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EL MAR EN LAS CENIZAS

septiembre 8, 2021 Deja un comentario

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PASAN los días
y ni una sola palabra escribo,
pero versos y versos
en blanco se suceden,
vacías y hermosas páginas
sin nada que importe
ni que temer.

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LIBROS cosidos,
¿qué heridas cerráis?

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SÓLO el peso de lo callado
me da la presión justa
con que pulsar las teclas
o apretar contra el papel
cuando escribo.

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A la fuente tiré tan alto mi moneda,
que no caerá hasta el último de los días.

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ESCRIBO como vivo,

¿o como muero?

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AL decirme yo
una verdad
y no una mentira
es cuando más
me cuesta
creer
en mí.

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Alcaraz, José. El mar en las cenizas. Madrid; Ed. Rialp, 2019.

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LGC1

Hoy dejo aquí algunos poemas que aparecieron en el primer número de la ya extinta revista de poesía La Galla Ciencia.

 

 

JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ

COMO ASEGURABA KARL KRAUS, PUEDE QUE LA MUJER
SEA UN SATISFACTORIO SUCEDÁNEO DE LA MASTURBACIÓN,
PERO ESO REQUIERE UNA IMAGINACIÓN DESBORDANTE 
Y COMO DICE SAINT-SIMON —AUNQUE CREO QUE ÉL
SE REFIERE A LA DUQUESA DE BERRY—, ERA LA SIRENA
DE LOS POETAS, CON TODOS SUS ENCANTOS Y TODOS
XXXXXXXXXXXxxXXXXXSUS PELIGROS

Devórame, hija de la gran puta.
Mientras me corro sentir tus dientes de odio
y esos ojos obscuros como topacios fríos.
Chúpamela con esos labios
párpados de la Muerte.
Que sea lo último que vea.
Devórame así,
sin quitarte esa falda
viciosa, esa bisutería infernal.

Besar tus ojos, oler tu pelo,
esas axilas donde sombrea un vello mal rasurado,
morder ese vientre omnipotente,
esos muslos ambiciosos.
Así, como estás.
Entrar en tu coño
como debieron adentrarse
en la luz de Asia los caballos de Alejandro.

Y entonces te das cuenta:
No le hablas a nadie. Estás hablando
solo. Ella no te escucha.
No huele, no respira, su carne no se estremece.
Es una fotografía.
El cartel de una película.

Pero hay algo en esa fotografía…
Como una mano de hielo que te estrujara
las tripas.
Una belleza nueva. La Belleza de este
siglo.
Brutal. Pero te excita.
Despreciable. Pero la
deseas.
Y ahí está. Esperándote.
Para que te encanalles en la vulgaridad,
busques a ese que también eres tú
en el sabor de lo sucio, lo turbio, lo bestial.

Diosa de polígono
industrial, ninfa de hamburguesería, sirena
de botellón.
Dido de grandes superficies
y parkings monstruosos.
Tan brutalmente hembra te deseo.
Esa Nada de su mirada es hermosa,
sin futuro ni pasado.
Pero Helena de Troya cuando brillan
sus muslos
en la luz de un water de discoteca,
sobre el capó de un coche bajo la Luna.

Ah la Echegui en esa fotografía.
Su talento de actriz
+ el rugido de su cuerpo
+ mise en scène por Bigas Luna
+ eso que los arrastraba
más allá de ellos mismos; esa fuerza
letal
de la sexualidad nueva, ese insecto atrapado en ámbar.
Ah la Echegui en ese cartel.
Hija del photoshop que para siempre
así la entrega a nuestros sueños más lascivos.
Neón en vena.
Esa Diosa asesina.
Una fotografía ante la que soñar
con placeres feroces.
Y masturbarse, masturbarse, masturbarse.
Oh sagrado sightseeing.

 

 

 

 

ROGER WOLFE

MONÓLOGO DE JOHN DILLINGER,
xxxxxATRACADOR DE BANCOS

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCuando salga de aquí voy a ser el hijoputa más malo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque hayáis visto nunca.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJohn Dillinger
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(al ser recluido en la cárcel estatal de Indiana)

Si me jalo un par de cajas de pastillas y la palmo aquí dentro,
¿quién le da agua y comida al chuquel
hasta que llegue alguien y me encuentren tieso?
Ni espicharla me deja el perro.

Casa por la ventana, vaciar cuentas bancarias,
o dar un palo gordo. Alguien me habló de Australia.
Pero no dejan fumar ni en el váter. Y además…
El perro, claro. El perro.

Casa por la ventana, vaciar cuentas bancarias,
tiros en la calle, un camino lleno de polvo.
Me llevo conmigo al perro. Dillinger en Villadiego.
Nos veremos en el infierno.

Me gusta hacerle frente al subidón del miedo.
Trepa por el plexo solar comiéndote por dentro
como un atracón de anfetas. Mil veces mejor que un orgasmo,
¡y mucho más intenso!

Abrazar la locura. Puede pasar cualquier cosa.
Da igual, porque es el fin, es el final del mundo.
Ascuas de ira y mala hostia, mala hostia llevo dentro.
Esto acaba de empezar.

