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Posts Tagged ‘alfredo rodríguez’

LLEGADAS

diciembre 31, 2018 Deja un comentario

 

Este año han llegado a casa varios libros y algunos discos, y quiero dejar constancia públicamente del agradecimiento hacia quienes han hecho que mi biblioteca y mi discoteca particulares hayan aumentado en cantidad y calidad.

Gracias por sus libros a Vicente Velasco, a Carlos Vitales, a José Luis Martínez Valero, a Ramón Bascuñana, a Natxo Vidal, a Manuel Rico, a Eugenio Sánchez Salinas, a Alfredo Rodríguez, a Sandro Luna, a Óscar Navarro, a Luis Sánchez, a Javier Sánchez Menéndez, a la editorial El Sastre de Apollinaire, a Joaquín Calderón y a Pedro Gascón.
Además, no quiero olvidarme de los regalos musicales que me han hecho Paco Cifuentes y Lichis.
Por supuesto, también a Alberto Alcalá, a Ferrán Exceso, al niño de la hipoteca, al Kanka, al Manin y a Álvaro Ruiz, por contar conmigo cada vez que pasan por Murcia y traen su música a esta ciudad.
Y, por último, quiero agradecerle a María Marín que contara conmigo para presentar su primer libro.

Gracias a todos.

 

PÓLVORA EN EL SUEÑO

septiembre 7, 2018 Deja un comentario

Acabo de leerme ‘Pólvora en el sueño’, la antología de Miguel Ángel Velasco que Alfredo Rodríguez -el antólogo que la ha llevado a cabo y ha tenido a bien enviarme- publicó en Chamán ediciones.
El libro es una perfecta semblanza del poeta mallorquín. Es magnífica la introducción que lleva a cabo Alfredo Rodríguez, el estudio de los libros que el propio Velasco consideraba dignos, las aportaciones de poetas nacionales con textos escritos ex profeso para esta antología (inmenso, a mi parecer, el texto de Vicente Gallego; espejo de los deleites y los demonios de cada uno); además de algunas prosas de Velasco, así como tres entrevistas realizadas al poeta.

 

 

Y aquí dejo una breve selección de poemas de la antología.

 

 

De ‘EL SERMÓN DEL FRESNO’

OH muerte soberana, señora de mis rimas,
hoy vengo aquí a pediros un favor, el primero
que, creo, os he pedido, y el último que os pida.
Escuchad este ruego que dejo en vuestro sayo,
aunque tan sólo sea por nuestro viejo trato
y en pago a cuanto digo de vuestra lozanía
—y no es por adularos, que a nadie se le escapa
lo bien que os conserváis: igual que el primer día—:
dadme un poco de tiempo para decir mi vida.
Luego podéis venir a buscarme; os prometo
no haceros esperar, y confío en tener
pensado un verso claro, para vos, ese día.

 

 

 

 

De ‘EL DIBUJO DE LA SAVIA’

APARICIÓN

Está ya anocheciendo, pero tente,
aguarda un poco más. Desdeña ahora
la luz señera de la casa. Escucha
crujir la muchedumbre de los árboles,
el arroyo correr, la nota líquida
en la garganta del zorzal, y siente
latir el bosque en vilo de inminencia.
Cierra manso los ojos y respira
el verde olor de la espesura, yérguete
en el impulso de aspirar y seas
un solo pulso absorto con la fronda.
Abre ahora los ojos a la noche,
ve los bultos severos de los pinos,
su rigidez alerta; pero aguarda,
aguarda todavía: mira alzarse
el rostro que invocaste, el rostro amado,
como otra luna entre las negras ramas.

 

 

 

 

De ‘LA VIDA DESATADA’

LA LECCIÓN

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAprendía palabras
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxen su lecho de muerte.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxElías Canetti

Hoy miro en tu estudio las cosas como las dejaste
la última vez que estuviste sentado a tu mesa:
la viruta rizada de un lápiz en el cenicero,
el mercurio en el punto preciso donde lo dejara
el calor de tu pulso,
los cuadernos de notas en ese latín
que hacía unos meses
comenzaste a estudiar,
—¿qué palabras dirías tan sólo una vez,
en voz baja, una vez nada más, sin saber
que ya nunca las ibas de nuevo a decir?;
¿tal vez comus o rus o reliquiae?;
yo quisiera saber cuáles fueron
y por ti pronunciarlas ahora,
aunque nadie las pueda decir las palabras por otro—.
Pues era tu solo deseo aprender,
y, avanzada tu edad, no dejabas
de estudiar cuantas cosas
pensabas que un hombre cabal no podía dejar de saber.
Y un día buscabas la íntima voz de Montaigne,
y al otro eran versos de Wordworth, ¿recuerdas?, Indicios de inmortalidad
O Shakespeare, que amabas más que a ningún otro,
y que, de memoria, decías a veces en nítido inglés,
ese inglés melodioso que desde la infancia te oí.
Y tal llegó a ser por entonces tu curiosidad
que un día escuché de tus labios la firme pregunta
de cómo era aquello del viaje con elesedé,
que tal vez algún día quisieras probarlo.

Recuerdo que aún en la cama de aquel hospital
me evocabas, en su estantería, los tomos de Gibbon,
diciendo que acaso de vuelta a la casa
podrías leerlos al fin,
y cómo brillaban tus ojos
pensando en el fresco rincón
donde, bajo la parra, en verano, solías sentarte a leer.
Y ahora sé que, con ello, a la vez tu lección magistral me dictabas,
al mostrarle a la muerte a lo vivo su ferocidad;
y es que llega cuando uno está todavía aprendiendo.

 

 

 

UNA PLUMA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Jordi Iváñez

Aquel plumón temblaba entre la yerba,
junto al acantilado,
la brisa lo arrastraba, mientras él
se prendía a las briznas.
Una pluma menuda, de un gris perla,
más oscuro en los bordes,
con unas pintas blancas
haciéndole un dibujo minucioso.
la tomé entre mis dedos
y tras examinarla muy de cerca
la guardé en la chaqueta con cuidado.
(Ya sabéis, el poeta
aprendiz de ornitólogo,
que a buen seguro no distinguiría
un mirlo de un milano…)
La quería
para mi colección de talismanes,
viejas cosas del tiempo. Al fin y al cabo,
en ella estaba el pulso
de la mañana intacto, ese latido
pudoroso de un día como tantos:
en ella estaba el cielo encapotado,
también de un gris de plomo,
y el bullicioso encaje de la espuma.
Y los ojos de acero
de una mujer que habías deseado.
Se redimía el mundo en esa pluma
caída entre la yerba, junto a un cardo,
unas cansinas malvas sin aroma
y un ágave gastado.
Descorríase el cielo por momentos
y el sol ilumiaba
el mar azul cobalto,
despacio se encendía
el litoral de un nácar delicado.
Y al inundar de brisa los pulmones
con el salitre entraba la promesa
de un vivir más liviano.

Fue que al llegar a casa
eché mano al bolsillo:
la pluma había volado.
En ella estaba el cielo,
unos ojos, el mar, una promesa…
Pues la perdí, la canto.

 

 

 

 

De LA MIEL SALVAJE

LA TREGUA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Giulia Sissa
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy a Carlos Marzal

Esta noche
todos somos iguales en la plaza,
desparramados cuerpos a la espera
de ese negro rey mago
que escupirá sus bolas de heroína.
Toda la turba acude a la calleja sórdida
y el monarca administra taciturno
la medida ración de muerte en vida.
De nada sirve hoy el láudano del verso,
ni las habitaciones de la música:
te han mirado unos ojos sin amor.

Llegan figuras ávidas
de hombres destruidos y mujeres ajadas.
Te observan extrañados los parias de este mundo
porque en tu rostro aún faltan los estigmas
del alma condenada a su veneno.
Pero esta noche eres
igual a todos ellos, sólo un grano
de este seco racimo que se agolpa en la acera.

Bultos oscuros en los soportales,
con brillos de papel de plata fría
por donde corre trémula la gota
que unos labios persiguen anhelantes,
y al aspirar el humo
se anega el cuerpo en su placenta antigua.

Te alejas afanoso,
tu porción de letargo en el bolsillo,
y sales a la arteria donde bulle,
en la noche del sábado, la multitud festiva.
Te miran unos ojos
al pasar, y no saben
que en tu puño apretado va una tregua
de sombra con la vida.

 

 

 

 

De ‘FUEGO DE RUEDA’

CLÍMAX

Qué profunda, qué suelta
en tu venirte, negra, y es que infunde
temor,
respeto grande,
el misterio tremendo de tu arder.

Qué miedo merecerte,
posesa de la llama que te enhebra,
muñeca de vudú
clavada al alfiler que te da alas.

Y qué desnudo trance
en ese refluir
toda a tu centro virgen donde casi
te quedas sola
en tu gozarte loca hasta el ancestro,
descortezándote de ti, de ti,
hasta la fibra fina,
hasta quedar la nuez
a flote de la niña que bandea
en su agua de vida.

 

 

 

 

De ‘MEMORIA DEL TRASLUZ’

SZITAKÖTÖ
(Libélula)

Por los mullidos campos
cuatro sílabas duras
en aguda puntada.

Cómo tricota el fiel del equilibrio,
la joya acalambrada,
para engastarse al punto en una fija
rosa de marear.

Caballito del diablo,
aguijón de guindilla, sobrevuelas
nuestro placer entre las amapolas,
el oficio feliz de hilar la grana
de seda a vientre, de cordón a beso.

Qué ir y venir la aguja por los prados.

Qué repaso el amor,
siempre en costura.

 

 

 

 

De ‘ÁNIMA DE CAÑÓN’

DAMA ADORMIDERA

Dolor de las criaturas,
magnitud extramuros.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxY es milagro
que la tierra provea,
que de la misma fécula
convulsa en que se incuban
la tenaza y el cínife,
cuaje la autoridad
de una savia maestra
que restituye su entereza al roto,
su patria de palabra al asordado.

¿Seréis conmigo, adormidera, abuela
del quebranto, en el trance, cuando nada
pueda ya la señora de mis días
proveer de consuelo;
cuando la amada apenas
alcance a sostenernos
el hilo del mirar y, vuelto el rostro,
maldiga de la vida,
porque la vida huya,
madre desarbolada, porque el río
la pueda, y deje, huyendo, de su mano
el peso del nacido en aguas solas?

¿Seréis conmigo, dama,
cuando el dolor allane
la morada del cuerpo y éste sea
ya nada más que casa desolada?

 

 

 

 

De ‘LA MUERTE UNA VEZ MÁS’

PÚA

Desde la espina,
aquí,
catad,
donde me duele,
donde soy con mi muerte su uña y su carne.

Desde aquí va el acorde, la manía,
el seguro veneno de templar.

Va entregado el cantor a la saeta.

Porque está del amor.
Porque está de su gracia
que el pájaro se pierda en el empeño
de encenderle a la rosa la alborada
y apure en el arder su lento alambre.

Desde la espina,
la torneada música
atacando el encaje,
el esqueleto de la soledad.

 

 

CAJA DE COMPÁS I
(Homenaje a Emily Dickinson)

Cuando yo ya no esté, y tiréis mis cosas
al cubo de las cosas ya sin alma,
a quien tome la caja
del compás, yo le ruego
lo haga con cuidado; mi niñez no despierte:
duerme un sueño sin tiempo ni medida
en su funda morada.

