,
de mis canciones, que nunca oirá,
y de mi muerte.
CÍRCULOS VICIOSOS
ÁNIMA MÍA
SI SÉ LO QUE ESCRIBIR, JAMÁS ESCRIBO
Si sé lo que escribir,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxjamás escribo.
Si escribo es por saber lo que sabré,
aquello que aparece
xxxxxxxxxxxxxxxxxxal descubierto,
mientras uno lo escribe,
y se desnuda
sólo para nosotros,
y no aparece más en los desnudo.
Si sé lo que decir,
xxxxxxxxxxxxxxxxno digo nada.
Igual que nada pienso,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsi sé lo que pensar.
Si digo, es por asombro
de adónde me conduce estar diciéndome.
Si sé lo que sentir,
xxxxxxxxxxxxxxxxx¿para qué amarte?,
cuando lo tuyo propio es la sorpresa
de permitirme amarte en este tránsito.
Si supiera escribir,
xxxxxxxxxxxxxxxxxno escribiría.
¿Para qué ser escriba de alguien mío
que impone que yo viva a su dictado?
Si escribo, es por probarle a mi ignorante
el ánimo interior de su ignorancia,
la fuerza capital que hay en la búsqueda.
Nunca saber,
xxxxxxxxxxxxy siempre estar diciendo.
Nunca escribir,
xxxxxxxxxxxxxxy siempre estar intentándolo.
Todo es incertidumbre,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy suspensivo.
MUNDO MÍO
Quiero llegar al mundo por mí mismo.
Por mí mismo a mi mundo.
No me sirven
otros mundos ajenos,
están lejos de mí, de quien me habita.
No habito en un universos de un extraño:
para extraña me basta esta extrañeza,
mi propia extranjería me es bastante.
Hoy quiero sólo el mío,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel mundo propio,
el que no existe en nadie,
el que nadie querría, si está cuerdo,
el que a nadie le sirve sino a mí,
el insensato mundo que he inventado,
para caber en él mientras me invento,
con el descalabro rigor que me autoriza.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEn ese mundo mío,
tan viejo como el mundo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsoy mi predecesor,
pero es tan joven
xxxxxxxxxxxxxxxxque aún está por nacer,
es inminente,
xxxxxxxxxxxxxy en él soy mi heredero.
Quiero tan sólo el mundo
que se pueda decir con mis palabras justas.
Ningún otro sabría dónde nace,
dónde muere y concluye.
Lo sólito privado para el uno
que me asiste en la vida, y que se basta
para no ser bastante mientras vive.
Lo exclusivo recóndito más íntimo.
Lo predilecto hermano que me abraza.
Allí yo soy quien funda mundos vuestros
donde vivir muriendo con vosotros.
SANACIÓN
Me curo de vivir en lo que escribo,
y en lo que vivo sano de escribir.
Son dos fervores
y una misma dolencia.
Me prescribo palabras,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmi narcótico:
sin ellas, mi no-mismo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxestá enfermo de mí.
La alegría, si no escribo alegría, no es perfecta,
y cuando ya lo he escrito, se me brinda
la realidad, alegre, para el brindis.
Parece, por tan pura,
pura superstición, pero yo expío
no sé bien nunca qué,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpago una deuda
que contraje en mis sueños.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSoy dichoso,
con la dicha infantil del absoluto,
si el ángel de un poema se me anuncia.
Cuando llegan las nubes, me repito:
no han llegado las nubes. Y no llegan.
Cuando busco la lluvia, me aconsejo:
la lluvia ya está aquí, y aunque no llueve
me mojo con la lluvia.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMe persuado
de que cumplo en mi vida, con la vida,
si advienen las palabras.
Se vive de ilusión.
Curo con tal que escriba que me curo.
Mi no-mismo y mi yo son mis ilusos.
UNOS BUENOS ZAPATOS SON EL MUNDO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Chema López
Son los de estar en mí como a mis anchas,
los hice con la piel que fui mudando,
los de mi propio paso a la deriva,
los de sentir mi suelo vuelto carne,
los de írseme los pies por esos mundos.
Son de gamuza azul, los de serpiente,
para ir reptando en pos de mi alegría.
Son zapatos de baile mis zapatos:
quien no quiera bailar,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque se retire.
Quien no quiera gastarlos,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque se aparte.
Están desparejados, no importa,
estos zapatos de mis ilusiones:
paseo si imagino que paseo,
igual que cuando marcho paseando.
Estos zapatos son de siete leguas.
De tanto ser zapatos, son mis botas.
Mi solo andar sediento por las dunas.
