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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XC)
Si escarban un poco en el blog verán que he dedicado más de una entrada a este poeta.
Esto que acaba de llegar a casa, y que contiene la obra publicada de José Antonio Martínez Muñoz, debería estar en cualquier biblioteca que se precie. En nada les cuento. De momento voy a deleitarme yo con su lectura.
MAÑANA, PRESENTACIÓN DE ‘HASTA QUE NADA QUEDE’ (VOL. 1) EN MURCIA
Mañana jueves, a las 7 y media de la tarde, se presenta ‘Hasta que nada quede. Vol. 1’, que contiene la obra publicada del poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz. El acto se llevará a cabo en la librería Colette. LeTRAs y TRAgos, en la calle Cánovas del Castillo de la ciudad de Murcia.
Espero que la librería se quede pequeña, porque esta maravilla que acaba de editar Chamán ediciones, con imagen de portada de Diego Vasallo y prólogo de León Molina, que afirma en él que “Estamos ante un poeta que desde el amor y el conocimiento de la tradición abre la puerta al poema para que se entienda y comunique con su tiempo. Estamos ante el bluesman de la palabra que va dejando fluir su estilo según las épocas, los asuntos que le ocupan, los dardos que todo hombre recibe en su discurrir por la vida y donde va latiendo y asomando de modo muy especial la mirada hacia un mundo que cambia velozmente y con poca frecuencia en la dirección que el poeta hubiera deseado.”; es un volumen que debería estar en cualquier biblioteca que se precie de llamarse así.
El libro, que empieza mañana su gira de presentaciones, se presentará pasado mañana en Cartagena y próximamente en Albacete, Barcelona, Madrid y allá donde lo requieran. Si les pilla a mano, vayan a la presentación y si no háganse con el libro aquí (harán una de las mejores inversiones posibles que pueden hacer en poesía).
Mañana nos vemos.
ESTA TARDE: PRESENTACIÓN DE ‘DEBAJO DE LOS DÍAS’, EL NUEVO LIBRO DE ÁNGEL PANIAGUA
Esta tarde, a las 19:00 h, en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la universidad de Murcia, y acompañado por el también poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz, se presenta ‘Debajo de los días’, el nuevo libro de Ángel Paniagua, editado por la editorial Raspabook.
Y aquí tienen dos poemas del libro.
UNAS FOTOGRAFÍAS
Miro ahora las fotos y no puedo
dejar de preguntarme qué conservan
de mí, qué soy aún de aquel que entonces
fijaron en el tiempo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxApenas nada
queda ya: ni la casa en la que fueron
tomadas es la mía, ni la gente
que en ellas me rodea esta a mi lado
ahora, ni la intimidad risueña
que parece flotar alrededor
es nuestra ya.
xxxxxxxxxxxxxxEl tiempo —separando
esas vidas y borrando los afectos
que las unían— ha convertido todo
en imágenes sin significado,
como ruinas de un templo que tal vez
no existió de verdad.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxUn sueño vacuo
que ahora, al despertarme, se deshace
en pequeños fragmentos inconexos
que la luz difumina y va borrando.
AUGURIOS
Ya no es tiempo de andar con los recuerdos
a cuestas todo el día, de mirar
al pasado como una Arcadia virgen
presente siempre en la memoria, haciéndonos
sentir a ratos bien, a ratos mal,
con la sola mirada de sus tercas
imágenes.
xxxxxxxxxxxAhora que es tan tarde
para mirar atrás como imposible
hurgar en el destino, consultar
quiromantes y astrólogos, no es tiempo
de andar con la mirada puesta siempre en
las vueltas del futuro, suplicándole
esos cambios que no nos atrevemos
a emprender sin ayuda.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAhora es tiempo
de convencerse al fin de que no existen
más que las consecuencias de los actos
que llevamos a cabo y un sentido
de culpa que termina transformándolos
para salvarnos de nosotros mismos.
Paniagua, Ángel. Debajo de los días. Murcia; Ed. Raspabook, 2018.
EL PRIMER ANIMAL DE LO INVISIBLE
Ya avisaba hace unos días que había salido el primer libro de Eugenio Sánchez Salinas, ‘El primer animal de lo invisible’, publicado por la editorial Liliputienses.
Antes que dejar aquí planteamientos marcados por un subjetivismo excesivo -como ocurre la mayor cantidad de las veces que alguien opina de libros-, creo que no hay nada mejor que recomendarles que escuchen la charla que llevan a cabo Eugenio y el poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz cuando el primero presentaba el libro en la ciudad de Cartagena el pasado 16 de junio. La charla en cuestión la pueden escuchar aquí.
