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Archive for enero 2017

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – LEÓN MOLINA

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LEÓN MOLINA (San José de la Lajas, Cuba, 1959), amante de los formatos de escritura breve, cultiva el haiku y el aforismo. Ha publicado los libros de poemas Señales en los puentes (Diputación de Albacete, 1994), Breviario variable (edición de autor), El son acordado (Diputación de Albacete, 2004), Llegar (La siesta del lobo, 2010) y El taller del arquero (La Garúa, 2014). En 2015 ha publicado el libro de aforismos Mapa de ningún sitio (La Isla de Siltolá) y en 2016 Un hombre sentado en una piedra (La Isla de Siltolá). Formó parte del grupo poético albaceteño Poetas de La Confitería y aparece en las antologías de este grupo, así como en la antología de haikus Un viejo estanque. Antología del haiku español contemporáneo (La Veleta, 2013) y en la antología de aforismos Aforistas españoles vivos (Libros al albur, 2015). En 2016 ha recogido su obra poética en Esperando los pájaros del sur. Poesía 2004-2016 (La Isla de Siltolá).

 

 

 

POÉTICA

Dice Juan Ramón Jiménez en un aforismo de su
Ideolojía: «La poesía es como un pájaro que nos
llega, en instante de arrobamiento, del cielo al
corazón. La virtud está en saberla lanzar al cie-
lo nuevamente». Puntualizando que este viaje
no es una ida y vuelta a lo etéreo, sino al con-
trario de lo real a lo real, como dijeron otros.
Estaríamos entonces en el cielo delo tangible,
en la naturaleza amorosa de Juan de la Cruz. La
naturaleza. Esa es la cuestión. Y en ella todos
los temas. A mayor o menor distancia no hay
belleza que no tenga raíces en la naturaleza.
De ahí la necesidad de la palabra transparente,
que deje ver. El lenguaje como río. El poema
como revelación de lo visible.

 

 

 

 

PARA QUE YO ME LLAME

Para que yo me llame León Molina
ha sido necesario que otro
antes que yo se llame
Ángel González.
Esto que veis en mí
en buena medida no es más
que el eco de la fuerza
enloquecida de su desaliento.

 

 

 

 

DUÉLEME

Estás triste
me lo noto.
Te ausentas
en mí.
Ven
duéleme
contigo.
No soporto
yo solo
tu tristeza.

 

 

 

 

CON LAS PERSIANAS BAJADAS

Como cada día me siento tras el ventanal
para contemplar el crepúsculo.
Veo la lentitud del anochecer.
Pero después de un buen rato
descubro que las persianas están bajadas.
No sé qué anochecer he visto
mientras anochecía.
No resuelvo la duda
porque de pronto me acuerdo de mí
y me levanto y subo las persianas
y ahí está la noche como el perro
del vecino tendida en su rincón
deslumbrada, muerta de oscuridad.
Y yo que he visto el anochecer
no sé qué anochecer he visto.

xxxx(de Un hombre sentado en una piedra)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – MARÍA R. MORENO MOLINA

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MARÍA R. MORENO MOLINA (Albacete, 1980) es profesora de Lengua castellana y Literatura. Ha trabajado como profesora de enseñanzas medias y de enseñanza universitaria en programas del Ministerio de Educación y del Ministerio de Asuntos Exteriores de España en Rumanía, Trinidad y Tobago y Albania, respectivamente. Ha ganado varios premios literarios, entre ellos, el Jóvenes Artistas de Castilla-La Mancha de Poesía (2010), el Premio Nacional Fundación Siglo Futuro-Caja de Guadalajara (2010), que le valió la publicación del libro Antropología del asco (Vitruvio, Madrid, 2011) y el Premio de Poesía Joven Javier Lostalé, gracias al cual ha publicado su segundo libro, The Woman under the Mango Tree (Polibea, Madrid, 2015).

 

 

POÉTICA

La primera vez que sentí la necesidad de escri-
bir poesía fue después de una mala experien-
cia. Desde ese momento he ido relacionando la
escritura de poesía con la expresión de la ra-
bia, lo que no quiere decir que siempre escri-
ba desde la queja o el malestar, pero sí que lo
que me crea la necesidad de escribir parte de
una cierta sensación de impotencia con lo que
me rodea. Así, la poesía viene a saciar mi sed
de denuncia, que, al final, no es otra cosa que
decir que representa mi necesidad de expresar-
me, de levantar la voz, de ajustar las cuentas.
Escribo desde un impulso violento y catártico
y solo después de romper la blancura del  folio
consigo apaciguarme. Como si el germen del
poema me escupiera, me mordiera, me desga-
rrara. Escribo para no cerrar los ojos, para no
salir huyendo, para no olvidar. Escribo porque
pertenezco a la raza de las malditas.

 

 

 

 

DICEN
es bella la imagen descompuesta
de los cuadros de Bacon
y oscurecen el cuarto
desencajan mi hombros
que nunca fueron rectos
dadme carne de vaca les pido
redondea ese lado de su cara
escucho
dejadme a mí los bultos
pero ya he visto el rojo
y resisto
la sangre me da vida
resplandece su brillo como el vidrio
antes de cercenar un cuello.

 

 

 

 

EL NEGRO ha escrito en el muro soy negrata
para que el indio se compadezca
el indio ha escrito en el muro soy paria
para que el inglés se compadezca
el inglés no quiere compadecerse odia la lástima
así que llama negrata al negro y paria al indio
y a veces los confunde
(porque el indio es moreno oscuro casi negro)
mientras tanto el negro odia al indio y el indio al negro
por eso prefieren que la posesión de la tierra
la tenga el inglés
que el dinero
lo guarde el inglés
que el gobierno
lo gestione el inglés
que la ley la imponga el inglés.
El inglés adorado y enaltecido
saca su blanca pluma para firmar acuerdos
los oscuros sonríen y bailan orgullosos
porque el blanco ha mirado hacia su tierra.

xxxxxxxxxxxxxxx(de Antropología del asco)

 

 

 

 

EL TIEMPO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxVeinticuatro horas al día,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxveinticuatro horas que tiene;
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsi tuviera veintisiete,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtres horas más te querría.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx-Federico García Lorca-

PORQUE poseo el tiempo el tiempo el tiempo
dicen que soy caribe,
antropófaga y selva
como el chacal,
antropófaga y mango
como los buitres,
me paran por la calle y me preguntan
a qué dedico el tiempo el tiempo el tiempo,
como si no tragara cada grano de arena de ese reloj
de tiempo,
cómo matas el tiempo, me preguntan,
pero no los entiendo.
Yo no lo mato al tiempo,
yo lo cuido y lo mimo y le canto una nana:
no te me vayas tiempo tiempo tiempo,
no vayas a creerte lo que te dicen,
duerme mi niño tiempo,
no te me escapes,
no temas a la luna ni a los criollos.

xxxxxxxxxx(de The Woman under the Mango Tree)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – ÁNGEL JAVIER AGUILAR BAÑÓN

enero 29, 2017 1 comentario

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ÁNGEL JAVIER AGUILAR BAÑÓN (Caudete -Albacete-, 1958) trabaja como bibliotecario de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ha publicado los poemarios Alas más grandes que el nido (Diputación de Albacete, 1995), El libro del agua (Diputación de Albacete, 2003) y Maneras de deshacerse (QVE, 2012). Ha participado en la antología Poetas de La Confitería (Universidad de CLM, 1999) y en colecciones de haikus como Haikus del parque (Popular, 2002; Uno Editorial, 2015) o Un viejo estanque. Antología de haiku contemporáneo en español (La Veleta, 2014).

 

 

POÉTICA

Siento la poesía como un compromiso con la
alegría y la belleza. Un contemplar lo que nos
rodea y somos desde la menor distancia posi-
ble, con los sentidos, desde la emoción, cele-
brándolo. Con fe en la vida, en lo que el mundo
tiene de hermosura. Me gusta la mirada limpia
y sencilla del haiku, que solo dice sí a lo que
hay delante, respirándolo de una forma devo-
ta. Me gusta lo pequeño, la ciudad, la natura-
leza, lo que sonríe a la razón y existía ya antes
de la imprenta. Lo que es agradecimiento y te
sobrepasa.

 

 

 

TANTAS VECES

Lo he vivido tantas veces,
he pasado mi vida repitiéndolo:
la lluvia hipnótica,
delicada y transformadora,
el incendio de álamos y vides en otoño,
los senderos que dejan
en los cielos abiertos de La Mancha
los reactores,
saber cierto que nada
ocurre porque sí,
el inmenso poder
de la aceptación y la conciencia,
el abrazo tan femenino
del infinito en la noche,
la calma sin juicios
que habita en la ternura,
la fuerza física del beso.
Lo he dicho tantas veces
pero es que no me habitúo
a tanta y tan gratuita
belleza, y así
me repito,
me repito.

xxxxxxxxx(de El libro del agua)

 

 

 

 

LOS PÁJAROS SE INCENDIAN
(Puesta de sol en Paterna del Madera)

Huele a hoguera el sol al despedirse
de la cal de la casa que crepita
en el valle, y son brasas de un cielo
consumido las flores del almendro.
Hay llamas ya que prenden en las copas
de los pinos. Los pájaros se incendian.
Ya todo en la sazón,
que queda sino arder,
arder en el silencio.

xxxxxxxxxxxxx(de Maneras de deshacerse)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – MERCEDES DÍAZ VILLARÍAS

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MERCEDES DÍAZ VILLARÍAS estudió Humanidades en Albacete y Teoría de la Literatura en Turku, Finlandia. Se especializó en Diseño en la Escuela Politécnica de Valencia y en el Istituto Europeo di Design en Madrid. Punlicó el poemario Finlandia en el 2002, y en el mismo año la colección de salmos Enviada Especial (Premio Internacional de Poesía Barcarola). Su tercera obra, Mi Nombre es Rojo, fue publicada por la Editorial Plurabelle en 2004. En 2008 promovió el proyecto literario colectivo Canciones en Braille, generado on line y editado en formato libro (lulu, 2009). En 2011 editó y publicó la colección de poemas This Is Your Home Now, un proyecto transmedia de literatura, vídeo, fotografía y pintura. Ha participado con creaciones audiovisuales en festivales literarios como el versatil.es de Valladolid o El Mapa Poético de Córdoba, y con relatos cortos en diversas antologías y publicaciones periódicas. En la actualidad trabaja como diseñadora de branding en Madrid.

 

 

POÉTICA

«Recuerdo que me quedé sentado en el tabu-
rete de vinilo color púrpura, incapaz de comer,
mirando por la ventana y esperando el estalli-
do, esperando que los coches pasasen flotando
por el cielo, que la estatua de Hamburglar se
fundiera, que el suelo de terrazo se agrietase y
despidiera lava.

Por supuesto, no pasó nada.»

xxxDouglas Coupland, La vida después de Dios

 

 

 

 

LAS COSAS

Desbordada
como el tanque de agua del municipio
(el día de la inauguración, es cierto,
con las autoridades vestidas de domingo
vomitó todo el sulfuro, el agua,
dejando tras de sí un rastro
de hojas lavadas sobre las mantas).

Y éste es nuestro teatro del verano:
Desierto bajo una luz desgarradora
de anomalía.

Sea lo que sea que se acerque
a este entorno pasivo
sé que cuidarás de mis notas en esta casa
sacarás la basura, comprobarás el hornillo
cerrarás la pasta
y repartirás
los pedazos de carne
en porciones de hambre cotidiana.

Sé que quedarás guardando
cada momento discreto y concatenado,
el pan
las dos vueltas a la llave,
la factura del agua.

 

 

 

 

COME WHAT MAY

Hay que poner las manos por detrás
así, a la espalda.

La fila de mujeres por aquí,
cuidado con algunas partes de la hierba,
puede ser resbaladiza,
así,
en círculos,
bien,
sí, sigue así, May,
el campo municipal se va a quedar pequeño,
bien, bien,
allá vamos con un trabajo
de adivinación de los sentidos
encontrando el camino en el frío aire
intuyendo los accidentes en el campo.
Aho. Ahora formen en círculo.
Fuera del cuerpo que una vez fui.
Del cerebro que me aburre
(los encargos de arreglos florales
como peces congelados en el hielo
aún con vida que puede ser reactivada).
Sigan girando.

Bajo el sol, sigan girando.

