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DESPUÉS DE LA PRESENTACIÓN DE ‘LA ZARZA Y LA CENIZA’
Ayer presentaba Manuel Pujante su primer libro, ‘La zarza y la ceniza’; publicado por la cartagenera editorial Balduque. Acompañanado a Manuel Pujante estaban Cristina Morano y José Óscar López.
La presentación de Cristina Morano fue, sencillamente, excepcional. Y aquí dejo parte de la presentación en cuestión, que es el prólogo que se puede leer en el libro:
«No conozco al poeta. Conozco al que escribe: un tipo delgado, con el pelo largo color castaño que vive en mi barrio. Me pregunta cosas, por eso yo creo que es un ser curioso, de una cierta madurez, que quiereaprender aún más, que indaga y cuestiona. Pero después de mis respuestas me dice siempre: «Pero ¿por qué?» Entonces, me parece que es casi un niño.
xxA veces yo no tengo respuestas para sus preguntas y ahí nos quedamos los dos, un poco como se quedan los críos, pensando, callados, mirando al frente. Ambos quisiéramos, en esos momentos, tener delante un bosque o algún tipo de horizonte arbolado, pero tenemos un edificio de ladrillo o una plazuela con sillas de bar de plástico. (…)
Desconozco la razón (…) por la que un contemporáneo mío elige una imagen bíblica para explicar su desazón y a eso contrapone, para distorsionarla o añadirle contradicción, el caballo o el ciervo. Animales no bíblicos, o no completamente en esa tradición: ni el caballo ni el ciervo prosperan en los desiertos donde se gestó el oema que ahora llamamos Biblia, libro de libros.
xxAsí describe su edad:
xxxxlos caballos airados
xxxxque se ataban a un hombre
xxxxcorrían en distintas direcciones
xxxxhasta despedazarlo.
Porque es la edad del desasosiego. Y nos destrozamos en esa época, destruimos todo lo tranquilo que haya podido tener la infancia. (…)
El libro de Manuel —y, al enunciar esto, resuena una cierta manera bíblica— despliega una voz mezcla de muchas cosas, presenta un argumento, como gustan de decir muchos críticos, oscuro. Hay citas antiguas, hay imágenes prestadas, hay quiebros en el lenguaje, hay sufrimiento y hay, sobre todo, expiación.
xxEn el libro de Manuel expiamos una culpa que nadie salvo nosotros mismos ha puesto a nuestras espaldas. Una culpa primigenia, que parece nacer, casi, con cada uno de nosotros.Que vuelve nuestras acciones más inocentes, pecados, ofensas contra nosotros mismos.
xxY he usado la palabra pecado.
xxEntonces debe ser que tampoco yo estoy lejos de la tradición judeocristiana, esa que dice que el que desobedece al padre (que luego será la autoridad legal, o estatal, o como queráis llamarla) comete un delito, y que este delito no se expiará públicamente, con el castigo, sino que le perseguirá en la memoria el resto de la vida. (…)
Pero ¿de qué tenemos culpa?
Si lo único que hacemos es construir una vida, tratar de ser felices.
xxY para eso, ¿tenemos que abandonar familias, ciudades, países? De qué huimos cuando huimos de lo que nos hace. Por qué la madurez supone siempre —en el occidental blanco, de clase media, sano— un momento de rebelión antes de la normalización en uno u otro grupo social. La edad de la adolescencia, la primera juventud, se conforma como un tiempo de sacudirse las riendas de las leyes, buen gusto, lazos sociales, relaciones. (…)
Al que atraviesa la culpa y en ella no se reconoce y lucha, y huye, o trata de huir, le llamamos joven poeta. El autor de este libro me ha pedido un prólogo. Pero yo le conozco.
xxNo es tan joven.
Habla de su historia, pero no para ponerla en claro; no necesita eso. Él ya sabe lo que pasó. Lo escribe para ponerlo en oscuro. Para mezclarlo, diluirlo, ponerlo en abismo —y qué exacta es aquí esta cita de Gide, que no solo alude al abismo o vértigo, sino al punto central de la composición de un escudo, el sitio donde perdemos pie y a la vez re-componemos, re-ubicamos los datos—.
xxDecía la Pizarnik: «Para mí el jardín o el bosque es sobre todo el silencio». El ciervo, rey del bosque, representa la frescura de ese silencio. Y me gusta encontrar dentro del frescor de los árboles, la palabra cura. (…)
Lo malo es que aunque Manuel se cure seguirá diciéndome: «Pero ¿por qué?». Y yo: «Busca un trabajo». Porque soy una adulta, ya estoy acostumbrada a esa lucecita incómoda.
xxxxEsta luz velocísima
xxxxque alumbra con su histeria
xxxxrincones que querrías
xxxxdejar en sombra siempre
xxxxtambién está en constante
xxxxhuida de sí misma.