Y aquí dejo tres poemas.
LAS PALABRAS PUEDEN SER PIEDRAS
Yo te he cambiado el silencio
Tu silencio ya no es ese silencio de antes que se parecía a los
xxxxxgatos sentados de espaldas encima de las tapias
ese silencio que podías tener entre las manos como una taza o
xxxxxun pájaro usado:
o cualquier otra reliquia, o cualquier otra quietud
Ya no es tuyo ese silencio
ahora es más un silencio como de antenas en los tejados o de
xxxxxgrúas paradas a lo lejos
es más ese vacío y esa aceptación del vacío
y la soledumbre de no sabes qué, de no sabes quién
x
Yo puedo hacer que salir de la cama sea de lo único que salgas
xxxxxen muchos meses
y que observes cada día como el tiempo se te va cayendo cada
xxxxxvez más claramente sobre los ojos
y los infla hacia delante en los espejos, para mirar más de cerca
xxxxxa quien hay que ir acostumbrándose a mirar más de cerca
x
Yo sé que todos los hombres tienen miedo a recordarse
x
Yo iconozco iel inombre ide itus imuertos iy itus imuertes iy isé
xxxxxdeletrearlos, murmurarlos muy despacio y muy adentro
xxxxxde las horas
para que camines por la resina de las tardes con el espasmo
xxxxximpasible del espanto que tienen las máscaras griegas
para que afuera sea viernes o cualquier otra cosa y te dé igual
porque estarás mirando como si tuvieras nidos vacíos en los
xxxxxojos
como isi ituvieras imucha itristeza ien ila iboca iy ino ipudieses
xxxxxmasticarla
mucha tristeza de no sabes qué, de no sabes quién
x
Yo sé cómo conseguir que renuncies a contemplar las coordena-
xxxxdas de la luz, para que traces para mí las coordenadas de
xxxxxla luz
y que renuncies también a ver cómo la noche empieza a hacerse
xxxxxen los grillos:
esa otra manera de gotear el silencio, esa otra persistencia del
xxxxxsilencio
x
Yo puedo hurgarte muy hondo y llegar a la índole de tus centros
para decirte que no hay la suficiente nada allí
para que digas muy alto todo eso que ni siquiera tú mismo
xxxxxquieres saber de ti mismo
x
Yo quiero que digas tus palabras y te rompas
Yo quiero que digas la única palabra que te rompe y que aún
xxxxxdesconoces
LA RÉMORA
Vete
vete, niño mudo que siempre tuve dentro, / dentro marcando la
xxxxxmemoria de mis huesos
deja ya de comer de mi dolor entre tus manos, / tus manos tan
xxxxxpequeñas como mieses
ve, desclávate, niño mudo: / yo no soy tus recuerdos ni tus remos
y no derrames más en mí todo el frío de tus ojos
x
Dime, niño ‘encristalado’, perdido de ti mismo, / inevitable como
xxxxxuna montaña que te mira
inevitable como un cementerio que te mira, / niño inextirpable
xxxxxcomo un padre, dime
si le quitas el cansancio a la ceniza, / no ves que se queda a solas
xxxxxcon su desdén?
