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MAÑANA: ANDREA AGUIRRE EN EL CICLO DE NdelT

Cartel deifitivo Andrea Aguirre

 

CARVER Y YO

Carver y yo

 

RAYMOND CARVER, 1938-1988

Aunque no haya expresado de esa forma mi dolor por la pérdida de Ray, comprendo que Leonard Bernstein se metiera en la cama durante seis meses cuando su esposa murió de cáncer. De todas formas, en mi familia nadie habría podido darse ese gusto. Tienes que levantarte, hacer el esfuerzo de aparentar normalidad y cumplir con lo que te toca, sin que importe mucho cómo te sientes. Forma parte de la moral de la clase trabajadora, supongo. Y de ahí venimos Ray y yo. Ray me dijo una vez, hablando de la época anterior a nuestro encuentro, que nunca había tenido tiempo para caer en una depresión. La «voluntad de hierro» a la que se refiere en uno de sus poemas es necesaria para la creación y quizá se forje a base de «no tener más remedio que seguir adelante».
xxRay y yo aprendimos juntos algo más. Aprendimos a seguir adelante con esperanza. Cuando unimos nuestras vidas hace casi once años en El Paso, Texas, empezábamos a recuperarnos tras haber cruzado un desierto de desesperanza. Entre ambos dejábamos atrás algo así como treinta años de fracaso matrimonial. Más tiempo del que tendríamos para reconstruir la confianza. Buscamos juntos un lugar en el que la confianza fuera nuestra segunda naturaleza y prometimos ayudarnos el uno al otro. Solíamos decirnos: «No me idealices, cariño. No me idealices». Y puedes creerme, para entonces ya habíamos vivido lo suficiente para saber de qué hablábamos.
xxPuede que sepas la historia. Ray había dejado el alcohol un año antes de irnos a vivir juntos. Se sentía perdido, tenía miedo de no volver a escribir. Se alejaba literalmente del teléfono cuando sonaba. Había tenido que declararse insolvente un par de veces. Aún recuerdo como alzó los ojos al ver mi tarjeta de crédito.
xxAhora me parece que entre los dos logramos que recuperara las ganas de divertirse, y algo más, lo necesario para sentir un inmenso placer viendo disfrutar a los demás. Esto no había sido siempre así, desde luego. Tras su muerte he sido la depositaria de todos los recuerdos y las historias que la gente sabía de él. He leído cartas de amigos que le conocieron en el periodo al que luego se refería como «Raymond el Malo», época en la que era, como dijo un amigo escritor, «el hombre más triste que haya conocido nunca». Veinte años después ambos se volvieron a encontrar y su amigo quedó atónito ante semejante transformación.
xxTheodore Roethke escribió: «Las cosas buenas les pasan a los hombres felices», y yo tuve el privilegio de ver cómo Ray se convertía en un hombre feliz. Recuerdo a menudo lo contento que estaba por el mero hecho de sentirse vivo. Precisamente por eso, lamentaba tener que irse tan pronto. No hay por qué ocultarlo. Si hubiera sido solamente cuestión de voluntad, hoy estaría vivo.
xxCon todo, Ray, a cada nuevo giro de su enfermedad, se preguntaba qué podía hacer con el tiempo que le quedaba. Eligió trabajar y escribir sus poemas a pesar del pánico que le provocaba su tumor cerebral y más tarde, en junio, la reaparición del tumor en los pulmones. Su respuesta al duro golpe consistió en buscar algo bueno que celebrar y el diecisiete de junio nos casamos en Reno, Nevada. Fue una ceremonia muy carveriana en la pequeña iglesia que está frente al ayuntamiento. Después fuimos a jugar al Harrah’s Club y gané cada vez que me tocaba darle a la rueda. No podía dejar de ganar.
xxEn los últimos días, Ray sabía que su relato estaba llegando al final: «Nos estamos saliendo de esta historia, cariño», me decía. Se consideraba afortunado por ser consciente de ello. Aún tuvo algo que celebrar cuando se publicó aquella primavera Desde donde llamo, su último libro de relatos. Hubo un breve interludio en el sufrimiento mental que le acarreaba su enfermedad y recibió de muy buen grado y lleno de agradecimiento las buenas críticas, el ingreso en la Academy American y en el Institute of Arts and Letters, el doctorado en letras por la Universidad de Hartford y la Brandeis Medal for Excellence.
xxMe siento como si estuviera homenajeando desde la tristeza al artista y al hombre. También a esa particular entidad que fue nuestra relación y que propició la maravillosa alquimia de nuestras vidas, una luminosidad recíproca. Hay un término científico que lo define: mutualidad. Nos ayudamos, nos alimentamos, nos protegimos el uno al otro y, lo que es más importante, en el sentido que le da Rilke a la expresión, protegimos y guardamos la soledad del otro. Siempre nos estábamos preguntando: ¿Qué es lo que realmente importa?
xxRay fue mi estímulo para escribir relatos y yo el suyo para sus relatos y sus poemas, poemas de los que logró extraer su propio equilibrio espiritual, porque en el momento de su muerte era, creo, uno de esos escasos seres purificados para quien, como dice Tolstoy, el amor es la única respuesta. Disfrutó cada día la seguridad y el confort con que lo halagué. Como dijo Simone de Beauvoir a las feministas que le pedían explicaciones por la devoción que sentía por Sartre: «Es que me gusta trabajar en ese jardín que está al lado del mío». Echaré de menos trabajar en ese jardín tan real y tan extraño, el jardín de Ray. Todo lo que yo haya hecho crecer en él me fue devuelto con el don de su interés por mi propio trabajo. Tras su muerte, sólo he encontrado consuelo ordenando su último libro. En casa echo de menos su encanto, su risa. También su inagotable generosidad, porque era, antes que ninguna otra cosa, mi mejor amigo.
xxTodo lo que puedas intuir sobre Raymond Carver, que era un hombre dispuesto a hacer las cosas de manera decente, correcta y generosa, es cierto. Puedo asegurártelo desde dentro. Él era así. Y logró ser así a pesar de llevar una vida bastante complicada. Sus problemas no se terminaron con aquella otra vida de chico malo, como puede comprobarse leyendo sus relatos y sus poemas.
xxUna de las partes de su último libro se abre con una cita de Robert Lowell: «Sin embargo, ¿por qué no decir que sucedió?» Me parece que resume perfectamente la actitud vital y literaria de Ray. Se sentía culpable por «lo que había sucedido» y se ganó su redención (también la de alguno de nosotros) con su literatura.
xxPocos días después de su muerte, entré en su estudio de Port Angeles, el estudio con el que siempre había soñado, con una chimenea y una vista del valle y las montañas con el mar al fondo, y me senté a su mesa durante un rato. Allí estaba sentada, sin más. Entonces me agaché y abrí un cajón. Dentro encontré una docena de carpetas llenas de ideas para futuros relatos que le habrían ocupado por lo menos hasta 2015. Me duele que no vayamos a tener oportunidad de leer esas historias. Pero no puedo sentirme triste por eso, debo pensar en lo mucho que fue capaz de darnos en tan poco tiempo. Debemos aceptar la suerte que eso supone para nosotros, porque además Ray se consideraba afortunado y estaba agradecido por ello, e hizo todo lo posible para mostrar su agradecimiento al mundo. Y lo logró.
xxUna semana después de su muerte, estaba con un amigo junto a la tumba de Ray contemplando el Estrecho de Juan de Fuca allá abajo, cuando él recordó una frase de Rilke: «Y estaba presente en todo lugar, como la hora del atardecer». Termino ya con el último fragmento escrito por Ray:

xxxxxxxxxx¿Y conseguiste lo que
xxxxxxxxxxquerías de esta vida?
xxxxxxxxxxLo conseguí.
xxxxxxxxxx¿Y qué querías?
xxxxxxxxxxConsiderarme amado, sentirme
xxxxxxxxxxamado sobre la tierra.

 

 

 

 

 

PEDÍ QUE SE REZARA UNA ORACIÓN

ante su tumba,
aunque lo hiciéramos torpemente muchos de los que estábamos
y pareciera arriesgado hacerlo, rezar
allí en el acantilado sobre el estrecho.
Recuerdo que una vez invitó a sus amigos
a que bendicieran la mesa
porque sabía que lo hacían
cuando él no estaba.

