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SEVILLA AZUL

noviembre 17, 2022 Deja un comentario

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SEVILLA AZUL

¡Harto ya de la vieja e invencible zapadora, la Sed,
que implacable socava el ciclo no alcanzado
del Sueño! Es en esta hora
cuando uno casi podría

sucumbir a la proclama de Breton:
consiste el más simple acto surrealista
en salir a la calle, revólver en mano,
y disparar al azar

sobre la multitud sin detenerse.
En la luna del desvencijado armario,
donde acaso un chico tímido se miró una vez,
mi torso sudoroso

flota como araña de luz tenue. Mi
hosco gemelo bebe en el lavabo anaranjado:
lascivo monje bañado en mandarina,
un vaso alzado

a los labios, barba candente de musgo broncíneo,
y una impúdica erección en los filos casi
vanos de la luz. La brillante
mañana inevitable,

paciente derrotada, se asoma tras los cristales
y parteluces, se ha instalado fuera
de las muy altas ventanas de espesos cortinajes
sobre la cama.

Aquí los planos, también los del espejo,
son complejos como un interior de Velázquez.
En uno yaces tú en la cama, absorbiendo
tu rostro boca abajo

su colcha de color azul eléctrico,
desmadejado —pienso— como un cadáver expuesto.
Acaso una vez hubo un encuentro amoroso.
Acaso una vez hubo

un enrejado de rosa o un prado de turquesa.
Mas parecen saber esta mañana las campanas
dónde estamos, cómo deseo tomarte, y que ardo
por traspasarte el corazón.

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Higtower, Scott. Hontanares. Madrid; Ed. Devenir, 2012.

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DOS POEMAS DE SCOTT HIGHTOWER

noviembre 11, 2022 Deja un comentario

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EL RANCHO DE LA IRA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«La olla rezuma lo que hay en ella»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAntiguo proverbio

xxxxxxxxxxxNo es que el viejo gato amarillo
xxxy yo hubiéramos unido
xxxxxxnuestras suertes. Pero ambos
supimos soltar amarras con aquello que hierve
en el pecho de un vaquero.

xxxxxxxxxxxA mi padre le gustaba
xxxrepetir el relato de cómo —en esos tiempos
xxxxxxen que «atar» testículos de oveja
era la forma más común de castrar— él
demostró lo

xxxxxxxxxxxfácil que era asiendo
xxxallí mismo en el porche al viejo gato
xxxxxxy haciendo chasquear una cinta de goma
alrededor de su escroto. (Un episodio
muy ocurrente

xxxxxxxxxxx—y desafortunado— para el viejo gato).
xxxPregonaron el método nuevo
xxxxxxpor su limpieza y eficiencia.
Años después, con mi padre en sus
últimos días, me acordé

xxxxxxxxxxxdel viejo gato
xxxindefenso y salí a coger la cámara
xxxxxxy volví a la habitación
y le pregunté a mi padre si le importaba que yo
sacara una foto.

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NÁYADES

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(Para Jean Kiernan)

A muchos de nosotros nos dolió
cuando la arrancaron y taparon.

El negro molde que invade los muros
de los cimientos del nuevo colegio
ni adopta formas reconocibles
ni trazos de vandálica invectiva;
con todo, no cabe duda de que es
puro desdén de náyade.

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xxxxxxxxxxxxxxx*

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¿No existe acaso un cuento antiguo
sobre un rey que se casó con una? En un
relato de Virgilio, ¿no guió una madre
a su frustrado hijo hacia la clave
del mudar de las cosas; al problema
de letales e imprevistas consecuencias
que aflora en revuelo
de serpientes o enjambre de abejas?

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xxxxxxxxxxxxxxx*

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Una amiga de Austin
insiste en hablar de los monarcas

y de cómo los dioses
y las diosas son eternos,
aún cuando la gente,
ya sin palabras,
deje de adorarlos.

Ella me habla a menudo
de un antiguo manantial
que hace tiempo fue un lugar encantador.

