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IDENTIDAD
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OBJETOS
IV
LLAVE
xxInstrumento que abre o cierra una puerta.
xxEn plural (las llaves) hace referencia a las de casa.
xxDos juegos.
xxQuedamos en que te pasarías a recoger tus cosas
cuando yo no estuviese.
xxAvísame antes.
xxY que luego me las dejarías encima de la mesa.
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VI
LOS PENDIENTES
xxSólo te ponías uno.
xxEl otro me lo diste.
xxEs una turquesa auténtica.
xxAyer me lo encontré por casualidad en el cajón de
la mesilla de noche. Entre tus cartas.
xxMe costó recordar de qué color tenías los ojos.
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XII
LA COMETA
xxUn xantiguo xemblema xoriental xsentencia xque xquien
consigue hacerla volar se conoce mejor a sí mismo, pues la
cometa ni se entrega .por .completo .al viento ni abandona
del todo el suelo.
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XV
MALETAS
xxCada xvez xque xtengo xque xhacer xla xmaleta, me
sorprendo doblando la ropa tal y como tú me enseñaste.
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COSAS QUE ME SACAN DE QUICIO
-Que en el supermercado sea yo la única que se ponga
xguantes para coger los tomates y la fruta.
-Las espabiladas que intentan colarse.
-Que el gilipollas de turno me pregunte si me ha gustado.
-Tener que depilarme las axilas.
-Ir a ducharme y que no haya agua.
-Haberlo organizado todo y que mi jefe me desbarate
xlos planes en un minuto.
-Que algún imbécil me suelte lo de lo nuestro no puede ser
xporque eres mucha mujer para mí y tú te mereces algo mejor.
-La regla (cuando viene).
-La regla (cuando no viene).
-Estar continuamente a dieta y que ni se note.
-Los pelos en la bañera.
-Los pelos en la cama.
-Los pelos.
-Seguir viviendo con mis padres.
-Que un tío en la discoteca me pregunte la edad que
xtengo.
-La edad que pone cuando se la digo.
-Quemarme la lengua con el café.
-El pestazo a tabaco en la ropa.
-La resaca de los domingos por la mañana.
-No acordarme de nada de lo que hice la noche anterior.
-La talla de mis pantalones.
-Que todavía me salgan granos.
-Mirarme al espejo y preguntarme para qué coño voy al
xgimnasio.
-Salir siempre en las fotos con los ojos cerrados.
-Estas tetazas que tengo.
-Que los novios de mis amigas me las miren cuando
xellas van al servicio.
-Mi nombre.
-Los cereales con fibra.
-Los cereales bajos en calorías.
-Que mi madre me repita cada dos por tres que, como
xme descuide, se me va a pasar el arroz.
-Saber que encima tiene razón.
-Las oposiciones.
-Los anuncios de cremas contra la celulitis.
-Cumplir años.
-Ser incapaz de dejar de echar de menos al cabrón de
xMiguel.
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LA CERCA DE PIEDRA
Mi abuelo puso una piedra
sobre la piedra
que había puesto su padre.
Mi padre puso una piedra
sobre la piedra
que había puesto mi abuelo.
Límite. Linde.
Yo tengo una piedra en la mano.
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MAESTRO
El maestro debe tener menos certezas que sus alumnos.
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ESCALERAS
Subía los peldaños de dos en dos. Es decir, llegaría arriba
xxxxxhabiendo conocido sólo la mitad de la escalera.
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ASTILLAS
Me decías que las astillas había que sacarlas enseguida,
xxporque si no se metían dentro del cuerpo, remontaban
xxlas venas e iban directas al corazón.
Una pinza.
La piel abriéndose.
Luego me dabas un beso en la yema del dedo.
La tabla de multiplicar no explicaba que tú no estarías
xxsiempre.
Hay mañanas en las que me levanto con un dolor en el
xxpecho.
Imagino que alguna, tantos años después, ha llegado
xxpor fin a su destino.
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IDENTIDAD
Durante años, la ropa que me he puesto la he heredado
xxde mi hermano mayor.
Mi nombre me lo pusieron por mi abuelo.
El primer coche que conduje era de segunda mano.
La primera mujer que me besó ya había besado a
xxotros.
La casa en la que vivo es de alquiler.
Todo lo que escriba ya lo habrá escrito alguien mucho
xxantes y mucho mejor.
El hermano de mi hija no es hijo mío.
Su padre hace como si no lo fuera y quien no es su
xxpadre se esfuerza por aprender a serlo.
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CADENA DE MONTAJE
Lo importante es centrarse en una tarea sencilla.
xxAsí se consigue mayor concentración y eficacia
xxque si hay que rotar de continuo.
Algo simple.
Específico.
Ventajas de la diversificación y la organización en el
xxtrabajo.
Engrasar un poema.
Engrasar un poema de amor.
Engrasar un poema de amor no correspondido.
Engrasar un poema de amor no correspondido e
xximposible.
Engrasar un poema de amor no correspondido e
xximposible, aunque hubo un tiempo en que no
xxfue ni una cosa ni otra.
Engrasar un poema de amor no correspondido e
xximposible, aunque hubo un tiempo en que no
xxfue ni una cosa ni otra, pero quién sabe por qué
xxtodo sucede como sucede.
Un poema de amor.
Un poema.
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UN POEMA DE AMOR
Esta mañana, en el parque, Irene me ha pedido que le
xxcompre un globo.
Un lazo alrededor de su muñeca evitaba que Bob
xxEsponja saliese volando.
Ato el nudo con una fuerza contradictoria: suficiente
xxcomo para que no se deshaga, pero no tanta como
xxpara que le duela.
Después abro mucho los ojos.
El frío. Su abrigo nuevo. Las botas con los pantalones
xxde pana por dentro.
No se me puede olvidar esta forma de sonreírme.
Un nudo que no se deshaga.
Porque el aire pesa más que algunos gases.
Y la vida, menos que los recuerdos.
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PENSIÓN COMPENSATORIA
Mi padre y mi madre se separaron unos años antes que yo.
Mi madre se quedó con la casa y los garajes.
Mi padre debe pasarle todos los meses a mi madre una pensión
xxcompensatoria.
Mi madre se sacó el carnet de conducir.
Mi madre se compró un coche nuevo.
En la puerta del frigorífico de mi madre hay un montón de imanes
xxque se ha traído como recuerdo de sus viajes.
Mi madre tiene el salón lleno de portarretratos con fotos suyas: en
xxAtenas, en San Petersburgo, en Malta, en Varsovia…
Mi madre ha estado en sitios cuyos nombres ni recuerda.
