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DESPUÉS DEL RECITAL DE HOMENAJE A JUAN LUIS LÓPEZ PRECIOSO

diciembre 13, 2019 Deja un comentario

Anoche fue magnífico escuchar en la voz de algunos de los que coincidieron con él a lo largo de su vida, todas las maneras en que Juan Luis López Precioso se fue dando a conocer.

Entre otros, estuvimos leyendo sus poemas Isabelle García Molina, Cristina Morano, Soren Peñalver, Juana J. Marín Saura, Sebastián Mondéjar, Pascual García o un servidor.
Aquí algunas fotos del evento.

 

 

 

 

 

 

LA PIEL PROFUNDA

 

EL POETA

[Variación sobre un tema de Hesse]

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Eloy Sánchez Rosillo

xxxxxI

[La ventana]

Los héroes, los que portan las antorchas,
los favoritos, nunca me agradaron.
Son demasiado hermosos, demasiado
vacíos, demasiado patéticos.
Un poeta no es una luminaria
ni porta antorcha alguna; es, a lo sumo,
una ventana cuyo mérito
reside sólo en eso, en ser ventana
que no estorba a la luz.
Lo que le impulsa y guía
no puede ser orgullo
ni esforzada humildad,
sino amor a la luz únicamente.

 

 

xxxxxII

[Florecillas]

Lo que hace el poeta
carece de valor,
pero es más inocente,
deseable e inofensivo que lo que hace
la mayoría de los hombres.
Ha escrito versos,
ha enlazado palabras,
pero no ha disparado,
ni destruido,
ni fabricado armas…
Quien escribe poemas en un mundo
que mañana tal vez se haya extinguido
hace lo mismo que las florecillas
que en este instante crecen en los campos:
formar sus tallos y hojas con esmero,
sus cálices de cuatro o cinco pétalos
lo más bellos y exactos que se pueda.

 

 

 

 

AMIGOS

Transcurrís en mi vida
como sendas fluviales,
como estrellas brilláis
indicándome el rumbo,
sacándome de mí,
de mi tendencia a ir contracorriente;
creándome en vosotros,
creyéndome en vosotros,
siguiendo en vuestros cauces
mi razón de existir,
siendo quien quiero ser
bajo vuestra influencia.
Sacadme de mí, amigos,
que me dejo llevar y es un descanso.

 

 

 

 

PÁJARO SOLITARIO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Ginés Aniorte

Siempre hay un pájaro
cantando en una rama
que nadie escucha.

 

 

 

 

DE CAMINO

Todo el cielo en mis ojos.
Todo el mundo en mi oído.
Y la palabra piedra
pronunciando mis pasos.

 

 

 

 

VAL DI COMINO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Carlos Vitale y José Antonio Martínez Muñoz

¡Cuánto silencio!
Pero escucha el paisaje…
¡Cómo respira!

 

 

 

 

MOON RIVER

Media luna en el balcón.
¿Dónde estará la otra media?
Me espera en la habitación.

 

 

 

 

RILKEANAS

Tú llenas mi soledad,
aunque nunca te lo diga;
tampoco tú a mí me dices
si son por mí tus vigilias.

Siempre me pareces otra.
Eres aroma absoluto.
A ratos, eres tú sola;
luego, de nuevo, un susurro.

Porque nunca te retuve,
firmemente te mantengo.
A todas perdí en mis brazos.
Tú eres nacimiento eterno.

 

 

 

Mondéjar, Sebastián. La piel profunda; Murcia; Ed. Raspabook, 2017.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LXVI)

 

El viernes pasado, el poeta y músico Sebastián Mondéjar me regaló un ejemplar de su último libro, ‘La piel profunda’, y una copia del último disco en el que ha participado, el ‘Crazy Progression’ de la Egio Jazz Trío, que forman el propio Sebastián Mondéjar junto a Pedro Egio y a Sergio Valcárcel, además de Antonio Peñalver y Ginés Abellán.
Desde aquí mi agradecimiento público a mi frater Sebastián.

 

ESTA TARDE: ‘LA PIEL PROFUNDA’, DE SEBASTIÁN MONDÉJAR

Esta tarde, a las 20:00 h., en el Museo Ramón Gaya, se presenta ‘La piel profunda’, el nuevo libro de Sebastián Mondéjar.
Pásense a verlo. Háganse el favor.

