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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LIV)
Acaba de llegarme, hoy que lo presenta en Murcia, el nuevo libro de Vicente Velasco Montoya; un libro que lleva por título Con todo este ruido de fondo o El imperio de las luciérnagas y que esta noche tendrá como maestra de ceremonias a Mamen Piqueras. Así que aprovechando la coyuntura, dejo aquí el poema que Vicente Velasco abre con una cita suya.
IV
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPor ti se hace piedra la ciudad invisible
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCarmen Piqueras
En estos días donde es tan fácil
unirse a las filas del ruido,
donde quemar todos los álbumes
familiares es la única fuente de calor,
no haremos nada mejor que nuestros padres.
Nos dicen que podemos explorar el universo,
la calle que transitamos asiduamente,
pero al final todo es como encender un fósforo
sin saber nunca si estarás rodeado de nitroglicerina
o sencillamente abandonado.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxY es muy fácil entender:
El miedo es empático, sinestésico, un anuncio publicitario
donde se nos vende la tranquilidad de un silencio
vedado.
No haremos nada mejor que nuestros padres
porque no nos gusta hablar de los muertos
que guardamos en nuestros armarios.
Salimos desnudos cada mañana de nuestros hogares,
del frío al frío, sin equipaje que compartir,
sin recordar que todos tenemos un largo viaje
a nuestras espaldas y un incierto camino
por recorrer.
xxxxxxxxxxxxNos olvidamos de que, constantemente,
y sólo por breves instantes, este presente tiene algo
extrañamente pretérito. Pero volvemos al hogar
con los labios morados de no pronunciar palabra
que nos identifique, prestos a ocultarnos
bajo el calor de esa voz televisiva, esos banners
constantes de la pantalla del ordenador,
esos titulares de la prensa escrita, esos recuerdos
fundidos en neón que nos dicen una y otra vez:
No haremos nada mejor que nuestros padres.
ESTA TARDE: ‘VEINTE PELÍCULAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DE JOHN LENNON’, DE CARMEN PIQUERAS
Esta tarde, a las 20:00 h., se presenta en el Museo Ramón Gaya el nuevo libro de Carmen Piqueras: ‘Veinte películas de amor y una canción de John Lennon’, publicado por la editorial Raspabook, que comienza este otoño/invierno de publicaciones con los libros de la propia Carmen Piqueras, de Sebastián Mondéjar o de Ángel Paniagua, entre otros.
Si quieren, esta tarde nos vemos allí.
Yo iré porque, entre otras cosas, sé que hay un texto que Carmen Piqueras nos ha dedicado a José Antonio Martínez Muñoz y a mí. Éste:
HIROSHIMA, MON AMOUR
Aunque ien iapenas iunas ihoras iserán iprohibidas, xacusadas
de isocavar ila imoral ide ila ipoblación iy iel iorden ipúblico, la
noche del 31 de octubre de 1940 las salas donde aún se puede
escuchar xjazz xen iTokio iaparecen irepletas, iabarrotadas ide
clientes que bailan, beben y fuman en un intento desesperado
por olvidar el futuro.
No iobstante, inada ipuede iimpedir, iesa inoche, ique xalguien
arranque ide iun ibajo iel idecadente isollozo idel iVals ide xlas
velas, el inminente inicio de una cuenta atrás.
De hecho, en el apartado de dedicatorias se puede leer:
P.D. La canción de John Lennon es ésta.
INVIERNO 2017
Hace algo más de dos meses salía a la calle el último número de ‘Manifiesto azul’. Aquí dejo cuatro poemas que me gustaría destacar del número en cuestión.
ANTONIO AGUILAR
ANNE CARSON
Estás leyendo La belleza del marido
de Anne Carson,
y anotas para un libro cosas sueltas,
frases, ideas, por ejemplo:
«Su telegrama (al día siguiente) decía
Pero no llores por favor
nada más
Cinco palabras por un dólar.»
O el título del tango séptimo:
«PERO PARA HONRAR A LA VERDAD QUE ES LLANA Y DIVINA
Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN) INVITAR A
BAILAR A LA MENTIRA QUE VIVE ALLÍ ABAJO ENTRE LA MASA
DE LOS SERES HUMANOS TRÁGICOS Y TOSCOS»
Aquí has dejado el lápiz.
