DE SILUETAS Y FALTA DE RESPUESTAS
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SILUETAS
¿Para .qué .resistirse .a .la .frontera? Hay .un .desvestimiento
en .las .paredes .en .las .que .forjo .el .habla .por .extender la
lengua; .siempre .como .pequeñas .marionetas .en .un .teatro
sin hilos, abrimos nuestras cuerdas vocales .agitadas al viento.
Tu sombra .ha .iluminado .cuanto .de .mí .interpreta: la mujer
impaciente que espera el autobús, aquel adolescente que llega
tarde a clase y los .que .van .al .raso, sin abrigo, los que duer-
men .y .callan. Todo lo que se encuentra iluminado .no es más
que sombra exacta, propia .del .resplandor .de una caverna de
la que afloro .con .la .brutal violencia del sexo golpeado por la
sangre. Es a través del cuerpo .que .tira de los ojos por el que
ya el contorno .no es contorno; como un diminuto fuego fatuo
tus ojos encendidos.
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DESPLIEGUES
Sobre xlos xcauces xde xla xmemoria, xarcos: .hilos .entre .los
vértices. La xligera .espesura .que .media xentre xel .paladar .y
los xoídos, .sonoros, .lo xque xqueda xtan xleve. Lo .que .pulsa
hacia .afuera. Como .células .que .se multiplican, metástasis del
aire. Ser .soñada .por .ojos que han soñado que sueñas. Es rapi-
dez. Abierta, una vez más, la cuenca del deseo apaga el día y la
noche. Para dejar .pequeños .surcos que se abren, que se abren,
que .se .abren. Con .la .fugacidad .del .propio .rastro, del .rostro
que se hunde sobre sí mismo, elástico.
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Apenas escondida de mí misma, la fuga
en la orfandad, el sosiego
en que invento la niña que no fui.
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Soy
la que nunca soy
cuando soy
yo
la sombra sin figura
el paso sin camino soy
la que nunca fui
cuando soy
yo
avanzo sin paisaje
construyo sin pilares
mi habitación
el añico
el cristal que se rompe
contra sí mismo
soy
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En el vientre vacío
una pregunta
padre
la soledad que acuno
el óxido del tiempo el relámpago
súbito
que inventa la respuesta imaginada
una pregunta
padre
una pregunta un sueño un embrión
de la nada que se enciende en la noche
que se incendia
contra la oscuridad
del laberinto
contra la propia línea de la sombra
en el suelo
ahora y en la hora de nuestra muerte
padre
la pregunta
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Una paloma
se introduce en la noche
ciego es el infinito
que se abre
contra el final del viento
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La rapidez de la ciudad, su prisa cuando al anochecer
entre los rascacielos se levantan restos de las batallas
y a través de sus calles la vida se pregunta
por la vida.
Aquí pudo ser la ira de Dios.
Jamás hubo respuesta.
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Gorría, Ana. De la supervivencia. Poemas 2006-2016. Madrid; Ed. Los libros de la marisma, 2018.
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