 

 

Aquí tienen algunos poemas del libro:

 

PÁJARO SOLITARIO 

Siempre hay un pájaro
cantando en una rama
que nadie escucha.

 

 

 

 

JAM SESSION

xxxxxxxxxxxxxxMúsica: tú, agua de nuestra fuente,
xxxxxxxxxxxxxx(…)
xxxxxxxxxxxxxxTú, más que nosotros…, de todo porqué
xxxxxxxxxxxxxxliberada.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxRainer Maria Rilke

Otra noche
librada
–reconquistada–
a pulso.

La noche,
nuestra noche,
aun derrotada a pulso
es mi victoria.

 

 

 

 

VICTOR HUGO EN JERSEY

Hay horas en las que parece oírse
murmurar a las piedras
contra la lentitud del hombre:
«¿A qué esperáis para esforzaros?
Andar, correr, volar, esa es la ley.
Vivir es el deber de todo.
¡Manos a la obra!
¡Que no se pierda nada, que ninguna
fuerza se aísle!”.
Criado soy de mi conciencia.
Cuando me llama, acudo.
Lo bello está al servicio de lo honesto.
Sintamos cada uno como una obligación
la prisa por hacer el bien.
Que nadie se retrase. Todo vive.
Y el sufrimiento crece en la tardanza.

 

 

 

 

VERSOS PARA MI HIJO

Hijo mío,
haz de la soledad tu fortaleza,
del silencio tu gracia,
de la derrota
tu paz más victoriosa.
En soledad te miro,
en silencio te quiero,
en las derrotas
te gano a mi alabanza
por ser yo tuyo
de tan mío.

 

 

 

 

TONIGHT AT NOON

xxxxxxxxxxxxxxA mi hermano Jesús

¡Si Mingus levantara la cabeza!
Escucho tu respiración,
busco sus tonos en la escala cromática
mientras el temporizador del suero
marca el ritmo.
Oigo en ella un océano
saltando sobre los acantilados.
Después de cada embate se repliega
y toma nuevo impulso.
Es una sinfonía abstracta,
bello hermano durmiente,
tan clara y, a la vez, tan imprecisa…
Son muchos los acordes, los unísonos,
los timbres, las figuras, los silencios…
Dime: ¿cómo los paso al pentagrama?

 

 

 

Mondéjar, Sebastián. La piel profunda. Murcia; Ed. Raspabook, 2017.

 

PRESENTACIÓN DE ‘COPLAS DE ARENA’

Esta tarde, a las 20:00 h., se presenta en el Museo Ramón Gaya un libro que la boliviana Editorial 3600 publicó el año pasado. El libro contiene los poemarios ‘La voz esencial’ (del boliviano Aníbal Crespo) y ‘Coplas de arena’ (del murciano Sebastián Mondéjar).

Si tienen la posibilidad de acercarse y escuchar a Sebastián Mondéjar no la dejen pasar, me lo agradecerán.

 

La voz esencial - Coplas de arena

 

CUATRO COPLAS DE ARENA

De la antología de la que estoy subiendo poemas los últimos días, hoy el de Sebastián Mondéjar.

 

Contra Sebastián Mondéjar

 

CUATRO COPLAS DE ARENA

Voy a fumarme un cigarro,
porque no puedo dormir
sabiendo que voy al paro.

Ayer me quedé sin curro,
y eso merece un carné;
mañana, sin ir más lejos,
me paso por el INEM,
a ver si les queda alguno.

La causa de la pobreza
no es la falta de trabajo;
es culpa de la riqueza
que acumulan unos cuantos.

Tenemos fe en la mentira
y miedo de la verdad;
ésa es la causa primera
de que no haya libertad.

 

INTENTANDO CAMBIAR MURCIA

Esta mañana, junto a varios candidatos de Cambiemos Murcia, he participado en un acto celebrado junto al yacimiento de San Esteban en el que, además de la música de Jesús Cutillas y David Moya, se han leído textos de poetas murcianos. Sin contar los participantes de la parte política del acto, hemos apoyado el evento Sebastián Mondéjar, Teresa Mateo, Layla Benítez-James, Cristina Morano y un servidor.

