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REVELACIÓN DE LAS FORMAS
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MARTA AGUDO
CERO: muro gris que busca una superficie, explanada del
colmo.
Uno: un neceser lleno de cachivaches que revelan una vida
con miedo, y su libretita donde anotar el vértice de todas las
playas.
…soy una mujer y avanzo por una calle de niebla…
Dos: sujetarse en los colores; un abrigo morado que se
transforma en pantalón y todo ello bajo un suelo de piedra
que seguirá en forma de mar porque nada es sostenible.
…y si resisto es sólo por constancia, por la certidumbre de lo
dislocado…
Tres: padre, madre y ella formando la verdad de las
metamorfosis.
El mar, su laberinto
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MARÍA ÁNGELES PÉREZ LÓPEZ
¿Qué se ausenta de ti en las fotografías?
¿La sustancia evasiva de las nubes
xxxxxxposándose desnudas
xxxxxxxxxxxxen los párpados?
¿El viento que despeina a las iguanas?
¿La síntesis y el cielo de la boca?
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¿Qué se borra de ti en las fotografías?
¿Tu alarido caliente
xxxxxxsosteniendo
el lastre enrojecido en los riñones?
¿El dedo cercenado con violencia?
¿La tierra en los zapatos de la infancia?
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Siempre hay una carencia sobre ti.
Con ella pulsas el temblor,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel día,
la fórmula sagrada de la altura.
Incluso si no hay luz, hay grumo y hay vigencia.
Incluso en la consumación del sacrificio.
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VVAA. Revelación de las formas. Madrid; Ed. Galería Luis Burgos, 2022.
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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (151)
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Pues acaba de llegarme a casa, gracias a la generosidad de Jordi Doce, la nueva publicación que ha salido de la galería Luis Burgos. Bajo el título de ‘Revelación de las formas’, se juntan textos de Francisco León, Marta Agudo, Álvaro Valverde, María Ángeles Pérez López, Ada Salas y Tomás Sánchez Santiago, junto a fotografías de Ai Futaki, Cano Erhardt, José R. Cuervo-Arango, Eduardo Momeñe, Isabel Muñoz y Raúl Urbina.
Ya saben, en cuanto pueda mostraré por aquí una pequeña selección de esta pequeña joya.
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VERACIDAD DEL MAPA
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Me levanto y me avizoro. Busco en qué
punto de esta pierna el predicado. ¿Es el
sujeto el corazón porque canjea ritmos
o todo cuaja en una oración pasiva sin
complemento agente? Los complementos
circunstanciales marcarán la índole de tu
existencia: el cómo, el sitio, la luz. Y la
gramática: otro posible orden al que
brindar la razón del sacrificio.
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Alivia saber la Antártida, más ahora en esta habitación
xxxxxxque compartes con una mujer y su máquina de
xxxxxxoxígeno.
Camas en paralelo para no intimar. El hedor
xxxxxxmomentáneo ensaya un rictus de muerte y las
xxxxxxneuronas aún no pueden escayolarse.
El suicidio en un hospital o inversión del camino.
El bilingüismo del estar y la nada. El cuerpo,
xxxxxxventrílocuo de la desaparición, encefalograma
xxxxxxraído, escáner que bordea un epílogo sin
xxxxxxsangre ni sutura.
Estribillo último, anzuelo que aguardas…
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De lo que no se conoce viene el mito, el
gesto de todas las religiones: la cabeza de
una niña asomándose para ver qué hay
más allá del camino. Inquietud, fisgoneo:
¿inicio de un bosque que nadie sospecha,
aldea llena de sangre y curiosidades? La
piedra quizá nos avisa porque a partir de
ahora se acentúa la peligrosidad, la soga
colgante o en ristra del itinerario. ¿Qué
harías tú?
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La sintaxis, la herencia, variaciones del tiempo… ¿Se
hereda la estructura mental de lo escuchado? ¿Hacia
dónde, pues, trazar la fuga?
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Diera la impresión de que el ruido
acompaña a la pobreza, cordial saco lleno
de vida, interrogaciones y colores que, de
pronto, se hermanan. Diera la impresión
de que el silencio fuera algo propio de los
países del primer mundo, enhiestos,
donde la distancia entre persona y persona
remitiera a un vals de pasos invadidos. No
hay reglamento para nacer, aunque sí esas
leyes no escritas para habitar la intimidad
de una casa.
