OCHO PARADAS EN LA ARENA
OCASO
El sol viene aquí para
comer y dormir, y aunque
no me lo diga, sé dónde
pasa el resto del día.
PARQUE DE JUEGOS
Al final de mis manos he encontrado el final del túnel
que he encontrado al final de mis manos.
Masticando erizos he aparecido, marrón y arisca,
en el parque de juegos, terroarenoso.
Unos niños me pisotean la cabeza sin querer.
Pienso pasar la noche, cuando todos se marchen,
tirándome por el tobogán hasta que me duela un diente.
Cojo una pelota, un botón, un zapato, un muñeco, un catarro.
BLANDA LA HUELLA
Es cierto que sobre la arena
quedan marcados todos los pasos,
aunque sus huellas desaparecen pronto.
Hay que morir sepultado por un volcán
y quedarse pegado a él durante siglos
xxxxxxxpara fosilizarse en el recuerdo.
Esta manía de no parar de hacer cosas
es la que nos hace envejecer:
xxxxxxxlo confirman las estatuas.
No hay nada que se mueva más que un crío
y ya me dan igual los insectos,
excepto los que implican aguijón.
Ya que no me paso la vida jugando,
es agradable pasarla viendo jugar.
RELOJ DE ARENA
Me he quedado atrapada en la cavidad formada
por la unión de dos triángulos por sus vértices,
dibujando un ocho puntiagudo.
Lo último que recuerdo es un chicle.
Nado en la arena, pero voy siendo
arrastrada hacia el triángulo de abajo,
consumida por las arrugas,
demasiado esquelética.
Y desfallezco, pero entonces
una gran mano con dos alianzas
le da la vuelta a mi estancia
y me encuentro en el triángulo de arriba,
recién nacida, sufriendo por primera vez.
LA COMPETICIÓN
El primer golpe suena arriba,
xxxxxxa mi izquierda,
me salpica una sangre.
El segundo golpe suena arriba,
xxxxxxa mi derecha,
salpicándome otra sangre.
Yo nunca he ido más allá
de patadas en la espinilla en mi infancia
y en momentos punkies de mi adolescencia.
No quiero ver cómo se matan
(ya me duelen sus sonidos guturales
entrecortados). Está nublándose
y va a llover más sangre, sudor, saliva,
eso que se dice de la competición.
EMPATÍA
Decía competición, y en el otro extremo
una chica de abierta sonrisa me saluda
con la mano; le devuelvo el saludo.
Me invita a ir a hablar con ella
retirando algo de arena con los pies
y con las manos aflojando las cuerdas
de su cuadrilátero: hacia allá voy.
A todo lo que le cuento, me responde
xxxxxxque a ella también le ocurre:
ella también busca el mar y ha estado
en el desierto, en un parque de juegos,
en un reloj de arena y aquí
xxxxxx(pero está cubierta de telarañas);
ella también se ha empadronado cien veces
xxxxxx(pero no sabe especificar dónde);
ella dice ser también morena y tener genes de maleta
xxxxxx(pero es pelirroja y tiene rasgos de árbol).
Continuamente intenta ser amable y empática.
xxxxxxxxxxxxLa conclusión es que bostezo.
Decía competición, pero de su otro extremo
discrepo también y, es más,
discrepo de todo.
TREGUA
Estoy bien, pero a veces tengo frío.
Tapono mil agujeros mediante
impulsos incontrolables:
relleno hondas pisadas de dientes,
túneles hechos por y para insectos.
Atisbo un recoveco en mi sistema de alarma,
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxme acurruco.
Cuando tengo pesadillas, las olvido pronto;
sin embargo, los buenos sueños
permanecen conmigo los días siguientes.
Es cierto, las mañanas tienen que pasar
todas las tardes por una arriesgada
operación de cirugía.
SIEMPRE SON
Aquí la gente no deja ni un segundo
de demostrar sus muchas habilidades;
como los relojes, siempre están funcionando
(no se desenchufan, no se desconectan;
siempre son, son siempre).
A mí me gustaría saber hacer mil cosas
y por eso mismo no sé hacer nada
(o la mejor manera de pasar
desapercibida excepto
para un tábano).
BÁSICO
Luego dicen que vivir
conlleva muebles,
cuentas corrientes activas,
vestuario diverso y digno,
tecnología punta versus confort.
Pero aquí hay un gato
que ronronea de puro placer
con sólo madera y arena
y ofrece su lomo
un solo instante
a la conforme caricia.
LLEGO
Olisqueo salitre, algas, espuma,
leche solar de protección treinta,
gasoil, colillas, residuos de cocacola,
xxxxxxxxxxxxcolonia y mierda, empanadillas.
Sin duda he llegado, pero de todo lo demás dudo.
Yo no lo soñaba así.
Escupo hacia la lejanía
y le doy de lleno a Dios;
me oculto debajo de una cualquiera
de las ciento tres sombrillas de rayas.
MI LIRIO Y YO
El caso es que
aunque precisamente esto
no sea lo que iba buscando,
aquí es donde vive el mar
y sus huelgas a la japonesa.
Una grúa ha aparcado en mi pie;
he aprovechado para plantar un lirio;
me acompaña en nuestra misión:
desplazarnos no hacia delante
sino hacia arriba.
TABLERO DE AJETREO
He caminado mucho.
Me he peleado.
He toreado monos mágicos.
Encontré una llave en la calle,
viajé a través de las cerraduras,
hallé mi casa en un bolsillo del espacio.
He corrido bajo la lluvia.
He abrazado, congelada, a un cactus.
He probado los toboganes con bechamel.
He sostenido triángulos,
me han sostenido pupilas felinas.
Es cierto que necesito descansar,
pero no que esté cansada.
Román, Elena. Ocho paradas en la arena. Navarra; Patronato de Cultura de Tafalla, 2009.