Una vez, en Luarca, un pueblecito
del norte de España, visité
en su plaza una fuente legendaria,
La Fuente del Bruxo.
Alguien había marcado el hontanar
tallando en la piedra un trébol de la suerte,
instalando un caño. Dicen los lugareños
(cuya remota lengua es el bable)
que siempre manó agua
de aquí, que fue un enclave celta.

En mi última visita me ofendí
cuando vi que alguien había edificado
sobre la antigua ubicación.
Otro desconcertado peregrino
había garabateado VERGOÑA
con feroz y negro spray
en una de las paredes nuevas.

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xxxxxxxxxxxxxxx*

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Entonces no teníamos
dónde pasar el rato, adónde ir.

Había un lugar remoto…
con una fuentecilla
y un viejo caño incrustado
junto a una ladera de caliza,
verde de ranas y culantrillos.

¡Era un hermoso lugar!
A codazos nos metíamos en cueros,
merendábamos, comíamos los higos silvestres
que allí crecían;

a veces, seguíamos caminando
hasta el Arroyo del Toro.

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Higtower, Scott. Hontanares. Madrid; Ed. Devenir, 2012.

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LOS DESIERTOS DEL TIEMPO

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SIN EL HIJO

Amor tiene hoy el corazón azul
y una piedra de fuego
en la garganta.
Gime su entraña delgada y enferma
traspasada de hielos y silencios arados,
y en la tarde
la ciénaga cruza densamente el páramo
agotando los miembros,
segando las orillas del dolor.

Amor tiene hoy el corazón azul
y una piedra de fuego
en la garganta.
Arrastra grávidas las espaldas
henchidas de aire negro
y un torniquete de sangre retenida
dilata su noche inacabada.

Los campos de centeno, el castro,
los destellos del sol en los chopos del río,
las cancelas que cierran los caminos.
He retenido de la vida
lo que cabe en tus manos.
Todo lo ardí
para una misma hoguera.

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DEPREDADORES

Dejé
en la agria
madrugada

el nido.

No vi llegar la rapaz.
Devoró los huevos.
Escuché el batir de sus alas.

Como el lobo, dejó regueros de sangre
entre la nieve.
Como el viento, lanzó en desorden siniestro
la techumbre.
El dolor es bisturí
en la madrugada.

Las plumas, las carnes tumorales
y las sábanas agrias
infectaron el aire.

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Negueruela, Jacinta. Los desiertos del tiempo. Madrid; Ed. Devenir, 2012.

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CUERPOS VARADOS

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FUSIÓN

Ensimismado me abrazó el viento del Oeste,
azul se perdió el día,
quedó tan sólo la inmensidad del agua.
Yo miraba la inmensidad.
Me hubiese abandonado como la ola en la arena,
ser absorbida,
hundida hacia la tierra.
Me hubiera diluido como el agua en la playa,
tanta vida en la vida,
y ahí abajo encontraría el mar,
ser tierra otra vez y empujar a la ola
y lanzarla dormida a la tierra
y abrazarla de nuevo,
y hubiera sido hoy tierra
y mañana mar,
y luego tierra y después mar,
hubiera sido un océano azul incomprensible.

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MAR DESDE PARÍS

Me deja el cristal una gota de lluvia
para recordarte de agua, mar,
desde una ciudad cualquiera.
En frente otros cristales de otras ventanas,
distintos, amarillos
y sus usos domésticos,
su calor humano.
Pero yo te prefiero a ti, mar,
pequeño
en la gota de agua,
igual de azul,
hoy tan frío,
pintando la cara de olas sesgadas,
dilatando la cara de la gente,
haciéndolas temblar.
Así te vi en París, alguna tarde,
persiguiendo una ola del Sena
que me llevó hasta ti.

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OLVIDO

¿Cómo nombrar el cuerpo que me desata, sigiloso, de
otro cuerpo?
¿De qué mar desmemoriado de mi invierno,
de qué asustada grieta submarina se arranca el ancla
huida?
Hoy desanudo los mil ratos de desdicha
y la desolación de una llanura se me encalla
y ya no sé por qué hacen falta tantos cuerpos para ocultar
el cadáver de uno sólo.
Como la inquieta tierra removida, de la que surge,
aterradora,
la mano que delata,
así entierro, convulsivamente, el cuerpo de un pasado,
inútil, sí,
cruel,
ya vieja historia.

