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IPALNEMOANI Por quien vivo (2004-2005)

 

El mundo se agota.

El mundo parece haber estallado en plena ignorancia esta
noche. Se derramaron .los .límites, amplitud del acero sin
ternura.

En .esta .misma .calle .el .mundo parece haber muerto de
impostura, .sin .lugar a gozos netos, con su piel tendida a
la intemperie.

Abundan terrazas erguidas por desolación.

 

 

 

 

Se vencen todos los recuerdos.

Por .ellos .asiente .a .media .noche .la .mácula, .el .sello
mutable, perturbador. Circo apócrifo. Beso hipnótico que
paraliza los colores y emancipa el delito.

Una vez más se extraviaron los nombres.

 

 

 

 

El mar zapatea esta mañana como un reo enroscado a su
esqueleto xde xsal. .xEl xmar xexpulsa xvoces, xdestierra
caparazones y bruma. Desconoce su fondo, su pasado. El
mar adra espuma por los ojos, agua descarnada.

El perfume de un cadáver sobre la arena inerme, tristeza
degollada.

 

 

 

 

Sin verte, he aguardado largo rato a las puertas del óvulo
lunar. Por la ventana del dormitorio se asoma tu ausencia.
Para .abordar .su .llegada, he expandido un beso infalible
sobre la almohada vacía que aún huele a hondura. Aparto
las sábanas verdes indagando la frescura .y el color de tu
carne: xmirada xmenuda .xacurrucada .xentre .xpliegues
dislocados. .Duerme .el .silencio. .Los .labios .pronuncian
luciérnagas.

Derrito la luz negra para asediarte lejos.

 

 

 

 

Cuando suenan .los .primeros .trombos de la luz, descubro
tus pómulos cosidos .a los labios del caleidoscopio matinal.
La .sed .de .ti .traza .un .lienzo .policromo sobre .la .pared
estéril de la desgana. Es .entonces .cuando .tu nombre me
viste volviéndome azul de horas.

El vacío es una llaga inmóvil que me obliga a apresarte.

 

 

 

 

Amo la tersura que se rinde a mi piel.

A estas horas .donde .la .ausencia .de .ti, .de .todo, .reina
ineludible .entre .mis .manos, xarmo .el .consuelo .de .las
palabras que avistan tu geografía. .La .lengua .se .contrae
como un posavasos. Los semáforos escupen un paréntesis
gris. xLa xtristeza xendulza xel xlimón .conjugado .en .las
pestañas. La garúa empaña los ojos vidriados.

El viaje es tan corto como la luz.

 

 

 

 

Amor, vos sabés que este vaso no es tuyo. Pero yo lo tomo,
lo .confundo .con .vos .fácilmente .al .caer .la .noche .y .su
celada. Más allá de la puerta .que .nos .concluye .festejo tu
nombre. Lo medito .hasta .deshacer .su .lluvia. A .pesar del
contagio, vos existís .fuera de mí. Sos la luz que esplandece
desde xla xespesura xde .las .comas, .que .se .priva xde .la
dispersión de los errores.

Quiero xenmarcar xeste xorgasmo xsin xti, .esta xcorriente
bípeda .que .emana .de .nuestros .cuerpos .erectos cuando
se atraviesan sin ley alguna más que su luz.

 

 

 

 

¿Para quién tanta belleza? Me invitas a colmar tu vaso de
sudores .perplejos, a .recorrer .tus .piernas .nítidas .para
exprimir de tus labios decepción. Si no .puedo .venerarte,
extraer la libido de tu indecencia, ¿para qué me sirven?

Me beberé ayer la impostura de otra copa.

 

 

 

 

En .virtud .de .nadie .he .alzado el puño para atrapar la luz
al vuelo. Al abrirlo, he visto serpentear a las sombras como
simples abrojos de la muerte.

El .silencio .es .un .nido .quieto, .un .detrito .que .lamenta
saberse incompleto.

 

 

 

 

Para .creer .en .el .abismo .hay .que .renombrar .los .años.
Rememoras los pasos que dejaron tras de sí .una frenética
mucosa .como .sílabas .roncas. Las .barandas xcontradicen
el vértigo. Las copas sostienen viejos aires, turbios aromas.
El ruido exhibe sus paredes intactas .al mar. La hecatombe
es .una .plaza .sin .pies .ni .manos, un .bolsillo .roto por la
fricción, una planicie devastada por los faros.

