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LLEGADAS
Este año han llegado a casa varios libros y algunos discos, y quiero dejar constancia públicamente del agradecimiento hacia quienes han hecho que mi biblioteca y mi discoteca particulares hayan aumentado en cantidad y calidad.
Gracias por sus libros a Vicente Velasco, a Carlos Vitales, a José Luis Martínez Valero, a Ramón Bascuñana, a Natxo Vidal, a Manuel Rico, a Eugenio Sánchez Salinas, a Alfredo Rodríguez, a Sandro Luna, a Óscar Navarro, a Luis Sánchez, a Javier Sánchez Menéndez, a la editorial El Sastre de Apollinaire, a Joaquín Calderón y a Pedro Gascón.
Además, no quiero olvidarme de los regalos musicales que me han hecho Paco Cifuentes y Lichis.
Por supuesto, también a Alberto Alcalá, a Ferrán Exceso, al niño de la hipoteca, al Kanka, al Manin y a Álvaro Ruiz, por contar conmigo cada vez que pasan por Murcia y traen su música a esta ciudad.
Y, por último, quiero agradecerle a María Marín que contara conmigo para presentar su primer libro.
Gracias a todos.
EL PRIMER ANIMAL DE LO INVISIBLE
Ya avisaba hace unos días que había salido el primer libro de Eugenio Sánchez Salinas, ‘El primer animal de lo invisible’, publicado por la editorial Liliputienses.
Antes que dejar aquí planteamientos marcados por un subjetivismo excesivo -como ocurre la mayor cantidad de las veces que alguien opina de libros-, creo que no hay nada mejor que recomendarles que escuchen la charla que llevan a cabo Eugenio y el poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz cuando el primero presentaba el libro en la ciudad de Cartagena el pasado 16 de junio. La charla en cuestión la pueden escuchar aquí.
Y aquí dejo tres poemas.
LAS PALABRAS PUEDEN SER PIEDRAS
Yo te he cambiado el silencio
Tu silencio ya no es ese silencio de antes que se parecía a los
xxxxxgatos sentados de espaldas encima de las tapias
ese silencio que podías tener entre las manos como una taza o
xxxxxun pájaro usado:
o cualquier otra reliquia, o cualquier otra quietud
Ya no es tuyo ese silencio
ahora es más un silencio como de antenas en los tejados o de
xxxxxgrúas paradas a lo lejos
es más ese vacío y esa aceptación del vacío
y la soledumbre de no sabes qué, de no sabes quién
x
Yo puedo hacer que salir de la cama sea de lo único que salgas
xxxxxen muchos meses
y que observes cada día como el tiempo se te va cayendo cada
xxxxxvez más claramente sobre los ojos
y los infla hacia delante en los espejos, para mirar más de cerca
xxxxxa quien hay que ir acostumbrándose a mirar más de cerca
x
Yo sé que todos los hombres tienen miedo a recordarse
x
Yo iconozco iel inombre ide itus imuertos iy itus imuertes iy isé
xxxxxdeletrearlos, murmurarlos muy despacio y muy adentro
xxxxxde las horas
para que camines por la resina de las tardes con el espasmo
xxxxximpasible del espanto que tienen las máscaras griegas
para que afuera sea viernes o cualquier otra cosa y te dé igual
porque estarás mirando como si tuvieras nidos vacíos en los
xxxxxojos
como isi ituvieras imucha itristeza ien ila iboca iy ino ipudieses
xxxxxmasticarla
mucha tristeza de no sabes qué, de no sabes quién
x
Yo sé cómo conseguir que renuncies a contemplar las coordena-
xxxxdas de la luz, para que traces para mí las coordenadas de
xxxxxla luz
y que renuncies también a ver cómo la noche empieza a hacerse
xxxxxen los grillos:
esa otra manera de gotear el silencio, esa otra persistencia del
xxxxxsilencio
x
Yo puedo hurgarte muy hondo y llegar a la índole de tus centros
para decirte que no hay la suficiente nada allí
para que digas muy alto todo eso que ni siquiera tú mismo
xxxxxquieres saber de ti mismo
x
Yo quiero que digas tus palabras y te rompas
Yo quiero que digas la única palabra que te rompe y que aún
xxxxxdesconoces
LA RÉMORA
Vete
vete, niño mudo que siempre tuve dentro, / dentro marcando la
xxxxxmemoria de mis huesos
deja ya de comer de mi dolor entre tus manos, / tus manos tan
xxxxxpequeñas como mieses
ve, desclávate, niño mudo: / yo no soy tus recuerdos ni tus remos
y no derrames más en mí todo el frío de tus ojos
x
Dime, niño ‘encristalado’, perdido de ti mismo, / inevitable como
xxxxxuna montaña que te mira
inevitable como un cementerio que te mira, / niño inextirpable
xxxxxcomo un padre, dime
si le quitas el cansancio a la ceniza, / no ves que se queda a solas
xxxxxcon su desdén?