 

 

 

 

BETTY

Se aburre y posa la frente como un pájaro gris sobre el cristal de la
cafetería. Tedio tras tedio y tedio dentro del tedio. Cocacola con tedio
y una bola de helado de vainilla. No espero nada. Sin embargo, miras
hacia fuera, apoyando el maxilar sobre el puño de rayas. El aparca-
miento, los coches, busco un hueco. Fe, necesidad y eyeliner. Azules
blancas. Las rojas las veo desde aquí, a través de la doble cristalera.
De un tejido parecido al de los albornoces, que da sueño. Las cancio-
nes que quizá ahora recita dentro de su cabeza. Mira como tirando
polaroids a nada en concreto. Supongo, con el vestido que le pedí que
se probara. Entonces echo la llave a cada una de las puertas. Ojos
entornados arañas negras de mala hostia. Dónde ir, qué hacer, casi
todos los trenes y carreteras van hacia el mismo lado. 35.000 cabezas
de ganado observando. Se muerde la muñeca y deja ver un mechón
de pálido rosa tras la oreja. Veo mi reflejo sobre uno de los dos cris-
tales. Como en una de esas láminas que venden en la feria. Portadas
de los Grateful. Más allá el mostrador. Una vieja, envuelta en la luz
verde y podrida de los halógenos. Menuda en su diminuta apariencia,
removiendo uno de los dieciocho híbridos de sirope para helados.
De pronto no puedo respirar. Sigo caminando. Dejo atrás el centro
comercial. La cafetería. El aparcamiento. Paso por delante del equipo
local. Veo a los adultos ensayando el baile anual. Bloques homogé-
neos de viviendas. Reses. Raíles de tren, un paisaje inconcreto.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(de This Is Your Home Now)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – ANTONIO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ

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ANTONIO RODRÍGUEZ JIMÉNEZ (Albacete, 1978) es autor de los libros de poesía El camino de vuelta (Pre-textos, 2012), Insomnio (Fractal Poesía, 2013; Origami, 2015), Las hojas imprevistas (Ayto. de Alhaurín el Grande, 2014) y Los signos del derrumbe (Hiperión, 2014). Ha recibido los premios Antonio Machado en Baeza, Arcipreste de Hita, Antonio Gala y Festival Fractal. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca y trabaja como profesor de Lengua castellana y Literatura en un instituto de educación secundaria. Colabora con revistas como La Galla Ciencia o El coloquio de los perros. Algunos de sus poemas, traducidos al inglés, han sido publicados en revistas como Osiris Poetry, Asheville Poetry Review o Cimarron (EE.UU.).

 

Aquí tienen su poética y algunos poemas suyos de los que aparecen en la antología.

 

POÉTICA

Siempre he considerado la poesía como un pro-
ceso de comunicación y, por tanto, el poema
como un mensaje breve y contundente envuel-
to de una forma característica: lo que llamamos
lenguaje poético. Pensaba que el poema debía
distinguirse, al alguna manera, de los demás
géneros, sobre todo de los textos en prosa. Con
el tiempo, cada vez creo más en la importancia
del contenido y tiendo a una mayor sencillez
en la dicción. Me gusta imaginar qué elementos
del poema, vertido en otra lengua, seguirían
siendo apreciables. Es posible que en ellos re-
sida la poesía.
Me gustan los poemas que surgen de forma
anárquica y encuentran su propio orden, o algo
que se parezca a un orden: una azarosa sime-
tría, un sistema de inesperadas recurrencias,
un hallazgo feliz. Puede ser que esa ausencia
de planificación, su vaguedad inagotable y esa
exquisita inutilidad la hagan imprescindible.

 

 

LOBOS FRENTE A CORDEROS

xxxxxxxxxxxxxxxA Javier Lorenzo Candel

No os extrañéis si oyerais el balido
de un cordero atacado por los lobos,
pues estos obedecen a un instinto
contra el que nada pueden. Espantaos,
en cambio, si los lobos
ya saciada su hambre, asesinasen
solo por el placer o la codicia.
Pero pensad, entonces, si el rebaño
disgregado no es cómplice
de esa crueldad, del canto victorioso
de la sangre y del miedo.

xxxxxxxxxxxxx(de Las hojas imprevistas)

 

 

 

 

INVENCIBLE

xxxxxxxxxxxxxxxxPara Vega y su abuelo

Con cuidado te acuno entre mis brazos.
Te susurro al oído una canción cualquiera
y ya no tienes miedo.
Me fijo en tus pestañas,
en los ojos pequeños que miran confiados
porque me ven muy fuerte,
tan fuerte como yo veo a mi padre
después de tantos años,
con el torso desnudo, el vello blanquecino,
tumbado en esa cama rodeada de cables,
sin temores ni dudas,
tan fuerte como tú me ves ahora,
tan seguro y tan cierto
como siempre. Invencible.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(inédito)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – ANDRÉS GARCÍA CERDÁN

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ANDRÉS GARCÍA CERDÁN (Fuenteálamo -Albacete-, 1972) es doctor en Literatura por la Universidad de Murcia. Ha publicado los poemarios Los nombres del enemigo (Universidad de Murcia, 1997), Los buenos tiempos (Ayto. Ciudad Real, 1999), La cuarta persona del singular (ERM, 2002), Curvas (Celya, 2009), Carmina (Nausícäa, 2012), La sangre (Valparaíso, 2015) y Barbarie (Adonáis, 2015). Es responsable de la antología de poesía joven y contemporánea El llano en llamas (Fractal, 2013) y autor del ensayo La poesía de Julio Cortázar. Discurso del no método, método del no discurso (Editum, 2010). Ha sido codirector de Fractal Poesía y fundador de revistas como Thader o Los deseos. Con Leñadores grabó el disco Grizzly! (Parrix-Perdido, 2013). Entre otros ha recibido los premios internacionales Alegría, Barcarola, Ciudad de Almuñécar, Antonio Oliver Belmás o Ciudad de Pamplona. Como crítico colabora en publicaciones como Quimera, ABC Artes&Letras, La Tribuna, La Galla Ciencia, El coloquio de los perros, Barcarola y Dáctilo. Gestiona el blog Un cántico cuántico (dylanismo.blogspot.com)

 

 

Aquí tienen su poética y uno de los poemas que aparecen en la antología.

 

MISERIAS

xxxxxxxxxxProcura estar envuelto en esa miseria.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMiguel de Molinos‒

El tiempo pasa entre tus huesos
y arrastra en ese tránsito
unas pocas palabras de verdad.

No elegiste esta devoción
por el verbo que encarna la mañana,
pero te has dado a su aventura
enteramente, sin remedio,
fascinado por la vocal
que brilla entre despojos e inmundicias,
persiguiendo ese empuje más profundo
que llega desde el fondo de la roca.

Una y otra vez, cedes al ensalmo
en llamas de los días.

Una y otra vez, sucumbirás
a la corriente desbocada
del río del lenguaje.

Oirás dentro de tu sangre
la lujuria y el canto,
los altísimos goces de la carne poética.
Lamerás esa carne
y encontrarás en su miseria
lo que has ido buscando con locura
durante tanto tiempo
como un ángel insomne,
como un ser elegido por la fiebre.

 

 

 

 

ALUCINACIONES

Asistes fijamente a las formas del fuego.
Te ha parecido ver ahí un dragón,
tal vez una serpiente. A su lado,
hechizada en volutas rojas, verdes,
una tarántula destila en la profundidad
de la tierra su nido. Puede ser
que sobre las ascuas inmaculadas
salte un tigre. Puede ocurrir que llueva
dentro del fuego: larvas, proyectiles
arrebatados, vainas de sangre, incendios
mínimos dentro del incendio, llamas
que se funden sobre otras llamas.
En este arder sin fin hay un oscuro
designio: una hiena infatigable
que se alza sobre sus sucias patas
y se deja caer entre azucenas.
Sí, parece que es así. Las últimas
ficciones te entregan a un río lleno
de cocodrilos, a un tiburón blanco,
al carbón derretido sobre un olmo.
Arden las amapolas, se consumen
las luciérnagas, un jaguar, un perro.
Y así desapareces tú también.
Entre muros que se derrumban, huyen
los últimos coyotes, las hormigas,
las harpías. En otros altos hornos
serán mañana sueño estas figuras.
Hoy son fulgor que abrasa y que se extiende
consumiéndolo todo, chupándole la sangre
a la materia, extinguiéndose en flor.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(de La sangre)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – CONSTANTINO MOLINA MONTEAGUDO

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CONSTANTINO MOLINA MONTEAGUDO (Pozo-Lorente, Albacete, 1985) abandonó los estudios de Licenciatura en Humanidades en el año 2006 y desde entonces ha trabajado en muy diferentes puestos de empleo que nada tienen que ver con la labor literaria (repartidor de guías telefónicas, pintor, ferrallista, jardinero, empleado en tiendas de deportes y empresas de manufactura). Actualmente se encuentra en situación de desempleo. Su primer libro, Las ramas del azar, ha sido galardonado con el Premio Adonáis 2014. En 2016 ha aparecido su segundo poemario, Silbando un eco extraño (Hiperión), Premio Valencia de la Institució Alfons el Magnànim. Algunos de sus poemas también han sido recogidos en antologías y revistas literarias de ámbito nacional. Colabora en Artes&Letras, suplemento cultural de ABC Castilla-La Mancha, con una sección de inéditos llamada El Varadero.

 

Y aquí tienen la poética que publica en la antología y algunos de sus poemas.

 

SOBRE LA POÉTICA

Sucede que cuando uno trata de idear una es-
trategia para justificar la urdimbre del poema
no suele quedar contento del todo. Es fácil
caer en contradicciones y en teorías que, más
que ayudar a relacionarnos con el poema, nos
confunden. Sucede que todo buen poema debe
desbordar toda poética y, también, sostenerse
por sí mismo sin andamiajes ni delirios de inte-
ligencia. Cuando hablamos de poesía hablamos
de la vida, nada más.

 

 

REQUIEM POR DAMIEN HIRST

Flotarás como flota tu becerro
en el formol eterno de la nada.

Coronado con oro y con diamantes,
astuto burlador de los mercados,
serás la estampa viva
que adorne,  con su muerte,
las salas de un museo.

El tiempo pudrirá tus tiburones,
tus vacas y corderos.
También se llevará, donde la nada,
toda la cocaína y todo el lujo.
Barrerá para siempre tu lenguaje
y algunas de tus obras
ocuparán trasteros
en casas de los nietos de los ricos.

Pero serás el alma de una época
y te recordarán
en la historia del arte
como una calavera que brilló,
con la risa sarcástica de un genio,
en una galería de fantasmas
que, entre otros, tú supiste comprender.

 

 

 

 

VELINTONIA, 3 — VÍZNAR S/N

Busquemos un hogar para los versos.
Que en su fachada aniden las metáforas
y que brille un cartel donde se lea:
Casa de la Poesía.

Busquemos. ¿Pero dónde?

Quizás entre las calles más humanas
de una ciudad sin miedo.

Quizás entre los restos de otras épocas,
de la mano de estudios arqueológicos,
o sobre los cimientos
de un pueblo todavía no nacido.

Quizás entre la herencia de algún Nobel
o bajo los escombros de una guerra.

Busquemos ese hogar.

Llamemos a las puertas,
cavemos en el barro de las fosas
y que esta pobre perra apaleada,
que durante siglos ha lamido
la mano tentativa del decoro,
por fin tenga un lugar donde morir
tranquila y en silencio.

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – JAVIER LORENZO CANDEL

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JAVIER LORENZO CANDEL (Albacete, 1967) es poeta y crítico literario. Entre su obra cabe destacar los libros de poemas Visiones al costo (Barcarola, 1997), Hotel Central (Sial, 2002), Juegos de Construcción (Visor, 2004), Ecosistemas (Visor, 2007), Amoretti o las tribulaciones de John Thomas Farwell (Biblioteca Nueva, 2010), Territorio Frontera (Visor, 2012) y Manual para resistentes (Valparaíso, 2014). Ha recibido, entre otros, los premios Barcarola, Fray Luis de León, Emilio Alarcos, Antonio Machado, este último convocado por la Fundación de Ferrocarriles Españoles con «La tierra que persigue» (FFE, 2006), y Jaime Gil de Biedma. Como ensayista ha publicado en colaboración el libro El milagro de Cervantes, y ha editado y prologado el libro de artículos de Antonio Martínez Sarrión Preferencias.

 

 

Y aquí tienen su poética y una selección de sus poemas.

 

UNA POÉTICA ANTE EL MENSAJE

Ser otro como un motivo más para dejar de ser yo, un yo com-
pleto, dubitativo, un yo que pregunta para encontrar sólo unas
cuantas respuestas. La comodidad, en este instante de la histo-
ria, es ser lo que otros quieren que seas, practicar en el gesto
para tener los mismos resortes ante las cosas de la vida, hablar
con las mismas razones y defender con los mismos argumentos,
discernir, poco, para llegar a conclusiones que pertenecen a la
mayoría, frente a una minoría silenciosa que optó por no ser
ese otro que implica compenetración y complicidad. Esta inte-
gración en la «globalidad», objeto de un dudoso movimiento de
vanguardia de las sociedades, ha dejado en sus premisas una
forma de expresión que es, más que un proceso de comunica-
ción entre un emisor y un receptor, una suerte de acomodación
al mensaje. Este, y no otro, es el principal problema de nuestra
poesía. Estamos defendiendo un mensaje unitario, de acepta-
ción general, sean cuales sean las premisas que lo identifiquen,
frente a la originalidad del análisis del poeta. Un lenguaje que
no es del emisor y no descansa en el lector, sino que pertenece,
como digo, al propio mensaje. La poesía es, a estas alturas, una
suerte de abandono del yo que pregunta, del poeta escindido
del mundo para interrogarlo, en pos de un poeta que habla
desde el propio mundo, sin cuestionarlo, sin abrirlo en canal.

 

 

ESTAMPA

Dos púgiles, después de la pelea,
caminan sobre el río.
El más joven ha puesto su desnudo
cara al viento del Norte,
y tranquilo recuerda su victoria.
La corriente humedece las manos
y transporta la arena río abajo.
El otro ordena su derrota.
La seda de la toga
remedia los dolores de la herida.
Con la vista recorre, río abajo,
un manantial de sangre.

