COMO UN JARDÍN
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EN la fiesta ciudadana, en la noche cortés, si hay muchas mujeres jóvenes, sólo percibo como un jardín de coños, una evidente floración de sexos femeninos que están ahí, al final de la seda y la piel, tras la gracia leve de una lencería, vivos o adormecidos, unánimes como las rosas, perfumando el pensamiento más que la carne.
xxNo puedo pensar en otra cosa. Hablo, bebo, río, juego, me comporto con «maneras delicadas» (de un cronista), pero la presencia de los sexos femeninos es fehaciente y amarga como la presencia de las estrellas o las joyas. ¿Sentimos todos lo mismo? No hay urgencia ni violencia en este sentimiento. Sólo una verdad poética y clínica que es el fondo o la superficie de la fiesta.
xxLa vida social es una congregación de coños que llegan a mi indiferencia por muy habituales o por muy incógnitos.
xxNuestra realidad siempre nos traiciona.
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Umbral, Francisco. Un ser de lejanías. Barcelona; Ed. Planeta, 2001.
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