Archivo
CLUBES DE LECTURA, MURCIA 2016-2017 (O ALGO ASÍ)
De principios de 2016 hasta abril de 2017 estuve trabajando en la empresa que coordina los clubes de lectura de Murcia. Y los llamo ‘clubes de lectura’ porque esa es la denominación que tienen, ya que lo que sucede en la mayoría de ellos es que la gente que a ellos acude se cuenta lo que les ha sucedido durante el mes que no se han visto (se reúnen una vez al mes).
Es cierto que hay un par de ellos que merecen la pena, pero el resto están para cancelarlos e intentar hacer algo con ellos partiendo de cero.
Todo comenzó cuando la anterior empresa que los coordinaba perdió la concesión debido a que el ayuntamiento publicó un pliego en el que la mayoría de los puntos se le daban a la empresa cuya oferte económica fuera más baja. El caso es que cuando un servidor comenzó a trabajar en ellos, muchos usuarios llevaron a cabo un boicot contra los nuevos trabajadores (demostrando así la empatía que poseen). Además, durante las primeras sesiones tuvimos que lidiar con los libros que ya había programados; pero es que cuando se nos solicitó que participáramos en la reunión para decidir qué libros se leerían en el curso 2016-2017, a los nuevos no se nos tuvo en cuenta ni para un 10% de los libros escogidos, ya que la mayoría los escogieron las bibliotecarias encargadas de cada club (!!). Sobra decir que más del 50% fueron best-sellers de una ínfima calidad literaria, así que uno ya se podía imaginar cuál iba a ser la batalla a librar durante los siguientes meses.
¿Que no me creen? No recuerdo si en la primera o en la segunda sesión, tuve que asisitir a un club de lectura como moderador de esa pequeña obra conocida como ‘El Quijote’. Cuando terminaban las sesiones, se pasaba una ficha para saber cuál había sido la impresión de los usuarios y ésta fue una de las que me entregaron, la primera que guardé debido al shock que me produjo semejante disparate:
A partir de ahí las sorpresas no dejaron de sucederse. La coordinadora de uno de los clubes, la bibliotecaria en cuestión, me confesó que en «su» club no se lee poesía ni cómic porque a ella no le da la gana. En otra ocasión, explicando someramente cuál ha sido la evolución de relato en los últimos cincuenta o sesenta años, una de las usuarias me espetó que esa era mi opinión. O cuando decidí leer la crítica sobre cierta conocidísima novela y no se imaginan lo que las señoras en aquella reunión pudieron llegar a decirme (incluida la bibliotecaria, encargada de seleccionar aquello); vamos, de hecho, una de las respuestas fue ésta:
En fin, los clubes de lectura me parecieron igual que los talleres de creación que existen en ciertos centros culturales, en el que quien imparte el tallar le dice a todos los asistentes lo buenos y bonitos que son sus textos, en el que la visión crítica brilla por su ausencia y en el que lo paleto de esta región campa a sus anchas. Y si quieren otro botón como muestra, bastaría decir que la queja más repetida sobre mi manera de moderar las sesiones era (cómo se me ocurriría planteármelo siquiera) que hacía preguntas sobre literatura (!!).
La pregunta tras el paso por los talleres es la misma que cuando me hablaban de aquellos talleres de creación ¿quién ha permitido tal degeneración?
En fin, que ha sido una de mis peores experiencias relacionadas con la lectura (me niego a decir que con la literatura) y una manera más de comprobar que leer mucho no implica leer bien.
ARTURO SÁNCHEZ
De la misma antología de la que subía los primeros poemas ayer, otro poeta; en este caso, el catalán Arturo Sánchez.
NÁPOLES
Naples, Naples, heart of the beast, lung of the city.
Nápoles de fauces con sarro, fauces de bestia,
Nápoles abortada en la mañana crística y latina
Nápoles de claxon en mi cerebro, chewing thirsty mouth of the beast
xxxxxin the void
Pericolosa Napoli
Nápoles de la desesperanza de princesas destruidas de corazón
xxxxxblanco blanco blanco inmaculado
Blanco mortaja
Blanco Jesucristo, Nápoles de la Virgen
Nápoles del vulgo sin hércules pero con barrigas descomunales y
xxxxxlabios gordos y colgantes y estúpidos.
Nápoles madre de ira, madre sucia y hambrienta en el día y en la
xxxxxnoche,
Fauces del hombre y del odio tatuadas con moho sucios brazos del
xxxxxHombre en la frutería de via Chiara y vagabundos con kleenex
xxxxxen Santa Chiara
Napoli miracolosa!
Toma este poema escrito en la cama de mi hostal cercano y desierto
xxxxxde amistades y la miseria de Whalid-Cristo en la cama de al
xxxxxlado durmiendo vestido con un quiste sobre el labio
¡Whalid, Whalid, you who are here to work, we believe in you, y
xxxxxcreemos en tu santa ausencia durante la escritura!
Nápoles de Milagros y del Hermafrodito se sesenta años, barrigón,
xxxxxrubia, horrenda, irreconocible, irreconciliable bajo las lujosas
xxxxxarcas de la galería Umberto I
¡Napoli de imprecaciones incomprensibles!
Nápoles en tu madriguera, Nápoles en tu agujero, Nápoles bajo
xxxxxtu piedra,
Nápoles fundada sobre los huevos de Virgilio, the lord is with you,
Nápoles ira, Nápoles de princesas en apuros donde he visto a las
xxxxxmujeres más hermosas y más solas y más terribles y más
xxxxxtristes
Nápoles herrera de deformidades, Nápoles sorda y el camarero
xxxxxlobotomizado en el vertedero
Nápoles de castillos cuyos fosos son parkings y chatarrerías y
xxxxxcocodrilos embalsamados desperdicio de señoras gordas
xxxxxdesdentadas
Nápoles de Santo Domingo, de Santa Clara, de San Genaro, de
xxxxxSanta Lucía, Nápoles insomne, ¿cómo es tu noche?
Lello 5 estrellas, Lello el hijo de la Ira linfático y frágil dice
xxxxxpericolosa, pero me hablarías al oído en la noche para
xxxxxsusurrarme tus misterios.
Nápoles de los hermanos y los primos y la sangre.