Los de irme a caminar sobre las aguas.
La mano los trazó para la mano.
Los hizo a la medida de su boca,
para el capricho de unos ojos límpidos.
Para que secundasen sus ideas:
los zapatos conformes son mi cuerpo.
Son zapatos de boda con el mundo,
los de mis esponsales con la música
que emana de existir.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxEstán lustrosos:
los ha lustrado el niño pensamiento.
El siempre partidario de ir descalzo.
AYUNANDO
A veces nos conviene desasirnos,
quitarnos de la boca lo más propio.
Negarnos la apetencia nos afirma.
Perdernos al albur,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxdesalojarnos,
desahuciarnos de casa por un fuego
que limpie de impurezas nuestra casa.
Dejarnos ir, en ondas,
declinar de quien somos y quien fuimos.
A veces nos ayuda el renunciar
a nuestras certidumbres, proceder
por un afilamiento,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxadelgazarnos
de nuestras ilusiones.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLa templanza
de estar entre las cosas sin anhelo,
para anhelar estar entre las cosas.
A veces el vacío
en el que se diría que flotamos
es todo lo más pleno que nos colma.
Muchas veces conviene ser mendigo
de nuestra realidad,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxquedar ayunos
de lo que más amamos y nos ama.
Permanecer a un lado,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmirándonos pasar,
dándonos la limosna de no darnos
más limosna que la de seguir vivos.
Conviene endurecer,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxfraguar sutiles.
Y regresar al mundo, voraces,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcon más ansias.
¿QUÉ ME LEVANTA EN MEDIO DE LA NOCHE?
¿Qué me levanta en medio de la noche,
mientras que me desvelo en duermevela,
y me hace transcribir, como un poseso,
el jeroglífico en donde me pregunto
qué me levanta en medio de la noche?
¿Quién me dicta
lo que escribo al dictado de unos ecos
que utilizan mi voz para decirse?
¿Desde cuál ultratumba de mí mismo
se me alecciona en sombras,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxse me aturde:
la ultratumba del niño, la ultratumba
feroz de adolescencia, la del muerto
que aguarda en ultratumba a que yo llegue?
¿De qué orquesta de ahogados se levanta
la discordante música que suena,
ese murmullo grave que me acuna?
Es absurdo
sufrir la ocupación por unas voces,
que no son yo,
xxxxxxxxxxxxxy lo son, y que me habitan.
Como absurda resulta esta alegría
de que algo me levante, sin porqué,
en mitad de la noche y que me dicte,
para ser el calígrafo de nadie.
Para ser
el oráculo de todos mis fantasmas.
PEREZOSO EN LA ARENA
Permanecer tendido en esta playa
es un universal de la alegría.
Porque ha existido siempre,
porque es una
e idéntica a sí misma entre lo eterno,
con cada vez que ocurre
acontece el milagro de lo incólume.
Estaba la mañana en su apogeo,
con todo el esplendor de su detalle.
El sol se desleía en lava ardiente
y era lo que el sudor le reclamaba:
que el fuego,
xxxxxxxxxxxxun ángel más,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcauterizase,
por mis poros abiertos esta vida.
El mar era un espejo de ternura:
la que a mí me embargó,
como en destello,
mientras miraba el mar,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxenternecido,
la carne inmemorial que unge la carne.
Una brisa traía, alquitranada,
el perfume de un mundo satisfecho.
Yo era el testigo fiel conmigo mismo.
Y fui para conmigo el partidario.
Algo mío pervive, muy conforme,
en la arena del tiempo minuciosa.
No importa que ahora sueñe
en la vigilia,
o que haya despertado
y ande muerto.
Mi pereza sagrada es hoy bastante.
Mi pereza radiante basta y sobra.
MATERIA OSCURA
Los nuevos sacerdotes, los arúspices
que escarban en el vientre del espacio,
que leen en los posos estelares
diagnostican que la materia oscura,
la materia hipotética cuya forma ignoramos,
ocupa el veintidós
por ciento del total del universo.
Hay un setenta y cuatro
por ciento de una fuerza,
no menos hipotética y no menos oscura,
que impregna todo el cosmos,
y expande el universo acelerándolo,
una fuerza mayor de la que nada
sabemos por ahora.
El resto, un delicado cuatro por ciento frágil,
es lo que vislumbramos
como nuestro universo conocido.
De manera que soy
universal al ciento por ciento de mi ser.
Una materia oscura me da forma.
Me desconozco pleno. Lo que intuyo
de mí son conjeturas, y no hay pruebas
de que me intuya bien.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxUna energía,
que es más de lo que veis,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy toda ignota,
me empuja, en ondas tercas, hacia el mundo.