La especialidad de mi madre con los cruceros por el Mediterráneo.
Mi madre presume de todas las amigas que se ha echado.
Mi madre ha conocido a un señor viudo que la trata como a una
xxreina (dicho por ella).
Mi madre ve a sus nietos una vez cada dos meses.
Más o menos lo mismo que a mí.
Mi madre escucha por las noches música clásica.
Deutsche Grammophon.
En la colección de discos de vinilo que hizo mi padre.
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EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS
Una misma palabra puede significar una cosa y la
xxcontraria.
Igual que un mismo color unas veces representa la
xxpureza y otras, la muerte.
De hecho, las palabras pueden significar cualquier
xxcosa.
Cualquier cosa.
Excepto la verdad.
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Cumbreño, José María. Curso práctico de invisibilidad (Poesía 1998-2012). Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2013.
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CURSO PRÁCTICO DE INVISIBILIDAD (POESÍA 1998-2012)
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LA PARTE POR EL TODO
Todas las casas se construyen con presencias y ausencias.
El ladrillo que se pone será un muro.
El ladrillo que no se pone será una puerta.
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ESCRIBIR
Enhebrar una aguja con los ojos cerrados.
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MENSAJES EN EL CONTESTADOR
Vivo solo.
Aunque a veces, en el trabajo, marco el número de teléfono de mi casa.
Y pregunto por mí.
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CONDUCCIÓN NOCTURNA
Dicen que de noche lo mejor es guiarse por las líneas de la carretera.
Que basta con seguirlas.
Sin embargo, no sé, aquella vez que me llamaste de madrugada
xxxpara pedirme que fuera a tu casa.
Porque tenías algo importante que decirme.
Porque no podías dormir.
Sí, cuando me confesaste que te habías enamorado de otro.
(Seguramente serían figuraciones mías.)
Pero entonces tuve la impresión de que había más curvas que nunca.
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METAMORFOSIS
Los dictadores se convierten en ex dictadores.
Los ex dictadores, en senadores vitalicios.
Los senadores vitalicios, en inofensivos ancianos.
Y los inofensivos ancianos, finalmente, terminan perdiendo la memoria.
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BESTIARIO
Álbum de familia.
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CURSO PRÁCTICO DE INVISIBILIDAD
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Álvaro Valverde
La invisibilidad no constituye un estado objetivo. Depende más de quien observa que de lo observado. Puede ser que el objeto en cuestión no absorba la luz, que tampoco la refleje, que esté detrás de otro objeto (distinto al primero), que sea del mismo color que el decorado, que se encuentre justo en el centro de la oscuridad, que ocupe un punto ciego o que altere, como los camaleones, su apariencia. El escapismo. La psicología del engaño. Hay microscopios que permiten fotografiar un átomo y telescopios que captan el brillo de estrellas muertas. El espejismo no es una simple ilusión óptica, ya que la combinación del calor y el desierto no produce una imagen cualquiera, sino precisamente la de aquello que el sediento viajero más desea. En el fondo, el público que pagaba por ver a Houdini tratando de liberarse de aquel manojo de grilletes y cadenas (aunque por supuesto no se atreviera a reconocerlo) no sabría decir si prefería que lo lograra o que muriese en el intento.
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Cumbreño, José María. Curso práctico de invisibilidad (Poesía 1998-2012). Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2013.
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POEMAS DE LA CABEZA
EL AVISPERO
¡Hay un avispero dentro de mi cabeza!
Las avispas perforan mi cráneo.
¡Mis pupilas están llenas de zumbidos!
El corazón es una copa de vino tinto.
En mi cabeza se ve el ruido del humo.
¡Mi cerebro está lleno de agujeros!
¿Ese escuadrón de aguijones
será el remordimiento?
EL VIAJE AL INFINITO
La noche desconoce lo que pasa de día.
Con el corazón en llamas te he buscado.
Con el corazón en los ojos
arañando distancia,
desescombrando ausencia.
Con el corazón bajo los pies
sangrando, avanzando.
Con el corazón en la frente
abriendo zanjas de luz a cabezazos.
Con el corazón al hombro
desatascando el hoy a dentelladas.
Con el corazón agrietado
rompiendo medianiles,
taladrando nieblas dentro de mí,
gritándote: ¡acompáñame
a atizar las brasas del ocaso!
Cada uno arrastra como lombriz sus miedos.
ESCUCHO xPASOS. Pasos men mel mtejado, men xla
escalera, en el rellano, xen el ascensor. ¿Quién vendrá?
a estas horas? Pasos en la terraza, en las ventanas, en
el .pasillo, en xlas xtuberías. Pasos xque xavanzan, .se
aproximan, doblan xen .mi cabeza, llaman a mi frente.
Entonces digo: ¡pasa! Mas no hay nadie.
ZOZOBRA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTengo miedo de mi voz.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxXavier Villaurrutia
Los trazos de la vida me dan miedo.
Me da miedo la sombra de la sangre,
la cruz de los destrozos, mi cerebro,
el cielo, el mar, la estrella, el infinito.
Me dan miedo las dosis de alquitrán
que estrangulan el aire que respiro;
las voces que oigo al fondo de mis ojos.
Me da miedo el tremendo sobresalto
que me despierta cada madrugada.
Me da miedo la altura, el precipicio,
la atrocidad del grito y del silencio.
Me da miedo el temblor de mi memoria,
lo que me atrae, lo que me repele,
el dolor, la alegría. Me da miedo
estar acompañado y estar solo.
Me da miedo que el tiempo se me trague.
TRONCO
¡No soy de este país que llamo Extraña!
¡No soy mío tampoco!
Me estoy haciendo dos hombres:
uno el que bebe y mata y nunca muere,
y otro aquel que vive la muerte que le dan.
España es una taberna de lujo
que tiene reservado el derecho de admisión:
de la que siempre son echados los borrachos,
que cantan y se tambalean
como la tierra, el mar y las estrellas.
España es una olla a presión, ruedo solar,
una mano de sangre encarnizada.
Nunca quise llamarla por su nombre,
y si lo escribo ahora es con el odio
y la venganza de la poesía.
España es una montera caída boca arriba,
un tatuaje de drama, hiel y luz;
torre del nepotismo y los favores
pagados por debajo de la mesa,
baraja con las espadas en alto:
reyes bajo palio, copas rotas,
oros en las casas de los ricos,
bastos en la hoguera de los pobres.
Quien no ha comido hambre alguna vez
no sabe del sabor que tiene el pan;
quien no ha bebido sed nunca podría
embriagarse con agua, ignora
que el único placer sin precio aquí
está en el sexo consigo mismo.