Era el décimo aniversario
de su muerte. Había cerrado los ojos
porque así es como aprendí a rezar
cuando era niña, y así es como
rezo. En esto la voz de mi amigo y
del mundo. Una voz que dijo: la oración ha de ser un momento
de silencio en el que cada uno
realice una ofrenda.

Silencio, entonces.
Y, mientras estábamos así,
el viento del Estrecho se abalanzó
como una mano sobre las campanillas de la lápida.
Pensé: «él está aquí», y lo mismo
alguno más. Lo comentamos
luego. Lo habíamos percibido.
Así es como se acercó para estar con nosotros.
A través de aquel sonido encontró
la manera de hablarnos. Le escuché a todo él en aquel instante
de eternidad. El metal brillante
de las campanillas manipulando el aire del mar. Luego
el precipicio de paz
al que la tierra
parecía caer en silencio.
Y luego silencio
después del silencio.

 

 

 

Gallagher, Tess. Carver y yo (Trad. Jaime Priede). Madrid; Ed. Bartleby, 2007.

 

EL PUENTE QUE CRUZA LA LUNA

El puente que cruza la luna

 

 

Ahora somos como aquel montón mate de arena
del jardín del Pabellón de Plata de Kyoto,
diseñado para revelarse sólo a la luz de la luna.

¿Quieres que esté de duelo?
¿Quieres que guarde luto?

¿O, como la luz de la luna en la arena blanquísima,
que use tu oscuridad para brillar, para relucir?

Brillo. xxxEstoy de duelo.

 

 

 

 

LEYENDO LA CASCADA

Aquellas páginas cuyas esquinas
doblaba son ahora pañuelos, atados
a la última luz de cada uno de sus árboles preferidos,
junto a los que se detenía, y que me señalan el camino
con certeza, como si hubiera ordenado a bandadas
de pájaros que hiciesen susurrar a las hojas en lo alto.

Miro a lo alto a menudo, y pienso en
sus nidos tibios o dejo
que un rasgueo de reconocimiento vibre como un koto,
como si su cabeza aún me mirara por encima del hombro,
rodeada por una niebla fría, dispuesta a encontrar la salida
por una escalera de mármol batida
por sus pisadas. Mis cuentas de ámbar se dirigen, flotando, hacia el mar,
en una sencilla vaina de guisante –igual que las que botan los niños–,
como un carguero cuyo destino fuera perderse.

Cuántas veces me mantiene viva media cerilla,
cuando recuerdo su voz atravesar las habitaciones
y acudir yo a su llamada, para escuchar algunos versos
que él recitaba de forma contradictoria,
como si añadiese una ala de lastre y
descubriera el vuelo.

Tanto del amor se curva ahí,
donde su pluma encerraba entre paréntesis
el pareado, a media página, que mi ajuar,
aún sin estrenar, me atrae poderosamente,
como una frente a la que se invitara demasiado
y se diese a la paradoja.

Me permite vestirme deprisa para el viaje,
como la mejor forma de dejarme lo que se desvanece,
según esté listo o no; él lo está y se desliza
junto a mi cama, en domingo,
hasta que somos como los muertos dando agua
a los muertos, sin reparar en que nuestra tenue sed
es insaciable.

 

 

 

 

RESCOLDOS

Sufría el exceso de luz
igual que nuestras tardes se recuperan de
la lluvia matinal partiendo la habitación
en dos. Le leo para que le alcance otra
voz, para tocarlo más, y unirme
a nuestra escucha o a nuestras carcajadas o a nuestra mutua irrisión.
Ser uno y ninguno. A veces una rima puede
absorber su sustancia, y, sin embargo, librar
una segunda duración. Hablar en voz alta junto a una tumba
rompe el silencio, para que trascienda
otro calor. No decir, sino el fulgor
de que dijéramos.

 

 

 

 

TRAS LOS CHINOS

Al amanecer, un viento del Norte ha zarandeado
la nieve de las ramas de los abetos. Ningún disfraz
dura demasiado. ¿Pensabas que no había vientos
debajo de tierra? Mi caballo tártaro prefiere
el viento del Norte. ¿Pensabas
que la muerte y un poco de tiempo me detendrían?
¿Acaso no me elegiste por mi condición
obstinada, por los ojos verdes que ahuyentaban
a los timadores y engañabobos de nuestra puerta?
He abierto un pequeño sendero, un círculo ovoide
alrededor de tu tumba, para mantener el calor
mientras te hablo. Soy la única
en el cementerio. Elegiste bien. Nadie
es tan obstinada como yo, y mi caballo tártaro
prefiere el viento del Norte.

 

 

 

 

ENCUENTRO MÁS ALLÁ DEL ENCUENTRO

Se cierne aquí tu amenaza, cuando el mar
revela su hora más negra antes del anochecer,
y vuelve después sobre sus pasos para llevárselo todo.
Pero durante un rato los árboles se recortan
contra una espesa franja de espliego, al otro lado
de un puente de luz de ribetes rosas.
Aún podría creerme que las puertas se abriesen
y que aparecieras tú,
un poco sorprendido de que no estuviese todavía
con nadie.

Ahora la luz se ha extinguido
y nosotros, que conocíamos cada curva y cada pendiente y cada cicatriz,
debemos invocarnos mutuamente, como manos que cogieran orquídeas
en la oscuridad. Sólo por su fragancia podemos saber
cuánto hay que apretar.

 

 

 

 

PARAÍSO

La mañana y la noche desajustadas.
El amigo de la infancia,
que se había quedado despierto en casa por mí, se marchó
para que pudiera permanecer a solas con la poderosa almadía de su cuerpo.

Parecía que estaba solo para escuchar, una eternidad
para mí inesperada. Así que le hablaba; le contaba
cosas que necesitaba oírme
decirle, y él escuchaba, puedo afirmar que «pacíficamente»,
aunque quizá fuese sólo un efecto suyo, la seguridad del cuerpo
cuando se reduce a un único músculo. Empero, creo que oí
mi propia voz, igual que él debió de oírla, anhelante
como las narinas de una yegua que resoplara suavemente
en su húmeda presencia: significaba
que todo iba bien, que todo estaba en calma, pero que aún había de sufrir
en el lugar del que te habías ido.

 

 

 

 

DEJO DE ESCRIBIR EL POEMA

para doblar la ropa. Da igual quién viva
o quién muera: sigo siendo una mujer.
Siempre tendré mucho que hacer.
Doblo las mangas de su
camisa. Nada puede frenar
nuestra ternura. Volveré
al poema. Volveré a ser
una mujer. Pero, por ahora,
tengo una camisa, una camisa gigantesca
entre las manos, y, en algún lugar, una niña pequeña,
al lado de su madre,
la mira para aprender cómo se hace

 

 

 

 

ME PONGO EL VESTIDO NUEVO DE PRIMAVERA

El samuray Yamato Takeru-no-Mikoto, héroe del Kojiki,
se «convirtió en un pájaro blanco al morir».
No es casualidad que en la lápida
a tu izquierda se lea «Blanco», y en la de la derecha
hayan cincelado «Pájaro». Quien haya podido disponerlo así,
sin saber dónde iba a ser enterrado, tiene que dar miedo.

Quemo cucuruchos de incienso y observo al humo dulzón
circundar nuestros rostros. Ayer, cuando alguien
me preguntó qué tal estaba, me reí
como una mujer cuyo destino fuera dormir junto a una espada.
Pájaro blanco: así te llamo cuando sueño con volar.

 

 

 

 

HABITACIÓN INFINITA

Habiendo perdido el futuro con él,
estoy dispuesta a amar a quienes
no me ofrezcan futuro –la forma
que tiene el corazón de extraviarse
en el tiempo–. Él me lo dio todo, hasta
el último y jaspeado instante, pero no como un exceso,
sino como si un propósito oculto fuese
una fuente junto al camino
a la que pudiera acercar mis labios y saciarme
de recuerdos. Ahora el amor en una habitación
puede hacer que me pierda con suma facilidad,
como una niña que hubiese de volver deprisa a casa
ya de noche, y tuviera miedo de
encontrarla vacía. O sólo miedo.

Dime otra vez que esto sólo va a durar
lo que dure. Quiero ser
frágil y verdadera, como quien prolonga
el momento con su muerte intacta,
con su corazón, demasiado sabio,
limpio de los desechos que llamamos esperanza.
Sólo entonces podré volver a visitar al último superviviente
y saber, con la alborotada exactitud
de una ventana rota, lo que quería decir,
con todo el tiempo ido,
cuando decía: «Te quiero».

Y ahora ofréceme de nuevo
lo que pensabas que no era nada.

