POSTALES EN UN CAJÓN DE GALLETAS
O LAR
Mi hogar está en tus manos.
Hipotecado,
como todos los hogares del mundo.
Apenas hay grietas que se vean.
Cada esquina de mis últimos diez años
se acopla a tus dedos,
sin fisuras, sin prisas,
como la luz del Panteón a Roma.
Ten cuidado.
No aprietes tan fuerte.
CARTOGRAFÍA DEL DESEO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Ser inútil es lo mejor que se puede ser»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCorinne Maier
Piel y laberinto.
No encontrar la salida.
No querer encontrarla.
PARTE DE GUERRA
Después del parte de guerra,
de las víctimas civiles,
del fuego amigo y el caos
en los mercados de Bagdad,
en las callejas de Faluya,
en los hospitales de Hama,
miramos, la mayoría atentos,
las noticias que trae la chica
del tiempo.
xxxxxxxxxxxEste fin de semana,
en el que entra la primavera,
aún hará demasiado frío, o eso dicen,
para tumbarse al sol en nuestras playas.
LEYENDO A DU FU
Las guerras no hacen olvidar al tallo
que ha de florecer en primavera,
ni cambian con sus obuses el curso de los ríos,
ni retienen al Sol en Oriente,
aun si le apuntaran directamente a la nuca.
Solo atañe a los hombres,
solo a los hombres destruye.
Y, sin embargo, parece que hayamos sido paridos
exclusivamente para enfrentarnos.
A pesar de lo que nos dice el tallo,
a pesar de lo que nos susurra el río,
a pesar de que el sol calentará la tierra.
Aun cuando no estemos luchando,
aun cuando ya no estemos
y nadie responda a la palabra «nosotros».
MADRUGADA
Escribir sobre cine.
Agua con gas, calor, pocas ideas,
algo de música. Pongamos
Belle and Sebastian, Cat Power.
Auriculares conectados al portátil.
Qué buen invento este en su conjunto,
para no escucharte mientras lloras
a solas en nuestra habitación
por lo mal que hoy se nos dieron
las vicisitudes y el amor.
LA OPCIÓN DEL CENTRIFUGADO
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Lo terrible no es ni siquiera el dolor»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxJavier Egea
La lavadora me pide la opción del centrifugado.
Es solo apretar un botón.
Solo
apretar un botón.
A ochocientos kilómetros de donde desdoblo calcetines
como si resolviera ecuaciones,
mi abuelo se debate entre la nada y el ser
en la habitación de escarcha de un quirófano de invierno.
Su vida, ahora mismo,
según nos confirman los médicos,
depende de apretar un botón.
Solo
de apretar un botón.
Desde lo más profundo de la incertidumbre
busco en las vueltas que da la ropa
las respuestas que sé que no están en ninguna parte.
CICATRICES A LAS SEIS DE LA MAÑANA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Nadie es bueno ni bello a las seis de la mañana»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCristina Morano
Las cicatrices más difíciles de olvidar
son las que recibiste a las seis de la mañana.
Aquellos residuos de las almas
que otras vidas alojaron en tu boca,
compartiendo tu sofá, tu café, tus facturas.
Compartiendo el humo,
que se impregna a las almohadas.
El humo, que todo lo traspasa.
El humo,
que permanece en los espejos,
que permanece en los crucigramas,
que permanece en los jeroglíficos
que nunca sabremos resolver.
LA LLUVIA
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx«Vivir la vida fue tantalizar»
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxAurora Luque
Mira la lluvia
con un silencio febril.
En ella contempla
todas las vidas
que yo no pude darle.
Gómez Espada, Ángel Manuel. Postales en un cajón de galletas. Murcia; Servicio de publicaciones de la universidad de Murcia – Aula de Poesía, 2019.