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AGUAS Y TIERRAS

diciembre 26, 2020 Deja un comentario

 

EL VALLECITO

El gavilán sobrevuela los cerros.
Ésa es la mejor perspectiva.

 

 

 

 

EN VIAJE

Extraña forma de paraíso,
aún desconocida y ya añorada.

 

 

 

 

GEGHARD

Cavar hasta que la roca
te entregue su secreto.

 

 

 

 

PRIMAVERA ESTONIA

xxxxx5

La floresta, eso sí, y los ríos,
que no falten los ríos,
las casitas de cuento,
la cigüeña en su nido,
y yo, sentado y en marcha.

 

LLEGADAS

diciembre 31, 2018 Deja un comentario

 

Este año han llegado a casa varios libros y algunos discos, y quiero dejar constancia públicamente del agradecimiento hacia quienes han hecho que mi biblioteca y mi discoteca particulares hayan aumentado en cantidad y calidad.

Gracias por sus libros a Vicente Velasco, a Carlos Vitales, a José Luis Martínez Valero, a Ramón Bascuñana, a Natxo Vidal, a Manuel Rico, a Eugenio Sánchez Salinas, a Alfredo Rodríguez, a Sandro Luna, a Óscar Navarro, a Luis Sánchez, a Javier Sánchez Menéndez, a la editorial El Sastre de Apollinaire, a Joaquín Calderón y a Pedro Gascón.
Además, no quiero olvidarme de los regalos musicales que me han hecho Paco Cifuentes y Lichis.
Por supuesto, también a Alberto Alcalá, a Ferrán Exceso, al niño de la hipoteca, al Kanka, al Manin y a Álvaro Ruiz, por contar conmigo cada vez que pasan por Murcia y traen su música a esta ciudad.
Y, por último, quiero agradecerle a María Marín que contara conmigo para presentar su primer libro.

Gracias a todos.

 

O – Z

 

Oblicuo. Ella pensaba que él sería rico y famoso. Él es pobre y desconocido. Ella piensa que él la ha engañado.

 

 

 

 

Olvídate del cuento de la lechera: ¡ya no te quedan cántaros!

 

 

 

 

Opones la ironía a las balas. Así te va.

 

 

 

 

Piensas cuál elegirías, como si tuvieras alguna elección.

 

 

 

 

Porque te acostumbres no deja de doler.

 

 

 

 

Prestigias las editoriales a las que llevas a la quiebra.

 

 

 

 

Puente de plata. El amigo huye. El enemigo, en casa.

 

 

 

 

¿Qué clase de elección es aquella en que no te dan todas las posibilidades?

 

 

 

 

Querías ser reina o zángano, y no has pasado de obrera.

 

 

 

 

Reconoces a un desgraciado en cuanto te ves.

 

 

 

 

Salvador Dalí, Ernesto Sábato y Vincent van Gogh tuvieron hermanos, con su mismo nombre, muertos antes de su nacimiento. Estremece evocar a los niños Salvador, Ernesto y Vincent visitando la tumba de los niños Salvador, Ernesto y Vincent.

 

 

 

 

Se canta por las grietas.

 

 

 

 

Ser extranjero es para siempre.

 

 

 

 

Siempre hay una manera más sencilla de decirlo, pero no es sencillo encontrarla.

 

 

 

 

Solo te quedan las ocasiones perdidas.

 

 

 

 

Sorprende que algunos te desdeñen por lo que otros te admiran.

 

 

 

 

Te ha transformado en lo que eres, y ahora no le gusta el resultado.

 

 

 

 

«Tu poesía es breve, pero buena.» ¿Pero?

 

 

 

 

Ya es la hora. Ponte la máscara y sal a escena.

 

 

 

Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.

 

DESCORTESÍA DEL SUICIDA

 

DESCORTESÍA DEL SUICIDA

En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por la detención de los trenes. En la estación de Sants un hombre se había arrojado a las vías. En la estación de Can Boixeres una mujer protestaba por los constantes suicidios en las horas de máxima afluencia de público.

 

 

 

 

ES CURIOSO

Curiosamente, todo imbécil tiene alguien que lo ama, que, curiosamente, no siempre es imbécil.