 

 

CAJA DE COMPÁS II (variación)
(Homenaje a Emily Dickinson)

Cuando yo ya no esté y tiréis mis cosas
al cubo de las cosas ya sin alma,
a quien tome la caja
del compás, yo le ruego
lo haga con cuidado: mi niñez
plegada duerme dentro.

Y aún otra cosa más
le he de pedir: no un círculo
completo, que ello fuese
demasiada merced para mi sueño
sin tiempo, un arco basta, sugiriéndole
el columpio del sol, que mi niñez
sabrá hacer lo demás cuando regrese
a su funda morada.

 

 

 

Velasco, Miguel Ángel. Pólvora en el sueño (Alfredo Rodríguez ed.). Albacete; Chamán editores, 2017

 

URRE AROA

septiembre 5, 2018 Deja un comentario

Hace unos días me llegaba ‘Urre aroa’ de manos de su autor, el poeta navarro Alfredo Rodríguez. De este libro dijo José María Álvarez que era el mejor de los que había publicado Alfredo.

Aquí dejo una selección de textos.

 

 

xHENRIQUE DE ARIZTARAI
El mayor poeta de los nabarros
xxxxxxx(1440-1518)

DONDE se cruzan cardos, decumanus,
Dormitalería y Curia, nobleza
y señoríos, orgullo de ser
durante siglos capital de un reyno.
Yo soy el que cerraba las puertas de la noche,
el que vino desde las tierras yermas,
aquel que embarrancó en agrestes costas
durante los días de nuestros padres.
Pero he perdido fortuna de timba
en taberna, hasta caer embotado
por la embriaguez y el sueño,
y habré de poner tierra de por medio
ante el horror que pronto se avecina.

 

 

 

 

xxxxxxFERMÍN ARRAX
La lengua misteriosa de las montañas
xxxxxixxxxx(1451-1516)

Y TODO es vano, todo
excepto esta sensación de existir
en ti, de plenitud en ti. Temible
y silenciosa, el paso de los barcos
te delata, los usos de los hombres
te condenan, porque sus instintos acerados
ninguna conciencia ya los ennoblecería.

 

 

 

 

XAVIER DE ZURIQUOAIN
xixEl indomable exiliado
xxxxxx(1462-1498)

NO atormentan los años mi conciencia
pues todas las cosas que pude ser han quedado
enterradas, antiguas
callosidades formadas al duro
contacto con la vida;

pero estos años cortados a pico
enfrentamientos son de muy diversa fortuna,
cuando ves que a tu verdugo tuviste
a menudo en tu casa y a tu mesa.

Ya se oye mi resuello
y no hay apostura que valga, ni su memoria
se muestra para poder ser moldeada.

 

 

 

 

xxMIGUEL DE UNZIT
Hidalgo en Saint Michel
xxiixx(1465-1531)

VANIDAD de las cosas de este mundo
es decir de uno mismo sin nombrarse.
Cómo ser fiel a la palabra dada,
el pesaje del alma,
su canto lujurioso nos delata.

Sobre las torres de Iruña-Veleia
o entre sus viejos muros y columnas
exorcizar al Tiempo,

y aquel que fuimos no tenga nunca
nada que ver con el que hoy somos.

 

 

 

 

iVICENTE RACAIS DE YUSO
El poeta y su princesa Extraña
xxxxixxx(1468-1531)

SE ha roto la noche sobrevenida,
de manera impensada,
a solas con mis sueños de poesía
siempre viviendo para este solaz.
Soy hombre desinteresado e iluso,
no entiendo ni una palabra de números,
tierras, bienes y derechos ya me fueron negados,
nunca ceñí con coraje la espada
ni el tahalí. No hay casa noble donde naciera,
ni la hoz de oro o el árbol del pan
viese a la luz primera.
No hundí en esta tierra raíces,
olvidé su memoria, no oculté mis orígenes.
Libros, manuscritos y mapas son
mis únicos títulos y atributos,
los cetros que desde niño he portado.
Cuán azarosa ventura me habita
en las entretelas de la conciencia.

 

 

 

 

INAXIO DE HUVILZIETA
xxixxLa huella sefardí
xxxixx(1480-1546)

TAMBIÉN me reconozco en mis pecados,
como una sombra pasan
esta noche, van delante de mí,
son como veladuras en el entendimiento.

Que a los rumores que hoy se difundieran
diesen algunos de mis versos
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxun buen mentís.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Urre aroa. Sevilla; Ed. Los papeles del sitio, 2013.

 

URRE AROA Y PÓLVORA EN EL SUEÑO

 

Esos son los libros, ‘Urre aroa’ y ‘Pólvora en el sueño’, que me han llegado en el último par de semanas, enviados por su autor, el poeta navarro Alfredo Rodríguez.

Lo cierto es que no sé cómo agradecerle los detalles que ha tenido conmigo, así que quiero que quede constancia pública de mi agradecimiento más sincero.

En nada dejaré muestras de los dos libros en el blog.

 

HIEROFANÍAS

Como se podía leer aquí, Alfredo Rodríguez reivindica en su nuevo libro, Hierofanías, la poesía como “experiencia casi mística” y “casi metafísica”, dueña de un “espíritu trascendente” que resulta excepcional “en estos tiempos de desacralización”. Publicado por Chaman Ediciones, el poemario abunda en el mensaje de fondo que Rodríguez imprime a todos sus trabajos: “la celebración del misterio de la creación poética, el deseo de la poesía, y la propia conciencia de la misma”. Y va un poco más allá, ya que en este libro es vista “como alimento espiritual, como una especie de salvación”. Lo sagrado está muy presente en esta propuesta; pero no en su acepción religiosa o clerical. “Lo sagrado es lo secreto, lo más íntimo que a veces se presiente, lo real, lo que uno vive aquí y ahora, algo genuino e irreductible, algo que está en la experiencia interior, que es la más profunda e inexpresable de las experiencias”. En ese sentido, lo que quiere plasmar en estas páginas es “la actitud sagrada del poeta ante ese instante mágico en el que se dispone a crear”, y su objetivo último es, quizá, “dar fe de la inconsciencia maravillosa y terrible de escribir poesía”.

 

 

PANTH

Cómo transcribir para la memoria
versos tan antiquísimos
si se dispersan hasta disiparse
para vengar afrentas que han sufrido.
Qué textos valiosísimos
y todo a cambio de fama y fortuna,
oro sobre la hoja de bronce de una daga.
Aprender a leer e interpretar
en un mensaje astral
sus signos escritos sobre tablillas
de arcilla en pictogramas.
Esos versos conocían la esencia
porque eran capaces de transformarla en vida.
Son de un tiempo largamente olvidado,
nos han estado acompañando y seguirán haciéndolo.

 

 

 

 

II

Esta cita secreta que me lleva hasta ti
me reintegra en el Todo por condición divina,
como un héroe dorio caído derrotado.
En dependencia y apego es eterna
esta danza y unión, su antigua ceremonia
caballo de las olas, un séquito de ángeles.
Es el libro de piedra que indica los caminos,
mi conciencia del amor absoluto
desechando la vieja idea de la muerte,
árbol sagrado de lo Femenino
sacralizando el Mundo.

 

 

 

 

VI

Como el candente metal es tu cuerpo,
tiene a veces la índole del fuego,
el fulgor de un relámpago.
Cubierto con un sudario de nubes
al tiempo que inflige dolor
se deja dominar por deseos.
Energía que de la tierra sube
y que del sol baja, confluye en ti.
Oleada de vida tu fluido nervioso,
el pensamiento, la respiración,
emisión seminal en la cadena kármica.

 

 

 

 

IX

Se reconocían, se comprendían
incluso sin hablar, bajaban a la tierra
a través de la experiencia vivida.
Fue gozar de la vida y de la juventud,
luego amar la perfección de las formas.
El Espíritu estaba enterrado en nosotros
como en una gruta, pero no muerto
sino solo escondido
como si no se nos hubiese dado.

 

 

 

 

XII

No tengo miedo si su gracia pueda faltarme
ni deseo alguno de que aumente,
solo me recela su materia y su semilla:
se modela y aplica
con las Leyes eternas de la vida
a la forma y medida de mi alma.
Acechando hasta el último día para hacer
gala de su poder, destruyendo en momentos
lo que en todos mis años había construido.

 

 

 

 

XIV

Bañarás a la amada
igual que se baña la imagen de una diosa
viva en su reino alquímico,
lo mismo que adoras el lugar en que se sienta,
participando de iguales placeres.
La llevabas en brazos
y la depositabas sobre el lecho
pero no la podías conocer.
Aquella a la que creías haber
dicho que amabas en su desnudez
y de la que seguías sabiendo aún muy poco.
Poseías el don de la palabra
bendiciendo cosechas, recitando los mitos.
Tú nombrabas el agua y era agua,
tú nombrabas el viento y era viento.
Solo aquel que te escuchaba sentía
recibir las palabras verdaderas.
Tu vida era como un fuerte cerrojo
tras de la puerta de entrada del Hálito.

 

 

 

 

XVI

Todo esto es Babel. Y la guerra o la poesía
tu forma de vida más hermosa y honorable.
Nada turban tu peculiar equilibrio
disputas de poder.
Entregado a estudios y defensor
de sabios y artistas,
escribe con diligencia y pasión
por conocimiento o por instinto.
Descansa en las fronteras, piensa que cada día
te ha amanecido como el último,
que no sabemos dónde nos espera
el último acto de esta comedia.
Retírate sereno de la vida
como de un teatro cuando no nos agrada.

 

 

 

 

XXIII

Espléndida máscara funeraria
con la uniforme apariencia del Tao.
Tu vida dura el tiempo de un incienso,
el diamantino verso
que se nos ha ofrecido a manos llenas,
plenitud de los sentidos del cuerpo,
el último verano de nuestra juventud.

 

 

 

 

XXIX

No sentimos ninguna sacudida
cuando mueres, juventud, en nosotros.
Qué nos importa el sentido del fin
del mundo. Ceremonia de purificación,
semilla de nuestros padres, del juicio
y de la virtud de donde tú bebes
como las danaides. La vibración
en el aire, la espera de la muerte
no nos resta atrevimiento y valor.
En el rostro apacible con los ojos vivísimos
el arte, la poesía, la música y el amor carnal
son vientos de locura,
las puertas de los cielos, sus montañas de Arcadia.
Enfrentas el destino, la leyenda
que tantas veces acompaña triste
a la historia, la línea de belleza.
Los Sin par, los amantes sin igual,
rinden Alejandría.

 

 

 

 

XLI

La increada, la nonata y eterna
energía de la Naturaleza
en esa nada oscura con la que se hizo el mundo.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Hierofanías. Albacete; Chamán ediciones, 2016.

 

ALQUIMIA HA DE SER

 

MARIPOSA nocturna,
has venido hasta mí para quedarte
porque estabas conmigo, como punta de plata
en dibujo preciso. Derrotado en la liza,
bella esfera del alma, fuego lunar secreto.

 

 

 

 

AL alma de la alquimia, al aire ardiente
auscultando el destino, las esquinas del cosmos,
salvaje río, al ocaso del sabio,
en la barca de fuego de tu memoria
esperando su mítico retorno.
Claridad y penumbra, esencia y calma,
la forma más perfecta, la sutil quintaesencia
su saber primordial, la mazmorra del cuerpo,
su alimento de ambrosía y de néctar,
oh turbación que ensombrece la vida.
Con la lengua secreta
en sintagmas oscuros,
esforzado y sin tacha
se fabrica en tu mente el oro espiritual.