Un poco de algo nuestro, pedimos. Tenernos.»
El libro, que para mí tiene momentos muy altos, tiene su punto fuerte en el cierre: dos poemas de magnífica factura y de una gran altura poética, sobre todo el último: un endecasílabo para quitarse el sombrero. Aquí dejo una selección de los mismos (incluidos los dos últimos, por supuesto).
Con su recomenzar,
su claridad de círculo,
todo el polvo y su danza
de muerte sobre el soplo
de luz que la persiana
entrecerrada enhebra,
cada mañana
toda la mañana
se hace nudo.
IGUAL que se abre fuego o como se abre
una grieta o un hueco o una herida,
cada mañana hay algo que se abre
por encima del sueño
y que un instante espera,
desdibujado, ciego,
a que un rayo
quebrado
de memoria
ordene en su regazo sin aristas
las sombras de los árboles,
el eco de su forma,
disuelva en la torpeza de los ojos
su distancia y sus nombres
para asumir el bosque,
para decir
xxxxxxxxxxYo soy
con toda la ceniza del mundo en la garganta.
INCLUSO los remotos
relatos del origen
ya recogen la trampa:
se nos hizo de barro
para habitar diluvios.
QUISE cegar al ciervo
de una vez para siempre,
que el punzón en sus ojos
limpiara de los míos
el fractal oscuro.
Y decirme en la luz,
en una luz distinta.
Después se aprende ardiendo
que el fuego que se afana
en arrasar el bosque,
sus ecos y sus sombras,
se extingue con el bosque
y al final solo quedan
caminos de ceniza.
La zarza ardió,
hay ceniza en lo que fue la voz de nuestro padre y un campo inmenso
xxxxx[de higueras sin fruto y de semillas muertas por exceso de luz.
No quiero pozos dentro de los pozos, conozco bien el sótano del
xxxxx[sótano del sótano:
la noche ocupa oscura como música litúrgica el aire y lo enrarece con
xxxxx[ese olor a muerte del jabón en los ancianos.
ADEMÁS, a diario
la blanca calma fúnebre
inunda con su luz
espesa, macilenta,
el silencio e inflama
el recuerdo del fuego.
Esa calma angustiosa
del rostro del cadáver,
esa calma de muerto
que lenta nos impregna
como entumece el polvo
las cortinas, despacio.
CON ese vuelo roto
del pájaro lisiado,
otro
xxxxdía.
LAS lenguas de fuego
dejaron un día
de sobrevolarnos,
de arder,
se apagaron.
Volvió renacido
aquel miedo sordo
que trajo el silencio
la noche remota de la primera muerte.
DE la zarza
solo sobrevivieron al incendio
las espinas.
DICHOSOS
los que enfrentan la noche
con los ojos cerrados
pues es suya
y no de afuera
la oscuridad que abrazan.
QUIEN tenga oídos
para oír
que huya.
Pujante, Manuel. La zarza y la ceniza. Cartagena; Ed. Balduque, 2018.
HOY SE PRESENTA ‘LA ZARZA Y LA CENIZA’ DE MANUEL PUJANTE EN MURCIA
Manuel Pujante, de quien ya hablé aquí hace cinco años (!), presenta esta noche su primer libro.
Mañana les cuento.
CHAPAS POÉTICAS
Cristina Morano tuvo hace unos meses, con motivo del cumpleaños de un amigo, la idea de hacer unas chapas con versos de poetas murcianos (o residentes en la región). Casi agotada la primera tirada está a punto de sacar la segunda, pero mientras aquí tienen las chapas de esa primera edición para llevar versos en la solapa, una colección en la que aparecen versos de Manuel Susarte, Katy Parra, Ángel Manuel Gómez Espada, José Alcaraz, Violeta Nicolás, José Antonio Martínez Muñoz, Antonio Marín Albalate, Sebastián Mondéjar, Vicente Cervera Salinas, Beatriz Miralles, José Luis Martínez Valero, Carmen Piqueras, Javier Moreno, José Daniel Espejo, Andrés García Cerdán, Javier Marín Ceballos, Antonio Durá, Antonio Jesús Gras Mentado, Amada García Puentes, Manuel Pujante, José Óscar López, Diego Sánchez Aguilar, Juan de Dios García, David López Sandoval y un servidor.