Yo no daré mi vida por España;
sí por una palabra, una cópula a muerte.,
una botella del mejor vino de la peor uva
pisada por los pies más oprimidos.
Porque un país que mata a sus poetas
no merece vivir. ¡España!
Nunca veas en la luz un don del cielo,
ni mires la sombra como castigo de los infiernos;
no hagas de los vientos látigos de resquemor,
arroja tu orgullo al mar, tu envidia, tu pereza.
Piensa en la nada construida
sobre tus campos abandonados;
piensa, que el pensamiento mortifica;
y sufre hasta la convulsión del limo
y la pureza del relámpago:
porque un país que envejece a sus jóvenes
no merece vivir.
Cuando me miro
—desencajado por tan negro fuego de alcohol—
y no me reconozco, a ti te veo.
En la cabeza llevo terremotos,
tambores con dolor de trueno;
en mis manos estrangulo el temblor
de las copas vacías con mi rostro, náufrago,
solo en su fondo
que una grúa no podría sacar.
España es una fachada del sol
sin restaurar y mal vendida,
un castillo en el aire con muralla de agua,
olivo con raíces en el cielo.
Hablar en esta Entraña es un monólogo:
porque un país que censura a sus creadores
tonsurado está de destrucción.
Un día don Quijote saldrá de Sancho Panza,
y su conciencia será un tribunal severo y justo.
Para vivir aquí hay que estar ebrio,
estatua, tumba, marioneta, páramo;
para vivir aquí hay que ser humo,
¡para nacer aquí hay que morirse!
Roja es mmi sangre como el vino tinto.
Si me corto las venas y me bebo
tendré vértigos y volveré a ver doble;
esto es España: un delirio a solas.
España es la gran ruleta ibérica,
catedral del azar en la que todo
se juega a impulso de arrebato.
Quien maneja el engaño con astucia
burla el peligro de estar vivo.
España es una corazonada
que nubla la razón y estalla el grito,
cuida su roña como oro en puño
segura de que el futuro ya pasó;
un vodevil con procesión de luto.
Lanzo mi rabia contra esa Espadaña
de campanas con cabezas por badajo:
porque un país que desprecia a sus cómicos
sólo se ensaya para la tragedia.
España, acércame ese cáliz
que guarda la sangre en llamas del sol:
quiero arrojártela a los ojos
más que una blasfemia de amor, que es violencia.
Pero no, no era un cáliz
sino una corola en espiral de espinas;
y no era un cáliz, no, ni una corola:
es esta copa en la que estoy bebiendo,
con cruel lucidez embriagadora,
toda la muerte de la madrugada.
Cuando aprieto mis sienes con los puños
me supuran fuego los oídos;
cuando mis párpados grapo a dentelladas
—solo y a oscuras en mi habitación—
invoco a Belcebú, y la garrafa del sufrimiento
vierto sobre la misa en la que apoyo mis codos
consagrados al mal, hermoso
más que un mapa de la gran Patraña.
Existe Dios si Dios es cada uno
y uno nace a morir en vida.
Por eso mato todo cuanto nazco.
No creo en nada que no se destruya
en su propia creación efímera.
España es un dado caído de canto sobre el horizonte.
Llueve; siempre estuvo nubeando
en mi país, esquela pentagonal.
Porque un país que incendia sus pulmones
bocanadas de féretros respira.
Ya me callo, ya en lo hondo
esculpo el hacha de lengua incandescente
a puñetazos de odio enamorado.
¡España!: leche de almendra amarga,
fiel desayuno de mis nochedías.
Guinda, Ángel. Poemas de la cabeza. Antología temática 2018-1980. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2018.
PLANETA CLANDESTINO #220
Pocos saben que tengo otra hermana.
El azar nos separó al nacer.
Yo mamaba la leche de mi madre
mientras ella se secaba al sol.
Cuando perforaron mis orejas
ella recibió la ablación del clítoris.
Follé con hombres y sufrí por todos;
a manos de uno solo se quebró ella.
Me separé, lloré, abandoné mis sueños.
Ella murió unas cuantas veces
bajo piedras, ácido, sida y malaria.
Su cuerpo se deshizo y se recompuso.
En una o dos ocasiones fue feliz de morir.
Mi hija creció; mi hermana murió en el parto.
Años después parió una niña y se la quitaron.
Yo veo mi cuerpo envejecer; ella no tiene espejo.
Me pongo cremas antiarrugas
pero toda ella es un surco.
Yo hago listas de lo que le duele:
pero ella es la que administra su dolor.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Cristina Morano
Las gatas buscan atalayas
desde las que contemplar el mundo.
Ellas dormitan sabiéndose a salvo;
yo me amurallo tras un libro.
Dice el poeta Rigo que la última
coraza es la lealtad.
Las hembras nos comprendemos:
el mundo es un peligro a nuestra disposición.
Tuvimos muchos hijos la intensidad y yo.
Los llamamos errores.
Ahora me siguen como niños de la calle.
Adóptanos, lloran. Danos tus apellidos.
Reconócenos. No nos abandones.
Y yo les digo: ¿no hicisteis vosotros
también daño? ¿No me desgarrasteis
al salir? ¿No me alejasteis de la inocencia?
Nos gritamos de una acera a otra.
Desde el pasado llegan multitudes a observarnos.
Cuando joven fui sierva
de los primeros besos, los que se dan
como rito de entrada en una nueva religión.
Tantos dioses. tanto fervor.
Tantas camas como altares.
Tantos cuerpos bellos como cristos.
Las manos pulsando espaldas
con la fe de una beata
que toca el órgano en la iglesia.
En el día del juicio, se sabrá la verdad:
yo fui una diosa sin perro
una perra sin dios.
Había un placer frenético
en tirarlo todo por la borda:
cuando veía salir del baño
a mis amantes, cubiertos
por los albornoces de mis novios.
Cuando era la graciosa de las fiestas
segando dignidad y cosechando resacas.
De cada droga pedía ración doble.
Yo sólo quería bailar con el caos
dejar de temer las regañinas
más terribles en mi voz que en la de otros.
Quería venganza por haber comprendido
al fin que ningún libro de instrucciones
iba a guiarme por los atajos.
Y lo quemaba todo, y disfrutaba al verlo arder;
sólo comprendía que seguía habiendo un juicio
cuando el fuego llegaba a los bajos de mi falda
y me condenaba a bailar con pasos ridículos.
Todos reían convencidos de que aquel
era el momento culminante de mi gran actuación.