 

 

 

 

ARRIBAR a los sitios antes de que ningún
mensajero anuncie nuestra llegada;
por caminos enlosados y tierras
bajas, en una estela tallada en que admirar
signaturas eternas,
las ares naturales de este mundo.
y tan sólo esperar, sin signo definido,
el beneficio de una vida hermosa.

 

 

 

 

NO tuvo comienzo ni tendrá ningún fin, forma
ni dimensiones. La prima materia
nodriza de todas las cosas, sus fuego etéreo
bellasombra, de palabra en secreto
con la armonía oculta del poeta.
Una vida en el mundo que despertó el Deseo,
seres antaño puros, envolturas del alma,
su alquimia natural, la verdadera Piedra
en movimiento eterno,
opus consumado.

 

 

 

 

ES el antiguo, el que Todo le hablaba,
lo que gustosamente padecía,
las dos alquimias. Piedras y metales
en idéntico grado de pureza,
magnum chaos, los círculos del Tiempo.
Todo un castigo. Todo recompensa,
un temor reverente,
abstinencia perpetua, la dolencia tan larga.
Como el ágil Mercurio, como olas de luz,
la miríada de flores,
madre de Todo lo vivo contiene
enseñanzas secretas.
Todo lo vivo, de su propio fin la semilla,
el asiento del alma que surgió de la sangre
por la infinita lección del silencio,
la verdadera Alquimia.

 

 

 

 

LUZ divina en la sal.

 

 

 

 

SABED que fuera de la vida solo
la bonanza espera. Su venero de la muerte
dando pábulo a rumores y coplas
principio sea de todo.
La placa de esmeralda que fue hallada en la tumba,
una lámpara de vidrio esmaltado
que alumbra el nombre más antiguo conocido,
el nombre y el renombre dando al través la nave,
flecha de plomo que conseguirá
hacer desaparecer el amor.
La espada en la piedra, su reino como un espejo.

 

 

 

 

AL tránsito de ésta a la otra vida,
sencillez de su culto,
a su brillo aparente
sobre un podio elevado.
Sede de la verdad, mantia de los espíritus,
el arma de la palabra quedó
decidida, dejando tras de sí
una herencia enigmática.
Privaciones y pérdidas,
distinguir lo fingido de lo que es verdadero,
derruir las murallas entregando una flota.

 

 

 

 

SI somos lo que somos, vidas y hechos
con la oportunidad de revivir,
caminos impenetrables de un bosque,
jirones de la niebla.
Con ojos bien distintos no cuesta imaginar
belleza de Estatira,
mujer en fresco arrastrada al suplicio,
su figura tallada,
la presión incontenible en el pecho.
Fue al levantar la máscara,
en la cabeza corona de mirto.

 

 

 

 

SERÁ un último ardid que consuma lo impuro,
con el estímulo de su apetito
las pasiones más bajas,
como un pájaro que vuelve a la Vida,
el azogue que mata, atiza el fuego,
alquimia ha de ser.
Será la perfección o si no, no será nada,
en la quimera de luz y tinieblas,
el espejo de fuego revelado,
el poema será en su doradura,
y de dos cosas, sí, hará una sola,
la esencia de su credo.
Heme aquí, puro, sin tacha de amor
al despuntar el día,
como quien lava suelos con el agua de rosas.
Tengo el poema omega,
alquimia ha de ser.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Alquimia ha de ser. Sevilla; Ed. Renacimiento, 2014.

 

LOS REGALOS DE LOS AMIGOS (LVIII)

 

Acaban de llegar a casa, como regalo del autor, los dos libros que pueden ver en la imagen: ‘Alquimia ha de ser’ y ‘Hierofanías’, de Alfredo Rodríguez, a quien no puedo más que agradecerle muy sinceramente el envío de los mismos.
En un par de días les cuento.

 

DE ORO Y DE FUEGO

 

FUENTE DE GARGAFIA

Dicen que la vida está en otra parte,
que puedes continuar manteniendo apariencia,
al otro mundo para su disfrute,
para manifestarle tu buena voluntad,
que a este mundo ni quedaron las brasas,
pájaros inmóviles en el aire.

Que no se traicionase tu secreto,
la fuente está cegada, a no dudar,
con refinadas artes sortea los peligros;

lo único que pides
que tu vida ya sea
sólo un mal recuerdo sin ningún nombre,
carne para los perros,
botín incalculable,
despojarla del oro que pueda contener.

 

 

 

 

NATURA NATURANS

¿Qué vida no viví?
Viví la vida de un viejo eremita,
su bautismo de espíritu y de fuego,
silenciosa maravilla del cuerpo,
energía que mantiene por siempre
el orden de las cosas.
Y también la de un pájaro salvaje,
ese acercarse al sol de la verdad,
ser capaz de sostener su mirada,
la antorcha de la vida.

Llegué y arrasé tierras,
sin sentimiento ni espanto viví
la indecisa batalla.
Pérdida del equilibrio y medida,
de bravura y de magnanimidad
la que prudencia obliga.
¿Qué vida no viví?

 

 

 

 

ENCUENTRO AMOROSO Y NOCTURNO

De vuestra herencia, Amor,
página iluminada
incorruptible, eterna
ara de toro, tesoro extraordinario,
que en vida se apropiaron del recuerdo
si prendieron tus llamas.
De conocerlo todo sin descartar opción,
la que nos dispensó un trato clemente,
plena de inteligencia.
Es la forma en que teje nuestra vida
su otro culto mistérico,
los indicios que revelan, Amor,
todo un Reino nocturno.

 

 

 

 

ACONITUM ANTHORA

Todos los versos, el Verso, el activo
venenoso, altisina la mortal,
relajante jarir
que por dentro me quema,
lo que de juventud
aún queda en mi sangre,
la entrada en cautiverio.

Lo único que tengo,
qué más puedo pedir,
la única esperanza de explicarme,
sit
xxxtibi
xxxxxxxterra
xxxxxxxxxxxxlevis —decían los Antiguos—

y que la vida valga sólo por el Placer,
sea fuego en el fuego.

 

 

 

 

FESTÍN DE ALEJANDRÍA

Se me antojó una cosa
cincelada bajo el signo del hombre,
nacida del ejemplo, ajena al mundo,
estancia ocasional de arribada y anclaje,
que recibida con la unción sagrada
nunca se me mostrase renuente.

Pero al saber que todo
está escrito en el cielo,
que aquello que está arriba
es como lo de abajo y viceversa,
me topé con su incrédulo reverso:
la felicidad próxima,
la que asemeja a un hombre
—el preso de las dudas—
con toda la apariencia de entusiasmo,
a soga y tizón hilada su mente.

Le puse en concederle jerarquía
tan fina corona a su manera atormentada
que por no manchar mis manos de sangre
convirtióse en manso todo mi Sino.

Un silencio,
xxxxxxxxxxxdespués,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsobrevino un silencio
oportuno testigo de todos tus misterios,
y pronto se desbordaron los límites.

 

 

 

 

ENAIMA
(CON SANGRE)

Agradece vivir,
gozar la Reina de los trovadores
con el arte del amor depurado,
luego escribe sin ira
una ofrenda de pájaros.
Que tu júbilo no conozca límites,
nada esperes ganar de la concordia
y sí todo del miedo y el desorden,
son la burla y el escarnio
desperdicios humanos.
Como si tuvieras que decidir
en la suerte del mundo
besa a Dios en la boca,
copula con demonios,
luego, al alba del día,
tu cabeza y tus manos expuestas en el Foro.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. De oro y de fuego. Sevilla, Ed. Los Papeles del Sitio, 2012.

 

RITUAL DE COMBATIR DESNUDO

 

ALUMBRES DE ORIENTE

De ellos se sabe muy poco de cierto
—sabiduría hermética—,
desde la lejanía de los siglos
a través de fronteras y de épocas,
hombres que amaron igual que nosotros,
libres de las fortunas y los rangos;

que tomaron el camino más corto
en medio de la noche y la tormenta,
vieron pasar Amor ante sus ojos
para luego obtener su beneplácito,
honrarlo y complacerlo;

al reservarse el goce
por alguna princesa de la sangre,
qué largo y hondo anhelo
en dicha, y tensa espera,
viejo signo indeleble de la vida,
pues llevaban consigo la semilla
bordada en hilo de oro,
la buena estrella alquímica,
la voz de las sirenas,
espléndido botín
por la única salvación del mundo,
repetidos reveses,
el derecho de vida o la muerte en campaña

 

 

 

 

SOLA SCRIPTURA

Si he de dudar de todo lo adquirido
en momento de suerte
no seré sino un astro en el ocaso;

blandiendo en diestra espada y en izquierda estandarte,
ver con idéntico recogimiento
que urdido este complot
—como una reacción—
Tú viniste hacia mí,
tan blanca y silenciosa,
y ahora estoy dispuesto a ir a tu lado;

Tú, en edad propicia para amarte,
que azuzaste la codicia y ahora,
a la entrada de Luz,
el celo de los centinelas vences

 

 

 

 

UN HOMBRE ABANDONÓ EL MUNDO

Madre que nace y muere cada día,
misteriosa de la mañana,
invicta Madre,
xxxxxxxxxxxxxxdesnuda cubierta con velos,
fuego de mi verdad y de mi luz;

sabes que tu vigía y guerrero soy
por el veneno de la poesía,
qué fácil desciendo por valles bajos
hasta el país de Sumer
incólume de ti,
que he de trabajar con el corazón,
como un antiguo escriba
relatos e himnos te redactaría;

pero tengo que aceptar a Fortuna
dondequiera se encuentre,
navegar por estrechos,
asentar allí lejanas fronteras
—la estirpe de Alejandro, del divino Dionisio—,
con viejas manos alzadas de orante
sepultar
xxxxxxxxtus más preciadas reliquias:
hachas de combate y hojas de palma;

sabia Madre,
acógeme gustosa, merezco tu alabanza,
edúcame contigo
en el espíritu de los Antiguos,
que Amor se preste fácil
para deslizarme hacia tus tinieblas;

hazme pecar de nuevo,
participar del placer de los cuerpos,
y déjame solo en la madrugada
abandonar el mundo
retirarme desnudo hacia los barcos

 

 

 

 

TABLA DEL APRENDIZ

Era la hora de laudes
para quien aprendió su lenguaje cifrado,
tornasol de color,
sutilísimo juego
ungido en el origen y destino,
la entrega de uno mismo
a través de su cuerpo,
cuando la Luz habría iluminado al mundo;

entrar es fácil
pero una vez dentro no podrás nunca salir,
quitarte los demonios
que acompañarán tu alma,
invisible costura,
por haberte transmitido las llaves
de su conocimiento;

has de tomar conciencia del peligro,
aprendiste el arte del verdadero combate,
al galope con tus lanzas en ristre,
declamando atrincherado ante el mundo,
no existirá frontera infranqueable.

