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Posts Tagged ‘ramón bascuñana’

CINCO POEMAS DE ‘EL HUMO DE LOS VERSOS’, DE RAMÓN BASCUÑANA

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PUNTO DE FUGA

La noche teje la desesperación de los suicidas.
Miro por la ventana,
la desesperación a través de la ventana,
el hueco vacío de un ojo ciego,
un punto, una sucesión de puntos
de tinta sobre el folio;
una sucesión de puntos de fuga.
El abismo, la nada,
sus límites exactos, su fijeza,
el hueco vacío de la ventana,
el vértigo siniestro de la vida,
el fondo terminal de la tristeza,
la penumbra, la calle, las astillas,
los añicos del tiempo.
La noche como un punto de fuga sobre el folio.

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MADRUGADA

Pájaro de perfil, la madrugada.
Ave triste posada mansamente
en la decrepitud del horizonte.

Frías flores de escarcha
crecen en el aliento
de los campos que miro
desde la protección de la ventana
que me salva del tiempo y la intemperie.

Ensayo en el cristal
un gesto de esperanza,
pero el cristal refleja
sobre el perfil del pájaro abatido
el rostro del insomnio
y mi cansancio.

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ABULIA

¿Para qué?
Si todo es repetido ¿Para qué?
Se impone la rutina.
Como si atravesásemos la lluvia
descalzos, sin zapatos
que nos protejan. O como si
contásemos estrellas sin mirarlas
y nuestro corazón fuera un desierto.

El poema no justifica el tiempo
que tarda en escribirse.
Hay quien tarda dos vidas
en escribir un verso que merezca la pena
y pueda dar sentido
a lo que no lo tiene
y quien gasta dos versos en escribir su vida.

No preguntes la razón del poema
ni el porqué de la lluvia y las estrellas.
No escuches lo que dice.
Escucha, si puedes, aquello que no dice.

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CUANDO SOLO LA NIEVE

En la brevedad del fulgor del alma,
el equilibrio blanco del silencio.
Cuando solo la nieve
nos protege de ser nosotros mismos.

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EPITAFIO II

En mi lápida
mi última pregunta:
¿Esto era todo?

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Bascuñana, Ramón. El humo de los versos. Álava; Ed. Diputación Foral de Álava, 2016.

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TRES POEMAS DE ‘ÁNGEL DE LUZ CAÍDO’, DE RAMÓN BASCUÑANA

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CON LOS OJOS VENDADOS

Vengo de un tiempo triste de miserias morales
donde todos andaban con los ojos vendados;
de un tiempo de renuncias y de claudicaciones,
de palabras que eran navajas de dos filos,
de silencios que eran silencios cobardes,
de hipócritas mentiras, de verdades oscuras,
de gente que miraba sin ver lo que veía,
de gente que veía sin ver lo que miraba,
de un tiempo donde era difícil ser persona
y hablar con libertad del peso del pasado,
porque el pasado pesa como pesan los muertos,
como pesa la vida si no tiene ventanas
ni puertas de salida ni rampas de emergencia.
Sí, yo vengo del dolor de una herida sangrante,
vengo de un tiempo triste de miserias morales,
donde un verso era llama que encendía la hoguera
y el poema era un arma cargada de futuro.
Un tiempo de utopías, donde todos andaban
con los ojos vendados.

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DEFENSA PROPIA

Poesía,
yaces muerta en un charco
de tinta seca.

Tu amor amenazaba
con matarme.

No tuve más remedio
que disparar mis versos.

Nadie podrá negar
que fue defensa propia.

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ÁNGEL DE LUZ CAÍDO

Ángel de luz caído en la tristeza
de los días iguales, rutinarios;
sin poder escapar de los horarios
por falta de valor o por pereza.
Ángel de luz caído en la certeza
de un tiempo de imposibles calendarios
y recuerdos perdidos, legendarios,
de un pasado de rosas y pureza.
Ángel de luz caído en la penumbra
de las falsas palabras necesarias
que iluminan, donde la luz no alumbra,
la soledad de las penas diarias.
Ángel, el hombre, ciega la mirada,
sobrevive en las ruinas de la nada.

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Bascuñana, Ramón. Ángel de luz caído. Córdoba; Ed. Ánfora Nova, 2005.

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IMAGO

diciembre 11, 2022 2 comentarios

Hace un par de meses, cuatro años después de que saliera a la calle su primer libro, aparecía ‘Imago’. Este segundo libro de Óscar Navarro Gosálbez está prologado por Ramón Bascuñana, que nos recuerda que decir es elegir, la mirada no es inocente, la palabra tampoco, y que hablando sobre Óscar Navarro y su libro nos cuenta que en el libro encontrarán a alguien que habita donde la luz no llega y del fondo de cuya garganta surge la rabia en lugar del canto.

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Y aquí dejo los cuatro poemas que más me llamaron la atención en la primera lectura del libro.

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EN LA SOMBRA,
plegada sobre sí misma,
crisálida siquiera,
una luz en promesa.

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DESPUÉS DE LA VERDAD
no se encuentra la mentira.

Después de la verdad
comienza el regateo.

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TE GUSTA LA ARCILLA,
xxxxxsu tacto carnoso
xxxxxseno flexible.
La arcilla te interesa
porque no te contradice.

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DEL FONDO
de esa garganta
donde anidan escorpiones,
del fondo
donde la luz no llega
xxxxxxy no hay luz,
de ahí al fondo
surge una rabia
que busca pájaros 
muertos, una rabia
que no entiende que
del fondo de la garganta
debe rugir
el canto solamente.

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Navarro Gosálbez, Óscar. Imago. Murcia; Boria ediciones, 2022.

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LOS DÍAS DEL TIEMPO

noviembre 25, 2022 Deja un comentario

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ES MÁS TURBIA LA LUZ DE AQUELLOS DÍAS

Es más turbia la luz de aquellos días.
Es a partes iguales, densa niebla
y sucia nieve cubriendo el paisaje
que borroso recuerdo todavía.

El paisaje eres tú sobre la cama
en una habitación de hotel por horas,
el silencio, el sudor, la rutina
de amarnos por costumbre, y por miedo,
cierta añoranza de la primavera
y, también, el hastío de estar vivo
sin saber los motivos y razones.

Es más turbia la luz cuando recuerdo
aquellos días de niebla y deseo
en una habitación de hotel por horas,
inundados los ojos de nostalgia.

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APOLO PERSIGUE A DAFNE

Yo te persigo, amor, aunque tú sabes
la maldición que pesa en nuestra contra.
Yo te persigo, amor, y al alcanzarte
tu carne será un tacto de madera.
El Amor es así, su sino es ése.
Es el Amor una categoría
del amplio espectro de las ilusiones.
Nada más alcanzarlo se transforma.
O, puede ser peor, se desvanece.

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LA VIDA EN UN ACTO

Hay un prólogo que apenas interesa
y un epílogo que ya no nos importa.
Entre ambos, la vida en un acto.
El texto, además de borroso, enrevesado.
El desarrollo, previsible y monótono:
cada día es igual y distinto a cada día.
El decorado es siempre lo de menos.
No es mucho, pero basta para ir improvisando.
Si prescindimos de ciertos detalles,
parece una comedia, pero no hay que fiarse.
El autor tiene apego a la tragedia
y a los golpes de efecto en momentos puntuales.
Aunque el ritmo nos parezca pausado,
todo sucede demasiado deprisa.
No hay tiempo para irse por las ramas
ni para preguntar lo que parece obvio:
el porqué, los motivos, las razones.
Es fácil, disfruta de la obra mientras dure.
Vive la vida a fondo, no hay tiempo para ensayos.

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LA RUTA DEL NÓMADA

El nómada atraviesa
los desiertos sin nombre.
Abandonó la cómoda rutina
de los días iguales
y las tardes sin alma ni clemencia.
Lo acompañan su sombra traicionera
y un puñado de perros
que muerden los recuerdos del pasado
y, en las noches de luna,
le ladran al olvido.

El nómada es un hombre
que viaja con lo puesto.
En sus bolsillos guarda un puñado
de sueños necesarios,
la brújula que le marca la ruta
y el mapa del tesoro que dibujó
en los años sin tregua de una infancia
que le empujó a escapar de la rutina
de los días iguales
y las tardes sin alma.