Mi cuerpo pesa en mí más que yo peso.
Mi instinto sabe más de cuanto sé.
Irradio, de ignorancia, una luz negra.
Se diría que opaco,
y transparento.
Bienvenida a mi hogar, materia oscura.
Los dos vertemos sombras.
Me estoy yendo de mí,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxacelerándome.
Cada vez más veloz,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxme expando lejos.
DICHO EN SILENCIO Y ESCUCHADO
Nada dicen jamás las elocuencias,
cuando se habla de amor,
cuando el amor exige ser hablado.
Sólo el silencio alcanza la elocuencia
que al amor corresponde,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel timbre justo
con que correspondemos al amor.
Todo cuanto se dice acaba en eco,
por eso dice más lo que se calla.
Lo que callamos juntos nos define,
como el amor da voz a lo que somos.
Te quiero -escucha bien-
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxen lo que digo,
y sobre todo vivo en lo que callo,
porque dice mejor lo que más quiero.
Silente sé que escuchas lo que escucho.
Tácito, sé que tú me sabes, tácita.
Te querrá mi mudez como ella explica.
Tú entiendes más allá:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxme sobrentiendes.
Quiero ser imprudente en mi cautela.
Mi palabra por fin se despalabra
de todo su rumor,
xxxxxxxxxxxxxxxxxpara servirte.
Mi palabra de honor te está rendida.
Esta boca fue mía y hoy es tuya,
como tuyo es también mi estar ausente.
Como también son tuyas mis mudanzas.
Tuyos, de nadie más, son los sigilos,
para tanto silencio enamorado.
TEA
Hay un instante de gloria sensorial
en que todo es un lecho de pura brasa viva.
Se inmola la blancura incandescente,
sobre su altar en ascuas,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy me asombro.
Se atiene a su ardimiento nuestra hoguera.
Es un instante de majestad sin llamas,
sin otra duración que la del fuego
quemando hacia la entraña de sí mismo.
El momento pregnante está ocurriendo:
le ha entrado por el nervio hasta la esencia,
a este tronco tenaz toda la lumbre.
Me remito a ese instante. Me confío.
Lo que queda del árbol sin el árbol,
lo que recuerda al bosque sin el bosque,
aún se mantiene en pie contra su suerte.
Hay que hacerse matar como lo impone
esta tea en su luz soliviantada.
A esa indocilidad nos encomiendo,
con esa obcecación ardo en mi quema.
MÍNIMO RENACER
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Antonio Cabrera
Hay un cuajo de luz
lechosa en la mañana,
un coágulo
que usurpa, blanquecino, todo el cielo.
Fuera abanica un viento muy salobre.
Viene languideciendo en humedades
que lánguidas presagian el otoño.
Veo ropa tendida, la funámbula,
artista del alambre en sus vaivenes.
Las síncopas del aire le han prestado
a su naturaleza
una desarmonía muy juiciosa.
Flamea como un látigo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy de pronto,
queda atónita en vuelo.
Hay sábanas azules, prendas niñas,
todo ropa interior, que es cualquier prenda,
porque ampara la piel, lo más profundo;
porque templa la voz, lo más privado.
Mira el botín completo de estas vidas.
Aquí no anda la sangre,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpero anduvo.
Las heces y el sudor,
el peso enfermo de las sombras tristes,
la sal de los amantes y la hiel,
la herrumbre de las máquinas del hombre:
aquí se vertió todo, a mayor gloria
del obsceno dios mundo con sus máculas.
Pero ha ocurrido el agua, y nada es viejo.
Ha acontecido el sol, y ha inaugurado
el entero destino, cera virgen.
Ondea ya, desnudo,
en la ropa tendida, y entendida,
a la espera de un cuerpo que la ultraje.
Estoy flojo
de mis entendederas,
pero en mis tendederos estoy fuerte.
A punto de estrenarme,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde nacer,
recién lavado y tierno para el mundo.
A PRIMA MADRUGADA
Hay algo mayestático en el hecho
de adueñarse del tiempo en la alta noche,
de alzarse desde el sueño a la vigilia,
para predisponernos valerosos
a la interioridad,
al gozo de uno mismo en su desvelo,
al duelo de uno solo con su espíritu.
Un algo mayestático,
por íntimo.
Se diría que todo,
en el afuera,
trasmina su perfume,
a través de lo oscuro, a mi ventana.