LECTURA DE CRISTINA MORANO EN EL MUSEO RAMÓN GAYA
Todo comenzaba el viernes, cuando Soren Peñalver publicaba el texto que pueden leer a continuación.
Así que lo de ayer –es sólo una opinión personalísima– es algo que uno se pregunta cómo los que dicen amar la poesía son capaces de perderse. Tras una acertadísima presentación a cargo de Bea Miralles, Cristina repasó sus dos últimos libros y nos deleitó con poemas inéditos de tres colecciones que ya tiene acabadas. De vez en cuando de escuchaba un ‘qué grande’ y se veían bocas abiertas ante lo afilado y lo acertado de sus poemas. Y el mejor resumen de cómo impresionaron cada uno de sus versos fue la ovación que el público le dió una vez terminado el recital, ya que si no ha sido la más larga de las que se han dado allí ha sido una de las más largas (alguien contabilizó treinta segundos de ovación). Es una pena que esta ciudad no sepa cuidar a sus poetas. Sin embargo, fue un gustazo que, entre otros, se encontraran entre el público asistente José Antonio Martínez Muñoz, Soren Peñalver, Sebastián Mondéjar, Mamen Piqueras, Antonio Marín Albalate, José Luis Martínez Valero, Ángel Manuel Gómez Espada o Manuel Pujante.
Y aquí tienen algunas de las fotos que saqué de la lectura.
En el díptico que publicó el Museo Ramón Gaya con motivo de la lectura se podía leer, además, uno de los poemas inéditos que leyó Cristina:
FIESTA
Se ha secado la tierra,
pero más nuestros huesos:
suenan como la caña
que se toca en las romerías
y los que asisten callan y beben
sin creerse del todo la bienaventuranza.
ESTOS ÚLTIMOS DÍAS
Esta semana de eventos comenzaba el miércoles con el concierto de Paco Cifuentes, un concierto que, como suele pasar en el local en el que se celebró, el músico no se quedó nada satisfecho con el sonido (lo que conlleva que no dé el concierto cómodamente). De todos modos, Paco Cifuentes tiene tablas de sobra y el repaso que hizo por sus tres discos fue soberbio. Cabe destacar el tema inédito que presentó, ‘Ajuste de cuentas‘, un tema en el que creo que debería trabajar más la letra para hacerla más suya (que no recuerde tanto a quien recuerda), aunque tiene un estribillo magnífico que termina diciendo «esto no es una canción, es un ajuste de cuentas». Además, Paco leyó algún poema de su libro ‘Sólo tramoamarte‘; y como punto final terminó cantando ‘9 velas‘ a capella entre el público. Un lujo que esperamos que no tarde en pasar otra vez año y medio por esta ciudad.
El jueves asistíamos al recital que dentro del ciclo ‘Desdoblando‘, dirigido por Isabelle García Molina, daban Manuel Pujante y Ángel Paniagua. Y con un local a reventar, Manuel Pujante recorrió sus poemas demostrando talento y una vocación que esperamos se vea recompensada más pronto que tarde. Ángel Paniagua, por su lado, mostró poemas de un libro inédito que nos dejaron fascinados por su técnica y su hondura. Y quienes no estuvieron allí no saben lo que se perdieron.
Aquí tienen un poema de Manuel Pujante (sacado de su blog):
HAY en mi pueblo un árbol
que ha crecido salvaje
alrededor de un Stop.
Lo ha devorado entero.
Ahora pienso al mirarlo
que alguine puso hace tiempo
las Tablas de la Ley
muy cerca de mi cuna.