Hacedme más daño. ¡Hacedme mucho más daño!
¡Hacedme mucho más daño! ¡Seguro que podéis!
Para que me jodáis y CREZCA LA ESTATURA DE MI ODIO
la estatura de mi odio.

QUERÉIS hijos de puta. ¡Lo pedís a gritos!
No entendéis otro palique. OS GUSTA el horror.
Siempre que no salpique, no salpique demasiado;
ésa es la jodienda conmigo.

El mundo está lleno de enanos que por su cara bonita
creen tener el dominio de la palabra «no».
Pero eso no dura, no dura toda la vida.
Es un mortífero bumerán.
Os lo voy a meter por el recto y enderezarlo.

 

 

 

 

KATY PARRA

EL ÚLTIMO DISCURSO DE LOS PÁJAROS

Dejarás que se quede sin nombrarla
entre tus soledades y tus libros.

Voy recorriendo calles,
rutas que amortajaron a otros hombres
con el mismo fusil,
contra el triste sudario que heredé
de mi hermano.

Esta ciudad será, posiblemente,
un hermoso lugar para quedarse
a descubrir el mundo,
a explorar su belleza más indómita
bajo la insuficiencia de un paraguas,
sin otra pretensión que resistir
el último discurso de los pájaros.

He llegado hasta aquí para salvarme
—no sé si de morir o seguir vivo—.
La muerte es una amante desquiciada,
adicta a sorprender a su adversario
y sé bien que me aguarda rigurosa
en cada tentación de este otoño afligido,
sobre un papel sin patria.
Ha llegado con tiempo suficiente,
para expoliar la noche con sus ojos
y ser imprescindible,
hermosa, como el beso prometido.
Comienza a ser inútil esta tregua.
Sus buitres, como intrépidos vasallos,
siguen embalsamando la lluvia que no cesa,
la lluvia que envilece a la cigarra
y enciende entre otros muertos la hora de volver.

Voy recorriendo calles, y su sombra
avanza como un hijo bastardo tras de mí,
aullando como un perro.
Me acorrala y después
me deja respirar. Sabe que así
podrá seguir jugando conmigo a la ruleta.

 

 

 

 

CRISTINA MORANO

EL CORTE INGLÉS

xxxxx1

No todo era perfecto, a veces
no sabíamos qué decir,
se nos quedaban cosas colgando entre los ojos
como cuerdas de ropa puesta al sol.
Otras veces comprábamos comida
en El Corte Inglés los fines de semana
y sus radiantes avenidas
parecían medirse en nuestros pasos.

 

 

xxxxx2

Al Corte Inglés yo le he robado
unas gafas de sol color castaño,
libros, una docena de cucharillas.
Todo a las diez de la mañana
cuando los dependientes están de mala hostia,
y aún medio dormidos recorren los pasillos.
Es el mejor momento, más tarde la decencia
o la costumbre del trabajo
convertirán a todos —a ellos y a nosotros—
en perros adiestrados, pero por la mañana,
aún somos, en ayunas,
esas maldescansadas ratas sucias,
libres que todavía saben
descolocar estanterías.

 

 

xxxxx3

Cuando mi esposo y yo, el uno junto al otro,
aunque yo levemente adelantada
pues él entre la gente se aturulla,
vamos a hacer la compra al Corte Inglés,
sin rumbo por las caudalosas
arterias de sus plantas, yo le digo:
El aire está lleno de esperanzas.

 

 

xxxxx4

El Corte Inglés abarca al mundo,
lo dispersa en sí, lo desfigura,
engulle sus contornos
en sus inabarcables sucursales
con el poder astral de sus muestrarios.
Pero yo soy mayor que él,
mi pobreza es mayor que sus ofertas,
y mi soledad seguirá
perforándose a sí misma
en donde brille el légamo
del fondo del pozo de sus beneficios.

 

 

 

 

ANA PÉREZ CAÑAMARES

NO soy esta que veis palidecer
bajo el fémur tibio del fluorescente.
Tampoco la mujer que oye dar las tres
como el gong del martillo absolutorio
o la bala de un fusil encasquillado.
Ni la que escribe frases sin amor
y firma igual que quien mata una mosca.
Ocupo mi silla antes de que el sol
me bendiga la frente con un beso
y salgo a la calle infiel y huérfana.
Toso el virus de la resignación
cuando el mar es un rumor clandestino
y los lirios burlas del carcelero.
Soy quien sueña llegar a la vejez
para dejarse adoptar por gallinas
y vivir en la luz de las mañanas
que ahora abandono en la casa de empeños.

 

 

 

 

ANTONIO PRAENA

COMEBOLSAS

Tampoco en estas cosas es lo mismo:
los ricos, sola y buena;
los pobres, con alcohol y muy mezclada.
Las comebolsas lo saben:
te miran el reloj y los zapatos
y, si encima conduces un buen coche,
se te pegan al cuerpo y no te dejan
hasta que las invitas a unas rayas.
De pasta andan muy cortas,
por eso dejan a los tíos
más chulos en la pista
y se vienen contigo.

