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AYER FUE EL DÍA DE EXIGIR UNA #BIBLIOREGIONALABIERTA

septiembre 2, 2018 Deja un comentario

Ayer nos juntamos un buen puñado de murcianos a la entrada de la biblioteca regional para pedir, o gritar, o exigir, que se deje de restringir el horario de la misma. Habiendo perdido ya el domingo, ahora quieren acostumbrar a la ciudad a tener dos horas menos de biblioteca los sábados.

Pues nada, que unos cuantos leímos poemas para dejar constancia de nuestro rechazo ante estos políticos que lo primero que recortan es en cultura y en servicios culturales básicos. Uno de ellos fue Lujo Berner, que leyó este poema:

 

DECLARACIÓN UNILATERAL DE INDEPENDENCIA

Aquí reunidos:

De esta parte, el mar océano de principios de septiembre
xxxxxxxxlastimosamente en calma para la ocasión
y el cielo tejido con costuras de ozono e imposibles quimioestelas
xxxxxxxxpermanente azul cambio climático

De la otra,
xxxxxxxxeste ser que huye en círculos
xxxxxxxxy roza la maravilla para caer en el lodo

Al fondo detrás por todos lados allí
xxxxxxxxel ruido el grito la bandera todos los otros seres desnaturalizados
los descendientes de una semilla tarada regada con ignorancia
xxxxxxxxlos malos fornicadores negacionistas consumidores de odio
tulpas siniestros que levantan muros y enmohecen el mundo

ejem

En estos momentos de extrema ligereza gravitacional
los pensamientos y los actos van de la mano por el camposanto
la religión de la ola es incluso perseguida
y hasta los puros & honrados & hermosos ven el amor como un problema

Por estos motivos
Por estos delitos lacerantes que se repiten con impunidad
Nos vemos obligados a cortar el disco y frenar la rumba

Declaramos unilateralmente nuestra independencia
xxxxxxxxindependencia para defender el rubor
xxxxxxxxindependencia para observar el reflejo de la sonrisa en el ojo ajeno
xxxxxxxxindependencia para volver a ser salvajes
xxxxxxxxcazar los ñúes que la vida esconde donde nadie mira
xxxxxxxxy rayar ufanos las noches estrellas siluros amebas

xxxxxxxxel reino animal
xxxxxxxxlas algas y los hongos
xxxxxxxxla torpeza y el edredón

Declaramos unilateralmente nuestra independencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy luego

la suspendemos de forma indefinida hasta que alguien abra la biblioteca

 

 

 

 

El responsable de Boria ediciones, Luis Sánchez Martín, leyó este poema:

 

LA PUERTA ESTÁ CERRADA (Tragedia en tres actos).

I

Sábado, casi las diez de la mañana.
La puerta está cerrada.
Un anciano, dos adolescentes,
un niño de apenas diez años y su padre
si miran unos a otros y se van.

Y aunque podría hacer tiempo dando una vuelta
me quedo embobado mirando el cristal…

 

II

Hay un lugar donde el espacio y el tiempo
se envuelven el uno al otro
un agujero de gusano que comunica
la Ilustración y el crack del 29
los locos años 20 y mayo del 68
la Comuna de París y
el desembarco de Normandía.

Un espacio donde conviven
el Cleveland de American Splendor
con la España de La Codordiz,
Forges y Frank Miller,
Quino y Robert Crump.

Un aleph desde el que
Chuck Berry le dice a Beethoven
que los tiempos están cambiando
Bob Dylan asiente y sonríe
y los Panteras Negras saben
que Johnny Cash siempre dice la verdad.

Y allí están todos y todo lo demás:

Ionesco, Bukowski, Sylvia Plath, James Dean, las Abuelas de Plaza de Mayo, Gloria Fuertes, Duke Ellingtong, Marie Curie, Chet Baker, Patty Smith, Buddy Holly, Janis Joplin, Rimbaud, Frida Kalho, Alfred Jarry, Gertrude Stein, Dalí, Picasso, Miró, Pollock, Da Koonin, Basquiat, Capote, Harper Lee, el Cabaret Voltaire, el Colegio de ‘Patafísica de París, la orquesta de Brian Setzer, la cumbia epistemológica de Les Luthiers, las ansiadas noticias de Gurb, érase una vez el hombre, qué fue de Baby Jane…

 

III

Mientras tanto han dado las once
y escucho el crujir de la llave al girar.

El anciano lleva un rato sentado
en un banco a cinco manzanas de aquí
cansado de andar de aquí para allá.

Los adolescentes
en la casa de apuestas de enfrente
llaman a un amigo para pedirle dinero:
si el Levante empata al Madrid
pueden ganar 500 euros.

El niño y su padre llevan una hora
dando patadas a un balón sin mirar el reloj.

La puerta está abierta
pero para ellos
la biblioteca
este sábado
sigue cerrada.

