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AUTOPROMOCIÓN
Comienza septiembre y ahora que parece que el mundo vuelve a ponerse en marcha en este país, agradezco a aquellos que durante estos primeros meses de andadura se han hecho eco en mayor o menor medida del libro que me ha publicado la editorial Balduque.
Todo comenzó con la entrevista que me hizo José Antonio Martínez Muñoz en ORM. Él mismo, unos días después, en un viaje que hizo a Madrid, me envió esta impresionante fotografía de mi libro en la librería La Central de Callao (en Madrid).
Poco después, Javier Moreno subía a facebook el poema de la página 24 del libro y afirmaba que ‘Cantando en voz baja’ es «un libro lleno de dolor y de belleza, esa extraña mezcla que conmueve y que no se sube a la cabeza«.
Casi al mismo tiempo, Alberto Chessa me mandaba un mensaje que no dejaré de agradecerle lo suficiente, porque decía de ‘Cantando en voz baja’ que es un libro en el que «la apuesta por el poema conciso, directo, contundente, hace que te juegues el todo por el todo en casi cada verso, y la mayor parte de las veces sales más que airoso gracias a una expresión precisa, afinada y afilada, abierta al neologismo cabrón cuando la cosa se pone fea (como ese «pluscuamputrefacto», que convoca el humor sardónico, tan provechoso siempre) o a la imagen perturbadora («medusas en la boca»). Lo pienso mientras leo, por ejemplo, «Otra vulgar victoria de provincias», «Ella usa las palabras» o «Existen los demás», en los que, amigo, ninguna puñetera línea tiene desperdicio. Me gusta ese personaje baudelaireano que deambula por estas páginas (que «flanea», por tanto), con un pie en la bohemia de absenta y luz de gas y otro en el hoy menos épico, tras haber hecho alguna que otra escala en un par de «aceras salvajes». Sigue afirmando:»Eres honesto (¡y se agradece!) al reconocer con bastante explicitud tus, digamos, guías de lectura y audición, bien sea por las citas, por las alusiones directas dentro del poema o ni que decir tiene por el reconocimiento a las claras del final. (…) Quizá lo que más he celebrado al respecto es el eco de Anastasio el Bizantino (aka Álvarez) dentro de «Cae, sin término»: en los versos «y todos tienen / un puñado de cosas / a las que llaman su vida», me parece escuchar la música de uno de los poemas que más aplaudo de tu paisano: «Todos tienen un sitio que pueden llamar suyo. / Solo yo, el poeta, soy ceniza en el viento». Y terminaba afirmando «Pienso, Héctor, en definitiva, que has escrito un cancionero al mayor infierno (mejor que «a la mayor gloria») del malditismo, porque maldita la gracia que tiene la soledad, el amor embarrancado o no llegar a fin de mes. Una suerte de canzoniere del siglo XXI, en el que se trasluce que (¿también tú?) la destrucción fue tu Beatriz (o tu Laura, al caso). A mí estas canciones me llegan como pecios salvados de un discurso errático y lisérgico (pero, ojo: puesto en limpio con lucidez y maestría), a medio camino entre el susurro nihilista y el llanto mudo (todo es en voz baja, sí). Un libro cojonudo«.
Algunos días después, Antonio Arco me entrevistaba para ‘La verdad’, donde aparecía esta entrevista.
También en facebook, Andrés García Cerdán afirmaba que ‘Cantando en voz baja’ «se alza como una selección vibrante de takes e improvisaciones directas sobre el glamour del desarraigo y las bellezas desoladas del que huye de la esclavitud«.
La primera crítica que apareció del libro fue la que publicó Cristina Morano en El coloquio de los perros.
La penúltima mención en facebook sobre el libro fue la que hizo Joan Lluis Sagués, que decía: «Llevo días dándole vueltas a los poemas de Héctor Castilla. De tan sencillos te lees el libro de corrido con final feliz incluido, pero NO, no es que no entiendas el fondo del vaso, es que se te queda una avellana en la nuez y relees. Relees sobre la perdida disfrazada de esperanza, la facilidad de los camareros, unos senos, unas piernas.
Vuelvo. ¿Unos versos, una canción? Otro NO, todo el Balduque es un poema y cada poema…
Y vuelvo a estar en la 27, el famoso ego de los poetas, pero aquí asoma el yo de los otros, con sus otras rayas de coca, canciones de meta literatura llenas.
