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ÁNGEL DE TIERRA
UNA CIERTA Y ANTIGUA SABIDURÍA
Mi padre sabio tiende el pan al aire y al sol
Para que se ponga duro –dice.
Luego calla y lo come con ajos crudos
Como el mejor de los manjares.
Mi padre –pellejo de odre y fermento–
Muerde así, desde hace años,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLa vida.
ELEMENTAL
Mi padre se quitó un día la boina aquella,
Tantos años pegada a sus ideas.
Mi padre decidió entonces,
Ponerse el mundo por montera.
HUMANAMENTE HABLANDO
Mi padre es ya casi un ocaso,
Sombra y nada más que sombra
Según se lee en sus manos de blues
Una víspera –como dijo Vallejo.
Mi padre, inevitablemente, tiene un número
De cansancio en la mirada.
RAP
Búscame un sitio, padre, donde olvidar
El nombre que hace cuarenta años me diste.
Muéstrame pronto la bondad de ese lugar,
Pan de tu paz, que tú sabes que existe.
Entrame ahí, donde mi alma pueda estar
Sin odio, sin ira, serena, triste
En su catarsis, bella en su pintiparar.
Dime que, al fin, el lugar elegiste.
Bueno es, ya veo, que sea aquí a este lado
De tu silencio, el sitio de las rosas
De soledad que mis manos cortaron.
Al fin empiezo a entender ese estado
Tuyo de no estar estando en las cosas.
Al fin, padre, éstas me pacificaron.
ÁNGEL DE TIERRA
Mi padre, sin saberlo, abre caminos
–Antiguas heridas–, cuando recuerda
La boina negra de su juventud tendida
Como una alfombra en las solitarias alamedas
Por donde discurrían tábanos los domingos.
Mi padre, sin pedirlo, fue cauce con el agua
A lo largo de las boqueras.
Un ángel de tierra y raíces
Entre los arados y las bestias.
La luz de un candil, su mecha en la noche.
Mi padre en 1927 comía pan con pringue,
Soñando con llevarse alguna novia al pajar.
INVIERNO
Mi padre teme la industria del frío.
Su pesada maquinaria.
Mi padre teme esos duros mecanismos
Que el invierno pelea por poner
En sus manos lentas de blues y raíces.
Mi padre nocturno teme, sobre todas las cosas,
La nieve violeta de los telediarios en diciembre.
TIEMPO ÚNICO
El tiempo de un poeta es,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxSin duda,
Un tiempo aparte, nunca perdido.
Como el de mi padre cuando lo pienso
Teniendo en cuenta el día por venir.
El tiempo de un poeta se mide, por tanto,
Según la tinta necesaria por metro lineal
Para el alumbramiento de las palabras
A lo largo del papel. Y también, es cierto,
Por el miedo a perder de pronto y para siempre
Todo cuanto se ama.
El tiempo de un poeta es,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxRealmente,
Un tiempo no común al resto de la tribu.
LA VOZ DE LA EXPERIENCIA
Todo llega en esta vida
Dice mi padre con su voz más vieja,
Mientras amarra la soga a la viga,
Por si acaso.
Sí, todo llega en esta vida,
Aunque el camino sea largo.
Todo llega en esta vida,
Como llegó la lluvia honda
Cuajando dentro de mis ojos.
Todo llega en esta vida.
Elemental, imparable,
La muerte –como la vida casi siempre–
Es sólo un principio de nada,
Un irse en el tiempo,
Atravesando sendas,
Bordeando abismos.
La muerte
xxxxxxxxx–Ahora lo sé–
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPuede ser mi padre esperando.
Marín Albalate, Antonio. Ángel de tierra. León; Diputación de León, 2001.