‘PIEDRAS’, DE JAVIER GARCÍA CELLINO
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La poesía es pólvora
que se enfrenta siempre a la pólvora.
Quien narra el poema es un niño
que sujeta el cielo con una mano.
No basta con admirar la excepcional belleza
de la eternidad.
Metamorfosis del poema:
el segador cantará a las provincias
con rostro de cordero.
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Este tiempo no es de muerte dócil,
sino de sufrimiento.
Pasos, siempre pasos a su espalda.
A veces el futuro es un fruto ácido.
Pasos, siempre pasos a su espalda.
Ella sabe que va a morir,
que no verá más los ojos del carnero joven
que amamantaba en su tienda,
que ya no podrá disponer herencias
ni pedirle a su Dios
que apresure las flores del almendro.
Se mira en el espejo de la fatiga y llora.
Después recuerda que su madre
y su abuelo eran poetas y llora.
Pasos, siempre pasos a su espalda.
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Un niño que llora es un incendio
en la boca del sol.
Veo Jerusalén devastado,
las avenidas de Jerusalén devastadas,
no hay tiempo, al fusil se le hace muy larga la espera,
me agarro a la mano de mi madre muerta
y no camino,
me agarro a la mano de mi abuelo muerto
y no camino,
entonces me doy cuenta
de que entre las imprecaciones y las dudas
siempre habrá piedras.
¿A quién rezar
xxxxcuando las montañas
xxxxxxxxdejen de ser sagradas?
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Nadar en el verano
de las promesas incumplidas.
Ser pacientes con el enemigo. Acariciar
a los pájaros ciegos.
Dime, ¿cuánto tiempo durará este poema blanco
antes de caer al mar?
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Oslo es un paisaje blanco sobre fondo blanco,
una autopista rodeada de flores en el desierto.
Cae una lluvia de medusas sobre el camino,
caen piedras que se agarran al aire
en busca de su identidad,
detrás del relato dominante siempre hay más muertos.
Y patria, siempre patria en los muros cubiertos
de ceniza, en los salmos vacíos de las iglesias,
en los cuerpos mutilados que bailan para librarse
xxxxxxxxxxxxdel miedo.
Hay un dedo manchado de sangre que señala
el horizonte. Hay un asentamiento para las madres
que lloran a sus hijos.
Hay nubes por todas partes.
Di amor,
xxxxintifada,
xxxxxxxxsueños clandestinos.
Y patria, siempre patria.
No digas acuerdos de paz,
expropiación de tierras,
asentamientos de colonos.
En Picasso hay un niño
abrazado a un olivo muerto.
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PRISON (1982)
xxx(Pintura de Sliman Mansour, escritor y pintor
considerado como uno de los artistas de la Intifada)
Nadie en el cielo. El vértigo de los obuses es nadie,
la llama en el papel es nadie,
la matriz de un cáncer nocturno
es nadie hasta que desaparece.
En la precaria eternidad,
cinco hombres esposados contra la pared son nadie.
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(Pasos, siempre pasos a su espalda:
xxxxixxxsoldados israelíes)
Camina…
Abrázate más a la tierra…
No hagas versos inútiles
como tu madre y tu abuelo.
Camina…
Camina…
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(Coro de animales: Final)
La kufiya que lleva al cuello es poesía.
Los olivos encendidos también son poesía.
Camina. Sigue caminando.
Se confunde ya con la tierra.
Después el miedo borra la poesía
hasta convertirla en un Mar Muerto.
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García Cellino, Javier. Piedras. Gijón; BajAmar editores, 2022.
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