Total que abro el tomo al azar, un viernes por la noche…
(…)»-sin esperanza, sin futuro,
pero con mucha clase-.«.
Una de las mayores sorpresas que me ha dado el libro ha sido que David González dedicara a ‘Cantando en voz baja’ tres entradas en su blog. Una, dos y tres.
En otro blog, en el de Antonio Parra Sanz, apareció esta otra crítica sobre el libro.
Y la última mención en facebook ha corrido a cargo de Librerantes, que hace unos días subían parte del mismo poema que en su momento subió Javier Moreno. Librerantes, además, tiene aquí en su web el poema que también se puede leer en la web de Balduque; y aquí la lista de librerías en las que se puede encontrar ‘Cantando en voz baja’.
Muchísimas gracias a todos por dedicarle un rato al libro y por escribir sobre él.
JUAN DE DIOS GARCÍA
Hoy vuelvo a mi biblioteca y aquí les dejo hoy algunos poemas del primer libro de Juan de Dios García, uno de los directores de El coloquio de los perros. El libro en cuestión lleva por título ‘Nómada’ y se alzó con el primer premio del XIII Certamen de Poesía María del Villar.
LA CAMA
Descubro que todo es transición,
que el hombre
es un lazo de cristal
en el tiempo.
Siento a padre, me agarra
las manos, agonizante,
y miro a su nieto
ejecutando la misma tarea
con nuestro dedo meñique.
SEPTIEMBRE
Queréis marcharos. Dejadme en la costa,
huid a la meseta con vuestro dulce
engaño y el corazón educado.
Creed que sois firmes. Yo quedo en la orilla,
con el vaivén de hombres y barcas, gritos,
niños en los puertos. Creed que el silencio
de la montaña os protege. También
el agua de los bosques quiere ser
salvaje. Id con las lenguas retorcidas,
las bocas gesticulantes. Dejadme
aquí, en la costa, con un vino, el viento,
la muerte sucesiva de las olas.
COMO Humbert Humbert, el académico,
enamorándose ridículamente,
miro a esas niñas en la piscina
salpicando la vida
y no me siento sucio.
EL COLOQUIO DE LOS PERROS Nº32
Pues eso, que ya está disponible el número 32 de ‘El coloquio de los perros’. Más de doce años trabajando por la literatura en el sentido más amplio. Pinchen directamente aquí y disfruten.
EL COLOQUIO DE LOS PERROS Nº 31
Quiero darle desde aquí la bienvenida al número 31 de la revista de literatura on-line de referencia en este país: El coloquio de los perros.
En la sección de poesía pueden encontrar versos de José Mármol, José Luis García Martín, Sayak Valencia, Fruela Fernández, Marcos Ricardo Barnatán, Juan José Téllez, Ginés Torres Salinas, Inma Aljaro, Elisabeth G. Pineda, Álvaro Salvador, Elise Plain, Javier Asiaín, Vicente Cervera, Jorge Ortega y Camen Piqueras.
Además, pueden encontrar textos de Alejandro Hermosilla Sánchez, Diego Sánchez Aguilar, Natxo Vidal Guardiola o Zoraida Angosto. Échenle un vistazo (como a los números anteriores), saldrán reconfortados.
EL COLOQUIO DE LOS PERROS
Es un lujo tener amigos que desde hace años se dejan las pestañas delante de la pantalla del ordenador para llevar al mejor puerto posible una idea que cuando comenzaron todos tildaron de locura. Pues esa locura acaba de cumplir 30 números y hoy se presenta en la Asociación Artística y Cultural ‘La Azotea’ de la ciudad de Murcia.
Sí, El coloquio de los perros, la veterana revista digital celebra esta noche una fiesta-presentación de su número 30 y en el acto, presentado por sus dos directores, Ángel Manuel Gómez Espada y Juan de Dios García, y amenizado con la música del pinchadiscos Homo Conejo, se podrán escuchar las intervenciones de escritores murcianos cercanos a la revista: José Daniel Espejo, Antonio Aguilar, Cristina Morano, José Luis Martínez Valero, Miguel Á. Hernández Navarro, José Óscar López, Héctor Castilla, José Antonio Martínez Muñoz, Alejandro Hermosilla Sánchez o Vicente Cervera Salinas…
La entrada es libre, así que ¿se apuntan?
P.D. Uno ha tenido el lujo de que le pidieran poemas dos veces, y no sólo de que se los pidieran sino de que además se los publicaran: uno aquí y otro aquí.