Las he visto muy jóvenes
montarse con un viejo en un Mercedes
camino de una noche más oscura.
A mí, concretamente,
las que visten peor me ponen mucho.
Un hotel de extrarradio les parece gran cosa.
Jamás se han visto en otra y es la tuya;
medio gramo y ya vuelan
dos gramos y te dejan medio muerto.
Las puedes encontrar siempre los viernes.
El sábado en la noche y el domingo
lo pasan en el barrio, con su novio,
curándose la culpa y la tristeza.

 

 

 

 

ANTONIO LUCAS

FUERA DE SITIO

Imagina que el tiempo sólo es lo que amas:
unas pocas palabras, unos seres exactos,
unas horas muy lisas, una playa (quizá)
donde el daño no acecha.
Imagina la vida como no es ahora,
no quiero decir como algo perfecto,
sino un resplandor, cierto abril de muy lejos,
un tributo al azar sin otro destino
que el confín fugitivo de un eco sin rostro.
Y después cualquier cosa.

Con qué precisión va la edad hilvanando el espino.
Y qué extraña la urgencia de ir en pie hasta la ola,
celebrar lentamente que aniquile mi huella,
mi escritura de hombre, mi certeza de surco,
ser la alta misión de lo que nunca concluye
como no cierra el mar su recado en la orilla.
Pero no es estar quieto la razón ni la meta,
sino un querer más pequeño, una conquista más clara:
ver la vida llegar de su noche a tu noche
en un cuerpo ajeno,
pronunciar su silencio,
abrazar su alambrada,
desear su vacío,
delirar sin camino, sin mapa, sin fuego,
hasta el tiempo sin tiempo
del país que no haremos.

 

 

 

 

ALBERTO CHESSA

TRAS EL ESCAPARATE

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Carlos Martín

El maniquí leía Fuga de la muerte tras el escaparate.
Aunque me reconcomen los escaparates, me paré.
Lo observé. Era alto y rubio, atlético. Vestido
A la moda primaveral. Elegante a la fuerza.
De pronto, dejó de leer y me miró él a mí.
Primero despertó mi compasión, aunque tan frágil
Que al instante sentía más bien un cierto terror libidinoso.
Me encontraba a la vez seducido y cautivo.
Con el valor que no tenía, me giré, le di la espalda.
Iba ya a reanudar mi camino cuando un ruido me detuvo.
El ruido propio de los pelotones de fusilamiento.
No quise darme otra vez la vuelta.
No quise mirar de frente.
Tan sólo recordé que era invierno y que el maniquí
(Qué cosas) es probable que tuviera frío.

 

 

 

 

JOSÉ ALCARAZ

LAS MÁSCARAS DEL VIAJERO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Alejandro Hermosilla

Sólo quien se desnuda está viajando,
quien arroja sus máscaras al suelo
y, al contrario, parece llevar más,
porque al final de sí descubre a todos
y de todos arrastra las facciones,
de todos, desvestido ya, los pliegues.
Son las máscaras las que se refugian
tras él, ojos ajenos los que cubren,
nublados, su semblante, mientras mira
cómo el viento lo empuja, de qué forma
levanta polvaredas, escondiéndolo
del resto, despejando los caminos.

 

 

 

 

ELENA MEDEL

UN CUERVO EN LA VENTANA DE RAYMOND CARVER

Nadie se posa en el alféizar —son veintiocho años
de espacio adolescente—,
pero qué ocurriría si el pájaro sobre el que he leído
en todos los poemas
se colara por el patio de luces y asomara
por el alféizar de mis veintiocho años,

un pájaro,
mi habitación adolescente.

Y qué ocurriría si yo escribiese aún
—si me preguntan, respondo que ya no—
y un pájaro cualquiera, ninguno de los pájaros sobre
los que haya leído en todos los poemas,
un cuervo o una de las palomas negras que asoman en la
oficina,
interrumpiese en la escritura
como el que se posó en la ventana de Carver.

¿Ganaría su lugar en el poema?
¿Dejaría de ser pájaro?

Alza el vuelo. Ya no hay
habitación en el alféizar.

 

 

 

 

BEATRIZ MIRALLES

EN ESTE POEMA mi cuerpo será la orilla
de tu cuerpo. La desnudez sobre mi piel
cubrirá tu piel, el tacto y la memoria.
Así ocurrirás dentro de mis manos,
lo anoto,
como si al fin pudieras sucederme.

 

 

 

 

TINO MOLINA

PUZLE INACABADO

Aquel torrente
cesó con tan inocente arma.
Como niños, en el suelo buscábamos
el color acertado, la misma curva
en cada pieza. Nada más había.

Tú lo compraste
esa misma mañana en la que el tedio
nos vino a visitar
y, ya cumplida su función,
no volvimos a distraernos
con su inocente juego.

Quedó tendido sobre el tapiz verde.
Con las piezas extendidas, ahí sigue,
todavía, esperando
las manos que atrapen su contorno.

Extraño dios de la tristeza,
a veces no lo vemos,
pero qué ligero es tu afán
entre los hombres,
qué vanos son tus negocios
si con un puzle nos basta
para firmar el armisticio.