no hay una intemperie mayor, yo no la conozco
yo no conozco un destino más aciago / que esta indiferencia
xxxxxcineraria que procuras para mí
x
Regreso
regreso idespacio ia iaquella ihora ien ique iapenas iera / ifiebre
xxxxxhúmeda en el sexo de mi madre
regreso, recuerdo otra vez, / recuerdo: voy más lejos, cerco:
me acerco al centro del ser, de su transparencia, / duro allí para
xxxxxque no me quepas
pero lejos de cesar en tu impostura / mira lo que has hecho, niño
xxxxxemboscado:
pues ahora ni siquiera sé si fui aquel lascivo calor / o fui algo
xxxxxsemejante a costuras, hilvanes, rosarios
puñados de agua para las lentas puertas de junio:
algo, nada junto a otras conspiraciones de la costumbre
x
Tampoco concedes este íntimo ínfimo consuelo / de haber sido
xxxxxsin mí, afuera de mí, tampoco
niño hambriento de mi nombre y mi memoria, / esto dejas para
xxxxxmí entonces:
un fracaso de semillas que cayeron en la piedra
el fracaso de los árboles frutales / que quisieron someterse como
xxxxxen perros
la derrota de estar frío como el miedo de los trapos:
esas formas de vivir imperdonables, sólo eso
x
Niño múltiplo de mi ausencia que es tres
niño huraño, aferrado, hielo negro
tú que no me devuelves a tocar las cosas, / tú que no devuelves
xxxxxel hermoso dolor a donde anduvo
tú que ni me dejas decir que no eres mío, / niño mudo, miserable,
xxxxxmiserador, no
tú que no te vas a ir, / no / hasta que haya destilado toda la cal de
xxxxxmis huesos
ni siquiera eso te será suficiente
y desde los restos de mis ojos apagados / en las fotografías que
xxxxxme sobrevivan
y desde lo que quede de mis ojos / en la última memoria que me
xxxxxquiso
seguirás cuestionando si ardí alguna vez en algún lugar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxsi ardí en algo de lo que hice
DE CONSOLATIONE
… y .sin .embargo .hay .modos .o .insignificancias .o .aspectos .y
xxxxxotras —no sé cómo decirlo— cosas, cosas
hay cosas que consuelan de esto que consiste en estar vivo día a
xxxxxdía y acabarse
y acabarse tiene prisa con el paso de los años
y también hay palabras en el mundo
x
Consuelan los ejemplos y las enumeraciones y las anáforas:
x
consuelan .los .periódicos .esparcidos .por .un .viento .crudo .y
xxxxxventanoso en una calle vacía
consuela .la .hoja .de .periódico .que .se .aferra .a .un .poste .de
xxxxxteléfonos y no cede a pesar de mí
a pesar de desearlo yo tantamente tanto tras la ventana: tanto
yo que a veces deseo que se caigan al suelo los equilibristas,
xxxxxque mi país vaya mal, que la cebra más débil quede
xxxxxpostergada entre la roturada muerte de los cocodrilos
que se desportillen los niñitos tan blancos de los parques
que se despeñen los escaladores y los andamios y los postes
¿y qué?