Repugnante .orilla .gris.

 

 

 

 

Es .de .noche .y .ya .todo .está xinverso. .Pulso xla xvoz .y
quebranto .la guarida rupestre de la imagen. Ensimismadas
pacen las derrotas sobre el estrafalario enjambre de asfalto.

Tanto desdén obstruye la ranura del aire.

Antes .del .derrumbe .de .las .encías —palabras— esculpiré
en lo que queda de luz un sueño verde.

 

 

 

de la Vega, Joan. Ladino. Gijón; Trea ediciones, 2006.

 

VARIACIONES Y REINCIDENCIAS

 

AMAR EN CUERPO Y CALMA

Vivo en un piso de alquiler con una
mujer a la que quiero,
a pesar de que no siempre encontramos
la forma de entendernos.

El amor, como todo, cuando deja
de ser una palabra
y toma cuerpo en otro cuerpo y vida,
tiene sus horas bajas:

sus momentos de agobio, de fastidio,
de tedio, de violencia,
de soledad; sus caras destempladas,
ridículas y feas.

El amor, como todo, cuando deja
de ser una palabra,
un tema socorrido y vago, pierde
la ceguera y las alas.

 

 

 

 

EVOCACIÓN Y ELEGÍA

Miradas
curiosas.
Dichosas
veladas.

Espadas
pringosas.
Sabrosas
tostadas.

Relatos
pausados.
Vagancia.

Zapatos
mojados:
infancia.

 

 

 

 

RESUMEN

Vuelvo otra vez la vista, pero ya sin nostalgia,
sin grandes sentimientos, sólo como el que pasa
las hojas del diario y lee los titulares
porque el resto no importa o, si importa, se sabe.

Como todos los niños, fui niño. Como todos
los jóvenes, fui joven: es decir, algo bobo.
Me apunté voluntario a bailar con la fea
y hasta llegué a sacarle su jugo a la tristeza.
Como todos, un día descubrí que este mundo
lo estaban decorando sin contar con mi gusto.
Y lo que fue una historia feliz, una mañana,
casi sin darme cuenta, desembocó en un drama.
Sólo el amor podía devolverle a la tarde
el esplendor perdido y su frescura al aire.
Sólo el amor podía devolverme de nuevo
el placer de estar vivo y la emoción del juego.

Luego entré en una nube de la que me ha costado
salir. Pero he salido, aunque un tanto quemado.
Mi ilusión no es la misma. No diré que soy viejo
porque, a mi edad, cualquiera pensaría que miento.

 

 

 

 

TANKAS

I. DEL TIEMPO

Todo lo da.
Como el mejor amigo,
todo lo ofrece.
Hasta que se convierte
un día en tu enemigo.

 

 

II. DE LA CLARIDAD

La claridad
se agradece y se aprecia
como un tesoro,
cuando se ha visto turbio
y oscuro tantas veces.

 

 

 

 

LA NOVELA DE UN LITERATO

Pude haber puesto
mis ilusiones,
para evitarme
complicaciones,

en otras metas
más inmediatas
y, sobre todo,
mucho más prácticas.

Pero había algo
que me atraía
—supe más tarde
que era poesía—

en las palabras
de aquellos hombres
de oscura vida
y claro nombre.

Sólo quería
ser como ellos,
pasar sus hambres,
sentir sus miedos.

Vivir, en suma,
en carne propia
sus emociones
y sus historias.

Dispuesto a todo,
bajé al infierno,
a mi inocencia
le puse cuernos.

Reté a la vida
para que fuera
dura conmigo
y me curtiera.

En esto, al menos,
fue generosa
la vida: palos
me dio de sobra.

 

 

 

 

LA POESÍA

Llega —y quién se resiste—
ofreciéndote un mundo,
y tú le abres la puerta.
Y empiezas a ser suyo.

Se va haciendo la dueña
de la casa. Te impone
sus locas exigencias,
sus duras condiciones.