La arena del primero
ignora que es el fruto de la entrega,
del valor de la lucha y del coraje.
La sangre del segundo
sabe bien que atesora su vergüenza.

xxxxxxx(de Juegos de construcción)

 

 

 

 

XIX

No es duro el corazón de la piedra, no es firme
su sencilla estructura de sillares. Observa
cómo el viento la horada, la ocupa, va habitándola
para hacerla de viento. Nadie sabe si hay roca
por dentro de la roca, si sostiene su esquema
de material macizo, o el andar de los años
la ha transformado, ajada, en ilusión de piedra.
El paño de este muro, que una vez fue sostén
en su naturaleza, es ahora memoria.

Yo también vivo en mí la desnudez del muro,
como él he inclinado el valor de la roca
para dejarme al viento. Mira cómo se lucha
por mantenerse en pie donde el vacío habita,
y observa luego al hombre ser piedra, ser pared,
ser paño traspasado, pétrea razón del aire.

 

 

 

 

LA CLARIDAD DE LA NOCHE

Acepta lo que nace de la hora
en que el sol ya se oculta, mira entonces
la oscuridad, y si no hay desaliento
procúrate los ojos, los sonidos
de las aves nocturnas que someten
al fragor de tus pasos. Mira bien
si es el pensar más ágil o si tienes
en tal misterio un punto, un buen momento
para la reflexión. Y sé entonces
la claridad del ser en su conciencia,
y su misma verdad, la que quedara
escondida en la luz de las amanecidas
y que ahora se apremia en describir
todo aquello que buscas. Avanzar
por entre los zarzales y la noche,
por los inmensos páramos tupidos,
por un manto de helor que los azota;
avanzar por el miedo y contemplar
que la noche no asusta más que a aquel
que no pisa la noche y su opulencia,
su verdadero enigma.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMira luego
más adentro de ti y hallarás
que lo oscuro describe, imponente,
tu propia condición. Y, en tal trance,
adivina que eres también la noche,
la virtud del silencio, el pleno ocaso.

 

 

 

 

NO CONFÍES

No confíes en los caballos blancos,
ni en sus jinetes, sobrios
y perfumados encima de la grupa;
no confíes en los buenos propósitos
de la equina conciencia,
ni en las riendas que,
sujetas de las manos de amazonas,
sostienen todo el ímpetu
de las bestias más blancas.
Ellos también acusan la fuerza de su estirpe.

Si es pequeño tu espíritu
y no elevas tu condición humana
por encima del brillo de todas las espuelas,
no confíes en los caballos blancos
ni en la apuesta destreza de quien guía
el brío de sus crines.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(de Ecosistemas)

 

 

 

 

11

Un flautista interpreta, con rigor y medida, a Thakemitsu.
La concepción de música desde duros registros
Donde simplicidad se une a sugestión y a entendimiento
Me recuerda al proyecto de vida de las masas:
Un espacio diáfano para ser conquistado
Tan sólo con los pasos de civilizaciones,
Un sentimiento puro de posesión y, al hilo,
La defensa feroz al conservarla.

Se comprende la música de flauta
En la misma medida en que empiezo
A comprender al hombre, imperturbable
En su guarida de siglos, dominada
Por la simplicidad de los comportamientos
Y la dureza fría de mantenerlos aptos.

Thakemitsu es verdad, como es verdad la tierra conquistada
Y su convalecencia.
Escucho la virtud del gesto del flautista
Subiendo a las alturas de la interpretación
De algo tan singular como la sencillez,
Del complejo resorte que la mantiene, en su defensa,
Extraña.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(de Territorio frontera)

 

 

 

 

QUEDA LA VIDA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAl poeta Antonio Rodríguez

Nunca, desde las cimas altas
Que he visitado, he sido ni seré
Más alto y más esbelto que el resto de los hombres.
Ni desde los abismos donde llegué
He sido el extravío que me ha hecho diferente.
Y nunca ante el dolor he sentido dolor
Muy distinto, ni amor tan desigual
Que nadie sea capaz de comprenderlos.

Por eso cuando escribo
Escribo de la culpa, de la piedad,
La calma prolongada del que observa,
También de libertad, de entendimiento,
De pasión y renuncia,
Con las mismas palabras, no otras diferentes,
De los hombres.

Es el lenguaje, armónico y vital,
La forma más precisa de comunicación
Que nos iguala. Allí donde lo somos
Queda la libertad, queda vida.

xxxxxxxxxxxxx(de Manual para resistentes)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – RUBÉN MARTÍN DÍAZ

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RUBÉN MARTÍN DÍAZ (Albacete, 1980) es autor de los libros de poemas Contemplación (Vitruvio, 2009, Premio Fundación Siglo Futuro-Caja de Guadalajara), El minuto interior (Rialp, 2010, Premio Adonáis y Premio Ojo Crítico de RNE), El mirador de piedra (Visor, 2012, Premio Internacional de Poesía Hermanos Argensola), Arquitectura o sueño (La Isla de Siltolá, 2015) y Fracturas (Nausícaä, 2016, Premio Internacional de Poesía Barcarola). Es responsable de la antología de poesía española contemporánea Una generación de fuego (Fractal Poesía, 2012). Como narrador, ha publicado el libro de relatos Azul nocturno (La Isla de Siltolá, 2016). Sus poemas han sido recogidos en las antologías poéticas El llano en llamas (Fractal Poesía, 2012), Re-generación ( Valparaíso Ediciones, 2015), Desde el mar a la estepa (Chamán Ediciones, 2016) y Séptima Antología de «Adonáis» (Rialp, 2016). Su blog es La pluma de barro.

 

 

Aquí tienen la poética que publica en el libro junto a algunos de sus poemas.

 

POÉTICA

La poesía sólo puede definirse internamente, no
hay palabras ni forma alguna de conseguirlo más
allá del propio poema. Es por ello por lo que la
poesía, si es pura y es real, se explica en sí mis-
ma. A través del lenguaje poético se da, en todo
caso, una vía de conocimiento mediante la cual
el hombre, como un ser vivo que es, trasciende
la realidad que lo rodea y, de algún modo, se ex-
plica como la parte y el todo de esa realidad. No
obstante, estoy de acuerdo con la aproximación
de Roberto Juarroz. Él dijo: «Vivo el poema como
una explosión de ser por debajo del lenguaje».

 

(PRELUDIO)

Si algo te asombra, entra. No declines
estar
en eso que deseas.

No lo mires. Contempla. Date a ello.

Ten por seguro
que habrá estado esperándote
antes de que llegaras.

Si el bosque te respira,
abre el pulmón. Sé árbol.

Si la piedra entorpece tu camino,
entonces cógela,
hazte piedra en tu mano
y prolonga tu cuerpo en la distancia
cuando la arrojes.

Si es la isla que te observa desde lejos,
piénsate en ella;
xxxxxxxxxxxxxxxincluso el agua cambia
todos sus átomos
llegada al barro que limita
la orilla.

xxxxxxxxSi es la llama
que vertebra la bóveda del aire,
crece en el fuego. Cumple sus designios.

Si el animal se asusta,
entra en su miedo. Dale paz. No vayas
tras él.

xxxxxxxY si es la luz
que unta de otoños este mirador
desde el que observas,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxdéjala cruzar
tu cuerpo

y que en él se ilumine con justicia.

 

 

 

 

HACER LEÑA

El hombre
golpea la madera con el hacha:
su filo es en el aire
una estela inconclusa que, con limpia
trazada vertical, se ciñe al hueco
abierto de la herida.

Mientras el leño sangra,
la mano esgrime con firmeza
su propia convicción. También el hacha
se yergue amenazante,
y una nueva lanzada busca el daño
que hará partirse en dos
a la madera.

Cada mitad es la otra sin ser la misma,
pues todo lo que fue
un solo cuerpo
mantiene siempre intacta la unidad.
Se sirve de sus lazos
de origen,
aún en la distancia.

El hombre apoya el hacha
contra el tronco del árbol y retira
las dos mitades
del leño
dejándolas encima del acopio.

De la piel de sus manos se han prendido
astillas afiladas:

no sólo el leño sangra,
también la carne paga con heridas
su crueldad.

 

 

 

 

EL MIRADOR DE PIEDRA

No surge de la nada, ni en el ojo
tiene su origen;
xxxxxxxxxxxxxxtal como se expone,
hierático,
casi mental, así permanecía
en un rincón secreto del recuerdo
antes de mi llegada.

Su trazo,
sabido de anteriores ocasiones
y oculto bajo el doble fondo de la memoria,
ha entrado en sintonía con la imagen
que aquí delante
se muestra.

Era, quizás, su trampa, su reclamo
para atraerme, despertar en mí
ese pequeño estímulo
que fue el inicio y la razón del viaje
para volver a él
después de tanto tiempo.

Es en este lugar, en este espacio
que sirve de concilio
entre el instinto y la conciencia humana,
donde, al fin, yo
me siento mucho más cumplido y vivo.

Me respiro en lo externo.

Me pienso fuera
del margen de mi carne.

Soy en mi cuerpo la fracción de piedra
que no regresará conmigo a la ciudad.

 

 

 

 

RESPIRACIÓN DEL ÁRBOL

I

Respira el árbol. Lo estoy viendo ahora,
en plena desnudez de su ramaje,
lo veo darse al aire igual que el aire
penetra en él hinchando su madera,
haciendo más profunda su raíz,
naciéndose en el centro para darse
—aliento de árbol que en el bosque expira—
de nuevo a su naciente forma. Círculo
de vida, ciclo natural de un Todo:
respiro sobre el bosque, como el árbol,
desde un antiguo mirador de piedra.

 

II

Lo veo hincharse en su madera áspera
de luz celeste recorrida. Abre
su prieta nervadura y se desfonda,
da al bosque su alimento masticado
y espera recibir el mismo aliento
que yo recibo del paisaje. Tiene,
porque se filtra entre las ramas secas,
desnudas, de los árboles, más luz
el otoño, y es suyo este aire denso
que penetra en la savia, siendo bosque,
para inventarse árbol. Respirar
la nueva luz que asciende amanecida,
recién purificada, hecha aire,
y desnudarse al sol, que es manantial
de un incendio que vuela en equilibrio
sobre el páramo abierto de mis ojos.

xxxxxxxxxxxx(de El mirador de piedra)

 

 

 

 

UNIVERSO

Un grano de arena no es solo un grano de arena, es el viento que lo
arrastra, el lugar donde se posa, el ojo que lo ve correr. Pero, además,
es también los siglos que lo integran, el hecho que lo fue formando,
la idea de su inicio, el pasado que es presente y el futuro progresivo.
Un grano de arena es en sí mismo un universo, y en ese piélago se
intuyen infinitas las configuraciones. Se dirá, por tanto, que cada
pieza del puzle de la vida alude al concepto ilimitado de su ser, y que
la unión no se halla solo en la unidad sino también en cada una de las
partes que conforman un todo desmembrado.

 

 

 

 

EL MIRLO BLANCO

La lluvia deshace acuarelas sobre las alas del mirlo; sencillez y belle-
za en la arquitectura de lo natural. ¿Arquitectura o sueño? De igual
forma, retoño de un milagro que pinta acrobacias de pátinas nunca
antes contempladas: remolinos de incienso respirados por mis ojos,
aroma visto que entibia mi alma y la abreva con cal latiente. En la
plata líquida del día, vertida desde una terma celestial, el mirlo se
enjuaga su plumaje entallado y renace blanco de tan puro, traspa-
rencia apenas bajo el vértice primero que la luz convoca. Cuerpo vivo
en apariencia de nieve —arquitectura o sueño, es indistinto—, su sola
imagen me confirma.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(de Arquitectura o sueño)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – ARTURO TENDERO

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ARTURO TENDERO estudió Teatro y se licenció en Periodismo. Trabajó de payaso y fue director de informativos en COPE Albacete. Ha ganado, entre otros, los premios Manuel Alcántara, Gerardo Diego, José Agustín Goytisolo y Jaén. Ha impartido talleres de poesía en la Universidad de Castilla-La Mancha y centros de profesores de esta Comunidad. Entre sus libros, destacan los poemarios La memoria del visionario (Visor, 2006), Adelántate a toda despedida (Pre-textos, 2005), Cosas que apenas pasan (Hiperion, 2008) y Alguien queda (Renacimeinto, 2013). También ha publicado ensayos, teatro, artículos y la colección de relatos La hora más peligrosa del día. Ha estrenado la obra teatral Un café bien cargado y una versión libre de El mercader de Venecia. Fundó y dirige con Juanjo Jiménez la revista La siesta del lobo. Escribe una columna los domingos en el diario La Tribuna. Mantiene varios blogs; El mundanal ruido y Con las manos en los bolsillos son dos de ellos. Ha sido alcalde de Chinchilla como independiente con Izquierda Unida. Es profesor de Educación Física en el Instituto Bachiller Sabuco de Albacete.

 

 

Y aquí tienen su poética y algunos de los poemas que aparecen en la antología.