x
consuela la física de la inmortalidad y las montañas azules en los
xxxxxinicios de la noche
consuela .el .balanceo .de .las .lámparas y el de los ahorcados en
xxxxxlas películas de otra época
consuela el balanceo obediente .de .los .cañaverales .y .el .de .los
xxxxxpentagramas que nunca he aprendido a descifrar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy
los muertos se parecen a los cañaverales y a las escaleras
x
consuela acceder a los bosques esquivos en donde el silencio
xxxxxpesa como las fraguas o las renuncias
no ha vivido nada —absolutamente nada— quien no posea al
xxxxxmenos una renuncia que pese lo mismo que los barrancos
xxxxxcuando se callan
y .las .ciudades .si .se .callaran… .eso .pesaría .a .mucha .derrota
xxxxxinconsolable
consuela .no .haber .visto .nunca .una .ciudad enorme callando,
xxxxxcallando .como .de .buitres: .como .de .plomo: .como .de
xxxxxbuitres empapados de plomo
consuela .la .carnación, la leña apilada y hablar con uno mismo
xxxxxgesticulando para uno mismo
consuelan las cortinas de plástico de las puertas porque hacen
xxxxxtemblar a la mañana durante el suelo y los armarios
consuela contradecirse en la medida de lo posible y las peque-
xxxxxñas devociones no confesables
x
consuelan .todas .las .cosas .que .consuelan .y .la .belleza .es .la
xxxxxbelleza
x
Creo que los perros y los charcos se perdonan la lástima equita-
xxxxxtiva que se tienen
creo .que .esto .lo .hemos .visto .todos .alguna .vez, creo en los
xxxxxperros y en los charcos
una .vez .vi .un .caballo .pudriéndose .que iba a reventar tras la
xxxxxpuerta verde de un garaje
y algo me comió los ojos y la garganta
y no sé si debería estar agradecido
y no lo sé porque aún no entiendo de qué imágenes se armó eso
xxxxxque a veces me defiende de mí: sólo a veces
x
consuela nombrar el nombre de aquella mujer de los Balcanes
xxxxxque repasaba mis clavículas con un dedo:
consuela no haber preguntado nunca por qué atristecía tanto
xxxxxcuando memorizaba cualquier cosa con sus manos
consuelan esas madres que dicen «Jesucristo», y lo dicen tan
xxxxxmadremente que casi crees un poco en Jesucristo
esas madres que dan consejos como gajos o racimos o ‘debes
xxxxxesperar a que acalme el agua’
y usan los mismos adjetivos que las manos de un ciego entrecru-
xxxxxzadas xsobre xun xbastón xde xmadera: xconsuelan xesas
xxxxxmujeres semejantes a la madera
y son hermosas esas madres porque nunca vieron el mar y no lo
xxxxxverán nunca
x
vi por primera vez el mar a los quince años: no pude entender la
xxxxxtristeza .acumulada .bajo .los .embarcaderos: .la .tristeza
xxxxxlegítima se aprende mucho antes
nunca comprenderé, pues, esa tristeza pero sí a los hombres
xxxxxque miran interminablemente hacia los muelles, y dejan
xxxxxde respirar entre los minutos
—dejan de respirar entre los minutos (!) eso al menos he leído—
x
vi la muerte enorme y dolorosa de un joven que pedía permiso
xxxxxpara acabarse con las palabras enteras de los nidos: creo
xxxxxque nunca comprenderé lo que vi
x
existen los primas triangulares, la irisación y los pétalos:
existen las abejas que recomponen la unanimidad de la luz
xy xla enlentecen x y xla registran x y xlos hexágonos
ocurren los octubres y los hormigueros y las lápidas de piedra
ocurren los previsibles surcos de los cultivos
consuela todo esto que es gregario porque no necesita ningún
xxxxxconsuelo
x
xxxxxxxxxxocurre la piedra en las lápidas de piedra
x
x
consuela observar a esos hombres que sortean el abatimiento
xxxxxcomo pueden,y no rehúyen nunca su dolor y nunca miran