Aquí tienen unas cuantas fotos del evento y los textos que leí yo.

 

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EL INTÉRPRETE DE LOS DESEOS (FRAGMENTO) DE IBN ARABÍ, NACIDO EN MURCIA EN 1164

Yo quisiera saber si comprenden
qué corazón han poseído.
Y que mi corazón supiera
las sendas de montaña que han pasado.
¿Crees que están a salvo?
¿Crees que han perecido?
Los príncipes del amor se confunden
en el amor y se extravían.
(…)
Mi saludo es para Salma y los que moran en el vedado;
el saludo es deber del que ama tiernamente como yo.
Nada le cuesta a ella responder saludándonos,
pero nadie puede obligar a las estatuas.
Partió cuando la oscuridad de la noche tenía tendidos sus velos.
Así le hablé de un amor huérfano y desterrado,
al que los deseos han puesto sitio, y persiguen
raudas flechas doquiera se dirija.
Brillaron sus dientes, lució un relámpago,
y no pude saber cuál de los dos rompió la noche.

(…)
Mi corazón acoge cualquier forma:
prado para las gacelas, refugio para el monje,
templo para el ídolo, cabila para el peregrino.
Es tablas de Torá y libro del Corán.
Profeso la religión del amor
doquiera cabalguen sus monturas,
pues el amor es mi sola religión y mi fe.

(…)

“Helos atravesando la neblina en la desolación,
los ves en el espejismo como jardines,
el vapor agranda a tus ojos sus espectros.
Marcharon con el deseo de llegar a Udhaib, para beber
allí agua como la vida, dulce, fresca y pura.”

Me contestó: “Dejé sus parasoles en Zaraúd
con los camellos doliéndose de fatiga por la marcha en la noche.
Han dejado caer sobre los parasoles unos lienzos
para proteger su belleza del ardor del mediodía.
Levántate para ir a su encuentro, buscando sus huellas,
y apresura cuanto puedas tus camellos hacia ellas.

Y cuando te detengas junto a los hitos de Hájir,
después de atravesar los bajos y montañas que allí hay,
quedarán cercanas sus mansiones y su fuego aparecerá
como uno que ha inflamado el incendio de la pasión.
Haz allí arrodillar a tus camellos y no te asusten sus leones
pues tu nostalgia te los mostrará como cachorros.

 

PRESENTACIÓN DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ EN MURCIA

El viernes pasado se presentó en Murcia el libro que la editorial Balduque me ha publicado. Se presentó en ‘Action comics’ y me acompañaron José Alcaraz y Sebastián Mondéjar.

 

Cantando en voz baja balduque murcia

Cantando en voz baja balduque murcia'

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La presentación corrió cargo de Sebastián Mondéjar, a quien no podré agradecerle suficientemente sus palabras. Dijo de ‘Cantando en voz baja’:

Bukowski es la primera referencia literaria de Cantando en voz baja, pues se abre con una cita suya: “Un revolcón ocasional, / la duda aleteando / por mi escaso sueño y (…) / cantar canciones de vez en cuando”. Estos tres versos contienen y condensan todo el espíritu del libro y creo que no exagero si digo que ese aire bukowskiano se respira a lo largo de todo el poemario. En principio he de decir que lo he leído varias veces y que cada una de ellas lo he disfrutado más, si cabe, que la anterior. En líneas generales, me parece un poemario inmejorablemente escrito e impecablemente articulado, salpicado también desde el principio de citas y referencias musicales muy bien ubicadas en todas las secciones y poemas, algunos de los cuales reivindican la música por encima de la poesía. (…)