 

 

 

 

José Óscar López leyó este poema escrito para la ocasión:

 

NUESTRO templo no era exactamente un templo.
Había allí miles de libros en vez de un solo libro,
innumerables creadores y creaturas
en vez de un solo dios creador,
no una ficción pretendidamente real,
sino múltiples realidades supuestamente ficticias.
Y nadie te obligaba a creer en todo ello.
No había sacerdotes, tú eras tu propio sacerdote
y el único pecado era apartar tanta riqueza
de historias, pensamientos y emociones de la gente.
No había escaños ni sitiales
para diferenciar los ricos de los pobres,
los poderosos de los miserables.
No soy un enemigo de la fe, entiéndeme,
solo te digo que mi fe no es excluyente
y no la guardo en un solo lugar.
Y si hay un sitio que te lleva a mil lugares,
a todos los sitios imaginables,
allí, allí reside nuestro templo.
La biblioteca pública.

 

 

 

 

Antonio Aguilar leyó este poema, también escrito ex profeso:

 

COMO BUKOWSKI TRAS EL INCENDIO DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA DE LOS ÁNGELES

Siempre quise escribir como Bukowski,
al menos, como en ese desolado poema
tras el incendio de la biblioteca
pública de Los Ángeles.
Aquí, en la puerta de otra biblioteca
donde aún miles de ejemplares arden,
me siento como el escritor americano
lleno de gratitud y desamparo.
Aquí el fuego no existe si no existen los libros,
y no existen los libros si no existen las bibliotecas.
Como Bukowski yo era entonces simplemente un lector 
que iba de sala en sala entre los libros,
en lo que ahora es un museo de arqueología,
antiguo hogar de la consumación.
Quemé las tardes de mis años jóvenes,
cada libro una tea, como Esquilo
en la propia muralla, signos de la antorcha.
Qué luz indómita prendió en mis ojos,
qué fragua en los pasillos de aquel viejo edificio,
encontró su eco para siempre en mi manera
de estar ya preparado.
Después de décadas viviendo y escribiendo,
pienso que aquel incendio estaba allí
cuando era joven y buscaba 
algo a lo que aferrarme 
para no ser suicida, 
ladrón de bancos, carnicero 
o motorista de la policía.
Ahora, en esta noche de recortes,
como el joven Bukowski,
como el bombero Montag,
tras el incendio de la biblioteca
pública de Los Ángeles,
tras el incendio de una biblioteca clandestina,
estoy de nuevo preparado,
estamos preparados para el fuego.

 

 

 

Después de ellos dos, salí yo y por dar la nota leí dos poemas. Eso sí, ninguno mío.

 

 

El primero fue ‘Empleados’, de José Daniel Espejo (que ya subí al blog hace tres años y medio).

 

EMPLEADOS

Personas educadas, bien vestidas,
limpias, atractivas, proactivas y empáticas,
peinadas a la moda y con sonrisas brillantes.
Conocen la teoría. Saben Power Point,
nuevas tecnologías, muchas redes sociales.
Han leído los libros. Han ido a los congresos.
Juegan a tenis, a pádel y a golf,
cocinan teppanyaki y viajan por el mundo,
sus sueldos son de infarto y lo que hacen,
a poco que investigues bajo la superficie
de sus pulidos discursos, es defender el derecho
que creen tener sus jefes a poseer ocho yates,
anclados a tus huesos.

Son muchos. Más guapos. Salen mejor
en las fotos, en la tele y en los carteles electorales.
Pero nosotros somos más,
y conocemos sus nombres.

 

 

 

Y después -lo tenía muy claro cuando me invitaron al evento- ‘El incendio de un sueño’, de Charles Bukowski.

 

EL INCENDIO DE UN SUEÑO

La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
ha sido destruida por las llamas.
aquella biblioteca del centro.
con ella se fue
gran parte de mi
juventud.

estaba sentado en uno de aquellos bancos
de piedra cuando mi amigo
Baldy me
preguntó:
«¿vas a alistarte en
la brigada Lincoln?»

«claro», contesté
yo.

pero, al darme cuenta de que yo no era
un idealista político
ni un intelectual
renegué de aquella
decisión más tarde.

yo era un lector
entonces
que iba de una sala a
otra: literatura, filosofía,
religión, incluso medicina
y geología.

muy pronto
decidí ser escritor,
pensaba que sería la salida
más fácil
y los grandes novelistas no me parecían
demasiado difíciles.

tenía más problemas con
Hegel y con Kant.

lo que me fastidiaba
de todos ellos
es que
les llevara tanto
lograr decir algo
lúcido y/o
interesante.
yo creía
que en eso
los sobrepasaba a todos
entonces.

descubrí dos cosas:
a) que la mayoría de los editores creía que
todo lo que era aburrido
era profundo.
b) que yo pasaría décadas enteras
viviendo y escribiendo
antes de poder
plasmar
una frase que
se aproximara un poco
a lo que quería
decir.