Nápoles de la halitosis, Nápoles de portales, arcones y aire sucio,
xxxxxNápoles tupper-ware olvidado pestilente, no todo está
xxxxxperdido.
Nápoles de Whalid fumando en la ventana y de los grillos
xxxxxnocturnos, no todo está perdido.
ISRAEL PADILLA
En la antología ‘Nueve nuevos poetas’ que publicó La Bella Varsovia en 2014 aparece, entre otros, Israel Padilla. De él dejo aquí algunos de los poemas que aparecían en aquella antología.
EL CAMIÓN de la basura
vuelve cíclico
como agua
de fuente podrida
hoy no necesito que me lleven
un cuervo agoniza
se tambalea desorientado
¿a dónde irán sus plumas?
confinadas entre costillas
mojan tinta del pecho
caparazón de poemas aplastado
míralos desparramarse
circulen
vamos
circulen
aquí no hay nada que leer
PASARON años
sin tocarnos
yo no lo llamaría
mantener el contacto
TENDREMOS hijos de papel
con picos de colibrí
y orejas de lobo
los anillaremos
que todos sepan
que no son libres
como sus padres
EL AMOR que me vendiste
es un contrato
con demasiada letra pequeña
EL FIN DE SEMANA PERDIDO
MENSAJE A LOS ADOLESCENTES
xxxxxxxxxxxxxxxxxxEsto no debéis intentar repetirlo en casa, niños.
Niños, probad a hacerlo en casa
y sabréis lo que es bueno sin que os lo cuente nadie.
Recordad que no hay nada que vuestros padres puedan enseñaros.
Ellos no son vosotros.
Acostaos, bebed.
Hace siglos que están ocurriendo estas cosas
y nadie ha demostrado
que sean mucho peores que una guerra.
Existe un paraíso tras esa raya blanca.
Cuanto hace daño y no hacéis,
niños, lo estáis cambiando por la serenidad.
¿Os han hablado de ella? ¿Sabe alguno a qué sabe?
Si ignoráis quiénes sois evitad el rodeo
de averiguarlo uniéndoos a los demás. Una plaza en el grupo
es un puesto en el mundo;
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxahora bien,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxniños,
que levante la mano el que quiera morirse siendo útil y sensato.
Tenéis razón: no es nada divertido.
Por lo demás, sé que no sois felices,
a lo mejor pensabais que todo el mundo os odia. Pues es cierto,
pero sobran motivos: sois jóvenes y estúpidos
y no tenéis derecho
a todo ese futuro que vais a malgastar (como nosotros).
Entonces, ¿estáis solos? Así es.
Aprended a ser libres, no esquivéis la mentira;
sabréis por experiencia que es más sólida que una verdad pactada.
Y sobre todo,
xxxxxxxxxxxxniños,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxno creáis
que la vida merece la pena de vivirse
sólo porque lo juren desde siempre los peores cabrones.
HABITACIÓN 341
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOncología
La muerte ha estado haciendo su tarea
en este cuerpo: acostados muy juntos,
el olor de los dos invade el cuarto.
Y son signos el timbre, la botella de agua,
el jersey esparcido de la visita, el pomo de la puerta,
de algo impostado, sólo duradero
en esta eternidad real de la agonía.
Decorado casual de cosas prácticas
para una muerte nunca calculada,
como todas las muertes.
(Le recuerdo riendo en una boda,
mucho tiempo antes de esta pasmosa eternidad.
La muerte ya pisaba sobre hojas secas
muy cerca de cualquiera de nosotros.
Pero estaba la música muy alta).
CUATRO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxHaz el amor con todo lo que sabes.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJaime Sabines
Esta noche los cuatro
nos damos libremente, como obsequios.
Ya no somos parejas y formamos
un círculo perfecto.
Un placer sin palabras,
algo así como un juego de calor,
mas con las mismas mañas
del amor entre dos.
Y el latido de manos y de bocas
con su idioma de sed:
en cada piel absorta que se posan
tocan un corazón bajo la piel.
Sobre este cuarto ha descendido el mundo,
la luz intacta de la vida breve
envolviéndonos juntos
mientras la noche afuera dura y llueve.
No volveré a estar solo.
Después de haber amado así, la muerte
no me tendrá del todo.
INTERVALO DE EVA VAZ
Ha venido a medianoche.
Ha venido a las 5 de la tarde.
Ha venido herida, igual que una página tachada.
Sé que ha venido,
está en las sábanas revueltas,
ha dejado su rastro en los libros y en las tazas,
como el tiempo, que mancha levemente:
hace regalos.
Habrá venido cuando yo no estaba
o me estaba fumando un cigarrillo en otro lugar que no aquí.
Hay un perfume vibrando en el aire,
hay dos o tres prendas diminutas sobre una silla,
sé de seguro que alguien ha andado con mis fotos.
Ahora ya no me encuentro ni en casa ni en la calle y no me importa:
ha venido, ha venido.
Ven, toma posesión. Yo soy La Casa.
Piquero, José Luis. El fin de semana perdido. Barcelona; DVD ediciones, 2009.
AUTOPSIA. POESÍA 1989 – 2004
Esta es para mí una de las joyas de mi pequeña biblioteca.
Y aquí dejo algunos poemas del libro.
FINAL DE UN AMOR
¿Acaso te sorprende haber llegado a esto?
A mí no, lo esperaba
como se espera un desenlace absurdo
tras la angustia creciente de un mal sueño.
Yo era un molde, la sed,
y tú desde el principio te empeñaste
en hacer de mí el hombre que no era.
Me imaginaste puro, incorruptible,
dueño de una paciencia que no tengo,
inocente: lo que jamás he sido.
Nunca quise engañarte, yo bien que te advertía, pero tú
siempre queriendo ver
en mí lo que tú mismo fuiste hace tanto tiempo:
un emblema de dulce adolescencia,
una certeza intacta.
Lo siento; este es el hombre que te ofrezco:
el residuo del tiempo, con los ojos en sombra,
uno que es incapaz
de habitar las estrellas que dibujas.
CANCIÓN DE ADOLESCENCIA
xxxxxI
Fue nuestro ese entusiasmo sin pretextos,
la primera mañana sobre el mundo,
las tardes temblorosas junto a un cuerpo intocado,
la noche de los tiempos,
creyéndonos hermosos y triunfantes.