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EL FUGITIVO

Con los brazos abierto te recibe
una nueva ciudad desconocida.
Eliges un hotel para el olvido
y sabes que será como en las otras.
La vida es un ritual que se repite
y es el hombre animal de costumbres.
Habrá vino, amantes de una noche,
y ocasiones para cantar victoria.
Mas un día cualquiera en una esquina
volverás a cruzarte con tu sombra
y emprenderás el viaje nuevamente.
Otra ciudad vendrá cuando abandones
esta nueva ciudad donde persigues
escapar del intruso que te habita,
aunque sabes lo inútil del empeño.
Escapar de nosotros es un sueño
que desemboca siempre en pesadilla.
Mas, de momento, la ciudad es nueva
y te recibe con los brazos abiertos.

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HE DE MORIR EN JUNIO

He de morir en junio
sobre un lecho de gárgolas y ruinas,
junto a un bajorrelieve de tristeza
donde Orfeo camina entre tinieblas.

He de morir en junio
bajo la plata lenta de la lluvia
que desdibuja los suaves contornos
de un claustro de silencios ancestrales.

He de morir en junio
con la misma pregunta sin respuesta
que una vez tallé con mi navaja
en el tronco del árbol de la vida.

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STORMY WEATHER

Como un lugar extraño, la vida.
De paso siempre. En tránsito.
Sin otro afán que los versos
y su vano empeño en atrapar
el paso tan lento de los días.
Sobrevivir en temporada baja
donde nadie: una ciudad costera,
la casa prestada de un amigo.
Un lugar en ninguna parte.
Escaso el equipaje y la memoria.
Considerar ciertos detalles sibaritas:
una botella fría de vodka,
la poesía completa —La Realidad
y el Deseo— de Cernuda,
y acaso Lena Horne cantando
junto a la chimenea Stormy Weather.

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Bascuñana, Ramón. Los días del tiempo. Huelva; Ed. Diputación de Huelva, 2002.

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LITURGIA DE LA PROFANACIÓN

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CANTO II

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDe la vida tomé todas las palabras
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEnrique Lihn

Cuando muere la luz al filo de tus ojos,
cuando arrecia el otoño en los campos,
cuando la garza exhibe
el esbelto equilibrio de su vuelo,
cuando acarician mis manos
la incertidumbre de tu belleza,
de tan puro carnal y palpable, impalpable;
cuando ahonda la vida su sentido,
cuando se estrechan del mar y el horizonte
los vínculos, entonces, en la esclavitud
deseada, vuelven de la infancia
los ritos y la culpa.

Los ritos y la culpa
y la casa del padre, y los campos
sembrados de rutina y derrota.
Y el tedio de la araña que teje en los bolsillos.
Y la monotonía que gotea del grifo
y desborda los vasos, los ríos, los estanques
donde el nenúfar tiembla
de mirarlo tan sólo. Los estanques
donde hundo mis manos que seducen leopardos
y rescato el cadáver de Narciso
para seguir llamando muerte a lo que más amo.
Para seguir llamando muerte a lo que más amo
estorban las palabras,
los gestos, los milagros, los amigos
que nunca tuve o que no tendré nunca.
Incluso si no fuera así, así sería.
Incluso las palabras apelan al suicidio.
Son tan perfectas, tan frágiles,
tan esquivas que desafían la prudencia
afilada del silencio en otoño
cuando mayo o abril.

Cuando mayo o abril,
toco tu cuerpo y el cielo toco.
Acaricio la humedad del fuego,
el frío de la sangre de mis antepasados,
la lujuria procaz de las estatuas
y la vida, la vida en los libros.
Porque late, late la vida en las palabras,
y respira en las piedras
que, celosamente, guardan
la oscura quietud concéntrica del agua.

La oscura quietud concéntrica del agua
donde giran estáticos los nombres,
el miedo circular a las esquinas,
el reloj de arena de la droga
que marca las horas que bordean el insomnio,
la noria de la feria de septiembre
donde en cada vuelta envejecí un minuto
hasta desembocar en un presente
que erosiona la pureza de otros tantos instantes.
Crece el niño. Y el mito del niño solitario.
Golpea la gota de agua
en la tensa región del recuerdo.
Crea ondas que se expanden
y de la verdad se alejan.

Y de la verdad se alejan
mi corazón y tus ojos.
Miro dentro de cada palabra
y todo lo veo a través de tu mirada.
Claudican los espejos, claudican
en el humo que espesa la distancia
y la tristeza empaña.
Y enturbia los estanques.
Espesa, empaña, enturbia el humo
que nace de la hoguera donde mi padre
quemaba los rastrojos del jardín del alma
en los meses que clavan anzuelos en el agua del sueño.

En los meses que clavan anzuelos en el agua del sueño,
los tenedores tiemblan y muerden las cucharas
la sal de las estatuas.
Los caracoles lamen del poema el tronco
y de las ramas más altas
se suicidan la cigüeña y la garza.
Y en los meses que clavan anzuelos como estrellas
recojo las colillas, las botellas vacías,
los vasos de papel donde bebimos ebrios
el vino incorruptible de nuestra adolescencia.

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CANTO IX

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDetrás de las palabras que no son
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmás que un simple ejercicio de escritura
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxFelipe Benítez Reyes

No manda heraldos el destino.
No concede un respiro.
No nos besa en la frente
para calmar la fiebre.
Severamente nos juzga y, sin embargo,
va de perdonavidas.
No se vive.
Mayoritariamente se existe
en una isla del yo profundo.

En una isla del yo profundo
escribo este poema.
Este poema y otros que dibujan mi rostro.
En cada verso pongo la vida.
Cada verso me cuesta una muerte,
mas la muerte no es un precio muy alto por un verso,
cuando cada verso propone una plegaria,
un dulce incendio arrebatado que prende
en los arbustos del corazón más torpe.
Nadie quiere aplacarlo.
En él, nadie perecer quiere.

En él, nadie perecer quiere;
mas ha de anegar la ceniza
tumbas y mausoleos.
La ceniza y el llanto
serán de mis versos la herencia.
Gozosamente las palabras quedan,
dudan, inquietan, turban,
hieren donde no duele
y donde duele curan las palabras.

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Y donde duele curan las palabras
cuando atienden nuestras plegarias.

Cuando atienden nuestras plegarias,
la plenitud se palpa con las manos,
el gozo nos eleva por los aires
y al mirar en los ojos del amado,
pletórica, la vida nos invita
a fundirnos con lo desconocido,
a besar al traidor, a sentirnos
culpables del crimen de los otros
antes que inocentes de los nuestros,
a perdonar al verdugo,
a comulgar con el árbol podrido
en la naturaleza muerta del deseo.

En la naturaleza muerta del deseo,
cuando la luz declina al filo de tus ojos,
el vino incorruptible de nuestra adolescencia
el brillo de su aroma escancia.
ebrios de luz, anhelamos respuestas.
¿Es posible acariciar
de un fantasma la furtiva sombra?
¿Que las palabras callen cuando hablan?
¿Que el frío de la llama queme como la nieve?
¿Es posible vivir sin haber muerto?
¿Y morir sin haber vivido?
¿Puede el amor provocar tanto daño?
¿Tanto naufragio y zozobra tanta?
El amor por siempre, para siempre y desde siempre.
El amor que nos condena a nuestro propio infierno.

Y de nuestro propio infierno nos redime
el poema, aunque apenas nos salva
del tedio del ángel de los días,
de la monotonía de los parques de mayo
cuando mayo es octubre,
de la luz y la sombra
donde principio y fin se funden.

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Bascuñana. Ramón. Liturgia de la profanación. Sevilla; Asociación Poética Cultural «Sin Fronteras», 2002.

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TAL VEZ COMO SI NUNCA

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5

En el umbral de cuanto desconozco,
a las puertas de los templos antiguos,
la emoción se remansa, el deseo perdura,
y el reloj del amor nos besa en las mejillas
como un sol cotidiano.
Como el ingrato cuervo que nos saca los ojos,
nos promete la vida una derrota,
aunque no siempre acierta en el castigo.
En los libros que ardieron,
en la palabra antorcha lo he leído.
En la ceniza de tus antepasados,
en forma de acertijo, está escrito tu nombre.
Como el ciego predicador de las montañas
soy la sombra de un corazón que late.