 

 

 

Gallagher, Tess. El puente que cruza la luna (Trad. Eduardo Moga). Madrid; Bartleby editores, 2006.

 

GUIARSE POR LAS ESTRELLAS

marzo 22, 2016 1 comentario

Sin heroísmos, por favor'

 

Prólogo a Syracuse Poems and Stories, 1980, selección de Raymond Carver; Universidad de Siracusa, 1980.

 

Este cuaderno, integrado por once poemas y dos relatos cortos, es una muestra del programa desarrollado en el taller de escritura de la Universidad de Siracusa. A mí me parecen buenos textos y estoy deseando darles paso. Cualquier otro hubiera hecho una selección diferente, sin duda. Pero si el taller me ha parecido interesante es precisamente porque todos, tanto los alumnos como el profesor, escribimos de manera distinta y tenemos gustos muy diferentes, lo que no suele ser habitual en estos casos.
xxUna cosa en común sí que tenemos: el gusto por lo bien escrito y las ganas de hablar de ello, de exponer nuestras ideas sobre la escritura. Y de llevarlas a la práctica. Podemos llegar a hablar, a veces incluso con buenos argumentos, de un texto recién salido de la máquina de escribir. Podemos sentarnos alrededor de la mesa del departamento y luego continuar en la mesa de la pizzería discutiendo un poema o un cuento. Durante el curso surgen textos muy flojos, pero es no es ningún secreto. Tampoco ninguna desgracia: ocurre en cualquier parte. A veces no se hace un buen uso del lenguaje, no se presta suficiente atención a lo que se quiere decir y al modo de hacerlo. También puede ser que se utilice la escritura para divulgar opiniones apresuradas que mejor dejaríamos para los periódicos y las tertulias. Cuando ocurre esto, el resto de compañeros lo dicen. Todos están atentos a si el texto leído transmite emoción, si resulta artificial, confuso, embrollado,si el autor del texto escribe sobre algo que no le interesa demasiado o si no se le ocurre nada y quiere que lo sorprendente sea el propio texto para recibir las alabanzas del resto de compañeros y del profesor. Todos estarán atentos para que el joven escritor vaya por buen camino.
xxUn buen profesor de escritura creativa suele ser un buen escritor. Casi siempre. También puede ser un escondite para un mal escritor, pero no entremos en eso. La escritura es un oficio duro y solitario, es fácil equivocarse y desviarse del camino. Si hacemos bien nuestro trabajo, los profesores de escritura creativa desempeñaremos nuestra función en negativo: enseñarles a los jóvenes lo que no deben hacer y a guiarse por sí mismos en ese sentido. En su ABC of Reading, Ezra Pound dice que «La máxima precisión en el decir es la única moral de la escritura». Si con la palabra precisión nos referimos a la honestidad en el uso del lenguaje para expresar con exactitud lo que se quiere expresar y obtener los resultados que se pretenden obtener, entonces se puede enseñar. Y se debe estimular.
xxEscribir es duro y los escritores necesitan toda la ayuda y aliento que se les pueda ofrecer. Pound fue un maestro para Eliot, Williams, Hemingway (Hemingway también recibía consejos de Gertrude Stein), Yeats, y otros menos conocidos. Yeats, con el tiempo, le aconsejaba a Pound en sus últimos años de escritura. Qué más se puede añadir. Si son buenos, los profesores de escritura creativa siempre aprenden de sus alumnos.
xxQue no se me entienda mal. Esto no es una apología que intente justificar la existencia de este taller de escritura creativa. No creo que le haga ninguna falta. Tal como lo veo, la única diferencia entre el programa que desarrollamos en la Universidad de Siracusa y el de otros escritores en otras universidades es que nos implicamos más a la hora de formar las bases de una comunidad literaria. Eso es todo. Todos los programas de escritura creativa que se llevan a cabo por el país tienden a considerarse una comunidad literaria, pero hay muchos escritores que no encajan bien en una comunidad. Eso es así.
xxEn todo taller literario debería tenerse la sensación de formar parte de una comunidad. Un grupo unido por las mismas inquietudes y metas. Si quieres participar, aquí estamos. El hecho de que el grupo viva en la misma ciudad ayuda a paliar un poco la sensación de soledad del escritor que empieza. Soledad que a veces raya en el aislamiento. Nos da miedo sentarnos ante la página en blanco y no sirve de mucho imaginar que tus compañeros de taller están haciendo lo mismo, puede que en ese mismo momento. Pero sí que ayuda, estoy convencido, saber que siempre habrá alguien en el grupo que le quiera echar un vistazo a lo que hayas escrito. Alguien que se alegrará si suena auténtico o que se sentirá decepcionado de no ser así. En cualquier caso, si le preguntas, te dirá lo que piensa. Entretanto, irás ganando musculatura. La piel se endurecerá y brotará el pelaje que te proteja del frío en el duro camino que tienes por delante. Con suerte, aprenderás a guiarte tú solo por las estrellas.

 

 

 

Carver, Raymond. Sin heroísmos, por favor (Trad. Jaime Priede). Madrid; Bartleby editores, 2006.

 

SIN HEROÍSMOS, POR FAVOR

guayasamín

 

 

ALGO ESTÁ PASANDO

Algo me está pasando
si me fío de las
sensaciones no se trata precisamente
de otra locura querida
estoy ligado todavía
a la misma vieja piel
las ideas puras y los deseos ambiciosos
el pene limpio y saludable
a toda costa
pero mis pies comienzan
a decirme cosas sobre
sí mismos
sobre su nueva relación con
mis manos corazón pelo y ojos

Algo me está pasando
si pudiera te preguntaría
si has sentido algo parecido alguna vez
pero ya estás demasiado
lejos esta noche no creo
que pudieras escucharme además
mi voz está también afectada

Algo me está pasando
no te sorprendas si
un día te despiertas temprano bajo este radiante
sol mediterráneo me miras
de reojo y descubres
una mujer en mi lugar
o peor
un hombre encanecido y extraño
escribiendo un poema
un tipo que apenas puede poner en orden las palabras
que simplemente mueve los labios
intentando
decirte algo

 

 

 

 

SIN HEROÍSMOS, POR FAVOR

Zivago con fino bigote,
esposa e hijo. Sus ojos de poeta
presencian toda clase de sufrimiento.
Se mantienen ocupadas sus manos de médico.
«Las paredes de su corazón eran papel de fumar»,
le dice el camarada y hermanastro General Alec Guinness
a Sara, de quien Zivago se enamoró
y dejó embarazada.

Pero en ese momento,
la banda del topless
que está al lado del cine empieza a tocar.
El saxofón se eleva cada vez más,
reclama nuestra atención. La batería
y el bajo también se hacen presentes,
pero son las subidas y bajadas del saxo
las que drenan la capacidad
de resistir.

 

 

 

Carver, Raymond. Sin heroísmos, por favor (Trad. Jaime Priede). Madrid; Bartleby editores, 2006.

 

EL PELO

Sin heroísmos, por favor

 