 

 

 

 

GÜNTER EICH (Traducido por Jorge de Arco)

PRUDENCIA

Los castaños ya florecen.
Lo tengo en cuenta,
pero me abstengo de opinar.

 

 

 

 

C. K. WILIAMS (Traducido por Miguel Merino)

OLMOS

Llevan los tres hombres la mañana entera derribando los olmos
xxxxxenfermos que bordean las amplias aceras.

Las despiadadas sierras mecánicas plañen tenazmente variaciones de
xxxxxsus lacerantes escalas operísticas

y en la calle las cuchillas a gasoil despedazan los desbrozos
xxxxxresoplando febrilmente y sin cesar.

Uno tras otro cargan los camiones con los someros despojos,
xxxxxuniformados e inertes, de duramen,

de pequeñas ramas y hojarasca, y pronto queda el tronco desbrozado.
xxxxxEs como si hubieran cercenado el espejismo de la realidad.

Las filas de desnudos edificios de enfrente lo observan pensativos, sus
xxxxxdivagaciones más acuciantes de lo habitual:

«La espiral del tiempo», piensan, cargado el misterio de una tímida
xxxxxclaridad. «Es la espiral del tiempo…»

Toda la tarde, hasta entrada la desolada noche, las agitadas mentes
xxxxxrumian: «Es la insolente y desmesurada  espiral del tiempo…»

 

 

 

 

PAULO LEMINSKI (Traducido por Aníbal Cristobo)

NADA tan común
que no pueda llamarle
mío

nada tan mío
que no pueda decirle
nuestro

nada tan blando
que no pueda decirle
hueso

nada tan duro
que no pueda decir
puedo

 

DE ‘EL MAR EN LAS CENIZAS’

 

PASAN los días
y ni una sola palabra escribo,
pero versos y versos
en blanco se suceden,
vacías y hermosas páginas
sin nada que importe
ni que temer.

 

 

 

 

ESCRIBIR
como si cada golpe de tecla
—cada contacto de la tinta en el papel—
fuera llevar el dedo a la llaga de la vida
para creer en ella una vez más.

 

 

 

 

¿CON qué palabras
se manda callar al silencio?

 

 

 

 

Y pensar,
cuando se agota el depósito
de mi bolígrafo,
que las palabras invisibles
con que araño el papel
son más reales
que estas de tinta.

 

 

 

 

COMO relojes de sol, en el suelo
las sombras que arrojamos
señalan nuestra hora:

recuerdan que partimos de la luz
camino de lo oscuro.

 

 

 

Alcaraz, José. El mar en las cenizas. Madrid; Ed. Rialp, 2019.

 

JOSÉ ALCARAZ, PREMIO DE POESÍA ‘ANTONIO GALA’

 

Ayer nos enterábamos: José Alcaraz (una de las dos cabezas visibles de la editorial Balduque) acaba de alzarse con el Premio de poesía ‘Antonio Gala’. Pueden leer la noticia aquí y aquí.
Espero poder mostrarles algún poema del libro pronto.

Pero desde aquí lo que quiero hacer es felicitarlo, que es lo que se merece.

 

JOSÉ ALCARAZ Y RAÚL LIARTE EN EL ‘MURSIYA POÉTICA’

Primer recital del ‘Mursiya poética’ de este año y no ha decepcionado. De hecho, ha puesto el listón muy alto. La combinación de los poemas de José Alcaraz y la música de Raúl Liarte ha sido excepcional.

 

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jose raul

 

Y aquí tienen uno de los poemas que aparecen en la plaquette que regalaron y que se puede ver en la última imagen que he subido:

 

LA CANCIÓN PERFECTA

Alguien habla en voz alta
de la canción perfecta. Dice
que ha de tener poesía en los versos
e invitar al baile.

La imagino, a medida que la voz
de quien la define queda al fondo.
Y me veo bailando esa canción
extasiado por el ritmo,
creyéndome parte del aire,
de todo el universo, ilimitado.

Hasta que la música, de pronto, se detiene
a escuchar esa parte de certeza incómoda
que con su espada de silencio
atraviesa el corazón de los poemas,

y, como en el juego de las sillas,
pierdo, vuelvo a quedarme de pie,
vuelvo a quedarme solo.

 

MURSIYA POÉTICA 2015

Mañana comienza el ‘Mursiya poética’ de este año. Si quieren hacerme caso, vayan al primer y al último de los recitales; con el resto pueden hacer lo que quieran, pero esos dos recitales son de asistencia obligatoria. Luego no digan que no aviso.

 

Mursiya poética

 

DESPUÉS DE LA PRESENTACIÓN DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ EN CARTAGENA

Qué mezcla más contradictoria de sensaciones me está dando este ‘Cantando en voz baja’.

Está habiendo demasiada gente a la que echo de menos en las presentaciones, están surgiendo siempre problemas en casi todas las que llevo hasta el momento y, sin embargo, siempre hay algún destello que hace que me olvide de eso. También sucedió eso en la presentación ayer en Cartagena, así que prefiero acordarme de quienes sí vinieron, de amigos que no habían podido verme en ninguna de las presentaciones de mis anteriores libros, y de la aparición junto a una cerveza de Vicente Velasco, de Diego Sánchez Aguilar, de María Luisa, de Andrés Carrillo, de Antonio Marín Albalate o del mismísimo Ángel Paniagua. Gracias a todos, en serio: gracias.