no hay una intemperie mayor, yo no la conozco
yo no conozco un destino más aciago / que esta indiferencia
xxxxxcineraria que procuras para mí
x
Regreso
regreso idespacio ia iaquella ihora ien ique iapenas iera / ifiebre
xxxxxhúmeda en el sexo de mi madre
regreso, recuerdo otra vez, / recuerdo: voy más lejos, cerco:
me acerco al centro del ser, de su transparencia, / duro allí para
xxxxxque no me quepas
pero lejos de cesar en tu impostura / mira lo que has hecho, niño
xxxxxemboscado:
pues ahora ni siquiera sé si fui aquel lascivo calor / o fui algo
xxxxxsemejante a costuras, hilvanes, rosarios
puñados de agua para las lentas puertas de junio:
algo, nada junto a otras conspiraciones de la costumbre
x
Tampoco concedes este íntimo ínfimo consuelo / de haber sido
xxxxxsin mí, afuera de mí, tampoco
niño hambriento de mi nombre y mi memoria, / esto dejas para
xxxxxmí entonces:
un fracaso de semillas que cayeron en la piedra
el fracaso de los árboles frutales / que quisieron someterse como
xxxxxen perros
la derrota de estar frío como el miedo de los trapos:
esas formas de vivir imperdonables, sólo eso
x
Niño múltiplo de mi ausencia que es tres
niño huraño, aferrado, hielo negro
tú que no me devuelves a tocar las cosas, / tú que no devuelves
xxxxxel hermoso dolor a donde anduvo
tú que ni me dejas decir que no eres mío, / niño mudo, miserable,
xxxxxmiserador, no
tú que no te vas a ir, / no / hasta que haya destilado toda la cal de
xxxxxmis huesos
ni siquiera eso te será suficiente
y desde los restos de mis ojos apagados / en las fotografías que
xxxxxme sobrevivan
y desde lo que quede de mis ojos / en la última memoria que me
xxxxxquiso
seguirás cuestionando si ardí alguna vez en algún lugar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxsi ardí en algo de lo que hice
DE CONSOLATIONE
… y .sin .embargo .hay .modos .o .insignificancias .o .aspectos .y
xxxxxotras —no sé cómo decirlo— cosas, cosas
hay cosas que consuelan de esto que consiste en estar vivo día a
xxxxxdía y acabarse
y acabarse tiene prisa con el paso de los años
y también hay palabras en el mundo
x
Consuelan los ejemplos y las enumeraciones y las anáforas:
x
consuelan .los .periódicos .esparcidos .por .un .viento .crudo .y
xxxxxventanoso en una calle vacía
consuela .la .hoja .de .periódico .que .se .aferra .a .un .poste .de
xxxxxteléfonos y no cede a pesar de mí
a pesar de desearlo yo tantamente tanto tras la ventana: tanto
yo que a veces deseo que se caigan al suelo los equilibristas,
xxxxxque mi país vaya mal, que la cebra más débil quede
xxxxxpostergada entre la roturada muerte de los cocodrilos
que se desportillen los niñitos tan blancos de los parques
que se despeñen los escaladores y los andamios y los postes
¿y qué?
x
consuela la física de la inmortalidad y las montañas azules en los
xxxxxinicios de la noche
consuela .el .balanceo .de .las .lámparas y el de los ahorcados en
xxxxxlas películas de otra época
consuela el balanceo obediente .de .los .cañaverales .y .el .de .los
xxxxxpentagramas que nunca he aprendido a descifrar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy
los muertos se parecen a los cañaverales y a las escaleras
x
consuela acceder a los bosques esquivos en donde el silencio
xxxxxpesa como las fraguas o las renuncias
no ha vivido nada —absolutamente nada— quien no posea al
xxxxxmenos una renuncia que pese lo mismo que los barrancos
xxxxxcuando se callan
y .las .ciudades .si .se .callaran… .eso .pesaría .a .mucha .derrota
xxxxxinconsolable
consuela .no .haber .visto .nunca .una .ciudad enorme callando,
xxxxxcallando .como .de .buitres: .como .de .plomo: .como .de
xxxxxbuitres empapados de plomo
consuela .la .carnación, la leña apilada y hablar con uno mismo
xxxxxgesticulando para uno mismo
consuelan las cortinas de plástico de las puertas porque hacen
xxxxxtemblar a la mañana durante el suelo y los armarios
consuela contradecirse en la medida de lo posible y las peque-
xxxxxñas devociones no confesables
x
consuelan .todas .las .cosas .que .consuelan .y .la .belleza .es .la
xxxxxbelleza
x
Creo que los perros y los charcos se perdonan la lástima equita-
xxxxxtiva que se tienen
creo .que .esto .lo .hemos .visto .todos .alguna .vez, creo en los
xxxxxperros y en los charcos