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8

En el atroz milagro de estos versos,
tan tuyos como míos,
el poeta que soy custodia las reliquias
de un tiempo de quiméricos crepúsculos.
Protegen las palabras del dolor de los hechos.
Protegen de los tristes obispos bolcheviques
de los que habla Vallejo, de la lluvia
que araña las estatuas como un gato salvaje,
de los pasos tan lentos con que anda el amor,
de los usurpadores y de los conjurados,
y de las tropelías que en nombre del deseo
cometen los amantes. Sí, las palabras
defienden las calles de un lugar
donde nunca estuvimos.

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14

En este cuarto con vistas a domingo,
la tristeza me visita en los días impares.
Se sienta en una silla y me habla del mar.
Escucho sus palabras, serenas como el agua
que fluye de una fuente. También escucho
cómo teje la soledad el fulgor de los versos
que ahora te recito. Se engarzan las palabras
en el hilo invisible del presentimiento.
Deslumbran si las miras de cerca. Duelen
si las tocas, porque hablan del amor. Hieren
porque, como la vida, las palabras nunca
son lo que dicen y traicionan los hechos.
Sí, estos versos nos juzgan, nos condenan.
Sí, tú ya no estás pero el dolor persiste.
Y en el dolor no hay piedad ni consuelo.
Nadie se apiada del héroe derrotado
y el consuelo es un lujo para los vencedores.
La vida es un combate en desventaja.

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15

La vida es un combate en desventaja,
la poesía también. Se lucha, cuerpo a cuerpo,
contra el verso rebelde, contra el ritmo
impetuoso del sentimentalismo,
contra las trampas del adjetivo adverso,
contra las imposturas heredadas
y la falsa retórica del sustantivo ampuloso.
Cada poema nos cuesta la vida.
Cada poema deja un saldo de llanto,
y de sangre, y de palabras heridas en su orgullo.
Cada poema, nos resume y nos niega;
es nosotros, nos engloba, pero también nos ata
y nos reduce a la sombra de las palabras.
Somos esclavos de una guerra
perdida de antemano. Despojos somos
del amor y la vida.

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Bascuñana, Ramón. Tal vez como si nunca. Lanzarote; Ayto. de Teguise, 2001.

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LOS DESEOS IMPUROS

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SATURDAY NIGHT AND SUNDAY MORNING

A las doce en punto de un sábado cualquiera,
se transmuta la noche. Se abren puertas
cerradas hasta entonces. Y una urgencia
de copas y deseo, como un secreto a voces,
la ciudad recorre. Nadie escapa al embrujo
de perder compostura, modales y maneras.
Envejece la noche por minutos, por segundos.
Como Dorian Gray ante el retrato de la culpa
de sus múltiples crímenes y único pecado.
Perfecta es la belleza a partir de la sexta
copa. Y es perfecto el olvido, cual mayordomo
inglés.

Sin nombre claudicar en brazos del domingo.
Extraños brazos. Calles y plazas somnolientas,
solemnes, enigmáticas, tomadas por gentes
de misa de nueve todas las semanas.
Cruzar el umbral de la mañana ebrio de luz
que estorba los sentidos; audaz vampiro
en retirada. Apurar sombras, tabaco y copas.
Sin preguntas, sin respuestas, sin ideas claras,
arrojar los despojos del fin de semana
sobre un lecho cualquiera a las doce en punto
de la mañana.

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MÁS ALLÁ DEL SILENCIO DE LA NOCHE

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA César Simón, en su muerte.

Es lunes y estoy solo.
Por el cuarto en desorden
libros como animales de compañía sueltos.
Me hace sombra la mano sobre el folio
mientras escribo: es lunes y estoy solo.
Y en los libros no encuentro
lo que encontraba entonces.

Por la ventana, de par en par, abierta
entra el silencio de la noche.
Y, más allá del silencio, las estrellas.

Es lunes y estás solo
y te embarga, inútil, la nostalgia
de no ser veinte años más joven
y haber perdido, tal vez, si no todo,
sí todas las batallas.

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DEUX O TROIS CHOSES QUE JE SAIS D’ELLE.

Que mata. Que comete
errores, mas nunca se arrepiente.
Que bajo el tedio de sus días
late fugaz un misterio cierto,
un dolor cierto, un cierto embrujo.
Que caprichosa y brutal y única,
sólo acepta sus propias conclusiones.
Que amarla es necedad, aun cuando
sea imposible no amarla en demasía.
Que se engalana, a veces, cual puta
licenciosa. Así, la vida.

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Bascuñana, Ramón. Los deseos impuros. Alicante; Diputación Provincial de Alicante, 2000.

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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (157)

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Ayer llegaron a casa todos los libros que pueden ver en la imagen. Desde aquí le quiero dar las gracias públicamente a Ramón Bascuñana, que me ha regalado los nueve libros y la plaquette que hay en la fotografía que hay en este post.
De aquí a nada empiezo a subir poemas de los diferentes libros.

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SOBRE FAMILIAS E INCENDIOS

septiembre 15, 2021 Deja un comentario

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[infancia II]

cuando era inocente
(alguna vez lo fui)
vivía en una casa en las afueras

era una casa como dios manda

una casa con patio gatos perros
y unos padres que no me merecía

la humedad subía por las paredes
yo compartía cuarto con mi hermano
y mentiras con el resto del mundo

guardaba mis secretos bajo llave

mi padre guardaba los suyos
en una caja de zapatos
encima del armario

mi madre no tenía secretos
¿para qué?
sólo fotos de familia
y falsas esperanzas

éramos una familia ejemplar
siempre supimos guardar las distancias

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[golondrina]

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAl comienzo de la última primavera había
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxllegado .hasta ..una .cajita .de .cerillas .que .llevaba
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsiempre en el bolsillo recordando el poema de mi amigo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMe .gustaba .el .idioma .extranjero .de .la .ilustración
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy la pequeña golondrina entre las letras, pero sobre todo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxconfiaba plenamente en su contenido.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNacho Fernández

rectangular de brillantes colores rojo amarillo
y sobre el amarillo ella refrenando su vuelo
trade-mark svalan die schawalbe the swallow
de zwalun golondrina fósforos de madera
y si le das la vuelta rojo intenso sangrante
fósforos de seguridad las advertencias de siempre
una ciudad un teléfono mantener en lugar seco
y fuera del alcance de los niños aprox. 240 fósforos
doscientas cuarenta oportunidades de incendiar
mi soledad a oscuras

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Bascuñana, Ramón. El gesto del escriba (Antología 1999-2007). Barcelona; Ed. Huacanamo, 2009.

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EL GESTO DEL ESCRIBA (ANTOLOGÍA 1999-2007)

septiembre 11, 2021 Deja un comentario

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[Para siempre y por siempre]

Para siempre y por siempre
sin una alternativa, sin un porqué
a mano, o sin una mano que oprima,
que deslice y hunda con certeza un cuchillo
en la carne del verso entregado.
No siempre así, pero en cierta manera.
Que sangren las palabras.
Que se desangren hasta ya no más nunca,
hasta caer por su propio peso
como hojas muertas, enteramente muertas,
pálidas, casi transparentes, secas,
sobre el folio en blanco de nuestra dicha,
gélida piel del invierno
en lo más crudo del crudo invierno.

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COMO EL TEMBLOR DEL VINO

Como el temblor del vino
es el escalofrío
que recorre mi espalda
cuando alzo la copa
y brindo por los años
que esperan, todavía,
Besarnos en los labios
con su leve caricia.

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APOLO PERSIGUIENDO A DAFNE

Yo te persigo, amor, aunque tú sabes
la maldición que pesa en nuestra contra.
Yo te persigo, amor, y al alcanzarte
tu carne será un tacto de madera.
El Amor es así, su sino es ése.
Es el Amor una categoría
del amplio espectro de las ilusiones.
Nada más alcanzarlo se transforma.
O, puede ser peor, se desvanece.

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LA VIDA EN UN ACTO

Hay un prólogo que apenas interesa
y un epílogo que ya no nos importa.
Entre ambos, la vida en un acto.
El texto, además de borroso, enrevesado.
El desarrollo, previsible y monótono:
cada día es igual y distinto a cada día.
El decorado es siempre lo de menos.
No es mucho, pero basta para ir improvisando.
Si prescindimos de ciertos detalles,
parece una comedia, pero no hay que fiarse.
El autor tiene apego a la tragedia
y a los golpes de efecto en momentos puntuales.
Aunque el ritmo nos parezca pausado,
todo sucede demasiado deprisa.
No hay tiempo para irse por las ramas
ni para preguntar lo que parece obvio:
el porqué, los motivos, las razones.
Es fácil, disfruta de la obra mientras dure.
Vive la vida a fondo, no hay tiempo para ensayos.