xxxxxa los ojos cuando hablan
y se memorizan a sí mismos con cuidado
del mismo modo en que sus gatos se memorizan cuando se
xxxxxlavan con cuidado
consuela creer férreamente en esos hombres
(y .digo .‘hombre’ .y .digo ‘mujer y hombre’, .digo .‘acepción’,
xxxxx‘sonoridad’, ‘lo siento’)
consuela que una mujer pueda llamarse Luz en algún sitio
y poder decir muy alto que una vez hubo Anas en mi vida
y el pan de Vallejo y la ceniza de Brines y los cántaros de
xxxxxNeruda
verdaderamente consolarían mucho los cántaros de ceniza: mucho
consuelan mucho los animales extraños de Olga Orozco, y en
xxxxxrealidad ninguna muerte ‘tiene descanso ni grandeza’
x
x
consuela la boca resignada que sostiene (a) Juan Rulfo en una
xxxxxentrevista para una televisión pública en mil novecientos
xxxxxsetenta y seis
reconforta recordar su voz haciéndose despacio bajo los focos,
xxxxxbalanceándose con nostalgia hacia todo lo distinto:
con xnostalgia xya xde xlo xque xninguno xpodremos xver xni
xxxxxcomprender nunca
x
ayuda saber que nunca voy a regresar a la ciudad donde los
xxxxxmendigos se parecen a las esquinas, y donde todas las
xxxxxesquinas se parecen mutuamente
x
es estúpido haber guardado los billetes de autobús, los precios
xxxxxdel ocio, la tinta lejana
todos los trozos de papel que devuelven (a) la papiroflexia de
xxxxxaquellas tardes en las que no había mucho que decirse
y era puntualmente estúpido acercarse a la ventana y mirar el
xxxxxfrío que resumía las calles
tranquiliza tener cajas de cartón para guardar a una mujer en el
xxxxxtrastero
x
x
consuelan los artesanos, las encinas, los rescoldos y los pómulos
consuelan los aprendices que se equivocan como aguaceros y
xxxxxamarillean
consuela pertenecer y no pertenecer
consuela aquel hombre preguntándole a una grabadora por qué
xxxxxvale la pena esto de vivir:
consuelan sólo las cosas que consuelan
y la belleza xocurre muy pocas veces con las palabras
x
Sana de algo dudar ampliamente, sanan la cristalización y las
xxxxxtentativas
consuela .esa .pena .dócil .y .empalagosa .que .proviene .de
xxxxxcontemplar a las muchachas muchacheando tontamente
xxxxxen los parques
burbujeando de memoria como las cafeteras italianas
sucediendo como botones descosidos o como brochas o según
pueden enjugar mucha desolación los acantilados calientes que
xxxxxhay al fondo de las voces de los negros
consuela el latín milimétrico de los oradores del siglo uno antes
xxxxxde Cristo, pero también los matorrales deshilachados y
xxxxxlas zanjas pensativas
x
conmueve el lumbror movedizo que enmudece justo encima de
xxxxxlas zanjas
conmueve escuchar a un hombre decir que su vida fue durante
xxxxxmás de diez años
como arrojarse por una ventana y no dejar de caer ni un segundo
x
x
casi siempre consuelan las palabras por sí solas
son hermosas y ciertas algunas palabras leídas sólo en plural:
‘germinaciones’-‘fisuras’-‘umbrales’-‘escapularios’-‘osamentas
xxxxxmemoriosas’
esas palabras hacen algo parecido a dar de beber: ‘guijarros’-
xxxxx‘amuletos’-‘símbolos’-‘aproximaciones’-‘postrimerías’
x
las osamentas de los animales junto a los caminos con fisuras de
xxxxxqué
x
ya casi nadie sabe lo que son los escapularios ni lo que es la
xxxxxtristeza intrínseca de las cosas
x
y los umbrales se nos comportan como quieren: en ocasiones
xxxxxestá más lejos la piel de los otros que la inmortalidad
x
x
consuela la lluvia asiática, las demorosas sílabas del mimbre y la
xxxxxluna justo al lado de los relojes de las catedrales
también consuela temblar como ángeles islámicos también