una .vez .vi .un .caballo .pudriéndose .que iba a reventar tras la
xxxxxpuerta verde de un garaje
y algo me comió los ojos y la garganta
y no sé si debería estar agradecido
y no lo sé porque aún no entiendo de qué imágenes se armó eso
xxxxxque a veces me defiende de mí: sólo a veces
x
consuela nombrar el nombre de aquella mujer de los Balcanes
xxxxxque repasaba mis clavículas con un dedo:
consuela no haber preguntado nunca por qué atristecía tanto
xxxxxcuando memorizaba cualquier cosa con sus manos
consuelan esas madres que dicen «Jesucristo», y lo dicen tan
xxxxxmadremente que casi crees un poco en Jesucristo
esas madres que dan consejos como gajos o racimos o ‘debes
xxxxxesperar a que acalme el agua’
y usan los mismos adjetivos que las manos de un ciego entrecru-
xxxxxzadas xsobre xun xbastón xde xmadera: xconsuelan xesas
xxxxxmujeres semejantes a la madera
y son hermosas esas madres porque nunca vieron el mar y no lo
xxxxxverán nunca
x
vi por primera vez el mar a los quince años: no pude entender la
xxxxxtristeza .acumulada .bajo .los .embarcaderos: .la .tristeza
xxxxxlegítima se aprende mucho antes
nunca comprenderé, pues, esa tristeza pero sí a los hombres
xxxxxque miran interminablemente hacia los muelles, y dejan
xxxxxde respirar entre los minutos
—dejan de respirar entre los minutos (!) eso al menos he leído—
x
vi la muerte enorme y dolorosa de un joven que pedía permiso
xxxxxpara acabarse con las palabras enteras de los nidos: creo
xxxxxque nunca comprenderé lo que vi
x
existen los primas triangulares, la irisación y los pétalos:
existen las abejas que recomponen la unanimidad de la luz
xy xla enlentecen x y xla registran x y xlos hexágonos
ocurren los octubres y los hormigueros y las lápidas de piedra
ocurren los previsibles surcos de los cultivos
consuela todo esto que es gregario porque no necesita ningún
xxxxxconsuelo
x
xxxxxxxxxxocurre la piedra en las lápidas de piedra
x
x
consuela observar a esos hombres que sortean el abatimiento
xxxxxcomo pueden,y no rehúyen nunca su dolor y nunca miran
xxxxxa los ojos cuando hablan
y se memorizan a sí mismos con cuidado
del mismo modo en que sus gatos se memorizan cuando se
xxxxxlavan con cuidado
consuela creer férreamente en esos hombres
(y .digo .‘hombre’ .y .digo ‘mujer y hombre’, .digo .‘acepción’,
xxxxx‘sonoridad’, ‘lo siento’)
consuela que una mujer pueda llamarse Luz en algún sitio
y poder decir muy alto que una vez hubo Anas en mi vida
y el pan de Vallejo y la ceniza de Brines y los cántaros de
xxxxxNeruda
verdaderamente consolarían mucho los cántaros de ceniza: mucho
consuelan mucho los animales extraños de Olga Orozco, y en
xxxxxrealidad ninguna muerte ‘tiene descanso ni grandeza’
x
x
consuela la boca resignada que sostiene (a) Juan Rulfo en una
xxxxxentrevista para una televisión pública en mil novecientos
xxxxxsetenta y seis
reconforta recordar su voz haciéndose despacio bajo los focos,
xxxxxbalanceándose con nostalgia hacia todo lo distinto:
con xnostalgia xya xde xlo xque xninguno xpodremos xver xni
xxxxxcomprender nunca
x
ayuda saber que nunca voy a regresar a la ciudad donde los
xxxxxmendigos se parecen a las esquinas, y donde todas las
xxxxxesquinas se parecen mutuamente
x
es estúpido haber guardado los billetes de autobús, los precios
xxxxxdel ocio, la tinta lejana
todos los trozos de papel que devuelven (a) la papiroflexia de
xxxxxaquellas tardes en las que no había mucho que decirse
y era puntualmente estúpido acercarse a la ventana y mirar el
xxxxxfrío que resumía las calles
tranquiliza tener cajas de cartón para guardar a una mujer en el
xxxxxtrastero
x
x
consuelan los artesanos, las encinas, los rescoldos y los pómulos
consuelan los aprendices que se equivocan como aguaceros y
xxxxxamarillean
consuela pertenecer y no pertenecer
consuela aquel hombre preguntándole a una grabadora por qué
xxxxxvale la pena esto de vivir:
consuelan sólo las cosas que consuelan
y la belleza xocurre muy pocas veces con las palabras
x
Sana de algo dudar ampliamente, sanan la cristalización y las
xxxxxtentativas
consuela .esa .pena .dócil .y .empalagosa .que .proviene .de
xxxxxcontemplar a las muchachas muchacheando tontamente
xxxxxen los parques
burbujeando de memoria como las cafeteras italianas