Y, por supuesto, gracias a José y a Pilar, los responsables de la editorial Balduque por haberme publicado este libro. De él dijo José Alcaraz en la presentación:

 

«La poesía de Héctor Castilla es directa, es una poesía sin contemplaciones y no esconde nada. Golpea fuerte, es dura y crítica con la vida pero también con el propio autor. No quiere reproches. En Cantando en voz baja encontramos todo eso, y precariedad laboral, y velocidad, y drogas, y sexo, y diversión. Es un poemario divertido también, y hasta de amor.

En la presentación en Murcia, Sebastián Mondéjar dijo que el libro podría editarse también en formato cómic. Y no puedo estar más de acuerdo. Efectivamente, cada poema vendría a ser la viñeta de una historia, la historia de este libro, que, según el propio Héctor, va de pérdidas y hallazgos.

El libro lo abre una cita de Bukowski, una de sus grandes influencias, y está salpicado, haciendo honor a su título, de citas de canciones y de músicos. Por supuesto, Héctor Castilla es un poeta de ahora, un poeta en tiempo real, y deja que su obra se empape no sólo de literatura sino también de cine, música y lo que tenga a mano y le emocione. Y como su relación con la música es estrecha y tiene grandes amigos músicos y este libro habla de la vida, cruzan los versos de este poemario gente como Fito Páez, Jorge Drexler o Javier Ruibal. La mayoría de ellos cantautores, y no cansautores, matiz que indicaba Héctor hace unas semanas en la entrevista radiofónica que le hacía nuestro amigo y poeta José Antonio Martínez Muñoz.

Apuntaba este último algo que me parece muy pertinente señalar. Héctor Castilla no bebe de jóvenes cantautores que ahora también publican sus versos. Lleva años escribiendo, seguramente veinte o más. Y, sobre todo, no escribe ñoñerías y se notan su oficio y su bagaje literario. Y ojo, que en Cantando en voz baja hay mucha ciudad y mucha cultura urbana, pero también versos muy pulidos y de una notable depuración.

También, como Bukowski, escribe Héctor para ajustar cuentas con la vida. Y luego va y nos dice: “escribir es fracasar como nadie se atreve a hacerlo”.»

 

Y aquí tienen alguna foto:

Presentación en Cartagena 1

Presentación en Cartagena 2

Presentación en Cartagena 4

Presentación en Cartagena 3

 

P.D. Como homenaje a los editores, decidí pintarme una camiseta con la ilustración de la portada del libro y estrenarla en la presentación en Cartagena. Aquí tienen el work in progress:

Camiseta 1

Camiseta 2

Camiseta 3

 

PRESENTACIÓN DE ‘CANTANDO EN VOZ BAJA’ EN MURCIA

El viernes pasado se presentó en Murcia el libro que la editorial Balduque me ha publicado. Se presentó en ‘Action comics’ y me acompañaron José Alcaraz y Sebastián Mondéjar.

 

Cantando en voz baja balduque murcia

Cantando en voz baja balduque murcia'

Cantando en voz baja balduque murcia''

 

La presentación corrió cargo de Sebastián Mondéjar, a quien no podré agradecerle suficientemente sus palabras. Dijo de ‘Cantando en voz baja’:

Bukowski es la primera referencia literaria de Cantando en voz baja, pues se abre con una cita suya: “Un revolcón ocasional, / la duda aleteando / por mi escaso sueño y (…) / cantar canciones de vez en cuando”. Estos tres versos contienen y condensan todo el espíritu del libro y creo que no exagero si digo que ese aire bukowskiano se respira a lo largo de todo el poemario. En principio he de decir que lo he leído varias veces y que cada una de ellas lo he disfrutado más, si cabe, que la anterior. En líneas generales, me parece un poemario inmejorablemente escrito e impecablemente articulado, salpicado también desde el principio de citas y referencias musicales muy bien ubicadas en todas las secciones y poemas, algunos de los cuales reivindican la música por encima de la poesía. (…)