 

 

 

 

VITAE HOMERI

Mientras vives aprende
con fe de principiante,
el resto te lo enseñará la vida,
ni cobres tus lecciones
ni ser maestro de nada pretendas;

ya no te ofrece Amor nuevas compensaciones,
no eres más que una sombra
que aún no sabe si puede cabalgar
ni pelear tampoco,
un soldado de gustos primitivos
que delatan tu estirpe;

temeroso de las ajenas burlas
—sus agudas aristas—,
ignorante de que tus días estén contados,
ni el menor disimulo ya, no creas necesario:
que Arte se haga tu camino en la búsqueda
de tu verdad y lo espiritual;

y serás recordado
no por la obra que hiciste
sino por la que nunca te dejaron hacer

 

 

 

 

SORTILEGIO DE AMOR

Lejos de abandonar,
a ofrecerme de blanco,
derrotado,
xxxxxxxxxxxhe venido;

debe ser error de navegación
los dados de la vida
arrojarlos a ciegas,
no haber heredado el celo guerrero;

y no temo encallar en arrecifes,
navajas de obsidiana me protegen
como a un caballero de la frontera
para no caer nunca en el olvido;

lejos de abandonar,
a engrandecer Fortuna,
entregado,
xxxxxxxxxxxhe venido;

jamás vestiré armaduras ni arneses,
bien veis que no tengo porte magnífico
ni poseo alma ungida de dios,
busco un trozo de patria en tierra extraña
y sé que acabaré vendido como esclavo;

porque a malgastar mi genio he venido,
a llevar el cielo sobre los hombros
como antiguo castigo

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Ritual de combatir desnudo. Madrid; Ed. Huerga & Fierro, 2010.

 

LA VIDA EQUIVOCADA

 

LA VIDA EQUIVOCADA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«…acaso el tiempo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxno le dará ocasión de escribir ya esas cosas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque todavía no ha escrito, de recobrar los días
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxperdidos para su obra, todos los poemas
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque habría podido hacer sin gran trabajo»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxEloy Sánchez Rosillo

Si alguna mañana despertaras
y sintieras atrás la vida equivocada,
como la siento yo ahora, lejana,
como he aprendido a sentirla
a fuerza de vivir.
La vida exigua de este hombre,
—desengañado ya de vanidades mundanas—
que viste la misma ropa que visto yo,
que lee una y otra vez los mismos viejos libros,
que ama a la misma mujer
que amo yo.

La plata incipiente en las sienes,
la magia que no se consume,
el gesto embozado, la voz sentida.
Oh, tienta la vida equivocada,
duele la boca decirlo.
Por eso escribe.
Con el último oro del crepúsculo,
hasta el último día insinuado,
el último estertor de su vida.
Con la noche silbante, sin memoria escribe.
Los últimos versos, los años gastados,
la savia en sus venas aterida.
Hierve en la sangre y escribe,
como un superviviente,
la muerte infame del mundo,
la vida equivocada.

 

 

 

 

COMBIEN TU M’AIMES?

Estos días atrás estaba usted preciosa, señora,
como gran odalisca en todas partes se me aparecía,
desde todos los puntos de la Luz me miraba
en todas las posturas imaginables deseando
tomarse el desquite, como quien acaso saludara
desde las orillas de la vieja Constantinopla.

Ah su natural elegancia, su perfil señorial y refinado,
divinidad que dictara destinos, deslumbraba y exhibía
una solución providencial a mi vida.
xxxxxxxxxxxxxxTumbada erótica en largas carrocerías
de autobuses o junto al excesivo Depardieu
en marquesinas, los anuncios gigantes en movimiento,
exuberante belleza la suya, señora, en fachadas
de cines, las bocas y estaciones de metro decoradas
con ese aire suyo de dama antigua
muy llevada en lenguas.
xxxxxxxxxxxxxxEn su perfecto acabado de cuerpo
blanquísimo y suave, desbrozando el camino,
como a una muerte plácida de buena gana sobrevenida
a este hombre feliz y equivocado,
este hombre aficionado como nadie, señora,
a los placeres del mundo.
xxxxxxxxxxxxxxPreciosa sobrevolando las delicias
de esta vida mundana y solitaria,
joya de un mismo cuerpo
rivalizando con aquellas que labrara
la precisa mano del mejor orfebre, entraba por los ojos
y espléndido asombro causaba.
xxxxxxxxxxxxxxOh aquel misticismo suyo, señora,
de una travesura irreprimible en la curvatura
de sus senos.
Imagen vuelta hacia dentro.

Pero ha sido en el decurso de nuestro paseo diario
por el Latino, que se ha ido llenando de serenidad
el alma de este pobre poeta enamorado, reflexiva
en sus desvelos, libre emblema de su muerte,
para que le diese corazón y espíritu suficientes,
como a quien le hubieran regalado un palacio
o legado una magna biblioteca en testamento
al contemplarla a usted, señora.
xxxxxxxxxxxxxxY luego de consultar sibilinos
oráculos, le he puesto a mi maestro, con esa calma suya
propia del sabio, delante de usted,
en una dialéctica encendida de admiración
a la que sentido tributo rendir: O le escribe usted
un poema, como aquel que escribió para la Stone
—casi le he exigido— o se lo escribo yo…
Y sobrados motivos tengo para ello.
xxxxxxxxxxxxxxY es que si del mismo París, o incluso
de Roma, recibido hubiese proposición de coronarme
como poeta, no sería yo tan feliz ni colmado de honores
me viera, como si su cuerpo vicioso desnudo y enjoyado
me encontrara una noche perdido entre mis sábanas.
xxxxxxxxxxxxxxAh de la horda rebelde de su sexo
caer suavemente prisionero. Como poder tocar a un dios
con las manos y así recuperar los sentidos,
como a una muerte plácida sería de inmediato
llevado, señora Bellucci.

 

 

 

 

EL RECLUSO INTELECTUAL

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mi querido amigo,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxLuis Miguel Alonso Nájera,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxhombre de múltiples talentos.

Has de callar —ya lo sabes—, trabajar a solas,
someterte en lo exterior, así permanezca siempre libre
tu fuero interno; procediendo con tanto acierto y energía
ser como en los días en que habitabas
con la permanencia de la belleza en el recuerdo;
descansadero de tu vida, sagaz y exacto
en tus juicios, como un huésped del poniente,
enojosos cargos de alguna manera saber sobrellevar.

O ser, como Petrarca y Erasmo, consejero de príncipes;
todo lo que la futilidad de un hombre ineducado
no pueda nunca contigo compartir; que extrañas visiones
mitológicas te sostengan o de ajados manuscritos
enfebrecida lectura cada noche hagas tuya.

Sé atrevido en tus empresas, nunca te avergüence
si gustas vivir mejor de lo que a tus ganancias
corresponda; y ya después de comer y beber sin tasa,
ingeniosas palabras ofrece a los tuyos,
como un noble comensal que asistiera
al espléndido banquete de Feacia.

Que dos únicas emociones hagan turbar
tu añoso corazón: El amor hacia tu padre
y hacia La Boétie; muertos ambos
repliégate sobre ti mismo, demuestra el temple
de los sitiados y acaricia el misterio del alma;
que tu extraordinaria independencia no constituya
sino suculento placer para ti.

En una sima del Tiempo ha caído
la absoluta falta de sentido de la vida humana;
atrévete a plantar cara a ese vacío.

 

 

 

 

SEMBLANZA DE LAWRENCE OLIVIER A LAS PUERTAS DE LA MUERTE
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx(Brideshead revisited)

Cuando sólo quedaban ya ruinas abandonadas
y nadie recordaba apenas su antiguo nombre,
los días de prosperidad velaban por nosotros,
soplo que encendía el fuego. Cuando la tierra baldía
daba sus frutos, ciegos extendíamos las alas
para volar, y maldecíamos la muerte y a sus huestes.

Cómo ardía entonces mi corazón,
vigía de las naves.

En esta alta cama en que ahora yazgo postrado,
como un paso intermedio entre dos mundos,
soliviantar los ánimos y hablaros, mis bravos
compañeros, deseo.

Me he cuidado. No busqué nunca la verdad absoluta.
He abrigado en mi corazón deseos de hombre.
De los vientos fríos durante las marchas temerarias
y de la mar misteriosa en tempestad me protegí.
La fruta clara del tiempo he comido y el mejor vino
de Sicilia saboreé servido en copas de plata.
Hay un pensamiento que crece en mi mente:
Mañana estaré mejor.

Y he dormido en mil sábanas de seda. Y he vivido mucho,
mucho más de lo que llegarais a creer, como gozar
de un anticipo del paraíso, con la misma alegría inocente.
Así he sido heroico soldado, exquisito cortesano,
ávido lector y refinado poeta. He visto cielos de aguamarina
más allá dela Dalmacia. Como un dios antiguo
he comprendido el sentido del mundo.

Cuando llegue otra vez el verano a Brideshead
me sentaré al aire libre a respirar, la verdad de los libros
será mi cobijo, aquellos versos que velan por mí
sintiendo bullir la sangre, fuego a la vida su extraño brillo,
propicio a la prudente meditación. Y el verdadero lujo,
oro bebible el Tiempo, el que veré irse
al conversar con viejos amigos.
Cuando el viento venga aullando por el valle
y en la obscura noche me llame por mi nombre,
cuando un hombre pueda ir dichoso a su encuentro
sólo con palabras nobles.

Cómo arderá entonces mi corazón,
volviendo a aplicarse sin fatiga en las tares del Arte.
Alquimia del saber, la riqueza más increíble
se desplegará ante mis ojos.

 

 

 

 

EL ORO MÁS ANTIGUO DE LA HUMANIDAD

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Oh, deja que mis libros sean mi elocuencia
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy augures mudos del corazón, te hablen»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxWilliam Shakespeare

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA mí muy querido maestro y amigo José María Álvarez,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxporque su MUSEO DE CERA no se termine nunca
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy siga siempre iluminando mi camino.

Todo lo aprendí de aquel que vio hombres
más allá del desierto del Neguev, hombres que no sólo
despreciaban la muerte sino que la festejaban
y cuya manera de jurar era
tocar la tierra mirando al sol.
xxxxxxxxDe alguien cuya amistad
solícitamente cuidé, quien soñó que volaba
sobre las nubes y daba la mano
al mismísimo Júpiter, todo me fue dado.
xxxxxxxxJunto a quien diseñó una ciudad
marcando en el suelo sus trazos con harina
me eduqué, si aun no siempre fueran dignos de elogio
los medios de que se sirviera.
xxxxxxxxDe la suntuosidad y regalo en que vivió
todo lo deseé, permitiéndome el solaz de comprender
hasta la posición de los astros en el espacio.
O poniendo agitación y fuego en ensalzar
a aquel cuyo epitafio leí en Santa Croce de Florencia,
tanto nomini nullum par elogium.
xxxxxxxxDe aquél que desterrado por amar apasionadamente,
cuando comenzó la boga de sus versos
fue pródigo y fue odiado y adorado a la vez
todo lo aprendí.

 

 

 

 

ORACIÓN A LAS DIOSAS DE LA NOCHE

Mujer que dispone de poderes,
del arte de la memoria, mujer dotada
del don de la profecía, ya que siempre
me tienes a tu lado en estado de trance,
ya que es ése y no otro mi Sino,
déjame vivir contigo en las grutas
o cerca de las corrientes de agua,
compartir tus ajuares maravillosos,
esconder misterios en las obras de Arte,
que a la sombre del árbol de los vicios
tus armas pasaran a poder de mí.

