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DESPUÉS DE LA PRESENTACIÓN DE ‘CRÍMENES DEL FUTURO’ EN MURCIA
Es un lujo ver algo como lo que sucedió ayer en una ciudad como Murcia. Que, un viernes, algunos nos tuviéramos que quedar fuera de una librería por la presentación de un libro, nos parece un milagro a unos cuantos.
Con nada de suerte que tengan, la librería ‘Colette leTRAs y TRAgos‘ puede convertirse en un lugar cultural de referencia en esta ciudad.
Pues eso, que ayer se presentaba ‘Crímenes del futuro’ de Juan Soto Ivars, que estuvo acompañado en la presentación por Leonardo Cano y por Miguel Ángel Hernández Navarro, que jugaron, discutieron y teorizaron a partir del texto que la editorial publicó para esta presentación: «En un mundo preapocalíptico al borde del cataclismo social y moral, tres mujeres atormentadas luchan por sobrevivir y ser dueñas de su propio destino. Julia, Margarita y Pálida son las protagonistas de Crímenes del futuro, una fábula de inquietantes signos proféticos, en la que España se parece más a los turbulentos y miserables años 40 que a lo que desearíamos que fuera el siglo XXI.
Los estados han desaparecido y las multinacionales del Ente gestionan implacables la vida pública. La única ley vigente es la financiera, los precios de los alimentos se disparan sin control y las ciudades se convierten en arrabales separados por alambradas donde empieza a gestarse una desesperada revolución, opacada por las pasiones más turbias.
Con la osadía y lucidez que le caracteriza, Juan Soto Ivars continúa enfrentando a los lectores a situaciones límite y a dilemas éticos esenciales (la búsqueda de la felicidad, las utopías liberadoras, la épica de la supervivencia, la lucha de clases, las relaciones de poder, el culto a la imagen…), lo que convierte a Crímenes del futuro en un libro imprescindible para seguir indagando en las contradicciones de la posmodernidad y en la sinrazón de nuestro tiempo.»
Luego, ya saben, las cervezas obligatorias por la sed que dan estas cosas, y unas maravillosas horas de conversación sobre Javier Gutiérrez o Alberto Olmos, Francisco Brines o José María Fonollosa.
Y a esperar a la próxima, porque fue un absoluto gustazo.