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EL FUGITIVO

Con los brazos abiertos te recibe
una nueva ciudad desconocida.
Eliges un hotel para el olvido
y sabes que será como las otras.
La vida es un ritual que se repite
y es el hombre animal de costumbres.
Habrá vino, amantes de una noche,
y ocasiones para cantar victoria.
Mas un día cualquiera en una esquina
volverás a cruzarte con tu sombra
y emprenderás el viaje nuevamente.
Otra ciudad vendrá cuando abandones
esta nueva ciudad donde persigues
escapar del intruso que te habita,
aunque sabes lo inútil del empeño.
Escapar de nosotros es un sueño
que desemboca siempre en pesadilla.
Mas, de momento, la ciudad es nueva
y te recibe con los brazos abiertos.

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REGRESO A LA CIUDAD EN SOMBRAS

Después de tanto tiempo, un ángel
de piedra ilumina el regreso.
Olmos del olvido, álamos altivos.
La ciudad, silencio de campanas
y murmullo de hiedra por los muros.
Calles donde la soledad parece otra.
Plaza con fondo de catedral gótica,
serena y mayestática y agónica,
en el tedio provinciano. Algunas
mesas vacías a primera hora. Sol
de otoño que entibia los recuerdos
como agua dormida en un estanque.
Qué extraño sentir lo que siento.

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TODO LO QUE TENGO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTodo lo que he perdido
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxlo perdí a sabiendas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy lo que no gané
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxfue por pereza.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCristina Peri Rossi

La realidad y el deseo, un porvenir incierto,
un aire decadente, tímido, hipocondríaco,
un padre que no estaba nunca satisfecho,
una madre que habla por los codos, un afán
desmedido por juntar palabras y hacer versos,
una infancia perdida, una muerte segura,
un espejo que miente lo justo y necesario
cada vez que pregunto y me contesta,
una pluma de garza para escribir mis sueños,
un billete de ida a cualquier parte,
un mapa del tesoro, una agenda con nombres
de amigos que hace siglos que no llamo,
un libro de aventuras y otro de desventuras,
una cuenta corriente con números en rojo,
un cuaderno de notas donde anotar olvidos,
un recuerdo prestado y otro nuevo,
unos años de más y unos kilos de más,
algunos sueños menos, menos pretensiones,
y muchas menos ganas de comerme el mundo,
un clavel y una espada, un laurel y una sierpe,
y una lista imposible de amantes de una noche,
un cuerpo astral y otro que han de comerse los gusanos,
la piel a tiras, pájaros en la cabeza,
los pies de barro para andar por casa,
una licenciatura que adorna mi despacho,
diplomas, premios, trofeos, condecoraciones,
una mesa y seis sillas que compré en las rebajas,
un corazón cansado de latir en silencio,
dos manos, un reloj que da la hora, veinticuatro
horas al día, doce mese al año para perder
el tiempo y todo el tiempo del mundo
para perderlo, un amor desmedido por la noche,
mil y una noches sin preguntas y mil y una
preguntas sin respuesta, la eternidad a mano,
una sonrisa (siempre la misma) para dar las gracias,
un juego de lágrimas de repuesto,
un juego de llaves para abrir el recuerdo,
un ángel de la guarda que sufre mal de altura,
un suicidio pendiente, una cuenta pendiente,
un oso de peluche independiente y contestatario,
una lengua de fuego para quemar el bosque
de tu cuerpo, el sándalo nuevo de tus ojos,
fotografías de alguien que fui, pero que desconozco,
palabras que me ayudan a nombrar el mundo,
la historia secreta de una estatua en un parque
susurrada al oído por el viento de marzo,
el azul de la nostalgia, el verde de los celos,
el verano que cabe por la ventana de atrás,
el mar que entra por la ventana abierta,
la huella de tu ausencia entre las sábanas,
los libros donde escondo la vida, los versos
donde a veces la busco, y la vida, la vida,
esa falsa moneda arrojada a la fuente
donde muere el deseo ahogado en la derrota.

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[sobre un tema de borges]

alquilar una vida ajena
y en un hotel una habitación
con vistas al patio interior
de la mala conciencia guardar
la culpa en los cajones beber
las horas a la espera del final
adecuado y en eso que llamen
a la puerta los sicarios

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EL ÁGAPE

Llegan los invitados
al ágape del gozo.
Música de violines
o cuarteto de cuerda.
Leve rumor de velas,
que encendidas titilan.
La mesa está servida
para los comensales.
Sobre el mantel de encaje,
en fina porcelana,
las mejores viandas.
Y en las copas talladas,
escancia el camarero
el vino de la vida.
Disfruta del instante,
del vino y la comida.
Acabada la cena,
pasarán la factura.

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BALADA DEL CAFÉ TRISTE

De noche nunca cierra.
Algunos clientes tienen horarios fijos,
otros parecen haber nacido allí.
En la barra, si levantas un vaso
deja pintado en ella un beso de agua.
De muerte prematura, se agotan las botellas.
Grotescos rostros, maquillados por Ensor,
envejecen a razón de diez años por hora.
Esperan. No saben qué ni a quién.
No a Godot, desde luego.
Es moneda corriente la tristeza.
Se bebe a cortos sorbos y, al acabarla,
en la copa brilla el hielo obsceno de un mal pensamiento.
En el juke-box suena mi corazón
en forma de Old man river.
Se juega a parecer lo que no somos.
Punto y aparte es, aquí, el tiempo. Oculta Shangri-La.
Por una copa ganas o pierdes
el cielo o el infierno.
Incluye el precio regresar mañana.

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AL MODO DE EUGENIO MONTALE

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxIncierto es el destino de la obra de arte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAlberto García Ulecia

Encomiendo a mis posibles
herederos literarios (siempre
los hay a nuestro pesar) que pongan
uno sobre otro cada uno de mis versos
y cada uno de los segundos de mi vida
y les prendan fuego. Mejor arder
hasta la ceniza que el viento del olvido
dispersa que malvivir en el recuerdo
del porcentaje de mis sueños.

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EL GESTO DEL ESCRIBA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTraslada estaciones de un lugar a otro
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsin importarle el gesto del escriba.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJenaro Talens

El escriba es esclavo de sus gestos.
Anota silencioso todo cuanto
le dictan reyes y legisladores.
No cuestiona las leyes ni los hechos
aunque sean injustos. No protesta
contra nada. Ni siquiera se opone
a la pena de muerte ni a la firma
de tratados de guerra denigrantes.
Ejerce su trabajo sin dejarse
arrastrar por la turbia corriente
de las emociones. Nada perturba
sus noches y sus días. Nada altera
los rasgos de su rostro. En su gesto,
de clara indiferencia por los hechos
y por la vida ajena, se percibe
el profundo egoísmo de los hombres.

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AHORA que la muerte me escribe cartas,
ahora que ya tengo edad para recibir mensajes y congregar
xxxmultitudes,
ahora que nieva sobre los templos y sobre las sombras de los
xxxtemplos que el tiempo alarga antes del crepúsculo de los
xxxespejos donde nadie se mira,
donde nadie se doblega ni sufre en sus ojos la compasión del
xxxotro reflejado, del otro igual,
donde nadie es dos veces uno mismo y distinto, ave y reptil,
xxxdonde fui,
xxxdonde soy,
xxxdonde seré,
o donde espero ser el niño que no fui, siempre soñando, soñando
xxxsiempre parques con senderos de musgo y estatuas de
xxxcristal y fuentes donde el agua bendita del deseo se bebe
xxxa tragos cortos, a cortos tragos,
sin compasión ya para quien soy ahora que la muerte me escribe
xxxcartas y tengo edad para congregar multitudes en los
xxxtanatorios y en los recitales,
sin compasión para el adolescente de los domingos perdidos y
xxxlos lunes disciplinados y los martes tranquilos, tediosos y
xxxperfectos,
sin compasión ni pena para quien ha malgastado los días del
xxxfuturo en las estancias del tedio,
para quien ha dormido en los sótanos del mar,
para quien ha dormido dentro de una botella arrojada por la
xxxborda, arrojada por la ventana de la ciénaga de la desidia,
para quien escribe en las servilletas del recuerdo versos y
xxxletanías que el tiempo alarga antes del crepúsculo de la
xxxvejez, antes de la aurora del nunca ya, del ya nunca seré
xxxcomo ahora soy,
que es una forma de no ser nunca, de nunca ser ahora que la
xxxmuerte ha decidido mandarme cartas de recomendación,
xxxcartas de amor, cartas de despedida, de bienvenida, de
xxxbueno ya veremos,
pero la muerte no ve más allá de las tumbas blanqueadas por el
xxxdinero de la mala conciencia,
más allá de los mausoleos familiares, de los sepulcros de
xxxencargo y de los plácidos cementerios de la luna,
más allá de los espejos que desdoblan y multiplican la realidad,
más allá del más allá del más allá de un ahora mismo que ya no
xxxes ahora mismo ahora mismo
porque ahora mismo el instante se pudre al pronunciarlo dos
xxxveces seguidas en un mismo presente.