Mi refinada hetaira, mi sibila,
mi Pandora o mi Lilith, divinidad que mora
entre las ramas del sauce, grande es tu reputación
como adivina, si Efesto te modeló mezclando
barro y agua, alma y fuerza te diera Hermes.
xxxxxxxxxDéjame decirte que siento
el deseo de no morir nunca, que este amor
que traigo por ti y su dolencia fatal son ancestros
de mi turbulenta estirpe; con sus encomiendas
y propiedades me abandonaré
a la veneración del mundo tangible,
pues es lo único que me queda, extrema virtud
en la que fiar mi salvación,
única empresa en estos siglos sombríos
por la que merecerá la pena seguir viviendo.

 

 

 

 

FINIS CORONAT OPUS
(Variaciones sobre un tema de Jim Morrison)

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«This is the end, beautiful friend.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThis is the end, my only friend, the end.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxIt hurts to set you free
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxbut you’ll never follow me
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThe end of laughter and soft lies.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThe end of nights we tried to die.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxThis is the end».
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJames Douglas Morrison

Este es el fin, viejo amigo,
heroica derrota o revancha, sinfonía inacabada,
mi espejo ceremonial, el fin. De los excesos
que mediante argucias contravinieron las normas
en la edad de merecer, el fin.
xxxxxxxxxxxIncierta época la nuestra,
duele aún mostrarse comprensivo, pero es asimismo el fin
rudo y despiadado de la unión con dios.
xxxxxxxxxxxNi una palabra más, ni siquiera
el obligado acuse de recibo, ni voces de mando
ni tiernos recuerdos de seres queridos, como quien regresa
a los cultos antiguos, privados de patria, de fe y de amor,
has de callar y trabajar a solas, amigo, ya lo sabes,
reducido a silencio, a cenizas, tus anhelos renovarás
como un vástago esmerado, y un sentido purísimo
irá cerrando su cerco sobre ti, oro batido
que sellará tu Destino.
xxxxxxxxxxxTodo lo que fuimos
todo lo perdimos, hasta el tinte indeleble
en los tejidos de la piel, como agua que resbala
y se escapa entre los dedos, sembrando ambigüedad
y duda nuestras proas hendieron lejanos mares,
a la máxima libertad abandonados,
a velar con ella, el fin.

Ah, escucha, amigo, escucha esa música,
caos primigenio, rito iniciático, danza formada
al tañido de la jácara, como la compacidad
de la piedra la nueva frontera
será tu vida.
xxxxxxxxxxxxEsa música que suena
sin romper la tensión del alma, Fatalidad abrumadora,
contará nuestros secretos, en un acto de entrega absoluta
dirá nuestros nombres, delirio extravagante
con el ruido y la sorpresa nos reunirá,
allí estará en el último momento
desnuda tomando su baño ritual como Betsabé,
nuestra vida ya ennoblecida.
xxxxxxxxxxxxY ese será el fin, mi único amigo,
derriba ciudadelas enemigas, el fin,
fronteras hacia el interior, el fin.

Ya puedes descubrirte.

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. La vida equivocada. Madrid; Ed. Devenir, 2008.

 

REGRESO A ALBA LONGA

 

EL DESPERTAR DEL ENGAÑO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPiérdese el alma que no tiene meta establecida;
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxpues estar en todo es no estar en nada.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxMichel Eyquem de Montaigne

fortuna primigenia, exhaustas están
tus arcas, codicia y pereza empañan
el brillo, la acción de imponderables,
sus ansias; codiciosos e ignorantes en ti buscan
remedio común y pronto
para todos sus males

ah, las pavorosas dimensiones de su ignorancia,
—es menester ya no hacerla nuestra—

y ese dios aterrador sin el cual
mucho mejor se viviría
¿es que acaso hay razón para temerle
durante tanto tiempo?
sin la esperanza de obtener recompensa

feliz el hombre que se ve a sí mismo,
aquel que ha comprendido, juicioso,
que no es un mal su pérdida

 

 

 

 

BUSCA TU PROPIO PLACER
SIN TURBAR EL PLACER DE LOS DEMÁS

qué extraño inframundo es éste,
que con su hedor corrompe el aire

y cual si fuera respetable el medio
de lograr una vida dichosa,
para dar albergue al mundo

ah, el ansia de botín,
viejo sueño de la Antigüedad,
nos hizo detenernos y dar batalla;
como ungidos tuvimos que combatir
y elegimos morir

no fue la lucha del alma
por liberarse de la materia
nuestra preocupación más honda,

extraño inframundo es éste,
así debió tener su origen
en alguna conjunción astrológica,
que cuanto más sabemos acerca de él
más misterioso parece

 

 

 

 

LA VITALIDAD CONTENIDA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxVivir sólo el instante,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcontemplar la luna,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcantar, beber,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxdivertirse
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy dejarse llevar
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAsai Ryoi

tanto oro deseo
como con mis manos
pueda tomar

entregado a la aventura
a mis enemigos desarmo

tengo todos los vicios, menos
el de la hipocresía
y un inmenso amor a la vida
siento;
emborrachándome así
lo satisfago

lo demás,
la Poesía del momento

 

 

 

 

VINIERON, ASALTARON, QUEMARON, MATARON,
SAQUEARON Y MARCHARON

este teatro de sombras en que se asientan
muertes y nacimientos, nuestras iniquidades
dispuestas dentro de hornacinas,
en que los placeres
son efímeros y la vida frágil

se hace preciso conjurar su canto,
desmentir tantos malos presagios,
adivinar el peligro,
el estigma de lo impuro,
los ecos hipnóticos de su palabra

un león herido, ese soy yo,
oh marinos de la Argo, una mala bestia
que come carne de serpiente y tiene
la edad de las Pirámides

vivir añoro a la manera dulce
y cómoda, hacer versos
y enamorarme

que mi nave encalle en los dominios
de Alba Longa,
como si una Fortuna cómplice fuese
quien me guiara

 

 

 

 

LA BOHEMIA DORADA

taumaturgo
impenitente bebedor,
el relajo de las costumbres y la frivolidad
de la abundancia; para no atender severas
admoniciones, comentarios poco
piadosos

compañero exquisito, erudito y alegre
vivant, viejo y noble señor con todo el aspecto
de un sabio, quién conoce mejor que usted
nuestros pecados más secretos

no son los días que nos restan sino jinetes
lanzados en nuestra persecución,
pues es este género de vida
sin duda de nuestro gusto

ah, entregarse con usted a la Fatalidad,
—con la falsilla del ensueño
los ojos se velarían—
encontrar de bruces el frío de la muerte,
un atardecer de oro
en Alba Longa

 

 

 

 

UNA SOCIABILIDAD REFINADA

sabe ser, cuando se quiere,
perfecto cortesano

la ciencia de los libros o la ciencia
de la vida, qué más da,
oh llaga del mundo,
inmenso escenario

has de ser como aquél que desterrado
por amor, plañéndose de su soledad,
se pierde entre la gente
que bebe y baila

y que brille por siempre en ti el espíritu
de la vieja alegría

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Regreso a Alba Longa. Madrid; Ed. Vitruvio, 2008.

 

SALVAR LA VIDA CON ÁLVAREZ

 

CAMPOS DE CEREZOS

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Adelaida Muñoz y Francisco Cózar,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque una vez soñaron Ciriza.

Sentir el viento
El sol en la cara
Como sentías clavados los ojos la mirada
De la mujer que te amaba
Cuando habían vuelto los colores a Ciriza
Y se veían ya en flor campos de cerezos
Desde la carretera llegando a lo lejos a la casa
Debajo de las peñas

Como siempre que Tristán nos esperaba
Al otro lado de la verja dando saltos
Se ponía tan contento
Y la vida era amable
Los días mejores
Me convencía con arrumacos

Bajábamos por el camino al final del pueblo
Justo detrás de las casas no se veía a nadie
Todo estaba otra vez como siempre
Como lo habíamos dejado la última primavera
Tan verde
Y el aire en la cara era amable como la vida
Los días felices

Tristán corría delante
A lo lejos podía verse aún al mirar hacia atrás a un lado
El Huso y La Rueca
Luego enfilaba solo
Ya se sabía el camino de ida también el de vuelta
Bajaba veloz campo través
Como alma que llevara el diablo
Mientras M. le gritaba vuelve Tristán vuelve
Pero éste ni caso enfilaba solo hasta la casa
Pisando campos de trigo

Nos deteníamos una y otra vez sólo para besarnos
Y mordíamos la vida con todas las palabras

Desde que Tristán murió
Aún no sabemos cómo ni de qué
Apenas hemos vuelto a sentir el viento el sol en la cara
No merece la pena

Los días ya no son mejores ni peores
Simplemente no son
Ahora es como si una bruma de bronce los envolviera

Llegando a la casa debajo de las peñas
Eternas nubes negras paradas estáticas
No acaban de descargar presagios

Y desde los grandes ventanales
Vemos pasar campos de cerezos
Algunos días son medio felices
Y bajamos a fotografiarlos

 

 

 

 

LA BÚSQUEDA

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Rosa y Aga,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxsiempre tan cercanos.

Toda la vida buscando la Belleza
Y estaba tan cerca de ti
Como el vino
Y tú no la apreciabas
No la veías

Como el Placer en tu cuerpo
Te hace olvidar la Tristeza
Y desde dentro te calma
Corazón tan puro

 

 

 

 

LA RUPTURA

El Artista y la soledad de la creación
Tratando de escapar al verdugo
Y haciendo de su Obra
Lo mejor posible

Cercado por bárbaros de cualquier ideología
Como un condenado a muerte

 

 

 

 

OH FORTUNA,
RESPONDE A LAS ESPERANZAS DE MI CORAZÓN

Algo mágico
Imperceptible
Que nos sigue desde niños
Y termina por alcanzarnos

Nuestro derecho al Placer
Nuestro derecho al Deseo

 

 

 

 

MI PROPIA VISIÓN DEL MUNDO

Hay espacios donde de pronto
Todo se revela

Como la luz cenital de Tácito
Y esa mirada suya impasible
Helada
Sin ninguna esperanza

Esa altura de visión del mundo
La elegancia personal

Esa luz de insobornable Desencanto
Que es el punto más alto de la Lucidez

 

 

 

 

TODO ES UNO

Momentos como si fuesen
Una frontera desesperada
Las palabras explotan o se atascan
Cada verso es una victoria

Y entonces no distingues
Entre Arte y realidad

Y aceptas que los personajes de Shakespeare
Resultan ser más interesantes
Que la mayor parte de la gente que conoces

 

 

 

 

TEATRO EN EL TEATRO

Recuerda El Sueño de una Noche de Verano
La más delicada tela de araña cuajada de rocío
Su primera representación
En el palacio del conde Southampton

Los invitados tomando parte como actores
Muy vinculados entre sí
Como los personajes
Con ambiguas relaciones

Recuerda luego al calor del vino
El juego de los disfraces
El infinito divertimento de cambios
Ese cortejo ambiguo y maravilloso
Teatro en el Teatro

Y piensa
Debió ser fabuloso
Una noche consagrada al lujo y a la imaginación

Un fiesta de verdad

 

 

 

 

CUANDO TUS OJOS YA NO JUZGUEN
SINO SÓLO CONTEMPLEN

Será el último estado

Casi rondando la Perfección
A la cual nunca llegaremos

Contemplar tu vida
Como contemplas un paisaje

Que al fin y al cabo la vida
No deja de ser un paisaje
Más o menos desolado

 

 

 

 

¿EL AMOR?