Toda esta vecindad de lo que existe
se encuentra acomodada en su letargo,
y rendida a mis pies.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxTodo parece
que ha virado a su centro hasta encontrarse.
Hay algo voluptuoso en madrugar:
como un dispendio de salud al aire.
Otro vivir de vida anticipada.
Cada cosa ha viajado a su matriz,
y allí late completa:
los hombres, en el útero
de sus sábanas blancas;
los objetos, bajo el caparazón
que nos los vuelve objetos;
y yo enseñoreando de este tránsito,
camino de la luz,
despierto sobre el ápice
de mi conciencia alerta.
En posesión de mí,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxpatrón del alba.
OTRO CANTAR
Éste es otro cantar:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxel que yo canto,
y no acaba de ser el canto mío.
Se dice en esta voz,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxpero es un préstamo.
Por tanta intimidad,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxya no es de nadie.
No sé cantar, ni sé,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxpero me basta
el desentono propio en que murmuro.
Si otro gallo cantara, ¿yo qué haría?
¿Cómo iba a darle sed a esta agua muda?
Escucho mi canción, y la obedezco.
La canto a mi dolor, y así se espanta.
Qué bien me satisfago
con este no estar siempre en mis cabales.
Tiempo habrá de venir
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde ser ninguno.
Vendrá un tiempo después
-no tengo duda-
de no poder decir la boca mía.
MAÑANAS DE COLGAR
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Sergio Barrera
Mañanas de colgar,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxlas hacendosas
mañanas de uno mismo,
con la obra siempre en marcha,
laborando
en ordenar el mundo:
y no se ordena.
Mañanas de arrumbar lo arrinconado.
Mañanas de prender
una pira con todo lo que ha muerto.
No hay nada que se esconda en los baúles.
Que en la memoria no se enquiste nada.
De hacer, por las mañanas, agujeros.
Mañanas de sudor, para lo físico
con que eleva puntales nuestro espíritu.
Aquel clavo no saca ningún clavo:
en su punta, clavel,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxflorezco el día.
De fresar a cuchilla los metales
que nos quitan el sueño,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsiempre en círculos.
Vivir despide esquirlas a la boca.
Mañanas de colgar y ser colgadas:
acomoda tu cáncamo,
como el mejor recuerdo, en la pared,
para que se sostenga y nos sustente.
Si está el tapiz dispuesto
sobre el muro,
no hay nada que temer.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEstamos listos,
para tanto que puede nuestra mano,
por tanto como mana de esta fuerza.
Mañanas de colgar
xxxxxxxxxxxxxxxxxx-qué bien compuesto-
nuestro mejor retrato en la mañana.
CASA EN ESPERA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Francisco Brines
xxDebe de estar ahora toda en luz,
dispuesta en claridad desde el principio:
la casa sin nosotros,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxy anfitriona.
xxDebe de estar ahora tan silente,
tan embebida en su estatismo alerta,
que podría auscultarse la armonía
de cuanto en ella late y ha latido.
xxEl rítmico alentar de lo que es mueble
y de lo inamovible, que respiran.
xxDebe de entrarle fiel, por los balcones,
la efusión del jardín,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxcon sus cien verdes
de clorofila invicta,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxy cien aromas.
xxAún se podrá arquear, entre sus muros,
disipada en el aire electrizado,
la energía de amor que de allí emana,
la energía de amor que nos congrega.
xxTodo lo bien vivido está en las casas,
dándoles fundamento hacia sí mismas,
xxmoviendo a nuestro ser como es debido.
xxNo hay quien no tienda a un punto umbilical,
a un ámbito que le haga amar la vida.
Una casa en espera me ata al mundo,
xxy a mayor atadura, más me ordena.
Es mi lugar matriz:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxsoy huésped suyo.
xxAunque lo arruine el tiempo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxestaré en casa.
Yo también tengo un eje moral gravitatorio.
Marzal, Carlos. Ánima mía. Barcelona; Ed. Tusquets, 2009.
SERÁ IMPOSIBLE DEVOLVERTE EL TIEMPO
No podré devolverte el tiempo tuyo.
Quiero decir el tiempo
que no te supe dar,
el tiempo mío, en ti,
que nunca fue:
todo aquel tiempo nuestro que debió
encarnarse en nosotros.
No podré reintegrarte
el tiempo malogrado,
que es cualquier tiempo sin estar contigo.
Todo aquello que otros compartieron,
sin presentirlo de tu propiedad,
sin sospechar que yo te lo ofrecía,
en el altar del tiempo,
aunque tú no estuvieses junto a mí;
el tiempo sin nosotros:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxun destiempo.