sucediendo como botones descosidos o como brochas o según
pueden enjugar mucha desolación los acantilados calientes que
xxxxxhay al fondo de las voces de los negros
consuela el latín milimétrico de los oradores del siglo uno antes
xxxxxde Cristo, pero también los matorrales deshilachados y
xxxxxlas zanjas pensativas
x
conmueve el lumbror movedizo que enmudece justo encima de
xxxxxlas zanjas
conmueve escuchar a un hombre decir que su vida fue durante
xxxxxmás de diez años
como arrojarse por una ventana y no dejar de caer ni un segundo
x
x
casi siempre consuelan las palabras por sí solas
son hermosas y ciertas algunas palabras leídas sólo en plural:
‘germinaciones’-‘fisuras’-‘umbrales’-‘escapularios’-‘osamentas
xxxxxmemoriosas’
esas palabras hacen algo parecido a dar de beber: ‘guijarros’-
xxxxx‘amuletos’-‘símbolos’-‘aproximaciones’-‘postrimerías’
x
las osamentas de los animales junto a los caminos con fisuras de
xxxxxqué
x
ya casi nadie sabe lo que son los escapularios ni lo que es la
xxxxxtristeza intrínseca de las cosas
x
y los umbrales se nos comportan como quieren: en ocasiones
xxxxxestá más lejos la piel de los otros que la inmortalidad
x
x
consuela la lluvia asiática, las demorosas sílabas del mimbre y la
xxxxxluna justo al lado de los relojes de las catedrales
también consuela temblar como ángeles islámicos también
arropa xapagar xla xluz xpara xver xlos xfaros xde xlos xcoches
xxxxxapareándose en las paredes de una habitación
consuelan los solos que cenan solos en un restaurante y miran
xxxxxcon pena a quienes los miran con pena
—con una pena tan par me miran éstos—
x
creo en las ruinas de las casas abandonadas
xsobre todo cuando ya se les ha caído el tejado:
xsobrecoge el silencio que se detiene entre los marcos de sus
xxxxxxpuertas
xvi el silencio inmóvil bajo el dintel de una puerta así y quedé
xxxxxxdesnudo, carente, explicado
xvi una pared y nada más con una ventana y nada más en medio
xxxxxxde tanto mundo
creo en los adverbios y en las esdrújulas y en las islas, y en los
xxxxxanimales simples y ciegos
creo que mirar tejados puede curar a un hombre de lo que sea,
xxxxxcreo en las espirales pero no en el círculo
x
consuela no haber perdido aún estas creencias pequeñas como
xxxxxpalabras o manos pequeñas en medio de tantas desercio-
xxxxxnes de lo mío
consuelan esos ancianos que obedecen a las horas como nadie
xxxxxmás se atreve a obedecer a las horas
consuelan sus paseos con las manos cruzadas en la espalda
xxxxxdonde se dicen cosas parecidas a maletas: con palabras
xxxxxparecidas a estar mucho tiempo sentado junto a una
xxxxxmaleta hecha y no irse
x
consuela un abrigo rojo colgado en un perchero lleno de
xxxxxabrigos, y también los párpados y la frente asumida: y lo
xxxxxque es de lana en general
consuela la duración de los santuarios y la duración de la fruta
xxxxxtambién consuela
consuela la obediencia de los recipientes vacíos
x
y ya no sé muy bien qué vienen a corregir o reparar en estos
xxxxxdías vacantes, medianos, meteorológicos
las caderas exactísimas de Yolanda en la tarde desnuda y
xxxxxabundante
consuela el idioma portugués, los vagalumes cegos, los marca-
xxxxxpáginas y la cartografía
x
x
y asimismo
la carnación de la leña
las gentes leñosas de las aldeas, las lonjas, la humedad de las
xxxxxlonjas, las legañas
la longitud, las acotaciones, la monotonía de dios en los
xxxxxdesvanes y en los pantanos
el vocerío de los mercados, gritar de repente como un mercado
xxxxxentero a la vez, gritar los alaveces de uno mismo
todo eso mitiga ese cansancio que viene del páncreas y de las
xxxxxesquinas de los dormitorios
x
alivia que todas las nucas sean la misma y que la verdad sea
xxxxxmúltiple o diversa
x
es extraño el consuelo de saber que nadie podrá despreciarme
xxxxxmás que y, después de aquellos días atroces en los que
xxxxxyo mismo fui una enfermedad del tiempo y no al revés
x
a veces la esperanza corta más que su contrario y hay un
xxxxxpesimismo que no duele
no duele nunca la melancolía, no duele nunca la nostalgia, no
xxxxxsiempre duele la soledad
consuela saber que la soledad no duele siempre pero duele
consuela haber aprendido que entumecer el silencio no es la
xxxxxsolución, que crujir sin alivio no es la solución, que