EL PELO

Lo intenta con la lengua, luego se sienta en la cama y empieza a escarbar con los dedos. Afuera comienza un día agradable, cantan los pájaros. Coge la caja de cerillas, le arranca una esquina y hurga con ella entre los dientes. Nada. Pero puede sentirlo. Pasa la lengua por los dientes moviéndola de atrás hacia delante y se detiene al toparse con el pelo. Palpa con la lengua alrededor del pelo y luego da un suave toque entre los dientes, tanteando con la lengua la extensión del pelo y aplastándolo contra el velo del paladar. Lo toca con el dedo.
xx«¿Qué pasa? –le pregunta su mujer, sentándose en la cama– ¿Nos hemos dormido? ¿Qué hora es?»
xx«Tengo algo entre los dientes. No puedo sacarlo. No sé. Parece un pelo.»
xxVa al baño y se mira en el espejo. Luego se lava las manos y la cara con agua fría. Enciende la lamparilla del espejo.
xx«No lo puedo ver pero sé que está ahí. Si pudiera cogerlo con los dedos un momento podría sacarlo».
xxSu mujer entra en el baño, rascándose la cabeza y bostezando. «¿Lo tienes, cariño?»
xxAprieta los dientes y sujeta el labio hasta que las uñas le rasgan la piel.
xx«Espera un momento. Déjame ver», le dice ella acercándose. Está de pie bajo la luz, con la boca abierta, la cabeza torcida, limpiando con la manga del pijama el cristal cuando se empaña.
xx«No veo nada», le dice. Él apaga la luz del espejo y deja correr el agua en la ducha. «A la mierda. Tengo que prepararme para ir a trabajar».
xxNo tiene ganas de desayunar y decide ir caminando hasta el trabajo. Le sobra mucho tiempo. Nadie tiene llave excepto el jefe y si llega tan temprano tendrá que esperar. Pasa por la esquina vacía en la que suele aguardar el autobús. Un perro al que no había visto antes por el barrio levanta la pata y se pone a mear sobre la señal del autobús.
xx«¡Eh!»
xxEl perro deja de mear y se acerca corriendo. Otro perro que tampoco reconocía se acerca corriendo, husmea la señal y se pone a mear también. Una mancha dorada y ligeramente vaporosa avanza por la acera.
xx«¡Eh, fuera de aquí!» El perro suelta unas pocas gotas más y ambos cruzan la acera. Parece que le miran como si se estuvieran riendo de él. Mueve con la lengua el pelo entre los dientes.
xx«Bonito día, ¿no?», pregunta el jefe al abrir la puerta delantera y levantar la persiana.
xxMiran hacia fuera y asienten sonriendo.
xx«Sí, un día estupendo», dice uno de ellos.
xx«Demasiado para pasarlo trabajando», dice otro, riéndose con los demás.
xx«Sí, así es», dice el jefe. Sube las escaleras para abrir la sección de ropa de chicos. Silba y hace sonar las llaves.
xxMás tarde, sube del almacén en camiseta fumando un cigarrillo después de haber desayunado.
xx«Hace calor hoy».
xx«Sí, así es». Nunca se había fijado en que el jefe tenía mucho pelo en los brazos. Se sienta escarbando con la uña entre los dientes, mirando fijamente las gruesas matas de pelo negro que tiene el jefe entre los dedos.
xx«Verá, me preguntaba…si no lo considera oportuno no hay problema, naturalmente, pero si lo cree posible, y siempre que no meta a nadie en un apuro, me gustaría irme a casa. No me encuentro muy bien».
xx«Bien, podemos arreglarnos. Ése no es el problema, desde luego». Da un trago a su Coke y se queda mirándole.
xx«Vale, de acuerdo, sólo me lo preguntaba. Disculpe».
xx«No, no hay problema. Vete a casa. Llámeme esta noche para saber cómo estás». Mira el reloj y termina la Coke. «Diez y veinticinco. Digamos diez y media. Márchate ahora y apuntaremos a las diez y media».
xxEn la calle se afloja el cuello de la camisa y empieza a caminar. Se siente raro yendo por la ciudad con un pelo en la boca. Lo toca con la lengua. Camina sin mirar a la gente. Al poco rato empieza a sudar y siente la humedad de las axilas en la camiseta. A veces se detiene ante los escaparates, fija la vista en el cristal e intenta atraparlo con los dedos. Luego continúa en dirección a casa. Cruza el parque Lions Club y se queda mirando a los niños que juegan en la piscina infantil. Más tarde, paga a una anciana los cincuenta céntimos de la entrada al pequeño zoo para ver los pájaros y otros animales. Tras pasarse un buen rato mirando al monstruo de Gila, la criatura abre un ojo y lo mira. Da la vuelta, sale del parque y se dirige a casa.
xxNo tiene mucha hambre, sólo toma un poco de café para cenar. Tras unos sorbos, dobla la lengua de nuevo sobre el pelo. Se levanta de la mesa.
xxCariño, ¿qué te pasa? –le pregunta su mujer– ¿Dónde vas?»
xx«Creo que me voy a acostar. No me encuentro bien».
xxElla le sigue hasta la habitación y se queda mirándole mientras se desviste. «¿Puedo hacer algo por ti?, ¿No sería mejor que llamara al médico? Me gustaría saber qué pasa».
xx«No te preocupes, me pondré bien». Se cubre con el cobertor hasta los hombros, se da la vuelta y cierra los ojos.
xxLe baja la persiana. «Voy a ordenar un poco la cocina y vuelvo luego».
xxTumbado se siente mejor. Se toca la frente y le parece que tiene fiebre. Lamiéndose los labios palpa el final del pelo con la lengua. Le entra un escalofrío. Poco después, empieza a dormitar pero despierta de repente y se acuerda de que tiene que llamar al jefe. Sale de la cama y se acerca a la cocina.
xxSu mujer lava los platos. «Creí que estabas dormido, cariño. ¿Te sientes mejor?»
xxAsiente en silencio y descuelga el teléfono. Habla con Información. Tiene mal sabor de boca mientras marca el número que le dan.
xx«Hola. Sí, creo que estoy mejor. Mañana iré a trabajar, sí. De acuerdo. Ocho y media en punto».
xxVuelve a la cama y se pasa la lengua por los dientes otra vez. Suele hacerlo a menudo y no se había dado cuenta hasta hoy. Poco antes de quedarse dormido casi había conseguido no pensar en ello. Pensaba en el día tan estupendo que había hecho y en los niños jugando en la piscina. Los pájaros cantando temprano. Pero se despierta en mitad de la noche gritando y sudando. Siente que se ahoga, mueve la cabeza de un lado a otro pateando bajo las sábanas y asustando a su esposa, que no sabe lo que le pasa.

 

 

 

Carver, Raymond. Sin heroísmos, por favor (Trad. Jaime Priede). Madrid; Bartleby editores, 2006.

 

HOY: QUINTA LECTURA EN EL CICLO DE LECTURAS POÉTICAS EN NdelT. JAVIER TEMPRADO & DAVID SARRIÓN.

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Esta noche es la quinta lectura del ciclo de lecturas poéticas en NdelT. Hoy les toca el turno a Javier Temprado y a David Sarrión.

Aquí tienen un poema de cada uno de ellos que aparece en la plaquette (con diseño de Cristina Morano) con la que se obsequiará a los asistentes:

 

De Javier Temprado:

 

xxxxxVIII

Espío
con voraces ojos
el baile de tortugas
que me ofrecen los barcos.

Los anhelo.

Me cuelgo en sus mástiles,
bailo desaforado en sus cubiertas,
invento un nuevo nudo,
piloto los vientos hacia otro cielo.

Y aún en puerto.

Alzo las manos
y descubro un nuevo mar
cuando una mirada encalla
bajo tu falda.

 

 

 

De David Sarrión:

 

3.2. RECORDATORIO

Me apodero de este instante breve y denso.
No es momento para bromas, he llegado aquí desde el recuerdo.

 

MAÑANA: JAVIER TEMPRADO Y DAVID SARRIÓN EN EL CICLO DE NdelT

Cartel definitivo Javier y David

 

CAMPO NUBLO (y IV)

Campo nublo'''

 

549

LA nación llamada matriz está llena de géneros.

 

 

556

YO en mí tengo varias partes por donde no llego a mí mismo.

 

 

557

ME gustaría vivir extraesencialmente. En alguna parte debe haber mayor cantidad de esencia que en la esencia.

 

 

558

LAS células son estrellas fugaces.

 

 

559

HOMERO no está, Platón no está, Safo no está, no está Corina. Orfeo toca aparte. Los hoplitas ya no vienen. Oh dioses, sólo piensan los bárbaros.

 

 

562

YO me estoy inédito.

 

 

573

LA musa hace saltar en datos la regla básica de la nada.

 

 

587

A veces vale la pena mentir para decir la verdad, en la noche enorme.

 

 

588

SE me vuelven a presentar de nuevo las imágenes de los cadáveres, y el sonido de los tiros.

 

 

597

EL camino a la inocencia no se puede usar. Conduce a a última cena.

 

 

599

TRAS toda revolución hay un cambio hacia una nueva desesperanza.

 

 

600

LAS revelaciones que afianzan la continua permanencia de Dios en sus criaturas mundiales son: la economía, la política, el capitalismo y las ejecuciones.

 

 

603

LO que me pasa es que no soy bastante yo mismo.

 

 

608

EN el mundo de la técnica teológica, la sangre y la carne son enfermedades.

 

 

610

AUMENTA el circo grisáceo, se organizan fiestas miserables, se desprotege producir identidad. Debo continuar armándome.

 

 

616

EN torno a nada, no descubriendo, sino después, entre poemas.

 

 

619

YO había traducido una evidencia. Me enteraba así de quién era yo.

 

 

624

LA plebeyez ontológica de la teología, sin huella de rosas, sin azahar biológico, con temibles martirios de la experiencia.