Se me ha muerto quien fui,
quien debí ser entonces,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcomo se ha muerto en ti
quien tú debiste ser, para que fuéramos.
No existe redención para ese instante,
nunca podré ofrecerte nada a cambio.
No sabré, ni siquiera, resarcirte
con lo que me resarzo de tu ausencia:
la incautación que hacemos del presente.
Y sin embargo añoro mi añoranza,
estoy hecho, también, de mis destierros,
de la tierra sin ti, por cualquier parte.
Soy en mis lejanías
quien tú sabes que soy, pero a tu lado.
Vivo a fuerza de un tiempo que no existe.
Fuera de ti, también tú eres mi fuerza.
Nunca seré del todo quien no estuvo.
No hay tiempo que recobre nuestro tiempo.
Marzal, Carlos. Ánima mía. Barcelona; Ed. Tusquets, 2009.
LA TIERRA AMENAZADA
CAMPOS DEL FRENTE
xxSon los campos.
Los campos ahora de nadie;
de la guerra.
xxEl llano se queda triste.
Dura y antigua la sierra.
xxRocas y surcos perdidos,
hoy sólo campos de guerra.
xxNo pasa nadie por ellos.
De vez en cuando se quedan
como ajenos a las balas
que en el aire van secretas.
xxPor ellos, vamos luchando.
¡Campos de España en la guerra!
EL BARRO
xxEl barro no es un caballo,
un caballo hermoso, entero.
El barro es un buey muy grande,
pero ciego.
xxTengo manchadas las manos
de este barro sucio, espeso.
…Mis horas son como un árbol
que está caído en el suelo.
xxAquí está el barro, parece
que me resbala por dentro.
¡Barro es todo, todo barro,
desde la tierra hasta el cielo!
EL VINO
xxEl vino, ¿qué será el vino
cuando se bebe en la guerra?
Tiene dentro una memoria,
la sombra de una conciencia.
Beberlo es como un dolor,
un dolor que se sintiera
dulcemente como un eco
donde el alma se despierta.
xxSi viérais qué flor caliente
pone en el pecho a cualquiera,
y cómo tiene, sombría
de sueños la cabellera.
xxNo sé qué tierra aparece,
no sé qué agua se refleja,
no sé qué aroma de plantas
regadas, verde gotea.
xxBeberlo es casi soñar
cuando uno vive en la guerra.
EL DESAPARECIDO
xxAy, que nadie caminaba.
…y aquel soldado pasó,
ya de noche, entre las jaras.
xxSu rostro moreno y serio
que la luna iluminaba.
y aquel andar duro y noble
de su tierra castellana.
xxYa nadie le ha vuelto a ver.
Ay, que nadie caminaba.
CANCIÓN IRÓNICA DEL INVIERNO
xxEl invierno es como un lobo
que a la Sierra se ha subido.
xxEl viento corre asustado,
por los pinares perdido.
xxY van los ecos lejanos
por las aguas de los ríos.
xxEl viento corre asustado,
y hace frío.
PAISAJE EN FORMA DE PINAR
xxEste pinar de la sierra,
este pinarillo verde,
helado bajo la luna
tiene un aire que semuere.
xxApenas si se le oye
en la noche, lentamente,
moviendo dulce las ramas
pesadas de blanca nieve.
xxEste pinar de la sierra
que yo cruzo tantas veces.
EL SOLDADO Y SU MUERTO
xxHermano. Mi triste hermano.
Hombre a hombre, ahora te veo.
…No sé que siento pasar
de irremediable por dentro.
xxLos dos estamos aquí.
Los dos en tu cementerio.
Los dos estamos aquí.
Yo dolorido. Tú, muerto.
xxYo, sobre el suelo, penando.
Tú, cadáver, tierra adentro.
xxMi estatura es mi estatura.
La tuya es campo desierto.
Con el polvo de tu tumba
Trabaja mi pensamiento.
xx…Los dos estamos aquí.
¡Oh, qué minuto tremendo!
…¡Está tu carne tan cerca
y, hombre a hombre, no la veo!
xxLa tierra -¡siempre es la tierra!-
pone su olvido por medio.
CANCIÓN DE LA SUERTE
xxAy, que ha pasado mi suerte
como una yegua espantada,
galopando duramente
entre la luna y el agua.
xxVa la sombra de mi vida
como un fuego, huracanada.
Mi suerte sin su jinete,
golpe que no va a nada.
xxLa Muerte deja en el frío
su negra luz de fantasma.
Y una avecilla se pierde,
lentas de dolor las alas.
xx¿Adónde va mi destino?