entretanto
mientras otros iban a la caza de
damas,
yo iba a la caza de viejos
libros,
era un bibliófilo, aunque
desencantado,
y eso
y el mundo
configuraron mi carácter.

vivía en una cabaña de contrachapado
detrás de una pensión de 3 dólares y medio
a la semana
sintiéndome un
Chatterton
metido dentro de una especie de
Thomas
Wolfe.

mi principal problema eran
los sobres, los sellos, el papel
y
el vino,
mientras el mundo estaba al borde
de la Segunda Guerra Mundial.
todavía no me había
atrapado
lo femenino, era virgen
y escribía entre 3 y
5 relatos por semana
y todos
me los devolvían, rechazados por
el New Yorker, el Harper´s,
el Atlantic Monthly.
había leído que
Ford Madox Ford solía empapelar
el cuarto de baño
con las notas que recibía rechazando sus obras
pero yo no tenía
cuarto de baño, así que las amontonaba
en un cajón
y cuando estaba tan lleno
que apenas podía
abrirlo
sacaba todas las notas de rechazo
y las tiraba
junto con los relatos.

la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
seguía siendo
mi hogar
y el hogar de muchos otros
vagabundos.
discretamente utilizábamos los
aseos
y a los únicos que
echaban de allí
era a los que
se quedaban dormidos en las
mesas
de la biblioteca; nadie ronca como un
vagabundo
a menos que sea alguien con quien estás
casado.

bueno, yo no era realmente un
vagabundo, yo tenía tarjeta de la biblioteca
y sacaba y devolvía
libros,
montones de libros,
siempre hasta el límite de lo permitido:
Aldous Huxley, D.H. Lawrence,
e.e. cummings, Conrad Aiken, Fiódor
Dos, Dos Passos, Turgénev, Gorki,
H.D., Freddie Nietzsche,
Schopenhauer,
Steinbeck,
Hemingway,
etc.

siempre esperaba que la bibliotecaria
me dijera: «qué buen gusto tiene usted,
joven».

pero la vieja
puta
ni siquiera sabía
quién era ella,
cómo iba a saber
quién era yo.

pero aquellos estantes contenían
un enorme tesoro: me permitieron
descubrir
a los poetas chinos antiguos
como Tu Fu y Li Po
que son capaces de decir en un
verso más que la mayoría en
treinta o
incluso en cientos.
Sherwood Anderson debe de haberlos
leído
también.

también solía sacar y devolver
los Cantos
y Ezra me ayudó
a fortalecer los brazos si no
el cerebro.

maravilloso lugar
la Biblioteca Pública de Los Ángeles
fue un hogar para alguien que había tenido
un
hogar
infernal
ARROYOS DEMASIADO ANCHOS PARA SALTARLOS
LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO
CONTRAPUNTO
EL CORAZON ES UN CAZADOR SOLITARIO

James Thurber
John Fante
Rabelais
de Maupassant

algunos no me
decían nada: Shakespeare, G.B. Shaw,
Tolstoi, Robert Frost, F. Scott
Fitzgerald

Upton Sinclair me llegaba
más
que Sinclair Lewis
y consideraba a Gogol y a
Dreiser tontos
de remate

pero tales juicios provenían más
del modo en que un hombre
se ve obligado a vivir que de
su razón.

la vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
muy probablemente evitó
que me convirtiera en un
suicida,
un ladrón
de bancos,
un tipo
que pega a su mujer,
un carnicero o
un motociclista de la policía
y, aunque reconozco que
puede que alguno sea estupendo,
gracias
a mi buena suerte
y al camino que tenía que recorrer,
aquella biblioteca estaba
allí cuando yo era
joven y buscaba
algo
a lo que aferrarme
y no parecía que hubiera
mucho.

y cuando abrí el
periódico
y leí la noticia sobre el incendio
que había destruido
la biblioteca y la mayor parte de
lo que en ella había

le dije a mi
mujer: «yo solía pasar
horas y horas
allí…».

EL OFICIAL PRUSIANO
EL ATREVIDO MUCHACHO DEL TRAPECIO
TENER Y NO TENER

NO PUEDES RETORNAR A TU HOGAR.

 

 

 

Después, por supuesto, se leyeron unos cuantos textos más y en cuanto se recogieron los bártulos nos fuimos a beber algo por la sed que producen estos eventos.

 

 

 

P.D. Lo que ha sido una caña ha sido enterarme esta mañana que una de las tonterías que le dije ayer a una periodista de La Opinión, ha servido tanto para titular la noticia como para comenzar el texto que menciona la acción llevada a cabo ayer delante de la biblioteca regional. Aquí pueden verlo.

 

CANCIÓN DE LA MUCHACHA DE PROVINCIAS

 

CANCIÓN DE LA MUCHACHA DE PROVINCIAS

Cae la noche y se suceden las señales.
Tom Waits se deja la garganta
en la canción de una muchacha de provincias
que llega a la ciudad
con un bolso barato y veintinueve dólares
que guarda en el sostén.