 

 

 

 

CAMALEÓN

Sin duda, nuestra vecina de arriba tiene un amplio gusto musical. Este eclecticismo que, en otras circunstancias, podría considerarse extremadamente positivo, en realidad no lo es, ya que se limita a amoldarse a las aficiones de los sucesivos y variados novios que su indiscutible belleza le permite. Por fortuna, su repertorio es, así, muy heterogéneo y no excluye algunas épocas y autores de nuestro agrado, si bien no podemos de ninguna manera aprobar una cierta tendencia a reservar sus mejores piezas para altas horas de la noche.

 

 

 

 

DEMASÍA

¿Cómo es posible que todos los años hayan sido el peor año de mi vida?

 

 

 

 

BORGES Y YO

La primera vez que vi a Jorge Luis Borges fue en el año 1971, en Buenos Aires. Se trataba de un homenaje a Dostoievski en el ciento cincuenta aniversario de su nacimiento. Estaban, entre otros, la escritora Marta Lynch y el embajador de la Unión Soviética. Cuando le tocó su turno, Borges empezó diciendo que a él no le interesaba Dostoievski sino Dante, de modo que hablaría de Dante. Para horror del embajador y regocijo del auditorio.

 

 

 

 

DIPLOMACIA

No teníamos dónde caernos muertos. Nos habían invitado a cenar en casa de un editor y llevamos, con gran sacrificio de nuestro magro bolsillo, una botella de vino. Al verla, el editor dijo con una sonrisa: «¡Qué bien, es justamente la marca que compramos nosotros cuando no queremos gastar mucho!».

 

 

 

 

MOEBIUS

A los once años comprendí que nunca sería un gran pintor. A los catorce, que nunca sería un gran futbolista. A partir de entonces he estado abierto a toda clase de decepciones.

 

 

 

 

TELÉFONO

Cada vez que estoy a punto de entrar o acabo de salir de casa me parece que suena el teléfono. Sin embargo, basta que abra la puerta para que inmediatamente deje de sonar. Sólo me llaman cuando no estoy.

 

 

 

 

METEOROLOGÍA

¿Dónde se ocultan en invierno las mujeres de la primavera?

 

 

 

 

LA SONRISA DE DRÁCULA

El candidato sonríe a los desmemoriados.

 

 

 

 

EL TIEMPO DETENIDO

En el reloj de la esquina del correo son siempre las doce. A veces es demasiado temprano y a veces demasiado tarde.

 

 

 

Vitale, Carlos. Descortesía del suicida. Barcelona; Ed. Candaya, 2008.

 

UNIDAD DE LUGAR

 

UNIDAD DE LUGAR

Nada ha cambiado

Sólo el sitio
en que mi cuerpo cae

 

 

 

 

FÁBULA FUE

Fábula fue

Como oculto fue el misterio de esa boca

La desierta edad de los sentidos
invoca su razón

Pero no basta

Nada basta al que espera una palabra

Lengua de destrucción

Cuerpo del mundo
que apenas comprendo

 

 

 

 

CORONACIÓN

Sentada en una silla
que la sobrevivirá
la mujer observa
los patios interiores

Círculos inquietan
la superficie del agua

El balcón es un mundo
ínfimo y seguro
y ella fija en ella
la mirada infinita

La soledad no reconoce límites

 

 

 

 

MI VECINO CENA BAJO LA GRAN LÁMPARA

Cena solo bajo la gran lámpara.
Mucha luz y poca compañía.

 

 

 

 

VUELA MÁS UN OJO

Con un ojo invento pájaros
que con los dos no puedo hacer volar.

 

 

 

 

CASTILLA EN RUTA

Ocre metafísica.

 

 

 

 

ENTRE MAR DEL PLATA Y BUENOS AIRES

Cuando el tren
atraviesa la noche
poco importa
país o destino.

 

 

 

 

LA NOCHE ES EL DÍA

Poblado
de noches
el día
insomne.

 

 

 

 

AJUSTE DE CUENTAS

He tenido mi parte
de nada.

 

 

 

 

TIRANÍA DE LOS ESPEJOS

Todas las mujeres que he imaginado tenían tu rostro.
Todas eran tú a su manera.
También yo era tú a mi manera.

 

 

 

Vitale, Carlos. Unidad de lugar. Barcelona; Ed. Candaya, 2004.

 

H – N

 

Hacer dos cosas a la vez: por ejemplo, quemar la comida y hablar por teléfono.

 

 

 

 

Horror de ser y de no ser.

 

 

 

 

Hybris. Un año después de mi muerte, un desconocido lee, en alguna parte, un libro mío.