 

 

632

¿QUIÉN de nosotros no está huyendo hacia la comida?

 

 

643

EN mi juventud hacían brillar la muerte, aprovechando la tormenta antropológica del ejército y la Iglesia. Acechaban la humanidad de la biología, y las sensaciones les merecían desconfianza. Lo fisiológico no se situaba en la verdad, no encontraban luz en ningún yo.

 

 

646

YO avanzo entre las víctimas, que gotean.

 

 

651

NACEMOS para morir, entretanto vamos al cine.

 

 

671

NO terminamos de caer contra nosotros mismos.

 

 

677

LA mayoría de la escarcha está activa ahora, y las llamas. La glaciación y la llameación acentúan sus fuerzas en la vida bermeja. La dimensión está determinada por la ceniza de la belleza. Lo que finalmente sea arrastrado no contendrá el dichoso color del légamo. Las cosas han cambiado. Las moscas son aves. Oh médulas, oh zarpazos. Estas son las estaciones lluviosas, estas son las inundaciones de las que no se regresa jamás a la identidad. Ni un trocito de carne, ni un pedacito de amor. En el desarrollo del desenfoque de la primavera, ¡qué brutal la ceniza ontológica!

 

 

680

LA muerte está programada. Comoquiera que sea, toda la creación gruñe.

 

 

687

LOS hombres llevan una canción que no oyen.

 

 

690

LO mejor es adoptar el sistema métrico decimal como sagradas escrituras.

 

 

699

VI un ángel muerto. No tenía dientes, ni hocico. Estaba podrido, y no olía. Lo reconocimos porque todavía soñaba.

 

 

702

DEBIERA ser suficiente menos espacio y menos tiempo y menos razón. Debieran bastar los mil cuatrocientos cuarenta minutos de la eternidad de la rosa.

 

 

715

HE adivinado la belleza; no, no, no he adivinado la belleza, yo soy un animal conducido, no sé lo que adivino.

 

 

720

LA humanidad es su propio envase y su propio residuo.

 

 

730

LA estructura está perturbada, y yo estoy preparado para ver las vísceras.

 

 

737

YO no tengo reparos en acercarme a un muerto para proteger su cadáver.

 

 

747

NADA de escombros en el pan.

 

 

751

MÁS progreso del pensamiento, más miedo en el alma; más progreso en el alma; más miedo en el pensamiento.

 

 

754

APROVECHAR la ocasión de la señora vida para jadear de belleza, de deseos, de sangre, mientras jadea el tiempo.

 

 

782

VERDADES irregulares que aprender a vomitar. De resto, intereses bajos.

 

 

792

ME duele la sangre. Estoy dinamitado, sin duda.

 

 

811

LOS tres estados de la materia son: el poético, el presocrático y ambos.

 

 

813

PIENSO lo que veo, no sé si pienso lo que sé.

 

 

 

Cabal, Antidio. Campo nublo. Santa Cruz de Tenerife; Ed. Idea, 2008.

 

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CAMPO NUBLO (III)

Campo nublo''

 

318

UN recuerdo caído en la carne, húmedo, hibernando, o un dato en las postrimerías de la mente –granos de vidrio–, una información soñada cuya influencia cesó de un modo inexistente, pétalos en lo secundario de la sien, que primero consistieron en esmaltes, en antiguas electricidades.

 

 

322

ESPERO que me comprenderán si digo que soy un objeto radioactivo.

 

 

323

MURMULLOS religiosos no coinciden con murmullos ónticos. El pensamiento vegetativo, con verbos de segundo grado, mana emisiones de indesarrollo si se quitan los pájaros, las hojas, la lluvia, la luz o cualquier otra cosa. El ser no debe estar en manos ajenas.

 

 

324

VIAJAR, pero sin la compañía de nosotros mismos.

 

 

327

DE principio a fin, el alma es un animal de carne.

 

 

339

EN los sectores específicos del individuo finito, lo otro no debe ser el ser, más vale que lo otro permanezca en su otredad, con sus fieras sombras, o no tendremos buen éxito nunca en nuestra esencia de cabotaje.

 

 

342

UN momento es estadio final. Tiempo es igual a n momentos. Momento es hielo o pasado. Cada uno yace primamente. Más imagen o metáfora.

 

 

347

COMO cosa hecha en la noche, así la loca carne, que es secreta. Me gusta hacer la reseña de sus motines.

 

 

351

EL drama de cada hombre es no ser rosa.

 

 

353

NECESITO un yo sin sótano o, dentro, una nieve sin cadáver. Tantas lágrimas metafísicas en un rincón, tanta muerte práctica en otro. Secretos con continuidad que me cansáis.

 

 

358

LOS lugares que existen son cuatro, de los que se han comprobado tres, de los que se han aceptado dos, de los que se ha podido elegir uno, de los que no se ha podido aprovechar ninguno.

 

 

360

YO utilizo el sueño como una llave.

 

 

364

UN análisis de mi conducta anularía mi conocimiento. Aun defendiéndome en las últimas inferencias, la belleza no absolvería mi actividad a favor de mi significación. Me agoto en mi presencia y yo me agoto en mi ausencia.

 

 

367

DIOS es peligroso, es difícil, es una oquedad.

 

 

376

SIENTO que es hermoso no saber ninguna verdad, siento que es hermoso estar libre de lo imposible. Oh, si pudiera perfeccionar la animalidad, los estados inconscientes.

 

 

386

EL espejo es un velo.

 

 

387

LAS metáforas están cansadas, la precisión se ha ido separando de la precisión, la materia se pudre en ética. Ved el alma bañada en aguas servidas, ved esta imagen formulada por los instintos y la lírica de la razón abandonando la casa de su madre, la carne. La irrealidad se aglomera en su luciérnaga, en la iluminación hay parásitos. Desanimado por los límites, animalizada la selección de la esencia, temo el último asalto.

 

 

388

YO aparento algo siéndolo. Mi esencia es una variedad de mi apariencia. No estoy en mi soy, estoy en mi estoy, estoy en mi pájaro en mano. Mi pájaro en mano depende de una tracción yuxtapuesta, de una enfermedad teórica. Yo no estoy oculto ni descubierto. Carezco de una causa extraordinaria. Yo no tengo diferencias diferentes, escisiones unitarias, clarobscuros de totalidad. Yo digo yo.

 

 

392

OPTO por ser un desconocido. Cercado en mi sujeto y en mi objeto, no reproducido. No quiero decir estar opaco, temblando, sino pensando lo uno y lo otro, a puerta cerrada, etc.

 

 

394

YO no tengo un salvoconducto, una patente, no agito un telegrama. Yo tengo mortalidad, algo que la muerte derriba. No tengo nada encajado en un modelo, en un portarretrato, en un cheque. No soy un consejero de la resurrección, ni una carne como para escultura, retrato o bajorrelieve, no está previsto para mí un exceso de lugar o una ruptura exitosa. Yo me digo: desconfío de los elegidos por la singularidad sucedánea, de los seleccionados por los milagros, de los que se ajustan al medallón.

 

 

403

ÁNGELES no he visto, ni santos en actividad ante mi mente, ni algo que reorganizara mi existencia desde una brasa transparente. No una figura ante mis ojos, con perlada escarcha, ni otros agentes en parusía. Nada más que espejos, y yo al otro lado, mi pelo, mis manos. Nada que flotase para mí, para que yo me arrodillase y me salvase.

 

 

410

CADA uno tiene sus propios desiertos, y despliega uno. Cada quien se prolonga en una visión, o se cae en sus huesos.

 

 

415

TENGO derecho a que los demás no piensen como yo, a no sentirme solo.

 

 

417

EN los sentidos, únicamente en la aparición, en los grupos sensibles, me adelanto hacia adentro, sin distinción de mí, mezclándome conmigo.

 

 

419

EL trabajo humano de la poesía no produce azar, sino una unidad.

 

 

430

LA doble verdad. La verdad que viene del hombre y la verdad que viene del pozo. Consumo lo híbrido.

 

 

438

LA sombra es un lugar.

 

 

444

LA nada ocasiona mucho trabajo, y nuestros obreros no pueden con ella. Los filósofos cruzan el desierto, los científicos aterrorizan, los poetas llamean fósforos en el hielo.

 

 

446

LA irrealidad es una realidad que no podemos gobernar ni con argumentos de Dios, ni con sangre, ni con refuerzos, o con los otros modos o ninguno. La realidad es una irrealidad que no podemos, etc.