Extraños caminos
Llevan a un hombre a trocar
La veneración de varias damas
Por el desprecio de una sola

 

 

 

 

SIN TENER LA CABEZA TAN LIMPIA COMO ESCRIBIR EXIGE

Era el abismo de nuestros sueños
El espejo de nuestra libertad absoluta

Como una cadena de violencias
O un río de sangre

La libertad era imposible
Porque cumplirla hasta sus últimas consecuencias
Desembocaba en la muerte

 

 

 

 

GESTO DE ORGULLO

…igual que el viejo Góngora

Sabía quién era
Era consciente de su Grandeza

Y así escribió como diciendo
Amad
Disfrutad mis poemas

Indicará cuál de vosotros
Merece la pena

 

 

 

 

EL TESTIGO MÁS FIDEDIGNO DE LA ANTIGÜEDAD

Un verso suyo
Al leerlo
Me hizo cerrar el libro

Y estuve toda la noche
Dándole vueltas

No había leído jamás
Nada tan lúcido
Tan absolutamente aplastante

 

 

 

 

LA CASA DE PÍNDARO

Saqueamos y destruimos Tebas
Todo fue asolado a nuestro paso
Y como esclavos vendimos a quienes se rindieron

La muerte se paseó por allí ufana
Como una perra rabiosa
Allanando montes elevando llanuras
Harapos y jirones colgaron
Donde una vez hubo vida

Pero al llegar a casa
Del más grande Poeta de todos los tiempos
Como fue ordenado por Alejandro
Pasamos de largo
La respetamos

Cien años atrás en la HIstoria —así nos contaron
Soldados venidos de Esparta
También debieron haber pasado allí de largo
Dejando escrito en sus paredes
No queméis la casa de Píndaro

 

 

 

 

LAS PALABRAS QUE SE ESCUCHAN ANTE EL SILENCIO

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxDebéis dar una tregua a vuestro dolor.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxNo hay noche tan larga
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxque no encuentre el día
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxW. Shakespeare

Somos como barcos que se hunden

Para qué hemos vivido la vida
Dónde perdimos lo que había
En nuestros ojos de niños

Los días vividos han pasado por encima
De los que nos quedan por vivir

Y pronto seremos
Como barcos que se hunden

 

 

 

 

FRAGMENTOS DE EPICURO

No temáis jamás rencores
Ni venganza alguna de los dioses

Y que vuestra osada finalidad se haga
Idioma universal

La búsqueda del Placer
La máxima Felicidad posible

 

 

 

 

EL SECRETO NOMBRE QUE EN TI LLEVA LA MUERTE

La Vida nos está siguiendo de cerca
Hasta justo morir

No necesitamos un dios
Ni una promesa
Para gozarla

 

 

 

 

EN UNA ISLA TRANQUILA AL SUR

Besarte
Como se besaban
En las primeras películas a color

Y firmar luego con nombre falso en los hoteles

 

 

 

 

LA PIEL DEL LEÓN DE NEMEA

Tres noches de Amor recorriendo
Las regiones de la Hélade

Hasta pasar la Luz

Para insistir en aquello que decía el Poeta
Que sólo tras el desorden de los sentidos
Es posible la Armonía

Esa Belleza turbadora
A la que nunca quisiéramos ver
Injuriada por el tiempo

 

 

 

Rodríguez, Alfredo. Salvar la vida con Álvarez. Edición del autor; Pamplona, 2006.

 

CONSTANTES VITALES

septiembre 25, 2014 Deja un comentario

Constantes vitales

 

 

JAVIER ASIÁIN

IMPRONTA FEMENINA

Cristina la de mis primeras cartas a escondidas
vulnerando la censura de los Padres Capuchinos.
Begoña, casi con nombre de flor, de tallos carnosos
como sus labios: para ella mis primeros versos apretados
bajo sus elásticos negros. Idénticos al genuino color de sus ojos.
De Vicky sólo recuerdo su nombre y esos besos insaciables de loba desterrada pidiendo penitencia.
Marta y Amaya me robaron la vida una tarde
‒creo que fueron a medias‒
fue un atraco a mano armada,
aunque sólo duró lo que tardó en pasar el fin de semana.
Inés, sin embargo, tras doce o trece vodkas me introdujo en el bolsillo
las llaves de su ático y su empresa embargada de nueva cosmética.
Más tarde me enteré lo de su reincidente afición al bingo.
Junto a Rosana hubiera pasado toda una eternidad
pero nunca toleré la inoportuna puntualidad de su marido.
Itziar me dejó su virginidad en las pupilas una tarde de abril,
y ese gesto indolente y lejano
de gata malherida huyendo a los tejados.
Carolina sus vatios de belleza cuando
aporreaba desnuda esa vieja Fender Stratocaster.
Sólo por verla moverse me hubiera hecho músico.
Luego apareció Susana,
la niña cadenciosa de piel tostada y ojos aceituna
que por más que me besó nunca dejó a su novio.
Y Carlota, de mirada color cerveza, lencería de agua
y caderas muy ebrias…
Una noche en un Hostal madrugó más de la cuenta.
También se llevó mi Visa.
De María sólo me resta su risa inalcanzable,
de luna reflejada en la plata enfebrecida de su espalda
y esas ganas de hacer el amor a todas horas.
Todavía por momentos aún me escuece…la memoria.
Después vendrían las manos indulgentes de Judith
en un verano en la costa, sus diminutos culés
‒supongo que de amor‒ sobre la arena
y esa carita de ángel aristócrata encendiendo el litoral
de amanecida. Doctorarme en filología catalana
no fue suficiente para comer con sus padres.
Y Verónica a la que todavía espero en el altar vestido
de novio a los pies de la abundancia, y Raquel con la que
me casé y a la que definitivamente nunca quise
y Julia Hernández de Boadilla la sonrisa invertida
de mi tercer divorcio.

 

Todas me enseñaron el arte de la buena gramática,
el lenguaje con-sentido en adverbios de cantidad.
Aunque al final uno nunca sabe si realmente
es aquello que vivió de ellas
o ese extraño que pregunta su nombre,
todavía,
en los labios prosélitos de alguna mujer.

 

 

ANTOLOGÍA DE AFECTOS PARA ÁNGEL URRUTIA

Llegas armónico y proceloso con el corazón escrito de palabras
que nos dan la vista, como un Ángel de fabulación
en el lenguaje necesario, haciendo permeable la piel de los sentidos,
la humanidad primigenia de las letras navegables.
Quizá pudiera llamarte Pablo Urrutia, Ángel Neruda:
hijos de una misma madre encinta de ternura destada.

Esperando a la vida ‒con un saber que legitima‒ detrás de cada verso
en que despiertas, el rumor de las voces agrestes, las raíces de un pueblo
tatuado a tradiciones, los ecos del agua límpida labrando la sierra de Aralar
en las entrañas, ese ferrocarril antiguo que todavía atraviesa
el Valle de Larraún en la memoria, o los brillos secretos de la incontinente mujer azul de cada día.

Ahora sabemos que siempre nos quedarán
sonetos para no morir en la costumbre,
esas pequeñas concesiones detrás de los recursos dialécticos,
el abrazo pasional de las imágenes vertiendo
la cultivada mesura, la cadencia musical de tu sintaxis,
el dibujo azul del caligrama.

Y aunque nos hagas, a veces, objetar la vida
bajo los tules opacos de una existencia cuestionada
(quién alguna vez no afirmó el aserto: me clavé una agonía)
sabemos que al final de tus versos
siempre habitan espacios luminosos
como hallazgos necesarios a los que seguir naciendo.

Así, tan siempre tú: Ángel Neruda, Pablo Urrutia,
nosotros, discípulos de tu justa y necesaria humanidad,
nunca jamás querremos una vez, nuestra vocación será
un milquererte irrenunciable, y haremos el amor, la poesía,
para que los ojos de la luz que habitan más allá de nuestro esfuerzo
sepan un día justificar nuestra semilla.

 

 

 

 

 

ALFREDO RODRÍGUEZ

QUE NADIE PUBLICARA ESTOS VERSOS

Que nadie publicara nunca estos versos, quisieras
Que sólo ella pudiera leerlos, desearías
La amas tanto

Ser un Konstantin Kavafis, un Pessoa
Que jamás hubieran de publicar un solo verso en vida
Ni recital alguno dar
Como no tener consciencia de ser Poeta

¿Fueron por ello acaso menos Grandes
Dejamos de amar sus poemas alguna vez
Ahora que ya no se nos muestran inéditos, sino póstumos?

Que nadie nunca osara presentarlos a un concurso
‒hueca esperanza‒
Por qué el absurdo en que han de competir Arte con Arte
Nuestros sueños con nuestros sueños

¿Acaso compitieron en algo Homero con Shakespeare,
Dante con Goethe?
Poetas de la humanidad, regalo de los dioses
Aunque hubieran de vivir en épocas bien distintas
¿Fueron por ello sus escritos menos sobrehumanos
Menos inefables o excelsos, alguna vez quizá superados?

Que uno ha de escribir con el orgullo de medirse
Con Los Grandes del Pasado
Eso sólo ha de bastar
¿Leyó alguien en nuestro cercano mundo alguna vez
Algún ejemplar siquiera de Li Tai Po
No son por ello sus enseñanzas ahora
Pequeñas obras de Arte,
La sabiduría del vino en el claro de luna?
Miradlo ebrio dirigiéndose a la Montaña de Dai Tian
Triste descansando recostado en un pino

Extraviados en la noche de los tiempos
Como velos de lluvia en el Gran Teatro de la Literatura
O durmiendo el sueño de los justos en cajones de escritorio
Qué más da.
Tú los escribiste para ella. Eso sólo ha de importarte
No hay retorno en el tiempo de los poemas
Y eres tú quien ha de leérselos mañana

Al cabo de la noche
En una penumbra de aceites, labios, rosas
Y música de Mozart en Egipto
La amarás

Que te has de levantar ya con la noche avanzada
Como siempre lo haces sin poder dormir
Pues rodeada está tu vida de poemas sin retorno
Y acudir otra noche a tocar
La piel del cisne

Que sólo ella los ha de leer y emocionarse
Sólo ella los leerá
Mañana

 

 

NOCHE SUSPENDIDA SOBRE FLORENCIA

La noche aquella, felices
Escondidas las ansias, felices
Alcanzando casi a ver a Marcello a Corelli a Pergolesi
Cuando son los ojos del interior
Los que mejor te permiten ver

Dichosos aquella última noche sí
En Chiesa Santa Maria de’Ricci
Oh, aquella noche suspendida sobre Florencia
Quedando tan lejos el mundo atrás

La música más grande vivida en mí ‒me decías al oído‒
Y aquellas notas dolces, impresas en la memoria
‒concerti contratenore organo oboe‒
Transformándonos la expresión de la cara
La palabra no pronunciada que es cielo de piel suave
Los dolores más íntimos y el corazón cansado

Oh recuerdos, excesos del tacto
Ternura de las horas
Caminantes de todo un día atrás, un mundo atrás
Mariposa nocturna posada en el alma
Esplendor sin máscara

Y poder terminar ahora
Misterio de la muerte
Vida suspendida al fin
Aquella última noche sobre Florencia
Felices para siempre

 

 

 

Poemas extraídos del primer número de la revista de poesía del Ateneo Navarro – Grupo Ángel Urrutia.