Caballo en la madrugada.
xx¿Adónde va mi destino?
Silbo frío. Es una bala.
RECUERDO DE LOS MUERTOS
xxEstá la encina, solitaria y triste,
en la parda quietud de aquel terreno.
En el campo de peña miserable,
es un árbol desnudo, gris, tremendo.
xxLa única voz de los peñascos mudos
que ponen su dolor junto a los cielos.
La única voz que nace de esta tierra
es su tronco desierto, adusto, ciego.
xxYo pienso en hombres que aquí luchan.
Yo pienso en hombres que aquí han muerto.
xxVuelvo a mirar la encina solitaria,
los campos que se pierden a lo lejos.
Miro en los aires nubes que van sombrías,
miro el mudo torrente de los cielos.
xxAquí, sobre la tierra dura,
aquí sobre la tierra, han muerto.
Hombres que agonizaron, que perdían
la forma de su sangre sobre el suelo.
xxAquí, sobre los altos riscos
que en siglos y por siglos son misterio.
Aquí, sin árboles, sin hierba,
en la peña desnuda, están sus huesos.
EL PAREDÓN DE PIEDRA
xxOscura angustia tienes,
tú, paredón de piedra.
Tu mole silenciosa,
bajada a tajo, es ciega.
xxEres como un dolor
atroz, roca siniestra,
que te agolpas sombría
como una frente muerta.
xxAnte tu borde mudo
algo de mí se despierta;
algo quisiera ser
tu delirio o tu fuerza,
cuajada eternamente
en esta gris materia.
xxAquí estás tú, tremendo
de silencio y de piedra,
encerrado en el peso
sordo de tu tormenta,
pugnando con lo oscuro
que trabaja en la tierra.
xxOh, paredón sombrío,
catástrofe de piedra.
Oh, paredón sin nadie,
triste como la tierra.
CARNAVAL EN LAS ALAMBRADAS
xxBebamos. Bebemos
¡Que baile! ¡Que baile!
xxAlegre el recuerdo
ha saltado al aire.
xx¡Que baile! ¡Que baile!
Y, ¿quién baila? Nadie.
xxSolo el parapeto.
¿Quién hay adelante?
xxLa muerte sin rostro
pasa abstracta, grave.
xxSilencio. La piedra.
…Ya no canta nadie.
Suárez Carreño, José. La tierra amenazada. Madrid; Ed. hispánica, 1943.
SOLEDADES EN VUELO
A ORILLAS DEL SILENCIO
xxxxx1
xixPUEBLO
Sumiso pueblo esquivo -cal y nube-,
hoy como ayer alta estación del tiempo,
humillado en el cielo de tu olvido,
mas tan firme en tu pie breve y lunado
para poder sentir tus soledades.
Renaces como un alba sostenida
por esas puras alas de tu espíritu,
caricia y voz de tantas arduas noches
de baja tierra y dura geografía.
Allá la torre -tantas blancas torres,
cerco sin fin de lúcida agonía-
vuela sobre los yelos gemidores
como una queja cándida de niño.
Al sol difícil, mayo prolongado,
abrillantas tu lánguida blancura,
verdecida de valles, verdecida
de una doliente flora de granito.
Tu vertical presencia se levanta
a colinas remotas, tierna espiga
de una estival cosecha de luceros.
Embebido en erráticos rabeles
-¿dónde el lejano gozo que los tañe?-,
danzas al sol, y de la fosca nieve
sabes hacer bordones de nostalgia.
Esa belleza inmóvil que te ronda,
vuelo de eternidad, cumbre de hastío,
donde convergen tiempos y distancias,
se vuelca en ti, movilidad rendida,
te viste la emoción de su trasmundo.
De papel -o de piedra- risa alada,
como una flor tronchada de hondos huertos
entrañables, qué leve arquitectura
tu sonrisa, tu luz, tu voz, tu sueño.
Sumiso pueblo esquivo -cal y nube-,
hoy como ayer un agua fugitiva
tras cada posesión; tras cada goce
un aguijón de cálidos beleños.
Hoy como ayer, mañana como siempre,
tan cierto amor que crece en el olvido.
xxxxx2
xxMONTAÑA
A solas con el dulce amanecer,
tanta mojada piedra por jardines
difíciles, y frondas milagrosas
de cielo y tierra, en lívidos cristales,
con nieve rosa y árbol conmovido.
Con árboles que ascienden de su tronco
como lentos mensajes de las sombras,
en el vivo relámpago de abril.
Qué celeste pincel muda el desmayo
de tanta espesa noche acumulada,
de tanto duro sueño torvo y frío.