Ahora, de vez en cuando, visito en el asilo
a la suicida que fui. Le llevo fotos de mi hija
y me da recuerdos para amigos que ya no veo.
Gracias a aquella, soy esta:
la que conoce el precio de los peajes.
Mi hermana me llama.
Yo llamo a mi hermana.
Envejecemos: cada día
un insomnio renovado
otra mala digestión.
Tarea ineludible
para cambiar el mundo:
darle a mi hermana
una buena noticia diaria.
Las niñas que fuimos
merecen su merienda.
He hecho todo
lo que se esperaba
de mí
pero en un momento
y en un orden
distintos
a los que se esperaba.
Esa ha sido
mi rebeldía
mi condena
mi victoria.
Coger atajos.
Perder el camino.
Aprender que las moras
crecen en las zarzas.
Hay un lugar entre la impotencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxy el heroísmo.
Entre el pozo y la cera derretida
xxxxxxxxxxxxxxxxxpor la cercanía del sol.
Entre el desengaño y la otra mejilla.
Hay un lugar. Cada día lo bautizo
xxxxxxxxxxxxxxxxxcon mi nombre.
A mi madre le enseñaron
el más triste aprendizaje:
sentirse culpable
xxxxxxxxxxde su alegría.
Con su letra esforzada
ella copiaba las penas
diez veces, cien veces, mil.
La risa era un borrón
xxxxxxxxxxen el cuaderno.
Madre, en este caso honrarte
será desaprenderte:
cantaré siempre a dos voces.
La que yo imaginaba ser
elegía a los hombres
por lo que soñaba que eran.
Y rodábamos juntos
películas de fantasmas.
Nadie resultaba quien parecía.
Todos fuimos mayordomos
de las apariencias, asesinos
de nuestro yo verdadero.
El final feliz bebía
solo en el bar de al lado.
Después de que los hijos
nos despierten por las noches
nosotras nos quedamos
más solas que a la luz del sol.
Entre sábanas revueltas buscamos
referentes: ¿pero quién, quienes?
¿Nuestras madres abnegadas?
¿Las satisfechas de las películas
las diligentes de los anuncios
las despreocupadas amigas sin hijos?
Espiamos a las madres que murieron
a las madres que no fuimos
a las madres que soñamos ser.
Pero al mirar a las otras solo vemos
sus ojeras acolchadas
como camas de catálogo.
Al resto lo oculta un pudor milenario
la higiénica sonrisa que proclama:
toma este lazo de terciopelo
y amordázate. Ofrece tu mejor perfil
y cuenta con él la misma historia.
No existes en ninguna mitología.
No nos traiciones.
Esos días en que mi hija
no me habla
o me habla poco
o emite sonidos displicentes
—además de recordar
que crecer tiene sus reglas
y que el rechazo funciona
puntual como un mecanismo—
me sirven para hacer un truco:
lo tomo como equilibrio
como un justo trato
para saldar todas las veces
que de una u otra forma le fallé.
Si hago arqueología de nuestra historia
llego al primer error: prometerle
que la protegería de todo.
Bien puede una madre
pasar de defensor a atacante
cuando intenta jugar
el partido de su vida.
Pérez Cañamares, Ana. Será ser mujer. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2019.
SERÁ SER MUJER
Hija, si en algún momento,
mientras estás ocupada en crecer
—dura y lícita tarea—
puedes mirarme a los ojos
hazlo.
No te dejes las preguntas
para cuando sea la misma voz
la que cuestione y la que responda.
Mira que en esta familia
tenemos la dolorosa costumbre
de conocernos mejor de muertas.
GENERACIONES
Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven
mientras me miraba sin verme;
yo dije mamá, quédate
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.
Cuando mamá murió, durante unos segundos
no tuvimos muy claros los lazos que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo
o muriendo.
Entonces ¿tú también me ves así?
¿Tú también me ves fuerte?
Porque le echo cayena a la comida,
porque bebo como un hombre
(un hombre que bebe mucho)
porque me he horadado el cuerpo
—y el cerebro—
porque he parido a cuatro patas
como una hembra en su guarida
porque okupé en Londres
porque he hablado en público
y he lavado y vestido a mi madre muerta
porque me he rapado el pelo
y lo he teñido de amarillo
porque he dormido sola en el monte
y he puesto a conversar
mi oscuridad con la oscuridad de fuera.
Así que tú también me ves fuerte.
Serás de los que te sorprendas
el día en que me desplome;
insistirás en que nunca me viste
dar una señal de debilidad
o de abatimiento.
Te equivocarás como todos
y no podré culparte:
toda la vida llevo apoyándome
en esta fama de fuerte.
Sólo yo sé que la fama camina
sobre muletas podridas.
SEGURIDAD SOCIAL
Frente a las charlas siniestras
de las salas de espera siempre
levanto un libro como una muralla.
Pero hoy de repente el olor del acero
la intuición de lo frío y punzante.
La certeza de lo inútil en perseguir
la enfermedad, que conoce todos
los recovecos donde esconderse.
La anciana a mi lado ha roto a llorar.
«No llore, mujer», le digo, «¿qué le pasa?»
«Nada», contesta ella, encogiéndose.
Y se queda sin saber cuánto le agradezco
que calle y no me cuente nada.
Porque no llevo kleenex en el bolso
y estoy tan cansada que la enfermedad
me parece una tregua deseable.
Así morimos, así nos matan.
BUEYES
Si supieras del dolor en mi cuello
no dudarías de que los yugos invisibles
también pesan, y que cada día
del trabajo a casa voy trazando surcos
en los que no habrá de crecer cosecha.
SI UN DÍA ME OYES
Si un día me oyes
—después de una noche
en la que he resultado ser
encantadora:
de esas mujeres que beben
y se ponen graciosas
contando anécdotas
de bares y ácidos y viajes
y camas y cabrones
con el pelo despeinado
para mejor
y el carmín corrido
como si viniera
de morrearme en el baño
con el tío más guapo
del garito—
si un día
después de una de estas noches
en las que ejerzo
de encantadora de serpientes
al despedirme
me oyes decir
que sólo soy un fraude
compadéceme:
los adictos a los aplausos
también necesitamos testigos
cuando nos quitamos
el maquillaje.
POR QUÉ ESCRIBO
xxxxxI
este striptease que hago cada día
bailando alrededor de la barra
esx pax ciax dox ra
no es más que un truco de guerrilla
para dejar sin armas ni argumentos
a quienes pretenden atacarme
esgrimiendo mis secretos
xxxxxII
no quiero dejar que nadie
—amigos, sociólogos
parientes, ministros
reporteros o cotillas—
se invente mi vida
completado el puzzle
es el turno de las piezas
que no encajan.