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TU NOMBRE LABRADO

Y no dejará el recuerdo
de ahondar en la porosidad de la roca,
miles de partículas de agua pulverizada
resquebrajan la memoria más firme.
Y tu nombre, infinitamente dicho,
infinitamente silenciado,
eterno.

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Negueruela, Jacinta. Cuerpos varados. Madrid; Ed. Devenir, 2009.

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LA VIDA EQUIVOCADA

 

LA VIDA EQUIVOCADA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«…acaso el tiempo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxno le dará ocasión de escribir ya esas cosas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque todavía no ha escrito, de recobrar los días
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxperdidos para su obra, todos los poemas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque habría podido hacer sin gran trabajo»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEloy Sánchez Rosillo

Si alguna mañana despertaras
y sintieras atrás la vida equivocada,
como la siento yo ahora, lejana,
como he aprendido a sentirla
a fuerza de vivir.
La vida exigua de este hombre,
—desengañado ya de vanidades mundanas—
que viste la misma ropa que visto yo,
que lee una y otra vez los mismos viejos libros,
que ama a la misma mujer
que amo yo.

La plata incipiente en las sienes,
la magia que no se consume,
el gesto embozado, la voz sentida.
Oh, tienta la vida equivocada,
duele la boca decirlo.
Por eso escribe.
Con el último oro del crepúsculo,
hasta el último día insinuado,
el último estertor de su vida.
Con la noche silbante, sin memoria escribe.
Los últimos versos, los años gastados,
la savia en sus venas aterida.
Hierve en la sangre y escribe,
como un superviviente,
la muerte infame del mundo,
la vida equivocada.

 

 

 

 

COMBIEN TU M’AIMES?

Estos días atrás estaba usted preciosa, señora,
como gran odalisca en todas partes se me aparecía,
desde todos los puntos de la Luz me miraba
en todas las posturas imaginables deseando
tomarse el desquite, como quien acaso saludara
desde las orillas de la vieja Constantinopla.

Ah su natural elegancia, su perfil señorial y refinado,
divinidad que dictara destinos, deslumbraba y exhibía
una solución providencial a mi vida.
xxxxxxxxxxxxxxTumbada erótica en largas carrocerías
de autobuses o junto al excesivo Depardieu
en marquesinas, los anuncios gigantes en movimiento,
exuberante belleza la suya, señora, en fachadas
de cines, las bocas y estaciones de metro decoradas
con ese aire suyo de dama antigua
muy llevada en lenguas.
xxxxxxxxxxxxxxEn su perfecto acabado de cuerpo
blanquísimo y suave, desbrozando el camino,
como a una muerte plácida de buena gana sobrevenida
a este hombre feliz y equivocado,
este hombre aficionado como nadie, señora,
a los placeres del mundo.
xxxxxxxxxxxxxxPreciosa sobrevolando las delicias
de esta vida mundana y solitaria,
joya de un mismo cuerpo
rivalizando con aquellas que labrara
la precisa mano del mejor orfebre, entraba por los ojos
y espléndido asombro causaba.
xxxxxxxxxxxxxxOh aquel misticismo suyo, señora,
de una travesura irreprimible en la curvatura
de sus senos.
Imagen vuelta hacia dentro.

Pero ha sido en el decurso de nuestro paseo diario
por el Latino, que se ha ido llenando de serenidad
el alma de este pobre poeta enamorado, reflexiva
en sus desvelos, libre emblema de su muerte,
para que le diese corazón y espíritu suficientes,
como a quien le hubieran regalado un palacio
o legado una magna biblioteca en testamento
al contemplarla a usted, señora.
xxxxxxxxxxxxxxY luego de consultar sibilinos
oráculos, le he puesto a mi maestro, con esa calma suya
propia del sabio, delante de usted,
en una dialéctica encendida de admiración
a la que sentido tributo rendir: O le escribe usted
un poema, como aquel que escribió para la Stone
—casi le he exigido— o se lo escribo yo…
Y sobrados motivos tengo para ello.
xxxxxxxxxxxxxxY es que si del mismo París, o incluso
de Roma, recibido hubiese proposición de coronarme
como poeta, no sería yo tan feliz ni colmado de honores
me viera, como si su cuerpo vicioso desnudo y enjoyado
me encontrara una noche perdido entre mis sábanas.
xxxxxxxxxxxxxxAh de la horda rebelde de su sexo
caer suavemente prisionero. Como poder tocar a un dios
con las manos y así recuperar los sentidos,
como a una muerte plácida sería de inmediato
llevado, señora Bellucci.