arropa xapagar xla xluz xpara xver xlos xfaros xde xlos xcoches
xxxxxapareándose en las paredes de una habitación
consuelan los solos que cenan solos en un restaurante y miran
xxxxxcon pena a quienes los miran con pena
—con una pena tan par me miran éstos—
x
creo en las ruinas de las casas abandonadas
xsobre todo cuando ya se les ha caído el tejado:
xsobrecoge el silencio que se detiene entre los marcos de sus
xxxxxxpuertas
xvi el silencio inmóvil bajo el dintel de una puerta así y quedé
xxxxxxdesnudo, carente, explicado
xvi una pared y nada más con una ventana y nada más en medio
xxxxxxde tanto mundo
creo en los adverbios y en las esdrújulas y en las islas, y en los
xxxxxanimales simples y ciegos
creo que mirar tejados puede curar a un hombre de lo que sea,
xxxxxcreo en las espirales pero no en el círculo
x
consuela no haber perdido aún estas creencias pequeñas como
xxxxxpalabras o manos pequeñas en medio de tantas desercio-
xxxxxnes de lo mío
consuelan esos ancianos que obedecen a las horas como nadie
xxxxxmás se atreve a obedecer a las horas
consuelan sus paseos con las manos cruzadas en la espalda
xxxxxdonde se dicen cosas parecidas a maletas: con palabras
xxxxxparecidas a estar mucho tiempo sentado junto a una
xxxxxmaleta hecha y no irse
x
consuela un abrigo rojo colgado en un perchero lleno de
xxxxxabrigos, y también los párpados y la frente asumida: y lo
xxxxxque es de lana en general
consuela la duración de los santuarios y la duración de la fruta
xxxxxtambién consuela
consuela la obediencia de los recipientes vacíos
x
y ya no sé muy bien qué vienen a corregir o reparar en estos
xxxxxdías vacantes, medianos, meteorológicos
las caderas exactísimas de Yolanda en la tarde desnuda y
xxxxxabundante
consuela el idioma portugués, los vagalumes cegos, los marca-
xxxxxpáginas y la cartografía
x
x
y asimismo
la carnación de la leña
las gentes leñosas de las aldeas, las lonjas, la humedad de las
xxxxxlonjas, las legañas
la longitud, las acotaciones, la monotonía de dios en los
xxxxxdesvanes y en los pantanos
el vocerío de los mercados, gritar de repente como un mercado
xxxxxentero a la vez, gritar los alaveces de uno mismo
todo eso mitiga ese cansancio que viene del páncreas y de las
xxxxxesquinas de los dormitorios
x
alivia que todas las nucas sean la misma y que la verdad sea
xxxxxmúltiple o diversa
x
es extraño el consuelo de saber que nadie podrá despreciarme
xxxxxmás que y, después de aquellos días atroces en los que
xxxxxyo mismo fui una enfermedad del tiempo y no al revés
x
a veces la esperanza corta más que su contrario y hay un
xxxxxpesimismo que no duele
no duele nunca la melancolía, no duele nunca la nostalgia, no
xxxxxsiempre duele la soledad
consuela saber que la soledad no duele siempre pero duele
consuela haber aprendido que entumecer el silencio no es la
xxxxxsolución, que crujir sin alivio no es la solución, que
xxxxxpreguntar sin descanso no es la solución
y que tal vez acatar las heridas pueda ser una solución
x
las ramas secas crujen sin aliento y consuelan un poco
hay pájaros negros que sólo saben crujir y tener sed
consolar es consolar y no otra cosa
x
a veces consuela escribir a pedradas para no tener que hablar a
xxxxxpedradas
x
a veces consuela más la compañía que la salvación y es hermoso
x
consuela la serenidad de la tiza escrita en el asfalto, mientras
xxxxxespera a que la lluvia se deje caer con su asfalto viejo y
xxxxxdesleído
x
y también esas mujeres que caminan despacio a la centuria:
xxxxxesas mujeres conocen palabras que cicatrizan como la
xxxxxyedra
x
x
existe una serenidad en el regreso de los largos viajes a solas
mientras los desconocidos reclinan sus cabezas en los cristales
y los cristales permanecen un poco más acá de la luz que inicia
xxxxxel día
y desamontona la distancia, el insomnio, el dolor y demás
xxxxxobjetos afilados en la noche
esa serenidad xes bastante para insistir durante muchos días en
xxxxxeso que comúnmente hemos llamado ‘continuar’
x
hay sanación en la entereza de los balcones y en su forma de ser
xxxxxlentos como un ayer que pasó y sigue siendo necesario
x
redime desandar, redime doblar el tiempo, redime lograr el
xxxxxtiempo: redime haber amado las ásperas manos de mi
xxxxxpadre cuando eran altas como alacenas o botellas de lejía
x
salva saber que se puede abrir la puerta, dejar la compra en la
xxxxxmesa del salón y arrojarse por la ventana en menos de un
xxxxxminuto
x
redime la lentitud del trigo y la lentitud de la humedad
x
redime la lentitud ide los puentes ique se persiguen isobre los
xxxxxríos de las ciudades
redime la lentitud de los barrancos y la de los árboles bajando a
xxxxxpie por los barrancos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxredime toda lentitud
x
x
consolaría tal vez que un cazador no fuera más que un fotógrafo
xxxxxde la muerte
consuela la letanía de los barandales y de las escaleras que
xxxxxcaen lentamente lejos
el olvido necesario es impreciso, al azar, a tentones, sin fondo y
xxxxxenfermo y escaleras que caen lentamente y desde lejos
pero hay que arrancarse esos años que insisten como la madera
xxxxxmojada y todavía regresan oliendo a sitio
x
x
redime la acabada plenitud de las campanas antes de llegar a
xxxxxmi esternón porque es ocre y se conforma
x
redimen los ojos grandes de los ojos adoptivos, los carpinteros
xxxxxy la genista porque aprendieron a cantar como una
xxxxxhoguera
x
salvan las hogueras, las huellas, la alfarería y las playas porque
xxxxxsuceden sin huesos y se perdonan
x
salva todo esto porque no sabe que hay que morirse como las
xxxxxfechas
x
y nada
nada es igualable a la paz que proporciona asumir lo terrible
x
pero cambiaría todo por un pequeño puñado de las palabras de
xxxxxla belleza
x
y la belleza nunca consuela
Sánchez Salinas, Eugenio. El primer animal de lo invisible. Cáceres; Ed. Liliputienses, 2018.
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LIX)
Acaba de llegarme ‘El primer animal de lo invisible’, el primer libro de Eugenio Sánchez Salinas, publicado por ediciones liliputienses.
En cuanto pueda les comentaré algo del mismo.
PRESENTACIÓN DE ‘EL PRIMER ANIMAL DE LO INVISIBLE’, DE EUGENIO SÁNCHEZ SALINAS
Ediciones Liliputienses acaba de publicar el primer libro de Eugenio Sánchez Salinas. El libro se presenta esta tarde a las 19:30 en la Universidad de Murcia.
A mí me pilla fuera de Murcia, así que todos los que podáis acercaos a verlo, descubriréis a un poeta por el que algunos apostábamos hace ya años.
SECONAL Nº2 & ESPECIAL ERÓTICO
EUGENIO SÁNCHEZ SALINAS
PARA ARRANCARSE UN NOMBRE PROPIO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEl animal que llora, ése estuvo en tu alma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxantes de ser amarillo.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAntonio Gamoneda
Para arrancarte un nombre propio, si quieres, puedes
pensar que eso te va a doler como llevar una pandemia
entera, mordiendo dentro de ti.
Si quieres, llora como una mujer cubana dentro de una
tragedia griega, o llora como un parto.