Quisimos ignorar la idea de la muerte,
presintiendo que iríamos a llenarnos de sombras.
Por eso levantamos
un sueño a la medida de nuestros pocos años
y nos dormimos ebrios en brazos de una brisa que era nada.
Por supuesto, pasó la adolescencia,
dejándonos los labios secos y doloridos.
La sucedió un cansancio sin límites; el miedo
disipó la mentira que era nuestro refugio.
El silencio cayó sobre nosotros
y nos quedamos solos.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAhora mira
la ruina en que nos hemos convertido.
xxxxxII
Quisimos ver estrellas de colores
en cada rostro y en cada mirada.
Para olvidar el frío,
dijimos que era aquella una edad poderosa,
que era dulce y lujoso el abandono
de nuestros miembros en la arena cálida;
un engaño que nos mantuvo vivos.
Hoy habita el silencio entre nosotros.
AL DEJAR ATRÁS LA ADOLESCENCIA
Pero ya no vendrá otra primavera.
Seguiremos llevando nuestros nombres
con esta dignidad de perro viejo
y dejando pasar la inalcanzable
belleza sin mirarla.
Nos acostumbraremos al silencio;
ya verás que es muy fácil si no se espera nada
y una sombra muy ancha se dibuja en los labios.
No mires, ya no mires
lo que ha quedado atrás ni te lamentes
del borroso futuro que se te viene encima.
Piensa que siempre habrá
tiempo para la muerte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMientras tanto
hagamos de estas ruinas un lugar habitable.
UNA VIDA MORAL
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxUna vida moral, es decir,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxreflexiva.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCarlos Marzal
El poema está allí donde la vida
requiere reflexión, cuando es preciso
conjurar la memoria, los fantasmas
que son nosotros mismos. En mi caso,
del sujeto civil al personaje
que asoma la nariz en mis poemas
hay poca diferencia. Siendo justos,
se me parece mucho. O él me copia.
Aunque soy el primero en sostener
que el poema es ficción, un artificio
para decir las cosas bellamente.
Y el principio es el mismo: lo ya escrito
por otros antes, nuestra propia imagen
más real en sus páginas. Más cierta.
DIPSOMANÍA
El temblor de las manos; la angustiosa
sensación de vacío que contrasta
con la euforia inicial; de pronto, el miedo,
porque la noche deja de parecer eterna
y el resto del sendero nos es bien conocido. Demasiado
tarde para volver atrás; nuestros propósitos
de enmienda han sido débiles
razones hace apenas unas horas.
Desde fuera nos vemos alejarnos.
Ciegos, contra el espejo, al día siguiente,
reconstruir al noche, paso a paso,
para ver si hemos hecho una vez más
algo ya irreparable.
LUZ DE ESE MOMENTO
Amanecer sin sol
en el lugar más triste de la tierra.
La bruma te dibuja con perfiles borrosos
mientras pasas sin verme.
Desapareces. Ya
eres como la lluvia. Otro fantasma.
APUNTE BIOGRÁFICO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLike dogs to bark at my world
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxStephen Spender
Pero también a mí me partieron la cara
en más de una ocasión. En aquel tiempo
temía —como Spender— a los chicos del barrio,
matones con jerseis de Benasque y playeras
que odiaban a las madres y a los niños con gafas.
El miedo, pienso ahora,
es una presa fácil. No se explica
de otro modo la astucia, aquella maña
que se daban para atraparme siempre,
aunque volviera por otro camino
de la escuela o bajase a comprar pan
a donde era más caro pero estaba más cerca.
Eran hábiles con el cigarrillo,
conocían las zonas donde la quemadura
podía doler más. Algunas veces
les bastaba el insulto desde lejos.
En los días de fiesta eran más peligrosos
porque tenían tiempo de sobra por delante
y el escenario idóneo de una calle aburrida.
Y lo que más lamento ya no son los cuadernos
de dibujo manchados de tinta o los tebeos
que un día me quitaron, sino el otro
expolio de mi infancia ignorante y feliz,
la fe ciega en un orden de las cosas,
la armonía del mundo que, prematuramente,
hicieron mil pedazos en medio de la calle.
Y sobre todo el odio, el rencor insensato
de tantos años hacia los adultos:
Pasaban en silencio, sin mirarnos.
Siempre llegaban tarde a impedir las peleas.
PARA EL LIBRO DE AMOR
Pude haber muerto tantas malas noches
en que no estabas tú, no conocerte,
vivir otra existencia irremediable,
más absurda, mientras vivías lejos.
Y encontrar a cualquier otra persona
y amar en el engaño a quien no eras
tú, ignorar la verdad, creer que amaba
lo que en ti estoy amando, lo que es cierto.
O pude ser cobarde, no apostar
la vida y el amor, dejarte ir
para luego olvidarte, y vivir solo
en el hueco invisible de tu ausencia,
y hasta soñar contigo sin saberlo
algunos años más, algunas noches.
DEFENSA DE LA FAMILIA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxYo aprendí en el hogar en que se funda
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxla dicha más perfecta…
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxGabriel y Galán
Aquí donde no tienen cabida los maricas
y a cometer los propios errores se prefiere
cometer los errores tranquilos de los padres,
uno es merecedor de este legado:
seguridad y pan,
paz y severidad y algún consejo.
Y, piénsalo, no es poco
si tras esa ventana miras el mundo hostil
en donde los extraños a su vez se amontonan
en cómodas colmenas y contraen
también sólidos vínculos frente a ti y los tuyos.
Un modo complicado
de sentirnos seguros, la familia.
Porque probablemente es cierto todo eso
de que se hará por ti lo que haga falta,
que responder de ti para eso estamos
y que en cualquier momento, porque nunca se sabe.
Y luego están las fotos, los recuerdos,
verano aquí y allá, noches de Reyes,
tantos besos ruidosos en mejillas que lloran,
cumpleaños, juguetes… Y todo agradecible.
No hay duda, te enseñaron
muy bien cómo se juega a la familia:
intereses y afectos, en sutil equilibrio,
delimitan el campo donde mueves las piezas,
y lo que resta al fin es un modelo
y una conciencia, un orden de la dicha.