¿Y si la vida fuese como en las autopistas?
¿Y si el tiempo dijera ve despacio
o ahora puedes regresar a casa,
solventar tus problemas
o, tal vez, para aquí, descansa, come,
protégete del frío?

Pero el hombre que toca en el piano
la canción de la chica de provincias
está borracho,
xxxxxxxxxxxxxxy ya es de noche y hace tiempo
que abandonaste la autopista.

Tal vez lo empiezas a sentir ahora,
en esta noche en la que se suceden las señales,
pero aún no le has puesto nombre.

 

 

 

Aguilar Rodríguez, Antonio. Canciones para el día de después. Madrid; Ed. Huerga & Fierro, 2018.

 

INVIERNO 2017

Hace algo más de dos meses salía a la calle el último número de ‘Manifiesto azul’. Aquí dejo cuatro poemas que me gustaría destacar del número en cuestión.

 

 

ANTONIO AGUILAR

ANNE CARSON

Estás leyendo La belleza del marido
de Anne Carson,
y anotas para un libro cosas sueltas,
frases, ideas, por ejemplo:

«Su telegrama (al día siguiente) decía
Pero no llores por favor
nada más
Cinco palabras por un dólar.»

O el título del tango séptimo:

«PERO PARA HONRAR A LA VERDAD QUE ES LLANA Y DIVINA
Y VIVE ENTRE LOS DIOSES DEBEMOS (CON PLATÓN) INVITAR A
BAILAR A LA MENTIRA QUE VIVE ALLÍ ABAJO ENTRE LA MASA
DE LOS SERES HUMANOS TRÁGICOS Y TOSCOS»

Aquí has dejado el lápiz.
Son tantas las palabras que podrías
subrayar «La primera
Hay algo de filo nuevo y ardiente en la primera infidelidad conyugal.
Taxis para arriba y para abajo.
Lágrimas.
Grietas en la pared que recibe el golpe.
Luces encendidas hasta altas horas de la noche.
No puedo vivir sin ella.
Ella, la palabra que estalla.
Luces todavía encendidas de mañana.»

O cuando lees,
casi al final del libro:
«Esperando el futuro y a los dioses,
marido y mujer descansaron,
como descansan los jugadores transgrediendo las reglas de juego,
si fuera un juego, si conocieran las reglas,
y lo era y las conocían».

 

 

 

 

RAMÓN BASCUÑANA

EPITAFIO PARA UN POETA MENOR DE ANTOLOGÍA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNada es tan inaudito
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcomo la propia muerte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDespués será la música
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxel mejor epitafio.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxM. Sanz

Luché por no ser nadie,
por no llegar a nada.
Abandono la vida por desidia.

 

 

 

 

HUGO CANO

Phylum: Arthropoda
Subphylum: Chelicerata
Clase: Arachnida
Orden: Palpigradi

Los palpígrados
Son animales ciegos
Son animales incoloros
Son animales casi invisibles
Muchos podrían preguntarse
Si los palpígrados realmente existen
Pero yo creo
Que ellos también aman
Apasionadamente
Y también sé
Que cuando las cosas les salen bien
Se reproducen

 

 

 

 

MAMEN PIQUERAS

EL ÁRBOL DE LA VIDA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxOigo caer las piedras que arrojamos,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtransparentes como cristal a través de los años.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxTomas Tranströmer

Aún escuchas aquella luz
silente y calma.
En secreto deseas, de nuevo,
curar su membrana herida
por la contundencia de la piedra.

Ya no preguntas de qué mano,
ni qué anillos afirmaron
su genealogía.
Por fin desconoces
las fronteras de la infinitud.

Así tu voz,
alamar del tiempo,
como un guijarro iridiscente
por virtud del agua, dice
que nada es sino la lluvia:
Colorolario, canto, plegaria.
Plancton del mundo.

No podremos, sin embargo, evitar
que también nos traiga herrumbre
—y, aun así,
quizás,
sea hermoso—
ni olvidar que una vez
fuimos de ella,
y en ella,
por su lengua verdadera, bendecidos.

 

LITERATURA Y MÚSICA UN SÁBADO EN MURCIA

Qué grande pasar un sábado así en Murcia, ojalá se repitiera más a menudo.

Todo comenzó con retraso (como pasa, por desgracia, en una ciudad como ésta) con la presentación de la antología ‘Desde el mar a la estepa’ de Chamán ediciones, donde han tenido a bien publicarme unos cuantos poemas.

Aquí algunas fotos de la buena gente que había en la presentación y de algunos de nosotros leyendo.