 

 

 

 

Ilustres parásitos.

 

 

 

 

Insistes, insistes, y al final consigues lo que no querías.

 

 

 

 

Instantes que son vidas.

 

 

 

 

Inventario de yerros pendientes.

 

 

 

 

Jornaleros y señoritos de la traducción.

 

 

 

 

La gran preocupación de los alumnos del máster de literatura: ¿cómo conseguir padrinos para publicar los libros que aún no han escrito?

 

 

 

 

Las pesadillas, al despertar.

 

 

 

 

Leo en público un poema ajeno. Sin querer, le añado una palabra. No me atrevo a mirar si lo he mejorado o destruido.

 

 

 

 

Libreta y bolígrafo: sólo faltan las palabras.

 

 

 

 

Lo creías mejor que tú, ¡qué decepción!

 

 

 

 

Los de mi cuerda, y la mayoría.

 

 

 

 

Llevas tanto tiempo aquí que te has vuelto invisible.

 

 

 

 

Mal lugar para quejarse, pero la queja era apropiada.

 

 

 

 

Más celos que deseo.

 

 

 

 

Miras, vestidas, a mujeres a las que no mirarías desnudas.

 

 

 

 

Mujeres que suscitan unanimidad.

 

 

 

 

Nada peor que el fuego amigo.

 

 

 

 

No crees en Dios y esperas un milagro.

 

 

 

 

No es que caigan siempre de pie, es que no caen.

 

 

 

 

No son tontos: abominan de su clase social, pero no renuncian a sus privilegios.

 

 

 

 

Novela negra para impacientes. Soborno. Bajos fondos. Tiroteo. Muerte. Sirenas. Revuelo. Policía. Soborno. No hay testigos. Pistas falsas. Investigación. Soplo. Huida. Arresto. Soborno. El inductor cruza la frontera.

 

 

 

 

Nuevos ojos para viejas obras. Nuevas obras.

 

 

 

Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.

 

D – E – F

noviembre 16, 2017 Deja un comentario

 

De tanto escuchar su propia voz se persuadió de que no había otras voces.

 

 

 

 

Del sueño a la pesadilla hay un paso, de la pesadilla al sueño hay un muro.

 

 

 

 

Demoliciones. A fuerza de esperar un golpe de suerte, tienes la cara llena de moratones.

 

 

 

 

¿Desde qué lugar veías mi dolor? Sé desde qué lugar veía el tuyo.

 

 

 

 

Dicen que no hablas, pero no dicen que si hablas no te responden.

 

 

 

 

Dices de verdad lo que otros dicen de mentira y pasas por mentiroso.

 

 

 

 

«Dios aprieta pero no ahorca»: disfruta de la larga agonía.

 

 

 

 

Echas la vista atrás y ves tu futuro.

 

 

 

 

El silencio como una de las bellas artes.

 

 

 

 

En cada alegría, un zarpazo.

 

 

 

 

¡Es increíble cómo todo el mundo te ayuda a hacer lo que no quieres!

 

 

 

 

Es paradójico que piensen que te has malogrado porque no has alcanzado las metas que ellos habrían deseado que alcanzaras.

 

 

 

 

¿Evitar un suicidio es salvaguardar una vida?

 

 

 

 

Fraternidad. 1. Más caro que una francesa; 2. Engañar como a un chino; 3. Fumar como un turco; 4. Beber como un cosaco; 5. Despedirse a la francesa; 6. Entrar a la portuguesa; 7. Peste española; 8. Mal francés; 9. Hacerse el sueco…

 

 

 

 

Fraude. «Contigo pan y cebolla…»

 

 

 

Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.

 

A – B – C

 

A cualquier cosa le dicen vivir.

 

 

 

 

¡A qué velocidad se reproducen los errores!

 

 

 

 

¿A quién creer, a Jeckyll o a Hyde?

 

 

 

 

¿A quién llamar, y para qué?

 

 

 

 

A veces aún te veo en ti.

 

 

 

 

Ahora es pronto y luego será tarde.

 

 

 

 

Al otro lado. Al abrir la puerta supe que había sido un error. Pero ¿qué podía hacer? Entré.

 

 

 

 

Amaba a la humanidad, pero odiaba al prójimo.

 

 

 

 

Amor y odio, sí, de acuerdo. Pero ¿amor y menosprecio?