Le entregas los mejores
años, y te lo paga
con monedas que incluso
los mendigos rechazan.

Y, sin embargo, sabes
que si en el fondo tiene
algún valor tu vida,
en parte, se lo debes.

 

 

 

Salvago, Javier. Variaciones y reincidencias (Poesía 1977-1997). Sevilla; Ed. Renacimiento, 1997.

 

MATERIALES PARA CONSTRUIR POEMAS QUE CUALQUIERA TIRARÍA A LA BASURA

 

 

 

Bono, Isabel. Cahier. Tenerife; Ed. Baile del Sol, 2014.

 

LGC3 – JOSÉ SANTIAGO PÉREZ OLIVARES

 

NUNCA LE PONGAS FRANCISCO A TU HIJO

Nunca le pongas Francisco a tu hijo,
ponle mejor Radamés o Rafael, Modesto o Isidoro.
Si es alegre, llámalo Juan. Si triste, Domingo. Si justiciero, Gonzalo.
Ponle el nombre que quieras, el que primero escojas, menos ése.
Tuve un tío que se llamaba así y acabó ciego.
Un bisabuelo que hizo la guerra
y hoy no se sabe dónde reposan sus huesos.
Y es porque nadie, de manera impune, puede llamarse de ese modo.
Ni se puede tocar a una puerta y preguntar: «¿es aquí donde vive Francisco?»
Hay nombres que están llenos de misterio, otros, de amables incongruencias.
Si yo me llamara Francisco, llevaría conmigo una pistola
Y de noche, sin que nadie lo supiera, abriría y cerraría puertas
como quien abre y cierra los portones del infierno.
Si digo Francisco, sé que ustedes, amigos míos,
evocarán de inmediato muchos rostros:
el de un poeta, el de un pintor, el de un sacerdote.
Es un buen nombre para todos ellos.
Pero jamás se lo pongas a tu hijo.
Escoge para él uno tan anodino como Benjamín.
Y dile: «Benjamín, ya está lista la cena».
O ponle el del bienamado Jesús.
No el de los panes ni peces,
sino aquél que expulsó a latigazos a los mercaderes.
Pero evita llamarlo Francisco,
nombre de sedientos generales y obscenos dictadores.
Nombre escrito con rabia y con desdén
en los altos túmulos del tiempo.

 

EPIGRAMAS

Comenzábamos el mes con la noticia de la muerte de Ernesto Cardenal. Hoy dejo aquí algunos poemas de uno de sus primeros libros: ‘Epigramas’, poemas de amor y odio, como él mismo ha dicho.

 

 

De estos cines, Claudia, de estas fiestas,
de estas carreras de caballos,
no quedará nada para la posteridad
sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia (si acaso)
y el nombre de Claudia que yo puse en estos versos
y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos
del olvido, y los incluyo también en mis versos
para ridiculizarlos.

 

 

 

 

Muchachas que algún día leáis emocionadas estos versos
y soñéis con un poeta:
sabed que yo los hice para una como vosotras
y que fue en vano.

 

 

 

 

Ésta será mi venganza:
Que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas.

 

 

 

 

Me contaron que estabas enamorada de otro
y entonces me fui a mi cuarto
y escribí este artículo contra el Gobierno
por el que estoy preso.

 

 

 

 

Tú has trabajado veinte años
para reunir veinte millones de pesos,
pero nosotros daríamos veinte millones de pesos
para no trabajar como tú has trabajado.

 

 

 

 

De pronto suena en la noche una sirena
de alarma, larga, larga,
el aullido lúgubre de la sirena
de incendio o de la ambulancia blanca de la muerte,
como el grito de la cegua en la noche,
que se acerca y se acerca sobre las calles
y las casas y sube, sube, y baja
y crece, crece, baja y se aleja
creciendo y bajando. No es incendio ni muerte:
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEs Somoza que pasa.

 

 

 

 

Si tú estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie más
y si no estás en Nueva York
en Nueva York no hay nadie.