 

 

 

 

EL RECLUSO INTELECTUAL

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mi querido amigo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLuis Miguel Alonso Nájera,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxhombre de múltiples talentos.

Has de callar —ya lo sabes—, trabajar a solas,
someterte en lo exterior, así permanezca siempre libre
tu fuero interno; procediendo con tanto acierto y energía
ser como en los días en que habitabas
con la permanencia de la belleza en el recuerdo;
descansadero de tu vida, sagaz y exacto
en tus juicios, como un huésped del poniente,
enojosos cargos de alguna manera saber sobrellevar.

O ser, como Petrarca y Erasmo, consejero de príncipes;
todo lo que la futilidad de un hombre ineducado
no pueda nunca contigo compartir; que extrañas visiones
mitológicas te sostengan o de ajados manuscritos
enfebrecida lectura cada noche hagas tuya.

Sé atrevido en tus empresas, nunca te avergüence
si gustas vivir mejor de lo que a tus ganancias
corresponda; y ya después de comer y beber sin tasa,
ingeniosas palabras ofrece a los tuyos,
como un noble comensal que asistiera
al espléndido banquete de Feacia.

Que dos únicas emociones hagan turbar
tu añoso corazón: El amor hacia tu padre
y hacia La Boétie; muertos ambos
repliégate sobre ti mismo, demuestra el temple
de los sitiados y acaricia el misterio del alma;
que tu extraordinaria independencia no constituya
sino suculento placer para ti.

En una sima del Tiempo ha caído
la absoluta falta de sentido de la vida humana;
atrévete a plantar cara a ese vacío.

 

 

 

 

SEMBLANZA DE LAWRENCE OLIVIER A LAS PUERTAS DE LA MUERTE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(Brideshead revisited)

Cuando sólo quedaban ya ruinas abandonadas
y nadie recordaba apenas su antiguo nombre,
los días de prosperidad velaban por nosotros,
soplo que encendía el fuego. Cuando la tierra baldía
daba sus frutos, ciegos extendíamos las alas
para volar, y maldecíamos la muerte y a sus huestes.

Cómo ardía entonces mi corazón,
vigía de las naves.

En esta alta cama en que ahora yazgo postrado,
como un paso intermedio entre dos mundos,
soliviantar los ánimos y hablaros, mis bravos
compañeros, deseo.

Me he cuidado. No busqué nunca la verdad absoluta.
He abrigado en mi corazón deseos de hombre.
De los vientos fríos durante las marchas temerarias
y de la mar misteriosa en tempestad me protegí.
La fruta clara del tiempo he comido y el mejor vino
de Sicilia saboreé servido en copas de plata.
Hay un pensamiento que crece en mi mente:
Mañana estaré mejor.

Y he dormido en mil sábanas de seda. Y he vivido mucho,
mucho más de lo que llegarais a creer, como gozar
de un anticipo del paraíso, con la misma alegría inocente.
Así he sido heroico soldado, exquisito cortesano,
ávido lector y refinado poeta. He visto cielos de aguamarina
más allá dela Dalmacia. Como un dios antiguo
he comprendido el sentido del mundo.

Cuando llegue otra vez el verano a Brideshead
me sentaré al aire libre a respirar, la verdad de los libros
será mi cobijo, aquellos versos que velan por mí
sintiendo bullir la sangre, fuego a la vida su extraño brillo,
propicio a la prudente meditación. Y el verdadero lujo,
oro bebible el Tiempo, el que veré irse
al conversar con viejos amigos.
Cuando el viento venga aullando por el valle
y en la obscura noche me llame por mi nombre,
cuando un hombre pueda ir dichoso a su encuentro
sólo con palabras nobles.