 

 

 

 

Apagar la luz, no ver el vacío.

 

 

 

 

¿Así o de otra manera? Así y de otra manera.

 

 

 

 

Atinar con la palabra exacta, y callártela.

 

 

 

 

Beckett puede estar tranquilo: cada día fracasas mejor.

 

 

 

 

Bendita coherencia. Lo has hecho todo mal.

 

 

 

 

Bíblicas. ¿Pero no eran sólo siete los años de tribulación?

 

 

 

 

Botella vacía: un náufrago al que no le gusta molestar.

 

 

 

 

Cierto, el tiempo todo lo cura, pero no me gusta el método.

 

 

 

 

¿Cómo despedirse de quien no sabe que se va?

 

 

 

 

¿Cómo vas a saber qué es el «yo poético», si no sabes qué es el «yo»?

 

 

 

 

Cuando la felicidad era imposible, pero no lo sabías…

 

 

 

 

¿Cuántas veces habrá que arrepentirse de lo mismo?

 

 

 

 

¡Cuántos trenes perdidos! ¡Ay de los trenes alcanzados!

 

 

 

Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LI)

septiembre 26, 2017 Deja un comentario

Acaba de llegarme esta joya que ven la imagen. El tercer libro que a Carlos Vitale le publica la editorial Candaya.
Este bonaerense Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana ha recibido varios premios por sus traducciones (entre ellos, el Premio «Ángel Crespo» en 2006) y, para mí, es una fiesta cada vez que publica algo.
Su concisión, su densidad, la manera en la que aprovecha las grietas para dejarnos en unos pocos versos una poesía de una potentísima carga de profundidad, hacen que (re)leerlo sea toda una experiencia.

 

 

Aquí tienen una selección de las tres primeras secciones del libro.

 

CUANDO
la poesía
me visitaba

en sueños

siempre
dejaba
alguna huella

muda

 

 

 

 

COSECHA LENTA

Tendré que esperar a una flor
tardía.

 

 

 

 

JORNADA

Tú, de pie, desnuda en la penumbra.
Tu espalda es el arco del conocimiento.
Desde la cama, observo y espero.
Cuando te vuelvas me dirás quién soy.
Sin otra luz que mi deseo.

 

 

 

 

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

Has parado la noche, pero me has negado el día.

 

 

 

 

OTRA VUELTA DE TUERCA

Y nada más que sed
y vasos rotos.

 

 

 

 

PEPE BARROETA DICE QUE NO DICE

El don
de la palabra
no es
un don,
es apenas
arder
en el propio
fuego,
abrasarse
hasta que la mano
dibuje
el vasto
signo
de la desolación.

 

 

 

 

LETANÍA

Una vida
nueva.
Otra,
distinta.
Una vida.

 

 

 

 

LIBÉRAME

Libérame del deseo.
Libérame del deseo
incumplido,
de su inútil carcoma,
de su vana penuria.

 

 

 

 

VUELTA

Pero al fin regresas.
O no te has ido.
O no me he ido.
El hecho es que estás.
Y yo no sé si estoy.

 

 

 

Vitale, Carlos. Duermevela. Barcelona; Ed. Candaya, 2017.

 

UNA EXTRAÑA ALEGRÍA DE VIVIR

diciembre 12, 2016 Deja un comentario

sandro-penna-carlos-vitale-una-extrana-alegria-de-vivir-la-garua

 

Hace ya unos años apareció en la catalana editorial La Garúa, esta traducción hecha por Carlos Vitale de una selección de poemas de Sandro Penna.

Este poeta nacido en Perugia en 1906, heterodoxo, homosexual, ajeno a capillas y escuelas, fue estimado por Pier Paolo Pasolini como el grande poeta italiano del siglo XX (y hay que recordar que entonces vivía nada menos que Eugenio Montale).

Dos características sobresalen —como podemos continuar leyendo en el texto de apertura del libro— en la obra de Sandro Penna. A la primera podríamos denominarla «estructural» o «formal»: es absolutamente imposible encontrar una «historia interna»; los libros de Penna están totalmente privados de concatenaciones o desarrollos, sus poemas son una serie de episodios o de pensamientos que convergen en un único punto: la celebración de la vida en su estado físico o en sus relaciones más elementales. La segunda peculiaridad de los poemas de Penna es que toda su obra está recorrida de modo casi obsesivo por un solo argumento: el erótico, convirtiéndolo quizá en el más notable poeta de amor de la poesía italiana del siglo XX, sólo que el de Penna es —como dijeron eufemísticamente sus primeros críticos— un «indisciplinado eros».