Y aquí, un poema de Ángel Paniagua (también extraído de su blog):
Tanto tiempo pasado acumulando
desgracias y experiencias, tantas horas
caminando las calles de mí mismo,
vacías, y llenándolas –o al menos
intentando llenarlas– con los libros
y músicas que amo, con pequeñas
obsesiones del todo intrascendentes
–revistas musicales o de cine,
periódicos, películas– y todo
para hallar un descanso que no llega,
una paz que se escapa entre los dedos
apenas han sonado los acordes
finales de Lucia o Puritani,
o las Suites para violonchelo solo,
o apenas he leído la reseña
de algún disco reciente…
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx¡Cuánta fe
se ha perdido en el curso de estos meses,
cuántos buenos proyectos han debido
quedarse en el camino! Y ahora todo
se agolpa aquí esta noche, en esos rostros
semidesconocidos de la fiesta
a la que no sé bien por qué he venido…
Ahora sólo deseo que las horas
se muestren más propicias, que los fastos
demoren su presencia, porque otro
año más como éste puede acabar conmigo.
Y ayer viernes, Cristina Morano intervenía un local del centro de Murcia después de haber hecho lo propio en el Mercado de Verónicas. Además de mostrar la ironía de la que es capaz con su prosa.
Y aquí tienen uno de los textos que leyó Cristina:
LAS DOS SEÑORAS
Fijémonos en las dos señoras que se encuentran siempre en el autobús, por la mañana temprano. Una lo coge en la parada del hospital general y la otra en el mercado de Verónicas. Aprovechan el trayecto para realizar una puesta en común de sus vivencias respectivas, a todo volumen: Lo tontas que son sus hijas, lo listos que son sus hijos por haberles dado muchos nietos; lo mucho que hay que trabajar en la casa cuando se celebran las Pascuas en familia; los pisos que se han comprado antes de jubilarse, alguno lo quieren vender pero no se venden por la crisis. De sus carritos de la compra asoman apio, acelgas frescas, pimientos y tomates. Cuando llegan las habas al mercado, se lo anuncian mutuamente. Clientas de peluquería diaria más que de misa diaria. Sólo de vez en cuando se quedan calladas durante unos segundos y miran al suelo; buscan esa cosa que les haya quedado por comentar, ese dato no conocido por su amiga. Pero ya no hay ninguno. Entonces, las dos señoras se callan y se ponen a mirar por la ventanilla del autobús, hacia esas calles que conocen tan bien que incluso podrían dar lecciones a cualquier sociólogo novato. Lástima que nadie se les acerque. Espera, ahora se les acerca un viajero, oh, sólo quiere que bajen la voz.
MAÑANA: DÍA MUNDIAL DE LA POESÍA
Mañana, con motivo del Día Mundial de la Poesía, habrá posibilidad de inundarse de versos durante todo el día ya que el Museo Ramón Gaya ha organizado para este año un Homenaje a Francisco Sánchez Bautista durante todo el día con motivo de semejante celebración.
Y aquí tienen un poema de este histórico poeta murciano:
TIERRAS DE ESPAÑA
Tierras de España: campos
yermos donde la vida se soporta
a duras penas.
xxxxxxxxxxxxxTierras
para morir o vegetar, os nombra
mi voz, y me llegáis quemando, ardiendo,
llagándome la boca.
Desde la agricultura me lamento,
desde estas tierras hoscas
donde no pocas veces
cualquier empresa toma
cuerpo en el desaliento,
proporciones ruinosas.
Desde este estado, apilo,
amontono y recuento las muy pocas
ventajas que al quedarnos
la tierra nos reporta.
Arrieros de Totana,
alfareros de Lorca
y Aledo; pañeros, curanderos
de Fortuna; caminantes de todas
las provincias más pobres de la patria;
digo, hombres que abandonan
la tierra: viñadores
de Jumilla, Yecla, Pinoso, forman
filas en la frontera.
xxxxxxxxxxxxxxxxxNunca el campo
tuvo menos puertas que ahora.
Hagámoslo habitable,
rentable.
xxxxxxxx¡Patria hermosa,
aventurada siempre en los caminos
y tan desventuradamente sola!
Campesino de España,
cómo añoras tu sol y cómo añoras
tu casa, tus vecinos,
tu lengua, llana y monda,
todo esto que da vida, que es aliento,
que al más triste recobra.
Yo me pregunto: ¿adónde
iremos todos a parar; qué hora
fatal nos campanea;
quién empuja esta ola
de campesinos colectivamente
y casi ciegamente arrolladora?
