LAS CONDICIONES DEL PÁJARO
QUE YO ME HE DE ENTREGAR DE OTRA MANERA
A qué vienes en medio de la noche
tan sobrado de gracia,
mi pájaro atrevido, insinuándote,
persiguiendo mi carne que te ansía;
mi carne desbravada y otoñal
que en tu presencia arde y reverdece,
despertando a la luz de tu belleza.
Por qué vienes ahora a desarmarme
y a hostigar mi deseo
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxcon tu clara hermosura.
Qué pretendes de mí, visitante inoportuno,
que alborozas la vida sin razón
y enciendes esta piel que se estremece
si pienso la caricia de tus plumas.
Qué haces, di,
xxxxxxxxxxxxxqué haces recubriendo de seda
las paredes ajadas de mi cuarto
y esparciendo en mi cuerpo tu fragancia.
Qué exaltación aviva tu aleteo en el aire
que al saberse prendido se extasía,
y así respiro yo
xxxxxxxxxxxxxxel prodigio elevado
que mana de tu canto preciosísimo
y llama a los placeres y a la ofrenda.
Pájaro soñador, qué frívolo te ofreces
y qué ambición indigna —impropia de tu nombre—
persigues al venir a cortejar
a quien aún defiende sus virtudes
y es honesto contigo.
Refrena tus ardores
y no inquietes mi mundo, enardeciéndome,
que yo me he de entregar de otra manera.
No me hagas infringir
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxmis votos que juré
y, en la renuncia,
son promesa que nunca traicionará tu vuelo.
Ay pájaro imprudente,
qué anhelo insatisfecho solicita cumplirse
mientras lucho, callado, por negarte
y temo que me embauque la pasión
que, en un desliz, acceda a complacerte.
Aunque tal vez no es cierto cuanto veo
—porque todo sea engaño, fantasía
de quien no reconoce su impureza—,
y en verdad no eres tú, estoy soñándote,
y, lejos de que puedas afligirme,
no eres sino aquel que, a mí rendido,
por siempre ha de quererme de otro modo
y le basta tan sólo con mirarme.
Aniorte, Ginés. Las condiciones del pájaro. Sevilla; Ed. Renacimiento, 2012.
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