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Agudo, Marta. Veracidad del mapa. Madrid; Ed. Galería Luis Burgos, 2021.
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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (130)
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Qué honor recibir regalos en casa como el que pueden ver en la imagen. Si algo puedo agradecerle al blog es el haberme puesto en contacto con tanta gente que hace cosas magníficas en poesía en este país.
Mi biblioteca acaba de aumentar algunos enteros al incorporarse estas dos joyas que son ‘Inminente y ajeno’ de Jordi Doce (un libro en el que sus poemas dialogan con las fotografías de José R. Cuervo-Arango) y ‘Veracidad del mapa’ de Marta Agudo (cuyos poemas mantienen a su vez un diálogo con las fotografías de Cano Erhardt), ambos publicados dentro de la colección El Lotófago de la Galería Luis Burgos de Madrid.
Gracias, gracias, gracias.
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EL LIBRO DE LAS CONJUGACIONES
Escribe Marta Agudo en el prólogo que abre este ‘Libro de las conjugaciones’: «Sin ser una obra metalingüística, la poesía de Julieta Valero tiene uno de sus cimientos constructivos en la conciencia de que todo sujeto es «un exilio, un empeño en mil direcciones», en la medida en que la mirada ajena da forma a nuestra «masa famélica de carne». «Nunca sabrás el rostro que llevas cuando nadie te mira», escribe la poeta, nunca sabremos todos los que pudimos ser de cruzar aquel día la calle un poco antes e intercambiar la mirada con esta o aquella persona. Nunca sabremos todo lo que podemos enunciar si el interlocutor participa de manera activa en el acto de leernos. Tarea de permanente construcción vital en la que se implican un «tú-yo», «ella» o más adelante la firme empatía con «los otros» que culmina, sin que ninguno excluya al resto, en ese «otro» por excelencia que es «uno» y que toma la forma de un bebé nacido «in vitro».
Así, y en palabras de Jordi Doce: «Todos los libros de Julieta Valero (…) subrayan el latir de lo colectivo, la malla de lo público como telón de fondo del acontecer individual». Red que nos constituye y filtra lo ajeno…».
Y aquí dejo algunos poemas del libro.
DÓNDE PUEDE SER VISTO. QUÉ LUGARES FRECUENTA
Transcurres en todo lo que queda innombrado.
Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa.
Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira,
florece y se licencia
en un triste saalón
y nadie va a verle.
Tienes lugar en los ojos de tu madre,
en la boca de amigos, sastres y tenderos,
en el silencio de los contables,
en todas las palabras, comidas y siniestros
a los que renunció tu memoria.
Pero aconteces como nunca en las aceras
cuando libre de vigilias irrumpe
tu sola forma oceánica.
Tu sola forma oceánica,
los modos del mercurio.
Eres un exilio, un empeño en mil direcciones,
la fuerza del viento y su mal maridaje.
Parece que tus ramas brotaran alianzas,
que todo fueran signos de un íntimo
alzamiento. xxxxxY caen
las hojas, y no hay estruendo,
sinfonía ni conclusión.
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Aunque exactamente hermoso, un instante.
x
Nunca sabrás el rostro que llevas cuando nadie te mira.
Es un pez del abismo, es un cuento hecho carne,
lo que dicen los dioses cuando está amaneciendo,
lo que piensa un atlante cuando ve que le acechan.
Don del errante, gran dignidad y un lecho para la dulzura.
Pero tú nunca sabrás de ti en tesoro.
x
Los días cabalgan en los días,
porta un recuerdo de sí todo lo que se rompe,
la ciencia del collar rige a los mortales.
x
Pero tú nunca, únanime nunca, nunca cielo de ti.
CANCIÓN DEL EMPLEADO (FRAG. III)
¿Por qué yo?
¿O por qué no yo exenta de este desgarro por un golpe de azar?
x
Sólo es hermosa la salvación del que casi está desconsolado.
Sólo entiende la salvación el Herido Grave.
Yo respondería con la alegría sin gusano del padre primerizo
xxxxxy del patrón que halla peces
la del que expulsa su fluido y se ignora un instante
la del reo amordazado y todo era un simulacro
la del minero que reconoce de nuevo el sol
la alegría abisal del animal en su siendo.
x
Esta bula que pido no le vale al atleta del oro es despreciada
xxxxxpor quien cree en la obra de los hombres y es ignomi-
xxxxxnia para los próceres del progreso.