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LAS TARDES de Baudelaire se filtran a través de la ausencia
xxxde los pliegues de tu piel.
Bebo los vientos inhóspitos en tu boca de óxido y nicotina,
bebo agua mineral y vino de la discordia en la palma de tu mano
xxxmientras Narciso me promete suicidios de un minuto
xxxdesde el suplemento literario de una revista del corazón,
bebo aguardiente
y trago saliva en cada beso tuyo,
y me trago el orgullo y las palabras y los remordimientos y el
xxxpasado que siempre vuelve de la mano de las fotografías
xxxy los viejos diarios que escribí en un tiempo sin bordes,
xxxen un tiempo borroso, en un tiempo de lluvia en los
xxxjazmines,
y me trago de golpe aquella adolescencia de parques disolutos,
xxxde noches como cuervos picoteando la herida de los
xxxastros, de versos y resaca a la luz de un secreto que
xxxmordía las sombras,
como muerdo tu cuello cada vez que me das ala espalda de tu
xxxausencia en este lecho de horas que se enfrían y sábanas
xxxheladas por el miedo,
mientras llueve en septiembre y llueve en el pasado, en los
xxxjazmines, en las tumbas y en los museos,
y la lluvia difumina las formas del paisaje,
los rasgos de los rostros de los seres queridos,
la tinta de los versos mojados escritos en los bordes de mis
xxxlibros de texto, en los bordes de la piel de mis amantes de
xxxentonces, en las cortezas de los árboles, en el yeso de las
xxxparedes de mi cuarto,
en todas partes y en ninguna parte, entonces.

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NO HA DE PERDURAR la sangre aunque la sangre se vierta
xxxde padres a hijos.
No ha de perdurar el fulgor de la porcelana en la mesa de la
xxxhumillación cotidiana.
No perdurará el nombre del profeta.
Callará el oráculo sus profecías.
La sibila permanecerá muda por los siglos.
Ni en el agua ni en el fuego levantará el hombre su voz.
El silencio alzará sus manos, clamará en el desierto inesperado,
xxxsujetará la columna central del templo de los sueños.
El hombre habitará el silencio de las correspondencias
y beberá el licor de las noches frías, de las noches que se alargan
xxxpor el desierto sin nombre del profeta,
y comerá los alimentos de la emancipación, los alimentos
xxxprohibidos por el código de los traidores, por el código
xxxde los prisioneros y las normas sociales establecidas,
comerá el cadáver del enemigo admirado,
comerá el corazón de la noche profanada,
comerá los ojos del ciego que no veía más allá del aburrimiento
xxxde los calendarios,
devorará las entrañas del poema y beberá la sangre que no ha de
xxxperdurar aunque se vierta de padres a hijos.

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Bascuñana, Ramón. El gesto del escriba (Antología 1999-2007). Barcelona; Ed. Huacanamo, 2009.

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DOS POEMAS DE ‘ARTÍCULOS DE PRIMERA NECESIDAD’

enero 11, 2021 1 comentario

 

EL BUITRE
[Sobre una foto de Kevin Carter]

Si fuese un cuento de hadas
para niños,
posiblemente el buitre
del sueño vigilase
al famélico niño
o quizás a la niña
abandonada.
No se distingue bien.

Pero la foto
trata de la vida
y de las consecuencias
del capitalismo:
del hambre y la pobreza
en un país lejano.
El buitre solo espera
la muerte que no llega
y el botín, los despojos.

Hay que saber leer
los símbolos:
el niño simboliza
el problema del hambre,
se llamaba Kong Nyong
y murió de fiebre
unos años después;
el buitre es el capitalismo
y el fotógrafo
somos todos nosotros:
los indiferentes,
los que miran,
pero nunca hacen nada.

 

 

 

 

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE
[Homenaje a la novela de E. María Remarque]

Hay que contar los muertos.

Primera guerra púnica.
Cuatrocientos mil muertos.
Sin novedad en el frente.

Segunda guerra púnica.
Trescientos mil muertos.
Sin novedad en el frente.

Guerra de las Galias.
Entre cuatrocientos mil
y un millón de muertos.
Sin novedad en el frente.

Las Cruzadas.
Cinco millones de muertos.
Sin novedad en el frente.

Las guerras napoleónicas.
Entre cuatro y siete millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Primera Guerra Mundial.
Entre diez y treinta y un millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Segunda Guerra Mundial.
Entre sesenta y setenta y tres
millones de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Corea.
Entre dos millones y medio
y tres millones y medio
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Vietnam.
Entre dos y seis millones
de personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Guerra de Siria.
Entre ochenta mil
y cien mil personas muertas.
Sin novedad en el frente.

Hay que contar los muertos.
Los muertos también cuentan.

 

 

 

Bascuñana, Ramón. Artículos de primera necesidad. Murcia; Boria ediciones, 2020.

 

LLEGADAS

diciembre 31, 2018 Deja un comentario

 

Este año han llegado a casa varios libros y algunos discos, y quiero dejar constancia públicamente del agradecimiento hacia quienes han hecho que mi biblioteca y mi discoteca particulares hayan aumentado en cantidad y calidad.

Gracias por sus libros a Vicente Velasco, a Carlos Vitales, a José Luis Martínez Valero, a Ramón Bascuñana, a Natxo Vidal, a Manuel Rico, a Eugenio Sánchez Salinas, a Alfredo Rodríguez, a Sandro Luna, a Óscar Navarro, a Luis Sánchez, a Javier Sánchez Menéndez, a la editorial El Sastre de Apollinaire, a Joaquín Calderón y a Pedro Gascón.
Además, no quiero olvidarme de los regalos musicales que me han hecho Paco Cifuentes y Lichis.
Por supuesto, también a Alberto Alcalá, a Ferrán Exceso, al niño de la hipoteca, al Kanka, al Manin y a Álvaro Ruiz, por contar conmigo cada vez que pasan por Murcia y traen su música a esta ciudad.
Y, por último, quiero agradecerle a María Marín que contara conmigo para presentar su primer libro.

Gracias a todos.

 

6SEIS6

El viernes, tras la presentación de la última novela de Juan Soto Ivars en Murcia,Ramón Bascuñana tuvo a bien regalarme un ejemplar de su ‘6 seis 6’, el libro con el que se llevó el III Concurso Noches Poéticas Bilbao y que ha sido editado por La Única Puerta a la Izquierda.

 

 

Y aquí dejo tres poemas del libro.