xxxxxpreguntar sin descanso no es la solución
y que tal vez acatar las heridas pueda ser una solución
x
las ramas secas crujen sin aliento y consuelan un poco
hay pájaros negros que sólo saben crujir y tener sed
consolar es consolar y no otra cosa
x
a veces consuela escribir a pedradas para no tener que hablar a
xxxxxpedradas
x
a veces consuela más la compañía que la salvación y es hermoso
x
consuela la serenidad de la tiza escrita en el asfalto, mientras
xxxxxespera a que la lluvia se deje caer con su asfalto viejo y
xxxxxdesleído
x
y también esas mujeres que caminan despacio a la centuria:
xxxxxesas mujeres conocen palabras que cicatrizan como la
xxxxxyedra
x
x
existe una serenidad en el regreso de los largos viajes a solas
mientras los desconocidos reclinan sus cabezas en los cristales
y los cristales permanecen un poco más acá de la luz que inicia
xxxxxel día
y desamontona la distancia, el insomnio, el dolor y demás
xxxxxobjetos afilados en la noche
esa serenidad xes bastante para insistir durante muchos días en
xxxxxeso que comúnmente hemos llamado ‘continuar’
x
hay sanación en la entereza de los balcones y en su forma de ser
xxxxxlentos como un ayer que pasó y sigue siendo necesario
x
redime desandar, redime doblar el tiempo, redime lograr el
xxxxxtiempo: redime haber amado las ásperas manos de mi
xxxxxpadre cuando eran altas como alacenas o botellas de lejía
x
salva saber que se puede abrir la puerta, dejar la compra en la
xxxxxmesa del salón y arrojarse por la ventana en menos de un
xxxxxminuto
x
redime la lentitud del trigo y la lentitud de la humedad
x
redime la lentitud ide los puentes ique se persiguen isobre los
xxxxxríos de las ciudades
redime la lentitud de los barrancos y la de los árboles bajando a
xxxxxpie por los barrancos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxredime toda lentitud
x
x
consolaría tal vez que un cazador no fuera más que un fotógrafo
xxxxxde la muerte
consuela la letanía de los barandales y de las escaleras que
xxxxxcaen lentamente lejos
el olvido necesario es impreciso, al azar, a tentones, sin fondo y
xxxxxenfermo y escaleras que caen lentamente y desde lejos
pero hay que arrancarse esos años que insisten como la madera
xxxxxmojada y todavía regresan oliendo a sitio
x
x
redime la acabada plenitud de las campanas antes de llegar a
xxxxxmi esternón porque es ocre y se conforma
x
redimen los ojos grandes de los ojos adoptivos, los carpinteros
xxxxxy la genista porque aprendieron a cantar como una
xxxxxhoguera
x
salvan las hogueras, las huellas, la alfarería y las playas porque
xxxxxsuceden sin huesos y se perdonan
x
salva todo esto porque no sabe que hay que morirse como las
xxxxxfechas
x
y nada
nada es igualable a la paz que proporciona asumir lo terrible
x
pero cambiaría todo por un pequeño puñado de las palabras de
xxxxxla belleza
x
y la belleza nunca consuela
Sánchez Salinas, Eugenio. El primer animal de lo invisible. Cáceres; Ed. Liliputienses, 2018.
ESTA TARDE: ‘VEINTE PELÍCULAS DE AMOR Y UNA CANCIÓN DE JOHN LENNON’, DE CARMEN PIQUERAS
Esta tarde, a las 20:00 h., se presenta en el Museo Ramón Gaya el nuevo libro de Carmen Piqueras: ‘Veinte películas de amor y una canción de John Lennon’, publicado por la editorial Raspabook, que comienza este otoño/invierno de publicaciones con los libros de la propia Carmen Piqueras, de Sebastián Mondéjar o de Ángel Paniagua, entre otros.
Si quieren, esta tarde nos vemos allí.
Yo iré porque, entre otras cosas, sé que hay un texto que Carmen Piqueras nos ha dedicado a José Antonio Martínez Muñoz y a mí. Éste:
HIROSHIMA, MON AMOUR
Aunque ien iapenas iunas ihoras iserán iprohibidas, xacusadas
de isocavar ila imoral ide ila ipoblación iy iel iorden ipúblico, la
noche del 31 de octubre de 1940 las salas donde aún se puede
escuchar xjazz xen iTokio iaparecen irepletas, iabarrotadas ide
clientes que bailan, beben y fuman en un intento desesperado
por olvidar el futuro.
No iobstante, inada ipuede iimpedir, iesa inoche, ique xalguien
arranque ide iun ibajo iel idecadente isollozo idel iVals ide xlas
velas, el inminente inicio de una cuenta atrás.
De hecho, en el apartado de dedicatorias se puede leer:
P.D. La canción de John Lennon es ésta.