Cómo arderá entonces mi corazón,
volviendo a aplicarse sin fatiga en las tares del Arte.
Alquimia del saber, la riqueza más increíble
se desplegará ante mis ojos.

 

 

 

 

EL ORO MÁS ANTIGUO DE LA HUMANIDAD

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Oh, deja que mis libros sean mi elocuencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy augures mudos del corazón, te hablen»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxWilliam Shakespeare

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mí muy querido maestro y amigo José María Álvarez,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxporque su MUSEO DE CERA no se termine nunca
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy siga siempre iluminando mi camino.

Todo lo aprendí de aquel que vio hombres
más allá del desierto del Neguev, hombres que no sólo
despreciaban la muerte sino que la festejaban
y cuya manera de jurar era
tocar la tierra mirando al sol.
xxxxxxxxDe alguien cuya amistad
solícitamente cuidé, quien soñó que volaba
sobre las nubes y daba la mano
al mismísimo Júpiter, todo me fue dado.
xxxxxxxxJunto a quien diseñó una ciudad
marcando en el suelo sus trazos con harina
me eduqué, si aun no siempre fueran dignos de elogio
los medios de que se sirviera.
xxxxxxxxDe la suntuosidad y regalo en que vivió
todo lo deseé, permitiéndome el solaz de comprender
hasta la posición de los astros en el espacio.
O poniendo agitación y fuego en ensalzar
a aquel cuyo epitafio leí en Santa Croce de Florencia,
tanto nomini nullum par elogium.
xxxxxxxxDe aquél que desterrado por amar apasionadamente,
cuando comenzó la boga de sus versos
fue pródigo y fue odiado y adorado a la vez
todo lo aprendí.

 

 

 

 

ORACIÓN A LAS DIOSAS DE LA NOCHE

Mujer que dispone de poderes,
del arte de la memoria, mujer dotada
del don de la profecía, ya que siempre
me tienes a tu lado en estado de trance,
ya que es ése y no otro mi Sino,
déjame vivir contigo en las grutas
o cerca de las corrientes de agua,
compartir tus ajuares maravillosos,
esconder misterios en las obras de Arte,
que a la sombre del árbol de los vicios
tus armas pasaran a poder de mí.

Mi refinada hetaira, mi sibila,
mi Pandora o mi Lilith, divinidad que mora
entre las ramas del sauce, grande es tu reputación
como adivina, si Efesto te modeló mezclando
barro y agua, alma y fuerza te diera Hermes.
xxxxxxxxxDéjame decirte que siento
el deseo de no morir nunca, que este amor
que traigo por ti y su dolencia fatal son ancestros
de mi turbulenta estirpe; con sus encomiendas
y propiedades me abandonaré
a la veneración del mundo tangible,
pues es lo único que me queda, extrema virtud
en la que fiar mi salvación,
única empresa en estos siglos sombríos
por la que merecerá la pena seguir viviendo.

 

 

 

 

FINIS CORONAT OPUS
(Variaciones sobre un tema de Jim Morrison)

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«This is the end, beautiful friend.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThis is the end, my only friend, the end.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxIt hurts to set you free
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxbut you’ll never follow me
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThe end of laughter and soft lies.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThe end of nights we tried to die.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThis is the end».
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJames Douglas Morrison

Este es el fin, viejo amigo,
heroica derrota o revancha, sinfonía inacabada,
mi espejo ceremonial, el fin. De los excesos
que mediante argucias contravinieron las normas
en la edad de merecer, el fin.
xxxxxxxxxxxIncierta época la nuestra,
duele aún mostrarse comprensivo, pero es asimismo el fin
rudo y despiadado de la unión con dios.
xxxxxxxxxxxNi una palabra más, ni siquiera
el obligado acuse de recibo, ni voces de mando
ni tiernos recuerdos de seres queridos, como quien regresa
a los cultos antiguos, privados de patria, de fe y de amor,
has de callar y trabajar a solas, amigo, ya lo sabes,
reducido a silencio, a cenizas, tus anhelos renovarás
como un vástago esmerado, y un sentido purísimo
irá cerrando su cerco sobre ti, oro batido
que sellará tu Destino.
xxxxxxxxxxxTodo lo que fuimos
todo lo perdimos, hasta el tinte indeleble
en los tejidos de la piel, como agua que resbala
y se escapa entre los dedos, sembrando ambigüedad
y duda nuestras proas hendieron lejanos mares,
a la máxima libertad abandonados,
a velar con ella, el fin.