 

A MODO DE POÉTICA
OÍR LA PROPIA VOZ, QUÉ ASOMBRO

Bendita luz, mi brújula, poesía,
en ti busco mi refugio como en el agua fresca
hallada en un venero, oculta en un culantrillo.
Bebo de ti con avidez furiosa.
En ti calmo la sangre tarántula que corre por mis venas.
En ti vuelvo a la Arcadia y toco lo intocado:
el oro, la ballena, el azafrán silvestre,
y revivo el romance que se extravió en el bosque,
y bato alas sobre el precipicio.
Qué asombro, sí, qué asombro
recuperar la arqueología, escribir con las manos,
con el niño, con el tesoro
que una y otra vez recuento a solas
en la noche, en el bosque, en mi escondite.

 

 

 

 

ORIGEN

Procedo de una hoguera en el bosque
y oigo cantar las llamas dentro y fuera de mí.
Cuántas veces la sangre de mi sangre
se quemó con ortigas, cómo tiene
grabada en el instinto la fuga de la liebre,
una rama que cruje, el lejano relámpago,
la aspereza del liquen en la piedra.

Si oyes pasar la brisa en los abrojos,
la oímos a la vez. Si te cercó la lluvia
al abrigo de un risco,
si has confundido una carrasca oscura
con una alimaña en el barranco,
nos acurrucábamos juntos.

Oigo la sed de la simiente
y cuando abrazo un árbol
abrazo a su raíz, y en el jersey
presiento el pulso de la lana viva
y escucho las campanas vacías de sonido
y en los torrentes secos oigo correr el agua.

Porque en la sangre llevo los parajes
tal como estaban antes de que llegáramos.
Y, aunque vivo en ciudades hechas para el olvido,
saco a galopar mis venas
y el sudor me devuelve las tierras arrasadas.

xxxxxxxxxxxxxxx(de La memoria del visionario)

 

 

 

 

FINIS TERRAE

Despierto y oigo un mirlo
que disputa al silencio su reinado.
Vuelvo a cerrar los ojos.

La mañana es un tren que se avecina
en la estación desierta.
Todos duermen,
nada, sino la voz del mirlo
deja pensar que el mundo está existiendo.

Como si, solos,
el mirlo y yo que escucho,
no muy despierto aún,
mantuviéramos viva
la conciencia del mundo.

Por eso, cuando el mirlo calla más
que de costumbre,
vacila la existencia, se adelgaza,
más leve que el rocío,
se desvanece
en humo su fragilidad extrema.

xxxxxxxx(de Adelántate a toda despedida)

 

 

 

 

DÍA DE DIFUNTOS

A veces vuelve uno de la noche,
y aunque entra en la casa,
y da la luz y cierra, no consigue
sacudirse la noche.

Y se cambia de ropa,
y se pone más cómodo, se sienta
en su sillón de siempre, y no consigue
sacudirse la noche.

Y toma un libro y huye
a través de las páginas
como un ciervo acosado,
y ni aun así consigue
sentir que ha vuelto a casa,

sacudirse la noche,
sacudirse ese peso de los ojos,
ese peso profundo
que no vencen las luces terrenales

y ni el sillón, ni el libro,
ni la casa derrotan.

xxxxxxxxxxxxxxxx(de Alguien queda)

 

 

 

 

CÉSAR BORGIA

Según dicen las crónicas,
aquí pasó unos días
en el castillo, preso.
Si no mienten, sin más remedio tuvo
que atravesar la plaza
y adentrarse por una de estas calles
empedradas, posar tal vez la mano
en un sillar cualquiera
de cuantos todavía se sostienen,
deslizar la mirada
por la vasta llanura en la que ahora
se recrean mis ojos.
Puedo superponer
sus gestos a los míos,
reconstruir aquel paso fugaz
con conjeturas
que sólo se sostienen por vagas referencias.
Pues sólo los anónimos
labriegos y albañiles
tocan la realidad y en ella dejan
huellas que permanecen.
El esfumado rostro de aquel aventurero
es poco más que un cuento para niños.
Mi propio paso
que intento sostener con esta crónica
deja de ser verdad mientras me alejo.

xxxxxxxxxxx(de La memoria del visionario)

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO – TERRITORIOS PARA UNA POESÍA DEL SIGLO XXI

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0. EL PELIGRO HERMOSO

xxxxAlgo ha ocurrido estos últimos tiempos en la poesía escrita en
Albacete. Un número inédito de creadores de gran coherencia y pro-
yección ha ido abriendo sus puertas a la poesía del siglo XXI en len-
gua española. Se han sucedido los premios, los reconocimientos, las
publicaciones en las principales editoriales, el encuentro con la crí-
tica. Al unísono, como el reclamo generoso de una onda expansiva
intergeneracional, los poetas han dado su verdad y su inteligencia en
libros en que conviven el conocimiento y el riesgo, convirtiendo esta
llanura de nadie en una tierra de promesas. A despecho de todos los
sinsabores y todas las flaquezas, el desierto ha florecido. Para intentar
decir este esplendor, para buscar los orígenes de la aventura, escribo
estas palabras.
xxxxSí, atrae el peligro hermosos del poema como un imán irresistible.
A su paso arrastra todo, nos arrastra. Cedemos de buena gana a su
pulsión indómita, a su llamada salvaje, como el hierro doblándonos,
como la espiga. Retrocedemos a ese impulso animal primero, que en
nosotros está y que en nosotros teje una nutrida red de sueños. Re-
trocedemos a ese impulso desde el lenguaje. En tiempos en que la
normalidad asfixiante, la hipócrita corrección y el sentido demasiado
común se imponen en toda su banalidad y toda su violencia, quizá la
única puerta abierta sea esta de la ficción y la audacia del poema.
xxxxNo es un lujo la literatura: es una lujuria, una búsqueda de la
corriente eléctrica, una comunicación alada, un calambre. No es un
hobby la poesía: es una alarma que salta en nuestra sangre. Los poe-
tas surfean la ola enorme de la imaginación y la sensibilidad como
único antídoto contra tanta grisura, tanta formalidad estéril. Los poe-
tas quieren llevar su inundación al mundo entero, ahora, desde antes,
ya mismo, mientras los sistemas del orden y el progreso hacen aguas
y evidencian una fisura inmensa por la que se esfuman, subrepticia-
mente, las ideas del bien, la belleza, la ilusión, la crítica. Una oscura
connivencia con la vulgaridad pretende acallar la voz del que está des-
pierto. Se ningunean la cultura, la ciencia, la invención en un mundo
en el que solo parece regir el dinero.
xxxxLejos de la imagen de perdidos en la nube, los poetas ponen el
pie en tierra y se agarran al vértigo de las palabras, a su borde y a sus
márgenes. Así devuelven una imagen verdadera de la realidad. Una
vez más, son ellos la sensatez en el caos, la revolución del espíritu. En
sus manos están la cordura del mundo, lo sagrado y lo hermoso, la
palabra y el asombro, la inteligencia y el baile. En el altar del poema lo
ofrecen todo cada día. No dejarán que les digan esta vez cómo hay que
hacer las cosas, por qué hacerlas o no. Saben muy bien cuál es su sitio:
del lado de la palabra, del lado del hombre, del lado de la entrega. El
peligro soñado, la rebeldía del sentido, la atracción luminosa por la
realidad —que duele, pero que es nuestra— son asumidos en cuerpo
y en alma.
xxxxEl siglo XXI necesita volver a las raíces de lo humano y el poe-
ma es, como nunca, un río de conocimiento, acción, trascendencia,
reconciliación con la naturaleza. Este peligro poético es un peligro
hermoso, el sueño que hace que las cosas sean, de una vez por todas,
verdad.

 

1. LOS OTROS PELIGROS

xxxxSon muchos los otros peligros y las desavenencias a que se
enfrenta la poesía escrita desde Albacete en estos tiempos. En res-
puesta a la agresión, en el lugar que debería ser del desencanto se alza
indómita, con rotundidad y gracia, la flor del poema. A nuestro alre-
dedor, parece haberse erigido un círculo excepcional, casi inexpug-
nable, de inteligencia, lucidez y hermosura. El día a día en el mundo
de las letras va dando la razón a este llano en llamas de la poesía. Y
es este el momento de que se oiga alta y clara la voz de una genera-
ción difícilmente comparable en calidad a cualquiera otra anterior. La
fórmula alquímica de su éxito es simple: dejarse invadir por la reali-
dad y buscar el lenguaje, más allá de las palabras, como pedía Tomas
Tranströmer en El deshielo.
(…)
xxxxCuando hablaba de dificultades, me refería, por ejemplo, al hecho
de que la literatura de Albacete sea y haya sido una literatura de pro-
vincias. El cariz provinciano ha venido con frecuencia sacudido por lo
peyorativo. La pobreza material se convertía en pobreza cultural, in-
telectual, vital, y esto —supuestamente— se traducía al texto literario.
La falta de Universidades, de grupos culturales decisivos, de amplios
intercambios artísticos convirtió la provincia en el extrarradio, en las
afueras de la cultura durante siglos. Salvo gloriosas excepciones, que
han sentado precedente y se han erigido en modelos y referencias, el
escritor de esta geografía no llegaba a ningún sitio, de ningún sitio
procedía. La lejanía de los centros del poder, los medios y la cultura
lo condenaba al ostracismo, a un silencio hosco. La pobreza se re-
troalimentaba en pobreza. Y, sin embargo, las cosas han cambiado.
(…)
xxxxEscribir desde provincias debe admitir hoy en día una lectura ab-
solutamente positiva, en tanto implica, a mi parecer, dos elementos
fundamentales para el proceso creativo: la independencia y la críti-
ca. El poeta que escribe desde Albacete no responde a otra presión
que la propia del poema. En ella se vuelca y a ella acude con los ojos
abiertos. Alimentado por un caudal increíble de poesía, accesible con
facilidad, el poema se vuelve global sin dejar de tener una personali-
dad propia. De nuevo se opera un proceso de decantación estilística y
vital. El poeta es capaz de mantener la personalidad y de compartirla
con sus compañeros de generación, de grupo, de ciudad, sin dejar de
estar perfectamente ilustrado en las artes contemporáneas, en lo que
sucede en Madrid o en Nueva York, en Shanghái o en Rotterdam. Sin
dejar de escribir en su misma soledad, en sus afueras. Esta lejanía fi-
sica, esta falta de exposición a las grandes tendencias, se traduce en la
actualidad en una independencia que no obedece más que a la calidad
artística de la que vive el poema y a las leyes de un proceso creativo
muy exigente y muy cuidadoso. Por otro lado, la vida en perspectiva
de la poesía que se escribe en el ámbito hispánico y en otras lenguas
es asumida desde Albacete con un riguroso y afilado sentido crítico.
Lo que se hace es puesto en cuestión desde el prisma del poeta, que
no responde a nada excepto al sentido común artístico, al deseo de
escribir el poema como momento culminante y como rebelión.
xxxxMás allá de los límites materiales, se observa décadas atrás, igual-
mente, una cerrazón espiritual, una baja percepción del valor de lo
hecho. Da la sensación de que no existiera lo que no ha aparecido en
los medios y eso, añadido al desencuentro con los soportes oficiales
de la cultura, sume al poeta en una especie de abandono intemporal y
de dejadez propia y ajena. Salvo honrosas excepciones, como he dicho
antes. A esto hay que añadir la presencia indeleble de los agoreros,
que se empeñan en negar a los demás lo que no ha sido nunca suyo.
Lo hace despreciando un trabajo que está a años luz de lo que él pu-
diera haber hecho nunca y lo hace enconándose en peleas de barrio
o pregonando la muerte de la cultura, la falta de sentido de la poesía,
su papel ridículo, marginal o raro. Repite ante quien quiera oírlo que
la poesía ya no es, que lo que se escribe no tiene el más mínimo va-
lor, que más allá de las experiencias simbolistas de Baudelaire o de
la vanguardia del principio del siglo XX ya no hay nada. Que en Frie-
drich Hölderlin y en James Joyce se certifica la muerte de la novedad.
Yo aduciría tres razones en respuesta. Que el mundo es más grande
que Europa. Que desde Homero todo está dicho y que insistimos en
decirlo una y otra vez porque la poesía es eso, decirlo todo otra vez, y
que es connatural al ser humano, igual que el deseo de belleza, de reli-
gión, de comunicación. Que hay un muchacho de 15 años escribiendo
en un cuaderno las letras para sus canciones y sus primeros poemas
porque él quiere ser y él es, sin duda, el presente y el futuro. Nos equi-
vocaríamos si cerráramos los ojos al caudal que tras nosotros bulle,
efervescente, siempre nuevo y siempre antiguo. Nos equivocamos si
no miramos a nuestro lado y concluimos que el mundo está vivo y que
una sola palabra crea y construye cada vez, de nuevo, el mundo.
(…)
xxxxPor la poesía es posible escapar de este utilitarismo ramplón que
nos inunda y de un liberalismo caníbal que, aplicado a la realidad, se
muestra en toda su deficiencia, su injusticia y su insuficiencia. Otros
ritmos laten en el corazón de la poesía. El poeta ha sabido escuchar.