Así que nunca cortes
un árbol que es más viejo que tú mismo
y haz pronto de tus padres abuelos complacientes.
¿O vas a aventurarte entre vados ajenos
a pecho descubierto, con tu cara
y ademanes —pardillo—, solamente
por no deber a nadie, a ver, qué logros
o cuál identidad que no repita
esa mirada en sepia de cuantos te preceden?
Alguna noche ociosa,
mientras la porcelana duerme el sueño
de las cosas inútiles y adorna
para nadie el jarrón y están los cuadros
contentos de ser manchas en la pared del fondo,
tú te preguntas
de dónde viene esta capacidad
de adaptación y si imitamos tanto
por puro instinto de supervivencia,
si habrá algo esencial que aún ignoramos
sobre nosotros mismo, otra forma
de no ofender a nadie y ser distintos.
Y si en el mundo queda todavía
una maldita cosa que sea gratis.
PALABRAS DE CAÍN ADOLESCENTE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxYavé se complació en Abel y su ofrenda, mientras que
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxle desagradó Caín y la suya. Caín entonces se encoleri-
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxzó y su rostro se descompuso. Yavé le dijo: ¿Por qué te
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxencolerizas y te muestras malhumorado?
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxGen 4, 4-6
Me he pasado la vida malgastando el cariño en personas que nunca me quisieron.
Yo sólo deseaba ser del grupo.
Tratado como un corruptor de sueños,
mantenido a distancia de niños y mascotas, como a quien por extraño no se
xxxxxxxxxxrecibe en casa,
he tenido que oír ya demasiadas veces que soy un impostor.
Tarde para los besos, para estrechar las manos,
tarde para las lágrimas y el arrepentimiento,
tarde para cualquier palabra.
Tarde:
por lo visto yo llego siempre tarde.
Y de noche, en la casa en donde todos duermen,
mientras fumo asomado a la ventana,
o en la mañana sórdida de cafés y cristales empañados, a solas con el mundo,
o en la blancura estéril de una página,
he comprendido —tarde— que es inútil querer ser otra cosa que el fantasma
xxxxxxxxxxembustero que habéis hecho de mí,
un no-muerto cortado a la medida de todo lo que nunca quise ser,
alguien a quien sin duda me parezco, como un hombre a su máscara:
el hipócrita, el sucio y el que no es de fiar,
a un paso del ridículo (el cantante de moda o el bachiller con granos),
a un paso del horror (el buen chico que sale en los sucesos).
Soy el que traicionó tus confidencias.
El que maltrató al tonto de la clase.
El que lo enredó todo cuando los dos amigos disputaban la misma chica idiota.
El que habló mal de ti cuando no estabas y trató de poner en contra tuya
xxxxxxxxxxal grupo.
El que usó del chantaje
sentimental (es fácil entre amigos)
para ahuyentar del grupo a los extraños,
vuestros otros amigos, que eran más ocurrentes, más experimentados y,
xxxxxxxxxxqué pena,
más incautos.
El que juró y juró, «podéis creerme…» y «no sabía…», y sí
sabía y consiguió que le creyeran.
Soy el que habló al oído de una chica asustada y —aún me acuerdo—
le imaginó un futuro más honorable, una salida digna, «hazlo, mujer»,
y durante un momento era todo posible, matar con una frase, aquel horror…
Mi máscara lo ha dicho, que soy ese:
agazapado, sórdido,
al que puedes tumbar con un buen puñetazo y zumba en torno tuyo,
pero nadie es al fin tan peligroso —piensas— cuando puedes tumbarlo
xxxxxxxxxxcon un buen puñetazo,
y luego es tarde, mira, ya te tengo.
Todos llegamos tarde alguna vez.
¿Y nada más? ¿Acaso os preguntasteis un instante qué oculta la máscara
xxxxxxxxxxde un monstruo?
Me acuerdo de esa infancia interminable,
a caballo en la rama más valiente del árbol de los juegos.
Eso era algo; no
el paraíso exactamente, pero
—ternura pronta, cándido heroísmo y la avidez legítima del cachorro
xxxxxxxxxxintocado—
allí existía el orden. Y es curioso
que a la luz de una infancia ideal los enemigos sean menos enemigos.
También ellos tuvieron ese miedo indefenso que redime.
y una conmovedora propensión al llanto.
¿Sabéis quién soy a solas? El que escucha
canciones tristes.
He soñado a menudo redimir mi egoísmo con un gesto, dar mi vida
a cambio de otra vida,
ser el súbito héroe que muere en el incendio.
Pensad en mí lejano, la cabeza inclinada.
Toda esa gente afuera, tanto frío, las calles se bifurcan y el camino que
xxxxxxxxxxlleva a la casa segura no termina nunca.
Yo he pensado en la muerte y a menudo he ensayado una muerte inofen-
xxxxxxxxxxsiva, de poca sangre y mucho, mucho miedo,
sólo para ahuyentar de mí todo el ridículo y el asco de mí mismo:
cuchilla en las muñecas, quemadura en los brazos para seguir viviendo,
porque al fin el dolor es la consciencia, es el ruido del mundo que a tu
xxxxxxxxxxalrededor chilla y te agita los hombros.
Te aferras a la vida con desesperación y, sin embargo,
eres adolescente: nunca sabes qué hacer ni qué decir, dónde poner las
xxxxxxxxxxmanos y los ojos.
Tu cuerpo ya es grotesco y esas chicas se ríen. No te gusta tu cara.
Estás enamorado. Más allá de las fórmulas, los libros te insinúan una vida
xxxxxxxxxxmás fácil en cualquier otra parte.
Los libros te consuelan en todo lo esencial.
Y tú en tu jaula estéril te revuelves, inútil, sudoroso, como en la noche
xxxxxxxxxxinsomne cuando el calor te ahoga.
Dando palos de ciego. La novia de tu amigo. Matarías con gusto cualquier
xxxxxxxxxxsigno de amor.
Usa de ese poder, usa los libros,
porque luego el perdón de Dios es una fórmula
y tú eres el no-muerto que debe defenderse, el hipócrita, el sucio y el
xxxxxxxxxxcorruptor de sueños.