 

Pues aquí tienen algunos poemas del libro en la magnífica traducción de Carlos Vitale.

 

LA vida… es acordarse de un triste
despertar en un tren al alba: haber visto
fuera la luz incierta: haber sentido
en el cuerpo roto la melancolía
virgen y áspera del aire punzante.

Pero recordar la liberación
imprevista es más dulce: cerca de mí
un marinero joven: el azul
y el blanco de su uniforme, y fuera
un mar todo fresco de color.

 

 

 

 

SOL sin sombras sobre viriles cuerpos
abandonados. Calla toda virtud.

Lenta el alma se hunde —con el mar—
dentro de un brillante sueño. De pronto
saltan —jóvenes islotes— los sentidos.

Pero el pecado ya no existe.

 

 

 

 

MI Amor estaba desnudo
a la orilla de un mar sonoro.
Estábamos a su lado
—favorables y calmos—
el tiempo y yo.

Luego lo robó una casa.
Me lo manchó una tinta. Yo permanezco
a la orilla de un mar sonoro.

 

 

 

 

LLUEVE sobre la ciudad. Llueve sobre el campo
donde encontré, en el sol, al dichoso amigo.

Él, en la edad gentil, tiene el corazón vago.
Y en mí ciertamente no piensa. Pero inocentes
pecados en mí la lluvia reaviva.

 

 

 

 

LA luna de septiembre sobre el oscuro
valle adormece el canto de los campesinos.

Una cadencia insiste: casi lenta
respiración de animal, en el silencio,
zarpa el valle si la luna sube.

Otro respira aquí, dulce animal
también él silencioso. Pero un tumulto
de vida en mí repite antigua vida.

Más vivo que así no estaré jamás.

 

 

 

 

YO en la rada seguía a un chico encantado
sólo de sí, entre escasas luces. Sólo yo
mantenía al chico suspendido en el mundo.

 

 

 

 

DESPUÉS vuelto el rostro hacia la almohada
sonreía a sí mismo, con beato
rubor.

 

 

 

 

Y luego estoy solo. Queda
la dulce compañía
de luminosas e ingenuas mentiras.

 

 

 

 

QUIZÁ la juventud sea sólo este
perenne amar los sentidos y no arrepentirse.

 

 

 

 

MORALISTAS

El mundo que os parece de cadenas
está todo tejido de armonías profundas.

 

 

 

 

¡SIEMPRE chicos en mis poesías!
Pero yo no sé hablar de otras cosas.
Las otras cosas son todas tediosas.
Yo no puedo cantaros Obras Pías.

 

 

 

Penna, Sandro. Una extraña alegría de vivir (Trad. Carlos Vitale). Barcelona; Ed. La Garúa, 2004.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (XLIV)

carlos-vitale-sandro-penna

 

Acaba de llegarme la joya que pueden ver en la imagen: poemas de Sandro Penna traducidos por Carlos Vitale, uno de los mejores escritores y traductores de este país. Ojalá este país lo tratase con la mitad del buen gusto con que él hace las cosas.

En unos días subiré algunos poemas del libro.

 

08010

08010

 

 

CARLOS VITALE

RISAS DE COCODRILO

No te engañes.
El de la foto
tan sonriente
ya era infeliz
(tú lo sabes,
bien que lo sabes).

Contémplalo ahí detrás,
público o comparsa,
borroso
incluso en primer plano.

Sonríe
aunque esté muerto.

Si le pides
que se adelante
no da sombra.

Convéncete:
sólo la sombra
no da sombra.

 

 

JORNADA

Tú, de pie, desnuda en la penumbra.
Tu espalda es el arco del conocimiento.
Desde la cama, observo y espero.
Cuando te vuelvas me dirás quién soy.
Sin otra luz que mi deseo.

 

 

ÍTACA

Y si he llegado,
¿qué haré de mí?

 

 

OTRA VUELTA DE TUERCA

Y nada más que sed
y vasos rotos.

 

 

EL ESTADO DE LA CUESTIÓN

Has parado la noche, pero me has negado el día.

 

 

NEUCHÂTEL

No te fíes
de la alianza del lago.

 

 

LIMOGES

Las ramas
arañan
el río
con dedos
atónitos.