¿Rescataremos estos campos
que poco a poco se abandonan?
El canto de sirena
de América y de Europa
arrastra a nuestros hombres de la gleba,
a nuestra dura gente bregadora.
Pueblecitos enteros que se han vendido.
Decidme, ¿quién los compra?
El desarraigo empieza.
¿Quién plantará el maíz o las cebollas
y el árbol en su sitio
para futuras sombras?
¡Velad por nuestros pueblos!
Curadlos de resabios.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxLlagas hondas
les duelen desde siempre.
(Oh, no; no es demagogia).
Salid de las ciudades
los que hacéis de las letras una forma
evasiva, y hablar sobre el terreno
caminando la hermosa
y ancha geografía de la patria
tan soleada y tan sola,
y sentiréis conmigo
una tristeza honda
y un deseo infinito
de que mejoren éstas y otras cosas.
(No es demagogia, oh, no, que es la más pura
verdad desoladora).
Pero es que a las 21:30 podremos disfrutar de una nueva entrega del ciclo ‘Desdoblando‘ organizado por el Aula de Poesía de la Universidad de Murcia, dirigido por Isabelle García Molina, y en el que esta noche participarán Manuel Pujante y Ángel Paniagua.
200 ENTRADAS
Pues sí, 200 entradas, y no se me ocurre mejor manera de celebrarlo que enseñándoles el primer paso de una aventura que pretende ir más allá y que está relacionada con la poesía llevada a cabo por algunos autores murcianos; entre ellos están Javier Moreno, Ángel Paniagua, Antonio Durá, Antonio Marín Albalate, Encarna Castejón, Sebastián Mondéjar, José Antonio Martínez Muñoz, José Daniel Espejo, José Óscar López, Diego Sánchez Aguilar, Ángel Manuel Gómez Espada, Antonio Aguilar o Manuel Pujante.
Todos los diseños son de Cristina Morano.
QUE EL GOBIERNO SE DISUELVA Y ENTREGUE LAS ARMAS
Creo que, como muestra, pueden servir dos botones.
El primero lo copio y pego del muro de mi compadre Alberto Alcalá: «Así está la cosa: a finales del año pasado, después de un largo trámite burocrático que cumplimos a rajatabla, nos seleccionó el ministerio de cultura (no dan ganas de usar mayúsculas) para unos premios de creación joven que se convocan a nivel nacional.
Nuestro premio consistía en que esta institución se comprometía a gestionar y cubrir el caché de los eventos en los que se solicitase nuestro proyecto, y de los eventos que nosotros consiguiéramos.
Cuando ya estaban prácticamente cerradas cuatro presentaciones del disco que está por salir, me llaman para decirme que: «debido a los recortes presupuestarios no podemos asumir los gastos de ni una sola de las presentaciones que proponéis». El premio al final ha consistido en un concierto con grupos de electrónica y de folk mezclados sin ningún tipo de orden, con un sonido horrible, y donde, eso sí, el público podía beber cerveza y comer pasteles gratis.
TOMA YA!»
El segundo viene de la mano de mi amigo Manuel Pujante. A Manuel lo conocí hace unos meses en un micro abierto, cuando leyó:
ANÁLISIS MORFOLÓGICO
Primera persona del singular
del presente de indicativo del verbo ser:
yo sangro.
Y, lógicamente, aluciné. Ya quisiera yo haberme planteado escribir eso con su edad… Después vinieron las cervezas, las conversaciones, los Seconales…
El caso es que hace unos meses se llevaba el accésit del Creajoven (un certamen que ha dado a conocer a voces como las de Antonio Aguilar, Andrés García Cerdán, Ángel Manuel Gómez Espada o José Daniel Espejo) y no nos lo creíamos estas navidades cuando Manuel nos regalaba la antología del Certamen y resulta que se ha decidido juzgar con el mismo rasero la narrativa y la poesía, como si eso fuera posible. El caso es que los premios se han repartido con un primer premio a un relato y tres accesits, dos a sendos relatos y otro a un poema…y juro que no me extraña; cómo me va a extrañar si uno de los miembros del jurado ha menospreciado públicamente la poesía.
