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O – Z
Oblicuo. Ella pensaba que él sería rico y famoso. Él es pobre y desconocido. Ella piensa que él la ha engañado.
Olvídate del cuento de la lechera: ¡ya no te quedan cántaros!
Opones la ironía a las balas. Así te va.
Piensas cuál elegirías, como si tuvieras alguna elección.
Porque te acostumbres no deja de doler.
Prestigias las editoriales a las que llevas a la quiebra.
Puente de plata. El amigo huye. El enemigo, en casa.
¿Qué clase de elección es aquella en que no te dan todas las posibilidades?
Querías ser reina o zángano, y no has pasado de obrera.
Reconoces a un desgraciado en cuanto te ves.
Salvador Dalí, Ernesto Sábato y Vincent van Gogh tuvieron hermanos, con su mismo nombre, muertos antes de su nacimiento. Estremece evocar a los niños Salvador, Ernesto y Vincent visitando la tumba de los niños Salvador, Ernesto y Vincent.
Se canta por las grietas.
Ser extranjero es para siempre.
Siempre hay una manera más sencilla de decirlo, pero no es sencillo encontrarla.
Solo te quedan las ocasiones perdidas.
Sorprende que algunos te desdeñen por lo que otros te admiran.
Te ha transformado en lo que eres, y ahora no le gusta el resultado.
«Tu poesía es breve, pero buena.» ¿Pero?
Ya es la hora. Ponte la máscara y sal a escena.
Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.
H – N
Hacer dos cosas a la vez: por ejemplo, quemar la comida y hablar por teléfono.
Horror de ser y de no ser.
Hybris. Un año después de mi muerte, un desconocido lee, en alguna parte, un libro mío.
Ilustres parásitos.
Insistes, insistes, y al final consigues lo que no querías.
Instantes que son vidas.
Inventario de yerros pendientes.
Jornaleros y señoritos de la traducción.
La gran preocupación de los alumnos del máster de literatura: ¿cómo conseguir padrinos para publicar los libros que aún no han escrito?
Las pesadillas, al despertar.
Leo en público un poema ajeno. Sin querer, le añado una palabra. No me atrevo a mirar si lo he mejorado o destruido.
Libreta y bolígrafo: sólo faltan las palabras.
Lo creías mejor que tú, ¡qué decepción!
Los de mi cuerda, y la mayoría.
Llevas tanto tiempo aquí que te has vuelto invisible.
Mal lugar para quejarse, pero la queja era apropiada.
Más celos que deseo.
Miras, vestidas, a mujeres a las que no mirarías desnudas.
Mujeres que suscitan unanimidad.
Nada peor que el fuego amigo.
No crees en Dios y esperas un milagro.
No es que caigan siempre de pie, es que no caen.
No son tontos: abominan de su clase social, pero no renuncian a sus privilegios.
Novela negra para impacientes. Soborno. Bajos fondos. Tiroteo. Muerte. Sirenas. Revuelo. Policía. Soborno. No hay testigos. Pistas falsas. Investigación. Soplo. Huida. Arresto. Soborno. El inductor cruza la frontera.
Nuevos ojos para viejas obras. Nuevas obras.
Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.
D – E – F
De tanto escuchar su propia voz se persuadió de que no había otras voces.
Del sueño a la pesadilla hay un paso, de la pesadilla al sueño hay un muro.
Demoliciones. A fuerza de esperar un golpe de suerte, tienes la cara llena de moratones.
¿Desde qué lugar veías mi dolor? Sé desde qué lugar veía el tuyo.
Dicen que no hablas, pero no dicen que si hablas no te responden.
Dices de verdad lo que otros dicen de mentira y pasas por mentiroso.
«Dios aprieta pero no ahorca»: disfruta de la larga agonía.
Echas la vista atrás y ves tu futuro.
El silencio como una de las bellas artes.
En cada alegría, un zarpazo.
¡Es increíble cómo todo el mundo te ayuda a hacer lo que no quieres!
Es paradójico que piensen que te has malogrado porque no has alcanzado las metas que ellos habrían deseado que alcanzaras.
¿Evitar un suicidio es salvaguardar una vida?
Fraternidad. 1. Más caro que una francesa; 2. Engañar como a un chino; 3. Fumar como un turco; 4. Beber como un cosaco; 5. Despedirse a la francesa; 6. Entrar a la portuguesa; 7. Peste española; 8. Mal francés; 9. Hacerse el sueco…
Fraude. «Contigo pan y cebolla…»
Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.
A – B – C
A cualquier cosa le dicen vivir.
¡A qué velocidad se reproducen los errores!
¿A quién creer, a Jeckyll o a Hyde?
¿A quién llamar, y para qué?
A veces aún te veo en ti.
Ahora es pronto y luego será tarde.
Al otro lado. Al abrir la puerta supe que había sido un error. Pero ¿qué podía hacer? Entré.
Amaba a la humanidad, pero odiaba al prójimo.
Amor y odio, sí, de acuerdo. Pero ¿amor y menosprecio?
Apagar la luz, no ver el vacío.
¿Así o de otra manera? Así y de otra manera.
Atinar con la palabra exacta, y callártela.
Beckett puede estar tranquilo: cada día fracasas mejor.
Bendita coherencia. Lo has hecho todo mal.
Bíblicas. ¿Pero no eran sólo siete los años de tribulación?
Botella vacía: un náufrago al que no le gusta molestar.
Cierto, el tiempo todo lo cura, pero no me gusta el método.
¿Cómo despedirse de quien no sabe que se va?
¿Cómo vas a saber qué es el «yo poético», si no sabes qué es el «yo»?
Cuando la felicidad era imposible, pero no lo sabías…
¿Cuántas veces habrá que arrepentirse de lo mismo?
¡Cuántos trenes perdidos! ¡Ay de los trenes alcanzados!
Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.
LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LI)
Acaba de llegarme esta joya que ven la imagen. El tercer libro que a Carlos Vitale le publica la editorial Candaya.
Este bonaerense Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana ha recibido varios premios por sus traducciones (entre ellos, el Premio «Ángel Crespo» en 2006) y, para mí, es una fiesta cada vez que publica algo.
Su concisión, su densidad, la manera en la que aprovecha las grietas para dejarnos en unos pocos versos una poesía de una potentísima carga de profundidad, hacen que (re)leerlo sea toda una experiencia.
Aquí tienen una selección de las tres primeras secciones del libro.
CUANDO
la poesía
me visitaba
en sueños
siempre
dejaba
alguna huella
muda
COSECHA LENTA
Tendré que esperar a una flor
tardía.
JORNADA
Tú, de pie, desnuda en la penumbra.
Tu espalda es el arco del conocimiento.
Desde la cama, observo y espero.
Cuando te vuelvas me dirás quién soy.
Sin otra luz que mi deseo.
EL ESTADO DE LA CUESTIÓN
Has parado la noche, pero me has negado el día.
OTRA VUELTA DE TUERCA
Y nada más que sed
y vasos rotos.
PEPE BARROETA DICE QUE NO DICE
El don
de la palabra
no es
un don,
es apenas
arder
en el propio
fuego,
abrasarse
hasta que la mano
dibuje
el vasto
signo
de la desolación.
LETANÍA
Una vida
nueva.
Otra,
distinta.
Una vida.
LIBÉRAME
Libérame del deseo.
Libérame del deseo
incumplido,
de su inútil carcoma,
de su vana penuria.
VUELTA
Pero al fin regresas.
O no te has ido.
O no me he ido.
El hecho es que estás.
Y yo no sé si estoy.
Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.