RÍO ARGA Nº 118 (2º trimestre 2006)

Arga 118

 

 

XABIER ETXARRI

ITSASPEKARI

xxxxxxxxxxxxxxxxA Mikel Laboa

Hegazti errariak pausatu dira leihoan
xxxxxxxxxxsirvias y sargos, merecido homenaje a su muerte,
xxxxxxxxxxgastronómico deleite a la plancha y sin limón
el fadista teixe con fillo d’algodao las suas lembranças
xxxxxxxxxxel otoño baja con los tobillos fríos y azules
xxxxxxxxxxa sembrar silencio en las playas tristes
nere andreak ekarri zuen Aranaztikan dotea
xxxxxxxxxxolor a pescado en las manos asesinas
xxxxxxxxxxque arrancaron de su mundo a los que ya no aletean
y se van sota la fosca plutja
xxxxxxxxxxmientras intento analizar sin hacer ruido
la riqueza d’un instant.

 

 

EL DIFÍCIL CORRECTO MANEJO DE LOS INSTANTES

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Porque apenas una nevada es toda esta vida
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtras los fríos horizontes de las montañas.

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAnteparaíso (Raúl Zurita)

Porque apenas una nevada es toda esta vida tras los fríos horizontes de las montañas
resulta de vital importancia el correcto manejo de los momentos, su disfrute
sin el perturbador filtro que mirar más allá provoca en ellos;
pero es la distancia entre la teoría y la práctica tan enorme,
tan difícil no pretender estirar los momentos, arrancarlos de sus moldes,
que al final volvemos a ser esas minúsculas sombras que se internan
bajo una indolente y fina nevada, lejos, tras los fríos horizontes de las montañas.

 

 

 

 

ADOLFO MARCHENA

VIRGINIA WOOLF EN EL JARDÍN

Hablan de posesiones voces lejanas y columnas
vertebrales extraviadas, billetes de vuelo en
agencias contratados, que nos habrán de llevar
a vírgenes paraísos para recordarlo luego todo
en celuloide. Invocación de las fuentes y
callejas, de habladurías en espacios acuáticos,
canales adiestrados como semáforos enfermos
en el ámbar. De tu mano la pluma me seduce
y nada queda derramado, ni siquiera la
desesperación y el sentimiento a convocarte.
Virginia juega en el jardín con nenúfares
sagrados y acomete párrafos furiosos de
un Orlando trastornado tratando de encajar muros
de ladrillos arcillosos que se pegan a la mano.

 

 

MI MADRE ME DIJO MAÑANA

Y nunca, hijo, vuelvas miserable al lugar donde
abandonaron un día tu infancia innecesariamente, ni
tampoco consumas todos los recuerdos impidiendo
la satisfacción de la mañana. Anuncian luminosos
rostros y cuerpos con ropas estériles y desgastadas,
devastados parajes de animales anclados y dormidos.
Nunca vuelvas, hijo, para matar a tu hermano, no son
guijarros cuanto arrancas de su cándido río sin peces.
Si quieres descomponer desgrana tu cuerpo miembro
a miembro, y en la última molécula respira, porque yo
no soy tu madre, hijo, y renace si tus cenizas aún
tiritan, renace y no amamantes de ninguna loba.

 

JESÚS MAULEÓN

TONTOS
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx”Stultorum infinitus est numerus”
xxxxxxxxxxxxxxxxxx(De una traducción antigua de la Biblia)

El número de tontos es infinito.

Conozco tontos como el aire o el pan
y tontos complicados como una red de redes.
Hay tontos previsibles,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxtal la salida del sol,
otros imprevisibles como un terremoto.
Tontos sin más o tontos disfrazados
de títulos sonoros,
es decir, tontos simples
y tontos de solemnidad.
Por el mundo trajinan
tontos por propia cuenta y tontos útiles,
aunque todos sepan hacer de la inutilidad una fiesta.
Tontos he visto
a los que les salía la estulticia por los ojos,
o por la boca,
o, expresado quizá técnicamente,
tontos de llorar y tontos de baba.
Bien es verdad
que la estulticia admite grados
y hace a quienes atrapa
tontos parciales o tontos integrales,
tontos por horas o a dedicación completa
(¿cómo saber si hasta en sus sueños
no cesan de ser tontos?).

Este poema tonto y mentecato
no lo he compuesto yo. Nadie me culpe.
Si os preguntan, decid: “Es un poema apócrifo”.

Muy rara vez un tonto
al que no se le apunta con el dedo
se da por aludido.
Si aun así hubiere alguno
que se tomara a ofensa mis palabras,
yo, sin mayor esfuerzo y escuchando
con atención mi inteligencia plana
y su hilito de voz,
confesaré sin más y sin rodeos
que no descarto ser, en fin, sobran indicios,
un tonto de remate.

 

 

 

 

ALFREDO RODRÍGUEZ

ENCUENTRO CON AL-MUTANABBI

La noche en que nos recitaste al viejo Mutanabbi
Con esa voz tuya tensa, cavernosa
El ambiente perfecto en los Cuatro Gatos
Para luego salir de allí amándolo
Ya de regreso al hotel por calles antiguas
Esa atmósfera de intimidad tan lograda
La rosa sobre la mesa, el micrófono
La figurilla del elefante, el tapete rojo
Y las fotos de Carmen detrás envolviéndolo todo
Ese crepúsculo de roro entre columnas griegas quizá cabo Sunion
Y aquellas manos fuertes que abrazaban un cuerpo de mujer
Que luego resultó ser parte de El Rapto de Perséfone

La emoción contenida, la ansiedad por escucharte
Recitar poesía por primera vez esa escena largo tiempo deseada
La noche que entró en nuestro mundo
El mayor poeta de los árabes como decía Emilio García Gómez
El clásico más vivo en la conciencia de los pueblos islámicos
Y cómo recitabas aquellos versos emocionantes sobre una batalla
Para después fingir con una mirada solitaria desde el fondo del local
Que no era para tanto, que no podía emocionarme algo así tanto
La antigüedad musulmana en tu voz quebrada
Aquel esplendor aquel mundo aparte, desconocido para todos nosotros
Aquella noche mágica de abril en el Sur
En que nos hiciste amar al viejo Mutanabbi ya para siempre
Luego al salir de allí en un aparte, me comentaste
Esto no lo busques, no lo encontrarás en ningún sitio

Pues bien, querido amigo, hoy lo he encontrado
Ha llegado hasta mis manos en una vieja traducción del 59′
Lo tengo aquí ahora delante mientras escribo
Y es mío todo el orgullo de su Arte
Oscureciendo el mundo anterior y el que haya de venir
Ante mis ojos por fin la traditio beduina, la qasida antigua
Las flores de Persia, el amor a la guerra y a las Letras
Y esas palabras vanidosas del Poeta antiguo
Que me abren una senda nueva, un viraje en el camino

Mis versos irán al Oriente,
Hasta donde ya no hay más Oriente,
E irán al Occidente,
Hasta donde ya no hay más Occidente

 

RÍO ARGA 115 (3er trimestre 2005)

Arga 115

 

 

IÑAKI ECHARTE VIDARTE

BLUES

xxEres azul cuando bailas, a pesar de tu sonrisa. Incluso ella
xxDejo el texto a medio terminar: una frase sin punto, una idea incompleta. Es la hora en la que prometí llamarle.
xx-Hola. ¿Qué tal?
xx-Bueno.
xxY ya sé lo que vendrá después. Escucho.
xx-No sé qué hacer. Debería cambiar de piso. Debería volver a bailar, dejar de dar clases de inglés. Quizás debería
volver a Chicago; mi madre me necesita.
xxLo de siempre. Nada nuevo.
xx-Quizás deberías hacer algo, lo que sea, sin pensarlo tanto.
xxEn estas ocasiones me siento como su madre.
xxCuando cuelgo me cuesta recordar dónde lo dejé todo: la frase sigue cortada y no puedo recordar la idea completa, siempre me falta algo.

xxPintas azul. Y yo no aparezco en ninguno de tus cuadros.
xxNo recuerdo qué película vimos. Pero sé que fue nuestra última película. Nuestras rodillas miraban hacia los asientos vacíos de al lado y en ningún momento se rozaron. Nos cedíamos el turno para coger las palomitas (antes lo divertido era intentar cogerlas al mismo tiempo que entorpecíamos el camino del otro).
xxAl salir caminamos agarrados de la mano, pero cualquier excusa era buena para no mirarse a los ojos o para evitar hablar de planes de futuro.
xxSé que pasamos varias veces por el mismo lugar, que antes de llegar (a su portal) queríamos decirnos algo, pero lo ocultábamos argumentando lo bonita que era la noche y las ganas que teníamos de caminar.
xxAl fin nos paramos, a cien metros de nuestra primera cita, a quinientos de su casa, ya lejos de aquella pareja que habíamos sido.
xxAllí, quietos, mirándonos a los ojos, nos dimos cuenta de todo. No habría hecho falta decir nada, pero lo hicimos. Nos dijimos cosas que ya sabíamos, palabras que, en cierto modo, nos unían de otra manera.
xxA partir de aquella conversación supimos que cada uno seguiría con su propia vida, con el lado contrario de la cama vacía, pero con un hueco de café para el otro, una llamada de teléfono desde el otro lado del océano, o unas palabras de ánimo en versión original.

xxTu mirada de ojos avellana es azul.
xxDoy un abrazo (y dos besos) a mi madre, un abrazo a mi padre, la mano a mi hermano.
xxMe quedo dormido en el tren.
xxVuelvo.
xxDejo la maleta junto a la puerta.
xxQuiere mostrarme lo que ha preparado para esta noche.
xxPrefiero que me muestre otras cosas.
xxSuena el teléfono.
xxNos vestimos corriendo.
xxSubimos por la calle, llenos de botellas y comida.
xxSandra, borracha ya.
xxAlberto, ese que baila tan bien, ¿te acuerdas?
xxJuan me llena la mano de grasa.
xxDesde la terraza se ve el reloj de la Puerta del Sol.
xxSergio y Marta, ¿Sergio y Marta?, en la habitación, supongo.
xxUn brindis por el buen año que tendremos.
xxLejos se oye el murmullo, cada vez más cerca.
xx¡Las uvas!
xxRuido. El beso más largo de la terraza. Una copa se cae. Sandra se pone a llorar.
xxMirándome a los ojos me dice que me quiere.
xxLe abrazo.
xxAbrazo a Alberto, Sandra me salpica con champán derramado.
xxSuena mi móvil.
xx¡Feliz año, mamá!
xxLa luz entra por la ventana y me hace daño en los ojos.
xxNo me muevo.
xxSu cuerpo reposa medio descubierto a mi espalda. Enseñando un hombro, una pierna, el cabello desde donde se asoma su oreja.
xxEn el baño reflejo un cuerpo desnudo en el espejo.
xxMis ojos deben estar tras el desenfoque, entre el enrojecimiento, sobre las ojeras.
xxMe siento en el sofá, ante el televisor.
xxCreo que echan el programa de anoche, repetido otra vez.
xxVuelvo.
xxMe quedo dormido en el tren.
xxDoy dos besos (y un abrazo) a mi madre, un abrazo a mi padre, la mano a mi hermano.

xxTu sonrisa es azul envuelta en humo de hachís.
xx-Yo te he visto antes. (Y al final resultó ser verdad)
xxPausa.
xx-Yo quiero verte después.
xxMe invita a beber de su copa. Nos sentamos. El resto baila a nuestro alrededor.
xxHablamos. Me da la sensación de que ya nos conocemos, de que hace mucho que no nos vemos y tenemos que ponernos al día.
xxCuando las copas se vacían se ocupa de llenarlas.
xxCuando los cigarros se consumen soy yo el que los ofrece y los enciende.
xxNos apetece bailar y ya no queda nadie. Y es tan tarde que sólo podríamos hacerlo sin música y en cualquier sitio.
xxBailamos entre un amanecer y un templo egipcio, sin cigarros y con la voz a punto de apagarse.
xxNos despedimos con el primer beso, el que siembra, con una semilla se secuoya en un papel que guardamos con cuidado en la cartera.

xxTu vida es un blues, según me cuentas.
xx”Hoy me ha llamado de nuevo, [todo el mundo está jodido y luego morimos] y me mandará un mensaje, y seguro que tengo un e-mail suyo. [do it your dream your life] Yo quisiera ayudarle, ¿pero qué quieres que haga? [estamos en el mismo barco. Busco y no encuentro tb] Siempre es lo mismo; lamentos, penas. Como si a mí no me pasara los mismo. [i want 2 escape my miserable life] Yo ya no sé qué puedo hacer. De hecho cada día hago menos. Le escucho y le digo lo de siempre: [toj#] no hay nada que los demás podamos hacer. Todo está en sus manos.”
xx-Estoy pintando otro cuadro.
xx-¿De qué color es?
xx-No es azul, si eso es lo que quieres saber.