 

 

 

 

Recuerda tantas muchachas bellas que han existido:
todas las bellezas de Troya, y las de Acaya,
y las de Tebas, y de la Roma de Propercio.
Y muchas de ellas dejaron pasar el amor,
y murieron, y hace siglos que no existen.
Tú que eres bella ahora en las calles de Managua,
un día serás como ellas de un tiempo lejano,
cuando las gasolineras sean ruinas románticas.

¡Acuérdate de las bellezas de las calles de Troya!

 

 

 

 

Nuestros poemas no se pueden publicar todavía.
Circulan de mano en mano, manuscritos,
o copiados en mimeógrafo. Pero un día
se olvidará el nombre del dictador
contra el que fueron escritos,
y seguirán siendo leídos.

 

 

 

 

Uno se despierta con cañonazos
en la mañana llena de aviones.
Pareciera que fuera revolución:
pero es el cumpleaños del tirano.

 

 

 

 

Suena como una música la lluvia
afuera en los charcos del patio
y las sábanas están frescas
pero tú no estás en mi cama.

 

 

 

 

Viniste a visitarme en sueños
pero el vacío que dejaste cuando te fuiste
fue realidad.

 

 

 

 

La persona más próxima a mí
eres tú, a la que sin embargo
no veo desde hace tanto tiempo
más que en sueños.

 

 

 

 

¿Has oído gritar de noche al oso-caballo
xxxxxxxxxxoo-oo-oo-oo
o al coyote-solo en la noche de luna
xxxxxxxxxxuuuuuuuuuuuuuuuú?
Pues eso mismo son estos versos.

 

 

 

Cardenal, Ernesto. Epigramas. Madrid; Ed. Trotta, 2001.

 

EL PARAÍSO PERDIDO

 

 

 

Bono, Isabel. Cahier. Tenerife; Ed. Baile del Sol, 2014.

 

YACIENDO EN LA LOBA

 

YACIENDO EN LA LOBA

Caperucita
La noche de niebla
En que te leí
Tu cuento

Aquella luna que fuimos
Pasando una a una
Las sábanas sobre
Tu pecho

Te arrojaste
A mis fauces
Como si tú y no yo
Fueses la Bestia

Me mordiste
Me arañaste
Me azotaste
A tu antojo

Me jodiste como
Sólo sabe joder
Una animal
Loca

Ahora desde ese día
Soy yo todo hambre
Descosido quien aúlla
Por ti dentro de ti

Dispuesto a devorar
A todos mis rivales
En el umbral rojo
Y negro de

Tu coño

 

 

 

Abeleira, Xoán. Animales animales. Madrid; Bartleby editores, 2009.

 

YA ES PRIMAVERA

 

Pues eso.

 

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CHAMPAGNE

 

Ella bebe champán y yo bebo whisky. El champán se bebe cuando no hace falta beber, sólo por lucir la mano dentro de un líquido, por beberse la propia mano, mientras que el whisky lo bebemos los hombres solitarios porque «es la sangre de los cobardes» y Bukowski no está aquí para mear en la nuca a todo este personal elegante que viene en busca de mi ingenio porque Sisita no me ama.
xxxEs malo que una mujer no te ame, pero hay algo peor: que te quiera como a un buen amigo. De modo que prefiero recordar nuestra juventud, cuando todos éramos más cínicos y ellas más folladoras, porque creían que la neogynona limpiaba los pecados. (…)
xxx—Seamos innobles en la zona noble —digo, y consigo que la gente se suelte un poco, la noche entre en nosotros como una droga y Madrid parezca la ciudad/acorazado que no es, aunque veo bahías de luz por todas partes y blancos yates amurados, balanceándose en el cielo como si fueran el Palace y el Ritz.

 

 

 

Umbral, Francisco. Un ser de lejanías. Barcelona; Ed. Planeta, 2001.

 

ELOGIO DEL CRÁTER

 

ELOGIO DEL CRÁTER

I

La marea que esparce el volcán
Vuelve la tierra más fértil

Y yo
Tomo todo lo que me das

Permanezco avisado
A la orilla de este cráter
A la espera de la alianza
O de una nueva erupción

Y como todo lo que me das
Sin cuestionar su origen

Igual tu lava hermana mía que toda su ceniza

 

 

II

Ojo del cráter

Quien mira en él se mira
Más allá de él

Labios del cráter

Quien los lame por siempre lame
El nudo de su sed

 

 

 

Abeleira, Xoán. Animales animales. Madrid; Bartleby editores, 2009.