Son tantas las palabras que podrías
subrayar «La primera
Hay algo de filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.
Taxis para arriba y para abajo.
Lágrimas.
Grietas en la pared que recibe el golpe.
Luces encendidas hasta altas horas de la noche.
No puedo vivir sin ella.
Ella, la palabra que estalla.
Luces todavía encendidas de mañana.»
O cuando lees,
casi al final del libro:
«Esperando el futuro y a los dioses,
marido y mujer descansaron,
como descansan los jugadores transgrediendo las reglas de juego,
si fuera un juego, si conocieran las reglas,
y lo era y las conocían».
RAMÓN BASCUÑANA
EPITAFIO PARA UN POETA MENOR DE ANTOLOGÍA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNada es tan inaudito
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcomo la propia muerte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDespués será la música
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel mejor epitafio.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxM. Sanz
Luché por no ser nadie,
por no llegar a nada.
Abandono la vida por desidia.
HUGO CANO
Phylum: Arthropoda
Subphylum: Chelicerata
Clase: Arachnida
Orden: Palpigradi
Los palpígrados
Son animales ciegos
Son animales incoloros
Son animales casi invisibles
Muchos podrían preguntarse
Si los palpígrados realmente existen
Pero yo creo
Que ellos también aman
Apasionadamente
Y también sé
Que cuando las cosas les salen bien
Se reproducen
MAMEN PIQUERAS
EL ÁRBOL DE LA VIDA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOigo caer las piedras que arrojamos,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtransparentes como cristal a través de los años.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTomas Tranströmer
Aún escuchas aquella luz
silente y calma.
En secreto deseas, de nuevo,
curar su membrana herida
por la contundencia de la piedra.
Ya no preguntas de qué mano,
ni qué anillos afirmaron
su genealogía.
Por fin desconoces
las fronteras de la infinitud.
Así tu voz,
alamar del tiempo,
como un guijarro iridiscente
por virtud del agua, dice
que nada es sino la lluvia:
Colorolario, canto, plegaria.
Plancton del mundo.
No podremos, sin embargo, evitar
que también nos traiga herrumbre
—y, aun así,
quizás,
sea hermoso—
ni olvidar que una vez
fuimos de ella,
y en ella,
por su lengua verdadera, bendecidos.
OKUPAS
He vuelto a casa.
Encuentro cucarachas patas arriba
por todos los rincones.
Es cierto que ordené fumigar
antes de partir, detesto
que nada perturbe la asepsia
de mi vida.
El tipo que esparció el veneno dijo:
«No será inmediato, pero una vez
que rocen la sustancia
no habrá remedio para ellas». Fumaba
mientras lo dijo. Mientras dijo «sustancia».
(Hube de emplear un aerosol
para eliminar el olor del cigarro).
Las miro casi con piedad,
a las cucarachas, digo, y las barro
con una mezcla de aprehensión y culpa.
He leído que agonizan durante días
sin comida ni agua, así, patas arriba,
mostrando la impudicia de su exoesqueleto,
por otro lado, tan parecido
al de los crustáceos
que no nos parecen repugnantes,
que comemos sin tocar con los dedos
quienes, por cuna o matrimonio,
nunca nos manchamos.
En algún sitio habrán quedado
abandonados sus huevos
o pequeñas crías, esperando
su diaria ración de la porquería
que las hará gordas y,
probablemente, rencorosas.
Si no se barren, pronto llegarán las hormigas
y cargarán con ellas, botín famélico.
Por eso nos resultan amables
las hormigas, amables y ejemplificantes,
más por su laboriosidad
inmune a los rigores del verano,
por su implacable ejército que obedece y no cuestiona
la autoridad que emana del subsuelo.
De todos es sabido que el verdadero poder,
el poder absoluto, tiene su guarida
en las cloacas.
DÍA DE LA POESÍA EN EL MUSEO RAMÓN GAYA
Hoy ha vuelto a ser otro de esos días grandes en el Museo Ramón Gaya porque se ha celebrado el ‘Día de la Poesía’ con un homenaje a Ibn Arabi.