Lo cierto es que, tras las distintas lecturas de Cantando en voz baja, mi sensación es que se lee no ya como un solo poema, sino como una sola historia, casi como un relato; incluso, aprovechando que estamos aquí, por qué no decirlo, como un cómic. Sí. Creo que este poemario podría editarse también en formato de cómic, y hasta en formato audiovisual, pues dados sus claros vínculos con la música podría ilustrarse con muchas de las canciones a las que hace referencia. Porque cada poema viene a ser una viñeta, un fotograma, o mejor dicho un capítulo, una secuencia de un mismo guión, donde el sujeto poético, el protagonista, es un ser urbano, nocturno, solitario, desarraigado, un individuo complicado que, por suerte, ha terminado por asumir muy lúcida y naturalmente todas sus complicaciones. Un tipo que se ha hecho a sí mismo, que ha hecho callo en el corazón y al que no le gustan nada las ñoñerías. Pero no es ni mucho menos un vago, es también un veterano universitario desencantado y un curtido currante de la noche. No esperéis, pues, de él lirismo ni misticismo alguno, grandes disquisiciones metafísicas ni florituras expresivas. Y mucho menos cantos de sirena. Sólo hay que remitirse al título. El personaje principal de este poemario canta en voz baja, es decir, para sí mismo; su lenguaje es depuradísimo y está totalmente alejado de toda pretensión, todo manierismo y toda sensiblería. Sencillamente, es claro y directo como una canción de Extremoduro, Fito Páez, Andrés Calamaro o Albert Pla; o tal vez podríamos decir claro y directo como una raya de coca. Por descontado, no esperéis tampoco encontrar en Cantando en voz baja el más mínimo atisbo de una naturaleza salvaje que no sea la estrictamente humana, ni idílicos paraísos terrenales o espirituales por los que adentrarse. El paisaje de este libro es fundamentalmente urbano y nocturno y, si se tratara de un corto cinematográfico, apenas habría en él exteriores. Una prueba del desarraigo y la precariedad del protagonista a las que antes me refería vendría dada por su inestabilidad social y laboral. Todas sus pertenencias, y cito textualmente, “caben / en apenas dos cajas”. La palabra que más se repite a lo largo de todo el poemario es la palabra “casa”. Nuestro héroe va saltando de casa en casa; ninguna, claro está, de su propiedad; de una casa alquilada entre varios amigos a la casa de una amiga íntima o una novia circunstancial; de una casa prestada por una noche a un hostal barato en cualquier barrio; cuando no se convierte de repente en un sin techo y tiene que refugiarse en la escalera de cualquier edificio para pasar la noche o incluso regresar de vez en cuando a casa de sus padres para poder dormir y comer caliente. Aunque a veces la suerte le hace caer en un hotel caro e incluso en muy agradable compañía. Porque, a pesar de todo, no es un tipo amargado ni depresivo y no deja pasar las ocasiones en que la puta vida le brinda sus placeres. Y eso le honra y le redime. Como él mismo dice en el poema “Yo, minoría absoluta”, “claro que estoy desorientado: / manejo más de un millón de variables. / (…) / -sin esperanza, sin futuro, / pero con mucha clase”; y, ya en la penúltima estrofa del último poema, “Born Slippy”: “Yo elegí no elegir la vida. / Yo elegí otra cosa”.

Héctor pertenece a una generación de escritores y poetas que está dando mucho de sí. Por nombrar sólo a unos cuantos de nuestra región: José Oscar López, José Daniel Espejo, Antonio Aguilar, Cristina Morano, Juan de Dios García… Poetas con un bagaje vital, social, cultural e intelectual enorme, y con voces tan propias y diversas que yo creo que no tienen parangón con ninguna otra generación de poetas muertos y vivos que haya dado esta tierra. Y como no quería extenderme más allá de los tres folios y ya casi lo estoy consiguiendo, sólo me resta decir etcétera, etcétera, etcétera, gracias por vuestra presencia y atención, gracias también a la Librería Action Comics por acogernos, mi más sincera enhorabuena a Héctor por este Cantando en voz baja y también, cómo no, mi aplauso a la Editorial Balduque por editarlo y por la labor que está realizando sacando a la luz libros como este que, nada más nacer, entran a formar parte de nuestra cultura y nuestra historia.

Y, para rematar, tan sólo aconsejaros que, cuando lo leáis, guardéis ya para siempre en vuestra memoria estas dos sentencias contenidas en sus versos: “escribir / es fracasar como nadie se atreve / a hacerlo” y “detrás de la esperanza / anida el linchamiento”

 

Aquí tienen alguna foto de la presentación.

 

José Alcaraz

Héctor Castilla

Sebastián Mondéjar Héctor Castilla José Alcaraz

 

Y aquí dejo el poema que la editorial ha decidido poner en el blog para promocionar el libro.

 

ME SOBRA CARNAVAL

Los viernes por la noche
los hombres que conozco
hablan de las mujeres
con más empeño del que ponen
en conseguir estar con ellas.
Los viernes por la noche
se dedican, sencillamente,
a malgastar todo su tiempo.
Fue un viernes por la noche
cuando uno de mis jefes
(para desarrollar
como se merecía
nuestra velocidad)
me preguntó después del cierre:
¿Tú te drogas?
                            Y me puso delante
la primera raya de coca.

 

UN SÍ A LA NADA

Esta tarde, en el Museo Ramón Gaya, se ha presentado el número 4 de ad minimum: ‘Un sí a nada’, de José Alcaraz.

A José Alcaraz lo han acompañado en la presentación Bea Miralles y Francisco Jarauta.