Dolorosa esta edad en que siempre estás solo
y a tu alrededor nace
la flor limpia de un mundo que nunca es para ti.
Piquero, José Luis. Autopsia Poesía 1989-2004. Barcelona; DVD Ediciones, 2004.
VILLANCICO DEL REY DE EXTREMADURA
Porque hoy es 25 de diciembre. Y por eso.
MONSTRUOS PERFECTOS
GÉNERO PROFESOR (de Teoría Literaria)
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSer necio y tener trabajo:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxeso es la felicidad.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxGottfried Benn
Nos enseñaba a odiar la poesía,
y estas fueron sus víctimas: tantísimos
tontos de facultad, muy licenciados
en cháchara semiótica.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLos logros
conseguidores (menos lectores, menos
competencia) aseguran el relevo
en la especie académica (o el pincho
de las 12 entre clase y seminario).
Suya no fue la culpa si le hicieron,
en un rapto de olvido, indispensable.
MECÁNICA NACIONAL
Me deprimen los tíos que esperan en un coche,
el codo necesario sobre la ventanilla
y la radio ofendiendo con la canción de moda.
Quedan bien en las tardes de sol, y los veranos,
por extensión, son suyos. Cuando cruzas
la calle sola y pesan
la calle, el sol, el día que te vive,
ahí están ellos, fuma que te fuma,
dueños del sol, del día, de la calle y del coche.
No me gustan.
xxxxxxxxxxxxx¿Qué novias que no llegan
o qué esposas con bolsas o qué amigos
esperan siempre? En otras circunstancias
de lugar y de tiempo harían un buen cuadro
de Hopper. Pero no:
aunque se les ve solos, simbolizan
la compañía; siempre tiene premio
su paciencia contenta.
Será eso en el fondo, una traición
pequeña, involuntaria, como un miedo doméstico:
la culpa de no ser más que costumbre.
REMORDIMIENTOS EN TRAJE DE NOCHE
¿Qué estoy haciendo aquí, qué hacemos todos
copa en mano, apurando el indolente
pitillo de la fiesta, tan tranquilos
y pasándolo bien, como si nada
sucediese en el mundo, como si
tuviésemos derecho y fuese lógico?
Hagamos una pausa. Considero
las desdichas del prójimo: una guerra
remota, la sequía en las regiones
del hemisferio sur, o una explosión
en una calle atónita, rompiendo
en mil pedazos cuerpos como el mío.
Cosas que causan víctimas, monstruosos
terremotos, miseria. Y no obstante,
¿acaso es justo que la indiferencia
sea cifra de culpabilidad?
Sabemos qué convierte en inocente
a la víctima: haber sido la víctima,
estar allí en el momento indicado,
naciendo, paseando, siendo uno,
como si no existiese una inocencia
original, sino sólo complejos
resortes del azar que repartiesen
inocencias terribles.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxEs así
que el condenado a muerte inspira alguna
simpatía. Nos consta que, a su vez,
es víctima, instrumento de un designio
inescrutable, brazo de otros móviles.
Y sobre todo, aquel a quien mató,
qué fue sino uno más, otro culpable
que cualquier circunstancia expuso un día
a mortal inocencia.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxPor lo tanto
la indefensión redime, y al fin somos
cada uno de nosotros potenciales
víctimas y posibles inocentes,
y ser culpables sólo es un estado
de probabilidad, como una espera.
Y estamos aquí solos, con la carga
de la culpable y frágil salvedad,
sabiendo que pudimos ser los otros,
nacer allí, pasar en ese instante,
pero siendo nosotros y aliviados
y pasándolo bien, que es lo más lógico.
Empuñando la copa y el pitillo
como imposible escudo contra el miedo.
RETIRO SENTIMENTAL
En mi familia no se dijo nunca «te quiero».
Jamás oí decir «lo siento» a mi padre o a mi madre.
No sé si era vergüenza: una ternura demasiado estridente para enser cotidiano.
¡Incluso leer poemas! Eso sí que era algo sospechoso,
tanto como una mancha repentina o un suspiro o una puerta cerrada con demasiada llave.
Nunca «amor», «estoy triste» o «te echaré de menos», ¡podía uno reírse de esas cosas!
Entiendo que hay un pacto tácito de pudor en algunos afectos, y no obstante
yo hoy llamo a eso la incomodidad con todo lo cercano.
La amputación de lo sentimental, estoy de acuerdo, nos hace manejables los rituales difíciles de convivir; una pequeña argucia.
Así el templo: las fórmulas, nada de desgarrarse.
En el templo, en la casa, como en un hospital, es necesaria la asepsia de los gestos repetidos, seguros:
Procura ser feliz de una forma privada.
Y, como añadidura, está el saqueo
de palabras por parte de películas y canciones idiotas y esas niñas con novios revoltosos en un parque, entre arbustos enanos.
Y hay a quien gustan mucho las escenas
y tocar la guitarra sentimental de todos los salones y de todas las playas adolescentes, lánguidas igual que un veraneo despacioso,
mientras algunos más nos quedamos a solas,
bebiendo (y arrugados como estúpidos plátanos),
pensando qué decir.
En mi casa jamás se dijeron en alto las cosas importantes.
Busca hoy dentro de ti una lágrima, un gesto de ternura:
Ya se nos hizo tarde para unas tonterías.
IVÁN Y ARANCHA EN PRAGA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxA Raquel Gutiérrez
Si en la cena se hablaba de la noche
me apuntaba a los planes en que estuvieron ellos:
saberlos entre el grupo
era la vida en orden de una forma inconsciente.
Sus besos adornaban el verano.
Juro que los amé sin yo quererlo,
que no escogí el dolor ni la codicia
ni preguntarme cómo se querrían a solas
o qué significaba yo en sus vidas.
Hay una habitación en un lugar de Praga,
allí se oye un tranvía
y música que llega de los albergues próximos.
Yo pasé tantas horas fumando en ese cuarto,
luego, ¿a quién le interesan las vidas de los otros?
Pero a veces,
cuando el grupo importaba y el alcohol era bueno,
se podía querer sin ser culpables
pues tras cada cerveza sonreía
un confidente.
xxxxxxxxxxxxx¡Inmensas,
fugaces amistades en los viajes de jóvenes!:
el amor es la copa que va de mano en mano.