Aquí dejo tres fotos de la lectura ininterrumpida que se ha llevado a lo largo del día de hoy. Además del cartel a la entrada del museo, pueden ver al poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz y a la poeta Mamen Piqueras.
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XX)
Ya hablé hace algo más de un mes del nuevo libro de Mamen Piqueras, presentado entonces en el Museo Ramón Gaya.
Hoy toca dejar algunos poemas del libro. Disfrútenlos.
MEMORIA DE LA VIDA QUE NO EXPLICA LA BIOLOGÍA
Memoria de lo que soy y nadie más comparte.
Más allá del caprichoso abrazo de los genes o del órgano con precisión descrito, soy sandalias trotamundos en abril y las primeras cerezas del verano, el olvido del colegio y la mixtura del salitre y los jazmines.
Más allá del bermellón que discurre por el plasma o la danza atávica que ejecutan las neuronas, soy el cuento compartido a la luz de una linterna tras las sábanas. Rezar después. En ese tiempo dios y los reyes magos existían verazmente.
Más allá del formal metrónomo que dirige cuanto somos o la bioquímica que me sostiene a mí y a otros seis mil millones sostiene, soy la pregunta impertinente, la divisa de la duda en las pupilas, el aroma de las manos de mi madre, en mis manos el don de su consuelo.
Soy el deseo de la nieve y el anhelo de un perro compañero,
el miedo inconfesado de crecer, la intuición primera de la muerte.
Yo soy quien ya no es. Inútilmente.
HAS VUELTO A SOÑAR QUE BAILAS
con el muchacho que dejaste de nombrar
hace ya tiempo.
De nuevo sexo sublimado en danza.
No se suelta el pelo tu inconsciente.
MI REINO ES LA COCINA. Trasteo como si se me multiplicaran los brazos, como si me gustara lo que hago.
Me veo despeinada, recogido el pelo en un nudo imposible, vestida sólo por una camiseta. Casi sexy, casi zarrapastrosa. Me veo contestándole a la radio, hablando sola o llorando a lágrima viva el Romance de Curro el Palmo.
Digo: Soy Wendy y así me va.
Cuido de la casa, disfruto de un café con María José, con Ada, con Victoria; de El hombre tranquilo con Eugenia, comparto una confidencia con Juanfra y Paqui y sé perfectamente que soy Wendy. Sin lugar a dudas ésa soy yo.
E incluso en el momento gozoso y fatal, perfecto, letal y breve del placer, cuando la soledad planta bandera en mi corazón, a pesar de la corporeidad de dos y aún deshaciéndome en los sentidos, sé que soy Wendy y ocupo mi espacio.
Pero, he aquí, que hoy me reclaman a mí sola, sin la cafetera, ni la aspiradora, ni los libros, ni el clan que me acompaña.
Hoy la cita es conmigo y no tengo que llevar dinero, llaves, fotos, anécdotas…,
ni siquiera tengo que llevar mi nombre.
Esta noche no soy Wendy. Es cierto que hay un nombre por el que me llaman, pero Wendy casi no lo recuerda y por tanto no vuelve la vista si por él la convocan.
Esta noche se siente solo energía; no sabe si luz o agua, quizás sea brisa.
Sabe que su cuerpo doméstico se ha alargado, le nacen hojas. Una corona de hiedra la enaltece y algas marinas se enredan entre los dedos de sus manos y de sus pies. Se sabe hermosa, se sabe un ser marino y boscoso.
Ningún ingenio podría calcular su peso, abarcarla, registrar su imagen.
Y es que esta noche la ha convocado la niña que fue y no ha tenido más remedio que acudir. Hipocampos han ido a buscarla, caracolas anunciaban su encuentro y, ya perdido el nombre y la edad, se ha abandonado a sí misma.
Y así, revestida de infancia, envuelta en el perfume de los jazmines que fueron, y empujada por la brisa violeta a esa tierra de nadie que ocupan los sueños, se ha producido el encuentro con el príncipe de entonces, el que quiso un día hundir los dedos en su alma y pinchar su corazón con una rosa…
Ha dispuesto el príncipe una cena, copas breves y frágiles, velas doradas, rosas desmayadas; éstos han sido sus deseos, efímeros aliados de la pasión.