 

EL PROBLEMA ES MUY SIMPLE

 

(…) El problema es muy simple: hay un exceso de información absolutamente vacía de contenidos, y una alarmante falta de conocimiento. Comida rápida, polvos rápidos, noticias rápidas, muertes rápidas. ¿Sabéis cómo llama Gore Vidal a los Estados Unidos de América? «Los Estados Unidos de Amnesia». Pues eso es aplicable al mundo entero. Por lo menos, al supuestamente civilizado. Dos patadas en el culo, y a otra cosa. No se trata de que la gente ya no recuerde la última guerra. Se trata de que a la hora de comer ya no recuerdan a los muertos que les pusieron en el plato a la hora de desayunar. Totalmente insensibles. Pedazos de látex con dos ojos, una boca y un culo. Y el cerebro, prestado, envenenado, regurgitado. Somos una raza de antropófagos emocionales. De vampiros. Nos vampirizamos unos a otros porque no soportamos vernos nuestra propia cara en el espejo, revolvernos en nuestras propias heces. Siempre son más reconfortantes las del vecino. ¿Un hatajo de borrachos? ¿De politoxicómanos? Sí, ¿y qué? Todo el mundo está enganchado de algo, y la sociedad entera, esquizofrénica paranoide. ¿Con qué derecho juzga nadie nada? ¿Por qué cojones no es posible divertirse un poco en medio del infierno…?

 

 

 

Wolfe, Roger. Quién no necesita algo en que apoyarse. Alicante; Ed. Aguaclara, 1993.

 

EN LA PERFECTA EDAD

 

INVOCACIÓN

¿Y fue por estas calles, por las que ahora camino,
donde estuve tan cerca ayer del paraíso?

Vivía, sin saberlo, el mito de la Arcadia:
esa región que queda al este de la infancia.

Tal vez las mismas calles que me enseñaron luego
lo que la vida tiene de agencia del infierno.

 

 

 

 

LA TERCERA ESTACIÓN

Algo, además del tiempo,
parece estar cambiando.
No es sólo que se anuncie
la lluvia en los tejados,

ni que Chopin consiga
devolvernos el gusto
por la melancolía
gris y por los nocturnos.

O simplemente es eso:
que se acaba el verano
y nos van exigiendo
otra actitud los años.

Quizás llegó el momento
de enterrar a la reina,
de aprender a moverse
y hablar de otra manera.

 

 

 

 

LEY DE VIDA

Cada día te aburre un poco más la juerga.
Se va volviendo cómoda tu vida, y tú con ella.
El placer, la aventura, el amor y la guerra
son historias que entiendes ahora de otra manera.
A las grandes palabras, prefieres la modesta
charla con un amigo, sustancial y concreta.
Más que el olor a basca, el olor a merienda
para dos (o, a lo sumo, para tres), la discreta
fantasía de una tarde otoñal… Las primeras
canciones de The Beatles y el rock de aquella época
en que el mundo empezaba a cambiar, te despiertan,
sin rencor, del recuerdo confusas experiencias.
Todo lo que has vivido te advierte y te revela
justo que estás cruzando la invisible frontera
— donde el tiempo se vuelve de espaldas y comienza
la cuenta atrás— de un reino de previstas sorpresas.

 

 

 

 

LA CULPA ES DE ESTE OFICIO

La culpa es de este oficio. De tanto darle vueltas
a todo, todo acaba perdiendo consistencia.

Tanto jugar con fuego, que el jugador se quema
y nada importa nada si no ofrece un buen tema.

Juro que algunas noches me habría muerto, sin pena,
de poderlo contar después en un poema.

 

 

 

 

TOCATA Y FUGA

Ahora que todos quieren
pasar por elegantes y exquisitos
—es curiosa esta fauna—,
el Parnaso casi parece el Limbo.

 

 

 

 

EJERCICIO DE RETÓRICA

Con humillados ojos de impotencia
vas descubriendo tus limitaciones
de artista y hombre que medita y busca
y que no encuentra nada más que atajos,
que no llevan al centro de la vida
ni conducen al corazón del arte.