Amanecer de vida fugitiva,
llena los ojos, riega los desvelos,
los abre a su escultórica armonía.
Ya la sorpresa cede al calendario
-que pinta allá en la tierra exactitudes-,
y la impaciente luz alza sus alas
en una curva unánime de trinos.
Mas nuevas soledades más altivas
ciñen la clara voz de cada aurora;
soledades labradas en los brazos
de la mañana vertical, madura,
vigilantes, en cerco de fulgores,
con espadas de espinas y de nieves.
Los árboles, suspensos en el oro
de su propio temblor, vuelan, deliran,
y a su sombra se ordena, vacilante,
toda la piedra azul de la mañana.
Mañana rumorosa de colmenas
doradas, de anchos mares esculpidos,
que te enciende, montaña, que te afirma,
que te envuelve, y aquí en tu alada cumbre
-redondo sol sobre tu helado olvido-,
te fija unos momento, para luego
pulir tu flor, tus árboles henchidos
-alborada segunda de tu día-,
con manos de suavísimos cendales.
DE LA VOZ CONFIDENTE
xxxxx6
A LUIS FELIPE VIVANCO
xxPor su ‘Tiempo de dolor’.
¿Ha brotado una nueva tierra más bella y pura,
de más hondos paisajes, de una luz más serena?
Todo nace adiestrado por la voz que enajena,
pule, acaricia y sume lo rebelde en clausura
de soñados espejos, que, al morir, se depura,
para ser en su puesto de diamante o de arena
-nuevo don del confín, de la lumbre que estrena-
chopo fiel, gentil flor, imposible ternura.
Todo brota, o desciende por la escala del trino,
desbordada presencia, voladora armonía,
ya la sangre cristal y el dolor primavera.
Todo pulsa, en remota soledad, su destino,
para alzar en la frágil transparencia del día,
su humano ardor, en celo de mítica frontera.
Pérez Clotet, Pedro. Soledades en vuelo. Madrid; Ed. hispánica, 1945.
ZOZOBRAS COMPLETAS
Ayer nos levantamos con una de esas noticias que le arruinan el día a cualquiera: nos ha dejado Javier Krahe. Y no tengo palabras para más. Dejo aquí una foto que me hice con él y uno -a mi parecer- de sus mejores temas.
NEMBUTAL
Ella se quita la vida a diario,
no sé por qué
no se convoca a un ilustre notario
para dar fe
de que sin duda es la mayor artista
del desvivir,
no la supera ningún trapecista,
ningún fakir.
Basta que un cerdo le pegue algún chasco
sentimental,
y acto seguido ella toma del frasco
de Nembutal.
Como practica el suicidio a destajo
más pertinaz,
por la mañana antes de ir al trabajo, voy a La Paz.
Mientras mojamos tortell con microbios
en el café
le repetimos a coro los novios:
anímate,
que la montaña a Mahoma no vaya
es lo normal,
pero a tu alcance está siempre la playa
y es casi igual.
El primer día que llega a la playa
suele pasar,
que ella persiste en tirar la toalla,
tirarse al mar.
Gracias a Dios siempre va en su socorro
algún delfín,
que nos la salva atizándole un porro,
¡ostras Pedrín!.
Si por azar le ha tocado la china
de un buen hachís
aplazará su entrevista Alfonsina
su vis a vis.
Porque -esa es otra-, es la literatura,
su otra pasión,
y cuanto más sea contra natura
su defunción
un autor tiene mucha más garra,
más interés:
todos tenemos un póster de Larra,
pues ella tres.
Virginia Woolf nos la vuelve tarumba,
y hasta un jersey
le ha tricotado a la cruz de la tumba
de Hemingway.
Pido perdón por hacer un inciso
tan funeral,
retomo el hilo de aquel paraíso
artificial,
que junto al mar le ayudó, sin embargo,
para que no
atravesara por un trago amargo
de H2O
Pero es inútil. Si se recupera,
cuando está bien
un par de días ya se considera
Matusalén.
Y agarra el coche, que aunque es un cascajo
se pone a mil,
y echa en cualquier curva por el atajo,
rompe el pretil.
Un precipicio le va cantidubi
si es eficaz
para ingresarla de nuevo en la UVI.
Vuelta a La Paz.
Y el traumatólogo le dice: Hola,
cómo te va.
Y ella musita desde la escayola:
ni fu ni fa.
Y en un arranque pueril que revela
su torpe afán
se comerá toda la mortadela
que allí les dan
Con la esperanza de alcanzar su norte
con la ilusión
de darle al mundo un penúltimo corte
de digestión.