 

 

SOBRE UNA ESCULTURA DE FINA OLIVER

De tallos de metal
florecen alas.

 

 

 

 

BERTA PIÑÁN

IN MEMORIAM

Vienes a mi. Conoces los requexos toos
De la casa, la plenitú del aire cuendo l’hibiernu
aporta y quedámonos solos los que solos llegamos.
De qué estraña provincia, de qué absurda estación
de cenices y lluvia vienes a mi esta nueche,
si la muerte, dicen, nun algama más allá
de la muerte. Al par mio miedres colos años perdíos,
esos años que’l tiempu nos traiciona y nos niega,
y una nueche, esta nueche, regreses,
y das vida a la vida,
tu, que namás sabes de la vida la muerte.

 

 

IN MEMORIAM

Vienes a mí. Conoces los rincones todos
de la casa, la plenitud del aire cuando el invierno
asalta y nos quedamos solos los que solos llegamos.
De qué extraña provincia, de qué absurda estación
de cenizas y lluvia vienes a mí esta noche,
si la muerte, dicen, no alcanza más allá
de la muerte. A mi lado creces con los años perdidos,
esos años que el tiempo nos traiciona y nos niega,
y una noche, esta noche, regresas,
y das vida a la vida,
tú, que sólo sabes de la vida la muerte.

 

 

SENEGALESA

Di-yos que pregunten por mi
na aldea de Thiaroye, ellí conócenme,
saben quién ye mio madre y que-y llamen
Ndiémé, saben quién yé la mio hermana Bebé,
cuála ye la mio casa, ellí conócenme.
Di-yos que pregunten por mi a la vieya Misia
que me vio nacer y que me curó del fiebre
y tuvo una vez na ciudá de Thiés a por un diente d’oru,
que pregunten por mi al mio primu Makalou
que lleva a los turistes na so barca de pesca.
Que pregunten a la mio xente, ellí conócenme.
Dí-yoslo. Nun tengo papeles pero ellí saben quién soi.
ellí conócenme.

 

 

SENEGALESA

Diles que pregunten por mí
en la aldea de Thiaroye, allí me conocen,
saben quién es mi madre y que le llaman
Ndiémé, saben quién es mi hermana Bebé,
cuáles mi casa, allí me conocen.
Diles que pregunten por mí a la vieja Misia
que me vio nacer y que me curó de la fiebre
y estuvo una vez en al ciudad de Thies a por un diente de oro,
que pregunten por mí a mi primo Makalou
que lleva a los turistas en su barca de pesca.
Que pregunten a mi gente, allí me conocen.
Díselo. No tengo papeles, pero allí saben quién soy,
allí me conocen.

 

 

DOS GARCES

Aportaren el sábadu. Vímosles
rápido porque esi día entamó
tamién el fríu y chamos
la mañana comentando del tiempu.
Son dos, y preguntóme qué
desín repentinu les trai
a esti árbol precisu, a esti llugar
exactu nel que’l so tiempu
atraviesa, como un signu confusu,
el tiempu nuestru.
Pela tarde falamos d’elles:
«Esta espera suya, inmóvil, terca -dices-,
nun sé qué extraña, antigua imaxe
traza de la vida».
Después quedamos en silenciu, mirando,
espiando la so perfecta quietú
contra les agües que pasen
del hibiernu, y entós,
per un momentu, resumen
pa nosotres la contemplación
del mundu: esti ríu, estos árboles,
el cielu de seronda, el calor,
el fríu.

 

 

DOS GARZAS

Llegaron el sábado. Las vimos
temprano porque ese día comenzó
también el frío y echamos
la mañana charlando del tiempo.
Son dos, y me pregunto qué
destino imprevisto las trae
a este árbol preciso, a este lugar
exacto en que su tiempo
atraviesa, como un signo confuso,
nuestro tiempo.
Por la tarde hablamos de ellas:
«Esta espera suya, inmóvil, terca -dices-,
no sé qué extraña, antigua imagen
traza de la vida».
Después quedamos en silencio, mirando,
espiando su perfecta quietud
sobre las aguas que pasan
del invierno, y entonces,
por un momento, resumen
para nosotras la
contemplación
del mundo: este río, estos árboles,
el cielo de otoño, el calor,
el frío.