 

ESTADO DE DESÁNIMO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtoda tu vida
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpor un puñado
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde poemas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxItziar Mínguez

hoy me levanto con el cuerpo roto
en mil pedazos
en mil palabras rotas una y mil veces rotas
de tanto repetirlas por mis sueños
y de tanto escribirlas en la arena del tiempo de una playa

hoy me levanto sin mañana cierto
y el pasado es un cajón de sastre
donde no queda casi nada
casi nada que importe al que soy ahora
y escribe este poema
después de haber escrito tantos
puede que más de mil rotos en mil pedazos
y otros tantos en libros y revistas
y en la piel clandestina de amantes de una noche
y en servilletas viejas
y me pregunto si un verso me salva
de esta suerte de estar solo
frente al mundo
si el mundo es la intemperie
un lugar que no entiendo y me molesta
un túnel sin salida
por donde corren ciegos espectros solitarios
que anhelan un abrazo de clemencia

pero yo sigo estando solo frente al mundo
solo frente a mí mismo y el espejo
que delate una imagen de mí mismo que no me gusta nada
pero es lo que soy y tengo que aceptarlo
y seguir adelante porque no queda otra

porque un día es un día y luego viene otro
y sucesivamente voy muriendo
a veinticuatro horas cada día
con esa exactitud de los relojes que nos miden
el tiempo de la muerte

hoy tengo el cuerpo roto en mil pedazos
y ya me da lo mismo cualquier cosa
porque no siento más que la tristeza de estar vivo
y el lento palpitar de un corazón cansado
que ve pasar los días los meses y los años
y no encuentras sentido a casi nada

porque la vida es siempre casi nada

 

 

 

 

GOOD TIMES

en la cafetería
el periódico anuncia
los males del presente
que no son muy distintos
de los posibles males del pasado

me bebo mi café
como si se tratara de cicuta
de arsénico de llanto

la gente no discute
la gente se resigna con esa mansedumbre
de los pueblos idiotas
que aman a sus dioses
y jamás se cuestionan
las torpes decisiones
de aquellos que gobiernan sus destinos

me indigna esta desidia
las bromas de mal gusto de los que nos gobiernan
tomándonos por tontos de remate
ver cómo nos arrancan los derechos
y encima nos advierten
que será necesario poner la otra mejilla

esta mañana estoy cansado de mí mismo
de mis conciudadanos
y de la terquedad de cuanto me rodea

esta mañana estoy confuso de tan claro
como veo el futuro
y lo que más me jode del asunto
es que siempre protesten los de siempre
porque siempre protestan los de siempre
los que no tienen nada que perder
porque no tienen nada
ni dignidad ni piso ni trabajo
solo la vida a cuestas

se anuncian buenos tiempos
desde ciertos lugares oficiales
instituciones bancos parlamentos
será para unos pocos
el resto hemos de ir
nadando en la miseria cotidiana
intentando llegar a fin de mes
para empezar de nuevo la agonía
de tener que pagar la luz el agua
el colegio del niño
la leche el pan los huevos
la factura imprevista del coche que se ha roto
el dentista las gafas la hipoteca
y la vida se vuelve irrespirable

y quiero rebelarme
por todos los que nunca se rebelan
y escribo este poema
que es como clamar en el desierto
pero mejor clamar en el desierto
y que el poder nos tema y nos rechace
que seguir escuchando indiferente
la hipótesis perfecta
de que habrán de venir los buenos tiempos

 

 

 

 

EL SUICIDA

una mujer anciana
adoración noventa años y una lengua afilada
como la guadaña de la muerte
camina como si arrastrase un peso muerto
el peso muerto de su vida muerta
como si arrastrase el peso muerto de su hijo muerto
recién muerto unos años atrás
ferozmente muerto por su propia mano
unos años atrás solamente

y sus pasos breves e inseguros
recorren y trazan la distancia del mundo
que es su mundo este barrio borroso
que ya se difumina ante sus ojos antiguos

y camina como si arrastrase el peso muerto de su hijo
del cadáver de su hijo muerto
de su único hijo
y a su paso es como si se rompieran los goznes de las puertas
los goznes de las puertas del infierno
o los huesos de los esqueletos de los perros abandonados
o como si se quebrasen ramas secas de un árbol desgajado
o como si la melancolía del porvenir no tuviese importacia
y la sangre no tuviese importancia
y la vida no tuviese importancia

y adoración arrastra su tristeza
como un perro muerto
como un peso muerto
como un hijo muerto y reciente
porque cada día que se levanta sin su hijo
sin su único hijo es como si hubiese muerto ayer
de golpe de un tiro en la cabeza
en su cuarto sin motivo aparente
para pegarse un tiro en la cabeza
a no ser la desidia del mundo
la desidia de este pequeño mundo que es un barrio borroso
y sin salida de emergencia
un barrio borroso donde todos somos fantasmas
de nosotros mismos
y la muerte entierra las ilusiones
debajo de los días perplejos
debajo de los años
debajo del hastío
y este es un lugar del que nadie saldrá vivo
pero mientras
xxxxxxxxxxxxxmientras tanto
adoración camina y camina
barrio arriba barrio abajo
como si arrastrase el peso muerto de su hijo muerto
el peso muerto de su propia vida

mientras en la memoria del olvido
el hijo suicida que no ha leído a david foster wallace
ni ha escuchado las canciones de kurt cobain
ejercita su escasa puntería con su propia cabeza
y se suicida una vez y otra vez y otra vez
y muchas veces siempre
con la esperanza de ser resarcido

 

 

 

Bascuñana, Ramón. 6SEIS6. Bizkaia; Ed. La Única Puerta a la Izquierda, 2018.

 

INVIERNO 2017

Hace algo más de dos meses salía a la calle el último número de ‘Manifiesto azul’. Aquí dejo cuatro poemas que me gustaría destacar del número en cuestión.

 

 

ANTONIO AGUILAR

ANNE CARSON

Estás leyendo La belleza del marido
de Anne Carson,
y anotas para un libro cosas sueltas,
frases, ideas, por ejemplo:

«Su telegrama (al día siguiente) decía
Pero no llores por favor
nada más
Cinco palabras por un dólar.»

O el título del tango séptimo:

«PERO PARA HONRAR A LA VERDAD QUE ES LLANA Y DIVINA
Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN) INVITAR A
BAILAR A LA MENTIRA QUE VIVE ALLÍ ABAJO ENTRE LA MASA
DE LOS SERES HUMANOS TRÁGICOS Y TOSCOS»

Aquí has dejado el lápiz.
Son tantas las palabras que podrías
subrayar «La primera
Hay algo de filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.
Taxis para arriba y para abajo.
Lágrimas.
Grietas en la pared que recibe el golpe.
Luces encendidas hasta altas horas de la noche.
No puedo vivir sin ella.
Ella, la palabra que estalla.
Luces todavía encendidas de mañana.»

O cuando lees,
casi al final del libro:
«Esperando el futuro y a los dioses,
marido y mujer descansaron,
como descansan los jugadores transgrediendo las reglas de juego,
si fuera un juego, si conocieran las reglas,
y lo era y las conocían».

 

 

 

 

RAMÓN BASCUÑANA

EPITAFIO PARA UN POETA MENOR DE ANTOLOGÍA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNada es tan inaudito
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcomo la propia muerte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDespués será la música
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel mejor epitafio.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxM. Sanz

Luché por no ser nadie,
por no llegar a nada.
Abandono la vida por desidia.

 

 

 

 

HUGO CANO

Phylum: Arthropoda
Subphylum: Chelicerata
Clase: Arachnida
Orden: Palpigradi

Los palpígrados
Son animales ciegos
Son animales incoloros
Son animales casi invisibles
Muchos podrían preguntarse
Si los palpígrados realmente existen
Pero yo creo
Que ellos también aman
Apasionadamente
Y también sé
Que cuando las cosas les salen bien
Se reproducen

 

 

 

 

MAMEN PIQUERAS

EL ÁRBOL DE LA VIDA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOigo caer las piedras que arrojamos,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtransparentes como cristal a través de los años.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTomas Tranströmer

Aún escuchas aquella luz
silente y calma.
En secreto deseas, de nuevo,
curar su membrana herida
por la contundencia de la piedra.

Ya no preguntas de qué mano,
ni qué anillos afirmaron
su genealogía.
Por fin desconoces
las fronteras de la infinitud.

Así tu voz,
alamar del tiempo,
como un guijarro iridiscente
por virtud del agua, dice
que nada es sino la lluvia:
Colorolario, canto, plegaria.
Plancton del mundo.

No podremos, sin embargo, evitar
que también nos traiga herrumbre
—y, aun así,
quizás,
sea hermoso—
ni olvidar que una vez
fuimos de ella,
y en ella,
por su lengua verdadera, bendecidos.