 

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Y después de la presentación de la antología, a ver el concierto de Coque Malla. Y sólo puedo decir que ha sido uno de los mejores conciertos que he visto en mucho tiempo, que el repaso a temas de discos anteriores junto a la presentación de los temas nuevos fue magnífico, que me sorprendió -no se imaginan cuánto- que terminara la primera parte del concierto (justo antes de que empezara con los bises) con ‘Santo, Santo’ en todo lo alto y que todos aceptamos con los brazos abiertos la regresión que supuso que apareciera Luis y Coque y él se marcaran el ‘Guárdalo’ de Los Ronaldos.
Chapeau.

 

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200 ENTRADAS

Pues sí, 200 entradas, y no se me ocurre mejor manera de celebrarlo que enseñándoles el primer paso de una aventura que pretende ir más allá y que está relacionada con la poesía llevada a cabo por algunos autores murcianos; entre ellos están Javier Moreno, Ángel Paniagua, Antonio Durá, Antonio Marín Albalate, Encarna Castejón, Sebastián Mondéjar, José Antonio Martínez Muñoz, José Daniel Espejo, José Óscar López, Diego Sánchez Aguilar, Ángel Manuel Gómez Espada, Antonio Aguilar o Manuel Pujante.

Todos los diseños son de Cristina Morano.

 

Chapas 1

 

Chapas 2

 

Chapas 3

 

Chapas 4

 

100 ENTRADAS

Sí, 100 entradas ya en el blog y pensaba de qué hablar cuando he decidido comentar algo que hasta ahora no había siquiera mencionado.

El pasado 22 de septiembre se celebraba el recital de despedida de una cafetería-librería que ha sido mítica en la historia cultural y social de la ciudad de Murcia.

 

 

Aquel recital en el que participamos, entre otros, José Daniel Espejo, Beatriz Miralles, Eugenio Sánchez Salinas, Isabelle García Molina, Joaquín Piqueras, José Antonio Martínez Muñoz, Vicente Cervera, Antonio Aguilar y un servidor, era un homenaje a la historia de esa cafetería-librería del centro de Murcia, una cafetería con nombre mítico: Itaca. Y aquel recital era un homenaje a su historia porque desde el 29 de septiembre no abre sus puertas; la política del equipo de gobierno que sufrimos, las leyes que han menoscabado la evolución de la hostelería en este país y una gestión que ha ido empeorando gravemente durante los últimos años, han hecho que acabara por cerrar definitivamente.

Itaca fue durante años un lugar en el que ocurrían cosas: uno podía encontrarse con un cuentacuentos en plena actuación, o con poemarios colgando del techo que formaban parte de un concurso (denominado, lógicamente, ‘Poetas colgados’), o tenía que correr los primeros días de mes para no quedarse sin su ejemplar gratuito de una revista de poesía que removió esta ciudad durante casi tres años. En Itaca algunos hemos estado con poetas como Carlos Vitale, Cristina Morano, Concha García, Rosa Lentini, León Molina, Ramon Dachs, Javier Moreno, Óscar Aguado o Siracusa Bravo Guerrero. Pero es que también hemos estado con músicos de la talla de Javier Krahe, Pedro Herrero, Quique González, Carlos Chaouen, Antonio de Pinto, Joaquín Calderón, Adolfo Langa, Menso, Rebeca Jiménez, Vicky Gastelo, Alejandro Martínez, Rafa Pons, Proyecto JASS, El niño de la hipoteca, El Kanka, Izal, Javier Álvarez, Aarön Sáez, Zahara, Fede Comín, Alberto Alcalá, Patricia Lázaro, Paco Cifuentes, Funambulista, Andrés Suárez, Chiqui Calderón, Moncho Otero, Fabián, Luis Quintana, Muerdo, Rafa Toro, Jesús Garriga, María Rozalén, Elena Bugedo…

 

 

 

 

 

Ahora sólo queda un espacio vacío incapaz de albergar lo que tuvo hace años.

 

 

 

RESUMEN DE ÚLTIMAS NOTICIAS

octubre 21, 2012 2 comentarios

La verdad es que últimamente han ocurrido muchas cosas y no sabría por dónde empezar ni cómo organizarlas para enseñárselas, así que voy a hablar de ellas y espero que alguna les interese.

La huella sonora, la oficina de management de Juan Perro, ha tenido a bien invitarnos a ver a Juan Perro dos veces en apenas tres meses. La primera fue este verano en La mar de músicas, cuando actuó justo después de Vinicio Capossela y Juan Perro nos iba mostrando su espectáculo de La Zarabanda. Aquí tienen una crítica de aquel concierto, que a algunos nos pareció, sencillamente, una fiesta, un lugar donde comulgar pagana e intelectualmente, un lugar en el que Santiago Auserón fue mostrando retazos de sabiduría, de humor inteligente y de conocimiento teórico y práctico de eso que tan bien hace y que se llama MÚSICA.