 

 

 

 

VILMA TAPIA ANAYA

UN TAXI me lleva
camino a casa
guardo una baraja
descabal e incierta
en la cartera
Hundida
solitaria
yo (que no me maquillo)
sólo pienso en llegar
y pintarme la boca
de un rojo excéntrico
llamativo

 

 

IBA SIN NADA que la cubriera
llevaba sus otoños
recogidos
en una cesta
Algunas aves a su paso descendieron
levedad que dejó de ser
junto a la de ella
Entre troncos de abedules
el camino era angosto
Su cuerpo y los árboles
delicadas líneas
que llovían sobre el horizonte
En sus ojos se veía claro:
no la dañaba tener los pies
sobre la tierra

 

 

ENTREGADA al rapto
expuesta
me entrego al follaje
de los paraísos
iluminado desde lo alto
Sigo las largas líneas
de las ramas
y me detengo en el verde
rescatado de la noche
Un gato cruza del mío
al otro lado de la calle
En voz alta digo «gato»… lo nombro
para que esté
Se para
yo no sé en qué momento
Gira su cara
me mira
la endereza y sigue
Nuevamente lo nombro:
ratificado
de un salto nos interna
(estoy ya sobre su lomo)
en el blanco triángulo
de la vida

 

 

NO FALTARÁ quien al pasar
se detenga

Con la cara pegada a las rejas
atento
escuchará los cantos
reconocerá los matices
de los plumajes
y hasta el más leve
temblor de las alas

Entonces podrás abrir la puerta
permitir que se pasee
por tu jardín
enseñarle dos o tres modos
de aproximarse a tus pájaros
de cuidar de ellos
de alimentarlos

 

EUGENIO MONTALE TRADUCIDO POR CARLOS VITALE

Alga 58

 

 

Repasaba mi colección de revistas de poesía (y literatura) y me he encontrado con el número 58 de la revista Alga, número que se abría con una selección de poemas de Eugenio Montale traducidos por Carlos Vitale y que forman parte del libro ‘Las ocasiones’, publicado en Barcelona en 2005 en edición bilingüe por la editorial Igitur y que supuso para Vitale la obtención del  IX Premio de traducción Ángel Crespo.

Aquí tienen los poemas que aparecían en la revista.

 

BARCAS EN EL MARNE

Felicidad del corcho abandonado
a la corriente
que diluye a su alrededor los puentes invertidos
y el plenilunio pálido en el sol:
barcas en el río, ágiles en el verano
y un murmullo estancado de ciudad.
Sigue con los remos el prado si el cazador
de mariposas llega con su red,
la arboleda sobre el muro donde la sangre
del dragón se repite en el cinabrio.

Voces en el río, detonaciones en las riberas,
o rítmica escansión de piraguas
en el crepúsculo que se filtra
entre las copas de los nogales, pero dónde está
la lenta procesión de estaciones
que fue un alba infinita y sin caminos,
dónde está la larga espera y cuál es el nombre
del vacío que nos invade.

El sueño es éste: un vasto,
interminable día que refunde
entre los diques, casi inmóvil, su resplandor,
y en cada curva el buen trabajo del hombre,
el mañana velado que lo horroriza.
Y algo más era el sueño, pero su reflejo
detenido sobre el agua en fuga, bajo el nido
del pájaro moscón, aéreo e inaccesible,
era el silencio altísimo en el grito
acorde del mediodía y una mañana
más larga era el atardecer, el gran fermento
era el reposo.
xxxxxxxxxxxxxxAquí…el color
que resiste es el del ratón que ha saltado
entre los juncos o, con su salpicadura de metal
venenoso, del estornino que desaparece
entre los humos de la ribera.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOtro día,
repites – oh, ¿qué repites? ¿Y adónde lleva
esta boca que hormiguea en un solo
chorro?

xxxxEl atardecer es éste. Ahora podemos
descender hasta que se encienda la Osa.