Ha querido el príncipe tejer un collar de miel y de ternura en su garganta, éste ha sido el único don que no desaparecerá cuando concluya el encanto.
Ambos sienten la urgencia de la música y el baile, inevitable rito de los debutantes, para ello crean un salón a orillas de nuestro antiguo mar, bajo miríadas de estrellas, entre el viejo castillo y los acantilados rojos
…¿Te acuerdas, princesa, de mi amor?
Era joven, sufriente y generoso. Todo te lo ofrecí, todo lo puse en tu camino, pero no quisiste nada.
Solo dejar que llevara tus libros a la salida del colegio, solo llorar sobre mi hombro tus penas adolescentes, solo permitir que me perdiera en tus ojos cuando, distraída, te quedabas absorta y suspirabas…
Y ella sonríe porque lo recuerda todo. Es cierto que ella nunca lo amó y a veces sentía remordimientos.
Por eso cuando levantó la vista y lo traspasó con su mirada verde casi dijo:
No he olvidado nada, y ahora yo también te amo.
Casi lo dijo porque el collar de miel le quemaba la garganta, porque sus labios eran por besarlo y porque su cuerpo vegetal y caliente deseaba perderse en un mar de ternura, de dolor antiguo y de sexo.
Casi lo dijo porque pensó que se lo debía.
Casi lo dijo.
Piqueras, María del Carmen. Nación del sueño. Murcia; Ed. Raspabook, 2014.
DOMINGO DE AMOR PROPIO
Después de tener últimamente tantas noticias de un cariz más que reaccionario, incluyendo que un periódico de tirada nacional haya querido dar clases de una sexualidad más allá de la mojigatería, me apetece mucho dejar un poema del último libro de Mamen Piqueras, ‘Nación del sueño’, un libro que presentó esta semana en la ciudad de Murcia. Aquí tienen el poema en cuestión.
CONDUCES TU MANO CON LA SABIDURÍA que sólo los años otorgan:
Ese lento conocimiento al que siempre te habías negado.
Hoy tu mano es maremágnum, marea alta que reflota pecios.
Hoy comprendes que el amor (bien entendido)
empieza por una misma.
NACIÓN DEL SUEÑO
Ayer se presentaba en el Museo Ramón Gaya el nuevo libro de Mamen Piqueras, un libro que lleva por título ‘Nación del sueño’. Mamen estuvo acompañada por muchos amigos que estuvieron leyendo sus versos (en la imagen, con Sebastián Mondéjar y Soren Peñalver).
Y aquí tienen tres de los poemas del libro.
SITUACIÓN LÍMITE ESTA en la que intentas contradecir la
física. Mientras, el tiempo, el espacio y la gravedad hacen su
parte.
VENDRÁ PAN UNA NOCHE DESCUIDADA como amor o
amigo enmascarado a fumar un cigarro y brindar contigo, a libar
la ya no tan lozana rosa de tus pechos.
Nombrarás entonces lo que ocultas, tus terribles tesoros de niña
perdida: el esplendor que late en tus pecados o la culpa de crecer
y no haber sido.
Vendrá superviviente de una tarde desmayada al otro lado del
espejo, reclamando el cobro de no sabes qué antigua deuda con-
traída cuando ilimitado creías tu crédito e ilimitada su bondad.
Pero qué puedes ofrecerle ahora si tus manos no son ya de agua,
ni tu cuerpo de cerezas, y la sangre distraída que hoy te alienta
ha olvidado que fue manantial, río de fuego, brava flama y diana
de su empeño.
Qué te busca si hoy el viento no persigue ya tu falda, ni se ríen
tus cabellos enredados en sus manos, ni te duele su tardanza, ni
te tienta la esperanza de esperar.
Apagas las velas y no pides un deseo.
Neverland, nevermore.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mi padre
CUANDO TÚ TE VAYAS, nunca nadie jamás
volverá a hablarme de una lejana noche de San Blas
en la que hizo mucho frío.
De lo que costó traerme al mundo: tres días de parto.