ESPEJO
Con cada palabra que escribo
lo que en el fondo estoy queriendo decir
es que soy conmovedoramente igual a ti
y que a la vez me siento desesperadamente
distinta.
Y ahora deja el libro
vete al espejo
y mírame.
FUERTE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLos días duros se abren a mi quilla.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxÁngela Figuera Aymerich
Soy fuerte. Me rompo en esquirlas.
El problema es que voy
quedándome afilada
y ya no soy más
aquella mujer
habitable
mullida
blanda
yo.
LA MUJER MUERTA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Arantxa
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxHoy vas a ser sabia. Mirarás al muerto.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSara Rosenberg
La última vez que te vi no subiste a casa.
Te quedaste en la calle y yo te saludé desde mi balcón.
Vivía en un primer piso
en el que entraba la luz y todos aquellos conocidos
que me distraían de las presencias importante.
Yo criaba un bebé recién nacido
y de ti se alimentaba un virus
que parecía entonces lo peor que podía pasarte
aunque tú ladeabas la cabeza
—como si la enfermedad fuera una gota de agua en el oído— y reías.
Odié aquel virus porque tú eras la cronista del verano
mi guía por las calles abarrotadas
que yo, madre reciente, no podía recorrer.
Te fuiste después de sonreír guiñando los ojos
como si me vieras a contraluz
como si el sol se pusiera en el salón a mis espaldas.
Ya no te vi más.
Tres vueltas de campana acabaron con el virus y contigo.
Moriste al día siguiente de que yo pensara
por primera vez que podías morir.
Sólo tuve veinticuatro horas para hacerme a la idea.
Antes habías dejado en cajones, diarios y fotos
pequeñas señales que de vez en cuando me guían hasta tu risa.
Todavía la oigo cuando la busco
una pequeña muesca en mi cerebro
que me recuerda que nunca se debe desconfiar
de los que son buenos y tristes por naturaleza.
LA MADRE DE CLAUDIA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Claudia
Agradezco que tu madre antes de morir
tuviera antojo de un plato de calamares;
así no me sorprendió tanto
que a la mía le diera por cantar coplas
dirigiendo con su mano asarmentada
su dispuesto coro de hijos.
Te agradezco que te emborracharas
con una botella de vino
junto a tu madre moribunda;
cuando yo me emborraché con ron
ya sabía que no había falta de respeto
o necesidad de huida
sino homenaje
casi —tú me entiendes— celebración
y una tristeza sin histerismos
que se parecía a la vida.
Así que aquella noche, cuando me contaste
todo esto mientras cenábamos tacos
recibí una lección magistral:
mira a los ojos de la muerte
y podrás ver lo que nunca viviste:
la infancia de tu madre
la borrachera del tiempo trastocado
la oportunidad de dar las gracias
sin pronunciarlas.
Porque para las madres
todas las palabras
están siempre dichas.
Sólo las risas de sus hijos
las impulsan a volar
hacia la muerte.
ANDAR SOBRE LAS AGUAS
La que yo era se ahogó en el mar
de las infinitas posibilidades.
No las extraño. la vida empezó
cuando aposté y perdí.
En ese momento el agua se tensa
y se convierte en camino.
Pérez Cañamares, Ana. Será ser mujer. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2019.
PLANETA CLANDESTINO #82
yo no la miro, la dejo hacer
la oigo respirar agitadamente
mientras limpia el brazo de la mecedora
ni el cansancio
ni el olor a amoniaco consiguen detenerla
antes fueron las persianas
mañanas serán los cristales
me recuerda a los coleccionistas
infelices, a los que siempre falta una pieza
nunca estará contenta
siempre habrá algo limpio que limpiar
la observo gastar el tiempo que le queda
en poner a prueba fuerzas y memoria
busca cables en un cajón
para reparar la radio,
le alcanzo las tijeras
aunque no hay cinta aislante que nos una
busca cera virgen
para tapar ese enorme agujero de carcoma
que no consigo ver
ella se siente sola
yo me siento inútil
tal vez, un día
nos acerque el silencio
cuando ella no recuerde nada
y yo empiece a olvidar el nombre de las cosas
estudia mis movimientos,
mis manos estirando las sábanas
doblando las servilletas
dice que estoy loca
porque no desayuno
porque mido el arroz por puñados
porque reciclo el aceite
porque adoro el viento agitando la ropa tendida
quiere que coma más
quiere que me peine como la mujer de un astronauta
quiere que haga feliz a su hijo
dice que estoy loca
tamborilea en la cama
tamborilea en la cocina
tamborilea delante del televisor
tamborilea cuando recuerda a su abuelo
tamborilea cuando recuerda a su madre
tamborilea cuando recuerda a su marido
tamborilea cuando recuerda a su hija
tamborilea cuando no recuerda nada
cuando no encuentra la palabra que busca
cuando no sabe nombrar
el objeto vaso
el objeto agua
el objeto ropa tendida
el objeto lluvia
no sé si ese ruido la acompaña
o son sólo señales de vida
que me manda cuando me alejo unos metros
cuando me encierro en el baño
a solas, con el objeto dolor
escribe con el dedo
sobre el brazo de la mecedora
sobre el cristal de la mesa
sobre el mantel
sobre la servilleta
sobre su falda
escribe con el dedo
maomegean
mientras mira al vacío
dice que lo escribe desde siempre
dice que no sabe por qué lo escribe
dice que no sabe qué significa
dice que nunca lo supo
dice que es la única palabra
que nunca va a olvidar
veinticuatro tiradores en la cocina
dieciocho figuras entre los dos cuadros del pasillo
a veces veinte
once fotos enmarcadas
diez varillas por respaldo
veintisiete botones en el mando a distancia
doce macetas bajo la lluvia
tres a cubierto
cinco dedos en cada mano
a veces seis
los barrotes de la baranda no los cuento
porque ya sé que son quince, dice
hay pájaros en el tejado del cuartel
hay pájaros en la torre de la iglesia
hay pájaros muertos en mi cabeza
hay gatos en el solar abandonado
hay gatos bajo los coches
hay gatos locos bajo mi pecho
hay sueños que se cumplen
hay sueños que no se cumplen
hay sueños que no he contado a nadie
hay palabras huecas
hay palabras como alfileres
hay palabras que nunca pronunciaré
hay dolor y más dolor
vendrán tiempos peores
cuando esta vejez
sea la mía
Bono, Isabel. Maomegean. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2010.