Y ella, te acariciaban
sus ojos indefensos; junto al lago
tuve la quemadura de su brazo en los hombros
y un susurro de arbustos. En él todo
era la adolescencia, y esa voz
salvaje como un fruto o sudar o una isla.
¿Me entendéis? Los amaba
en el deseo inútil
de haber querido ser cualquiera de los dos
en vez de ser yo mismo: ese que mira
como un tonto los rostros, las ventanas,
ese extraño en el reino de su secreto mundo.
Vivir es cruzar ciegos ante puertas cerradas:
cansados de nosotros, muy cansados,
nos describe mejor todo lo que no somos,
y amar es rebelarse, ¡qué intento más idiota!
Adiós, adiós, Praga y los autopullmans,
adiós, besos, adiós, Puente de Carlos,
adiós, islas y ríos y cevezas de Pilsen,
adiós a cualquier brindis
y a todos los amantes del mundo, adiós, adiós.
Que yo me voy al sueño
de los libros que no conoceréis.
A la vuelta, dormidos con las cabezas juntas,
parecían las víctimas de un sangriento holocausto
de risas y jadeos.
xxxxxxxxxxxxxxxSi algún día
me olvidase de todo, de eso no.
ESCORZO DE ELLA
Mientras anochecía, los cristales
estaban empañados.
Se levantó y miró por la ventana,
la frente en el cristal.
Sus nalgas de muchacho
y su espalda aún brillaban en la sombra
mucho, mucho después.
Dónde estamos, qué ha sido
de los dos, de nosotros.
CANCIÓN
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxVerla partir y amarla como nunca
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNicolás Guillén
La quise sin querer, sin elegir,
contra mí mismo,
y ahora que se ha ido
saber que está en el mundo no me deja dormir.
Estoy perdido.
Y recorro su calle a ver si hay suerte,
que no me atrevo
a llamarla y me juego
la tarde en encontrarla, qué sé yo, casualmente.
Y no la encuentro.
He de hacer algo, o la pierdo o la amo,
contra mí mismo,
contra cualquier olvido,
que es cobarde el olvido, que me atrevo y la llamo.
Pero se ha ido.
HUECOS
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxPerder placer es triste
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLuis Cernuda
Cuando estoy en su casa duermo solo.
No me he atrevido nunca a afrontar el pasillo
que velan los ronquidos frágiles de sus padres.
A veces, en la noche,
noto el hueco invisible que no ocupamos juntos.
Y entonces pienso siempre en el amor
que no hicimos en días
de intimidad pospuesta y acaso sin saberlo.
No en las húmedas noches ni en los prados borrosos
de calor ni en las playas soleadas:
en el vagón sin ella y en las tardes de clases
y en los libros leídos y olvidados
y en las peleas tontas y en esas dos semanas
de necia calentura hasta que dijo sí.
Ah, las aguas paradas, el corazón inquieto.
Perder placer es triste y el deseo
irremplazable muere a cada instante
en un mundo de amantes silenciosos.
Pero por la mañana,
cuando se van sus padres —vermú dominical—,
ella viene a mi cama, soñolienta y desnuda.
Su ternura que es próspera llena un hueco en el mundo
y deja al corazón sin argumentos.
Piquero, José Luis. Monstruos perfectos. Sevilla; Ed. Renacimiento, 1997.
DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ (III)
CINTA TRANSPORTADORA
CINTA TRANSPORTADORA
Mi corazón es una tarjeta de embarque
a un cruce de caminos del círculo polar,
a un Gran Silencio que me busca los labios.
Sin gallos que le despierten,
sin kiwis al desayuno. Sin piedad.
Mi corazón es un fósil astral.
Una maleta no reclamada
que gira en la cinta transportadora.
WALKING MANHATTAN
Una rosa sobre las ciudades del corazón,
un crisantemo sobre las ciudades del miedo,
un blues en blanco y negro
sobre las ciudades de los sueños.
Escribo Manhattan con mis pies,
limpio la sal de mis heridas
a golpe de soledad.
Estoy tallando carbón bajo el puente de Brooklyn
para regalarle otro diamante al amor que perdí
o me perdió.
BOULEVARD CHE GUEVARA
xxxxxComo los balseros, los niños de Argel tienden sus pupi-
las en la cuerda del infinito y la luz amarga del Mediterráneo.
Enfrente, los barcos anclados iesperan su cargamento de gas
o petróleo. Observo idesde ilas irejas ide un palacio otomano
frente a la bahía; ilas familias bajan a la playa. Sólo los niños
varones visten bañador, el resto parecen cebollas de las capas
que acarrean. Mi cabeza es una telaraña de iamor, iun ipenta-
grama icon iforma ide icuadrilátero idonde ipeleo icada noche
con imi isombra. i¿Quién ime iha ihecho itanto idaño ique ino
puedo aparcar en doble vía ese puñal de la memoria?
xxxxxArgel me recuerda a Valparaíso, ia iLisboa iy iOporto, a
Marsella. Barrios trepando por las colinas, calles empinadas;
faltan los tranvías, idesaparecidos hace unos años. Pienso en
Cervantes iregresando iya imanco idesde iLepanto, apresado
por ilos icorsarios iy icautivo ien iesta iciudad idurante icinco
años. iPienso en Albert Camus, ihijo ide icolonos, que pasó su
niñez en uno de los barrios más pobres de esta urbe. Al venir
he releído en el avión una ivieja iedición de El extranjero que
compré ien iuna ilibrería ide iviejo ien iel iTubo ide iZaragoza.
Nunca me sentí extranjero en Iraq, en Palestina, en Argelia, en
Siria, en Jordania. iEn icambio isí ien iNueva iYork. Y ia iveces,
donde más, en mi tierra.
LA OTRA ORILLA
xxxxxLas lágrimas te esperan al cruzar el Jordán. Hay un hueco
en iel iGólgota ipara iti iy iuna itormenta que pronuncia tu nom-
bre. xAcuérdate ide iOrfeo idescendiendo ial iTártaro. x¿Vas ia
encantar icon itu imelancolía ia ilos itres ijueces ide ila Muerte?