Puede que no estés hecho para el arte
ni para el buen vivir. Que la impotencia
consiga arruinarte al fin la vida
y que cogido en tus limitaciones,
de traspiés en traspiés, por los atajos
sigas desengañado de la busca.

Pero intenta creer que halla quien busca
y que nadie nació dueño del arte.
Que todos se perdieron por atajos
y por turbios pantanos de impotencia,
mientras negaron sus limitaciones
culpando de sus fallos a la vida.

Intenta ver que existe algo en la vida
que justifica de por sí la busca
y que, a pesar de tus limitaciones,
puedes tocar de alguna forma el arte.
Un hombre que se enfrenta a su impotencia
sabrá dejar un día los atajos.

No te tiente seguir por los atajos
marginado y huyendo de la vida,
ni quieras refugiarte en la impotencia
pensando que es inútil toda busca.
Todos los que lograron vida y arte
hombres eran con sus limitaciones.

¿Y han de llevarte tus limitaciones
eternamente a ti por los atajos?
¿No has de lograr que alguna vez el arte
te muestre su secreto? Si la vida
insiste en que sigamos tras su busca,
larga es la noche y débil la impotencia.

En tu impotencia y tus limitaciones
tu fuerza busca: deja los atajos.
Exprime vida y hallarás arte.

 

 

 

 

VARIACIONES SOBRE UN TEMA DE MANUEL MACHADO

El médico me manda no escribir más. Al menos,
me pide que no ponga sobre la llaga el dedo,
que deje de arañarme por dentro como un gato
y, de escribir, que escriba con menos entusiasmo,
que me ande por las ramas —mejor, que fantasee
lo mismo que hacen otros—, que llene las paredes
de tapices, el suelo de mullidas alfombras
y dedique a Venecia y a Pisa algunas odas.
En suma, que no saque mis trapos a la calle
—si por trapos se entienden ciertas intimidades—
y que aprenda a ser pulcro, discreto y decadente
como algunos colegas bastante transigentes.
Total, para que el sueño me otorgue sus blanduras,
imitaré a la grey que aspira a ser oscura.
En un curso intensivo, me aprenderé los nombres
de cuantas telas haya y de todas las flores.
Celebraré los fastos, la gloria, la grandeza
de alguna corte antigua —mejor de ser siniestra—
y afinaré las cuerdas de mi rudo instrumento
para que en adelante suene a Renacimiento.
Si por alguna causa se me agotara el tema
siempre habrá alguna moda, liviana y pasajera,
algo que nos devuelva el sabor del pasado
o su olor, cuando menos, discretamente rancio.
Así que por la paz de un reposo perfecto
—con tal de que no deje testimonio del tiempo
que me tocó vivir—, todo vale. De acuerdo.

 

 

 

Salvago, Javier. Variaciones y reincidencias (Poesía 1977-1997). Sevilla; Ed. Renacimiento, 1997.

 

W

marzo 15, 2020 1 comentario

 

KHALED

no hace falta que te empeñes en mirar al norte
o a océanos que por tamaño barren las atmósferas
aunque intentes mirar para otro lado
o mirarte el ombligo
no será tan sumamente fácil
como dejarte sumir en el origen de tu pelo
el mediterráneo
es un gran edredón
y una raza de marismas
pero sobre todo
es una única
y antigua
canción.

 

 

 

 

LAS NOCHES QUE FUIMOS

con quince años —o más— todo era precipitadamente rápido
beberte una litrona o un calibache
y cruzar la tarde en modo hiperespacio
con una ansiedad desmedida por cazar esquinas

con veintipocos —o menos— la cosa era tremendamente divertida
una puta locura sin pies ni cabeza
había pirómanos y asesinos en serie
una ruleta punk de movimiento espasmódico
y una eternidad ganada en cada risa

a partir de los veinticinco
«el sueño de ella» ya había plenamente trascendido
a la categoría «existencia de ella»
todo parecía programado por un vendedor
de ampollas puesto de cristales
y teníamos todo un garaje que convertir en leyenda
también teníamos la bomba, áticos microflorados,
budapest, roma y cadaqués
e incluso algunos se hicieron líderes de sectas siamésicas

