QUÉ FÁCIL ESCRIBIR ENTRADA YA LA NOCHE
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QUÉ fácil escribir
entrada ya la noche,
cuando estás agotado
y a la mano le cuesta
trazar en el papel
una letra tras otra.
Cómo vibra la noche,
expectante,
como si fuera a abrirse
y se hiciera la luz
dentro de ti.
Tú deseas entonces
que el alba tarde aún
o que no llegue nunca.
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ESTÁS solo en tu cuarto
con tus libros
y no ves que te envuelven
unas vidas
que esperan el momento
de hacerse tan visibles
como tú.
Estás solo, entre sombras,
como una sombra más.
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AHORA que llueve
empiezas a escribir,
sabiendo que la lluvia
borrará lo que escribas.
Pero sigue escribiendo,
como si todo fuese
a quedar
escrito para siempre.
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ESTÁS buscando algo
a lo que agarrarte
y consigues, tan sólo,
apretar
un puñado de aire,
con tal fuerza,
que te hace sangrar.
Siempre la sangre, siempre,
dando sentido a todo,
para, al final, quitárselo.
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QUÉ gozo, al fin, saber
que te has perdido
y no te han de encontrar.
Este bosque te tiende,
a cada paso,
unas manos amigas
y todo aquí es motivo
de reconocimiento.
Qué gozo es saber
que, al fin, te has encontrado
y no te han de buscar.
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CUANDO cierras los ojos,
todo desaparece,
pero esperas volvértelo
a encontrar
al abrirlos de nuevo.
No te ha de extrañar
que, algún día,
al abrirlos,
no haya nada que ver.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Elena Vega-Sampayo
AHORA esta tierra
donde amas
y eres también amado,
huye bajo tus pies
y no hay nada seguro,
salvo que has de dejarlo
todo a cambio de nada.
Pero, gozoso, tú sonríes
porque la noche alumbra
una belleza
que no es de este mundo,
pero te pertenece.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA Javier Lostalé
EL caminante espera
que, algún día,
por sorpresa,
el camino
se abra
para
él.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxA María Elena Rodríguez-Ventura
SER un perro los lunes
y los miércoles,
sólo un hombre los martes
y los jueves,
no ser nada los viernes,
y en sábado y domingo
ser, por ejemplo, un dios.
Un dios que no supiera
que lo es,
pero hubiera encontrado
el hueso que buscaba.
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¿NO serás un ratón
en vez de un hombre?
Tú también, como él,
te tienes que ocultar,
por tantas amenazas
como se ciernen siempre
sobre ti.
Ahora, en este parque,
en un papel cualquiera
y con un lápiz
que sostienen tus patas
con gran dificultad,
escribes a escondidas
el poema.
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LA naranja no sabe
que es naranja.
El romero no sabe
que es romero.
El espliego no sabe
que es espliego.
Ignorar es la única
manera
de vivir plenamente.
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xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxPara Carme Coma
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxy Joan Rosselló
ODISEO eres tú,
que estás volviendo a Ítaca
y no acabas nunca de llegar.
¿Será, acaso, que Ítaca
no existe,
que Elena nunca fue raptada,
ni Agamenón asesinado,
que los dioses no existen?
Estás solo y perplejo
frente al mar,
sin saber si has llegado
ya a Ítaca
o que nunca partiste.
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Corredor-Matheos, José. Al borde. Barcelona; Ed. Tusquets, 2022.
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