MAOMEGEAN
Esta es una de esas joyas que todos deberíamos tener en nuestras bibliotecas particulares. Lo de Isabel Bono fue un flechazo absoluto desde la primera vez que la leí, y este descubrimiento no hace más que aumentar mi admiración por ella.
Aquí dejo algunos de los poemas del comienzo de este ‘Maomegean’, que le publicaron en ediciones del 4 de agosto.
quiero que todo explote
que las almohadas exploten
que las manzanas del frutero exploten
que las cruces verdes de las farmacias exploten
que los escaparates exploten
que los charcos exploten
que los buzones de correos exploten
que las semillas de los eucaliptos exploten
que los cactus exploten
que las nubes exploten
que las estrellas exploten
que mi corazón explote
quiero que todo, lo bonito y lo feo, explote
que en mi casa en las calles en el cielo
y hasta en las más bellas habitaciones de hotel
todo explote
cuando dormir no ayuda
cuando soñar no ayuda
cuando despertar no ayuda
cuando el agua caliente no ayuda
cuando el café con leche no ayuda
cuando el omeprazol no ayuda
cuando la cerveza no ayuda
cuando meter los pies en el mar no ayuda
cuando el amor no ayuda
cuando la luz de flexo no ayuda
cuando escribir no ayuda
cuando desear no despertar no ayuda
paredes rosas armario celeste
camas gemelas lámpara de bronce
espejo redondo cuadro cuadrado
alcayatas desnudas estantería vacía
cajones vacíos pulmones vacíos
ni una mota de polvo
ni un atisbo de vida
preferiría seguir así
no acompañarme de libros ni de recuerdos
ni la foto de sam
ni giacometti bajo la lluvia
ni reloj ni zapatillas
sin querer
este cuarto se ha ido llenando
con mi respiración
las cosas que me rodean
no me pertenecen,
sólo el aire que respiro
y el zumbido de esas moscas en el cristal
que no acaban de aparearse
llevo una piedra en el coche
llevo una piedra en el bolsillo
llevo una piedra en el puño
levo una piedra en el estómago
llevo una piedra en el corazón
estoy preparada
para cualquier catástrofe.
Bono, Isabel. Maomegean. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2010.
DE TODO CORAZÓN
A TU ALBEDRÍO
xxxxxen tus manos está:
xxxxxte presento, primero,
xxxxxuna mejilla,
yxxxxluego xxxxixxxla otra:
xxxxxpuedes besarme
oxxxxpuedes pegarme:
en tus manos está:
nadie, ni siquiera la lluvia, tiene unas manos tan pequeñas:
e. e. cummings
ECO
xxxxxChica tiene más hambre
xxxxxpero menos dientes:
xxxxxChica tiene menos vista
xxxxxpero más recuerdos:
xxxxxChica tiene 59 canas
xxxxxpero de su vientre ningún hijo:
xxxxxChica tiene también
xxxxxun espejo de mano
yxxxxotro de pared:
xxxxxpero ya no pregunta:
no tiene sentido golpear tu propio cadáver:
john fante:
González, David. De todo corazón. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2016.
EL LIBRO DE LAS CONJUGACIONES
Escribe Marta Agudo en el prólogo que abre este ‘Libro de las conjugaciones’: «Sin ser una obra metalingüística, la poesía de Julieta Valero tiene uno de sus cimientos constructivos en la conciencia de que todo sujeto es «un exilio, un empeño en mil direcciones», en la medida en que la mirada ajena da forma a nuestra «masa famélica de carne». «Nunca sabrás el rostro que llevas cuando nadie te mira», escribe la poeta, nunca sabremos todos los que pudimos ser de cruzar aquel día la calle un poco antes e intercambiar la mirada con esta o aquella persona. Nunca sabremos todo lo que podemos enunciar si el interlocutor participa de manera activa en el acto de leernos. Tarea de permanente construcción vital en la que se implican un «tú-yo», «ella» o más adelante la firme empatía con «los otros» que culmina, sin que ninguno excluya al resto, en ese «otro» por excelencia que es «uno» y que toma la forma de un bebé nacido «in vitro».
Así, y en palabras de Jordi Doce: «Todos los libros de Julieta Valero (…) subrayan el latir de lo colectivo, la malla de lo público como telón de fondo del acontecer individual». Red que nos constituye y filtra lo ajeno…».
Y aquí dejo algunos poemas del libro.
DÓNDE PUEDE SER VISTO. QUÉ LUGARES FRECUENTA
Transcurres en todo lo que queda innombrado.
Sucedes en la arena que a la mano del tiempo se escapa.
Ocurre tu sexo mientras nadie lo mira,
florece y se licencia
en un triste saalón
y nadie va a verle.
Tienes lugar en los ojos de tu madre,
en la boca de amigos, sastres y tenderos,
en el silencio de los contables,
en todas las palabras, comidas y siniestros
a los que renunció tu memoria.
Pero aconteces como nunca en las aceras
cuando libre de vigilias irrumpe
tu sola forma oceánica.
Tu sola forma oceánica,
los modos del mercurio.
Eres un exilio, un empeño en mil direcciones,
la fuerza del viento y su mal maridaje.
Parece que tus ramas brotaran alianzas,
que todo fueran signos de un íntimo
alzamiento. xxxxxY caen
las hojas, y no hay estruendo,
sinfonía ni conclusión.
x
Aunque exactamente hermoso, un instante.
x
Nunca sabrás el rostro que llevas cuando nadie te mira.
Es un pez del abismo, es un cuento hecho carne,
lo que dicen los dioses cuando está amaneciendo,
lo que piensa un atlante cuando ve que le acechan.
Don del errante, gran dignidad y un lecho para la dulzura.
Pero tú nunca sabrás de ti en tesoro.
x
Los días cabalgan en los días,
porta un recuerdo de sí todo lo que se rompe,
la ciencia del collar rige a los mortales.
x
Pero tú nunca, únanime nunca, nunca cielo de ti.
CANCIÓN DEL EMPLEADO (FRAG. III)
¿Por qué yo?
¿O por qué no yo exenta de este desgarro por un golpe de azar?
x
Sólo es hermosa la salvación del que casi está desconsolado.
Sólo entiende la salvación el Herido Grave.
Yo respondería con la alegría sin gusano del padre primerizo
xxxxxy del patrón que halla peces
la del que expulsa su fluido y se ignora un instante
la del reo amordazado y todo era un simulacro
la del minero que reconoce de nuevo el sol
la alegría abisal del animal en su siendo.
x
Esta bula que pido no le vale al atleta del oro es despreciada
xxxxxpor quien cree en la obra de los hombres y es ignomi-
xxxxxnia para los próceres del progreso.