Quizás de lo mejor del libro sea el poema que le premiaron a Manuel:
AZOTE
Aunque sé que los dientes no rechinan
ni los ojos lloran cuando el cuerpo es polvo
ahora que estreno vacío y que construyo mis alas
un cúmulo de miedos que no son hijos míos
sutil como un disparo en el cielo de la boca
me hunde feroz los hombros y pregunta mi nombre.
Al nacer
xxxxxxxxme dieron un azote
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque aún me duele.
‘SAL EN LOS OJOS’ EN ‘LA AZOTEA’
El viernes por la noche se presentaba en el local de la Asociación Artística y Cultural ‘La Azotea’ de la ciudad de Murcia el nuevo libro de Natxo Vidal, ‘Sal en los ojos‘, publicado por la editorial Los papeles del sitio.
La presentación fue una fiesta en la que Natxo estuvo acompañado a la guitarra por José María Ramón y por un buen puñado de amigos que leyeron algunos de sus poemas. Como pueden comprobar, entre otros, estuvimos allí José Daniel Espejo, Isabelle García Molina, Diego Sánchez Aguilar, José Antonio Martínez Muñoz, Manuel Pujante, José Óscar López, Cristina Morano y un servidor.
Y aquí tienen algunas de las fotos del evento.
Las dos últimas fotos subidas son de la post-lectura; y es que ‘La Azotea‘ es un lugar en el que uno no puede tomarse sólo una cerveza, parte de lo cual corresponde a los responsables de la asociación.
Y aquí tienen tres de los poemas del libro, tres razones para hacerse con él.
SOMOS la evolución:
las correcciones a las correcciones
de una prueba de imprenta milenaria.
Y míranos: apenas damos
para una modesta edición
de fe de erratas.
APUNTE DE REALIDAD Nº 1,
EN EL ANIVERSARIO DE LA MUERTE
DE MI ABUELA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA todos ellos
Mis cuatro abuelos
sobrevivieron a la guerra, al hambre,
al frente de Teruel,
a las cartillas de racionamiento.
Mis cuatro abuelos, mi tío Marcial,
sus compañeros de partida
en los altos de un bar con mucho humo
sobrevivieron a la guerra, al hambre,
al frente de Teruel,
a las cartillas de racionamiento.
Mis cuatro abuelos, mi tío Marcial,
sus compañeros de partida
en los altos de un bar con mucho humo,
algunos hombres
a los que vi volviendo cada tarde
de los campos, habiéndola perdido,
sobrevivieron a la guerra, al hambre,
al frente de Teruel,
a las cartillas de racionamiento.
Luego la paz
los fue matando a todos, despacito.
APUNTE DE REALIDAD Nº 2
Ayer estuve todo el día
con dos amigos míos (quiero decir poetas)
un poco como yo (quiero decir de buenos)
o mejores.
Compartimos cervezas y hablamos de lo nuestro
con la imprudencia
que nos caracteriza.
Sobra decir que lo pasé muy bien.
No coincidimos sólo en una cosa:
ellos son futboleros y yo haría
lo que fuera por no ver un partido.
El caso es que tres horas después de saludarnos
no éramos los mismos;
ya sabes, las cervezas.
Así que yo quería complacer
su gusto por el fútbol y el de todos
por la literatura,
especialmente por la poesía,
y dije:
somos el triplete más ofensivo
de toda la segunda división
poética española.
No sé si volveré a verlos.
Los poetas
son gente vanidosa.
VIDAL GUARDIOLA, Natxo. Sal en los ojos. Sevilla, Los papeles del sitio, 2012
SECONAL Nº2 & ESPECIAL ERÓTICO
EUGENIO SÁNCHEZ SALINAS
PARA ARRANCARSE UN NOMBRE PROPIO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEl animal que llora, ése estuvo en tu alma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxantes de ser amarillo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAntonio Gamoneda
Para arrancarte un nombre propio, si quieres, puedes
pensar que eso te va a doler como llevar una pandemia
entera, mordiendo dentro de ti.
Si quieres, llora como una mujer cubana dentro de una
tragedia griega, o llora como un parto.
Sal a la ciudad a deshacer los mapas, a descoser los
caminos y los besos: Se trata de ir borracho de las
sombras de las calles, borrando las pisadas y sus
nombres. Pero debes tener en cuenta que te vas a
tropezar con que el nombre propio colocó allí banderas,
hizo nidos, erigió templos, pisó en ciertos rincones fuerte,
como el ámbar en unas alas remotas:
así de lenta,
así de sordamente,
así de
xxxxxxvoy a permanecer amarillo aquí
xxxxxxhasta que quiera, invariable, quieto.