 

 

 

XAVIER ETXARRI

HAY LUZ

Hay luz,
hay luz adecuada para,
atmósfera con la pesadez precisa,
viento ligero, rumor lejano,
presión osmótica en la frente,
hueco en el hueco,
quietud detrás de la mirada
en la zona que oculta la retina.

Había luz,
había y transcribiendo instantes
ya no hay más que palabras;
sortilegios y magias pasaron de largo,
puertas y ventanas fueron descritas,
nunca escrutadas,
volvieron a cometer el error de los poetas:
perder el momento de luz
intentando atraparla en un verso.

 

NO SÉ LO QUE BUSCO, …Y POR ESO NO LO ENCUENTRO

Puedo encontrar billetes usados de autobuses
que nunca salieron de su dársena,
azulejos rajados sobre mesas
empujadas al olvido entre humedades.
Puedo encontrar agujeros en las muelas,
mentiras vaciadas, sandalias rotas.
Puedo encontrar nieblas antiguas
atrapadas en los huecos de los árboles,
gritos de milanos fallecidos
vibrando todavía entre las piedras.
Puedo encontrar las sombras de las gentes
que hace tiempo vivieron en la casa,
sus monedas enterradas en la huerta,
su ilusión pudriéndose en la cuadra.
Puedo encontrar indiferencias, tiempos perdidos,
vigas curvadas por la tristeza
del que se sabe camino del fracaso.

Puedo encontrar el viento, el bosque
surcado en la noche por luciérnagas,
el aburrimiento goteando lentamente,
las huellas en la senda equivocada.
Puedo encontrar la idea de acabar,
de cerrar el poema ahogado en la hojarasca.
Puedo encontrar lo que nunca perdí,
lo que nunca dijiste,
el centímetro que me desvió de la ruta
y que ahora, kilométrico, me pesa
escondido entre dos versos y un silencio.
Puedo encontrar una sonrisa, una promesa,
una voz en un teléfono arrugado.
Puedo encontrar muchas cosas pero por mucho que busco
todavía no he encontrado mi señal entre la niebla.

 

SOLSTICIO QUEMADO EN SOLEDAD A SOLEDAD LLAMA

Jirones usados, cajas con Mamarros, Magia,
misterios que unen al roble y a la hoguera,
firmamento hoy oculto tras la nubes,
todos los antepasados muertos y tristes,
mis manos abiertas hacia la noche.

Hay diferentes realidades dentro de la misma esfera,
todas se tocan en algo que brilla oscuro
y las nuestras arruinan la hierba mojada,
por eso ya nada espero,
las estrellas mueren en soledad y siguen vivas
hasta que en tu realidad su luz se apaga;
como ellas, creo que llevo muerto muchos años,
y vosotros todavía no os habéis enterado.

 

 

 

FÁTIMA FRUTOS

LA ÚLTIMA TRINCHERA

En esta penumbra de blues y ginebra
donde los hielos espantan la soledad
sobre el mismo taburete rojo
‒cómplice y testigo de nuestros anocheceres‒.
Aquí, donde las luces nos vuelven la cara
al abordaje de musas sin sueño.

En esta penumbra de sombras y ritmo
donde un piano naufraga en tus dedos
ante la misma áspera barra
‒abismo y condena de nuestros secretos‒.
Aquí, donde los sorbos templan el olvido
al asalto de recuerdos sin cerco.

Te encuentro de nuevo.

Que por qué la poesía, ‒preguntabas‒.
Que por qué el tango y la voz,
el cine y la noche,
tu risa y mi pecho.

Que por qué una tribu de sentidos
nos había atrapado el cuerpo.

En esta penumbra de humo y heridas
donde un foco azul seduce mis versos
con el mismo mar de fondo
‒patria y bandera de aquellos besos‒.
Aquí, donde las almas se desnudan en el espejo
a la búsqueda del auténtico yo sin dueño.

Te respondo de nuevo.

 

 

 

 

ELMYS GARCÍA RODRÍGUEZ

SU ÚLTIMO GRITO SE DISUELVE ENTRE NOSOTROS

La muchacha que todos veíamos
asomar a la ventana
partió en silencio,
las piedras
la humedad de la casa
me traen su memoria,
una paloma anidó en sus ojos,
las flores blancas
quedaron dispuestas en la mesa.
Quién limpiará los cristales
de su ventana,
los cristales que abren fuego
al anochecer infinito,
su voz se hunde
en lo ancho de esta isla,
con los brazos extendidos
abarcó el horizonte de sus piernas,
su frágil palidez
gravita en la penumbra
en estas horas íntimas del reposo.
Sobre el mantel
quedan los restos de su vestido,
su último grito
se disuelve entre nosotros,
otra vez
la calle desnuda ante mis ojos,
las piedras,
la humedad de la casa,
los recuerdos.

 

EL DERROTADO

xxLa colcha no le alcanza para cubrir sus pies, dejando al descubierto unos dedos largos y rígidos. Afuera el agua golpea insistente contra el cristal de la ventana. Siente temor; siempre el mismo temor, la esposa ausente hace diez años, los hijos que nunca retornaron. Su vida es un batir de alas sobre una colcha blanda.

xxEl mal carácter lo ha vuelto huraño, su falta de valor frente a las disyuntivas y la ausencia total de optimismo lo han convertido en un hombre sin criterios. Otros a su edad conservan sueños, él sólo espera el abrazo de la muerte, acechando constante sus rodillas, su esqueleto fugaz.

xxEstá queriendo incorporarse, busca por las paredes un clavo donde colgar su honor. Termina por levantarse y arrastrando pesadamente los pies sale del cuarto. La lluvia sigue lamiendo con ansias las calles, él abre la puerta y sale, creyendo que así podrá variarle el curso a las tempestades.

 

 

 

 

SANTIAGO LARRETA IRISARRI

HAIKUS

pasan volando
persiguiendo mosquitos
junto al alero

 

por la ventana
se cuela la polilla
a ver la luz

 

tras la ventana
olvidado el verano
está lloviendo

 

brillan las gotas
en la hierba segada
y qué bien huele

 

cesa de llover
y se adivina el olor
de las raíces

 

arreglo la mesa
dos velas y unas flores
por si vienes

 

ni veo al gorrión
tan alta está la yerba
en el jardín

 

lenta y pesada
acostada en las nubes
pasa la tarde

 

pelma molesto
sabemos que es verano
no calla el grillo

 

tras la tormenta
nunca se vio tanta agua
por eso croa

 

no estás llorando
porque piques cebolla
te acuerdas de otro

 

dos mariposas
vuelan hacia los niños
son inconscientes

 

estiro los pies
libres sin zapatillas
todos se han ido

 

vuelvo del campo
y arrugas el ceño
se ha hecho tarde

 

cuarto menguante
en el cielo meriendan
melón helado

 

solo en el plato
cíclope hepático
el huevo frito

 

 

 

 

SALVADOR MUERZA

SIEMPRE EROS

xxxxxxxxxxxxxxxMujer, trátame con ternura

Yasmine,
Ni te llamas Mesalina
Ni en el imperio romano
La pandemia del sida
Asoló Pompeya.

Eran otros tiempos promiscuos…

Ahora se imponen las reglas,
La cordura o el miedo.

Bésame solamente,
Protégete de efluvios de alto riesgo.

Quererse es un acto heroico.

 

 

 

 

ALFREDO RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ

DIARIO DE VENEZIA, 1º DE ABRIL DE 2005

(Otro día aún más azul que el de ayer
La luz encalmada
Venezia que huele a mar abierto
Pasando al otro lado
Entre los brotes de nuestra vida

Y es hacia las diez y media la cita junto a la Torre del Reloj
Desplegamos el plano al instante fotografiado
Hoy el paseo será hacia el Dorsoduro
Y los nervios en el estómago que apenas disimulan

Caminar delante contigo, viejo Poeta Álvarez
‒y junto a la mujer que ahora amo‒
Hasta este lugar fuera del mundo
Que se quede atrás la vida
Y todo cuanto ella arrastró consigo
Que no espera ya nada de mí
No más disfraces, no más negros lamentos

Oh, vieja vida equivocada
Adonde quiera que miremos sólo gozar
Ni sentir el tiempo siquiera pasar raudo en la piel
Como ausentes en la Fiesta, como llega la muerte
Libre, sin contar con ella
Y dejándonos guiar por este paisaje adormecido
De silencios en el aire, de palacios de oro
Hasta pasar al otro lado
Sólo mirar hacia donde el Poeta mire
Sólo amar aquello que el Poeta ame

 

CAFÉ DE LA ÓPERA

Viejos Cafés de Barcelona
Llevan tus pasos cansados hasta el mar
Ahora que por fin ya sabes qué es lo bueno y qué es lo malo
Ahora que ya conoces mejor que nadie tu cuerpo
Y el espíritu no es para ti más que una manera de hablar

Quieres sentarte un rato en las mesas del fondo entre extranjeros
En esta hora dichosa de silencio, solitario
Con un libro de poemas antiguos en la mano, quizá Dante Alighieri
Y en los labios un café muy negro

Dirige después tus pasos esta tarde
Hasta el Passeig del Born y Santa María del Mar
Que las chicas que esperan a la puerta de los peep-shows
Te miren otra vez al pasar, Rambla abajo, hasta el mar
Escucha sus risas…
Hay en sus ojos un aire caliente de cuchillos
Y tú, viajero, que sientes un suave cosquilleo
Un ronroneo en el estómago cuando las ves
Y oyes la risa en la calle detrás de ti
Sabes que aún tu corazón se estremece
Con palabras que hurgaran el Deseo

Y ahora que reina una gran calma en este antiguo Café de la Ópera
Tú, que has convertido ya para siempre tu corazón en viajero
No dudes en sentarte en una mesa del fondo a leer, solitario, silencioso
Mientras afuera la ciudad gótica desciende Rambla abajo
Con un brillo canalla a sus espaldas,
Y los cielos de la carne llevan tus pasos cansados hasta el mar

 

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