 

 

 

 

 

 

 

Pero es que hace apenas unos días nos volvían a invitar a verlo con su espectáculo ‘Casa en el aire‘, donde junto a Joan Vinyals (el dimoni del barri de Gràcia) revisitan temas viejos, nuevos e inéditos con una frescura pasmosa. Recuerdo el comienzo del concierto como uno de los mejores que haya visto nunca; sin embargo, ciertos problemas de sonido hicieron que el concierto no llegara al sobresaliente. Aun así, el concierto fue de notable alto, con Juan Perro sorteando esos problemas y regalándonos un manojo de canciones difícilmente igualables, o el detalle de cantar ‘No más lágrimas‘ a capella. Altamente recomendable, se lo aseguro.

 

 

 

 

 

 

 

 

Y como banda sonora este ‘José Rasca‘ (no incluido en su maravilloso último disco ‘Río negro‘)

 

 

En las dos últimas semanas, además, hemos asistido a las lecturas de dos amigos que venían a mostrar sus versos. El primero fue Andrés García Cerdán, que vino hace un par de semanas a darle un repaso a su trayectoria poética. Andrés, que es uno de los organizadores del magnífico Festival de poesía Fractal, tuvo a bien hacernos subir a leer con él a Eugenio Sánchez Salinas, a Natxo Vidal Guardiola, a José Daniel Espejo, a Antonio Marín Albalate, a Cristina Morano, a Vicente Cervera, a Ángel Paniagua, a Antonio Aguilar y a un servidor. Y la noche fue una fiesta de versos y amigos. Y Andrés sigue siendo uno de los grandes, descúbranlo si aún no lo han hecho.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Y de propina, dos poemas de Andrés.

 

LOS BUENOS TIEMPOS

Como tú no lees, Pesca, no pongo a Bukowski,
y no pondré a Sade en este poema, ni a Dios:
diré sólo –para que me entiendas– lo que importa.
Lo único que importa es salir pronto y duchado,
sentir los ojos rotos en la parte más alta
del cuerpo, sentir vértigo de sábado inútil.
Importa el color de la camiseta que llevas,
importan tres o cuatro mil pesetas, las llaves
en el vaquero, un chivato lleno de maría.
Importa dirigirse, aún dormido, a la Iguana
y decir «buenas tardes«, decir «un café solo«,
decir «¿has visto como estoy vivo todavía?»

 
STARS
xxxxxxxxxxTenemos fe en el veneno. Sabemos dar nuestra vida entera todos los días.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxixxxxxxxxArthur Rimbaud.

Todos los días das tu vida entera.
La das como quien da
por ganado su tiempo
y no regresa ya nunca a la muerte.

Quien vive como si la vida fuera
el encuentro salvaje, el veneno
fértil de una luz nunca vista
aprende a respirar en el lenguaje
de cobre de la flor de la mañana
y en el lenguaje azul
de las alturas sobre las cabezas
y en el lenguaje puro y enigmático
de la tarde que cae –nadie sabe
desde dónde– sobre la noche.

Todos los días das tu vida entera
como quien le hace al cielo
una ofrenda de estrellas extinguidas,
un sacrificio innecesario,
un altar increíble de palabras.

 

 

Esta semana la empezábamos viendo la presentación en Murcia del primer libro de Vicente Velasco, un libro que lleva por título ‘Ningún lugar‘ y que fue merecedor este verano del XVI Certamen de Poesía Pepa Cantarero.

 

 

 

 

Y aquí tienen uno de los poemas del libro:

 

EL MERCADO

Esta mañana he ido al mercado, una calle cualquiera.

Me he detenido y observado el precio de la vida.
Leí atentamente todos los carteles
y las bocas profundas de los huérfanos.
Ellos no estaban allí. Sólo los carteles.
Se vendía el presente entre tantas cabezas
que hipotecaban su ineludible vacío.

Me miré las manos y me fui.
Miré mis manos invisibles de futuro.

 

 

 

Pero es que además nos regalaron una plaquette que surge de una idea del propio Vicente Velasco y que es un homenaje a Ángel Paniagua publicada por Huerga y Fierro y que lleva poemas de José Alcaraz, Natalia Carbajosa, Juan de Dios García, Antonio Gómez Ribelles (autor también de la portada), Antonio Marín Albalate, Joaquín Piqueras y Vicente Velasco. Dejo el primero de los poemas del libro, el magnífico poema que escribe José Alcaraz para este homenaje que lleva por título ‘Endecasílabamente nuestro‘.

 

A ÁNGEL PANIAGUA

No volverás a ser joven. Y qué,
si no has abandonado aún la escuela
de calor, los amores intrigados,
el deseo egoísta de gustar;
si tiemblas de emoción como una niña
al leer estos versos –y no puedes
engañarnos–. Agrego, entenderás,
la acostumbrada lista de atributos
en homenajes y semblanzas: ínclito
consejero, poeta de legados,
cazador de miradas, obsesivo
del orden cuando la realidad
no parece ajustarse a nuestra métrica…
Quisiera preguntarte si le falta
algo a este poema. Di que sí,
que faltan muchas cosas todavía,
y todo lo que quieras, menos tú.