DIVA DE MIERDA – JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ MUÑOZ
HERROR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxUn día me moriré de una errata
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(me contaron que dijo una vez Juan Ramón Jiménez)
x
La espera, el silencio, aunque largos, habían merecido la pena. Le compensó sobradamente el gozo que le proporcionó la lectura de una entrevista a su viuda, publicada en el suplemento literario más importante del país. Habían merecido la pena los enormes esfuerzos, las triquiñuelas y los subterfugios con los que fingió su muerte. La edición crítica de su poesía completa colmó su insondable vanidad. Era cierto que, como siempre sospechó, para un artista no hay nada como morirse. Los elogios parecían nacer espontáneamente, como setas tras la lluvia. Pero hubo de plantearse seriamente resucitar cuando se publicó su obra póstuma e inédita: hojos era más de lo que podía soportar en esta vida. Ni en la otra.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Ana, cuya inteligencia alimenta este texto
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCartagena, 21 de abril de 2014
VV. AA. Diva de mierda. Una antología alrededor del ego. Cáceres; Ed. liliputienses, 2014.
A LOVE SUPREME
Sigo con los poemas de la antología ‘Contra. Poesía ante la represión’. Hoy con el poema que en dicha antología aparece de José Antonio Martínez Muñoz.
A LOVE SUPREME
ni la pasión de los amantes
ni el heroico amor de una madre
nor Coltrane’s Love Supreme
son fuerzas tan poderosas
como el amor desenfrenado
entre el poder y los mediocres
DESPUÉS DE LA LECTURA EN LA MONTAÑA MÁGICA
Hace diez días leía en la librería ‘La Montaña Mágica’, en Cartagena. La librería que hace poco abrió el poeta Vicente Velasco.
Fue un sábado complicado para que hubiera público, así que me concentré desde el principio en las cosas que estaban a mi alcance. La primera, disfrutar del hecho de que vuelva a haber una librería en una ciudad de 220.000 habitantes, una ciudad que ha perdido las que tenía porque, seguramente, no se las merecía; esperemos que esta tenga una larga vida. La segunda, la de volver a encontrarme con algunos amigos que hace años que no veía. Y la tercera, la de disfrutar como un crío de la presentación de José Antonio Martínez Muñoz, que ha sido el primero en encontrar y hablar de una vertiente que no es la lírica en mi ‘Cantando en voz baja’.
Gracias a todos por todo.
HOY ES EL DÍA: LECTURA DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ EN LA MONTAÑA MÁGICA
Pues eso, que hoy es el día. Hoy leo en ‘La Montaña Mágica’, y lo hago presentado por alguien a quien quiero y admiro a partes iguales: José Antonio Martínez Muñoz.
Sería un placer que nos viéramos. Allí les espero.
AUTOPROMOCIÓN
Comienza septiembre y ahora que parece que el mundo vuelve a ponerse en marcha en este país, agradezco a aquellos que durante estos primeros meses de andadura se han hecho eco en mayor o menor medida del libro que me ha publicado la editorial Balduque.
Todo comenzó con la entrevista que me hizo José Antonio Martínez Muñoz en ORM. Él mismo, unos días después, en un viaje que hizo a Madrid, me envió esta impresionante fotografía de mi libro en la librería La Central de Callao (en Madrid).
Poco después, Javier Moreno subía a facebook el poema de la página 24 del libro y afirmaba que ‘Cantando en voz baja’ es «un libro lleno de dolor y de belleza, esa extraña mezcla que conmueve y que no se sube a la cabeza«.