Y, muchas veces,
la tarde se va a despeñar
una tristeza de parras, o de pinzas rojas temblando
sin nada,
en el alambra de tender viejo
de un patio de pueblo viejo.
No la rehuyas.
Si quieres, repítete que: «nunca más pianos desafinados,
nunca más ramos de nudos».
O recuerda la biología exacta del olor de su pelo: a ocre, a
raíz, a matrices, a fotografía de película americana de los
setenta, a tejas tácitas de barro quieto, a esa vieja canción
irlandesa de muertos. Recuerda que tocó el fondo de tu
tacto.
xxxxxTen frío de todas las cosas, si quieres.
Pero lleva todo esto de lo esporádico a la costumbre, de la
costumbre a la liturgia, de la liturgia al vicio, del vicio a la
manía, y más allá. Mucho tiempo.
Conseguirás arrancarte el nombre propio, para ser más
hermoso y más sabio.
Está bien, se te permite todo esto; pero ahora, ahora
ahórrate algo como lo que acabas de hacer. Ahórrate
escribirlo. A estas alturas deberías tener claro que
escribir es regresar desde lejos. Uno nunca escribe sobre
lo que se está. No regresarás de ese viaje con sonatas en
las manos. Ahórrate algo como lo que acabas de hacer: no
más que astillas de palabras, no más que disparos en un
idioma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxya de nadie.
ERIC F. LUNA
CUALQUIER OTRO DOMINGO
Mientras tú acaricias
y desgranas
la piedra de polen,
yo acaricio tu pubis
y desgrano
tu resistencia.
El humo no me deja ver
con claridad.
Tu desnudez tampoco.
Pero el tiempo se ha parado
en este segundo.
Aprovechemos.
PRESENTACIÓN DEL NÚMERO 2 DE LA REVISTA SECONAL
Esta tarde se presenta en un local del centro de la ciudad de Murcia el tercer asalto de un grupo de jóvenes que pretende difundir la literatura en una ciudad como ésta, y de aquí al resto del mundo. Los tres responsables de la publicación que se presenta esta tarde son Manuel Pujante, Rebeca Pérez e Ino Mateos y la joya que llevan entre manos se llama ‘Seconal‘, y esta tarde deberían acercarse quienes puedan a la presentación del segundo número de la revista y tercer asalto de ‘Seconal‘ (sacaron un número 0) porque por las páginas de esta revista ya han pasado poetas de la talla de José Óscar López, José Daniel Espejo o Ana Pérez Cañamares.
Pero es que, además, este número 2 que presentan hoy tiene como poeta invitado a José María Álvarez, cuenta con poemas en catalán de Silvia Bel junto a las traducciones de los mismos hechas por Ángel Paniagua, y hay textos del propio Ángel Paniagua, de Antonio Marín Albalate y de José Daniel Espejo entre otros. Y todo esto en el especial de poesía erótica (uno tiene el lujo de tener una prueba de impresión desde hace una semana), que sólo se podrá conseguir en papel durante la presentación; y habrá que esperar a esta tarde para saber qué más sorpresas nos depara el número 2 de ‘Seconal‘ ¿Se apuntan? Porque si lo dicho no fuera suficiente –y como afirman ellos mismos–, los que hemos ido a las presentaciones de los números 0 y 1 hemos comprobado que no decepcionan cuando se trata de dar la nota. Y añaden: «Venga, va, que leer no mata y ‘Seconal‘ no sale precisamente todos los días».
Y aquí les dejo uno de los textos del especial erótico, el preteneciente a José Daniel Espejo:
ELEGÍA
Dejemos fuera de esta historia cómo construí una máquina del tiempo con forma de bañera de hidromasaje, y también lo muy nervioso que estaba al ponerla en marcha. Eran las 22:00 y marqué como destino las 21:59. Pulsé el botón rojo y salí del aparato. Ahí estaba yo, nervioso pero excitado, sabiendo lo que me esperaba. Me besé, me quité la camiseta, mordisqueé mis pezones, me comí la polla. Estaba resultando el polvo perfecto; en un momento dado decidimos pasar a la bañera, experimentar con el hidromasaje.