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MOVILIDAD EXTERIOR

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MOVILIDAD EXTERIOR

En la sesión plenaria de los martes
la señora Ministra se encarama
al estrado, con su traje de chaqueta,
dejando en el escaño un portafolios
y un bolso de Chanel. Como es debido
saluda al Presidente y se dirige
en discurso leído a sus colegas,
y con gran desparpajo
acuña en un momento dado el término:
movilidad exterior.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSu puta madre.

 

 

 

 

REY

Ahora vuelves
a la que nunca dejó de ser tu casa
—la llamabas así, recuérdalo,
voy a comer a casa, me decías—,
pero entonces regresas
y tu cuerpo es extraño en una cama
de noventa, con sábanas que huelen
a adolescencia, con la ventana triste
por la que ves las bragas color carne
de la vecina en el patio de luces
tan oscuro, y hoy todo te molesta,
te molestan los gritos de tu madre
y el ruido de la tele, la cisterna
con su goteo atávico,
el gotelé amarillo y la cenefa
de frutas y pucheros, los ronquidos
en el insomnio negro en que te ensañas,
y te dices me tengo que marchar.

Marchar a dónde, rey.

Qué hueco tan profundo
tener que irse y no saber a dónde.

 

 

 

 

RADIO

Tal vez no ira, pero algo parecido,
una concentración de odio prehistórico,
la bilis de un dragón, la sangre enferma
de mil generaciones de paganos,
una explosión atómica en el vientre
oyendo las noticias.

 

 

 

 

DÍAS ROJOS

Qué humillación abrir cada mañana
los ojos, y no hallar
más que el mismo almanaque en la cocina
lleno de días rojos, y tu madre
que ya no te sostiene la mirada.

 

 

 

 

LOS PERROS

Ahora no tienes más ya
que la sombra del hueco de tu mano,
y tus días son tiempo,
y el pasado no existe,
y el futuro tiene el color exacto
del fondo de los ojos de los muertos.

Has de marcharte ya. Tienes la puerta
como equis en los mapas,
y tus conversaciones se llenan de maletas.

Has de marcharte ya, pero no lo haces:
huelen los perros tu miedo a partir.

 

 

 

 

MOEBIUS

Ves circular maletas con los ojos cansados
y temes haber perdido la tuya,
pero no, esa es,
la que desborda títulos, y tiene
el color del fracaso y las noches en vela.

 

 

 

 

DEUTSCHLAND ÜBER ALLES

Alemania desfila
a ciento treinta y cinco kilómetros por hora
al otro lado de la ventanilla.

Yo conduzco, tú callas a mi lado.

Montículos de nieve endurecida
se van quedando atrás de forma sincopada,
con ritmo subrayado
por el diapasón del limpiaparabrisas.

Al helarse, la nieve se encoge y se comprime.

El corazón se hiela también, también se encoge
en esta carretera tan moderna
que no limita la velocidad
de nuestra huida a lo desconocido.

 

 

 

 

C.V.

Lo prudente sería
enviar formularios, apuntarse a academias,
tener un cierto colchón económico,
buscar lazos de afecto —conocidos
de amigos de amigos de conocidos—,
una casa con alquiler barato,
un entorno no hostil.

Estamos condenados
a una audacia rayana al despropósito.

 

 

 

 

DIÓGENES

Dame un libro y un sitio donde huela
a tu sexo. No necesito
más.

 

 

 

 

LE PARADISE

Extrañeza de sentirse a un tiempo
expulsado y querido.
También tenemos ocasión de reírnos
aquí fuera, aunque el llanto
nos crezca de las manos como dos hormigueros,
corales a la vez fecundos y dañinos,
con su sabor a sangre
y su dulzor.
Esta vez el paraíso son los otros
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpaíses.

 

 

 

 

PERSPECTIVA AÉREA

En verano volvemos.  Todavía
están los padres y están los abuelos,
y los amigos nos echan de menos,
reconocemos al llegar olores
y entendemos aún
cada conversación y cada broma,
recuperamos hábitos
que nunca hemos perdido, están bien instalados
en nuestro subconsciente, no se olvidan,
pero al otro verano
nos extrañamos cuando alguien dice algo
arrancado al slogan de un anuncio, o se cita
a una nueva famosa de la tele,
y las zonas de sombra van creciendo,
mueren nuestros abuelos, nuestros padres
se van volviendo ancianos, los amigos
tienen nuevos amigos, nuestros hijos
confunden a sus primos, a los que no ven nunca,
y un verano
no encontramos fecha en la que venir
entre los campamentos y el trabajo,
la invitación a una boda en Bruselas
y otras inmediateces, y ese aire
que nos separa tiñe todo de azul
a lo lejos,
volver ya no es volver,
es sólo ir.

 

 

 

Mazarío, Carlos. Movilidad exterior. Albacete; Asociación Cultural Fractal, 2016.

 

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