¿Detendrás con tu música ila itortura ide ilos icondenados? iNo
vuelvas ila ivista iatrás icuando iregreses ide inuevo hacia la luz
pues ia iEurídice iperderás io, icomo ila imujer de Lot, darás de
comer a palomas sin rumbo.
xxxxx—Esta ies itu ilucha iy itu ihucha —dijiste. Ahorra fuerzas,
besos iy icaricias ipara ilo ique ite iespera. iNo illorarás junto al
Muro xde xlas xLamentaciones, xbajo iel itemplo ide iSalomón,
mientras iotro iMuro ide i600 ikilómetros iy inueve imetros ide
hormigón itraspasa imetro ia imetro, genocida y sonámbulo, el
corazón ide iCisjordania. iNo inecesitas isal ipara iecharte a los
ojos. Con el dolor de estas madres te basta.
xxxxxPalestina.
JUÁREZ
Yo soy una de esas mujeres,
de las maquilladoras
enterrada en las fosas
del desierto, con una bata azul
y los ojos abiertos.
Estrangulada, desmembrada,
con mordiscos en los pezones
y en la vagina siete puñaladas.
Al sur de Río Grande las calles tienen ojos,
el alma sonajeros y los machos pistola.
Inmenso como el odio el idioma que hablas
esta noche, al bajar del autobús,
y que quise aprender.
Yo soy uno de esos nombres
en una cruz rosada
bajo la impunidad de las estrellas.
Entre nosotras y la muerte,
al salir del trabajo, sólo estaba el azar.
En Ciudad Juárez cuando discuten
los maridos dicen a sus mujeres:
Te voy a echar al desierto.
Petisme, Ángel. Cinta transportadora. Madrid; Ed. Hiperión, 2009.
ESTUDIO DE LO VISIBLE
AHÍ
Sólo me ha pasado dos o tres
veces. Las demás te lo he contado.
No tiene nada que ver contigo,
es un malestar ocasional. Olvidarás todo
cuando cuente hasta tres.
Algunos se dedican a poner etiquetas
despreocupadamente mientras otros las quitan
con esmero. Alguien ve en primer
plano lo que a los demás les parece rebuscado.
Esto suele considerarse un defecto o una virtud,
y debe ser verdad si lo cuentas ahora. Yo,
en cambio, nunca te había ocultado nada.
ALGUIEN CON QUIEN HABLAR
¿Me estás analizando? Nos sentamos
o miran el deseo con un vaso en la mano,
haciendo girar los hielos como ideas. Eso
no está en los libros.
La música es tan emocionante que cualquiera
se enamora o empieza a llorar. Tú
y yo saldríamos a comprar tabaco,
uno de los pocos movimientos inolvidables
que he hecho. Las manos sobre el volante.
Siempre se acaba demasiado pronto.
DONDE NO PUEDAS VERLA
Todo ese tiempo lleno
de lunas y de soles, en la habitación
mientras él sueña con una casa
muy céntrica, sin paredes, como una pregunta:
¿qué es lo importante? En otro idioma,
con el olor de una cocina ajena, para constatar
la estrechez; la anchura sólo puede
suponerse. Deja las llaves cerca de la puerta.
Encontrarán variedad en la monotonía.
Todos esos años de espera para esto.
La tristeza no sería nada sin ella.
LAS CARICIAS INVENTADAS
Éramos tan infelices y cuánto
lo echamos de menos. Ya no
soportas el dolor que te causan
las canciones, la decoración
de algunos escaparates. Presiento
que saldré al jardín en unos minutos.
Lo malo es que para ella, aunque
se pueda hablar y sumar recuerdos,
es otra cosa: todos asumen las fronteras
sin dramatismo, lo cual no indica nada,
una inercia, un mono tras los barrotes
de la zoología. Después
comenzó a oscurecer.
EL TERROR A LA BELLEZA
Tienes una cara agradable, pero no sabemos nada
de tus frustraciones. Hablaremos
cuando sea de día. Ahora te toca a ti mover el tejo.
Hola, llámame cuanto antes, suplicó.
El suelo está lleno de castañas, es antidepresivo
darles patadas y seguir su trayectoria.
Justo lo que deseaba. Todavía me sorprende
que la vida se filtre de ese modo entre tus cosas.
PARQUE
Tienes razón: los besos al sol
son diferentes. Hay para todos
los gustos, sobre todo porque los gustos
se desarrollan a partir de lo que hay.
pero habíamos prometido abandonar
estos análisis.
Estaba pensando en la muerte.
Pasa un hombre muy satisfecho
con sus juguetes, sin hacer preguntas.
Y ahí brillan unas jóvenes
transgresoras, un instante,
antes de desaparecer.
LA VIOLENCIA NOCTURNA
En un futuro lejano, este
paisaje consistirá en una sucesión
de islas blancas y pequeñas,
la manifestación temporal de algo
casi eterno, pero ahora que la calle
está oscura uno puede salir
un poco, asomarse al río a contemplar
su silencio, su oscuridad.
Como antes: ser otro,
o dos, convertirse en alguien
que persigue lo que más desea
sentado junto al río, y volver
todos por la misma calle tranquila
hasta la casa donde alguien más
espera, lejos del río
y de la gente que está sola.
LOS ESPACIOS CERRADOS
Tendrás que ejercitar los ojos
recogiendo las nubes que te envío,
la limpia altura de las chimeneas
que diseminaban olor a azúcar
por toda la ciudad, las imágenes
que arrastra la corriente subterránea.
Ahora sí que empuja el viento,
viene entre las estatuas para agitar
emociones antiguas que aún no tienen
nombre, para golpear las puertas
de los espacios cerrados donde la culpa
circula con fluidez, donde vibran
las mentiras y el pasado
se sueña diferente.
Está nevando mucho,
todo es blanco fuera de mí.