 

CASA SUBTERRÁNEA

Poco después de que salieran a la calle nuestras primeras Galeras, aparecía en la ciudad de Murcia la revista ‘Casa subterránea‘, una revista de literatura subterránea para gente que mira al cielo (rezaba la portada de su primer número). Los artífices de aquella revista fueron Antonio Aguilar, José Óscar López y Diego Sánchez Aguilar, y por ella pasaron –además de ellos tres– poetas como Ángel Manuel Gómez Espada, Javier Moreno, David López Sandoval, José Daniel Espejo o Carlos Vázquez. Y aquí tienen algunos de los poemas que vieron la luz en aquella revista.

 

 

ÁNGEL MANUEL GÓMEZ ESPADA

VISITA INESPERADA

No vengas, Inspiración, esta mañana
golpeando a mi puerta. No quiero
verte derribando mis templos.
Debo terminar lo que estoy haciendo:
lavarme los dientes, poner café,
estudiar un rato mis oposiciones,
reordenar un poco las esquinas
de mi vida, llenas de mugre,
de recuerdos tiernos, pero inútiles.
No vengas a despertarme temprano,
no digas toma, escribe, aquí tienes
tu mejor poema. Si te acercas ahora
por mi cuarto, te echaré por la ventana.
Hoy no tengo cuerpo para la poesía.

Y, sin embargo, en este antepenúltimo verso
comienzo, inquieto, a escuchar tu risa.

Mira que llegas a ser puta, amiga mía.

 

 

JOSÉ DANIEL ESPEJO

LO QUE LLEGUÉ A CONTARLE AL IMBÉCIL DE MI PSIQUIATRA

Una vez oí una historia sobre alguien
que se quedaba encerrado en una habitación llena de tabaco
pero ninguna cerilla.

Resulta que a veces me siento así,
cuando estoy rodeado por todos lados de gente,
mucha gente, personas
que no me hablan.

Se supone
que el problema lo tengo yo, que no sé cómo,
cómo, joder, cómo hacer que me miren,
o que me llamen,
o que me quieran.

Pero puede que sea mejor así,
quedarme así,
porque es posible que si tuviera cerillas
les pegaría fuego a todos juntos
y me reiría al verlos brillar.

 

 

JERÓNIMO EL APÓSTATA

Me cago en la madre que parió a Jesucristo.
Soy el hijo de la Bestia porque ha elegido serlo
y escupo también, por qué no,
sobre el vientre de mi misma madre
y sobre el de las de todos vosotros, sobre el de la del mundo,
sobre el de toda la Creación. Sobre esta farsa.
Sobre la gran mentira a la que rendís oficio.
Arderé en esas llamas y Satán no vendrá a rescatarme
porque me quiere ya mismo y cuanto antes entre los suyos.
Me hallaré en el Infierno como en casa
pero volveré en unos siglos, en la hora final,
y los hijos de vuestros hijos serán poseídos
por mi verga, mi estandarte, mi bestialidad sin límites,
las de todos los míos. Porque el fin del mundo está cerca
qué pueden importarme que las teas se amontonen
en glorioso homenaje a mi destrucción.
No sólo mi mundo será inmolado en él.
Sabedlo bien. Mirad mi rostro. Contemplad en él
el vuestro reflejado. Contemplad a la Bestia.

 

 

AHMED BENJEDID

ESTADO VEGETATIVO

Fue aquí,
en este balcón
de lavabo de hospital
donde descubrimos
que las formas del tabaco
sirven, entre otras cosas,
para nublar por algún momento
nuestra desgracia.

 

 

ANTONIO AGUILAR

CALOR

Hierve la noche como un té de menta.
En las acacias del jardín

los jóvenes recorren con sus ojos
los restos de la tarde.

Pasan los coches como esquirlas encendidas:
quienes fuimos y quienes no seremos
se han encontrado ardiendo en las ciudades.

 

LA GALERA

En el otoño de 1998 salía a la calle el primer número de ‘La Galera‘, una pequeña revista de dieciséis páginas, con una tirada de 250 ejemplares que saldría a la calle trimestralmente. Y aquello nos desbordó durante una buena temporada y en el siguiente año y medio vieron la luz cuatro números de poesía, un especial de relatos e incluso un almanaque para regalar una dosis mensual de poesía.

 

 

Aquí les dejo varios de los poemas de aquellos primeros números en los que publicamos a poetas como Cristina Morano, Antonio Marín Albalate, Alberto Barberá, Julio César Jiménez, Antonio Aguilar, María del Rosario de Gorostegui, Ángel M. Gómez Espada, Pedro López Martínez, Andrés García Cerdán, Alexis Díaz Pimienta, Francisco Plata o Natalia Carbajosa.

 

SERGIO GALLEGO

La intención que conduce mis pasos
es la responsable de la historia.
Mi último paso es el primero,
pues mi intención es nómada,
y mi historia y mi leyenda
un relato por escribir
y un clásico en la memoria.