 

2. SELECCIÓN

xxxxEs el caso que el grupo intergeneracional aquí representado, am-
plio y diverso, pero sólido, acoge a autores nacidos en los años 60, 70 y
80: Arturo Tendero, Luis Martínez-Falero, Vicente Cervera, Constan-
tino Molina Monteagudo, María Moreno, Rubén Martín Díaz, León
Molina Pantiga, Juan García Rodenas, Antonio Rodríguez Jiménez,
Francisca Gata Amate, Ángel Antonio Herrera, Ana Martínez Castillo,
Javier Lornzo Candel, Mercedes Díaz Villarías, Juan Carlos Gea, Da-
vid Sarrión Galdón, Lucía Plaza Díaz, Julián Cañizares Mata, Ángel J.
Aguilar Bañón, Miguel Úbeda, Pedro Gascón, Valentín Carcelén, Ma-
tías Miguel Clemente, Jaufré Rudel, Frutos Soriano y Gracia Aguilar.
Javier Temprado, benjamín, epígono y genial, nació en el año 92. De
alguna forma se procura en esta antología —que no puede ser exhaus-
tiva— una conciliación de los dos grandes movimientos que coexisten
en la ciudad y sus alrededores desde principios del siglo XXI, que po-
dríamos llamar «Confitería» y «Fractal», por más que algunos de los
autores se muevan en ámbitos independientes o hayan desarrollado
su obra en otras latitudes. Con todo, el núcleo duro de la antología
recoge a gentes unidas al espíritu de estas dos grandes agrupaciones
poéticas. No defenderé la uniformidad, por más que hay elementos
que los unen a todos. Sí hablaré, sin embargo, de ondas expansivas,
de cómo la labor de unos, la obra de otros han ido mojando a los que
venían por detrás, a los que estaban al lado, y cómo unos han acabado
envolviendo a otros en sus inquietudes sociales y estéticas.
xxxxEn otro sentido, han sido influyentes otros sucesos culturales: la
revista Barcarola, coordinada por José Manuel Martínez Cano y Juan
Bravo, cuya sombra es alargada y nutricia en todos estos años; el Ciclo
de Poetas en Otoño, que permitió el paso por la ciudad de grandes
nombres de la poesía española contemporánea, desde Ángel González
a Roger Wolfe o Eloy Sánchez Rosillo; las publicaciones de La Siesta
del Lobo de Arturo Tendero y Juanjo Jiménez y El problema de Yorick
de Eloy M. Cebrián y Antonio García; el cruce interartístico de La Bici-
cleta Azul, 967, Indie Colors o Lalata; el movimiento fanzine de prin-
cipios de siglo, con Ayvelar, ADN, Cyborg, Isla desnuda, Carpe Diem,
Los deseos, Aventis, Fábulas extrañas, entre otros ensayos alternati-
vos; el Festival Fractal Poesía, que, priorizando el talento joven y el
ámbito nacional, aglutina en sus programaciones y en sus dos antolo-
gías, El llano en llamas y Una generación de fuego, los vínculos entre
las diferentes artes y los diferentes colectivos creativos de la ciudad.
También los días poéticos de Indiano Café Literario, Viktor Gastro-
Café, Nido de Arte, Café Época, La Leche Militina y Café del Sur.
xxxxNo olvidaré el muy valioso legado de generaciones y personali-
dades anteriores, que mantuvieron viva la llama en la ciudad o que
siguen en activo, en torno al grupo Alcandora (Paco Jiménez Carre-
tero, Alfonso Ponce, Daniel Sánchez, Manuel Terrín, Isidoro Balles-
teros, Mercurio García Iris…), el Instituto de Estudios Albacetenses,
las lejanas publicaciones de la Diputación de Albacete y los actos del
Ateneo de la ciudad. Para todos ellos mi reconocimiento sincero.
xxxxAsimismo, ocupan un lugar especial en este mapa desdibujado
aquellas convocatorias del premio de poesía Jóvenes Artistas de Cas-
tilla-La Mancha, que muchos de los antologados ganaron, y algunos
encuentros poéticos anteriores en la ciudad. Fundamentales han sido
también el trabajo al frente del primer Cultural Albacete de Antonio
Yébenes, la didáctica de la literatuta de Luis Morales y Nani García de
León, el ejemplo de Joaquín Barceló, la cervantina pasión poética de
Carmina Useros, el apoyo periodístico de Antonio Díaz, la devoción
oriental de la gente del haiku (Elías Rovira y tantos otros), la apuesta
de Juan Ángel Fernández en El brillo de los días y el blog Stone o la
aventura editorial de Andrés Gómez Flores en La Pequeña Compañía
del Sur. De notable interés fueron las selecciones poéticas anterio-
res de José Manuel Martínez Cano, Arturo Tendero y Miguel Casado.
Hay que añadir en la actualidad la fundación de Chamán Ediciones
por Pedro gascón y Ana Toboso. De todo esto y de todo aquello reco-
gemos hoy una buena cosecha.

 

3. CORRIENTES SUBTERRÁNEAS

xxxxLa literatura de que se alimenta este grupo de poetas concilia las
experiencias más interesantes de la literatura universal.
(…)
xxxxHay que advertir también que este poeta se sirve espiritualmente
de todo lo que encuentra a su paso: los libros, el spot publicitario, la
videocreación, la naturaleza, el cine, la música pop-rock, el grafiti, los
videojuegos, las música clásica, el arte postmoderno, la cultura urba-
na, las experiencias cotidianas, etc. Lo que resulta maravilloso es la
forma como se procesa ese material y se convierte en poema que atra-
pa una intensidad, una sublimación o un éxtasis desde una sensibili-
dad especialmente efervescente. El poema de hoy es un poema que no
rehúye la realidad inmediata; antes bien, en ella se sumerge, en ella
bucea, ante ella se desnuda, a ella se atreve, con los ojos visionarios
del explorador, del buscador de revelaciones.
xxxxDe otro lado, creo que ha sido fundamental en la poesía del siglo
XXI la herencia musical del siglo XX. De Billie Holiday a Thelonious
Monk o Chet Baker. De Stravinsky a Los Planetas. El poema contem-
poráneo es, a veces, próximo en sus inquietudes a la canción de Lou
Reed, Patti Smith o David Bowie, el arrebato lírico de Leonard Co-
hen o Johnny Cash, a la denuncia y la experimentación de Bob Dylan.
El punk, el grunge y el hard rock americano de los 90 son también
referencia cultural: Ramones, Nirvana, Pearl Jam, The Smashing
Pumpkins. La difusión masiva de estas oleadas musicales irrumpió
en la sensibilidad de los poetas atronadoramente. En unos casos más
que en otros, se aprecia su impronta directa, reivindicativa, alucinada
o rebelde en los poemas. También la música pop española deja su
huella en la producción lírica de principio del nuevo siglo. Cantantes
como Antonio Vega o Nacho Vegas, bandas como Surfin’ Bichos, Los
Enemigos o Ilegales han incidido en una perspectiva contracultural,
indie, que ha de reflejarse también, como un poso inextinguible, de
distinta forma, en la poesía.
xxxxQuizá la suma de todos estos aspectos y todas estas fuentes ha
dado lugar, al mismo tiempo, a una poesía menos patética, más ale-
jada del sentimentalismo, más desatada en las formas, menos acom-
plejada de verdad. Y, sobre todo, más directa y más incisiva en su
denuncia de las irregularidades, las vulgaridades, los abusos y las
insensibilidades de un sistema social y político con frecuencia desola-
dor, injusto y humanamente muy vacío. La independencia poética ha
confluido con la lección de los clásicos, antiguos y contemporáneos,
para abrir la lata del desenfreno. La lección de fondo, la sinfonía pro-
funda, pone el dedo en las heridas de la cultura contemporánea, apar-
cada en un rincón, considerada superficial y decorativa, banalizada.
Contra este proceso de degradación de lo espiritual y lo artístico alzan
su voz los poetas, recomponiendo de forma clara y decisiva el mapa
de los sueños, que siguen intactos y que son suyos y de nadie más y
también de todos. El poema no es un bien de consumo, no se sujeta a
las leyes de los mercados: obedece a una pulsión que reconquista lo
prístinamente humano, lo verdadero, lo vivo, el lenguaje.

 

4. LA ESCUELA DE ALBACETE

xxxxSe despereza el río, ahí al lado, en los poemas de Arturo Ten-
dero. Constantito Molina escucha el corazón del mármol dentro de
la montaña. Antonio Rodríguez lucha con un poema que se resiste
bajo una lluvia imparable e injusta. Rubén Martín Díaz se anega en la
mirada de miel del ciervo. León Molina regresa a la inteligente maña-
na de la neturaleza. Ángel J. Aguilar es río y lluvia y lago verso a verso.
María Moreno se desliza por las rendijas del oprobio. Ana Martínez
se baña en las cenizas. Miguel Úbeda contempla la elegancia indoma-
ble en la caída de Séneca. Juan García Ródenas juega con dinosau-
rios. A Valentín Carcelén le sucede un poema. Francisca Gata fuma
en el escenario del crimen más hermoso. Gracia Aguilar desanda los
pasos hacia sí misma. Frutos Soriano se extasía en la brevedad in-
conmensurable de un haiku. Javier Temprado, tendido en las arenas
de una playa, es un hombre futuro. Luis Martínez Falero escribe los
márgenes. Javier Lorenzo muere por los dos que es al unísono. David
Sarrión baila, derviche, el baile del caos. Jaufré Rudel escribe en la
piel del agua. Lucía Plaza localiza en el GPS una emoción y una ciu-
dad. Matías Miguel Clemente hunde sus dedos en la lúcida carga de
sombra de los pozos. Julián Cañizares rompe y fragmenta el lenguaje
para volver a Vavilonia. Mercedes Díaz grita Finlandia con todas sus
fuerzas. Vicente Cervera salva, no inútilmente, el mundo. Pedro Gas-
cón busca lo sagrado más allá de los puentes de madera. Juan Carlos
Gea rompe el hielo desde el DeLorean. Ángel Antonio Herrera afina
el piano del pirómano.
xxxxUna onda expansiva recorre la poesía de Albacete. Han pasado
muchas cosas estos últimos tiempos. Muchos han mordido el anzue-
lo. La explosión poética de la ciudad no es, en absoluto, uniforme. Y,
sin embargo, da la sensación de que hay elementos en común. Para
empezar, se ha superado en gran medida la asunción simplista de la
poesía como experiencia sentimental y confesional. Un paso más allá,
el poema se convierte en inquisición metapoética sobre el lenguaje,
sus límites y sus vínculos con la filosofía. A esta poesía del conoci-
miento se suma otra que hace de la lectura de la naturaleza su asun-
to, enarbolando una mirada cercana al misticismo, contemplativa o
existencial. Otra línea se desborda hacia las formas y los contenidos
de una especie de clasicismo contemporáneo. Por último, el poema se
convierte en instrumento de análisis de la realidad, de forma indirec-
ta o anclándose en la actualidad más caliente.
xxxxEn estas grandes líneas encontraríamos los perfiles de una posi-
ble Escuela poética de Albacete. En todo caso, la poesía del momento
cristaliza en un cuidado exquisito de las formas, en la densidad inte-
lectual de los textos, en el desvelo de inquietudes públicas o privadas
y en una embriagadora selección del lenguaje. Como contrapartida, el
poema es raramente vanguardista, rara vez se deja llevar de más por
lo irracional, en no demasiadas ocasiones hay una denuncia social
explícita. Como he dicho, se trata, más bien, de una depuración de
las crispaciones, los riesgos y las propuestas novedosas, ante las que
se guarda reserva. Se asume un discurso comunicativo, pero culto y
cuidadoso. La inspiración desatada y la entrega visceral se acomodan
con el pensamiento y la profundidad, sin que esto llegue a asfixiar
el poema. Se sobrevuelan los grandes abismos. Se pisa la tierra y su
abundancia. Al impulso se impone un orden libre y consciente. Ese es
el punto de ebullición y de equilibrio.

 

5. EN LA RED

xxxxEl lugar que ocupan las redes sociales en la difusión y el inter-
cambio de cultura y de poesía es relevante. Una microrred poética se
extiende silenciosa ante nosotros. Más allá de las frivolidades y las
insignificancias de los masivo y lo insípido, las redes sociales pueden
ser un muro de exposición continua de movimientos de alma, de ac-
titudes vitales poéticas.
(…)
xxxx (…) La pantalla está viva. Sin duda, el de Internet es un
mundo de experiencias, capaz de proponer intercambios de creativi-
dad instantáneos. Fluye la información a toda vela, se multiplican las
propuestas, todo está al alcance de la mano. Quizá demasiado acce-
sible todo. Quizá demasiado superficial. Quizá demasiado. Imposible
procesar ni un 1% del fluido de información que pasa ante nuestros
ojos. Es como el cauce desesperado de las riadas, arrastrando colcho-
nes, contenedores, ramas, guitarras eléctricas, botellas de butano,
tractores, libros, postales de Berlín, lirios, animales ahogados. De-
masiado. Demasiado marrón. Quizá sea Internet una metáfora del
mundo en que vivimos con sus detritus y sus brillos, su velocidad y su
contradicción, sus miserias egoístas y su heroísmo. Frente a todo ese
manantial desesperado, la paciencia del árbol, la permanencia.
xxxxEn el fondo, desde el principio, creo que este libro obedece a esa
llamada: recoger en unas pocas páginas la belleza, la inteligencia, la
sensualidad, la imagen y la palabra de los poetas para que permanez-
can. Y luego, como si no fueran de nadie, dar estas voces de nuevo
al aire y que en el aire sean de todos y que las sepan todos. Claudio
Rodríguez, como nadie, lo sabía.

xxxxxxxxxxFuenteálamo, 22 de junio – Charleville, 11 de julio de 2016

 

EL PELIGRO Y EL SUEÑO

el-peligro-y-el-sueno

 

En octubre del año pasado salía, en la editorial Celya, la antología ‘El peligro y el sueño. La escuela poética de Albacete. (2000-2016)‘, selección poética realizada por Andrés García Cerdán en la que aparecen Ángel Javier Aguilar Bañón, Modesto Ballesteros, Julián Cañizares, Valentín Carcelén, Vicente Cervera Salinas, Matías Miguel Clemente, Mercedes Díaz Villarías, Andrés García Cerdán, Juan García Ródenas, Francisca Gata, Juan Carlos Gea, Ángel Antonio Herrera, Javier Lorenzo Candel, Juan Carlos Marset, Rubén Martín Díaz, Ana Martínez Castillo, Luis Martínez Falero, Constantino Molina Monteagudo, León Molina Pantiga, María Moreno, Lucía Plaza Díaz, Antonio Rodríguez Jiménez, David Sarrión Galdón, Frutos Soriano, Javier Temprado y Arturo Tendero.