Todos ellos tienen la ira y la razón, su reino en este mundo
xxxxxy su razón.
Si algo me salva, prometo el agradecimiento del niño por su
xxxxxcastigo, de los límites por el tahúr, del loco por la ca-
xxxxxlefacción.
Pero sé que nada me absuelve; mis padres no son patricios y
xxxxxmi alma recela del vicio fingido y de la quietud de los
xxxxxyates. Nadie va a absolverme.
x
Y no vengo como la Princesa de los Placeres.
No conozco ingenios para volar más alto y hay días en que
xxxxxapenas puedo moverme.
No vengo a segregarme de mi prójimo ni a que ponga su
xxxxxmedida a avergonzarse ante las perlas de mi sangre.
Sólo tengo la sangre de una edad y su color promete can-
xxxxxsancio y fluye a la caza de ternura.
x
Perdonadme. Mi delito es haber comprendido cómo dibu-
xxxxxjaron este infortunio.
El rostro es una enfermedad, la conciencia una pandemia
xxxxxy yo sólo pido morir de mis males.
Pido espacio para fallecer.
Pido que vacíen la habitación de los juegos, que entre la
xxxxxluz y nadie distraiga el pánico de las paredes.
Pido domicilio para la transfiguración porque sólo en ella
xxxxxaprecio la palabra casa, satisfago a la semilla del si-
xxxxxlencio y cojo cariño a la impasibilidad de los árboles.
Si alguien me salva de esta muerte por jornadas, prometo
xxxxxconfundirle con la salud.
Si algo me libra del evangelio de la utilidad, prometo lla-
xxxxxmarle.
x
xxxxxxxxxxxxcausa de los colores
xxxxxxxxxxxxdominio de la imaginación
xxxxxxxxxxxxpan de lo ausente
xxxxxxxxxxxxlibertad.
DESEO
I
TRANSCURSO
Provienes de una raíz de ausencias, de un último verano de
xxxxxausencias.
y eres suma de tristeza común como hueso.
Tienes la materia de los astros, de aquello tan grande y mine-
xxxxxral tan puro que han de pesarlo niños desaparecidos.
Por eso tu efecto es devastador al modo de los pájaros.
x
Ay de mí que asomé sonriendo por todo lo minúsculo.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
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El deseo te dio alcance por la espalda mientras tú hacías
xxxxxver que eran las palabras las que abrían tu cuerpo.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Yo leería tu cuerpo bajo una luz de bondad de no llevar
xxxxxestas sandalias pesadas de circunstancia.
Te pienso porque sufres de un mal que conocí y porque
xxxxxdintingo en ti la belleza que sucede a todo lo ulce-
xxxxxroso.
Yo también fui tan alta.
En los Heridos Graves hay una belleza redonda hasta
xxxxxhacerme llorar.
Tratáis a la vida de un tú neonato y vuestra piel es con-
xxxxxtinua ante las horas.
Tu dolor es el espectáculo donde pueden verse más des-
xxxxxnudos y más sangre blanca. A tu lado es fácil ser
xxxxxbíblica y beneficiosa.
A tu lado pernocto en mis conclusiones, en todo cuanto
xxxxxacerca a la evidencia de las higueras.
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x
No podemos tocarnos pero los insectos están en contac-
xxxxxto con las sagradas escrituras y con lo que dicta ese
xxxxxvientre.
Cantar de los Cantares, vivo en tu boca. Nadie me alimen-
xxxxxta y en las noches al raso me pregunto acerca de una
xxxxxhuida hacia las tierras prohibidas.
Tu garganta, tu hígado, los vapores que se desencadenen
xxxxxen torno a nuestras cinturas me aterran.
Pero sólo puede haber victoria en el suicidio.
Los grabados antiguos muestran príncipes victoriosos y
xxxxxsiempre se ve sangre.
Eres una deflagración; no debo tocarte y sin embargo vivo
xxxxxen tu boca y trabajo en tu recuerdo.
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x
Nos encontramos en la heráldica de todo lo que no puede
xxxxxexistir; ése es nuestro pan.