Y de la monja del hospital que profetizó sin proponérselo:
¡Pobrecita, tan pequeña y llora como una mujer!
Piqueras, María del Carmen. Nación del sueño. Murcia; Ed. raspabook, 2014.
DESPUÉS DEL «TIEMBLA, PALABRA» EN ‘LA AZOTEA’
Anoche, el solo hecho de estar en ‘La Azotea’ ya fue un lujo en sí porque Eva y Fer siguen siendo dos de los mejores anfitriones de esta ciudad, pero es que si a eso le añadimos el hecho de que allí estuvieran Miguel Ángel Hernández Navarro, José Óscar López, José Antonio Martínez Muñoz, Antonio Marín Albalate, Mamen Piqueras o Basilio Pujante, entre otros, hizo que la noche subiera varios enteros. Y si a eso se le añade la lectura de microrrelatos de miedo, tanto propios como ajenos, aliñados con alguna que otra ceveza, el resultado es una de esas noches que uno quiere que se repita cuanto antes.
Aquí tienen algunas de las fotos del evento.
Los que no estuvieron no saben lo que se perdieron, sólo esperamos que la próxima vez se apunten para disfrutar de las magníficas noches que uno pasa en ‘La Azotea’.
Yo ayer no participé en la lectura porque no tenía cuerpo para tales menesteres, pero de haberlo hecho hubiera escogido algunos de los microrrelatos de Óscar Sipán que aparecen en ‘Al final del pasillo’, la antología de terror, ciencia ficción y literatura pulp que Octavio Gómez Milián editó en Comuniter. Aquí les dejo algunos de ellos.
CUENTO DE TERROR
Cuando quisimos darnos cuenta todos éramos funcionarios.
CENA PARA DOS
Cuando descubrió aquella fotos, invitó a cenar a su vecina.
Su marido infiel también estaba en la mesa.
En la mesa.
VUELO 605
Al parecer, no hay supervivientes en el vuelo 605…¡Un momento, me comunican que acaban de encontrar a una mujer viva entre las llamas!
El controlador aéreo se desploma en la butaca: por mucho que lo intente, nunca se podrá librar de ella.
MEMORIAS
En mis memorias lo contaré todo, amenazó Judas Iscariote.
Y lo encontraron colgando de un árbol.
TRAS LA PARED
Los oigo copular a todas horas, tras la pared de mi habitación.
Quizás debí emparedarlos por separado.
LECTURA DE CRISTINA MORANO EN EL MUSEO RAMÓN GAYA
Todo comenzaba el viernes, cuando Soren Peñalver publicaba el texto que pueden leer a continuación.
Así que lo de ayer –es sólo una opinión personalísima– es algo que uno se pregunta cómo los que dicen amar la poesía son capaces de perderse. Tras una acertadísima presentación a cargo de Bea Miralles, Cristina repasó sus dos últimos libros y nos deleitó con poemas inéditos de tres colecciones que ya tiene acabadas. De vez en cuando de escuchaba un ‘qué grande’ y se veían bocas abiertas ante lo afilado y lo acertado de sus poemas. Y el mejor resumen de cómo impresionaron cada uno de sus versos fue la ovación que el público le dió una vez terminado el recital, ya que si no ha sido la más larga de las que se han dado allí ha sido una de las más largas (alguien contabilizó treinta segundos de ovación). Es una pena que esta ciudad no sepa cuidar a sus poetas. Sin embargo, fue un gustazo que, entre otros, se encontraran entre el público asistente José Antonio Martínez Muñoz, Soren Peñalver, Sebastián Mondéjar, Mamen Piqueras, Antonio Marín Albalate, José Luis Martínez Valero, Ángel Manuel Gómez Espada o Manuel Pujante.
Y aquí tienen algunas de las fotos que saqué de la lectura.
En el díptico que publicó el Museo Ramón Gaya con motivo de la lectura se podía leer, además, uno de los poemas inéditos que leyó Cristina:
FIESTA
Se ha secado la tierra,
pero más nuestros huesos:
suenan como la caña
que se toca en las romerías
y los que asisten callan y beben
sin creerse del todo la bienaventuranza.