Todos ellos tienen la ira y la razón, su reino en este mundo
xxxxxy su razón.
Si algo me salva, prometo el agradecimiento del niño por su
xxxxxcastigo, de los límites por el tahúr, del loco por la ca-
xxxxxlefacción.
Pero sé que nada me absuelve; mis padres no son patricios y
xxxxxmi alma recela del vicio fingido y de la quietud de los
xxxxxyates. Nadie va a absolverme.
x
Y no vengo como la Princesa de los Placeres.
No conozco ingenios para volar más alto y hay días en que
xxxxxapenas puedo moverme.
No vengo a segregarme de mi prójimo ni a que ponga su
xxxxxmedida a avergonzarse ante las perlas de mi sangre.
Sólo tengo la sangre de una edad y su color promete can-
xxxxxsancio y fluye a la caza de ternura.
x
Perdonadme. Mi delito es haber comprendido cómo dibu-
xxxxxjaron este infortunio.
El rostro es una enfermedad, la conciencia una pandemia
xxxxxy yo sólo pido morir de mis males.
Pido espacio para fallecer.
Pido que vacíen la habitación de los juegos, que entre la
xxxxxluz y nadie distraiga el pánico de las paredes.
Pido domicilio para la transfiguración porque sólo en ella
xxxxxaprecio la palabra casa, satisfago a la semilla del si-
xxxxxlencio y cojo cariño a la impasibilidad de los árboles.
Si alguien me salva de esta muerte por jornadas, prometo
xxxxxconfundirle con la salud.
Si algo me libra del evangelio de la utilidad, prometo lla-
xxxxxmarle.
x
xxxxxxxxxxxxcausa de los colores
xxxxxxxxxxxxdominio de la imaginación
xxxxxxxxxxxxpan de lo ausente
xxxxxxxxxxxxlibertad.
DESEO
I
TRANSCURSO
Provienes de una raíz de ausencias, de un último verano de
xxxxxausencias.
y eres suma de tristeza común como hueso.
Tienes la materia de los astros, de aquello tan grande y mine-
xxxxxral tan puro que han de pesarlo niños desaparecidos.
Por eso tu efecto es devastador al modo de los pájaros.
x
Ay de mí que asomé sonriendo por todo lo minúsculo.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
El deseo te dio alcance por la espalda mientras tú hacías
xxxxxver que eran las palabras las que abrían tu cuerpo.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Yo leería tu cuerpo bajo una luz de bondad de no llevar
xxxxxestas sandalias pesadas de circunstancia.
Te pienso porque sufres de un mal que conocí y porque
xxxxxdintingo en ti la belleza que sucede a todo lo ulce-
xxxxxroso.
Yo también fui tan alta.
En los Heridos Graves hay una belleza redonda hasta
xxxxxhacerme llorar.
Tratáis a la vida de un tú neonato y vuestra piel es con-
xxxxxtinua ante las horas.
Tu dolor es el espectáculo donde pueden verse más des-
xxxxxnudos y más sangre blanca. A tu lado es fácil ser
xxxxxbíblica y beneficiosa.
A tu lado pernocto en mis conclusiones, en todo cuanto
xxxxxacerca a la evidencia de las higueras.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
No podemos tocarnos pero los insectos están en contac-
xxxxxto con las sagradas escrituras y con lo que dicta ese
xxxxxvientre.
Cantar de los Cantares, vivo en tu boca. Nadie me alimen-
xxxxxta y en las noches al raso me pregunto acerca de una
xxxxxhuida hacia las tierras prohibidas.
Tu garganta, tu hígado, los vapores que se desencadenen
xxxxxen torno a nuestras cinturas me aterran.
Pero sólo puede haber victoria en el suicidio.
Los grabados antiguos muestran príncipes victoriosos y
xxxxxsiempre se ve sangre.
Eres una deflagración; no debo tocarte y sin embargo vivo
xxxxxen tu boca y trabajo en tu recuerdo.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Nos encontramos en la heráldica de todo lo que no puede
xxxxxexistir; ése es nuestro pan.
Si te besara, ya estaría besando menos; me crecería una car-
xxxxxta de navegación en la mano.
Y no debo encontrarte; he perdido todo lo que rodeé con
xxxxxmis pasos. Ahora sólo me aplico en la cábala de an-
xxxxxdenes y estaciones.
x
Pero yo también fui tan alta.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Tu amor, tu amor de médula y salas cerradas.
Tus ojos de ósea tristeza, tu mano de noble camino del
xxxxxcadalso.
Pero nadie puede hacerte reír los ojos.
Fracasaron juglares sin hambre llegados de muy lejos.
Nada pudo el polvo de la ironía extendido por las calles.
Tus ojos, tus ojos, emblema de desgracias que acaso ig-
xxxxxnores.
Tu amor de patio prolongado en las caderas, en la sole-
xxxxxdad.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Si te besara retrocedería en el conocimiento de tu saliva,
xxxxxde los grados en que habita esa carne roja.
Y no quiero que te integres en el género de los mercados.
Hay especies innombradas, intocadas, insepultas.
No quiero que existas, Tierra a dos, transcurso, agua
xxxxxsubterránea.
No quiero, es verdad lo que digo.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Pero estás vigente.
x
Y no tienes vergüenza ni límites en tu expansión, pará-
xxxxxbola de renuncia,
x
rebosas los muros, la hidra, todo impedimento, golpeas
xxxxxcuanto construyo.
Cubres mi cuerpo con tu piel, tu monarquía.
x
Nunca debí abrirte la puerta.
Nunca debí pensar que ya la casa, ya el corcel.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
La tienes.
Es su olor aún más amplio de lo que imaginaban tus
xxxxxarterias.
Se ha instaurado la esperanza como punta de ola, su-
xxxxxsurro de otra orografía; suma de ramas de a sa-
xxxxxber qué selva.
¿Coincide ahora el espacio que regla tu mirada con
xxxxxaquello que humedece tu aliento?
¿El aliento que entona tu boca con el que gritan tus
xxxxxcabellos más tímidos?
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Te he herido. Te he herido, no escondas la sangre —al-
xxxxxgo aprendí del hermano lobo—, puedo oler las fa-
xxxxxllas, la carne que se abre sonriendo, te he herido.
Te he infligido no sé qué sustancia, bocado o paisaje.
No de muerte, no de otra ciudad, otra vida, pero estás
xxxxxsangrando.