 

 

ANTONIO MARÍN ALBALATE

18199

Palabras para unas piernas,
Hermosas palabras de quien
Vengo a recordar ahora, ardiente
Como una diosa blanca en el asfalto,
Marcándose un baile ante mis ojos de Sátiro en celo,
Con su vino de Grecia en los finos labios,
–Quiero decir cuévano y boca–
Nunca satisfecho tras beber la ambrosía,
Allí donde se estremecieron las piedras
De la Historia misma cuando sus piernas precisas
Pisaron, con infinito amor, el placer intenso
De los días contados que un día volverán a ser Paraíso.
Vino lento y caliente digo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxBajando,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxBajando
Como un hilillo de sombra sensual y fuerte,
Hacia la oscuridad de un zapato, para beberlo.

 

 

ANDRÉS GARCÍA CERDÁN

LA NEVERA

xxxxxxxxxxxxxxxxxx«y todo por tan poco precio,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxseñores, por tan poco precio»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxx-Leopoldo María Panero-

Tengo veintiséis años. Cualquier día de éstos
le diré a la nevera que hiele mis imágenes
para que no se pudran y no huelan a tiempo.

En el congelador no hay sitio ya, pero caben
-al lado de la carne, la leche y las verduras-
las palabras, cabemos tú y yo y la calle,

un cigarro de hierba, una ración de duda
razonable, el bar donde tomamos café,
la fe de Garcilaso, la noche azul de Judas.

Cabe este sucio ruido de ganar y perder
y una niña que baila aburridísima y sola.
Me pregunto si cabe la nostalgia también,

si cabe un fiat brava, tu ron con cocacola,
nuestra vida de lunes. ¿Y el dolor? ¿Y el odio?
¿Caben las malas intenciones, el pan, las sombras?

Me pregunto si hay allí un sitio para todo,
y si será bastante con congelar la vida,
porque sospecho que los días arden y el polvo

arde y no caben dos heridas en una herida.
Y si será posible detener para el mundo
este tiempo salvaje, y no perder la orilla,
y no amanecer nunca ni podridos ni absurdos.

 

 

ALEXIS DÍAZ PIMIENTA

PRIMERAS INSTRUCCIONES PARA ANDAR POR EUROPA

No te acerques a los desconocidos,
no preguntes la hora ni el rumbo exacto hacia ninguna parte.
Los desconocidos viven orgullosos de serlo.
No confundas su paso apurado
con el aleteo de los pájaros en la jaula.
Dobla en la próxima esquina, siéntate en un parque,
y finge tu también ser un desconocido.
Sólo así la ciudad admitirá que tengas pan y sombra.
Sólo así las noticias del periódico
no tendrán nada que ver contigo,
ni la presentadora de televisión te mirará a los ojos,
siempre a los ojos, como si te conociera de antes.

Y si no tienes cerillas, por favor, no fumes.

 

 

ALBERTO BARBERÁ

No te voy a negar mi aliento,
no me pertenece.
Diré hoy que me das lástima,
al rato, que envidio tu concreción,
la nitidez con que te recortas
en un paisaje.
Entiendo que fueras feliz,
que puedas volver a serlo.
Mañana sabré que no tienes futuro ni pasado,
como la piedra a la que te encaramas
para gritarme,
xxxxxxxxxxxxxpreguntarme algo.

Habré olvidado y aceptaré tu vida.
Después volveré a decidir
que no me interesa lo que te ocurra.
Te daré la espalda y quedarás
en la orilla,
xxxxxxxxxxcreyendo que me miras.

 

EL COLOQUIO DE LOS PERROS

 

Es un lujo tener amigos que desde hace años se dejan las pestañas delante de la pantalla del ordenador para llevar al mejor puerto posible una idea que cuando comenzaron todos tildaron de locura. Pues esa locura acaba de cumplir 30 números y hoy se presenta en la Asociación Artística y Cultural ‘La Azotea’ de la ciudad de Murcia.

Sí, El coloquio de los perros, la veterana revista digital celebra esta noche una fiesta-presentación de su número 30 y en el acto, presentado por sus dos directores, Ángel Manuel Gómez Espada y Juan de Dios García, y amenizado con la música del pinchadiscos Homo Conejo, se podrán escuchar las intervenciones de escritores murcianos cercanos a la revista: José Daniel Espejo, Antonio Aguilar, Cristina Morano, José Luis Martínez Valero, Miguel Á. Hernández Navarro, José Óscar López, Héctor Castilla, José Antonio Martínez Muñoz, Alejandro Hermosilla Sánchez o Vicente Cervera Salinas…

La entrada es libre, así que ¿se apuntan?

 

P.D. Uno ha tenido el lujo de que le pidieran poemas dos veces, y no sólo de que se los pidieran sino de que además se los publicaran: uno aquí y otro aquí.

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