JARDÍN BOTÁNICO
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ÁRBOL DE SABIDURÍA
Cada palabra vale su peso en oro,
su sombra en oro,
su sueño en oro.
Labran las palabras los labios
de aquellos que las besan;
sacian la sed oscura de los ciegos,
la blanca sed de los niños
que despliegan el día con sus ojos,
la sed con alma de medusa
de los enfermos en los hospitales
y, mientras llega la noche,
la sed salobre de los enamorados
y la sed infinita de quienes no tuvieron
ni sed, ni compañía, ni olvido en que anegarla.
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PERISTILO
¿Por qué no pensar que al fin seremos árboles,
por qué no desearlo,
por qué no confiar en la misericordia del destino?
Árboles firmes soportando el viento,
despertando a los pájaros al alba,
recogiendo las nubes cada tarde
antes de repartir
el violeta preciso a cada una.
Árboles infinitos confortando en su duda
a la tímida luz de las estrellas,
saludando en su tránsito a los paisajes viajeros
con un gesto común a todos los idiomas.
Árboles felices sin temer a la vida,
preservando a los tigres del furor de los hombres,
preservando a los hombres del furor de los hombres,
árboles sin conciencia, sin pecado, sin miedo,
regalando su sombra a las hormigas,
dueños de la certeza de lo inútil,
hermosos como amantes en silencio
ardiendo dulcemente en el ocaso.
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Gallego Ripoll, Federico. Jardín botánico. Madrid; Ed. Cuadernos de la errantía, 2021.
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