Ah, escucha, amigo, escucha esa música,
caos primigenio, rito iniciático, danza formada
al tañido de la jácara, como la compacidad
de la piedra la nueva frontera
será tu vida.
xxxxxxxxxxxxEsa música que suena
sin romper la tensión del alma, Fatalidad abrumadora,
contará nuestros secretos, en un acto de entrega absoluta
dirá nuestros nombres, delirio extravagante
con el ruido y la sorpresa nos reunirá,
allí estará en el último momento
desnuda tomando su baño ritual como Betsabé,
nuestra vida ya ennoblecida.
xxxxxxxxxxxxY ese será el fin, mi único amigo,
derriba ciudadelas enemigas, el fin,
fronteras hacia el interior, el fin.

Ya puedes descubrirte.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. La vida equivocada. Madrid; Ed. Devenir, 2008.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XXIII)

Cuando Ana Pérez Cañamares estuvo en Murcia hace unos días nos regaló un ejemplar de ‘Las sumas y los restos’, el libro con el que obtuvo el V Premio de poesía Blas de Otero y que ha publicado la editorial Devenir.

Aquí tienen algunos poemas del libro en cuestión.

 

Las sumas y los restos

 

 

UNA MARIPOSA en el vagón de metro.
Príncipe Pío, 31 de agosto, 14.30 horas.

Dejo escritos los datos exactos
porque nadie pareció darse cuenta.

Los periódicos gratuitos
hablaban de asuntos banales.

 

 

 

 

SOY LISTA como un ángel
los segundos previos
a escribir el poema.

En el poema soy prudente:
cada verso un tablón
para cruzar el abismo.

Lejos del poema soy torpe
y los recuerdos no traen sabiduría
sino imágenes talladas en granito.

No vuelo, ni ando, ni me hundo.
Escribo palabras como barandillas.
Me asomo desde ellas y no me caigo.

 

 

 

 

LOS VIEJOS que van en zapatillas por la calle
como si el mundo fuera un pasillo
y todos los caminos, el camino de la alcoba al baño.

Nos miran sin entender para qué o para quién nos vestimos
por qué nos acicalamos para ir al matadero.

 

 

 

 

POCOS SABEN que tengo otra hermana.
El azar nos separó al nacer.
Yo mamaba la leche de mi madre
mientras ella se secaba al sol.
Cuando perforaron mis orejas
ella recibió la ablación del clítoris.
Follé con hombres y sufrí por todos;
a manos de uno solo se quebró ella.
Me separé, lloré, abandoné mis sueños.
Ella murió unas cuantas veces
bajo piedras, ácido, sida y malaria.
Su cuerpo se deshizo y se recompuso.
En una o dos ocasiones fue feliz de morir.
Mi hija creció; mi hermana murió en el parto.
Años después parió una niña y se la quitaron.
Yo veo mi cuerpo envejecer; ella no tiene espejo.
Me pongo cremas antiarrugas
pero toda ella es un surco.
Yo hago listas de lo que le duele:
pero ella es la que administra su dolor.

 

 

 

 

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara todos mis gatos

A MIS GATAS yo les doy agua
ellas me traen rumores de selva
y belleza indómita.

Les doy comida
ellas libertad irrenunciable
pactos de respeto entre especies.

Les doy calor
ellas ponen límites a mi arrogancia
cuando intento traducirlas.

Les doy caricias
ellas enseñan astucia de samuráis.

Les doy cobijo
a las embajadoras de lo lejano y posible.

Al final un arañazo para dejar bien claro
que la ternura no es una mercancía.

 

 

 

 

CUANDO TUMBADA cierro los ojos
e imagino que estoy muriendo:
¡cuánto miedo a la soledad
que hay al pasar la curva!