DOS VISIONES DEL VERDE
un árbol
puedes hacer varias cosas con este árbol
cubrirlo de un color original o dibujarlo en tu mente como si fuera un río
talarlo con las uñas hasta modificar tu percepción del tiempo
calcular su altura y equivocarte y no darte cuenta
puedes olerlo como si pensaras en palabras
esconder sus raíces debajo de la tierra y pintar de verde la más verde de sus hojas
sentarte sobre lo que fue su sombra y esperar a que se haga de día
definirlo para que sea a la vez hermoso y artificial
inventar un incendio y salvarlo
cambiarlo por el derecho a desplazarte por el prado
convertirlo en papel y describirlo de una forma diferente en cada folio
caminar en círculos alrededor de cualquiera de los árboles vecinos
pincharlo con un alfiler para constatar que no se queja
tener una larga conversación a la luz de sus pájaros y descubrir que alberga tantas contradicciones como alas
puede tomarlo como ejemplo en un ensayo sobre la horizontalidad
amarlo compasivamente pensando en los poderosos vientos que trajeron desde las estrellas la materia que lo forma
palpar su rugosidad con cada uno de los dedos o con la palma entera
lo que no puedes hacer es entenderlo
Peyrou, Mariano. Estudio de lo visible. Valencia; Ed. Pre-textos, 2007.
LA SAL
III
Murmurando un idioma que
entiende cualquier célula, llega el
mar hasta las puertas de un niño que
se moja. El mar hospital es el mar
aeropuerto, a diez kilómetros de altura
se traza una línea sobre la arena donde no
alcanzan las olas con sus manos maternas
y hasta siempre el agua por los
tobillos. El mar verano no es el
único, está también el mar en la ciudad
exilio: el cable del teléfono enterrado
en el fondo, nombres que superan el
naufragio y se arrepienten y reclaman
apellidos, la gestación de una mitología,
la necesidad de aprender a despedirse
sin haber aprendido a saludar
y sobre todo la precaución de
no pisar las junturas de las baldosas, no
acercarse a los bordes ni conjurar
lo liminal o la antizona. El mar
asoma en todo lo que es
puerta: los ocasos, las bocas, la
música, estar solo; asoma y anticipa
la isla y el azar, la sensación de
consecuencia sin causa conocida.
El mar dos polos también finge, simula un
pez lineal, adusto, recurrente; y pájaro,
se resiste al resumen y a la síntesis, pez
cuyo vuelo se aloja en otro mar.
VI
Piedra que pega contra el
metal de una farola, piedra otra vez
hasta que estallan la bombilla y la
celebración. Piedras las consignas
de la tribu, uniformes los disfraces
transgesores, doctrinas las tesis de los ateos,
de las larvas rebeldes que pasan una llave
sobre la chapa de los coches grabando qué
desgarro, que arrancan y vacían extintores en
la calle para apagar qué incendio.
En su camino hacia la mariposa
no pueden eludir el laberinto de la televisión
o la miseria y se arrancan la piel
por no saber pedir una caricia, la
piel que no se regenera y hará falta una
máscara, piedra que pega contra el
espejo y no lo rompe.
La sal es la sal de la
vida, aletheia constante, y al no haber vida
el resultado es una intensa sed que simpatiza
con el fuego, emergencias que comparten
solución y construyen puentes ocultos
por los que sin embargo se puede conducir
del miedo al hecho, del
deseo a la fe, asociaciones
que prometen y se esfuman, córtate
una oreja y serás un genio de la
pintura, patadas piedras a retrovisores
y papeleras; nada contiene toda mi
basura y conviene no
ver, no oír.
XI
EL DISCURSO PASIONAL
La luna obligatoria, prohibido
el reflejo, prohibida
la luz del mediodía.
Obligatorio el musgo,
obligatorios el paso y el abismo.
El cielo obligatorio y el infierno
opcional. Lo contingente
prohibido, la paciencia prohibida
y la contabilidad. ¿Lo provisorio? Depende,
pero nunca opcional. Obligatorio
el velo, obligatorio despojarse del velo,
la llave obligatoria o prohibida.
Los fundamentos prohibidos, vuelo integral,
tensión obligatoria. Opcional el recurso a lo
biológico, opcional el empleo de tristezas,
opcional el de la analogía y otros síntomas.
La gota prohibida,
obligatorio el mar.
La herida obligatoria y la sangre
tampoco, circulación total y sin embargo prohibido
mencionar la mitral o la tricúspide.
Prohibida la ley, prohibido
redactar el contrato vigente, prohibidos los ojos
en sus órbitas y en órbitas extrañas.
El discurso opcional obligatorio.
XIV
Oyes tu nombre. La más
guapa del mundo te ha elegido.
Toda el agua es escasa para
ella, toda huella es reliquia,
todo concepto tiene un fondo
nuevo, todo el rojo es su sangre.
La plenitud en punto, en
el tacto se nota que es hora de
ser tres.
Plenitud significa: tú
devienes yo hasta que la
llovizna deshace el nudo y saltan
todas las distancias hacia el signo.
Bajo la sal se extinguen secas las
palabras, no necesita nombre lo que
se sostiene con la mano. El actual
predominio del significante, entonces,
debe indicarte algo. ¿El exterminio
del significado? ¿Acaso ella es
ausencia y no te has dado cuenta?
Quien quiera certezas, que no
haga preguntas. La inexistente
tercera persona se vuelve
la presencia más sólida.
Ahora una sonrisa
es una forma de ser insensible. No
importa qué felicidad. Velada
o cuerpo y ya, la belleza sostiene
un después mutilado.
XVIII
Bocinas luces ella el
volante qué dibujan
qué dicen los
análisis las
células las
ruedas en la
lluvia se extienden las
noticias que ella tapa con sus
nervios crecen giros hoy
hay prisa porque
así es la vida así
es la suerte es
la fuerte más
menos las distancias
un limpiaparabrisas que
levanta un puente el
otro que lo borra
la espranza
ella es blanca
querida y tiene
la ciencia las
ciudades y sus
sábados y sus aeropuertos
volar volante pisar
ahora calcular
las lágrimas en las
ruedas la sangre en
los cristales los crist
alicia los frenos
No soy Alicia señor soy su enfermera.
Peyrou, Mariano. La sal. Valencia; Ed. Pre-textos, 2005.
DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ (II)
Aquí dejo otro de los poemas que aparecen en ‘Cantando en voz baja’, el libro que la editorial Balduque me publicó hace algo más de un par de años.
Y sí, el título del poema, así como los versos finales, son un homenaje absoluto a Extremoduro.