 

 

447

LAS regiones del cielo que más me gustan no están en el cielo.

 

 

448

EL agujero que quede donde estuvimos nos lo volveremos a encontrar como sangre seca.

 

 

458

EL presente se ladea en el vacío, sobre todo en la noche.

 

 

466

MI corazón es más moderno que mi época.

 

 

475

EL ser yace solo en todos nosotros.

 

 

492

MI época sangra sin resultado.

 

 

495

YO respondo a efervescencias, mi conducta no me dirige a ninguna parte. Desocupo el método. Me ocurre estar. El espíritu sucede a su paso.

 

 

498

ACTUALIZAR la carne.

 

 

503

CREO en el alma sin las infecciones típicas, creo si ella es sípida, odora, colora.

 

 

512

A veces tengo la impresión de que yazgo en el porvenir.

 

 

520

DE fuegos absolutos se habla mucho. El tamaño del principio parte de ahí, y es de ello su séquito. Los individuos piensan antorchas. Las glándulas están caldeadas. La broza humana arde. La boca es fogosa. El cuerpo es un fuego general. Destapados, nuestros átomos son luciérnagas. Existir es un horno. El universo es un escenario encendido. Los filósofos ven el primer explosivo, los científicos analizan la metafísica cálida, los poetas manejan toda la dinamita. El corazón es cocción. La irrealidad es candente, la realidad es candente.

 

 

525

RECUERDO el soplo del viento en la superficie de la carne, ese placer.

 

 

531

VENTANAS que dan a original que no se presenta, cerrarlas.

 

 

540

PASIVAMENTE en el entendimiento, pasivamente en la carne, yo lloro.

 

 

 

Cabal, Antidio. Campo nublo. Santa Cruz de Tenerife; Ed. Idea, 2008.

 

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CAMPO NUBLO (II)

Campo nublo'

 

151

SÉ prófugo y sé francotirador. Te lo advierto: hay bandidos en la belleza. Acerquémonos con mucho cuidado a los poemas. Han ordenado la sindicalización de las musas, se ha iniciado el terrorismo estético. Disfracemos el uso de la identidad con el bagaje de la identidad.

 

 

162

DEBO buscar los estremecimientos preinteriores. Desembarcar detrás de lo primero, donde yo empiezo, donde yo termino. Soy materia en suspensión. Busco proteger mi alma personal en bruto.

 

 

168

CONVERTIR la nieve en nieve, y esta nieve en otra nieve. Intensificar el punto de partida con el punto de partida. Preparar otro vuelo.

 

 

169

EXTRAIGO de la verdad el espectáculo, la gritería, el incógnito sangriento. Que la poesía se haga cargo de cavar la superficie.

 

 

173

OH grandes viscosos, oh grandes nocturnos, oh grandes atemorizadores de las sensaciones, oh grandes asaltantes de la humedad húmeda, oh grandes triunfadores negros, la carne es luz.

 

 

187

NO quiero ceder a las propiedades de la noche, ni ceñirme a doctrinas seleccionadas, ni aceptar resinas psicológicas. Yo sólo quiero ser como un texto del suelo.

 

 

189

SOY una especie adoptiva. Carezco de una información correcta; manejo datos sin amparo. En la noche enorme, no puedo organizarme como el sapo, que en la noche enorme canta lo que es, dirige la producción de su vida.

 

 

198

IR indistintamente a las cosas o a las palabras, como quien va a la reunión de la unidad. Ir a lo inseparable, como quien va a lo único.

 

 

201

YO, como el Espíritu Absoluto, carezco de rostro. Soy un estibador ralo de poemas. Si me fuera factible persistir en la nómina de los de baja graduación de labores de la poesía, me gustaría que se me recordase porque la amé, y porque pretendí formar parte de su ser y no del mío.

 

 

205

ME duele que la eternidad forme parte de nuestros materiales de construcción.

 

 

210

LA esencia adjetiva ha de ser aniquilada en los trabajos básicos del alma, en los programas del cuerpo. Ha de terminarse con la desorganización de la presencia de identidad.

 

 

211

SI tuviésemos un alma que sangrase, sabríamos mucho más.

 

 

217

ES conveniente acercarse a lo que no somos porque probablemente estemos en esa concretud.

 

 

222

OJALÁ resulte verdad que la poesía nos espera a través de nuestras lesiones.

 

 

224

REVISAR la verdad, morir iluminados.

 

 

226

ES por falta de confianza por lo que la muerte escapa a ser conocida.

 

 

229

LA poesía no convence a los que no han nacido totalmente.

 

 

234

LA perfección existe de tantas maneras como tantas maneras hay de no ser hombre. La poesía elabora nuestra resurrección ahí.

 

 

235

COMO pertenecemos a la substancia, como somos cuerpos de obligación, como aparecemos y desaparecemos en vinagre infinito, estamos dotados de deuda completa y de porvenir no supremo. Por eso urge concentrar la realidad y la irrealidad en la poesía, el único fragmento no sitiado.

 

 

237

SE necesitan voluntarios para adorar la belleza. Oh personas candentes, oh individuos primeros, oh vivientes sin límites, este asunto es nuestro.

 

 

238

LA poesía es un trueno que ninguno oye, o si se le oye no es reconocido. Y si no es útil, es porque nosotros no somos útiles.

 

 

242

LAS mujeres contienen bastante orbe y bases. Inmediatamente existen. Inauguran la esencia. Ellas dejarán de ser fragmento. Ellas llevarán a cabo la divinización de lo real.

 

 

247

POESÍA, trabaja contra las traiciones derivadas de la esencia.

 

 

251

ARRÁSTRATE con tu pedazo de belleza.

 

 

252

CUERPO y alma. ¿Para qué dos océanos?

 

 

254

CUANDO el espíritu descubre una idea, descubre falsedad si no descubre sangre. Si la idea contiene sangre, la musa nos dictará un poema.

 

 

255

OH poesía, lo que no supiste en el pasado no lo conocerás en el futuro, tú nunca vienes de lo que no existe.

 

 

257

ME siento en otra región de la belleza. No hace frío, no hace calor. Hace ideas.

 

 

259

LA mayoría de mi yo no está en uso.

 

 

262

LÍQUIDOS que no se secan, animales que ingieren destellos, perfumes que originan imágenes, conceptos que se mojan. Lo que no cabe en el pensamiento cabe en la necesidad.

 

 

263

ORGANIZAR batidas contra el verbo gris, examinar la mente perjudicada por la palabra unívoca y los conceptos morados, los virus semánticos, reunirnos contra la desmesura analítica, no aceptar los predicados mundiales en la germinación de los sentidos. No ir a fiestas que no se entiendan.

 

 

270

EL corazón a veces aúlla. En su maleza, él recuerda las costumbres que le faltan.

 

 

277

MI nombre no me representa cuando estoy solo. Cuando estoy solo soy aquel que no sé quién es. Aparezco. Mi nombre no me vincula.

 

 

282

MI lucidez está en lo que no creo. Con esto pretendo llegar a ser completamente lo que soy.

 

 

283

NO dependeré de mí por completo mientras no sueñe absolutamente, esto es, mientras no deje de ser despertado.

 

 

286

SENTIR y no pensar, estar y no ser. Un poco más, y nos dan entrada en el paraíso.

 

 

290

LOS lógicos procuran que en las premisas no haya sangre, los lógicos procuran que en las premisas no haya devenir, los lógicos procuran que en las premisas no haya lógica.

 

 

292

LA diosa que canta y cuenta la verdad también canta y cuenta la poesía. La diosa canta y cuenta la especie entera.

 

 

293

YO me salvo obstaculizando que me comprendan.

 

 

302

QUE coexista lo que se excluye, que el premio no tenga fin, que el ser no tenga escondites, dejar de hacer el oficio de policía de la esencia.

 

 

303

ME han impedido ver mi propio inconsciente, forzándome a pensamientos absolutos, a elecciones que me hacen desaparecer. Me han impedido ver mi propia naturaleza, forzándome a sentimientos absolutos, a elecciones que me hacen desaparecer. No me dejan pasar libremente por mí mismo, agitan dos raíces. No permiten que mi yo sea objeto, que yo sea mi sujeto, que yo no tenga mi yo como yo tengo mi yo. No me dejan autopensar mis sentidos, autosentir mi mente. Pero yo no puedo dejar de fluir. Tengo visiones más allá de las analogías. Mi imaginación directa evoluciona fuera de esto, mi identificación directa me arrastra a mi identificación directa. Me gusta cómo empiezo y cómo acabo. Yo no quiero ser una porción.