Lo cierto es que, tras las distintas lecturas de Cantando en voz baja, mi sensación es que se lee no ya como un solo poema, sino como una sola historia, casi como un relato; incluso, aprovechando que estamos aquí, por qué no decirlo, como un cómic. Sí. Creo que este poemario podría editarse también en formato de cómic, y hasta en formato audiovisual, pues dados sus claros vínculos con la música podría ilustrarse con muchas de las canciones a las que hace referencia. Porque cada poema viene a ser una viñeta, un fotograma, o mejor dicho un capítulo, una secuencia de un mismo guión, donde el sujeto poético, el protagonista, es un ser urbano, nocturno, solitario, desarraigado, un individuo complicado que, por suerte, ha terminado por asumir muy lúcida y naturalmente todas sus complicaciones. Un tipo que se ha hecho a sí mismo, que ha hecho callo en el corazón y al que no le gustan nada las ñoñerías. Pero no es ni mucho menos un vago, es también un veterano universitario desencantado y un curtido currante de la noche. No esperéis, pues, de él lirismo ni misticismo alguno, grandes disquisiciones metafísicas ni florituras expresivas. Y mucho menos cantos de sirena. Sólo hay que remitirse al título. El personaje principal de este poemario canta en voz baja, es decir, para sí mismo; su lenguaje es depuradísimo y está totalmente alejado de toda pretensión, todo manierismo y toda sensiblería. Sencillamente, es claro y directo como una canción de Extremoduro, Fito Páez, Andrés Calamaro o Albert Pla; o tal vez podríamos decir claro y directo como una raya de coca. Por descontado, no esperéis tampoco encontrar en Cantando en voz baja el más mínimo atisbo de una naturaleza salvaje que no sea la estrictamente humana, ni idílicos paraísos terrenales o espirituales por los que adentrarse. El paisaje de este libro es fundamentalmente urbano y nocturno y, si se tratara de un corto cinematográfico, apenas habría en él exteriores. Una prueba del desarraigo y la precariedad del protagonista a las que antes me refería vendría dada por su inestabilidad social y laboral. Todas sus pertenencias, y cito textualmente, “caben / en apenas dos cajas”. La palabra que más se repite a lo largo de todo el poemario es la palabra “casa”. Nuestro héroe va saltando de casa en casa; ninguna, claro está, de su propiedad; de una casa alquilada entre varios amigos a la casa de una amiga íntima o una novia circunstancial; de una casa prestada por una noche a un hostal barato en cualquier barrio; cuando no se convierte de repente en un sin techo y tiene que refugiarse en la escalera de cualquier edificio para pasar la noche o incluso regresar de vez en cuando a casa de sus padres para poder dormir y comer caliente. Aunque a veces la suerte le hace caer en un hotel caro e incluso en muy agradable compañía. Porque, a pesar de todo, no es un tipo amargado ni depresivo y no deja pasar las ocasiones en que la puta vida le brinda sus placeres. Y eso le honra y le redime. Como él mismo dice en el poema “Yo, minoría absoluta”, “claro que estoy desorientado: / manejo más de un millón de variables. / (…) / -sin esperanza, sin futuro, / pero con mucha clase”; y, ya en la penúltima estrofa del último poema, “Born Slippy”: “Yo elegí no elegir la vida. / Yo elegí otra cosa”.

Héctor pertenece a una generación de escritores y poetas que está dando mucho de sí. Por nombrar sólo a unos cuantos de nuestra región: José Oscar López, José Daniel Espejo, Antonio Aguilar, Cristina Morano, Juan de Dios García… Poetas con un bagaje vital, social, cultural e intelectual enorme, y con voces tan propias y diversas que yo creo que no tienen parangón con ninguna otra generación de poetas muertos y vivos que haya dado esta tierra. Y como no quería extenderme más allá de los tres folios y ya casi lo estoy consiguiendo, sólo me resta decir etcétera, etcétera, etcétera, gracias por vuestra presencia y atención, gracias también a la Librería Action Comics por acogernos, mi más sincera enhorabuena a Héctor por este Cantando en voz baja y también, cómo no, mi aplauso a la Editorial Balduque por editarlo y por la labor que está realizando sacando a la luz libros como este que, nada más nacer, entran a formar parte de nuestra cultura y nuestra historia.

Y, para rematar, tan sólo aconsejaros que, cuando lo leáis, guardéis ya para siempre en vuestra memoria estas dos sentencias contenidas en sus versos: “escribir / es fracasar como nadie se atreve / a hacerlo” y “detrás de la esperanza / anida el linchamiento”

 

Aquí tienen alguna foto de la presentación.

 

José Alcaraz

Héctor Castilla

Sebastián Mondéjar Héctor Castilla José Alcaraz

 

Y aquí dejo el poema que la editorial ha decidido poner en el blog para promocionar el libro.