Sal a la ciudad a deshacer los mapas, a descoser los
caminos y los besos: Se trata de ir borracho de las
sombras de las calles, borrando las pisadas y sus
nombres. Pero debes tener en cuenta que te vas a
tropezar con que el nombre propio colocó allí banderas,
hizo nidos, erigió templos, pisó en ciertos rincones fuerte,
como el ámbar en unas alas remotas:
así de lenta,
así de sordamente,
así de
xxxxxxvoy a permanecer amarillo aquí
xxxxxxhasta que quiera, invariable, quieto.
Y, muchas veces,
la tarde se va a despeñar
una tristeza de parras, o de pinzas rojas temblando
sin nada,
en el alambra de tender viejo
de un patio de pueblo viejo.
No la rehuyas.
Si quieres, repítete que: «nunca más pianos desafinados,
nunca más ramos de nudos».
O recuerda la biología exacta del olor de su pelo: a ocre, a
raíz, a matrices, a fotografía de película americana de los
setenta, a tejas tácitas de barro quieto, a esa vieja canción
irlandesa de muertos. Recuerda que tocó el fondo de tu
tacto.
xxxxxTen frío de todas las cosas, si quieres.
Pero lleva todo esto de lo esporádico a la costumbre, de la
costumbre a la liturgia, de la liturgia al vicio, del vicio a la
manía, y más allá. Mucho tiempo.
Conseguirás arrancarte el nombre propio, para ser más
hermoso y más sabio.
Está bien, se te permite todo esto; pero ahora, ahora
ahórrate algo como lo que acabas de hacer. Ahórrate
escribirlo. A estas alturas deberías tener claro que
escribir es regresar desde lejos. Uno nunca escribe sobre
lo que se está. No regresarás de ese viaje con sonatas en
las manos. Ahórrate algo como lo que acabas de hacer: no
más que astillas de palabras, no más que disparos en un
idioma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxya de nadie.
ERIC F. LUNA
CUALQUIER OTRO DOMINGO
Mientras tú acaricias
y desgranas
la piedra de polen,
yo acaricio tu pubis
y desgrano
tu resistencia.
El humo no me deja ver
con claridad.
Tu desnudez tampoco.
Pero el tiempo se ha parado
en este segundo.
Aprovechemos.
RESUMEN DE ÚLTIMAS NOTICIAS
La verdad es que últimamente han ocurrido muchas cosas y no sabría por dónde empezar ni cómo organizarlas para enseñárselas, así que voy a hablar de ellas y espero que alguna les interese.
La huella sonora, la oficina de management de Juan Perro, ha tenido a bien invitarnos a ver a Juan Perro dos veces en apenas tres meses. La primera fue este verano en La mar de músicas, cuando actuó justo después de Vinicio Capossela y Juan Perro nos iba mostrando su espectáculo de La Zarabanda. Aquí tienen una crítica de aquel concierto, que a algunos nos pareció, sencillamente, una fiesta, un lugar donde comulgar pagana e intelectualmente, un lugar en el que Santiago Auserón fue mostrando retazos de sabiduría, de humor inteligente y de conocimiento teórico y práctico de eso que tan bien hace y que se llama MÚSICA.
Pero es que hace apenas unos días nos volvían a invitar a verlo con su espectáculo ‘Casa en el aire‘, donde junto a Joan Vinyals (el dimoni del barri de Gràcia) revisitan temas viejos, nuevos e inéditos con una frescura pasmosa. Recuerdo el comienzo del concierto como uno de los mejores que haya visto nunca; sin embargo, ciertos problemas de sonido hicieron que el concierto no llegara al sobresaliente. Aun así, el concierto fue de notable alto, con Juan Perro sorteando esos problemas y regalándonos un manojo de canciones difícilmente igualables, o el detalle de cantar ‘No más lágrimas‘ a capella. Altamente recomendable, se lo aseguro.