 

 

304

EL secreto ya no es un sitio. El azucarado corazón ha probado las falsas propiedades, el pensamiento ha desembocado en la diversidad. La razón supura, el corazón es un músculo obeso. Fondos primitivos, noticias inferiores. Polvo negro. Paradojas extáticas. Estamos sometidos a exageraciones. Padecemos imágenes. El ser entero debe pasarse a la oposición.

 

 

310

DEBERÍA darme vergüenza hablar tanto de mí, pero es como si me diera vergüenza hablar de mi epidemia onírica o de mi epidemia racional. Me sucede el mundo. Lo que hago es convocar contra él, a veces llorar. Si uno tuviera acceso a lo que necesita, y llegara ahí, bueno, yo callaría. Pero mirad, no se llega. No queda más remedio que asomarse a la ventana y disparar. Si miráis dentro de mí, o si bajáis al pozo de al lado, encontraréis que no hablo acerca de mí, sino contra la falsa ocasión. ¿Puedo usar la carne libremente? ¿Puedo obtener de mi espíritu un servicio mejor? ¿Puedo prescindir de lo no importante sin ser azotado? ¿Por qué impiden la libre circulación de la esencia? Yo no hablo de mí, yo hablo de bajos servicios.

 

 

314

NO he oído cantar a las sirenas, aunque he navegado en sucios barcos cerca de su montón de rocas. He atisbado los lugares en que ellas gritan su logos, o tal vez su hambre. La superficie sin ruido, el brillo marítimo sin imágenes, el desierto cielo y el golpe del barco en el agua y la escasa espuma. A veces creía que el silencio del sol y la quietud del viento las anunciaban, antes del uso de su voz para atraer marineros. O cantaron entonces, y yo no las oí, esterilizados mis oídos por el comadreo explicativo de las ciencias sociales. O no quisieron cantar para mí, o ya no cantan para nadie, porque nunca hemos sido marineros, sino individuos con sabor a soya.

 

 

315

EL mar, duro mundo, sin porciones sumisas, importante de universo. En sus ratos de luto, cuando choca contra los lados de la tierra o está como especie de sus entrañas extrañas, su bestialidad es un experimento superviviente de la totalidad. Mas él también tiene su vida familiar, su folclore subjetivo. Su materia es un embrión brillante. Él también se reúne con su soledad y atrapa la luna en la superficie de su cuerpo.

 

 

 

Cabal, Antidio. Campo nublo. Santa Cruz de Tenerife; Ed. Idea, 2008.

 

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CAMPO NUBLO

Campo nublo

 

9

SER lo que no soy me cuesta mucho, aproximarme a mi yo. En general, lo que cae en mis sentidos no me corresponde, me corresponden los sentidos. Ni en los sueños consigo estar conmigo: igualmente me encuentro con la cultura, con los sujetos y con los objetos de no mí. No consigo soñar con mi yo. No consigo ser bello.

 

 

10

NO me parece absurdo tratar de asir una imagen que está en el agua: aunque no lo logre, habré tocado situación abstracta en modo concreto, habré tocado la unidad y la causa.

 

 

15

SI lo que cae en mis sentidos no es lo mismo que lo que no cae en mis sentidos, entonces mi material y mi sueño no me pertenecen. Por ahí tal vez la fuerza de la muerte.

 

 

18

CANTA, oh musa, la innecesidad del espíritu en las ilusiones, su excesivo trabajo para la apariencia en medio de la brevedad. Canta del cuerpo el tembloroso heno, canta los lados sanguíneos, la mente, la disparidad del uno. Canta a la poderosa verdad, como si existiera, canta sus inventadas vísceras, su vivir onírico. Canta el síndrome de la substancia. Canta toda esa agrupación de individuos sacudidos por la finitud. Canta la espantosa obscuridad en la luz de la lógica simbólica. Canta más. Canta la belleza, su luz de bengala, su permanente pubertad, su comida de hielo, su hierba blanca. Canta el radio de acción de la psique en la penumbra. Canta las occisas ciudades, las aves cantando en las cloacas, el plástico, las vitaminas, las constantes victorias del código genético, el rastrero triunfo del científico. Anda, canta los bajos relieves del ser: hay espumas pastosas, bocio, colisión de la nada contra las cunas. Canta el anhídrido carbónico, la cultura, los ladridos del espíritu. Canta, oh musa mía, los nuevos sucios sueños, los nuevos sucios juicios, la peregrinación al dinero, el perfeccionamiento contra las criaturas. Canta la persecución de la razón revelada contra Safo, contra sus fuegos sobre el agua y bajo el agua, la persecución de sus conversaciones con la sangre, canta esta perversión, esta decadencia del logos y de la identidad, canta la ablación de Safo y la ablación de la poesía. Canta, oh musa mía, las células y los ganglios cálidos de San Juan de la Cruz, su quejido amarillo, y sus tonadas contra la diversificación, y su ternura desde la grasa. Canta, oh musa mía, la investigación de Santa teresa en los instintos, su estancia en las sensaciones, su capacidad de sollozar en la totalidad, su fabricación de Dios fuera de las usinas. Canta la soledad del cuerpo, el cuerpo corriendo solo en las Olimpíadas, la sangre y la carne y las sienes sudando en las Olimpíadas. Canta la ausencia de Sócrates en el Senado, su nevada noche antes de la batalla, la espesa cicuta de la ciudad, su banquete, su mercado, la multitud estética de su mente, su visión ante el motor de la muerte. Canta la raza fatal de la Patrística, la espelunca de los políticos, sus dédalos, sus sesos. Canta la vulgaridad de la fe, las hordas en las basílicas, las hordas en las universidades, las hordas en las playas. Canta el excesivo martirio contemporáneo. Canta el exceso de Cristo en la producción del color blanco. Canta, oh musa, la parusía de la basura, oh musa, la ética de la desigualdad compasiva, el vicio de los sentidos, la iglesia de la sangre —la base de la sangre, la cúspide de la sangre, un punto—. Canta lo cursi como si fuera lo exquisito, lo sentimental como si fuera lo emocionante, lo endeble como si fuera lo firme, lo burdo como si fuera la delicadeza, lo efectista como si fuera lo auténtico, lo aparente como si no fuera la realidad, lo lacrimoso como si fuera lo tierno, lo llamativo como si no fuera el ser, lo monstruoso como si fuera la soledad, lo tremendista como si fuera lo trágico, lo desmesurado como si no fuera la unidad. Celebra, oh musa mía, la multitud imbécil del ente, la masificación del cero. Celebra que seamos conducidos a ser genética, que seamos conducidos a la escasez de la razón, a la perfección de las enfermedades profundas. Oh musa, ten piedad de mí. Haz este trabajo antes de que seas ejecutada en las universidades y las artes sean esterilizadas y nadie quiera ser familia tuya y sea perdido tu murmullo original. Oh musa, hiere a los persas.

 

 

19

HEMOS suplantado lo visible por lo invisible, y sufrimos en la cicatriz.

 

 

33

LA belleza tiene la medida de quien la ve. La noticia de su tamaño no coincide con la noticia de su verdad.

 

 

40

EL conocimiento que no coincida con la poesía no coincide con el conocimiento. La diosa que canta y cuenta la verdad bella de ver no lo admite en sus recursos. La diosa acepta los poemas poemáticos.

 

 

48

CADA uno debería cavar la tumba en que será enterrado.

 

 

49

ESCRIBIR el poema que contenga lo más parecido a lo desconocido, aunque me conformaría con uno que lograse lo más conocido a lo parecido, sin correr riesgos la belleza.

 

 

52

NOSOTROS somos objetos estériles e individuos no iluminados y nosotros somos híbridos y resinosos y no solubles en belleza.

 

 

59

LOS animales que cantaron en el paraíso y los que cantan ahora en nuestros minutos cantan con la misma precisión óntica. No agredidos por la identidad ilimitada, usan, intacta, la finitud. Su alma no está en un recinto pensativo.

 

 

60

IGNORO si llegaré a mi centro. No conozco la primera vez de mí. Lamento mi inasistencia a las propuestas de autonomía. He esperado mucho por mí, ante una proposición que no iba a mis sentidos. Aparezco en un yo siempre autoinaccesible. Yo me llamo y no me respondo.

