Inicio > Poesía > TRES POEMAS DE LA PRIMERA SECCIÓN DE ‘SPAM’, DE ÁLVARO BELLIDO

TRES POEMAS DE LA PRIMERA SECCIÓN DE ‘SPAM’, DE ÁLVARO BELLIDO

Spam. Un bombardeo

Recibe periódicamente
[todo lo periódicamente
que se le debe entender
al servicio postal del ejército]
carta de Gweno.
Por el contrario, sin regularidad,
podría decirse que casi por sorpresa,
un voluminoso paquete
llega a su atención.

Y siempre el mismo ritual:
lo desenvuelve encima del catre
y [Spam] van cayendo,
[Spam] una a una, latas
[Spam] de carne especiada
[Spam] [Spam] [Spam]
acompañadas del manuscrito,
a veces de su padre, otras de Gweno,
siempre con amor.

El teniente Lewis observa su camastro,
hecho de forma impecable.
Es aterrador:
[Spam] el contenido del paquete
[Spam] en perfecto desorden
[Spam] sobre la manta.
[Spam] [Spam] [Spam].
La alegoría de un bombardeo
en su propio colchón.

Noche en Coonoor

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCoonoor, India, verano de 1943

A la guerra se llega como al amor,
con más miedos y estupor que certezas,
con incertidumbres entre los dedos,
ausencias, fantasmas, destrozos.

La noche cuelga un ramillete de temores
que se mece con el aire, junto a la ventana.

Lewis es esa sombra que se asoma
para ahogarse aún más en la humedad sórdida
de un julio que jamás ha debido llegar.

Ya no sabe a quién le tiene más miedo:
si a sus propios principios
o al inventario de aciagos finales
que la guerra expone ante él.

Volver a Irlanda y a su esposa,
donde todo seguirá vacío
y sobre las heridas de antes
se habrán instalado ya las nuevas
—a pesar de un figurado armisticio—
y las bombas nunca dejarán de sonar,
a lo lejos,xxxxxxxxxxxxal fondo.

O que todo acabe aquí mismo,
en este paraíso en horas bajas,
en un instante eterno de sal y espejos,
tras una deflagración que invoque
un aullido salvaje, un tenue olor a pólvora,
la explosión de la que todo proviene
y con la que todo habrá de terminar.

De cualquier modo, el desenlace será trágico.
Nada bueno puede resultar de tantos infiernos.
Nada bello nace del estómago de una granada.

Lluvia y charcos

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAlgún lugar cerca de Poona, India, primavera de 1943

Durante el mes de marzo la lluvia no ha dado tregua
y el sonido del agua en los campos de té
suena a incendio y bombardeo, a metralla y cuenta atrás.

Un soldado observa su reflejo en un charco y descubre
que ya nunca es él quien le devuelve la mirada desde
abajo:
los ojos reflejados en los charcos parecen siempre ojos
de gente muerta.
La gente muerta reflejada en los charcos parece bailar al
son de las bombas.

Odiar el lugar donde vas a morir es algo natural
cuando estás solo y hace frío y tienes los pies mojados.

Ni los japos ni la lluvia han dado tregua
y en el fragor de esta guerra uno a prende a desdoblarse,
a distinguir la batalla de la belleza, el paraíso entre tanto
infierno.

Después de estos meses de humedad y metralla,
uno desarrolla la habilidad para ser,
simultáneamente, herida y cicatriz,
hoguera y cenizas, poema y silencio.

.

.

.

.

.

.

.

.

Sobre todo, silencio.

Bellido, Álvaro. Spam. Murcia; Ed. Boria, 2023.

Categorías: Poesía Etiquetas: , ,
  1. No hay comentarios aún.
  1. febrero 8, 2024 a las 7:11 am

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.