 

La antología está precedida por un texto escrito por el maestro Antonio Gamoneda. Éste:

xxxxFRONTISPICIO Y RECADO, PROVISTO CON NUMEROSOS
xxADVERBIOS EN «MENTE», QUE SE HACE A LOS/LAS POETAS
xxxxxxxxxxDE LA LLAMADA ESCUELA DE ALBACETE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxA NINGÚN EFECTO*

En esta ciudad hecha para el olvido, del mismo alero descienden crá-
neos sonrientes, cadáveres plenarios y suspiros metafísicos; pétalos
negros suceden a las estípulas amarillas. No sólo el leño sangra; pue-
den verse los párpados por el suelo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEfectivamente, en esta tierra ne-
gra, repleta de lombrices y de coleópteros ciegos, compañía tenaz de
dichos difuntos, la única lengua es el idioma del fracaso; la única
actividad, avanzar por el miedo y contemplar el espanto; efectiva-
mente, contemplar el espanto urbano.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMuchachos, ¿qué ha sido de
vosotros, qué ha sido de mí, de nuestras alegres bufandas; qué ha
sido de nuestra verde, impávida avispa en el páramo soleado, cerra-
das estas desventuradas, al parecer, calendas? Y vosotras, las poetas
esbeltas, ¿dónde está vuestro canesú profundo, vuestra cauda dorada,
qué ha sido de aquella sonrisa ecuménica? ¿Qué se hizo de los sustan-
tivos de antaño?
xxxxxxxxxxxxxxxPerdonadme, por favor, estas infecciosas lágrimas.
Bien puedo ser yo, sólo yo, el poseído infecundo, el desastrado peni-
tenciario, el que ya no puede con su febril soledad de gárgola. Perdo-
nadme, por favor: os quiero como si todos juntos fueseis una misma
paloma, el mismo alado tubérculo. Por favor, por favor,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxquien de vo-
sotros sea todavía, aún, el edecán mayor del optimismo asfáltico, o
tenga un recorte de alegría solar, o un simple puñado de azahar y
ruiseñores, o un mendrugo, un breve y duro mendrugo de dura espe-
ranza, que no le importe que la esperanza sea un lugar deshabitado,
que dé un paso al frente,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxo un paso atrás, cualquier paso, que yo no
estoy acá ni allá, y me reconvenga por mi intempestiva condición de
epitafio; de inútil epitafio que murmura la mortandad entre las som-
bras, y me diga, de una púnica, puñetera vez, que ya la música abrió
el arco y emergió la ebriedad, por favor, por favor,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxÉste sería, será,
ha de ser un instante más puro que el recuerdo. Sucederá. Sucede-
rá y volveréis a vosotros mismos. Saludad entonces alegremente a
Claudio que, en su oncogénica beatitud luminiscente, Santo, Santo,
espera el retorno. Y despedíos de mí alegremente; alegremente, por
favor.
xxxxxxDespedíos, sí, del ancianito erróneo, crionizado para siempre
en realidad, aunque una luz unte de otoños amablemente, todavía,
sus erupciones cutáneas, pero no le recomendéis nada, no le recon-
vengáis demasiado. Él es ya como los restos lívidos de la porcela-
na, como aquellos peces que creían que el mar era eterno, como una
cualquiera de las primeras o de las últimas polillas de la temporada.
En el peor, en el más obstinado y senil de los casos, ordenad que le
traigan la cicuta.
xxxxxxxxxxxxxxxProbablemente no será necesario.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEn realidad, el
ancianito emérito de sí mismo no ha sido universalmente un mal bi-
cho; ninguno de vosotros puede decir es o ha sido como una tarántu-
la que corre o corrió por mis venas. El ancianito emérito es, simple-
mente,
xxxxxxxuna estreñida y verde calamidad reptante.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPorque, ciertamen-
te, no disimulemos, dado que el ancianito soy yo, os digo; balbucean-
do, os digo lo siguiente:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOs conocí, o soñé, conocer es mucho decir, en
vuestra vibratoria vertical insomne, distribuyendo caricias caníba-
les y heroicos alcoholes, alumbrando la cueva civil desde un cráneo.
Desde un cráneo, sí, pero desde lo alto de un cráneo celeste, jocundo,
feliz, fosforescente. Comprended, comprended al ancianito verde.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOs
soñé y os envidié. Yo también quería levantar una música concebi-
da desde duros registros, desde turgentes registros; aceptaba morir,
pero únicamente aceptaba morir bailando. A vuestro son; a un son
que me llevase bailando a mi particular eternidad; una eternidad va-
cía, naturalmente bailando.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNo pudo ser. Mi única música es, la co-
nocéis, el idioma del fracaso. Conocéis esta música, sido, pero, en mi
caso, digo, no es música transitoria. Sí en vuestro caso. Dejad, pues,
que esa maldita música se vaya de vosotros; que se vaya, si es posible,
a la mierda.
xxxxxxxxxxxYo, provisionalmente, me adormeceré en noches pares,
envuelto en un olor a gusano y a yogur, contemplando con indife-
rencia la cosmética azul de las estrellas, o leyendo un periódico de
antesdeayer, durmiendo un periódico de antesdeayer, quiero decir.
Pero vosotros, por favor, no. Por favor,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxno olvidéis que la inspiración
pernocta en las azoteas y que cada uno con su frutal enhiesto, resol-
véis vuestro fervor en la maduración recóndita del fruto. No seáis
haraganes, por favor.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxSi es necesario, vestíos ropa nueva para que los
espíritus no entren por los agujeros, y no hagáis caso, en ningún
caso, al óxido ni al musgo. Recordad que la arteria en que os con-
sumís es redonda: no hay, pues, consunción, sino retorno de las más
bellas culebras,
xxxxxxxxxxxxxxde vuestros más hermosos pecados.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSi os dicen que
en Kenya, 2015, el hombre ha muerto y Dios también, no hagáis caso;
son infundios mediáticos; Dios no ha nacido, aunque podría hacerlo
un día de éstos, y el hombre tampoco; el hombre no, no va a nacer
nunca ¿para qué?
xxxxxxxxxxxxxxxxVosotros sí; vosotros, por casualidad cósmica
auténtica, sí habéis nacido. Por tanto, la niebla se despeja. Habéis
adquirido una tremenda y tremante obligación que da al traste con
todos los trastos: los aleros; los cráneos, sonrientes o no; los «cadáve-
res, exquisitos» o no; las estípulas etcétera. En tal caso,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxab initio, por
mera pulcritud operativa, escarbando lo necesario, retirad de junto al
río heridas y raíces, flores tan profundas como las haya (pasad de las
osamentas roídas, no interesan) y, habiendo escarbado la sanidad
fluvial,
xxxxxxdisponed unánimes cuanto quede de río en vuestras venas.
Que nadie ande, como sus majestades pretéritas, pastoreando en
Babia, ni como sus excelencias de hogaño, prevaricando por ahí. Vo-
sotros, acá o allá, en cualquier lugar, pero siempre cismontano u or-
gánico, nunca en un probable raquítico cerebro, ya sabéis, unánimes,
disponed mayormente, ya sabéis,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlas juveniles venas, las privadas ca-
néforas, utriusque, dándose, «las alegres comadres» íntimas interio-
res, los dulces tigres de la música, la mano de fuego que arde y no
hiere, que acaricia la piel para que cada uno aúlle feliz.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEn una pala-
bra, todo cuanto sea carnal, purísima, alada blasfemia sobre la tierra,
es decir, alta salud y arte blasfematoria, corporalmente hablando. Y
todo ello lo llevaréis volando en volandas a la gran cumbre etílica, a la
encumbrada, encimera
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcima de las máscaras.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSi estando en éstas, lle-
ga el emisario con su misiva: el probado profeta plúmbeo, en una de
sus duermevelas, fugazmente traspuesto por la fatiga y por el barniz
de poliuretano, se ha declarado efectivamente intratable y se ha
puesto a morir una muerte lenta entre las rosas, ni caso: despedid al
emisario.
xxxxxxxxxVosotros, a lo vuestro.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxVosotros, gozando, subiendo la ár-
dua, trepante escalera, jubilosamente trepando, tremolad insignes las
incesantes banderas, las imperativas banderas:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Revolución, revolu-
ción. Esta es la revolución de la troncal carne futura, de la insurgente
poética de la afirmación. Somos los que vamos a ser. Preparad las
copas generales, preparad el músculo ibérico. Si así no lo hacéis, ¡ah
de nosotros, los mentolados pretéritos, ah también de los otros, los
eventuales históricos o histéricos, ah igualmente de los resabidos y de
los condecorados, ah!».
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAsí os lo dice y condice, encomienda y reco-
mienda vuestro efímero, y lo escribe y suscribe en el monte Mouruso
(rebecos, zorras, tejones), feudo que fue de los Gamoneda marqueses,
descendiente él, el efímero, de los tales por vía bastarda naturalmente,
siendo los días incendiarios del mensual agosto, en la feliz defunción
función o funciones marianensis, annus horribilis 2016.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAntonio Gamoneda

 

 

*En el texto que antecede, las palabras y frases que aparecen en letra cur-
siva se corresponden, exceptuando los desastrados latines, con otras tales escritas
en diverso número por poetas de la llamada Escuela de Albacete, y figuran en los
respectivos capítulos de este libro. Son, simultáneamente, préstamos y presencias
de estos poetas, a quienes corresponde la autoría. En dichos fragmentos textuales,
en algunos de ellos, pueden darse mínimas variantes (en desinencias, en tiempos
verbales, en número de nombres, pronombres y adjetivos, por ejemplo) que ha sido
necesario hacer para encajar correctamente el léxico en su contexto. También, alguna
transposición de lugar dentro de frases. No se alteran en modo grave, a juicio del
autor secundario y firmante, las denotaciones o funciones expresivas propuestas por
los primeros autores.

 

ÚLTIMA BALA

 

christian-nieto-tavira-c3baltima-bala

 

[En cinco años con el blog, no me había sucedido nunca. Acaban de avisarme de que se pueden ejercitar acciones legales contra mí por haber reproducido sin autorización fragmentos del libro en cuestión.
Le pueden dar las gracias a la editorial y al autor, que incluso nos ha bloqueado a unos cuantos en las redes sociales (sic!!!!!!!!!!!!), de no poder ver los textos a los que hace referencia la crítica. Una pena que los regeneradores de la poesía soporten de este modo las críticas.]

 

Nunca había tenido la necesidad de no hablar bien de un libro, pero para todo hay una primera vez.

Hace un par de meses, la editorial La Fea Burguesía presentaba su colección de poesía, una colección que se inauguraba con la antología ‘Composición de lugar’, coordinada por Luis Bagué. En dicha presentación, los editores hablaban de lo contentos que estaban con empezar dicha colección con la antología y con ‘Última bala’, de Christian Nieto Tavira. Cuando hablaban de los nuevos poetas que tienen miles de seguidores en twitter y de esos lectores jóvenes que devoran poesía en bares o en cualquier otro sitio, afirmaban que ellos buscaban encontrar un hueco entre los editores de ese tipo de poesía.

Algunos le echamos un vistazo al libro de Nieto Tavira y el comentario fue unánime: no vale nada (poéticamente hablando, claro).

Si no fuera bastante con la falta que se puede ver en la portada del libro, nada más abrirlo uno se da de bruces con los agradecimientos, en los que el autor dice que ha habido muchos artistas que han colaborado en el poemario y menciona, entre otros, a Marwan y a Blue Jeans.