 

 

66

LO que puede la poesía no lo puede la perfección. La poesía no es sucedáneo de otras condiciones. Ella no toma partido entre vestigios. Su interés infinito es que el fuego no se apague y que se encienda el que falta. Ella está frente a la sombra que resta.

 

 

75

NO digáis que agotado su tesoro enmudeció la muerte.

 

 

81

QUE alguien que cree en algo me lo pudiese demostrar, que alguien que no cree en algo me lo pudiese demostrar, yo vería después qué haría con tanta mentira.

 

 

86

NO ha muerto nadie en el Edén. Los gusanos no han probado la carne con espíritu. Han comido león, sapo, búho, perro, libélula. Han comido mariposas y caballos, cisnes y ranas. Han comido nada distinto de ellos. No han podido comer imagen y semejanza.

 

 

96

MUSAS y poetas, contad con la muerte. Han sido compradas la identidad y la desidentidad. Si no en la clandestinidad onírica o en el qué de la desmañada vida, o en una cierta inexistencia, no podréis garantizar el murmullo de vuestra libertad y profundidad.

 

 

97

SEGURO que lo que no está en vías de extinción es porque no vale la pena que exista. El desvanecimiento ocurre. La cacería contra el ave fénix es total.

 

 

105

ABRO la ventana, cierro la ventana, dentro, lo mismo, fuera, lo mismo. Qué igual lo diferente.

 

 

106

HACER el poema que jamás pudiese ser terminado o tan pequeño que nunca pudiese ser empezado. La poesía respondería así al todo y a la nada.

 

 

115

NO podremos volver al Paraíso si no desinventamos el alma. Ella rehúsa las sensaciones y vuelve remoto el cuerpo. Abandonada de la razón, actúa como una emigrante, nos detiene, sin luces. Nos muestra continuamente fotos sacadas por los ángeles, nos recluta para que excavemos en lo absoluto. En su dominio irresponsable el infinito nos deteriora.

 

 

120

HOY me ha gritado la musa: se ha exaltado, me ha roto los poemas. Tengo suerte. Tengo suerte.

 

 

122

CANTO a la musa que está dictando el poema, pasándolo en limpio y borrándolo; canto a la musa, que está dictando el poema, pasándolo en limpio y borrándolo.

 

 

125

TODO cuanto somos será siempre reciente.

 

 

127

QUE lo que sale de mí nunca vuelva; me reconozco solamente en lo que sobra, y en lo que no ha estado nunca en mí para quedarse. Vivo turbado, seleccionando lo que soy.

 

 

149

NECESITO nuevos sueños, estoy copiándoles a los demás sus residuos.

 

 

 

Cabal, Antidio. Campo nublo. Santa Cruz de Tenerife; Ed. Idea, 2008.

 

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ARS AMANDI

1

 

De esta joya que reúne toda la poesía amorosa de Manuel Vázquez Montalbán y que publicó Bartleby editores en 2001, dejo hoy aquí algunos poemas.

 

VERANO Y HUMO

Ya sabemos lo que cuesta
vencer la resistencia tenaz
de dos piernas unidas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel sabor
de algún aliento amargó el aire
de madrugada en nuestras fauces
y el cuerpo resultó torpe al despertar
o se quejó triste por un frío olvidado

y sin embargo
más de una vez se nos otoñizan los árboles,
brilla la calle bajo la lluvia amarilla,
damos lumbre a un paseante solitario
por el puerto
xxxxxxxxxxxxy silbamos una melodía
ramplona, ya tarde, cuando los veleros
mienten puertos ansiados y el aire
salino no pregunta
xxxxxxxxxxxxxxxxx¿quién,
quién no teme perder lo que no ama?

 

 

 

 

SEIS Y NUEVE

En tu seis y en mi nueve
hay un instante el mismo instante
de nuestra vida y de la vuestra

(¿o fue una tarde?)

suele ser por las tardes de mayo
cuando se descubren emociones
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsolidarias
y la lengua se niega a reparar las cosas
las lame y las dilata
xxxxxxxxxxxxxxxxxxabolidas las palabras.

 

 

 

 

DESNUDO

Hay días en que tienes
toda la carne muy mal abotonada
y mis manos te cierran
el cuerpo descarado
xxxxxxxxxxxxxxxxxxlos ojos
con los que miras tu desnudo
en los míos te delatan
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy eres blanca
con junturas de cárdeno
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxdescenso
manchas de musgo y vuelo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxvencido
de cabello que se inclina
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlento.

 

 

 

 

REFLEXIÓN MORAL SOBRE LA ANATOMÍA

Hay mujeres que hacen daño
en el pecho del que muere
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxal contemplar
la contención exacta de su carne
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxla refrigeración
blanda de sus cabellos limpios
y el pretexto caedizo de sus ropas

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxotras
tienen los ojos tristes pero hermosos
o un bello lomo para un torpe frente
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxo dos piernas
sin cansancio muscular columnas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde seguro cielo

otras sólo tienen
dos senos a punto de abrirse por su peso
de fruta para labios agostados
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpara manos
sin otro mundo que llevarse al alma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy en ocasiones
sólo un seno es hermoso sólo un hombro
sólo un vencimiento de la piel
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsólo los labios

pero siempre hay un hombre enamorado de tanto o de tan poco
enamorado fugaz o consecuente ama
las pequeñas patrias de una noche
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsin clarines
frente a unos párpados cerrados murmullos
fracasadas sintaxis
xxxxxxxxxxxxxxxxxrespetad las plantas
y los cuerpos donde el deseo se descansa
el infinito miedo a todos los olvidos.

 

 

 

 

PONME LA MANO AQUÍ

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxyo sin saber qué hacer
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde aquel olor a mujer
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxa mango y a caña nueva…

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxChavela VARGAS

Cuando te encuentre
en el trastero del mundo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxChavela
me mostraré indiscreto
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxquisiera
saber qué fue de tu Macorina
si supiste qué hacer
xxxxxxxxxxxxxxxxxxde aquel olor a mujer
a mango y a caña nueva

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxte perdono
las mujeres que me hayas quitado
a cambio de que me cantes
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcuerpos prohibidos
calientes como danzones color
canela humedecida por los deseos

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcuando te encuentre
con los pies en un barreño de lágrimas
los ojos caídos de perro perdido
el cabello sucio por cenizas y viajes
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxChavela
quisiera que cantaras la muerte de Macorina
sobre un colchón tripudo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlas hojas de maíz
salientes por los descosidos del mundo
la vieja Macorina seguramente mal amada
en los años en que no fue tuya
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxni mía
sino un cuerpo progresivamente absurdo
abandonado por las guitarras y las quejas.

 

 

 

Vázquez Montalbán, Manuel. Ars amandi. Madrid; Bartleby editores, 2001.

 

PORQUE HOY ES 8 DE MARZO

Pues por eso:

 

MADRID, SPAIN - 2016/02/14: Women protesting against gender-based violence during a demonstration on Valentines Day. (Photo by Marcos del Mazo/Pacific Press/LightRocket via Getty Images)

 

IF

 

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DESPUÉS DE LAS DOS LECTURAS EN MADRID

Lo de estos días en Madrid ha sido un regalo de los dioses. Además de ser una ciudad en la que en cada visita encuentro un lugar nuevo, lo de los dos recitales ha sido un lujo.

 

Todo comenzó el miércoles, con la participación en el ciclo de lecturas poéticas en NdelT (un ciclo en el que comparto cartel con poetas de la talla de Javier Moreno, Óscar Aguado o Pilar Adón). Una lectura en la que me di el lujo de que me acompañaran Patricia Lázaro, Alberto Alcalá y Paco Cifuentes.

 

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No se imaginan el placer que fue recitar allí y volver a ver después de una buena temporada a Adán Latonda, a Roberto Terán, a José Manuel Gallardo, a Maite, a Sam… Y después, ya saben, unas cervezas, que estas cosas dan mucha sed. Y que a mitad de las cervezas aparecieran por allí Vicente Romero, Luis Pastor o Pedro Pastor. Yo ya he avisado desde aquí, más de una vez, que el sitio merece mucho la pena.

 

 

Pero es que el día siguiente tuve la suerte de conocer uno de esos lugares a los que les tenía muchas ganas: el ‘Vergüenza Ajena’. Y además presenté mi ‘Cantando en voz baja’ allí. Y fue un placer estar con Pepe Ramos y con Manuel Osuna, y compartir cervezas y conversaciones. Espero poder volver pronto.

 

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