Y dado que en cada intento de ésos
sufre un revés
van a sacarla en un libro de excesos
que hay en inglés.
Van a decir que es la mayor artista
del desvivir,
no la supera ningún trapecista,
ningún fakir.
Basta que un cerdo le pegue algún chasco
Sentimental
y acto seguido ella toma del frasco
de Nembutal.
Que se convoque a un ilustre notario
para dar fe
de que se quita la vida a diario,
no sé porqué.
Ella se quita la vida a diario,
no sé porqué.
UN CONEY ISLAND DE LA MENTE
xxxxx5
xxxxxxxxxxxxSometimes during eternity
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsome guys show up
and one of them
xxxxxxxxxxxxxxxwho shows up real late
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxis a kind of carpenter
xxxfrom some square-type place
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlike Galilee
xxxxxxand he starts wailing
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand claiming he is hip
xxxxxxxto who made heaven
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand earth
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand that the cat
xxxxxxxxxxxxwho really laid it on us
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxis his Dad
xxxxAnd moreover
xxxxxxhe adds
xxxxxxxxxxxxxIt’s all writ down
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxon some scroll-type parchments
xxixxwhich some henchmen
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxleave lying around the Dead Sea somewheres
xxxxxxxxa long time ago
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand which you won’t even find
for a couple thousand years or so
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxor at least for
xxxxnineteen hundred and fortyseven
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxof them
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxto be exact
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand even then
xxxxxnobody really believes them
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxor me
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxfor that matter.
xxxxxYou’re hot
xxxxxxxxxxxxxxxthey tell him
xxxxxAnd they cool him
xxxxxThey stretch him on the Tree to cool
xxxxxAnd everybody after that
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxis always making models
xxxxxxxxxxxxxof this Tree
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxwith him hanging up
and always crooning His name
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand calling Him to come down
xxxxxxxxxxxxxxand sit in
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxon their combo
xxxxxxxas if he is the king cat
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxwho’s got to blow
xxxxor they can’t quite make it
xxxxOnly he don’t come down
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxfrom His Tree
Him just hang there
xxxxxxxxxxxxxxxxxxon His Tree
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlooking real Petered out
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxand real cool
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxand also
xxxxxxaccording to a roundup
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxof late world news
xxfrom the usual unreliable sources
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxreal dead
xxxxx5
xxEn algún momento de la eternidad
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxalgunos tíos se presentan
y uno de ellos
xxxxxxxxxxxxxque se presenta muy retrasado
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxes una especie de carpintero
xxxixxxde un sitio de mierda
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcomo Galilea
xxxxxxxxxy comienza a vociferar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy afirma que está enterado
xxxxxxxxxxxxde quién creó el cielo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy la tierra
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy que el tipo
xxxxxxxxxxxxxxxque nos colmó de rollos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxes su Papá
xxxxxxY además
xxxxxxxañade
xxxxxxxxxxxxxTodo está escrito
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxen una especie de rollos de papiro
xxxxxxxque algunos secuaces
xxxxxxxxxxdejan esparcidos por algunas partes del Mar Muerto
xxxxxxxxxxhace mucho tiempo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy que ni siquiera los encontrarás
en dos mil años o más
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxo al menos en
xxxxxxmil novecientos cuarenta y siete
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxaños
xxxxxxxxxxxxxxxxpara ser exactos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy aun así
xxxxxxxxnadie cree en ellos realmente
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxo en mí
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde verdad
xxxxxxxxEres cojonudo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxle dicen
xxxxxxxxY le despachan para el otro barrio
xxxxxxxxY le ponen a estirar en el Árbol para que se enfríe
xxxxxxxxY después de esto
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtodos están haciendo siempre modelos
xxxxxxxxxxxxxxxxde este Árbol
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcon Él colgao
y siempre canturreando Su nombre
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy llamándole a Él para que baje
xxxxxxxxxxxxxxxxy forme parte
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde su combo
xxxxxxxxxcomo si fuese el cabecilla
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque tiene que tocar
xxxxxxo si no la cosa no funcionará
xxxxxxPero él no baja
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde Su Árbol
Queda colgado allí
xxxxxxxxxxxxxxxxxen Su Árbol
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy parece estar Hecho polvo por completo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy muy colocao
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy también
xxxxxsegún un resumen
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde las últimas noticias del mundo
xxde las habituales fuentes al parecer no fidedignas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmuertísimo
Ferlinghetti, Lawrence. Un Coney Island de la mente. Madrid; Ed. Hiperión, 1981