(Barcas en el Marne, dominicales, a la carrera
en el día de tu fiesta)

 

 

 

 

NOTICIAS DESDE EL AMIATA

El fuego de artificio del mal tiempo
será murmullo de colmenas al anochecer.
El cuarto tiene vigas
carcomidas y un olor a melones
penetra por el tabique. Las humaredas
suaves que remontan un valle
de elfos y de hongos hasta el cono diáfano
de la cima me enturbian los cristales
y te escribo desde aquí, desde esta mesa
remota; desde la celdilla de miel
de una esfera lanzada al espacio –
y las jaulas cubiertas, el hogar
donde explotan las castañas, las venas
de salitre y de moho son el marco
donde muy pronto irrumpirás. ¡La vida
que te fabula es aún demasiado breve
si te contiene! Entreabre tu icono
el fondo luminoso. Afuera llueve.

xxxxx*****

Y si contemplaras las frágiles arquitecturas
ennegrecidas por el tiempo y el carbón,
los patios cuadrados que tienen en medio
el pozo profundísimo; si contemplaras
el vuelo arrebujado de las aves
nocturnas y al fondo de la sima el resplandor
de la Galaxia, la franja de todo tormento.
Pero el paso que resuena largamente en la oscuridad
es el de quien va solitario y no ve más
que esta caída de arcos, de sombras y de recovecos.
Las estrellas tienen pespuntes demasiado sutiles,
el ojo del campanario se ha detenido a las dos,
hasta las trepadoras son una ascensión
de tinieblas y su perfume duele, amargo.

¡Regresa mañana más frío, viento del norte,
parte las manos antiguas de la arenisca,
desordena los libros de horas en los altillos,
y que todo sea lente tranquila, dominio, prisión
del sentimiento que no desespera! ¡Regresa más fuerte
viento de septentrión que haces gratas
las cadenas y sellas las esporas de lo posible!
Son demasiado estrechas las calles; los asnos negros
que cocean en fila echan chispas,
desde el pico escondido responden llamaradas de magnesio.
¡Oh el goteo que desciende lentamente
desde las casuchas oscuras, el tiempo hecho agua,
el largo coloquio con los pobres muertos, las cenizas, el viento,
el viento que tarda, la muerte, la muerte que vive!

 

FÉLIX GRANDE

P1080374

 

Mérida, 4 de febrero de 1937 – Madrid, 30 de enero de 2014.

 

Ayer se fue uno de los poetas más grandes que ha dado este país en el siglo XX. Ayer fue un día de mierda. Eso sí, siempre quedarán en mi memoria las tres tardes que pasé con él en Murcia junto al poeta José Antonio Martínez Muñoz. Una de ellas, además, fue consecuencia de un ciclo que José Antonio Martínez Muñoz y un servidor organizamos en Murcia hace unos años, un ciclo por el que pasaron Carlos Vitale, Cristina Morano, Concha García, Rosa Lentini, León Molina, Ramon Dachs, Javier Moreno y Ferran Fernández, y que tuvimos la suerte y el honor de que le pusieran el cierre Félix Grande, Francisca Aguirre y Guadalupe Grande. Sí, los tres juntos, en un recital que nunca se había llevado a cabo en España. Un recital que se terminó llevando a cabo gracias a la mediación del Aula de Poesía de la universidad de Murcia. Ese día quedará grabado en mi memoria a fuerza de clase y conocimiento.

 

Grande Aguirre

 

Ahora no me vengan con que nos quedará su obra y demás tópicos típicos. Como escribía ayer Ben Clark: «no voy a decir aquí que ahora queda su obra y tal y cual y lo demás. Claro que queda. Pero yo quería que me quedara Félix Grande, también, y poder volver a verlo (…) y oírle hablar»…

 

SINFONÍAS Y UN POEMA INÉDITO

Termino hoy con el repaso que puedo dar de la obra de Ferran Fernández (aún me faltan sus dos últimos libros). De todos modos, tengo el lujo de tener en mi biblioteca los tres números que entre 2005 y 2006 publicó ‘La última canana de Pancho Villa‘ con ‘Sinfonías‘ de Ferran. Aquí tienen tres imágenes de esas sinfonías:

 

Ferran 1

 

Ferran 2

 

Ferran 3

 

 

Pero es que, además, en un ciclo que tuve la suerte de coordinar entre 2006 y 2007 junto al poeta y periodista José Antonio Martínez Muñoz (del que hablé aquí hace unos días con motivo del recital que dio en el Museo Ramón Gaya), uno de los invitados fue Ferran Fernández, y con el maravilloso diseño de Cristina Morano publicamos unas plaquettes con textos inéditos de los invitados (entre quienes estuvieron Carlos Vitale, Concha García, Rosa Lentini, Félix Grande, Francisca Aguirre y Guadalupe Grande entre otros). De la plaquette de Ferran dejo uno de esos textos inéditos que tuvo a bien regalarnos.

 

Ferran 4

 

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