Rápido, recuerda rápido
las mañanas de domingo
cuando te levantas la primera
sabiendo que estarás sola
completamente sola
hasta que tu familia despierte
y la luz se llene de voces.

Recuerda rápido lo mucho
que puedes llegar a querer
xxxxxxxxxxxxxxxxesa soledad:

como a una amiga de la infancia
que mirara con ternura tus mentiras.

 

 

 

 

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Talo, mi primer novio

ESTOY en el lugar donde fuiste a morir
aunque no conozca el cruce exacto
y no importa, yo sé que el nombre de este pueblo
está guardando tu muerte.

Nunca he visitado tu tumba ni sé dónde está.
Hablé con una de tus hermanas y me contó
que nos recordaba perfectamente
bailando una canción lenta con los ojos
cerrados, mirando hacia nuestro futuro.

Así que sé que en alguna parte estamos vivos y juntos
desafiando las leyes de la vida y la muerte
en una casa nuestra levantada en la memoria.

En un rincón de tu ataúd aún se yergue el instituto
hay un partido de baloncesto que nunca termina
nos cogemos borracheras sin resaca
y sigo teniendo tentaciones de romper aquel vaso
y rasgarme la muñeca, para parar el futuro
que un día nos separará.

Estaremos juntos siempre, me dijiste.
De alguna forma, era cierto.
Mi adolescencia fue la tuya.
Está tan muerta como tú, impresa en la piel
como un libro que no habrá que leer nunca más
porque los dos lo conocemos
palabra por palabra.

 

 

 

 

HABÍA un placer frenético
en tirarlo todo por la borda:

cuando veía salir del baño
a mis amantes, cubiertos
por los albornoces de mis novios.

Cuando era la graciosa de las fiestas
segando dignidad y cosechando resacas.
De cada droga pedía ración doble.

Yo sólo quería bailar con el caos
dejar de temer las regañinas
más terribles en mi voz que en la de otros.

Quería venganza por haber comprendido
al fin que ningún libro de instrucciones
iba a guiarme por los atajos.

Y lo quemaba todo, y disfrutaba al verlo arder;
sólo comprendía que seguía habiendo un juicio
cuando el fuego llegaba a los bajos de mi falda

y me condenaba a bailar con pasos ridículos.
Todos reían convencidos de que aquel
era el momento culminante de mi gran actuación.

Ahora, de vez en cuando, visito en el asilo
a la suicida que fui. Le llevo fotos de mi hija
y me da recuerdos para amigos que ya no veo.

Gracias a aquella, soy esta:
la que conoce el precio de los peajes.

 

 

 

 

ES TARDE, y estamos solos en la playa.
Llegan unas gaviotas y toman posesión
del lugar que les pertenece.

Bajo la voz, ralentizo mis gestos
no quiero hacer nada que las moleste.

Ellas me miran como se mira
a esa gente extremadamente amable
de la que tampoco hay que fiarse.

 

 

 

 

ANOCHE me dicté
el mejor poema del mundo.

Era una nana
un manifiesto
un discurso de bienvenida
un homenaje
una canción de amor
un réquiem
el pistoletazo de salida
para la revolución.

Era capaz de aniquilar
en un verso
y de resucitar
en el siguiente.

Pero olvidé escribirlo
y ahora soy la misma persona
escribiendo sobre la impotencia.

 

 

 

 

LOS PLATOS que me regaló mi madre
están ya deslucidos y pasados de moda.
Cuando hacemos limpieza
nos miran como enfermos agonizantes
que no entienden qué queremos de ellos.

Pero son los platos que me regaló mi madre
que ya nunca volverá a regalarme
nada.

Si un día nos decidiéramos a tirarlos
intentaré escuchar su voz en mi cabeza:
«las cosas, hija, son sólo cosas«.

Mi madre no está en un plato.
Mi madre está en el pan que como.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (X)

Hontanares

 

Ha vuelto a aumentar nuestra biblioteca.

Y es que acaba de llegar a casa ‘Hontanares‘ de Scott Hightower, traducido por Natalia Carbajosa (gracias, gracias, gracias) y publicado por la editorial Devenir.

En cuanto lo leamos les contaremos algo del libro.

 

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