 

ME SOBRA CARNAVAL

Los viernes por la noche
los hombres que conozco
hablan de las mujeres
con más empeño del que ponen
en conseguir estar con ellas.
Los viernes por la noche
se dedican, sencillamente,
a malgastar todo su tiempo.
Fue un viernes por la noche
cuando uno de mis jefes
(para desarrollar
como se merecía
nuestra velocidad)
me preguntó después del cierre:
¿Tú te drogas?
                            Y me puso delante
la primera raya de coca.

 

LA HERENCIA INVISIBLE

Sebastián Mondéjar 'La herencia invisible'

 

 

IDEAL DEL DESEO

Nos basta con querer.
Nos sobra con desear.
Lo sabe mi deseo.

Lo sabe, pues lo quiere, mi deseo.

 

 

 

LIBERTAD ACCIDENTAL

Qué simple es todo, sin embargo,
qué simples son las cosas
cuando nadie las dicta.

Lo fortuito, a veces,
nos sume en la aventura.

He salido a la calle con desgana
buscando una farmacia y, de repente,
me he sentido libre,
como un viajero en un país ignoto.

Me he sentido libre -me gusta repetirlo-,
extraño en mi ciudad de madrugada.

La vida se abre paso por sí sola
en la vieja ciudad que nos cobija.
Al fin y al cabo, la ciudad no es nuestra;
más bien nosotros le pertenecemos.

Me ha obligado a salir la enfermedad
para hacerme más libre y redimirme.
El dolor me ha sacado de su alcance
y las calles desiertas me confortan.

¿Qué fueron antes estas calles?
Huellas, rastros, senderos.
Encrucijadas de la vida.

Las calles las generan
nuestros pasos, la vida.

 

 

 

ASOMBRO DE VIVIR

Un lugar para ser, eso buscamos;
un lugar para estar.

Me asombro de estar vivo por las calles de siempre;
me asombro de estar vivo, de ser yo todavía.

Estas calles conocen bien mis pasos.
En ellas soy -y estoy- enteramente.

Me asombro de estar vivo, caminando.
Me asombro de estar vivo una vez más.

 

 

 

CHARLES MINGUS’S SOUND OF LOVE

Corría emocionado por la arena.
El sol resplandecía en los bañistas
que gritaban, jugaban con pelotas
o hacían ejercicios en la playa.

Y, como por encanto,
se abrió ante él un claro y surgió ella,
chapoteando sola
en el agua templada de la orilla.

Llevaba un bañador color naranja
y su brillante pelo negro
rozaba su cintura.

Se miraron sonrientes;
sin pronunciar palabra, se acercaron;
y, olvidados del mundo,
se dejaron llevar por las corrientes
en las que, misteriosamente, el agua
cambiaba de temperatura.

Se rodearon despacio, como aves
en danza ritual para el cortejo.
Se salpicaron agua con los pies.
Se miraron en una silenciosa
unión que parecía interminable.

Pasó una eternidad.

Nadie se percataba del milagro.

Cada segundo estaba consagrado
a llenarse los ojos
y el alma mutuamente,
como si, de algún modo,
ya supieran que nunca
volverían a verse.

Si este instante de amor durara siempre,
seguro que ambos sobrevivirían
a las pruebas más duras de la vida.

 

 

 

EFERVESCENCIA

xxxxII

Llamamos a los niños,
pero no nos escuchan;
nuestra voz nada puede
contra el viento y las olas
que sus cuerpos reciben con abrazos.

Son largas y amplias franjas,
mansas olas gemelas que atraviesan
sus torsos bronceados y fulgentes
y les hacen cosquillas en el alma.

No sólo no nos oyen:
no nos hacen ni caso; nos olvidan.

Las olas, hoy, se apropian de los niños.

Si hay un dios para el mundo,
ese dios es el mar.

¿Qué nos dice su sal efervescente?
¿Qué les canta al oído a nuestros hijos?

 

 

 

RECONCILIACIÓN

Mas la ciudad no oculta
lo que significó cuando cantaba.

Es bueno distanciarnos,
vaciar nuestro lugar con nuestra ausencia,

para volver después, como hijos pródigos,
reconciliados con las discrepancias.