En el prólogo de la publicación, que lleva por título ‘Nada para un sí’, Magalhaes Sosa escribe:
«Conocí a José Alcaraz a través de su libro Edición anotada de la tristeza. Fue en Berlín, gracias a mi buen amigo y compañero Francisco Jarauta. El poemario reposaba sobre la mesa de su despacho. Recuerdo verlo ahí durante una temporada y ojearlo siempre que podía.
Poco después el encuentro fue en Murcia, esta vez en persona y a la sombra del Café del Arco. Sobre la mesa, cinco poemas inéditos del autor y la propuesta de Francisco de que yo los prologara; José asentía. No recuerdo cómo pudieron convencerme -ellos piensan, como yo, que la poesía no debe ser presentada por nadie- pero acepté, supongo que porque, a fin de cuentas, no soy nadie.
Si ustedes, lectores, me han permitido este juego de palabras, entenderán también que llegue al final de estas líneas sin hablar de los poemas que ahora tienen en sus manos. ¿Acaso cuando admití el reto dije un sí a nada? ¿Acaso lo soñé? ¿Y qué es prologar poesía sino contar un sueño?»

 

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Y aquí tienen el primero de esos poemas.

 

CLOROFORMAS

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEscúchalo como un sí a nada.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx– Sergio Algora

No intentes comprender si has abierto una puerta o cerrado los ojos: el aire es un asceta que se desmaya sobre tus músculos, el tiempo un significado en la punta de la lengua. Así que flotas, eres como el contorno del infinito, una sala de espera en una sala de espera, el presagio de la palabra casi. De acuerdo, pero esa sombra que siempre veías en el horizonte ya está aquí, y es un reloj de agujas, y ha ordenado su ruido en instantes. El roce de los segundos en el espacio difumina la calma y el silencio. Ahora el sonido es un paisaje con un corazón en el lugar de la luna, hace subir tu sangre, que tus pensamientos tengan pulsaciones, latidos que deforman lo invisible. Pero no cierres una puerta o abras los ojos; asume el mecanismo. El mundo encaja sus engranajes con los de tus ideas.

 

 

Además del ejemplar que se presentaba esta tarde, algunos hemos aprovechado y nos hemos hecho también con el anterior para poder tener la colección completa.

 

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‘MAL’ EN CARTAGENA

Pequeño recordatorio de lo que sucedió ayer en Cartagena.

 

Joseda en CT 1

Joseda en CT 2

Joseda en CT 3

Joseda en CT 4

Joseda en CT 5

Joseda en CT 6

Joseda en CT 7

Joseda en CT 8

 

Y aquí dejo dos de los poemas que leyó ayer José Daniel Espejo.

 

 

1 DE MAYO

El uno de mayo era sábado,
brillaba el sol. Me encontré
con un poco de atasco en la autovía
en marcha hacia la playa. Fumé.
Me fui de aperitivo, de paella,
me tomé dos gintonics mirando el mar,
después hice la siesta hasta las siete;
y entonces paseo, cena, los pubs
de los ingleses, una rubia borracha
me aceptó una invitación para después franquearme
las muy doradas puertas de su coño. Y yo
fumando en calzoncillos a las seis de la mañana,
acodado en el balcón mientras salía
un sol resplandeciente tras la línea del agua,
bebido y triunfador, los dedos húmedos
de sexo aún, y vi a mi lado
a mi jefe. Y bien, Cenicienta,
me dijo. Quedamos que a las doce
y es la hora de los churros. Se te descontará
reglamentariamente de tus vacaciones.
Y ahora vístete y sal de mi casa,
pero a Samantha déjala, no la despiertes.

 

 

 

 

EMPLEADOS

Personas educadas, bien vestidas,
limpias, atractivas, proactivas y empáticas,
peinadas a la moda y con sonrisas brillantes.
Conocen la teoría. Saben Power Point,
nuevas tecnologías, muchas redes sociales.
Han leído los libros. Han ido a los congresos.
Juegan a tenis, a pádel y a golf,
cocinan teppanyaki y viajan por el mundo,
sus sueldos son de infarto y lo que hacen,
a poco que investigues bajo la superficie
de sus pulidos discursos, es defender el derecho
que creen tener sus jefes a poseer ocho yates,
anclados a tus huesos.

Son muchos. Más guapos. Salen mejor
en las fotos, en la tele y en los carteles electorales.
Pero nosotros somos más,
y conocemos sus nombres.

 

LOS TIGRES DEVORAN POETAS POR AMOR

Ayer se presentó en la ciudad de Murcia el primer libro de la colección de poesía de la editorial Balduque, ‘Los tigres devoran poetas por amor’, de Alberto Soler.

Muchos esperamos larga andadura a esta editorial dirigida por José Alcaraz.

Aquí tiene algunas fotos de la presentación de ayer.

 

Presentación Alberto 1

Presentación Alberto 2

Presentación Alberto 3

Presentación Alberto 4

Presentación Alberto 5

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Y aquí tienen uno de los poemas del libro:

 

OUTBOOK POEM

INSTRUCCIONES:

1. Abre una ventana del navegador.

2. Busca en internet “Trailer Funny Games 1997”. Abre el vídeo. Si salta un anuncio, deja que pase hasta el principio del tráiler. Anula el sonido del vídeo. Mantenlo en pausa.

3. Abre una nueva pestaña.

4. Haz una nueva búsqueda: “Rocío Dúrcal Parabá papá”. Abre el vídeo. Si salta un anuncio, deja que termine y espera al comienzo del vídeo propiamente.