Y acto seguido, en el prólogo, firmado por Ernesto Pérez Vallejo, descubrimos que el autor xxxx xxx xxxxxxxx xxxxxx xxxxxx xx xxxxxxxx xxx xxxx x xxxx xxx xxxxx xx xxxxxx xxxxxx xx xx, xxxx xxxxxx xx xxx xx xx xxxxx xx xx xxxx, xxxxx xxxxx xx xxxx xxxxxxxx xxx xxxxx xxxxx xx xxxxxx xx xx xxxxxx xx xxxxxxx xxxx. Y continúa afirmando: xxxxxxxxxxxx xxxxx xx xxxxxxx xx xx xxxxxx xxxxxxxx, xx xxxx (…) xx xxx xxxxxx  xxxxxxxxxxxxxx. Xxxxxx xxx xx xxxxx x xx xxxxxx xx xx xxxxxx, xx xxx xxxx xx xx xxx xx xxxxx xx xxxxxxx xx xxxxx x xxxxxx, xx xxxxxxx xx xxxx x xxxxxxxxx. Y finaliza diciendo: Xxxxxxxxx xxxxxxx x xxx. Xx xxx xxxx xxxx xxx xxxxx xxxxx x xx xx xxxx. Xx xxx xxxx xxx xxxx xxxx xx xxxxxxxxxxxx x xxx xxx xxxx xxx xxxxxxxx xxxxxx xxxx xxx xx xxxx x xx xxxx xx xxxxx xxxxxxx xxxx xx xxxxxxxx xx xx xxxxxx xxxx. Xx xxxxxxxx, xxx xx xxxxxxxx xx xxxxxxx xxxxx, xxxxxx xxxxxx xxx xx xxxxxx xxxx, xx xxxxx xxxxxxxx xx xxx xx xxxxxx.

Ya ven, sensiblería y faltas de puntuación. Pero es que aún añade como postdata: Xxxx xxxxxxx, xxxx xxxx xxxxxxxx xxx xx xxxxxx xx xxxxx xx xx xxxxxxxx xxx xxxxxxx xxxx xx xxxx xxxxx.// X xxxxx xxxxxxxxx x xxxxx xxx xx xxxxxx xx xxxx xxxxx. Xx. (sic)

Pero es que no hay nada como empezar con los poemas y leer: Xxxxx xxxxxxx xxxxx xxxxxxx,/ xxx xxxxxx xxx xx xxxxxxxx xx xxxxxxx, xxx xxxxx: xxxx xxxxxxxxxx x xxxxxx. (…) Xx xx xxxxx xxxxxxxxx xxx Xxxxxxx xxx xxxxxx xx xxxxxxxxx xx xxxxxxx xxx xx xxxxxx xxxx./ Xx xxxxxxxxxxxxxx xx xxx xx xxxxxxx xx xx xxxxxxxxxx xx xxx xxxxxxx xxxxxxxx xxxxxxx xx xx xxxx xxxxxxxxx xx xxxxxxxx x xxxxxxxxx. Xxxxxxxxxx xxxxxxxxx./ Xxxx xxxxx xxxxx xxxxxxxxxxx xxxxxx xxx xxxxx xxxxxxx Xxxxxxxx./ ¿Xxxxx xx xxxxxxx?/ Xxxx xxxxxxxx xx xxxxxxxx xx xx xxxxxxx x xxx xx xxxxxx xxx xxxxx xxxxxxxxxx. (‘Xxxxxxxxxxx x xx xxxxxxx’)

Y si uno quisiera azúcar hasta empalagarse y comprobar que aún hay quien no ha superado ese Romanticismo mal entendido en este país mezclado -todavía- con el amor cortés, sólo habría que seguir y seguir con los poemas. ¿Ejemplos? Los que quieran: Xxx xxx xxxxxx x xxx xxxxx. (…) Xxx xxxx xxxxxx xx xxxxxxxxxx xx xxxxxx./ Xxxx xx xxxxxx x xx xxxxxxx. Xxxx x xxxx./ Xxxxx xxxxxxx xx xxxxxxxx x xxxx. (…) X xx xxxxxx x xxxxxxxx, xxxx xxxxxxx, xx xx xxxxxxx, xxx xx xx xxxx xxxxxxxx xx xxx xxxx./ Xxxxxxx xx xxx xx xxxxxx. (‘Xxxxxxx xx xx xxxxxxx xxxxxxxxx’) xxxxx (…) xx xxx xxxxxxxx xxx xxx xxxxxx xx xxxx x xxxxxx xxx xxxxxx x xx xxxxxxx xx xxxxx xx xxx xxxxxx xxxx x xx xxx xxxx xxx xxxxx xx xxxxxxx xxxx xx xxxxxxxx xxx xx xxxxxxxxxx xxxxxx xx xxxx xxxxxxxxx xxx xxxxxxxx «xxxx»./ Xxxxx xxx xx xxxx xxx xx xxxxxx xx xxxxx xxxxxxx xxx xxxxxxx xxxxxxxxx xx xxxxxx,/ xxxxx xx xxxxx xxxxxx (x xxxxxxx xx xxxxxxxx) xx xxx xx xxxxxx xx xxxxxxxx, xxxxxx xx, xx./ Xx./ Xxx xx xxxxxxx xxx xxx xxxxx xxx xxxx. Y es capaz de continuar: xxxxxx xx xxxxxxxx xx xxx xxxxxx xx xxx xxxx xxxxxx xxxxx xxx xxxxxxx (…) xxxxxxxxxx xxx Xxxxxx x xxx xxxxxxxxxxx xxxxxxx xxx xxxxxxx x xxxxxxx xxx xxxx xx xxxxxxxx./ X xx Xxxxxx xx xxxxx xxx xxxxxx xxxx xx xxxxx xx xxxxx xxxxxxxx xx xxxx xxxxxx xxxxxxxx x x xx xxxxxx xx xxx xxxxx xxx xxxxxxxxxxxxxx. (sic!) Y termina: xx xx xxxxxxxx, xxxx xxx xxxxxx x xx xx xxxxx xx Xxxxxxx./ Xx xxxxxxxxx xxxxxxx xxxxxxxx xx «xxxxxxxx»…// Xxx xxxxx xxxxxxxxxx, xxx xxxxxxx xxxxxxxxxx xxxx xxx. (‘X xxxxxxxx xx xxxxxxxxx xxx xxxxxxxxx’)

¿Más? Claro: Xxx xxx xxxxxxxx xxxxxxxxx xxxx xxx xxxxx, xx xxxxx x xxx xxxx x xx xxxxxxx xx xxxxxxxxx xxxxxx xxxxxxx xxx xx xxxx. (…) Xxxxx xxxxxxxx xx xxxxx xx xxxxxx xx xxx xxx xxxxx x xxxxxxxxx. (…) Xxx xx xxxxxxx xxxxxxxxx./ Xxx xxx xxxx xxx xx xxxxxxx./ Xxx xxxx xxx xxxxxxx./ Xxx xxxxxx xxx xx. (‘Xxxxxx xx xxxxxx’) Xxx xxxxxx, xxxxxxxx, xxxx xxx xxxxxx./ ¿Xx xxxxxx x xxxx xxxx x xxxx xxxxxxxx xxxxxx? (‘Xx xxxxxxxxxxx xxx xxxx’) Xxxxx xxxx x xx xxxxx xxxxxxxx xx xx xxxxxxxx xxxx xxx xxxxx, xxx xxxxxxx xxxxxxxxx xxx xxx xxxxx. (…) X xx xxx. (…) Xxx xxxxxxxx./ Xx xxxxxx xxxxx xxxxxx. (‘Xxxx xxxx‘) Xx xx xxxxxx x xxx xxxxx xxxxxxxx xx xxxxxx./ Xxxxxx xxx xx xxx xxx xxxxx x xx xxx xx xxx xxxxxx xx xx xxxxxx. (‘¿Xxx xxxxxxx xxxxxx xxxxx xxxxxxxxx?’) Xxxx xx xxxxxx xxx xxxxxxx xxxxx xxxxxx xxxx xxxxxxxxxx xx, x xx xx xxxxxxx xxxxxxxxxx «xx xxxx»./ Xxxxxx xxxxx xxxxxxx xxxx xxxx xxxxxxxx xx xxxxx./ Xxxx xx xxxxxxxxxx xx xxxxxxxx./ Xxx xxxxxxxx./ Xxx xxxxxx./ Xx, xx xx xxxxxxxx, x xxx xxxxxxx. (‘Xx xxxxxxxx’) Xx xx xxxxx xxxxxxxx xxxxx xxxxxx xxxxxxxxx xx xxx xxxxxxxx Xxxxx Xxxxx, Xxxx Xxxxxx, Xxxxxx Xxxxxxx x Xxxxxx./ Xxxxxxxxx xxxxxxx xxxx xxxxxxxxx xxx xxxx. (‘Xxxxxxxxxxxxx xxxxxxxxxx’) (sic!!)

Pero si es que aún no han tenido bastante con lo que han leído hasta ahora, con ese repertorio de tópicos, de modos de escribir sacados del Romanticismo más clásico y de esa perspectiva machista y cosificadora de la mujer, aún pueden alucinar más. Xxxxxxxx: x’xx/ Xxxxxxxx xxxxxxx: Xxxx xxxxx, xxxxxxx, xxxxxx xxxxxxx x xxxxxx/ Xxxxxxxxxxxx: Xxxxxxxx/ Xxxx: Xxxxxxxxxxxxxxx xx xxxx/ Xxxxx xxx xxxxxxxx: Xx xxxxxxxxxx xx xxx xxxxx xxxxxxxxxxxx xx xxxx xxxxxxx, xx xxxx xxx xxxx xxx xx, xxx xx xxxx xxx xxxx xxx xxxxxx xx xxxxxxxx xxxxxx xx xxxx, xxxx xxxxxx xxxx xxxxxxx xxx xxxxx xxx xxxxxx xx xxxxxxxx xxxxxx xx xxxx, xxx xxxxxx xxx xxxx xxx xxxxxx xx xxxxxxxx xxxxxx xx xxxx./ X xxx xx xxxxxx xxxxx xxx xxxxxxxxxxxxxxx xx xx xxxxxxxx./ X Xxxx, ¿xx xxxxx xx xxx xxxxxx xx xxxxxxxx xxxxxx xx xxxx?/ Xxxxxxxxxx: Xx xxxx xx xxx xxxx xx xxxx. (‘Xxxxxxxx’) O Xxxxx xx xxxxxx xx xx xxxx x xx xxxxxxxx xx xxxxx xxxxx, xxx xxxxxxxxx xxx xx xxxxxxx xx Xxxxxx x xx xxxxxx xxx xx xxxxxx xxxxxx xxxxxxx xxxxxxx xxx xxxxx xxxxx. (…) Xx xx xx xxxxxxxxx, xx xxxxx xxx xxx xxxxx, xx xxxxx Xxxxxx./ Xxxx xxx xx xxxxxx./ Xxxx xxxx xx xxxxxxxx xx xxxxxx xxx xxxxx xxxxx. (‘Xxxxxxx’) O Xxxxxx xxxxx xxxxxxxx xxxxxxxx xx xxxx./ Xx xxxx xxxxx, xx xx xxxx xxxxxx. (‘Xx xxxx x xxx xxxxxx xx xxxxx(xxx)’) (sic!!!) O Xx, xx xxxxxxxxx xx xxx xxxxxxx, xx xxx xx xxxxxxxx xxxxxx x xxxxxx xx xxx xx xxxx xxxxxxxxx xxxxxxxxxx x xx xxxx (…) xxx xxxxxxx xxxxxxxxxx, xxxxxxxxx xx xxxxx, xx xx «xxxxx x xxxxxxx» (x xx xxxx xx xxx xxx). Xx xxxxxxxxx xxxxxx xx xxxxxxx, xx xxx xxxxx xxx-xxxx/xxxxx. (…) X xxxx xxxxx xxxx xx xxxxx./ Xxxx xx xx xxxxx xxxxxxx xxxx xx xxxx xxxxx, xx xx xxxxxxx xx xxxxxxx xxxxxxxxxxx xxxxx. (‘Xxxxxxxxxx xx xxxxxxx’) O Xxxxx Xxxxx Xxxxxx xxx xx xxx xxxxx xx xxxx, x xxxxxxxx, xxxxx xx xxxxxx. (‘Xxxxxxxx xxx xx’) (sic!!!!)

Y entonces llega el «intermedio» del libro, donde el autor coloca una lista de canciones avisándonos de que xxxxxxxxxxxxx xxxxxxx xxxx xxx xxx, xxxx xx xxx xxx xx xxxxxxx xxxxxxxx xx xxx xxxx xxxxxxxx xxxxxxx xx xx xxxxxx, xx xxxxxx.