 

 

 

NUESTRA HERENCIA

Nuestra herencia no es nuestra.
Está en nosotros.
No somos herederos.
somos la herencia misma.

 

 

 

Mondéjar, Sebastián. La herencia invisible. Madrid; Ed. Calambur, 2008.

 

EL JARDÍN ERRANTE

Sebastián Mondéjar 'El jardín errante'

 

 

BAJO EL SOL DEL INVIERNO

Bajo el sol del invierno
los jubilados charlan.
Siento latir los días
contados de sus vidas.
Palomas luminosas
vuelan de un lado a otro.
Los niños se revuelcan
sobre el césped prohibido.
Qué antiguo se me antoja
el periódico de hoy.

 

 

 

LUNES POR LA MAÑANA

Hoy, sol, estás dudoso.
Tan pronto entra tu luz
se va por la ventana,
dejando un aire gris.

Acaso estás cansado.
Las nubes son tus párpados.
Decídete. Despierta,
emerge. No vaciles.

Dirige a mí tus flechas
y olvida, si los hubo,
tus juegos con la luna.

Porque el fin de semana
ha pasado, se ha ido.
Y este lunes se irá.

 

 

 

¿CÓMO?

¿Cómo puede ser
la misma naranja
una mitad dulce
y la otra amarga?

 

 

 

EL ARMARIO

Estoy ante el armario.
Me han pedido que vaya a una fiesta nocturna
y llevo ya un buen rato
intentando elegir la camisa apropiada.
Ya no es como antes.
He perdido costumbre de salir a deshoras.
Estoy ante el armario.
De repente imagino que las perchas preguntan:
«¿Qué será de tu vida?
Estas frías camisas, ¿dónde irán a parar?»
Perchas interrogantes.
Tal vez toman su forma por las dudas que incitan.
Estoy ante el armario
(huele aún a madera de árbol fuerte y erguido).
¿Qué otras manos lo abrieron?
¿Qué otros ojos buscaron diariamente la ropa
y el espejo furtivo?
En su pulso oxidado siento un alma que arde.

 

 

 

CAUTELA

A veces, el poema
emerge lentamente;
se resiste a nacer; y si no ve
que estamos preparados
para traerlo al mundo,
regresa a sus profundidades.

 

 

 

CADA POEMA

Cada poema puede ser el último,
por eso hay que escribirlo
como si se tratase del primero.

Cada poema es siempre el mismo,
por eso hay que escribirlo
como si fuese único.

 

 

 

Mondéjar, Sebastián. El jardín errante. Murcia; Editora Regional de Murcia, 1999.

 

UN CAMINO EN EL AIRE

Sebastián Mondéjar

 

 

OÍR CANTAR

Oír cantar a alguien, en esta época,
evocar épocas pasadas.
Este bar no existía.
Cuando pienso en el tiempo,
cuando me inserto en él,
este bar no existía;
no existe el tiempo en que me inserto,
no existe el bar en donde alguien canta,
alguien que trabaja y canta
porque le van bien las cosas.

 

 

 

CANTARNOS

Cantarnos, escribirnos.
Que la confusión sea un canto o un poema
y cada verso un rito del hombre para el hombre.
Cantarnos, escribirnos.
Mañana no estaremos. Otra
humanidad será, otro sueño.

 

 

 

CORRESPONDENCIA

Chirrían, chillan, azuzándose
veloces, los vencejos sobre mí.
Y expresan, simbolizan
algo que yo soy, algo que está en mí,
algo que vuela en mi silencio interior.

 

 

 

PASOS

Ando. Pienso en la muerte mientras ando
y veo sólo mis pies,
el suelo que se mueve a mis espaldas,
hacia detrás de mí,
en donde queda quieto y alejándose.

 

 

 

QUÉ PRETENDO

Qué vida esta
(y las gaviotas miran hacia atrás).
Ayer no sentía este frío.
Hoy no camino deprisa.
Qué pretendo.
Camino ante las voces que me siguen;
pero no desconfío.
Niego, río.
Avanzo entre las voces que me ignoran.
Las calles sólo expresan un camino.
Qué me espera.