Y como banda sonora este ‘José Rasca‘ (no incluido en su maravilloso último disco ‘Río negro‘)
En las dos últimas semanas, además, hemos asistido a las lecturas de dos amigos que venían a mostrar sus versos. El primero fue Andrés García Cerdán, que vino hace un par de semanas a darle un repaso a su trayectoria poética. Andrés, que es uno de los organizadores del magnífico Festival de poesía Fractal, tuvo a bien hacernos subir a leer con él a Eugenio Sánchez Salinas, a Natxo Vidal Guardiola, a José Daniel Espejo, a Antonio Marín Albalate, a Cristina Morano, a Vicente Cervera, a Ángel Paniagua, a Antonio Aguilar y a un servidor. Y la noche fue una fiesta de versos y amigos. Y Andrés sigue siendo uno de los grandes, descúbranlo si aún no lo han hecho.
Y de propina, dos poemas de Andrés.
LOS BUENOS TIEMPOS
Como tú no lees, Pesca, no pongo a Bukowski,
y no pondré a Sade en este poema, ni a Dios:
diré sólo –para que me entiendas– lo que importa.
Lo único que importa es salir pronto y duchado,
sentir los ojos rotos en la parte más alta
del cuerpo, sentir vértigo de sábado inútil.
Importa el color de la camiseta que llevas,
importan tres o cuatro mil pesetas, las llaves
en el vaquero, un chivato lleno de maría.
Importa dirigirse, aún dormido, a la Iguana
y decir «buenas tardes«, decir «un café solo«,
decir «¿has visto como estoy vivo todavía?»
STARS
xxxxxxxxxxTenemos fe en el veneno. Sabemos dar nuestra vida entera todos los días.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxArthur Rimbaud.
Todos los días das tu vida entera.
La das como quien da
por ganado su tiempo
y no regresa ya nunca a la muerte.
Quien vive como si la vida fuera
el encuentro salvaje, el veneno
fértil de una luz nunca vista
aprende a respirar en el lenguaje
de cobre de la flor de la mañana
y en el lenguaje azul
de las alturas sobre las cabezas
y en el lenguaje puro y enigmático
de la tarde que cae –nadie sabe
desde dónde– sobre la noche.
Todos los días das tu vida entera
como quien le hace al cielo
una ofrenda de estrellas extinguidas,
un sacrificio innecesario,
un altar increíble de palabras.
Esta semana la empezábamos viendo la presentación en Murcia del primer libro de Vicente Velasco, un libro que lleva por título ‘Ningún lugar‘ y que fue merecedor este verano del XVI Certamen de Poesía Pepa Cantarero.
Y aquí tienen uno de los poemas del libro:
EL MERCADO
Esta mañana he ido al mercado, una calle cualquiera.
Me he detenido y observado el precio de la vida.
Leí atentamente todos los carteles
y las bocas profundas de los huérfanos.
Ellos no estaban allí. Sólo los carteles.
Se vendía el presente entre tantas cabezas
que hipotecaban su ineludible vacío.
Me miré las manos y me fui.
Miré mis manos invisibles de futuro.
Pero es que además nos regalaron una plaquette que surge de una idea del propio Vicente Velasco y que es un homenaje a Ángel Paniagua publicada por Huerga y Fierro y que lleva poemas de José Alcaraz, Natalia Carbajosa, Juan de Dios García, Antonio Gómez Ribelles (autor también de la portada), Antonio Marín Albalate, Joaquín Piqueras y Vicente Velasco. Dejo el primero de los poemas del libro, el magnífico poema que escribe José Alcaraz para este homenaje que lleva por título ‘Endecasílabamente nuestro‘.
A ÁNGEL PANIAGUA
No volverás a ser joven. Y qué,
si no has abandonado aún la escuela
de calor, los amores intrigados,
el deseo egoísta de gustar;
si tiemblas de emoción como una niña
al leer estos versos –y no puedes
engañarnos–. Agrego, entenderás,
la acostumbrada lista de atributos
en homenajes y semblanzas: ínclito
consejero, poeta de legados,
cazador de miradas, obsesivo
del orden cuando la realidad
no parece ajustarse a nuestra métrica…
Quisiera preguntarte si le falta
algo a este poema. Di que sí,
que faltan muchas cosas todavía,
y todo lo que quieras, menos tú.