5. Cuando comience a sonar la canción de la Dúrcal vuelve rápidamente a la primera pestaña y pulsa Play. Recuerda que el tráiler de la película de Haneke debe estar silenciado.

6. Pantalla completa.

 

 

PRESENTACIÓN DE ‘EDICIÓN ANOTADA DE LA TRISTEZA’ EN ‘LA AZOTEA’

noviembre 21, 2013 Deja un comentario

Esta tarde/noche, en el local de la asociación artística y cultural ‘La Azotea’, se presentará el libro ‘Edición anotada de la tristeza’, con el que José Alcaraz se alzó con el último Premio de Poesía Joven rne. En el acto podremos disfrutar de la videoproyección que ha preparado Domingo Llor para las presentaciones del libro y un servidor presentará el acto.

Por cierto, el cartel lo ha diseñado Cristina Morano.

¿Nos acompañan?

 

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LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XII)

septiembre 11, 2013 Deja un comentario

José Alcaraz - Injuve

 

Hoy, 11 de septiembre, me podría poner combativo, melancólico, o no sé cuántas cosas más por la fecha. Pero la casa se ha inundado de poesía porque los amigos nos tratan mejor que bien.

Y es que José Alcaraz, después de habernos regalado su ‘Edición anotada de la tristeza’ (Premio Nacional de Poesía Joven Rne), ha tenido a bien regalarnos ‘La tabla del uno’, con el que se quedó accésit del Injuve del año pasado.

 

Aquí tienen un par de poemas del libro.

 

LOS DÍAS NO CONTADOS

La puerta sin nadie al otro lado
poco después de que llamen,

ese arrítmico sentido de la vida,

los días que se alejan
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxde sí mismos.

 

 

 

DESTINO

No quería escribir poemas,
tal vez dibujar la luz, llamar
a las cosas por mi nombre,
vivir el tiempo que queda
y no el que falta, poco más
que palabras que han ido
encontrándome las manos,
perdiéndome en su laberinto.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XI)

José Alcaraz 'Edición anotada de la tristeza'

 

Por fin tenemos en nuestras manos el ejemplar que José Alcaraz nos prometió de ‘Edición anotada de la trsieza’, último premio de poesía joven rne. José: gracias, gracias, gracias…

 

Aquí tienen algunos poemas del libro para que les pique la curiosidad suficiente como para que se hagan con él.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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1 La vida ha enterrado el mapa, / no el tesoro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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5 Qué bien huele. / Acabas de ducharte, / te arreglas para salir. / Mira la luna, mírate. / Escuchas música, / canturreas un poco, / de algún lugar / viene una brisa / con olor a champú, / desodorante, / espuma del pelo. / Pareces feliz, / con ganas, / y te están esperando. / ¿Este momento es antiguo?, / ¿es de ahora? / Sales de la habitación / y el lugar queda vacío, / como un frasco de colonia / gastado y hermoso / que conserva su esencia / para siempre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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6 Jugar al solitario, pero siendo / la soledad y no el participante.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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10 Hay un parque / cerca de casa. / Desnudo, / apenas cubierto / de gente. / A nadie le dice nada; / salvo a mí, / al oído. / Entro en él / como una pregunta / en el vacío. / Si voy solo, / dudo de la vida. / Si voy acompañado, / dudo de la muerte. / Estar ahí / es su único mensaje. / Lo cuidan a diario / a pesar de ser / casi un desierto; / igual que yo hago / conmigo. / Tiene nombre de flor. / A veces, / dirigiéndome a otro sitio, / me alegro / de tener que cruzarlo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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16 Día de niebla. / Sí. / Pero tú, / que siempre estás en las nubes, / siéntete como en casa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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22 También cada dos versos / muere un niño en el mundo / a causa del hambre.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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46 Qué bueno haberme dado la vuelta / a mitad de tantos caminos, / elegir otros que ni siquiera lo parecen, / desmitificar las oportunidades, / los beneficios, el orgullo. // La gente lo llama perder trenes, / pero trenes –como dice / Jorge Riechmann en su poema– / solo son los que conducen a uno mismo. // Billetes, por favor. / Salimos cuando a mí me lo parezca.

 

 

 

Alcaraz, José. Edición anotada de la tristeza. Ed. Pre-textos; Valencia, 2013.

 

HOY ES EL DÍA ‘JOSÉ ALCARAZ’

Que ¿por qué hoy es el día ‘José Alcaraz’? Pues porque nuestro compadre presenta hoy en Madrid su tercer libro, ‘Edición anotada de la tristeza’, que se alzó hace unas semanas con el Premio de Poesía Joven RNE. Y como suelo hacer con los amigos, le pedí que me mandara unos cuantos poemas del libro y de la selección que me envió aquí dejo dos excelente poemas.

José: ¡¡¡¡Felicidades!!!!

 

José Alcaraz 'Edición anotada de la tristeza'

 

 

De niños hacemos
muchas preguntas.
Después no tantas.
Y cada vez menos.
Hasta hacernos solo una,
quiero decir,
convertirnos en una,
y retórica además.

 

 

Quieren ponernos
una venda en los ojos
y no saben que es la cinta
que vamos a cortar
en la inauguración
de una nueva mirada.

 

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