Casi al mismo tiempo, Alberto Chessa me mandaba un mensaje que no dejaré de agradecerle lo suficiente, porque decía de ‘Cantando en voz baja’ que es un libro en el que «la apuesta por el poema conciso, directo, contundente, hace que te juegues el todo por el todo en casi cada verso, y la mayor parte de las veces sales más que airoso gracias a una expresión precisa, afinada y afilada, abierta al neologismo cabrón cuando la cosa se pone fea (como ese «pluscuamputrefacto», que convoca el humor sardónico, tan provechoso siempre) o a la imagen perturbadora («medusas en la boca»). Lo pienso mientras leo, por ejemplo, «Otra vulgar victoria de provincias», «Ella usa las palabras» o «Existen los demás», en los que, amigo, ninguna puñetera línea tiene desperdicio. Me gusta ese personaje baudelaireano que deambula por estas páginas (que «flanea», por tanto), con un pie en la bohemia de absenta y luz de gas y otro en el hoy menos épico, tras haber hecho alguna que otra escala en un par de «aceras salvajes». Sigue afirmando:»Eres honesto (¡y se agradece!) al reconocer con bastante explicitud tus, digamos, guías de lectura y audición, bien sea por las citas, por las alusiones directas dentro del poema o ni que decir tiene por el reconocimiento a las claras del final. (…) Quizá lo que más he celebrado al respecto es el eco de Anastasio el Bizantino (aka Álvarez) dentro de «Cae, sin término»: en los versos «y todos tienen / un puñado de cosas / a las que llaman su vida», me parece escuchar la música de uno de los poemas que más aplaudo de tu paisano: «Todos tienen un sitio que pueden llamar suyo. / Solo yo, el poeta, soy ceniza en el viento». Y terminaba afirmando «Pienso, Héctor, en definitiva, que has escrito un cancionero al mayor infierno (mejor que «a la mayor gloria») del malditismo, porque maldita la gracia que tiene la soledad, el amor embarrancado o no llegar a fin de mes. Una suerte de canzoniere del siglo XXI, en el que se trasluce que (¿también tú?) la destrucción fue tu Beatriz (o tu Laura, al caso). A mí estas canciones me llegan como pecios salvados de un discurso errático y lisérgico (pero, ojo: puesto en limpio con lucidez y maestría), a medio camino entre el susurro nihilista y el llanto mudo (todo es en voz baja, sí). Un libro cojonudo«.
Algunos días después, Antonio Arco me entrevistaba para ‘La verdad’, donde aparecía esta entrevista.
También en facebook, Andrés García Cerdán afirmaba que ‘Cantando en voz baja’ «se alza como una selección vibrante de takes e improvisaciones directas sobre el glamour del desarraigo y las bellezas desoladas del que huye de la esclavitud«.
La primera crítica que apareció del libro fue la que publicó Cristina Morano en El coloquio de los perros.
La penúltima mención en facebook sobre el libro fue la que hizo Joan Lluis Sagués, que decía: «Llevo días dándole vueltas a los poemas de Héctor Castilla. De tan sencillos te lees el libro de corrido con final feliz incluido, pero NO, no es que no entiendas el fondo del vaso, es que se te queda una avellana en la nuez y relees. Relees sobre la perdida disfrazada de esperanza, la facilidad de los camareros, unos senos, unas piernas.
Vuelvo. ¿Unos versos, una canción? Otro NO, todo el Balduque es un poema y cada poema…
Y vuelvo a estar en la 27, el famoso ego de los poetas, pero aquí asoma el yo de los otros, con sus otras rayas de coca, canciones de meta literatura llenas.
Total que abro el tomo al azar, un viernes por la noche…
(…)»-sin esperanza, sin futuro,
pero con mucha clase-.«.
Una de las mayores sorpresas que me ha dado el libro ha sido que David González dedicara a ‘Cantando en voz baja’ tres entradas en su blog. Una, dos y tres.
En otro blog, en el de Antonio Parra Sanz, apareció esta otra crítica sobre el libro.
Y la última mención en facebook ha corrido a cargo de Librerantes, que hace unos días subían parte del mismo poema que en su momento subió Javier Moreno. Librerantes, además, tiene aquí en su web el poema que también se puede leer en la web de Balduque; y aquí la lista de librerías en las que se puede encontrar ‘Cantando en voz baja’.
Muchísimas gracias a todos por dedicarle un rato al libro y por escribir sobre él.
DÍA DE LA POESÍA EN EL MUSEO RAMÓN GAYA
Hoy ha vuelto a ser otro de esos días grandes en el Museo Ramón Gaya porque se ha celebrado el ‘Día de la Poesía’ con un homenaje a Ibn Arabi.
Aquí dejo tres fotos de la lectura ininterrumpida que se ha llevado a lo largo del día de hoy. Además del cartel a la entrada del museo, pueden ver al poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz y a la poeta Mamen Piqueras.
DESPUÉS DEL RECITAL DE LEÓN MOLINA EN MURCIA
Definitivamente, esta ciudad es una pena. Aunque casi me alegro de ser uno de los relativamente pocos que disfrutamos ayer de la impresionante presentación que del poeta hizo el también poeta -y periodista- José Antonio Martínez Muñoz, y de la igualmente impresionante lectura que nos regaló León Molina.
Qué lujo disfrutar de los poemas de ‘Llegar’ y ‘El taller del arquero’, así como de los inéditos que leyó León.
Pero no sólo el recital, la conversación de después y lo que nos regaló la madrugada, convirtió el día de ayer en uno de esos días por los que merece la pena seguir en pie.
Aquí tienen alguna foto de la lectura de anoche.