Pero la segunda parte es la peor del libro. Nieto Tavira es capaz de escribir xxxx xxxxxxxx xxx xxxxx xxx xx xxxxxxx xx xxxxxxx x xxx xxxx/ (¿xxx xxxxxxx?, xxx xxxx xxxxxxxxxxxxx)./ Xx xxxxxxx xxx xxxxxxxxx xxxxx xx xxxxxxx xx xxxxxxxxxx, xx xxxxxxxx xx xx xxxxxxx xxx xx xx xxxxxxxx. (‘Xxxxxxx’) O Xxxxxx xxxxxxx xxxxxxxx xx xxx xxxx, xxxx xxxxxxxxx xxx xxxxxxxxxxx xxx xxxxxx xxx xxxxxxx, xxx xxxxxx xxx xx xxxx xxxxx. (…) Xxxxx xxx xx xxxx xxxxx xx xx xxx xxxxxxxxxxx. (‘Xxxx xxxxx Xxxxxxx’). O, probablemente, los tres peores poemas del libro: ‘Xxxxxxxxxxx’: Xx Xxxxxx xxxxx xx xxxxxxxx xx xxx xxxxx,/ xx xxxxxxxxxxx xx Xxxxxxxxx xx xx xx xxxxx xx xxxxxxxxxx xxx xxxxxxx, xxx xxxxxxxx, xxx xxxxxxxxxx, xxx xxxxxxxx./ Xxx Xxxxxxxxxxx xxxxxxxxx xxx xxx xxx xxxxxxxxx xx xxxx xx xxxxxxxx xxxxx, xx xxxxxxxx xxxxxxxx xxxxxx, xx xxx xxxxx xxx xxx xxxxxxx x xxxxxxx, x xx xxx xxx xx xxxxxxxx x xxxx./ Xxx Xxxxxxx xx xxx xxxxx xxxxxx xx xxxxxxx «X xxxx xxx», «xx xxx» x «xxx xxxxx xxxx», xx xxxxxxxxx xx xxxxxxxxx xxxx xxxxx xx xxxxx, xx «xx xxx» xx xxxxxxxxx xxxxxx./ Xx Xxxxxx xxx xxx xx xxxxx xxxxxxxx xx xx xx xxx xxxxxxx, xxx xx, xx, xx, xx, xxx xxx xxxxxxx xx xxxxxxx xxxxxx xx xxxx xx xxxxxx xx xx xxxxx./ Xx xxx, xxxxxxx xxxxxxx xxxx xxxxxxx. ‘Xx xxxx x xxxxxx xx xxx xxxx xx…’ xxx xxxxxxxxx xx xxxx xxxxxxxxx, xx xxxxxxx xx xxxxxx xx xxxxx xxx xx xxxxxx xxxxxx, xx «xx, xxxxx xxxxxxx» xxxxxxxxx, xx xxxxxxx xx xxxxxxx xxxx xxxxxxx xxx xxx xxxxxxx xx xx xxxxxxx, xxxxxx, xxxx, xxx xxxxxxxx, xxxx xxxx. X ‘Xx xxxxxxxx xx xxx xxxxxx’ Xxxxxxxxxxxx xxx xxxxxxxx xxxxxx xxx xxxxxxx xx xxxxx./ Xxxx xx xxxxx xxx xxxxxx xx xxxxxxx… xx xxxxx xx xx xxxx.

Y para cerrar el libro decide colocar, sin ton ni son, 50 frases (sic!!!!!), algunas suyas y otras con sus correspondientes autores, que todas versan sobre esa fuerza del amor, remarca él, por si el lector no se da cuenta. Mezcla aleatoriamente a Marwan con Mario Benedetti, a Ismael Serrano con Gabriel García Márquez, a Ignacio Martín Lerma con Joaquín Sabina, La Última Romántica, Acción Poética Archena, Acción Poética La Algaida y Acción Poética con tweets.

 

Lo dicho, un mejunje de lugares comunes, sentimentalismo adolescente y una visión excesivamente antigua de la mujer, sin ritmo alguno, con fallos de puntuación y más que escaso conocimiento de la tradición poética. Un desastre como primer libro.

 

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CARLOS MAZARÍO

carlos-mazario-movilidad-exterior

 

SILENCIO

Se perderán tu sangre y tu apellido,
y tu idioma caerá
como caen en un bosque solitario los árboles,
sin nadie que lo escuche.

 

 

 

 

EXPORTACIÓN

Compro la fruta en el supermercado
de un suburbio de Lieja. Últimamente
acostumbro a mirar la procedencia
de todo lo que compro. A tres cincuenta
el kilo de naranjas de Valencia. Me llevo
cinco euros de una fruta que nunca me ha gustado
demasiado. Ya en casa
le quito la camisa y, con la precisión de un cirujano,
voy sacando los gajos jugosos, que, en la boca,
con textura de ostra y gusto dulce,
se transforman en algo diferente
a lo que conocía. No es naranja
lo que he comido hasta llegar aquí,
a este supermercado de un suburbio
de Lieja.
xxxxxxxxQué metáfora.

 

 

 

 

CAUCHEMAR

Se me viene a la mente en el insomnio
una imagen: una vasta extensión de leche quieta.
De repente
una gota
de petróleo
muy densa.

Así mi corazón en el exilio.

 

 

 

 

DOS PATRIAS

Tengo en las reuniones
la palabra en la boca y la mirada esquiva,
persigo en los diales Radio 5
y consumo la prensa nacional que me llega
con ansia de tirante en primavera.
En los supermercados
miro las etiquetas como un analfabeto.
Cuando visito al médico
gesticulo con trucos de actor sobreactuado.

El silencio en la noche me da aliento a los días.

En su cuarto, mi hija pequeña duerme
y sueña ya
la mañana siguiente en una lengua extraña.

 

 

 

 

ALIEN

Sentir como una piel extraña el mundo
que te rodea, ver con ojos vanos
la espesura del bosque, y no encontrar
casa a la que volver.

 

 

 

 

LISTAS INFINITAS DE VIVOS

xxxxxxxxxxxxxxxxxLápidas, tumbas con nombres, listas infinitas de muertos.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA.M.M.

Pretendéis reducirnos a una cifra,
son veinte, treinta mil,
¿qué proporción es esa
entre cuarenta y cinco millones de personas?
Pero todos tenemos una cara, unos ojos
que lloran, tenemos todos
una vida y el afán de vivirla.
No somos estadísticas. Somos, acaso,
una mujer, un hombre
con la extraña manía de pensar.
También los muertos
son una multitud en términos históricos,
muchos más que vosotros, pero no nos imponen
su visión esquelética del mundo,
la dictadura de su mayoría.
No somos cifras. Yo soy Juan Rodríguez,
arquitecto, poeta, treinta y dos años,
y me echáis al destierro, a mí y a tanto.

Que empiece la revuelta.

 

 

 

 

NO LUGARES

Nos encontramos bien en aeropuertos,
pues no tenemos patria
y nuestro nombre es Nadie.

 

 

 

 

ATLAS DEL FUTURO DEL MUNDO

Un barco con bandera de Malasia
llega al puerto de Le Havre una tarde de junio.

Un puzzle de containers de colores
comidos por el salitre y el sol
es desmontado por la garra experta
de las grúas mecánicas.

La carga declarada: ropa cara
de marcas italianas y francesas,
material deportivo hecho por niños,
tecnología punta obsolescente.

La carga clandestina: imitaciones
de marcas italianas y francesas,
material deportivo hecho por niños
y el cadáver de doce polizones.

 

 

 

 

MANIOBRAS PARA EVITAR LA EXTINCIÓN

El tigre de Siberia se ha asentado
en la zona desmilitarizada
entre las dos Coreas,
la región más inhóspita del mundo
para la vida humana.

Asolado en su tierra,
se desplazó kilómetros en busca
de este refugio de zanjas y alambres
iluminado algunas noches
por fuegos nucleares de artificio.

Le acompañan allí
el leopardo de Amur, y otras especies
inencontrables en el resto del mundo.

El lince ibérico
merodea Melilla.

 

 

 

 

CEMENTERIO DE COLLIURE

xxxxxxxxxxxxx¿Oyen los muertos lo que los vivos dicen luego de ellos?
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxL.C.

En Colliure reposa
el esqueleto macerado en lágrimas
del poeta que murió de tristeza e ignominia
hace ya tanto tiempo
xxxxxxxxxxque ahora lo conmemoran
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxincluso sus verdugos.

 

 

 

 

MARGEN IZQUIERDA

Te recibe
el humo insano de las chimeneas
que se adentra en tus ojos
a través de las fosas nasales, y te incita
a llorar, a ti que no lloraste
mirando el bulto inmóvil de tu madre
alejándose
bajo el reloj parado en la estación.

 

 

 

 

MOVILIDAD INTERIOR

Ahora ya no están más, pero hace poco tiempo
—tus padres lo recuerdan—
Madrid sumó al millón y pico de cadáveres
las sombras de varios cientos de miles
más, que no valían nada,
que no tenían nada
más que hambre y la fuerza de sus manos
con las que construir casas insólitas,
desventrar cuevas para guarecerse
—recuerda, fue en Madrid, hace no tantos años,
tus padres lo recuerdan, gente en cuevas,
gente en el barro sucio del Jarama,
la ciudad que crecía como un órgano enfermo,
como la espuma glauca de un océano turbio—
y la burla continua,
y los analfabetos perdidos en los túneles
del metro, y los niños hambrientos
comiendo de un puchero mientras se despiojaban
con sus ojos de niño desterrado,
hace no tanto tiempo,
Madrid, tantos cadáveres
mirando por encima del hombro a sus espectros,
recuérdalo, tus padres lo recuerdan.

 

 

 

Mazarío, Carlos. Movilidad exterior. Albacete; Asociación Cultural Fractal, 2016.

 

MOVILIDAD EXTERIOR

carlos-mazario-movilidad-exterior

 

MOVILIDAD EXTERIOR

En la sesión plenaria de los martes
la señora Ministra se encarama
al estrado, con su traje de chaqueta,
dejando en el escaño un portafolios
y un bolso de Chanel. Como es debido
saluda al Presidente y se dirige
en discurso leído a sus colegas,
y con gran desparpajo
acuña en un momento dado el término:
movilidad exterior.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSu puta madre.

 

 

 

 

REY

Ahora vuelves
a la que nunca dejó de ser tu casa
—la llamabas así, recuérdalo,
voy a comer a casa, me decías—,
pero entonces regresas
y tu cuerpo es extraño en una cama
de noventa, con sábanas que huelen
a adolescencia, con la ventana triste
por la que ves las bragas color carne
de la vecina en el patio de luces
tan oscuro, y hoy todo te molesta,
te molestan los gritos de tu madre
y el ruido de la tele, la cisterna
con su goteo atávico,
el gotelé amarillo y la cenefa
de frutas y pucheros, los ronquidos
en el insomnio negro en que te ensañas,
y te dices me tengo que marchar.

Marchar a dónde, rey.

Qué hueco tan profundo
tener que irse y no saber a dónde.

 

 

 

 

RADIO

Tal vez no ira, pero algo parecido,
una concentración de odio prehistórico,
la bilis de un dragón, la sangre enferma
de mil generaciones de paganos,
una explosión atómica en el vientre
oyendo las noticias.

 

 

 

 

DÍAS ROJOS

Qué humillación abrir cada mañana
los ojos, y no hallar
más que el mismo almanaque en la cocina
lleno de días rojos, y tu madre
que ya no te sostiene la mirada.

 

 

 

 

LOS PERROS

Ahora no tienes más ya
que la sombra del hueco de tu mano,
y tus días son tiempo,
y el pasado no existe,
y el futuro tiene el color exacto
del fondo de los ojos de los muertos.

Has de marcharte ya. Tienes la puerta
como equis en los mapas,
y tus conversaciones se llenan de maletas.

Has de marcharte ya, pero no lo haces:
huelen los perros tu miedo a partir.

 

 

 

 

MOEBIUS

Ves circular maletas con los ojos cansados
y temes haber perdido la tuya,
pero no, esa es,
la que desborda títulos, y tiene
el color del fracaso y las noches en vela.

 

 

 

 

DEUTSCHLAND ÜBER ALLES

Alemania desfila
a ciento treinta y cinco kilómetros por hora
al otro lado de la ventanilla.

Yo conduzco, tú callas a mi lado.

Montículos de nieve endurecida
se van quedando atrás de forma sincopada,
con ritmo subrayado
por el diapasón del limpiaparabrisas.

Al helarse, la nieve se encoge y se comprime.

El corazón se hiela también, también se encoge
en esta carretera tan moderna
que no limita la velocidad
de nuestra huida a lo desconocido.

 

 

 

 

C.V.

Lo prudente sería
enviar formularios, apuntarse a academias,
tener un cierto colchón económico,
buscar lazos de afecto —conocidos
de amigos de amigos de conocidos—,
una casa con alquiler barato,
un entorno no hostil.

Estamos condenados
a una audacia rayana al despropósito.

 

 

 

 

DIÓGENES

Dame un libro y un sitio donde huela
a tu sexo. No necesito
más.

 

 

 

 

LE PARADISE

Extrañeza de sentirse a un tiempo
expulsado y querido.
También tenemos ocasión de reírnos
aquí fuera, aunque el llanto
nos crezca de las manos como dos hormigueros,
corales a la vez fecundos y dañinos,
con su sabor a sangre
y su dulzor.
Esta vez el paraíso son los otros
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpaíses.

 

 

 

 

PERSPECTIVA AÉREA

En verano volvemos.  Todavía
están los padres y están los abuelos,
y los amigos nos echan de menos,
reconocemos al llegar olores
y entendemos aún
cada conversación y cada broma,
recuperamos hábitos
que nunca hemos perdido, están bien instalados
en nuestro subconsciente, no se olvidan,
pero al otro verano
nos extrañamos cuando alguien dice algo
arrancado al slogan de un anuncio, o se cita
a una nueva famosa de la tele,
y las zonas de sombra van creciendo,
mueren nuestros abuelos, nuestros padres
se van volviendo ancianos, los amigos
tienen nuevos amigos, nuestros hijos
confunden a sus primos, a los que no ven nunca,
y un verano
no encontramos fecha en la que venir
entre los campamentos y el trabajo,
la invitación a una boda en Bruselas
y otras inmediateces, y ese aire
que nos separa tiñe todo de azul
a lo lejos,
volver ya no es volver,
es sólo ir.

 

 

 

Mazarío, Carlos. Movilidad exterior. Albacete; Asociación Cultural Fractal, 2016.

 

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