Si te besara, ya estaría besando menos; me crecería una car-
xxxxxta de navegación en la mano.
Y no debo encontrarte; he perdido todo lo que rodeé con
xxxxxmis pasos. Ahora sólo me aplico en la cábala de an-
xxxxxdenes y estaciones.
x
Pero yo también fui tan alta.
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Tu amor, tu amor de médula y salas cerradas.
Tus ojos de ósea tristeza, tu mano de noble camino del
xxxxxcadalso.
Pero nadie puede hacerte reír los ojos.
Fracasaron juglares sin hambre llegados de muy lejos.
Nada pudo el polvo de la ironía extendido por las calles.
Tus ojos, tus ojos, emblema de desgracias que acaso ig-
xxxxxnores.
Tu amor de patio prolongado en las caderas, en la sole-
xxxxxdad.
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Si te besara retrocedería en el conocimiento de tu saliva,
xxxxxde los grados en que habita esa carne roja.
Y no quiero que te integres en el género de los mercados.
Hay especies innombradas, intocadas, insepultas.
No quiero que existas, Tierra a dos, transcurso, agua
xxxxxsubterránea.
No quiero, es verdad lo que digo.
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Pero estás vigente.
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Y no tienes vergüenza ni límites en tu expansión, pará-
xxxxxbola de renuncia,
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rebosas los muros, la hidra, todo impedimento, golpeas
xxxxxcuanto construyo.
Cubres mi cuerpo con tu piel, tu monarquía.
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Nunca debí abrirte la puerta.
Nunca debí pensar que ya la casa, ya el corcel.
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La tienes.
Es su olor aún más amplio de lo que imaginaban tus
xxxxxarterias.
Se ha instaurado la esperanza como punta de ola, su-
xxxxxsurro de otra orografía; suma de ramas de a sa-
xxxxxber qué selva.
¿Coincide ahora el espacio que regla tu mirada con
xxxxxaquello que humedece tu aliento?
¿El aliento que entona tu boca con el que gritan tus
xxxxxcabellos más tímidos?
x
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x
Te he herido. Te he herido, no escondas la sangre —al-
xxxxxgo aprendí del hermano lobo—, puedo oler las fa-
xxxxxllas, la carne que se abre sonriendo, te he herido.
Te he infligido no sé qué sustancia, bocado o paisaje.
No de muerte, no de otra ciudad, otra vida, pero estás
xxxxxsangrando.
Y en mi rostro la sorpresa del homicida adolescente.
x
Es tu dolor, sus señales que crecen en cuanto pozos y
xxxxxen cuanto ángel caído al reino más animal los
xxxxxhabito y decoro: mi antojo de artes primitivas.
Mírate la línea que hermana vientre y consentimiento.
xxxxxHay un latido, un aviso, hay muebles en desor-
xxxxxden.
«¡Pero cómo, quién, por dónde esta agua y su ausen-
xxxxxcia de ruido!»
Yo te dije. Yo me presenté con el grito que se exhala
xxxxxante la belleza.
Con insignias, con pavor, con armas en la mano.
x
II
MEMORIA
El otoño es una promesa de sucesos y barcos, una Je-
xxxxxrusalén de noches dislocadas.
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Tiene carreteras solitarias como muslos y una luz que
xxxxxinvita a la ferocidad y a creer en la belleza de
xxxxxrectas y precipicios.
Es mentira su sinfonía de pérdidas verticales, el acuer-
xxxxxdo general para el llanto.
En verdad se reconoce a octubre por la máscara vene-
xxxxxciana y el sexo frotándose las manos.
x
Te hice el amor en cada instante despoblado de cuer-
xxxxxdas y deber.
Te hice el amor en cada ocio y cuando no lo tuve te
xxxxxhice el amor en atascos y rutinas, por calles en
xxxxxlas que, inmóvil, corría tras la súbita herida en
xxxxxel pecho, tras el desmayo.
Te hice el amor cuanto monte soy capaz y fue mi fren-
xxxxxte un universo que dejaba al Pacífico en relato
xxxxxde ciclos sencillos, de agua y cantidad.
Hice cuanto pude por arruinarme.
El deseo es un hueso al que nadie puso nombre.