Y en mi rostro la sorpresa del homicida adolescente.
x
Es tu dolor, sus señales que crecen en cuanto pozos y
xxxxxen cuanto ángel caído al reino más animal los
xxxxxhabito y decoro: mi antojo de artes primitivas.
Mírate la línea que hermana vientre y consentimiento.
xxxxxHay un latido, un aviso, hay muebles en desor-
xxxxxden.
«¡Pero cómo, quién, por dónde esta agua y su ausen-
xxxxxcia de ruido!»
Yo te dije. Yo me presenté con el grito que se exhala
xxxxxante la belleza.
Con insignias, con pavor, con armas en la mano.
x
II
MEMORIA
El otoño es una promesa de sucesos y barcos, una Je-
xxxxxrusalén de noches dislocadas.
x
Tiene carreteras solitarias como muslos y una luz que
xxxxxinvita a la ferocidad y a creer en la belleza de
xxxxxrectas y precipicios.
Es mentira su sinfonía de pérdidas verticales, el acuer-
xxxxxdo general para el llanto.
En verdad se reconoce a octubre por la máscara vene-
xxxxxciana y el sexo frotándose las manos.
x
Te hice el amor en cada instante despoblado de cuer-
xxxxxdas y deber.
Te hice el amor en cada ocio y cuando no lo tuve te
xxxxxhice el amor en atascos y rutinas, por calles en
xxxxxlas que, inmóvil, corría tras la súbita herida en
xxxxxel pecho, tras el desmayo.
Te hice el amor cuanto monte soy capaz y fue mi fren-
xxxxxte un universo que dejaba al Pacífico en relato
xxxxxde ciclos sencillos, de agua y cantidad.
Hice cuanto pude por arruinarme.
El deseo es un hueso al que nadie puso nombre.
x
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx***
x
Cuando encontraba una ruta (de las que confieren cien
xxxxxaños más de vida), la frecuentaba hasta ser re-
xxxxxprendida por los ángeles, de una parte, y por ex-
xxxxxpertos criadores de mapas y arrojo, de otro mar.
Eran mis maestros y querían que frecuentara los cami-
xxxxxnos descubiertos por civilizaciones antiguas.
x
El objeto de mis viajes era multiplicar el aire de aquel
xxxxxotoño.
x
El objeto de mis viajes era encontrar el espejo que de-
xxxxxtiene al hombre y su triste proliferación de célu-
xxxxxlas.
No. Mi aventura consistía en retroceder y encaramar-
xxxxxme a la cima de mi alma; iallá ilos iaños iveinte
xxxxxcuando amar devenía en unidad y desayuno.
Porque yo también fui tan alta…
Pero no. En verdad partía para salvar la vida.
x
El deseo es un órgano vital, como el arpa en las batallas.
SIDDHARTA EN GOOGLE
La historia del joven príncipe que sale de palacio
y descubre de pronto la enfermedad y la muerte,
la estafa. Todo ha sucedido tan rápido… La frustración,
encantadora, como el sexo. Y necesaria. Debemos
tomar mucha fruta y comprender el islam
y que el día también desearía tener veinticuatro horas
para nosotros. Pero hay, no sé, un error
de estructura; afuera y adentro, quizá.
El más grave de todos la mirada.
La piel el más delicado.
x
Y hay una forma de aburrimiento
saludable, la ausencia de drogas.
Aquí premian el final de la juventud con un ático.
Hoy he visto una cigüeña anidar en la punta
de una grúa desmesurada y he visto
la diagonal de la necesidad trazada por un galgo.
Nunca sabré de qué huía el jurado
no tendrá en cuenta mi conmoción pero sí
el modo en que explico la afición a atar gente.
Con tiempo y una habitación más
o menos vacía muchos de nosotros no decepcionan.
Los que tienen hijos acceden a formas netas de desesperación.
Los del hemisferio Sur no tienen problemas con lo abstracto.
Sí desconfían de los huracanes.
UN DIVORCIO
Detengámonos en el portento de la mutilación, su instante:
x
el aire gira sobre sí, palpa su camisa, busca lo que falta.
x
La ausencia es una succión sin pecho
x
encuentra leche detenida.
x
Suceden las horas abiertas como rosas de Jericó.
x
Es la pastoral del silencio, nuestro amor, una civilización
xxxxxextinta, alejándose en el espacio.
x
Y yo que salgo de tu portal cuchillo en mano y pensando
xxxxxen la cena… Es para volverse loco. Es para llegar
xxxxxpuntual al trabajo.
x
He hecho un pacto con las estrellas y otros prodigios de
xxxxxla desproporción,
x
nos ignoramos armoniosamente sin embargo
x
lo que tú estés comiendo y esos fármacos repentinos me
xxxxxpreocupan.
x
No se deja de amar lo que un día…
x
Lo pienso yo y asiente el cuchillo de mi mano.
x
Solo que los cuerpos se dilatan.
x
Me ocupo de ti pero mi voz es audible para presos y de-
xxxxxmentes, nada más.
x
Diga lo que diga hablo de una tierra maldita. Deben que-
xxxxxmarla.
x
Da igual. Por tus ojos ilesos, por tu pelo extraño, creo en
xxxxxtu deserción y te ruego:
x
Deja de dar golpes, deja de hacerte sangre.
x
Esta voluntad de fricción, su proa contra el tiempo nos
xxxxxdará la respuesta que ahora encuentras envuelta
xxxxxen cuarzo.
x
Para entonces la llaga azulada sobre tus muslos parece-
xxxxxrá la fotografía de un aniversario que vagamente
xxxxxse recuerda.
x
x
Primero te diré lo que en verdad quieres oír hoy: Cuán-
xxxxxto nos hemos amado.
x
Y ahora lo único que importa:
x
El número de metamorfosis bajo las aguas que con pla-
xxxxxcer y dolor nos permitirán descansar sobre la tela
xxxxxde la melancolía y comentar, entre naranjos, los
xxxxxincendios de otro presente.
x
Amor después del amor. Apenas sabremos explicar de
xxxxxdónde este vino espléndido que envidian peque-
xxxxxños, díscolos dioses.
Valero, Julieta. Libro de las conjugaciones. Logroño; Ediciones del 4 de agosto, 2016.
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XLV)
Me cuidan bien. Mucho. Si no no se entiende que después del libro del que les hablaba ayer, haya llegado a mi biblioteca directamente de la mano de su autor, una nueva colección de poemas de José Daniel Espejo. Esta vez, publicados por Ediciones del 4 de agosto.
Como decía ayer, también de este id subiré algunos poemas en unos días.