todo estaba bajo control

y entonces entramos en la treintena
la cosa aparentaba pararse
aunque seguíamos teniendo al espumón y sus primogénitos
soportábamos las críticas de nuestros jóvenes
y la aquiescencia de nuestros mayores
en el fondo nos temíamos lo peor
una silla de ruedas en lo alto de una escalera
y vivir a través de nuestras hijas

y en ese momento ocurrió
uno dijo: —somos poderosos
y otro: —bailas como hace 10 años
de repente volvíamos a andar por las paredes
volvíamos a metabolizar el tequila en testosterona
y volvíamos a cantar himnos entre fuego y tromba

la luna
quedó
en
pausa
aunque
la máquina de tabaco
se salvó
por
un
pelo

también recibimos de lo lindo
sufrimos crisis morales en centésimas de aliento
y vimos que la tundra ya nunca volverá a ser lo que era

pero tan solo el paseo a trompicones
de vuelta a casa
en el resplandor incipiente del nuevo día
ya mereció la pena

un largo
y eterno
y hermoso
y borroso
y tranquilo
camino
de
vuelta

 

 

 

 

CALMA CHICHA

La auténtica rendición de lo natural
xxxxxque anda débil y drogado con la kriptonita de la entropía

cuando cielo y mar se confunden
y el tedio solo es una antesala de la quietud definitiva

 

 

 

 

DECLARACIÓN UNILATERAL DE INDEPENDENCIA

Aquí reunidos:

De esta parte, el mar océano de mediados de octubre
xxxxxxxxlastimosamente en calma para la ocasión
y el cielo tejido con costuras de ozono e imposibles quimioestelas
xxxxxxxxpermanente azul cambio climático

De la otra,
xxxxxxxxeste ser que huye en círculos
xxxxxxxxy roza la maravilla para caer en el lodo

Al fondo detrás por todos lados allí
xxxxxxxxel ruido el grito la bandera todos los otros seres
xxxxxxxxdesnaturalizados
los descendientes de una semilla tarada regada con ignorancia
xxxxxxxxlos malos fornicadores negacionistas
xxxxxxxxconsumidores de odio
tulpas siniestros que levantan muros y enmohecen el mundo

ejem

En estos momentos de extrema ligereza gravitacional
los pensamientos y los actos van de la mano
por el camposanto
la religión de la ola es incluso perseguida
y hasta los puros & honrados & hermosos ven el amor
como un problema

Por estos motivos
Por estos delitos lacerantes que se repiten con impunidad
Nos vemos obligados a cortar el disco y frenar la rumba

Declaramos unilateralmente nuestra independencia
xxxxxxxxindependencia para defender el rubor
xxxxxxxxindependencia para observar el reflejo de la sonrisa
xxxxxxxxen el ojo ajeno
xxxxxxxxindependencia para volver a ser salvajes
xxxxxxxxcazar los ñúes que la vida esconde donde nadie mira
xxxxxxxxy rayar ufanos las noches estrellas siluros amebas

xxxxxxxxel reino animal
xxxxxxxxlas algas y los hongos
xxxxxxxxla torpeza y el edredón

Declaramos unilateralmente nuestra independencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy luego

la suspendemos de forma indefinida hasta que alguien se caiga.

 

 

 

Berner, Lujo. W. Murcia; Boria ediciones, 2019.

 

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ESA CHICA SE HA ENAMORADO DE TI

 

PRÓLOGO

Le he contado mi vida,
le he jurado mil veces
que me espera el fracaso
en más de siete frentes.

Que, por alguna causa,
mantengo con la gente
una discreta guerra.
Y dice que me quiere.

Puede que no sea ciego
el amor, pero es sordo.
(Al menos, éste).

 

 

 

 

UNO

Nos sorprendía el alba con los ojos abiertos,
después de haber dejado que hablaran nuestros cuerpos

—sin entenderse a veces, porque a veces consigo
complicarme la vida sin causa ni sentido—.

Cómo explicarle a nadie ciertas intimidades:
esa extraña manera de amar, que tú ya sabes.