 

DONDE YA NUNCA NADIE

Coche en la arena

 

Dice Ángel Luis Prieto de Paula en el prólogo de este libro:

«En Donde ya nunca nadie, un título que concuerda con otros varios suyos respecto a los que acentúa su negatividad, el poeta se ha apropiado definitivamente de la tradición vigente en su obra anterior, que ahora está personalizada y es tanto menos detectable, y ha incorporado tradiciones nuevas. Antes era perceptible el tour de force entre las corrientes estéticas en que se inscribía ‒si sirve la simplificación, más Otero al comienzo, más Cernuda después‒ y una personalidad que rompía las costuras de la tradición heredada, lo que en ocasiones provocaba un zarandeo de la voz poética que le impedía sentirse cómoda en el cauce escogido. Ahora obra con mayor libertad en la configuración imaginística, y ensaya una dicción cuya plétora pudiera recordar la respiración poderosa de Saint John Perse, pero arrastra sedimentos de un simbolismo telúrico que hemos visto en Antonio Gamoneda. Pero más allá de cualquier homenaje a las poéticas de las que bebe, la poesía de Bascuñana se enfanga en los detritos de la existencialidad, recorre las mazmorras del ser, y a menudo deja ver las cicatrices, no siempre bien cerradas, del sufrimiento. Todo eso estaba allí y está también aquí. Ahora, sin embargo, nos encontramos ante un libro ‒para mí, sin duda el mejor de los suyos‒ en su sazón literaria, que se alimenta de la vida pero no resulta abrumado por ella. A esta armonización de vida y literatura contribuye el que los versos se hayan desprendido de los rigores del metro. Los poemas se configuran como una sucesión de versículos que a veces tocan la prosa, en un encadenamiento salmódico donde las reiteraciones, las obsesiones temáticas y las confesiones fluyentes de una intimidad atormentada consiguen dar cuerpo a la pesadumbre, sobre las pausas rítmicas de un tamtam donde campan por sus respetos el amor ‒perdido‒ y la muerte en lontananza. Ésta va a la zaga del autor hocicando en sus cosas, introduciéndose por los entresijos de sus días, contabilizando sus fracasos y mostrando un rostro que sería aún más intraquilizador si no formara ya parte del paisaje.
xxLas palabras, y en general las imágenes del libro, no tienen una validez por entero autónoma, sino que se ensamblan en la sucesión de los poemas y sólo en ese continuum adquieren todo su sentido, como las letanías de un rosario. No es éste, en fin, un libro de poemas exentos, sino un poema diría que casi convencionalmente troceado y articulado en unidades que son fragmentos de la totalidad, esquirlas que se recomponen en este conjunto. Frente a un referencialismo cerrado, de significados unívocos y enseguida reconocibles, Donde ya nunca nadie se nos ofrece con una apariencia desarticulada, mediante metáforas y comparaciones que fluyen en borborigmos tropezándose unas con las siguientes, y sin renunciar a ocasionales irracionalismos que desanudan las ataduras del naturalismo ramplón.»

 

Y aquí dejo algunos poemas del libro.

 

EL VENDEDOR de misericordia se ahoga en su propia
xxxxxcodicia.
El vendedor de misericordia recorre los mercados del arte y las
xxxxxsacristías de las iglesias y profana el silencio con sus
xxxxxpalabras,
tiene un ojo puesto en la verdad y otro que mira los bordes de
xxxxxla luz,
tiene una mano que acaricia la cabeza de los pobres de espíritu
xxxxxy otra que pide a las puertas de los templos del placer,
tiene un pie que dirige sus pasos al exilio y otro que busca
xxxxxrefugio al amparo de las leyes no escritas del perdón,
pero el vendedor de misericordia, como la muerte, conoce
xxxxxtodos los trucos de su profesión y sabe que la rosa más
xxxxxbella esconde la espina más dolorosa y que el amor es tan
xxxxxsólo una forma de la mentira.
El vendedor de misericordia calla cuando le escuchan los
xxxxxdueños del miedo, habla cuando el provecho es inútil,
y en su boca las palabras adquieren el sabor del metal
xxxxxherrumbroso.
Cada palabra que pronuncia es un latigazo en la espalda del
xxxxxconsuelo.
Cada palabra es un crimen premeditado.
En cada palabra el dolor es como el tañido de una campana de
xxxxxplata, como el vaivén de las olas acunando los restos de un
xxxxxnaufragio en los ojos de un ahogado, como una piedra que
xxxxxduele si tocas la herida.
En cada palabra hay un hombre sin respuestas
que viaja por el país de la perplejidad.
Es difícil no tropezar en las escaleras del corazón, no sentir que
xxxxxel rumbo equivocado es, en verdad, el acertado,
el único posible para escapar de los acertijos de la memoria
y de la traición de los recuerdos.
Es difícil no confiar en la traición de las palabras,
en su dulce traición que empapa todo cuanto toca con sus
xxxxxdedos húmedos de nostalgia, de vino barato y de negra y
xxxxxfúnebre tinta.
Las palabras, como sombras que cruzan el puente de los
xxxxxsuspiros de los labios feroces, acaso de tus labios,
como manos que hurgan en el tímido huracán del pensamiento
xxxxxen penumbra,
en el desván de los momentos que pasaron desapercibidos y
xxxxxahora son como antorchas que iluminan el dolor de
xxxxxentonces,
el dolor de mañana y de pasado mañana,
el dolor de estar vivo en carne viva, sangrando sílabas de agua y
xxxxxde fuego, y arrepentimiento y culpa.
Palabras como garfios clavados en la retina,
como lanzas clavadas en el costado,
como anclas que fondean en la fiebre de la pupila dilatada y en
xxxxxla quietud de los verbos.
Palabras que sólo pronuncian los académicos y los exquisitos,
y los poetas que imparten conferencias en los hemiciclos de la
xxxxxlujuria barroca o en los púlpitos del mediodía cuando los
xxxxxmeses cruzan la distancia que separan nuestras calles y
xxxxxnuestros cuerpos,
cuando el sacristán del carnaval anuncia las fechas del insomnio
xxxxxy la noche da el sí quiero y acaricia el lóbrego cabello de la
xxxxxaurora,
cuando el amor reparte sus dones sin pensar en las posibles
xxxxxconsecuencias
y la mujer de los pechos de nácar visita los imposibles museos
xxxxxdel caos y la concupiscencia con un libro de poemas que
xxxxxsólo ella comprende porque habla de tu ausencia y todavía
xxxxxno ha sido escrito por nadie,
ni para nadie,
ni contra nadie,
porque la poesía corta las cuerdas de la realidad y nos sujeta a la
xxxxxrueda de piedra del molino del tiempo,
porque la poesía multiplica los ejércitos de liberación, pero
xxxxxtambién multiplica las batallas contra nosotros mismos,
porque la poesía es la emoción que no se siente cuando se
xxxxxsiente la emoción y el tiempo rueda boca abajo por la
xxxxxpendiente de la intransigencia,
porque las doncellas etílicas y los héroes mayestáticos en
xxxxxgeneral son muy malos lectores de poesía, pésimos lectores
xxxxxde novela y execrables amantes de una noche,
porque a pesar de la plata y la porcelana de los domingos, del
xxxxxaroma que enfría los paseos matinales y la delgadez afilada
xxxxxde los cuchillos para cortar el cuello de los cisnes,
porque a pesar de todo
y pese a todo
mi alma moribunda se inclina en los arroyos del verso y bebe
xxxxxhasta embriagarse del prohibido licor de los frutos
xxxxxcallados.

 

 

 

 

Y ASÍ nunca.
La geometría del silencio articula el discurso de los dictadores y
xxxxxlas plegarias de los evangelizadores.
La geometría sirve para trazar los mapas de la desolación en el
xxxxxojo de aguja de la rabia por donde pasa el camello de la
xxxxxpaciencia.
No alces la mano contra el enemigo porque del enemigo es la
xxxxxpalabra y sus ataduras de saliva. No alces la mano ni tires la
xxxxxpiedra de la verdad sobre tu propio tejado.
Una y mil veces no.
Una y mil veces acepta el desafío de los conjurados,
acata las órdenes que nadie ha osado acatar,
descifra los manuscritos secretos y aprende los idiomas
xxxxxprohibidos,
analiza tu corazón con la lupa de la sabiduría,
ama el camino que pasa por el deseo y luego renuncia a la
xxxxxvergüenza y al oprobio.
Es difícil, lo sé.
Es difícil no sentir la tentación de los números, no caer rendido
xxxxxbajo el hechizo del pudor,
no rendirse a la evidencia del loco de diciembre.
Renunciar es difícil para el hombre que escribe en las servilletas
xxxxxde los recuerdos versos que cortan como navajas,
versos que se hunden como manos, como lenguas, como
xxxxxespuelas en la débil carne de la esperanza continua,
versos que no se tragan el orgullo y beben aguardiente como
xxxxxbeben los marineros la lentitud del horizonte que se aleja.
Es cuestión de palabras y de tiempo.
Es cuestión de pudor y de tardes esdrújulas como estrellas.
Es cuestión de mirar al niño que encerramos en el armario de la
xxxxxclaustrofobia.
Es cuestión de mirar a la muerte a la cara y preguntarle dónde
xxxxxhabitará el hombre después del hombre, si ha de perdurar
xxxxxla sangre de la sangre.