 

 

 

ESTE CIELO

Este cielo alejado de las sombras,
alejado del árbol, de las hojas
que han muerto pasajeramente,
este cielo es el tiempo.
Los días que ya huyeron de mis manos
me señalan que aún no había llegado,
que no era la estación, que a este cielo
había llegado tarde.
Así, han muerto mis hijos.
Pertenecían por destino a otra edad, a otra noche.
Su muerte, sin embargo,
aún no desbordó mi ahogada pena.
Están lejos de aquí, y para ellos
ninguna verdad sirve.
Lo mismo ocurre en este cielo:
sobre él no reposa verdad alguna.

 

 

 

TUVIMOS

Tuvimos
leyes que no hubo,
hubo leyes
que no tuvimos,
hubo pausas
en las que no descansamos.

 

 

 

TAL VEZ

Tal vez estar despierto sea una lucha
de la que sólo nos libramos
cuando los sueños nos advierten.

 

 

 

NO BASTA

No basta un silencio.
Una luz tampoco.
Una nube, una avalancha, un rayo.
No basta un decisivo golpe que nos determine.
Es preciso un puente, un universo,
la oscura galería de la sangre.

 

 

 

UN CAMINO EN EL AIRE

Contemplas la ciudad, que has colmado de pasos
y miras hacia arriba,
a los sueños desde los que saltabas,
a las terrazas que se precipitan.
Hay algo más arriba, un ala o un deseo.
Un camino en el aire.
Un ave tira de su recorrido.

 

 

 

SECUENCIA

La espada herida, tronada la armadura,
el yelmo hollado, la lanza sin cuchilla,
la tarja en dos, el rocín sin herradura,
y allá en las aspas las bridas y la silla.

 

 

 

LAPSUS DEL SOL

Estoy en el balcón.
En mi interior, como agua fresca,
recalan las palabras de un poema
y miro al horizonte.
De súbito, el sol teje en mis ojos,
como de seda cárdena,
un visillo de luz.
Entro ciego al salón, y a tientas
me siento sobre el borde de una silla.
Cuando la oscuridad me devuelve la vista
regresa a mi memoria,
como un recuerdo de hace ya meses o años,
aquel poema de Eloy, «Cuaderno de notas»,
que leí en el balcón por vez primera
hace sólo un momento.

 

 

 

Mondéjar, Sebastián. Un camino en el aire. Murcia; Editora Regional de Murcia, 1994.

 

NACIÓN DEL SUEÑO

Ayer se presentaba en el Museo Ramón Gaya el nuevo libro de Mamen Piqueras, un libro que lleva por título ‘Nación del sueño’. Mamen estuvo acompañada por muchos amigos que estuvieron leyendo sus versos (en la imagen, con Sebastián Mondéjar y Soren Peñalver).

 

Mamen Piqueras 'Nación del sueño'

 

Y aquí tienen tres de los poemas del libro.

 

 

SITUACIÓN LÍMITE ESTA en la que intentas contradecir la
física. Mientras, el tiempo, el espacio y la gravedad hacen su
parte.

VENDRÁ PAN UNA NOCHE DESCUIDADA como amor o
amigo enmascarado a fumar un cigarro y brindar contigo, a libar
la ya no tan lozana rosa de tus pechos.

Nombrarás entonces lo que ocultas, tus terribles tesoros de niña
perdida: el esplendor que late en tus pecados o la culpa de crecer
y no haber sido.

Vendrá superviviente de una tarde desmayada al otro lado del
espejo, reclamando el cobro de no sabes qué antigua deuda con-
traída cuando ilimitado creías tu crédito e ilimitada su bondad.

Pero qué puedes ofrecerle ahora si tus manos no son ya de agua,
ni tu cuerpo de cerezas, y la sangre distraída que hoy te alienta
ha olvidado que fue manantial, río de fuego, brava flama y diana
de su empeño.

Qué te busca si hoy el viento no persigue ya tu falda, ni se ríen
tus cabellos enredados en sus manos, ni te duele su tardanza, ni
te tienta la esperanza de esperar.

Apagas las velas y no pides un deseo.
Neverland, nevermore.

 

 

 

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mi padre

CUANDO TÚ TE VAYAS, nunca nadie jamás
volverá a hablarme de una lejana noche de San Blas
en la que hizo mucho frío.
De lo que costó traerme al mundo: tres días de parto.
Y de la monja del hospital que profetizó sin proponérselo:
¡Pobrecita, tan pequeña y llora como una mujer!

