ALGUNOS POEMAS DE ‘EL MIRADOR’, DE PELAYO FUEYO

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MARINA

En el cuadro hay un hombre que, desde un malecón,
contempla el horizonte, por el que cruza un barco.
El hombre que yo hubiera deseado haber sido
mira desde ese barco hacia ese malecón,
sin ser representado, sin poder ver a nadie
más que a mí contemplando el cuadro que lo ignora.

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RELOJ DE ARENA

Caerán los minutos de arena en el reloj:
oro viejo en la tarde de fetiches caseros
que ha limado el silencio con su eterna vigilia.
Pero, ¿no habrá una mano que invierta la montaña
de arena, cuando llegue el silencio nocturno?
¿Es que no habrá desgaste en los sueños antiguos?
¿O quedará parado el reloj si la arena
se ha mojado al pasar por el sueño en que un niño
construía en la playa un castillo sin época?

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EL MIRADOR

Miro por la ventana, y mis ojos se fijan
donde el niño que he sido centraba su nostalgia,
y, mirando, la siento por ese mismo niño:
soy la misma emoción, disfrazada de tiempo,
por el mismo paisaje, que envejece de mí,
pues contiene el secreto que causó la nostalgia,
y allí es donde se ensucian las manos del olvido.

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EN EL ÁLBUM DE FOTOS

Observas lo inmutables que son los escenarios
al paso de los rostros que tuvo tu niñez,
y crees que la clave está en superponerlos
como naipes traslúcidos que desvelen tu forma,
para cerrar el álbum que sólo tú podrías
contemplar con la mueca que ofrecen los fantasmas.

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EX LIBRIS

De mi infancia, ese trébol de cuatro hojas roto
en un libro que nunca he querido leer.

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LA ROSA NEGRA

Yo fui un niño encantado por una rosa roja
que se fue marchitando en las manos de un joven.
Algunas noches sueño que aspiro su perfume,
y, al despertarme, lloro sobre la rosa negra
que, para mi consuelo, brotó de sus cenizas.

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EL ANTAGONISTA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(De otra manera, Macbeth)

Yo sé que todo espejo es una puerta falsa
que da acceso a la cámara de aquel que más odiamos.
El crimen se ha cumplido. Mientras ríe mi esposa,
me emborracho bebiendo la hiel de mi enemigo.

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Fueyo, Pelayo. El mirador. Oviedo; Ed. Llibros del pexe, 1992.

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