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x
Cuando encontraba una ruta (de las que confieren cien
xxxxxaños más de vida), la frecuentaba hasta ser re-
xxxxxprendida por los ángeles, de una parte, y por ex-
xxxxxpertos criadores de mapas y arrojo, de otro mar.
Eran mis maestros y querían que frecuentara los cami-
xxxxxnos descubiertos por civilizaciones antiguas.
x
El objeto de mis viajes era multiplicar el aire de aquel
xxxxxotoño.
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El objeto de mis viajes era encontrar el espejo que de-
xxxxxtiene al hombre y su triste proliferación de célu-
xxxxxlas.
No. Mi aventura consistía en retroceder y encaramar-
xxxxxme a la cima de mi alma; iallá ilos iaños iveinte
xxxxxcuando amar devenía en unidad y desayuno.
Porque yo también fui tan alta…
Pero no. En verdad partía para salvar la vida.
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El deseo es un órgano vital, como el arpa en las batallas.
SIDDHARTA EN GOOGLE
La historia del joven príncipe que sale de palacio
y descubre de pronto la enfermedad y la muerte,
la estafa. Todo ha sucedido tan rápido… La frustración,
encantadora, como el sexo. Y necesaria. Debemos
tomar mucha fruta y comprender el islam
y que el día también desearía tener veinticuatro horas
para nosotros. Pero hay, no sé, un error
de estructura; afuera y adentro, quizá.
El más grave de todos la mirada.
La piel el más delicado.
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Y hay una forma de aburrimiento
saludable, la ausencia de drogas.
Aquí premian el final de la juventud con un ático.
Hoy he visto una cigüeña anidar en la punta
de una grúa desmesurada y he visto
la diagonal de la necesidad trazada por un galgo.
Nunca sabré de qué huía el jurado
no tendrá en cuenta mi conmoción pero sí
el modo en que explico la afición a atar gente.
Con tiempo y una habitación más
o menos vacía muchos de nosotros no decepcionan.
Los que tienen hijos acceden a formas netas de desesperación.
Los del hemisferio Sur no tienen problemas con lo abstracto.
Sí desconfían de los huracanes.
UN DIVORCIO
Detengámonos en el portento de la mutilación, su instante:
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el aire gira sobre sí, palpa su camisa, busca lo que falta.
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La ausencia es una succión sin pecho
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encuentra leche detenida.
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Suceden las horas abiertas como rosas de Jericó.
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Es la pastoral del silencio, nuestro amor, una civilización
xxxxxextinta, alejándose en el espacio.
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Y yo que salgo de tu portal cuchillo en mano y pensando
xxxxxen la cena… Es para volverse loco. Es para llegar
xxxxxpuntual al trabajo.
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He hecho un pacto con las estrellas y otros prodigios de
xxxxxla desproporción,
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nos ignoramos armoniosamente sin embargo
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lo que tú estés comiendo y esos fármacos repentinos me
xxxxxpreocupan.
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No se deja de amar lo que un día…
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Lo pienso yo y asiente el cuchillo de mi mano.
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Solo que los cuerpos se dilatan.
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Me ocupo de ti pero mi voz es audible para presos y de-
xxxxxmentes, nada más.
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Diga lo que diga hablo de una tierra maldita. Deben que-
xxxxxmarla.
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Da igual. Por tus ojos ilesos, por tu pelo extraño, creo en
xxxxxtu deserción y te ruego:
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Deja de dar golpes, deja de hacerte sangre.
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Esta voluntad de fricción, su proa contra el tiempo nos
xxxxxdará la respuesta que ahora encuentras envuelta
xxxxxen cuarzo.
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Para entonces la llaga azulada sobre tus muslos parece-
xxxxxrá la fotografía de un aniversario que vagamente
xxxxxse recuerda.
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Primero te diré lo que en verdad quieres oír hoy: Cuán-
xxxxxto nos hemos amado.
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Y ahora lo único que importa:
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El número de metamorfosis bajo las aguas que con pla-
xxxxxcer y dolor nos permitirán descansar sobre la tela
xxxxxde la melancolía y comentar, entre naranjos, los
xxxxxincendios de otro presente.
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Amor después del amor. Apenas sabremos explicar de
xxxxxdónde este vino espléndido que envidian peque-
xxxxxños, díscolos dioses.
Valero, Julieta. Libro de las conjugaciones. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2016.