 

 

 

 

RILKE continúa hablando del dios fluvial de la sangre mientras
xxxxxescribo sobre los alimentos de la emancipación y sobre el
xxxxxvendedor que se ahoga en su propia codicia.
Son propicios los días para arrancarle las alas a la garza del
xxxxxotoño.
Son propicios los días para colocar el dolor en un pañuelo de
xxxxxseda y mostrarlo al mundo como un trofeo otorgado en
xxxxxreconocimiento a los servicios prestados.
La mitad de mi vida sólo vale lo que la otra mitad de mi vida
xxxxxquiera pagar por ella.
La mitad de mi vida son tus ojos que nunca leerán los versos
xxxxxque escribo en lugar de los versos que nunca escribiré.
La mitad de mi vida es una maleta y un piano y una tarde de
xxxxxoctubre tumbada boca arriba. Y las tabernas de la duda y el
xxxxxjardín de la prudencia,
y el cementerio donde descansa mi adolescencia,
y la brújula que marca un norte de diamante inalcanzable para
xxxxxun perdedor,
y la profanación de los altares donde una casta sacrílega recita
xxxxxlos poemas de Eliot como si fuesen poemas de Rilke,
y la parte oscura de la noche.
Puedo mirar atrás.
Puedo mirar atrás y comprender.
Puedo mirar atrás y comprender que hay un ayer que nunca fue
xxxxxmío, como hay un presente que tampoco lo es.
Puedo mirar atrás y comprender que la mitad de mi vida no
xxxxxcabe en una maleta ni en un piano ni en una tarde de
xxxxxjunio tumbada boca abajo ni en las tabernas de la certeza
xxxxxni en el jardín de la imprudencia.
Puedo mirar atrás y remontarme a los mitos primigenios para
xxxxxexplicar por qué los hombres escriben versos que cortan
xxxxxcomo navajas y queman como el aguardiente de la
xxxxxlujuria.
Puedo mirar atrás, a través de la parte oscura de la noche y
xxxxxvislumbrar por qué sobre tu cuerpo es posible morir de
xxxxxmil maneras; de mil y una maneras; de todas las maneras.
Puedo hundir mis manos en el rigor del invierno y encender los
xxxxxcuatro números del candelabro de la muerte.
Porque la muerte sólo asusta a los que no creen en ella.
Puedo hundir mis ojos en los muslos de marzo y adivinar cómo
xxxxxserán los hijos de mis hijos y los hijos de los hijos de mis
xxxxxhijos.
Puedo adivinar qué flores crecerán junto a mi tumba.
No sólo eso, también puedo adivinar por qué ahora mismo el
xxxxxinstante se pudre al pronunciarlo dos veces seguidas en
xxxxxun mismo presente y por qué la poesía es un arma de dos
xxxxxfilos.

 

 

 

 

POR MI BOCA habla Tristan Tzara.
Por mi boca, pájaros que bordean el agua del río y campanas
xxxxxque suenan y hombres que cantan bajo los puentes con la
xxxxxvoz repleta de poemas incestuosos.
Por mi boca, el peligro de los desfiladeros.
Por mi boca, la tuya, y las bocas de todos los demás.
Por mi boca ascienden las escaleras glaciales que llevan al muelle
xxxxxdel resentimiento, porque mi boca es el resumen de todos
xxxxxlos gritos de protesta, porque mi boca filtra el veneno de las
xxxxxsemillas de la montaña mágica y la sombra de los árboles
xxxxxque vegetan en los alrededores de la mitología.
Por mi boca enero se vuelve un demente que mendiga a las
xxxxxpuertas del desdén y el guardián de las etiquetas del decoro
xxxxxy de las tumbas profanadas escribe largas cartas de amor a
xxxxxlas flores marchitas,
a las flores que la viuda nostálgica coloca con primor en los
xxxxxbúcaros de la soledad,
a las flores que la antiquísima doncella de los ojos artúricos
xxxxxcorta con presteza,
a las flores que duermen en los diccionarios de idiomas de la
xxxxxprimera adolescencia, que siempre es la única adolescencia
xxxxxque recordamos.
Enero se vuelve un demente y Tristan Tzara habla con el brillo
xxxxxconfuso de un corazón que nidifica en la memoria del vino
xxxxxgangrenado.
Enero es Rilke disfrazado de lluvia y de abanicos de plumas que
xxxxxrepiten el gesto infinito de la desidia, el infinito gesto del
xxxxxamor derrotado donde bailan los lobos del odio y cabalgan
xxxxxlos álamos del deseo.
Yo mismo soy enero y la lluvia disfrazada y el brillo demente de
xxxxxtu corazón consumido por la ausencia.
Yo mismo soy la tumba y el cadáver que yace en la tumba y el
xxxxxepitafio que cierra la luz de los pétalos.
Yo mismo soy yo mismo ahora que las cartas de la muerte alzan
xxxxxsu voz desde los púlpitos de las oficinas de correos y las
xxxxxsalas de conferencia de las entidades bancarias donde los
xxxxxpoetas de renombre leen poemas, pequeños poemas que
xxxxxcomienzan con la palabra domingo.
Domingo es la primera página del calendario de la devastación.
Domingo son los bueyes que duermen en el establo del mar, y
xxxxxtambién el cansancio y la fe, y la fuerza de la costumbre
xxxxxque nos invita a beber un café tras otro, a encender un
xxxxxcigarrillo tras otro mientras los versos aniquilan nuestra
xxxxxvoluntad.
Domingo son las manos de mi madre tejiendo sudarios de lino
xxxxxpara sus hijos muertos, las manos de mi madre tocando a
xxxxxLizst al piano, las manos de mi madre lavando las heridas
xxxxxde la rutina.
La vida es un domingo que empieza siempre con misa de doce
xxxxxy se prolonga en tus labios y en los periódicos atrasados
xxxxxque sirven para envolver los crisantemos el día de todos los
xxxxxsantos,
los crisantemos que tiñen la vigilia de los celadores del
xxxxxmanicomio de la iniquidad,
los crisantemos que depositamos con un gesto de reverencia y
xxxxxadmiración en las tumbas de los muertos anónimos,
los crisantemos que se pudren el miércoles de ceniza en los
xxxxxdormitorios de la soprano tuberculosa y en los labios de la
xxxxxescritora comprometida.
La vida es un domingo y un ramo de crisantemos y mi madre
xxxxxtejiendo con sus pálidas manos sudarios de lino y Tristan
xxxxxTzara que habla por mi boca.

 

 

 

 

NINGUNA biblioteca albergará el canto del pájaro que anida
xxxxxen los almendros de enero.
Está escrito.
En el agua, en el fuego, en tus ojos.
Está escrito y los traductores lo omiten al traducir el mensaje.
Está escrito en las cartas que la muerte, o lo que yo pienso que
xxxxxes la muerte, o lo que yo denomino la muerte aunque no
xxxxxlo sea, me envía cada cierto tiempo.
Nombro la muerte y el olvido con nombres que no sé si se
xxxxxmerecen.
Incluso tu nombre es impronunciable detrás del brillo del
xxxxxmetal de las condecoraciones.
Tu nombre tiene la forma de mi mano y el aliento de un
xxxxxescorpión debajo de una campana de cristal.
Tu nombre es tu cuello cada vez que me das la espalda siempre,
xxxxxnunca, y a veces.
Siempre, nunca, y a veces, debajo de la campana de cristal y
xxxxxdetrás del brillo del metal de las condecoraciones hay un
xxxxxmuerto con nombre y apellidos y una madre que agoniza
xxxxxen la espera y una novia sacrificada.
Siempre, nunca, y a veces, mis párpados se tiñen con la luz de
xxxxxotros ojos, quizás de los tuyos, con el rubor clandestino de
xxxxxpétalos y espinas, con el tono cansado que la vida concede
xxxxxa los suicidas.
A veces, también, tiñen mis párpados aquello que miran, los
xxxxxversos donde busco, con ahínco y denuedo, la vida, la
xxxxxesencia de la vida, el paisaje interior de una mirada que
xxxxxvuelve siempre al origen primero,
siempre a la palabra.

 

 

 

Bascuñana, Ramón. Donde ya nunca nadie. Alicante; Universidad de Alicante, 2007.

 

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