 

 

 

Piqueras, María del Carmen. Nación del sueño. Murcia; Ed. raspabook, 2014.

 

SEBASTIÁN MONDÉJAR EN ‘POETAS EN EL MUSEO’

Mañana, dentro del ciclo que ha organizado el Museo Ramón Gaya y que han llamado ‘Poetas en el Museo‘, podrán disfrutar de una lectura de Sebastián Mondéjar. Dejo hoy, aquí, para abrir boca, un par de poemas suyos.

 

Sebastián Mondéjar

 

LOS RÍOS

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA José Rubio y Pedro Marín

No desembocan.
Los ríos, en el mar,
siguen su cauce.

 

 

 

ASOMBRO DE VIVIR

Un lugar para ser, eso buscamos;
un lugar para estar.

Me asombro de estar vivo por las calles de siempre;
me asombro de estar vivo, de ser yo todavía.

Estas calles conocen bien mis pasos.
En ellas soy –y estoy– enteramente.

Me asombro de estar vivo, caminando.
Me asombro de estar vivo una vez más.

 

CHAPAS POÉTICAS

Cristina Morano tuvo hace unos meses, con motivo del cumpleaños de un amigo, la idea de hacer unas chapas con versos de poetas murcianos (o residentes en la región). Casi agotada la primera tirada está a punto de sacar la segunda, pero mientras aquí tienen las chapas de esa primera edición para llevar versos en la solapa, una colección en la que aparecen versos de Manuel Susarte, Katy Parra, Ángel Manuel Gómez Espada, José Alcaraz, Violeta Nicolás, José Antonio Martínez Muñoz, Antonio Marín Albalate, Sebastián Mondéjar, Vicente Cervera Salinas, Beatriz Miralles, José Luis Martínez Valero, Carmen Piqueras, Javier Moreno, José Daniel Espejo, Andrés García Cerdán, Javier Marín Ceballos, Antonio Durá, Antonio Jesús Gras Mentado, Amada García Puentes, Manuel Pujante, José Óscar López, Diego Sánchez Aguilar, Juan de Dios García, David López Sandoval y un servidor.

 

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LECTURA DE CRISTINA MORANO EN EL MUSEO RAMÓN GAYA

abril 10, 2013 4 comentarios

Todo comenzaba el viernes, cuando Soren Peñalver publicaba el texto que pueden leer a continuación.

 

Soren Peñalver - Cristina Morano

 

Así que lo de ayer –es sólo una opinión personalísima– es algo que uno se pregunta cómo los que dicen amar la poesía son capaces de perderse. Tras una acertadísima presentación a cargo de Bea Miralles, Cristina repasó sus dos últimos libros y nos deleitó con poemas inéditos de tres colecciones que ya tiene acabadas. De vez en cuando de escuchaba un ‘qué grande’ y se veían bocas abiertas ante lo afilado y lo acertado de sus poemas. Y el mejor resumen de cómo impresionaron cada uno de sus versos fue la ovación que el público le dió una vez terminado el recital, ya que si no ha sido la más larga de las que se han dado allí ha sido una de las más largas (alguien contabilizó treinta segundos de ovación). Es una pena que esta ciudad no sepa cuidar a sus poetas. Sin embargo, fue un gustazo que, entre otros, se encontraran entre el público asistente José Antonio Martínez Muñoz, Soren Peñalver, Sebastián Mondéjar, Mamen Piqueras, Antonio Marín Albalate, José Luis Martínez Valero, Ángel Manuel Gómez Espada o Manuel Pujante.

Y aquí tienen algunas de las fotos que saqué de la lectura.

 

Cris Gaya 1

 

Cris Gaya 2

 

Cris Gaya 3

 

Cris Gaya 5

 

Cris Gaya 4

 

Cris Gaya 6

 

En el díptico que publicó el Museo Ramón Gaya con motivo de la lectura se podía leer, además, uno de los poemas inéditos que leyó Cristina:

 

FIESTA

Se ha secado la tierra,
pero más nuestros huesos:
suenan como la caña
que se toca en las romerías
y los que asisten callan y beben
sin creerse del todo la bienaventuranza.

 

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