 

 

 

 

DOS

Es curiosa la vida. Hace sólo unos meses
no sabía de ti ni que existías.
Ahora quién niega que te he visto siempre.

Es curiosa la vida. La exprimes, te la bebes
y cuando piensas que ya estás de vuelta
de casi todo, llega y te sorprende.

 

 

 

 

TRES

Me recosté en tu cuerpo, mientras tú preparabas
la comida. El contacto de tu piel bronceada

me despertó los tigres, dormidos un momento,
y sentí que sus uñas me arañaban por dentro.

Aunque era mediodía, nos fuimos a la cama.
Luego la casa olía a lentejas pegadas.

 

 

 

 

CINCO

Alguna vez me has dicho: «Soy como un libro abierto».
Perdona si no logro todavía
descifrar ciertas páginas del texto.

Perdona si traduzco mal o si me equivoco.
Avísame si no te va mi marcha,
si hay que frenar o acelerar a fondo.

 

 

 

 

SIETE

Desde que te marchaste no consigo que vuelva
a reír el naranjo, en cuyas ramas
ponías a secar mínimas prendas.

Pálidas las paredes del salón, aún se acuerdan
de otras tardes, de ti, de otras mañanas,
de otras noches más allá de la regla.

Desde que te marchaste se ha quedado de piedra
esta casa de campo, donde fuimos,
sin pretenderlo, escándalo de viejas.

 

 

 

 

DIEZ

Enciendo un cigarrillo.
La casa está serena.
Se ilumina el recuerdo
y revivo esa escena

cálida, en la que estamos
tú y yo, sobre la cama,
despiertos y abrazados.
Interior. Madrugada.

El campo sigue fuera
más oscuro y más vivo
quizás. Es la primera
vez que te has atrevido

a decirme te quiero.
Y aunque finja que paso,
detrás de mi silencio,
te miro emocionado.

 

 

 

 

ONCE

¿Qué tienes tú que otras, antes, no hayan tenido?
Sé que no eres más guapa que Bodil. Me imagino

que tampoco le ganas a ninguna en destreza
para amar. Sin embargo, es tu turno y tú cuentas.

Ni siquiera eres rica. Será que me has cogido
con la guardia muy baja y aún estoy sorprendido.

 

 

 

 

DOCE

Serán los nueve años que te llevo de vida
la secreta razón por la que a veces,
entre nosotros, todo se complica.

Yo andaba ya de vuelta por algunas esquinas
cuando tú todavía te peinabas,
para ir al cole, al clarear el día.

Serán los nueve años de vida que te llevo
la secreta razón por la que a veces
nos arañamos con rabia por dentro.

 

 

 

 

TRECE

Me ha picado esta noche
la mosca de los celos en la oreja
y quisiera saber si estás en casa
o con otro, corriéndote una juerga.

Aunque andes de puntillas,
se despierta la fiera
y uno que es liberal y no le importa
lo que hagan con la vida, si es la ajena,

se vuelve suspicaz, mezquino, espía,
ve visiones, se amarga y se atormenta.
Es el amor que pasa.
Pues que llame a otra puerta.

 

 

 

 

EPÍLOGO

Cómo podría odiarte… Entre otras muchas cosas,
me has devuelto, en mi estado, alguna tarde
el gusto por la vida y por la alcoba.

Aunque mañana cambies, o cambie yo, te debo
una noche sin duda inolvidable,
diez días de incertidumbre y estos versos.

 

 

 

Salvago, Javier. Variaciones y reincidencias (Poesía 1977-1997). Sevilla; Ed. Renacimiento, 1997.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (C)

 

Acaba de llegar a casa el libro que pueden ver en la imagen: ‘No volverás a hablar nuestro idioma’, de Cristina Morano, publicado por la editorial La estética del fracaso.

Se dan muchas casualidades al mismo tiempo: que es el regalo número 100 (en cuanto a música o literatura) que recibo desde que abrí el blog -no podía ser otro libro el que llegara con esta cifra redonda-, que el regalo es más que un regalo y que la amiga es más que una amiga.

Sé, como ha sucedido siempre, que el libro de Cristina me arrasará, pero también sé que poéticamente está a una altura que muchos envidian. De aquí a nada les cuento.

 

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